viernes, 18 de febrero de 2011

Justicia exacta

El novel juez quería dejar su huella en el sistema judicial. No quería ser uno más del montón. No quería pasar a la historia de la jurisprudencia como uno más del montón. Y tenía ante sí su oportunidad, al tener que dictarle sentencia y aplicarle castigo penal a un estafador que había enviado a varias familias a la ruina. El veredicto era de culpabilidad, de ello no había duda alguna, y cualquier otro juez habría emitido tal sentencia, las pruebas en contra del acusado eran abundantes y contundentes. Había pues, una universalidad en el veredicto de culpabilidad o inocencia; cualquier otro juez en cualquier otra parte del mundo llegaría a la misma conclusión. Faltaba aplicar la sentencia buscando aplicarla con el mejor criterio posible, y aquí era en donde el novel juez podía tratar de brillar. De acuerdo a las leyes en vigor, la sentencia podía ser una pena de entre cinco y diez años de prisión, escogida al buen criterio del juez. Y la pena de prisión que aplicó el juez para el acusado fue la siguiente:

7 años, 4 meses, 2 semanas, 5 días, 13 horas, 29 minutos y 6 segundos

con la sentencia en caso de buen comportamiento en prisión reducida en:

1 año, 2 meses, 8 semanas, 15 días, 3 horas, 58 minutos y 27 segundos

Al enterarse sobre la sentencia, los ministros de la corte suprema acudieron de inmediato a cuestionar al novel juez sobre cómo había obtenido tal sentencia, en qué tipo de fórmula matemática se había basado y qué criterios había utilizado para aplicar la fórmula con tanta precisión. El novel juez se mostró renuente a proporcionarles fórmula alguna, alegando que eso era para él un “secreto profesional”, agregando a los estupefactos ministros:

-La ley me autorizaba para imponer una pena entre cinco y diez años de prisión al acusado, ¿no es así?

-Sí, pero...

-Y la ley escrita no me dice que imponga cierta pena específica calculada de acuerdo a cierto criterio rigurosamente especificado, ¿no es así?

-Bueno, sí, pero...

-Entonces nada de lo que hice está fuera de la ley.

Aún no convencidos, los ministros retaron al novel abogado a defender mejor su tesis. A lo cual agregó:

-Si cualquiera de ustedes cree que una pena de prisión de:

7 años, 4 meses, 2 semanas, 5 días, 13 horas, 29 minutos y 6 segundos

es más justa o más injusta que otra pena menor, digamos, de:

7 años, 4 meses, 2 semanas, 5 días, 13 horas, 28 minutos y 10 segundos

entonces lo reto a que me demuestre que tal pena es más justa o más injusta que la mía. Del mismo modo, si cualquiera de ustedes cree que una pena de prisión alterna mayor, digamos, de:

7 años, 4 meses, 2 semanas, 5 días, 13 horas, 31 minutos y 46 segundos

es más justa o más injusta que la mía, lo reto a que también me lo demuestre, y me lo tendrá que demostrar de una manera inobjetable y convincente.

Los ministros se quedaron contemplando estupefactos el reto del novel juez, sin atinar en darle alguna respuesta convincente. Finalmente, dejando solo al novel juez, los ministros se retiraron a una sesión en una sala privada en donde pusieron sus cartas sobre la mesa.

-Es mejor no llevarle la contra y evitar un debate público con él.

-¿Por qué?

-Porque el sistema de justicia se nos puede colapsar por completo. La gente se puede dar cuenta de que todas nuestras sentencias son tan subjetivas que, desde la óptica de las ciencias exactas, no aguantan ni siquiera un primer análisis. Obviamente, para un sentenciado a 50 años de prisión, si su sentencia es de 50 años 1 día de prisión entonces ese día extra contará y pesará quizá más que los 50 años precedentes porque se trata precisamente del día que lo separa de su libertad. También podría alegar por qué se le aplicaron 50 años en lugar de 49 años 11 meses, lo cual le parece más justo, y no tendríamos manera de rebatirlo y taparle la boca.

Reflexionando un poco más, el decano de los jueces dijo:

-La sentencia más justa sería aquella para la cual dos jueces distintos trabajando en diferentes salas llegarían siempre y de manera exacta a la misma conclusión, ambos jueces sin contacto alguno el uno con el otro obtendrían una pena como...

-¿7 años, 4 meses, 2 semanas, 5 días, 13 horas, 29 minutos y 6 segundos?

-Precisamente. Y no tenemos ni en sueños alguna fórmula o método que nos pueda proporcionar lo que bajo cualquier análisis sería la sentencia más justa. En pocas palabas, una justicia de naturaleza verdaderamente universal, tan exacta como la ingeniería o las ciencias exactas, no existe, al menos en nuestro planeta.

-¿Entonces qué hacemos?

-Pues seguir como siempre. Y no hay que quejarse, que al fin y al cabo, la paga es buena, ¿o no?

-Eso que ni qué.

-Dejemos pues las cosas como están.

-Y que ese sea nuestro juicio final sobre este asunto.

-Sí, sobre este asunto. Aunque no me gustó mucho la selección de palabras “juicio final”, reservadas usualmente para lo que tiene que ver con el Juicio Final puesto para el fin de los tiempos.

-¿Y allí si habrá un juicio con castigo matemáticamente exacto?

-¿Cómo habremos de saberlo? Somos meros mortales que aplicamos lo que a nuestro sentido común parece ser lo más justo, aunque quizás no lo sea. Aunque creo que allí en el más allá no habrá ese dilema.

-¿Por qué?

-Porque solo parece que hay dos alternativas: hacia “arriba”, o “hacia abajo”.

-Esta discusión me está haciendo sentir incómodo. Mejor vámonos.

-Creo que en eso estamos de acuerdo. Vámonos, y sigamos con lo nuestro, evitando tratar de aplicar penas tan “exactas” como la del novel juez que después no podremos justificar ni defender de ninguna manera.

-Al fin y al cabo la paga es buena para quienes trabajamos en el poder judicial.

-Eso que ni qué.

viernes, 14 de enero de 2011

Un millón de amigos



Amor es compartir. Así reza un popular refrán.

Como yo no soy multimillonario, no tengo mucho dinero para repartir y ayudar a quienes más necesitan este tipo de ayuda. :(

Pero en el transcurso de mi vida he acumulado una cantidad razonable de conocimientos que no me quiero llevar conmigo al más allá en donde no le servirían a nadie en el más aquí. Esta es una de las principales motivaciones por las cuales he elaborado varios trabajos como Fundamentos de Lógica Digital, La Teoría de la Relatividad, La Mecánica Cuántica, El Ajuste de Datos a Fórmulas, Initial Conditions, Los virus informáticos, Geometrías no-Euclideanas, y continúo trabajando en otros trabajos nuevos mientras pueda hacerlo así como tratar de concluír aquellos que han sido empezados y que aún no han sido concluídos, para compartirlos gratuitamente con otros sin esperar algo a cambio excepto tener la esperanza de que puedan serles de ayuda a muchos en sus estudios o que puedan servir como fuente de referencia para quienes están interesados en los temas sobre los cuales escribo. ;-) Afortunadamente, la red mundial Internet me permite ver que dichos trabajos puedan estar disponibles y accesibles sin costo alguno a cualquier hora del día. La Web también me ha permitido compartir una parte de la música que he compuesto en mis tiempos de ocio, con piezas como el Villancico de Belén, Vals Intermezzo, la Marcha Chihuahuense, Heroica, La Tempestad, etc.

Un resultado sumamente grato del haber estado compartiendo mis conocimientos y mis trabajos científicos y musicales con otros que no tengo el gusto de conocer en persona son las muchas muestras de agradecimiento y felicitaciones inmerecidas que he estado recibiendo de todas partes del mundo por la ayuda que les he proporcionado a mis lectores con los materiales que he desarrollado para ellos. Pese a que esto me ha generado unos enormes volúmenes de correo que he estado recibiendo, cientos y cientos de correos electrónicos para los cuales no me alcanza el tiempo para acusar recibo y contestarlos todos sin un retraso que a veces dura días, semanas, o inclusive meses, de alguna manera trato de darle seguimiento a mis amigos que he estado formando alrededor del mundo. No dudo de que tal vez algún día en el futuro llegará el momento en que mis lectores y seguidores lleguen a la cifra mágica de un millón, y cuando eso ocurra se hará realidad el sueño que el famoso cantante brasileño Roberto Carlos plasmó en una canción igualmente famosa, “Un millón de amigos” (Um milhao de amigos). Creo que muchos hispanoparlantes ya han escuchado alguna vez en su vida la música de dicha canción. Pero tal vez la letra la hayan olvidado. Con la finalidad de que puedan rememorar esa hermosa pieza y cantarla con su letra original en Español, reproduzco aquí la letra deseando sinceramente que dicha composición lleve a muchos paz interior, tranquilidad espiritual, o inclusive consuelo en caso de necesitarlo en los momentos duros de la vida.

Un millón de amigos
Roberto Carlos

Yo solo quiero mirar los campos,
yo solo quiero cantar mi canto,
pero no quiero cantar solito,
yo quiero un coro de pajaritos,
quiero llevar este canto amigo
a quien lo pudiera necesitar.

Yo quiero tener un millón de amigos,
y así más fuerte poder cantar.
    (se repite)

Yo solo quiero un viento fuerte,
llevar mi barco con rumbo Norte,
y en el trayecto voy a pescar,
para dividir luego al arribar.
Quiero llevar este canto amigo
a quien lo pudiera necesitar.

Yo quiero tener un millón de amigos,
y así más fuerte poder cantar.
    (se repite)

Yo quiero creer la paz del futuro,
quiero tener un hogar sin muro,
quiero a mi hijo pisando firme,
cantando alto, sonriendo libre.
Quiero llevar este canto amigo
a quien lo pudiera necesitar.

Yo quiero tener un millón de amigos,
y así más fuerte poder cantar.
    (se repite)

Yo quiero amor siempre en esta vida,
sentir calor de una mano amiga,
quiero a mi hermano sonrisa al viento,
verlo llorar pero de contento.
Quiero llevar este canto amigo
a quien lo pudiera necesitar.

Yo quiero tener un millón de amigos,
y así más fuerte poder cantar.
    (se repite)

Venga conmigo a ver los campos,
cante conmigo también mi llanto,
pero no quiero cantar solito,
yo quiero un coro de pajaritos.
Quiero llevar este canto amigo
a quien lo pudiera necesitar.

Yo quiero tener un millón de amigos,
y así más fuerte poder cantar.
    (se repite varias veces)

¿Quién, teniendo un millón de amigos, no puede sentirse muy afortunado, y mucho más rico que cualquier millonario?




viernes, 31 de diciembre de 2010

Significado de las doce uvas



Hoy que termina un año más de nuestras vidas, hoy que le arrancamos la última hoja al calendario para empezar el día de mañana con un calendario nuevo, se acostumbra en muchos hogares el irse comiendo doce uvas de una en una conforme van dando las doce campanadas que marcan la medianoche y con ello el fin del año que muere para comenzar con un año nuevo.

¿Pero qué significan exactamente las doce uvas, además de que la docena de uvas tiene la misma cantidad que el número de meses que hay en el año? Las opiniones difieren, una opinión generalizada es que con cada uva se debe pedir un deseo, pero otra igualmente generalizada es que cada una de las uvas representa el anhelo de lo siguiente:
  • Salud

  • Trabajo

  • Amor

  • Paz

  • Dinero

  • Éxito

  • Prosperidad

  • Alegría

  • Tranquilidad

  • Armonía

  • Amistad

  • Suerte
Hay otras costumbres y tradiciones propias del fin de año además de la tradición de las doce uvas originada en España. He aquí un recuento de algunas de ellas en un mapamundi:




¡Feliz año 2011 a todos mis lectores de ésta Mi Bitácora Diaria con quienes he estado compartiendo cosas de interés que han ido llamando mi atención en mi paso por este mundo!

viernes, 24 de diciembre de 2010

El patito feo (cuento original)

Para esta Nochebuena, nada mejor que leer (si acaso no se ha leído) o volver a leer (en caso de haberlo leído ya) uno de los cuentos más famosos de Hans Christian Andersen que encierra una de las moralejas más profundas que se hayan dado en relato alguno de este género. Si la lectura es apropiada y agradable para los adultos, más entretenida y amena lo será para los chiquillos de los adultos que se tomen un poco de su tiempo para leerle a sus hijos e hijas este cuento inmortal. Nada mejor que ésta fecha decembrina, plena de magia y de ilusiones, para volver a leer o leerles por vez primera a los chiquillos este cuento imperecedero, quizá uno de los cuentos más conocidos si acaso no el más conocido, de la pluma de Hans Christian Andersen.

La versión del cuento que aquí se reproduce, aunque obviamente se trata de una traducción al castellano de una obra elaborada en danés, es una de las más fieles y que más se acercan a la versión original. De este cuento se pueden sacar algunas de las lecciones más valiosas para la vida, y de ahí la enorme importancia de que todos los niños y jóvenes tengan conocimiento del mismo. Se irán intercalando entre algunos de los párrafos del cuento algunas imágenes que harán aún más amena y entretenida la lectura.


   El patito feo
   De: Hans Christian Anderesen


¡Qué hermosa estaba la campiña! Había llegado el verano: el trigo estaba amarillo; la avena, verde; la hierba de los prados, cortada ya, quedaba recogida en los pajares, en cuyos tejados se paseaba la cigüeña, con sus largas patas rojas, hablando en egipcio, que era la lengua que le enseñara su madre. Rodeaban los campos y prados grandes bosques, y entre los bosques se escondían lagos profundos. ¡Qué hermosa estaba la campiña! Bañada por el sol levantábase una mansión señorial, rodeada de hondos canales, y desde el muro hasta el agua crecían grandes plantas trepadoras formando una bóveda tan alta que dentro de ella podía estar de pie un niño pequeño, mas por dentro estaba tan enmarañado, que parecía el interior de un bosque.
En medio de aquella maleza, una gansa, sentada en el nido, incubaba sus huevos. Estaba ya impaciente, pues ¡tardaban tanto en salir los polluelos, y recibía tan pocas visitas! Los demás patos preferían nadar por los canales, en vez de entrar a hacerle compañía y charlar un rato.

Por fin empezaron a abrirse los huevos, uno tras otro. «¡Pip, pip!», decían los pequeños; las yemas habían adquirido vida y los patitos asomaban la cabecita por la cáscara rota.

-¡Cuac, cuac! - gritaban con todas sus fuerzas, mirando a todos lados por entre las verdes hojas. La madre los dejaba, pues el verde es bueno para los ojos.

- ¡Qué grande  es el mundo! -exclamaron los polluelos, pues ahora tenían mucho más sitio que en el interior del huevo.

- ¿Creéis que todo el mundo es esto? -dijo la madre-. Pues andáis muy equivocados. El mundo se extiende mucho más lejos, hasta el otro lado del jardín, y se mete en el campo del cura, aunque yo nunca he estado allí. ¿Estáis todos? -prosiguió, incorporándose-. Pues no, no los tengo todos; el huevo gordote no se ha abierto aún. ¿Va a tardar mucho? ¡Ya estoy hasta la coronilla de tanto esperar!

-Bueno, ¿qué tal vamos? -preguntó una vieja gansa que venía de visita.

-¡Este huevo que no termina nunca!- respondió la clueca-. No quiere salir. Pero mira los demás patitos: ¿verdad que son lindos? Todos se parecen a su padre; y el sinvergüenza no viene a verme.

-Déjame ver el huevo que no quiere romper -dijo la vieja-. Creéme, esto es un huevo de pava; también a mi me engañaron una vez, y pasé muchas fatigas con los polluelos, pues le tienen miedo al agua. No pude con él; me desgañité y lo puse verde, pero todo fue inútil. A ver el huevo. Sí, es un huevo de pava. Déjalo y enseña a los otros a nadar.

-Lo empollaré un poquitín más dijo la clueca-. ¡Tanto tiempo he estado encima de él, que bien puedo esperar otro poco!

-¡Cómo quieras! -contestó la otra, despidiéndose.

Al fin se partió el huevo. «¡Pip, pip!» hizo el polluelo, saliendo de la cáscara. Era gordo y feo; la gansa se quedó mirándolo:




-Es un pato enorme -dijo-; no se parece a ninguno de los otros; ¿sera un pavo? Bueno, pronto lo sabremos; del agua no se escapa, aunque tenga que zambullirse a trompazos.




El día siguiente amaneció espléndido; el sol bañaba las verdes hojas de la enramada. La madre se fue con toda su prole al canal y, ¡plas!, se arrojó al agua. «¡Cuac, cuac!» -gritaba, y un polluelo tras otro se fueron zambullendo también; el agua les cubrió la cabeza, pero enseguida volvieron a salir a flote y se pusieron a nadar tan lindamente. Las patitas se movían por sí solas y todos chapoteaban, incluso el último polluelo gordote y feo.

-Pues no es pavo -dijo la madre-. ¡Fíjate cómo mueve las patas, y qué bien se sostiene! Es hijo mío, no hay duda. En el fondo, si bien se mira, no tiene nada de feo, al contrario. ¡Cuac, cuac! Venid conmigo, os enseñaré el gran mundo, os presentaré a los patos del corral. Pero no os alejéis de mi lado, no fuese que alguien os atropellase; y ¡mucho cuidado con el gato!

Y se encaminaron al corral de los patos, donde había un barullo espantoso, pues dos familias se disputaban una cabeza de anguila. Y al fin fue el gato quien se quedó con ella.

-¿Veis? Así va el mundo- dijo la gansa madre, afilándose el pico, pues también ella hubiera querido pescar el botín-. ¡Servíos de las patas! Y a ver si os despabiláis. Id a hacer una reverencia a aquel pato viejo de allí; es el más ilustre de todos los presentes; es de raza española, por eso está tan gordo. Ved la cinta colorada que lleva en la pata; es la mayor distinción que puede otorgarse a un pato. Es para que no se pierda y para que todos lo reconozcan, personas y animales. ¡Ala, sacudiros! No metáis los pies para dentro. Los patitos bien educados andan con las piernas esparrancadas, como papá y mamá. ¡Así!, ¿veis? Ahora inclinad el cuello y decir: «¡cuac!».

Todos obedecieron, mientras los demás gansos del corral los miraban, diciendo en voz alta:

-¡Vaya! sólo faltaban éstos; ¡como si no fuésemos ya bastantes! Y, ¡qué asco! Fijaos en aquel pollito: ¡a ése sí que no lo toleramos! -. Y enseguida se adelantó un ganso y le propinó un picotazo en el pescuezo.




-¡Déjalo en paz! -exclamó la madre-. No molesta a nadie.

-Sí, pero es gordote y extraño -replicó el agresor-; habrá que sacudirlo.

-Tiene usted unos hijos muy guapos, señora -dijo el viejo de la pata vendada-. Lástima de este gordote; ése sí que es un fracaso. Me gustaría que pudiese retocarlo.

-No puede ser, Señoría -dijo la madre-. Cierto que no es hermoso, pero tiene buen corazón y nada tan bien como los demás; incluso diría que mejor. Me figuro que al crecer se arreglará, y que con el tiempo perderá volumen. Estuvo muchos días en el huevo, y por eso ha salido demasiado robusto -. Y con el pico le pellizcó el pescuezo y le alisó el plumaje -. Además, es macho -prosiguió-, así que no importa gran cosa. Estoy segura de que será fuerte y se despabilará.

-Los demás polluelos son encantadores de veras -dijo el viejo-. Considérese usted en casa; y si encuentra una cabeza de anguila, haga el favor de traérmela.

Y de este modo tomaron posesión de la casa.

El pobre patito feo no recibía sino picotazos y empujones, y era el blanco de las burlas de todos, lo mismo de los gansos que de las gallinas. «¡Qué ridículo!», se reían todos, y el pavo, que por haber venido al mundo con espolones se creía el emperador, se henchía como un barco a toda vela y arremetía contra el patito, con la cabeza colorada de rabia. El pobre animalito nunca sabía dónde meterse; estaba muy triste por ser feo y porque era la chacota de todo el corral.




Así transcurrió el primer día; pero en los sucesivos las cosas se pusieron aún peor. Todos acosaban al patito; incluso sus hermanos lo trataban brutalmente, y no cesaban de gritar: - ¡Así te pescara el gato, bicho asqueroso!; y hasta la madre deseaba perderlo de vista. Los patos lo picoteaban; las gallinas lo golpeaban, y la muchacha encargada de repartir el pienso lo apartaba a puntapiés.

Al fin huyó, saltando la cerca; los pajarillos de la maleza se echaron a volar, asustados. «¡Huyen porque soy feo!», dijo el pato, y, cerrando los ojos, siguió corriendo a ciegas. Así llegó hasta el gran pantano, donde habitaban los patos salvajes; cansado y dolorido, pasó allí la noche.

Por la mañana, los patos salvajes, al levantar el vuelo, vieron a su nuevo campañero: - ¿Quién eres? -le preguntaron, y el patito, volviéndose en todas direcciones, los saludó a todos lo mejor que supo.

-¡Eres un espantajo! -exclamaron los patos-. Pero no nos importa, con tal que no te cases en nuestra familia -. ¡El infeliz! Lo último que pensaba era en casarse, dábase por muy satisfecho con que le permitiesen echarse en el cañaveral y beber un poco de agua del pantano.

Así transcurrieron dos días, al cabo de los cuales se presentaron dos gansos salvajes, machos los dos, para ser más precisos. No hacía mucho que habían salido del cascarón; por eso eran tan impertinentes.

- Oye, compadre -le dijeron-, eres tan feo que te encontramos simpático. ¿Quieres venirte con nosotros y emigrar? Cerca de aquí, en otro pantano, viven unas gansas salvajes muy amables, todas solteras, y saben decir «¡cuac!». A lo mejor tienes éxito, aun siendo tan feo.

¡Pim, pam!, se oyeron dos estampidos: los dos machos cayeron muertos en el cañaveral, y el agua se tiñó de sangre. ¡Pim, pam!, volvió a retumbar, y grandes bandadas de gansos salvajes alzaron el vuelo de entre la maleza, mientras se repetían los disparos. Era una gran cacería; los cazadores rodeaban el cañaveral, y algunos aparecían sentados en las ramas de los árboles que lo dominaban; se formaban nubecillas azuladas por entre el espesor del ramaje, cerniéndose por encima del agua, mientras los perros nadaban en el pantano, ¡Plas, plas!, y juncos y cañas se inclinaban de todos lados. ¡Qué susto para el pobre patito! Inclinó la cabeza para meterla bajo el ala, y en aquel mismo momento vio junto a sí un horrible perrazo con medio palmo de lengua fuera y una expresión atroz en los ojos. Alargó el hocico hacia el patito, le enseñó los agudos dientes y, ¡plas, plas! se alejó sin cogerlo.

- ¡Loado sea Dios! -suspiró el pato-. ¡Soy tan feo que ni el perro quiso morderme!

Y se estuvo muy quietecito, mientras los perdigones silbaban por entre las cañas y seguían sonando los disparos.

Hasta muy avanzado el día no se restableció la calma; mas el pobre seguía sin atreverse a salir. Esperó aún algunas horas: luego echó un vistazo a su alrededor y escapó del pantano a toda la velocidad que le permitieron sus patas. Corrió a través de campos y prados, bajo una tempestad que le hacía muy difícil la huida.

Al anochecer llegó a una pequeña choza de campesinos; estaba tan ruinosa, que no sabía de qué lado caer, y por eso se sostenía en pie. El viento soplaba con tal fuerza contra el patito, que éste tuvo que sentarse sobre la cola para afianzarse y no ser arrastrado. La tormenta arreciaba más y más. Al fin, observó que la puerta se había salido de uno de los goznes y dejaba espacio para colarse en el interior; y esto es lo que hizo.

Vivía en la choza una vieja con su gato y su gallina. El gato, al que llamaba «hijito», sabía arquear el lomo y ronronear, e incluso desprendía chispas si se le frotaba a contrapelo. La gallina tenía las patas muy cortas, y por eso la vieja la llamaba «tortita paticorta»; pero era muy buena ponedora, y su dueña la quería como a una hija.




Por la mañana se dieron cuenta de que había llegado un forastero, y el gato empezó a ronronear, y la gallina, a cloquear.

-¿Qué pasa?- dijo la vieja mirando a su alrededor. Como no veía bien, creyó que era un ganso cebado que se habría extraviado-. ¡No se cazan todos los días! -exclamó-. Ahora tendré huevos de pato. ¡Con tal que no sea un macho! Habrá que probarlo.

Y puso al patito a prueba por espacio de tres semanas; pero no salieron huevos. El gato era el mandamás de la casa, y la gallina, la señora, y los dos repetían continuamente: - ¡Nosotros y el mundo! -convencidos de que ellos eran la mitad del universo, y aún la mejor. El patito pensaba que podía opinarse de otro modo, pero la gallina no le dejaba hablar.

-¿Sabes poner huevos? -le preguntó.

-No.

-¡Entonces cierra el pico!

Y el gato:

-¿Sabes doblar el espinazo y ronronear y echar chispas?

-No.

-Entonces no puedes opinar cuando hablan personas de talento.

El patito fue a acurrucarse en un rincón, malhumorado. De pronto acordóse del aire libre y de la luz del sol, y le entraron tales deseos de irse a nadar al agua, que no pudo reprimirse y se lo dijo a la gallina.

-¿Qué mosca te ha picado? -le replicó ésta-. Como no tienes ninguna ocupación, te entran estos antojos. ¡Pon huevos o ronronea, versa como se te pasan!

-¡Pero es tan hermoso nadar! -insistió el patito-. ¡Da tanto gusto zambullirse de cabeza hasta tocar el fondo!

-¡Hay gustos que merecen palos! -respondió la gallina-. Creo que has perdido la chaveta. Pregunta al gato, que es la persona más sabia que conozco, si le gusta nadar o zambullirse en el agua. Y ya no hablo de mí. Pregúntalo si quieres a la dueña, la vieja; en el mundo entero no hay nadie más inteligente. ¿Crees que le apetece nadar y meterse en el agua?

-¡No me comprendéis! -suspiró el patito.

-¿Qué no te comprendemos? ¿Quién lo hará, entonces? No pretenderás ser más listo que el gato y la mujer, ¡y no hablemos ya de mí! No tengas esos humos, criatura, y da gracias al Creador por las cosas buenas que te ha dado. ¿No vives en una habitación bien calentita, en compañía de quien puede enseñarte mucho? Pero eres un charlatán y no da gusto tratar contigo. Créeme, es por tu bien que te digo cosas desagradables; ahí se conoce a los verdaderos amigos.
Procura poner huevos o ronronear, o aprende a despedir chispas.

-Creo que me marcharé por esos mundos de Dios -dijo el patito.

-Es lo mejor que puedes hacer -respondióle la gallina.

Y el patito se marchó; se fue al agua, a nadar y zambullirse, pero, todos los animales lo despreciaban por su fealdad.

Llegó el otoño: en el bosque, las hojas se volvieron amarillas y pardas, y el viento las arrancaba y arremolinaba, mientras el aire iba enfriándose por momentos; cerníanse las nubes, llenas de granizo y nieve, y un cuervo, posado en la valla, gritaba: «¡au, au!», de puro frío. Sólo de pensarlo le entran a uno escalofríos. El pobre patito lo pasaba muy mal, realmente.

Un atardecer, cuando el sol se ponía ya, llegó toda una bandada de grandes y magníficas aves, que salieron de entre los matorrales; nunca había visto nuestro pato aves tan espléndidas. Su blancura deslumbraba y tenían largos y flexibles cuellos; eran cisnes. Su chillido era extraordinario, y, desplegando las largas alas majestuosas, emprendieron el vuelo, marchándose de aquellas tierras frías hacia otras más cálidas y hacia lagos despejados. Eleváronse a gran altura, y el feo patito experimentó una sensación extraña; giró en el agua como una rueda, y, alargando el cuello hacia ellas, soltó un grito tan fuerte y raro, que él mismo se asustó. ¡Ay!, no podía olvidar aquellas aves hermosas y felices, y en cuanto dejó de verlas, se hundió hasta el fondo del pantano. Al volver a la superficie estaba como fuera de sí. Ignoraba su nombre y hacia donde se dirigían, y, no, obstante, sentía un gran afecto por ellas, como no lo había sentido, por nadie. No las envidiaba. ¡Cómo se le hubiera podido ocurrir el deseo de ser como ellas! Habríase dado por muy satisfecho con que lo hubiesen tolerado los patos, ¡pobrecillo!, feo como era.

Era invierno, y el frío arreciaba; el patito se veía forzado a nadar sin descanso para no entumecerse; mas, por la noche, el agujero en que flotaba se reducía progresivamente. Helaba tanto, que se podía oír el crujido del hielo; el animalito tenía que estar moviendo constantemente las patas para impedir que se cerrase el agua, hasta que lo rindió el cansancio, y, al quedarse quieto, lo aprisionó el hielo.

Por la mañana llegó un campesino, y, al darse cuenta de lo ocurrido, rompió el hielo con un zueco y, cogiendo el patito, lo llevó a su mujer. En la casa se reanimó el animal.

Los niños querían jugar con él, pero el patito, creyendo que iban a maltratarlo, saltó asustado en medio de la lechera, salpicando de leche toda la habitación. La mujer se puso a gritar y a agitar las manos, con lo que el ave se metió de un salto en la mantequera, y, de ella, en el jarro de la leche ¡y yo qué sé dónde! ¡Qué confusión! La mujer lo perseguía gritando y blandiendo las tenazas; los chiquillos corrían, saltando por encima de los trastos, para cazarlo, entre risas y barullo.
Suerte que la puerta estaba abierta y pudo refugiarse entre las ramas, en la nieve recién caída. Allí se quedó, rendido.

Sería demasiado triste narrar todas las privaciones y la miseria que hubo de sufrir nuestro patito durante aquel duro invierno.

Lo pasó en el pantano, entre las cañas, y allí lo encontró el sol cuando volvió el buen tiempo. Las alondras cantaban, y despertó, espléndida, la primavera.

Entonces el patito pudo batir de nuevo las alas, que zumbaron con mayor intensidad que antes y lo sostuvieron con más fuerza; y antes de que pudiera darse cuenta, encontróse en un gran jardín, donde los manzanos estaban en flor, y las fragantes lilas curvaban sus largas ramas verdes sobre los tortuosos canales. ¡Oh, aquello sí que era hermoso, con el frescor de la primavera! De entre las matas salieron en aquel momento tres preciosos cisnes aleteando y flotando levemente en el agua. El patito reconoció a aquellas bellas aves y se sintió acometido de una extraña tristeza.

-¡Quiero irme con ellos, volar al lado de esas aves espléndidas! Me matarán a picotazos por mi osadía: feo como soy, no debería acercarme a ellos. Pero iré, pase lo que pase. Mejor ser muerto por ellos que verme vejado por los patos, aporreado por los pollos, rechazado por la criada del corral y verme obligado a sufrir privaciones en invierno-. Con un par de aletazos se posó en el agua, y nadó hacia los hermosos cisnes. Éstos al verle, corrieron a su encuentro con gran ruido de plumas. -¡Matadme! -gritó el animalito, agachando la cabeza y aguardando el golpe fatal. Pero, ¿qué es lo que vio reflejado en la límpida agua? Era su propia imagen; vio que no era un ave desgarbado, torpe y de color negruzco, fea y repelente, sino un cisne como aquéllos.

¡Qué importa haber nacido en un corral de patos, cuando se ha salido de un huevo de cisne!




Entonces recordó con gozo todas las penalidades y privaciones pasadas; sólo ahora comprendía su felicidad, ante la magnificencia que lo rodeaba.

Los cisnes mayores describían círculos a su alrededor, acariciándolo con el pico.

Presentáronse luego en el jardín varios niños, que echaron al agua pan y grano, y el más pequeño gritó:

-¡Hay uno nuevo!

Y sus compañeros, alborozados, exclamaron también, haciéndole coro:

-¡Sí, ha venido uno nuevo!

Y todo fueron aplausos, y bailes, y brincos; y corriendo luego al encuentro de sus padres, volvieron a poco con pan y bollos, que echaron al agua, mientras exclamaban:

-El nuevo es el más bonito; ¡tan joven y precioso! - Y los cisnes mayores se inclinaron ante él.

Pero él se sentía avergonzado, y ocultó la cabeza bajo el ala; no sabía qué hacer, ¡era tan feliz!, pero ni pizca de orgulloso. Recordaba las vejaciones y persecuciones de que había sido objeto, y he aquí que ahora decían que era la más hermosa entre las aves hermosas del mundo. Hasta las lilas bajaron sus ramas a su encuentro, y el sol brilló, tibio y suave. Crujieron entonces sus plumas, irguióse su esbelto cuello y, rebosante el corazón, exclamó:

-¡Cómo podía soñar tanta felicidad, cuando no era más que un patito feo!


domingo, 10 de octubre de 2010

Por qué no uso PDF al publicar en Internet

Frecuentemente algunos lectores de mis libros tales como La Teoría de la Relatividad y La Mecánica Cuántica publicados y disponibles en Internet a través de Blogger me preguntan si tengo disponibles tales libros en formato PDF (Portable Document Format) de Adobe Systems.

La respuesta es siempre la misma. Como yo no tengo ni el tiempo ni los recursos $$$$$ para mantener en operación las 24 horas del día en algún lugar un servidor Internet en donde pueda hacer accesibles mis libros al público en general, me atengo a la  generosidad de Google que a través de Blogger me permite subir mis libros a Internet. Pero el formato usado por Blogger no es el formato de documentación PDF, sino HTML. Tal vez algún día Blogger permita la incorporación de obras elaboradas en formato PDF a sus páginas Web, pero como el formato PDF es propietario de Adobe Systems y Blogger tendría que estarle pagando los derechos de autoría intelectual por el uso de PDF (o mejor dicho, los que subimos obras a Blogger tendríamos que estarle pagando de alguna manera a Adobe Systems por el uso del formato PDF), tal formato está proscrito de Blogger, y lo único que acepta Blogger es HTML.

Por otro lado, aún si Adobe Systems le regalara a Google el uso ilimitado gratuito de la tecnología de software Adobe para poder incorporar documentos PDF a las bitácoras, ello introduciría un problema nuevo a los trabajos cuando se están elaborando en Blogger.  Actualmente, podemos hacer la transición rápida de un documento “tal y como lo vemos” (usando la opción Redactar dentro del constructor Blogger) a su código correspondiente en sintaxis HTML (usando la opción HTML del constructor de Blogger) para ajustar detalles finos, pasando de una vista a otra de manera rápida y automática. Pero si se agregara la capacidad de poder meter código PDF, la capacidad de poder cambiar rápidamente y en forma automática de cualquiera de las dos opciones Redactar y HTML a PDF o viceversa sería una verdadera pesadilla, al menos desde el punto de vista de la actualización del código y la extensión en bytes del software requerido. Conozco de otro medio de publicación gratuito para obras en Internet, WordPress, pero aunque no estoy familiarizado con el mismo las razones que acabo de exponer aquí me serían suficientes para sospechar que tampoco WordPress ofrece todavía la capacidad de poder subir obras a WordPress en formato PDF. Y de cualquier manera, como yo empecé con Blogger, prefiero apegarme a algo con lo que estoy familiarizado que verme forzado a tener que recorrer una nueva curva de aprendizaje que me tomaría un tiempo que no tengo disponible.

De cualquier modo, hay otras razones por las cuales aún si tuviera disponible un paquete comercial de Adobe para convertir mis obras a formato PDF tal opción no sería realmente una opción debido a ciertas peculiaridades e ideosincrasias peculiares a HTML. Una de tales peculiaridades es la incorporación de imágenes animadas (en movimiento) dentro de los documentos HTML, lo cual se puede lograr fácilmente mediante el uso de imágenes GIF. Tales imágenes animadas no es posible imprimirlas en papel, razón por la cual el formato PDF en general no admite ese tipo de animaciones.

Pero la cosa no para allí. Considérese la presentación de cosas como el siguiente crucigrama:



____

____

____
A L__ A E__ A N__
____
A N__ A A__ A O__
____

____

____
A N
____
A T A O A D A A
____
A O A N A C A E __
____
A N__
A O
____
A U A N A I A V A E __ A R A S A A A L
____
A O
A G A E __
____
A A A L A A A R A M A A
____

____
A A __ A B
A A A C A A
____

____
A L A I A A
____
A A A V A A A L
A L A O A C A A A L
____
A N
____
A I A R A I A R A E

____

____
A A A L A A
____

____

____
A D A A A R
____

____
A S A A A B A E A R
____
A O
____
A A A Z A A A L A A
A O A L A E
____

____
A A A V A E
____
A A A R A A A L
A B A I
____
A S A O A L A A A P A A
____

____
A Y A E
A R
____
A N A O A S A O A L A O A G A I A A
____
A A
A E
____
A E A S A A A S
____
A C A A A L A I
____
A R

____

____

____
A O A R A A
____
A A A R A O
____

____

____


Si el lector intenta descargar de la Web la “imagen” del crucigrama anterior (que en realidad es una tabla de 13 renglones por 13 columnas) como una imagen JPG o JPEG o PNG, pronto descubrirá que tal cosa no se puede llevar a cabo, por el simple hecho de que el crucigrama está construido como una tabla usando la sintaxis HTML. Puesto de otra manera, el código para generar el crucigrama anterior, que en realidad no es más que código HTML para generar una tabla, que en este caso es:

<div align="center">
<table border="1">

<tbody>
<!-- Renglon 1 -->
<tr>

<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> L<span style="color: white;">__</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> E<span style="color: white;">__</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> N<span style="color: white;">__</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> N<span style="color: white;">__</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> A<span style="color: white;">__</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> O<span style="color: white;">__</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>

</tr>
<!-- Renglon 2 -->
<tr>

<td><span style="color: white;">A</span> N </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> T </td>
<td><span style="color: white;">A</span> O </td>
<td><span style="color: white;">A</span> D </td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> O </td>
<td><span style="color: white;">A</span> N </td>
<td><span style="color: white;">A</span> C</td>
<td><span style="color: white;">A</span> E <span style="color: white;">__</span> </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> N<span style="color: white;">__</span></td>

</tr>
<!-- Renglon 3 -->
<tr>

<td><span style="color: white;">A</span> O </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span> </td>
<td><span style="color: white;">A</span> U</td>
<td><span style="color: white;">A</span> N</td>
<td><span style="color: white;">A</span> I</td>
<td><span style="color: white;">A</span> V</td>
<td><span style="color: white;">A</span> E <span style="color: white;">__</span> </td>
<td><span style="color: white;">A</span> R</td>
<td><span style="color: white;">A</span> S </td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> L</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> O</td>

</tr>
<!-- Renglon 4 -->
<tr>

<td><span style="color: white;">A</span> G</td>
<td><span style="color: white;">A</span> E <span style="color: white;">__</span>  </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> L </td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td><span style="color: white;">A</span> R</td>
<td><span style="color: white;">A</span> M</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> A <span style="color: white;">__</span> </td>
<td><span style="color: white;">A</span> B</td>

</tr>
<!-- Renglon 5 -->
<tr>

<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> C</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> L</td>
<td><span style="color: white;">A</span> I</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> V </td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td><span style="color: white;">A</span> L</td>

</tr>
<!-- Renglon 6 -->
<tr>

<td><span style="color: white;">A</span> L </td>
<td><span style="color: white;">A</span> O </td>
<td><span style="color: white;">A</span> C</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> L </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> N </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> I</td>
<td><span style="color: white;">A</span> R</td>
<td><span style="color: white;">A</span> I</td>
<td><span style="color: white;">A</span> R</td>
<td><span style="color: white;">A</span> E </td>

</tr>
<!-- Renglon 7 -->
<tr>

<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> L</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> D </td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td><span style="color: white;">A</span> R</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>

</tr>
<!-- Renglon 8 -->
<tr>

<td><span style="color: white;">A</span> S </td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> B</td>
<td><span style="color: white;">A</span> E</td>
<td><span style="color: white;">A</span> R</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> O</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> Z</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td><span style="color: white;">A</span> L </td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>

</tr>
<!-- Renglon 9 -->
<tr>

<td><span style="color: white;">A</span> O </td>
<td><span style="color: white;">A</span> L</td>
<td><span style="color: white;">A</span> E</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> V</td>
<td><span style="color: white;">A</span> E </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> R</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td><span style="color: white;">A</span> L</td>

</tr>
<!-- Renglon 10 -->
<tr>

<td><span style="color: white;">A</span> B </td>
<td><span style="color: white;">A</span> I</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> S </td>
<td><span style="color: white;">A</span> O </td>
<td><span style="color: white;">A</span> L</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td><span style="color: white;">A</span> P</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> Y </td>
<td><span style="color: white;">A</span> E</td>

</tr>
<!-- Renglon 11 -->
<tr>

<td><span style="color: white;">A</span> R</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> N</td>
<td><span style="color: white;">A</span> O</td>
<td><span style="color: white;">A</span> S</td>
<td><span style="color: white;">A</span> O</td>
<td><span style="color: white;">A</span> L</td>
<td><span style="color: white;">A</span> O</td>
<td><span style="color: white;">A</span> G</td>
<td><span style="color: white;">A</span> I </td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>

</tr>
<!-- Renglon 12 -->
<tr>

<td><span style="color: white;">A</span> E </td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> E </td>
<td><span style="color: white;">A</span> S</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td><span style="color: white;">A</span> S</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> C </td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td><span style="color: white;">A</span> L</td>
<td><span style="color: white;">A</span> I</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> R</td>

</tr>
<!-- Renglon 13 -->
<tr>

<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> O </td>
<td><span style="color: white;">A</span> R</td>
<td><span style="color: white;">A</span> A</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td><span style="color: white;">A</span> A </td>
<td><span style="color: white;">A</span> R</td>
<td><span style="color: white;">A</span> O</td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>
<td bgcolor="#000000"><br />
<span style="background-color: black;">____</span></td>

</tr>
</tbody></table>
</div>


requiere de las capacidades del navegador, ayudado por las capacidades computacionales de la laptop o tableta en donde se va a visualizar la tabla HTML ya construída por el procesador de la computadora a partir del código HTML proporcionado. El formato PDF inherentemente no tiene tales capacidades, o sea de poder tomar código HTML para llevar a cabo la generación de tablas. Es más, ni siquiera conozco de algún lenguaje computacional al estilo de HTML mediante el cual se puedan construír obras en formato PDF usando una “sintaxis PDF”. Tal vez tal sintaxis exista, pero de existir es propietaria para uso interno de los ingenieros de software de Adobe Systems. Las tablas como la que se usó para la construcción del crucigrama dado arriba tienen que ser incorporadas a un documento PDF como imágenes (JPG, JPEG, PNG, etcétera).

Si bien una cosa factible de hacer para empezar con un documento elaborado en sintaxis HTML e irlo convirtiendo a un documento en formato PDF es ir tomando la imagen de cada tabla HTML tal y como aparece arriba en la pantalla (esto se hace con la ayuda de la tecla Print Screen o prt sc en el teclado), convertirla a una imagen JPG o PNG, y meterla directamente como imagen para ir elaborando el documento PDF, en mi caso particular dada la cantidad de materiales que he subido a Internet tal cosa está fuera del alcance de las capacidades de mi tiempo disponible. Y no he encontrado alguien en la Web que se quiera tomar el tiempo para hacer tal cosa, o sea la conversión de mis obras de formato HTML al formato de archivo PDF, que a su vez requeriría de algún sitio Web dispuesto a almacenar por tiempo indefinido y en forma gratuita las obras en formato PDF.

De cualquier modo, en caso de ser suficiente contar con un documento en el cual las imágenes animadas aparezcan como simplemente como la primera imagen de la secuencia de imágenes, o sea como imágenes estáticas, cada página Web completa (como ésta) se puede imprimir directamente hacia una computadora usando las capacidades de los navegadores como Mozilla Firefox, Chrome, Internet Explorer y Safari, para llevar así a cabo la impresión. De seguro no estará acomodado todo tal y como suele encontrarse en un libro impreso, pero de cualquier modo se puede utilizar como tal en papel impreso. Me permito recordar que ir de la pantalla electrónica al medio impreso es contrario al espíritu de la era digital en el que se intenta salvar a los árboles que tienen que ser talados para poder sacar la pulpa necesaria para producir las hojas en las cuales irá el material impreso, lo cual a su vez es causa de deforestación que a su vez solo contribuye a agravar aún más el cambio climático.

viernes, 10 de septiembre de 2010

El peor cigarrillo de todos



El título de esta entrada tal vez haya llamado la atención de algunos fumadores que esperan encontrar un listado de varias marcas comerciales de cigarrillos acompañada posiblemente de un análisis químico de sus constituyentes así como resultados de pruebas clínicas que produzcan una tabla comparativa de las expectativas de vida de los fumadores en fución de la marca comercial de sus preferencias.

En rigor de verdad, todos los cigarrillos, sin importar el fabricante, son malos a largo plazo para la salud. Hay ya demasiados estudios que lo comprueban. Una conclusión de los médicos es que la nicotina del tabaco que mantiene a los fumadores pegados a su vicio no es lo que daña tanto a los pulmones, lo que produce un daño permanente e irreversible en los pulmones son los alquitranes que se inhalan al fumar tabaco además de otros vapores de químicos que agravan la situación. El fumador habitual, por mantener su adicción a la nicotina del tabaco, se ve obligado a inhalar el resto de la basura por la cual tendrá que pagar un precio elevado a largo plazo no sólo en sus bolsillos sino en su propia salud.

Si para fines prácticos todas las marcas comerciales de cigarrillos son igualmente dañinas y mortales a largo plazo, ¿entonces cuál es el peor cigarrillo de todos?

El peor cigarrillo de todos es, indudablemente, el primero que una persona probó en su vida. Todos los demás cigarrillos con los cuales el fumador quedó enganchado de por vida a su vicio empezaron con ese primer cigarrillo. El medio millón de cigarrillos que un fumador haya inhalado en toda su vida necesariamente tuvo que haber empezado con ese primer cigarrillo. Para cada fumador, la fecha en la cual se dió su primer “toquecito” es una fecha muy precisa, hasta la misma hora, hasta el mismo minuto, hasta el segundo preciso. Muchos fumadores recuerdan ese primer cigarrillo con el cual se metieron en algo de lo que nunca más podrían salir. De no haber sido por ese primer cigarrillo, los demás 499,999 cigarrillos restantes no habrían sido inhalados jamás. De no haber sido por ese primer cigarrillo, el individuo jamás habría quedado enganchado. De no haber sido por ese primer cigarrillo, el individuo posiblemente no estaría agonizando en un hospital conectado a un respirador artificial. De no haber sido por ese primer cigarrillo, posiblemente el individuo no habría enfermado en su propia casa a sus propios familiares que se vieron obligados a inhalar los humos nocivos arrojados al medio ambiente por el fumador empedernido a los fumadores pasivos que se rehusan a iniciarse en el hábito pero que son obligados a aspirar el humo del tabaco por convivir con alguien que ya es un adicto al tabaco (en los países de habla inglesa esto es lo que se conoce como second hand smoking, se trata de gente que aunque se rehusa a adquirir el hábito de cualquier modo se ve obligada a “fumar” de modo completamente involuntario por culpa del fumador con el cual están conviviendo en casa). De no haber sido por ese primer cigarrillo, el fumador posiblemente se habría ahorrado una cantidad considerable de dinero, por el dinero que estuvo gastando a lo largo de varias décadas desde que era joven para poder calmar su adicción. Y no sólo ese dinero, sino el dinero gastado en estar yendo al médico y a los hospitales para atender una situación que no tiene otra cura más que el abandono del vicio, lo cual resulta sumamente difícil y hasta imposible para muchos fumadores.

Quienes saben de estas cosas afirman que abandonar el hábito del tabaco es casi tan duro o posiblemente más que tratar de dejar la adicción a la heroína o la cocaína, produciéndose la terrible “malilla” cuando se ha dejado de fumar aunque sea por unos cuantos días. Es una adicción, en el pleno sentido de la palabra, se trata de algo que no se puede dejar, al menos no sin mucho sufrimiento y angustia. De haber sabido que ese primer cigarrillo lo conduciría a una situación tan lamentable, posiblemente el fumador jamás habría empezado con ese primer cigarrillo; lo habría rechazado tajantemente. Casi todos los fumadores empedernidos están de acuerdo en que la mejor manera de dejar el vicio es no empezándolo desde un principio, ni siquiera tocar ese primer cigarrillo que será el preludio de muchos más. Quienes no tienen ningún problema de hábito al cigarrillo son quienes no comenzaron con ese primer cigarrillo. Todos los demás que dieron ese primer paso en su gran mayoría se lamentan de haberlo dado.

Quienes aún no se han iniciado en el vicio del tabaco, sobre todo los jóvenes inexpertos que están dispuestos a experimentar con sus propios cuerpos probando cosas nuevas desoyendo los consejos y las duras experiencias de sus adultos mayores, deberían de pensarla bien y pensarla dos veces cuando tengan ese primer cigarrillo frente a ellos, porque en ese momento tienen la opción de rechazarlo, con lo cual ese primer cigarrillo quedará como “ningún cigarrillo”. No hay de otra. El mejor vicio de todos es el que no se comienza.

En la fotografía puesta al inicio de esta entrada, se tiene un pulmón sano de una persona que nunca ha fumado en toda su vida (el pulmón a la derecha) puesto comparativamente con el pulmón de una persona que tras varios años de adicción al tabaco (o mejor dicho, a la nicotina del tabaco) ha pagado ya las consecuencias (se trata del pulmón ennegrecido a la izquierda de la fotografía); y estas consecuencias son irreversibles, no hay cura médica ni recurso humano posible para enmendar el daño ocasionado

Quienes aún no se han iniciado en el vicio del tabaco, antes de que inhalen el humo de ese primer cigarrillo, el peor cigarrillo de todos, bien harían en repasar la fotografía dada arriba antes de dar ese paso. Después de todo, están jugando a la ruleta rusa con su propia salud.

Resultaría fácil echarle la culpa a Adán de que por su imbecilidad la humanidad perdió la maravillosa oportunidad de estar gozando en estos momentos de un paraíso sin necesidad de tener que ganárselo. Pero en realidad cualquiera puede estar en una situación parecida a la situación que enfrentó Adán al verse tentado. Y ha habido millones que, al igual que Adán, han estado cayendo, pese a las amonestaciones recibidas sobre lo que sucederá a la larga cuando los consejos y recomendaciones sean desobedecidos. Y al igual que como ocurrió con Adán, las consecuencias suelen ser terribles. Sobre todo cuando se trata de ese primer cigarrillo, la versión moderna del fruto que le costó a Adán su caída.

jueves, 5 de agosto de 2010

Las últimas reflexiones de Descartes



Sabiendo que su hora final estaba cerca, el notable filósofo autor de la duda metódica hizo acopio de fuerzas para levantarse y mirarse a sí mismo en el espejo, para ver la luz que se apagaba en su propio semblante. Fiel a su modo de ser, se lanzó a sí mismo una mirada penetrante que le fue regresada de la misma manera por su otro yo tan iluso como real siguiéndolo fielmente desde el interior del espejo, y decidió poner en práctica por última vez su estrategia deductiva resumida en su famosa frase “dudo, luego pienso; pienso, luego existo”:
¿Fuí yo acaso el creador del aire que respiro? Ciertamente no. No puedo vivir sin respirar, y no pude haber creado algo para lo cual necesitaba estar vivo de antemano con la finalidad de poder crearlo.

¿Fuí yo el creador del agua fuente de vida con la que calmo mi sed y limpio mi cuerpo? Tampoco, por la misma razón de que no pude haber creado algo indispensable para mi subsistencia para lo cual necesitaba estar vivo de antemano con la finalidad de poder crearlo.

¿Me dí yo mismo la capacidad para ver? Imposible. ¿Cómo puede ver un ciego lo que necesita ver para poder crear la capacidad para ver, si no puede ver nada?

¿Y qué decir de los otros sentidos? ¿Me los pude haber dado yo mismo? Tal cosa presupone que a un ser pensante que carece de cierto sentido como el sentido del olfato se le pueda ocurrir llevar a cabo la creación de tal sentido. ¿Pero cómo puede crearlo, si al no haberlo tenido jamás no tiene ni siquiera la más remota idea de que tal cosa pueda ser posible? En verdad, es factible que pueda haber otros sentidos potenciales cuya posibilidad desconocemos porque carecemos de tales sentidos y por lo tanto nos es imposible el poder imaginar siquiera que tales sentidos se puedan dar. Lo que podemos hacer es crear aparatos para aumentar la potencia de los sentidos que ya tenemos, tales como los lentes, pero no podemos darnos a nosotros mismos algo que ni siquiera hayamos imaginado que nos podemos dar.

¿Fuí yo el creador de mi propio raciocinio, de mi propia consciencia? Imposible, porque para crear la facultad del pensamiento es indispensable poseer primer la facultad de pensar.

¿Tengo algún mérito por mi intelecto? Ciertamente, mi sabiduría se debe en gran parte a mi esfuerzo por aprender, y el camino recorrido ha sido arduo en no pocas ocasiones, me ha costado muchos sacrificios y privaciones así como la inversión de mucho tiempo y esfuerzo. Pero la capacidad para aprender ya estaba allí desde un principio, y eso no es mérito mío. Yo no me dí a mí mismo esa capacidad, no me la podría haber dado, porque no puede darse a sí mismo la capacidad para evolucionar intelectualmente algo que no tiene la facultad para aprender cosas nuevas, algo que no tiene ni siquiera la capacidad para dudar y con ello la capacidad para razonar. Y tal capacidad, o salió de la nada, o no pudo haber salido de la nada. Y me cuesta trabajo aceptar que mi facultad para aprender y evolucionar, algo que no me dí yo a mí mismo, haya salido de la nada como si fuese un truco de magia ejecutado por sí solo sin la presencia de un mago capaz de ejecutar tal truco. ¡Y vaya que es uno de los mayores trucos de todos! Lo que sale de la nada sin planeación previa no puede tener ningún propósito, porque en la misma nada no hay propósito alguno, de lo contrario no sería una nada, sería “algo”.

He podido sobrevivir y salir adelante, porque aprendí a preservar mi vida haciendo lo que tuviera que hacer para sobrevivir. Pero sólo he preservado algo que ya era. No sólo yo no fuí mi propio creador, ni siquiera me dí a mi mismo los elementos que ya existían de antemano y que necesitaría para poder sobrevivir. Yo no me dí vida a mí mismo; tal cosa sería imposible, porque no puede darse vida algo que no existe y para lo cual se requiere vida previa; una cosa es preservar lo que ya se tiene, y otra muy diferente es la creación de algo que no existía. Pero inclusive hasta para poder seguir adelante en la faena de la perpetuación de la vida, se requiere de un mínimo de elementos naturales sin los cuales cualquier vida recién creada no podría sobrevivir. Mi mérito ha sido el procurarme de tales elementos, pero son elementos que ya existían y en cuya creación yo no tuve injerencia alguna.

¿Fué el mundo en el que me tocó vivir el resultado de un simple accidente natural que ocurrió sin ninguna planeación, sin ningún propósito? Bien lo pudo haber sido, pero si estoy dispuesto a aceptar tal hipótesis, entonces debo estar preparado para aceptar que los edificios, las imprentas, los relojes, las catedrales, los carruajes, los grandes barcos, los libros y las herramientas de trabajo fueron también el resultado de una cadena seguramente infinita de accidentes naturales, pues de un gran accidente natural detrás del cual no hay ninguna planeación ni propósito alguno no se puede esperar otra cosa más que accidentes naturales que fueron consecuencia directa del primero, de acuerdo a la ley inmutable de causa y efecto sobre la cual no tengo duda alguna.

El Sol, esa aparentemente inagotable fuente de luz y de energía cuya brevedad extrañamos en Invierno, sin la cual todo sería obscuridad, tan necesario para mí en todos sentidos, para permitirme ser lo que soy, ¿pude haberlo creado en mi pasado sin acordarme de ello? Su movimiento se repite día tras día con la periodicidad del más fino mecanismo de relojería, y de hecho es el patrón mundial con el que ajustamos todos nuestros relojes; su calor no nos falta sobre todo en el estiaje. Si con todos nuestros conocimientos lo más que yo y otros de mi especie podemos crear para alumbrarnos de noche y calentarnos cuando tenemos frío son velas, lámparas de aceite o fogatas que al poco tiempo se agotan y se apagan, ¿cómo yo, inclusive ayudado por muchos otros como yo, pudimos haber creado algo tan maravilloso cuya duración parece casi infinita en nuestra escala del tiempo, algo cuyo secreto interior escapa a nuestra ciencia actual? No, me descarto en forma terminante y definitiva como creador de algo que es un milagro diario, literalmente hablando.

Y las estrellas, ¿qué de las estrellas? ¿Pude haberlas creado una por una poniéndolas en el firmamento? Tampoco. No, y éste es un no rotundo; esto está mucho más allá de mis posibilidades humanas. Hasta donde puedo alcanzar ver ayudado por mis instrumentos ópticos, las estrellas parecen ser infinitas en número; para poder decorar la bóveda celeste yo necesitaría un lapso infinitamente grande de tiempo. Y si las estrellas son infinitas en número, ni siquiera podría contarlas de una en una, ya que nunca acabaría de contarlas. Ni yo ni nadie de mi especie pudo haber puesto las estrellas en el firmamento, porque lo infinitamente grande está fuera del alcance de lo que es finito por Naturaleza.

¿Tiene el Universo conciencia propia? Eso no lo sé. No tengo forma de saberlo, no tengo forma de corroborarlo. ¿Se pudo haber creado el Universo a sí mismo? Imposible, porque para poder haberse creado a sí mismo, el Universo habría tenido que poseer primero la facultad para poder pensar, y no podía haber tenido raciocinio alguno cuando aún no existía. No, el Universo no se pudo haber creado a sí mismo, imposible, aunque hoy pueda tener conciencia propia como yo que formo parte de sus incontables millones de células. Necesariamente tuvo que haber sido creado antes de que existiera.
Y en ese momento, como un chispazo, una luz interna le hizo darse cuenta al sabio de que en las interrogantes que se había formulado a sí mismo estaba la única respuesta que se les podía dar.

Con una lágrima asomando por su mejilla, el viejo filósofo comprendió de pronto cosas que están más allá incluso de la filosofía, y comprendió de pronto mucho de lo que había escapado a su entendimiento a lo largo de su vida. Había dedicado todo su ser a encontrar respuestas, y había obtenido la respuesta a la pregunta más importante de todas.

Despidiéndose de su propia reflexión en el espejo, el filósofo extendió sus dedos haciéndose a sí mismo un ademán de despedida, susurrando de modo casi imperceptible: “Gracias, mon ami. No me has defraudado. No me permitiste concluír mi jornada sin antes darme la iluminación que había buscado toda mi vida. No me llevo riquezas conmigo, pero me llevo la mayor de las riquezas. Ojalá y otros tengan la fortuna que yo tuve de poder atesorar lo que es para mí en estos momentos el mayor tesoro de todos”.

Y el eminente filósofo cerró sus párpados esbozando la mayor de sus sonrisas.