domingo, 25 de octubre de 2015

Ex Primer Ministro inglés que pide perdón

Casi al borde del llanto (y posiblemente con una caja de pañuelos desechables Kleenex en caso de ser necesarios), en un extraordinario acto de contrición reconociendo su parte de la culpa y responsabilidad -en lo que a él le toca- por haber metido al Reino Unido en una guerra catastrófica por la cual el Medio Oriente está hoy totalmente desestabilizado y convertido en una cuna de lobos sanguinarios como el mundo no había visto desde el siglo pasado, un muy compungido y arrepentido ex Primer Ministro británico Tony Blair en una entrevista llevada a cabo por la CNN pidió perdón por haber metido al Reino Unido en la guerra de Irak basado en lo que terminó siendo a fin de cuentas puras mentiras, la fantasía de que Irak poseía armas de destrucción masiva, admitiendo que a causa de la invasión conjunta de Estados Unidos e Inglaterra a Irak nació la cruel organización terrorista Estado Islámico que hoy representa el mayor peligro que haya habido para el Medio Oriente desde la caída del Imperio Otomano.

Resulta admirable que Tony Blair por fin haya reconocido, aunque de manera tardía –doce años después de derramar sangre inglesa y buena parte del tesoro británico en la invasión de Irak- su culpa por una guerra que no estaba justificada excepto en puras mentiras. Lamentablemente, su arrepentimiento no va a resucitar a los muertos que perdieron la vida por causa suya, ni les va a regresar sus esposos a las viudas ni les va a devolver a los hijos sus padres, en ambos bandos (Inglaterra y Reino Unido).

Lo que resulta casi inconcebible es que Gran Bretaña se haya enfrascado a tal grado en una guerra estúpida partiendo de información “errónea”. ¿Pues que acaso Inglaterra no era el país privilegiado que tiene el honor de contar entre sus agentes secretos a individuos del calibre de James Bond agente 007? Pues no, eso de los agentes secretos super-héroes que nunca le fallan y siempre triunfan sobre los malos es una fantasía digna de historietas cómicas, a la altura de los pretextos que fueron inventados para justificar la guerra a Irak.

Sin embargo, el principal culpable no fue Tony Blair, sino el que le “lavó el coco” a manera de diablo tentador convenciéndolo de inmiscuír a Inglaterra en una guerra que le era ajena. Y el principal culpable aún no ha presentado ninguna disculpa ni ha mostrado arrepentimiento alguno, todo lo contrario, se anda paseando por todas partes muy orondo como si nada malo hubiera sucedido. Estamos hablando del entonces presidente George Bush. Si bien el presidente Bush estaba plenamente justificado de enviar a las tropas norteamericanas a Afganistán para capturar al principal culpable de los ataques terroristas a las torres gemelas de Nueva York así como atacar al régimen talibán que se negaba entregar a los Estados Unidos a Osama bin Laden, carecía por completo de argumentos y justificación alguna para ordenar también la invasión a Irak que se llevó a cabo en 2003. El descalabro resultante en Irak y la exposición del argumento usado para justificar la guerra –la supuesta posesión de armas de destrucción masiva en manos del dictador de Irak- como una burda mentira, le costaron al General Colin Powell lo que muy seguramente habría sido su virtual nominación a la presidencia de la república y eventual triunfo en las urnas. Hoy ese hombre es un cadáver político sin ninguna aspiración y sin ninguna pretensión a cargo alguno de responsabilidad, no después de haberle fallado junto con George Bush de la manera en la que ambos le fallaron al país en las más importantes decisiones.

Hoy, los norteamericanos ya le están presentando la factura a la familia Bush no solo por el descalabro que resultó ser la guerra de Irak sino por el hecho de que la justificación de dicha guerra fue, de principio a fin, una mentira, una fantasía prefabricada al gusto de los deseos guerreros del presidente. En los sondeos preliminares de los precandidatos del Partido Republicano a la presidencia de los Estados Unidos, el hermano del ex presidente George W. Bush (el ex presidente maldito que a su vez representa al establishment industrial y militar y que metió hasta al fango a sus soldados en la guerra contra Irak) se encuentra a una posición muy distante de los principales contendientes, el payaso Donald Trump y el neurocirujano retirado Ben Carson, a grado tal que ha tenido que recortar gastos de campaña. Él ya sabía de antemano que el apellido Bush, pese a la actuación brillante del padre de ambos hermanos Bush, por culpa de su hermano y la guerra de Irak era más un pasivo que un activo, a grado tal que cuando lanzó su candidatura para la nominación presidencial por parte del Partido Republicano omitió deliberadamente en sus posters de pre-campaña la palabra “Bush” y ha usado únicamente su nombre de pila “Jeb”, como si la palabra Bush fuera anatema. De cualquier modo, no le sirvió de nada, y muchos norteamericanos no quieren saber nada que tenga que ver con la familia Bush.

¿Pedirá perdón algún día George Bush al pueblo norteamericano por haber metido al país en una guerra que tiene ya un costo acumulado superior a los dos trillones de dólares y que ha causado más muertos que los civiles que murieron con los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, pese a que el entonces presidente Bush fue claramente advertido en una carta por el Papa Juan Pablo II (hoy elevado a la categoría de Santo de la Iglesia Católica) de no llevar a cabo esa guerra con unas observaciones del entonces Papa que resultaron proféticas? No se antoja probable, ya que el muy cínico se sigue paseando por todos lados muy conchudo como si nada, atendiendo las fiestas de la alta sociedad a las que todavía es invitado (ya no lo invitan tanto como antes en vista de su pérdida de popularidad). Posiblemente George Bush pedirá perdón cuando le toque su turno de ir a rendirle cuentas al Diablo. Y ese día muy seguramente le llegará, tarde o temprano, pero le llegará. Se trata de cuentas pendientes que tienen que ser pagadas. El ex Presidente Bush tendrá mucho tiempo de sobra para estar pidiendo perdón y estarse arrepintiendo, más del que él mismo se pueda imaginar.

martes, 20 de octubre de 2015

Salmo 23: el salmo más famoso de la Biblia



En el Libro de los Salmos del Antiguo Testamento en la Biblia, existe un salmo en particular que es repetido mucho no solo en misas y servicios religiosos que se llevan a cabo en México en templos de culto católicos y cristianos, sino también en Estados Unidos sobre todo en las ceremonias de entierro. Se trata del Salmo 23 que por alguna razón destaca sobre todos los demás salmos y es el predilecto de muchas congregaciones cristianas. En Castellano, el Salmo dice lo siguiente:

Salmo 23

1. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

2. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.

3. Restaurará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

4. Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

5. Aderezas mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

6. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida;

En Inglés, el Salmo 23 dice lo siguiente (posiblemente algunos lo reconocerán de lo que han escuchado en algunas películas norteamericanas que o series de televisión en las cuales hay un grupo de personas congregadas en un cementerio en torno a un difunto que está por ser depositado en su lugar de reposo eterno):

Psalm 23

1. The LORD is my shepherd, I shall not want.

2. He makes me lie down in green pastures; He leads me beside quiet waters.

3. He restores my soul; He guides me in the paths of righteousness. For His name’s sake.

4. Even though I walk through the valley of the shadow of death, I fear no evil, for You are with me; Your rod and Your staff, they comfort me.

5. You prepare a table before me in the presence of my enemies; You have anointed my head with oil; My cup overflows.

6. Surely goodness and lovingkindness will follow me all the days of my life, and I will dwell in the house of the LORD forever.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Microsoft, de fabricante de software a hardware

Desde que la empresa Microsoft nació y creció exponencialmente como resultado de un contrato establecido con la empresa de computadoras IBM cuando la otrora poderosísima empresa IBM fabricante de equipos de oficina y computadoras para grandes empresas de todo tipo decidió entrar en el mercado de las computadoras personales caseras basadas en torno a los nuevos circuitos integrados conocidos como microprocesadores, Microsoft siempre se había dedicado única y exclusivamente a elaborar el “software” básico para las computadoras caseras conocido como el sistema operativo. Microsoft no tenía ninguna nave industrial (fábrica) en donde se llevara a cabo el ensamble de tarjetas de circuito impreso con circuitos electrónicos y soldadura y conectores de todo tipo para discos duros o bocinas, no tenía absolutamente nada para construír y vender ni siquiera una computadora de juguete, no tenía nada relacionado con las tuercas y tornillos de la electrónica en lo que hoy se conoce como “hardware”. Su único producto eran programas de sistema operativo reproducidos por millares al principio en simples copiadoras de discos magnéticos flexibles de 5.25 pulgadas, posteriormente en discos magnéticos de 3.5 pulgadas, posteriormente en discos CD y más recientemente discos DVD. Su “planta” en Redmond en el estado de Washington no es un complejo con líneas de producción como las que tienen la empresa Ford, Chrysler, Sony y Samsung, por el contrario es un conjunto de oficinas en las que trabajan los mejores programadores del mundo.

Cuando IBM entró al mercado de las computadoras personales caseras, ya había otro fabricante con el cual IBM deseaba competir directamente, la empresa Apple fundada por Steve Jobs y Steve Wozniak. Tras el ingreso de IBM, el número de fabricantes de computadoras caseras creció para incorporar a empresas tales como Gateway, Compaq, y Dell que ofrecía construír cada computadora de acuerdo a las especificaciones pedidas por el usuario para ser enviada desde Dell a la casa del cliente, además de las empresas fabricantes de las máquinas conocidas como “clones” compatibles con la arquitectura IBM. Nacieron y crecieron también empresas fabricantes de accesorios como Western Digital y Seagate (fabricantes de discos duros), Logitech (fabricante de cámaras Web) y Creative (fabricante de tarjetas de sonido). Todas estas marcas han dejado huella. Sin embargo, no existió una sola computadora personal casera con el logotipo Microsoft porque Microsoft se mantuvo firme en su dedicación exclusiva a la elaboración de los programas sistemas operativos de las máquinas basadas primordialmente en la arquitectura de los procesadores fabricados por la empresa Intel y la empresa AMD.

Microsoft, en efecto, pareció aferrarse desde el principio a la elaboración de software. El único hardware que impulsó con la creación de fábricas de su propiedad fue el de los “Mouse” (ratones de computadora), y esto lo hizo con el verdadero propósito de promover entre el público la adquisición de sistemas operativos como Windows 95 que le daban uso intensivo al Mouse. En efecto, una de las características más atractivas de los nuevos sistemas operativos era el uso del Mouse para llevar a cabo funciones que de otro modo se tenían que hacer de manera engorrosa a través del teclado. Vendiendo Mouses, razonó Microsoft, la gente estaría más interesada en adquirir los sistemas operativos que le daban uso al Mouse, y esto último era lo que realmente estaba Microsoft interesada en promover. Es algo así como la vieja teoría del “rastrillo y la navaja” usada ampliamente por empresas como Gillete que promocionaban casi a precios de regalo, absolutamente irrisorios, rastrillos metálicos cuyo valor real era indudablemente docenas o cientos de veces superior a su precio de mercado. Y si bien muchos compraron esos rastrillos atraídos por los precios de verdadera ganga, muy pronto se daban cuenta de que para poder usar el rastrillo tenían que comprar las navajas de doble filo, las cuales eran vendidas a precio tan elevado por Gillete que con la venta de unas cuantas navajas la empresa recuperaba el costo de invesión en los rastrillos que casi regalaba.

De este modo, no hubo computadora personal alguna con el logotipo de Microsoft, o algún tipo de accesorio como discos duros o modems con el logotipo de Microsoft. Lo más que pudiera encontrarse hubieran sido los Mouse que Microsoft vendía con la verdadera intención de promover sus ventas de software. Es posible que Bill Gates, el presidente ejecutivo que fundó y dirigió a Microsoft, haya decidido mantener a la empresa concentrada única y exclusivamente en el software considerando que el hardware era una cosa tan diferente al software, con tantos problemas técnicos inherentes al hardware, que la empresa Microsoft ya tenía bastante encima con el software al que le tenía que dar mantenimiento como para echarse encima problemas adicionales que no eran de su competencia.

El problema para Microsoft se sobrevino cuando los teléfonos celulares fabricados por empresas como Apple (con su iPhone), Samsung, Blackberry y LG fueron evolucionando, con procesadores de telefonía celular cada vez más inteligentes, a lo que hoy se conoce como las tabletas electrónicas. Microsoft cometió el error de desdeñar la telefonía celular inteligente (cuando no tenía mucha inteligencia) por considerar a tal hardware indigno de llevar por dentro un sistema operativo elaborado por Microsoft, además del hecho de que las capacidades de memoria de las primeras generaciones de aparatos celulares carecían de los recursos computacionales y de memoria suficientes para poder almacenar los voluminosos sistemas operativos de Microsoft (desde siempre, Microsoft ha insistido en la importancia de mantener una compatibilidad de sus productos de software). Y en última instancia, el precio mínimo al cual estaba dispuesta Microsoft a vender sus sistemas operativos a los fabricantes de teléfonos celulares inteligentes hubiera doblado fácilmente el costo de los aparatos volviéndolos menos atractivos para los clientes potenciales.

Microsoft no contó con que ya había una alternativa de sistema operativo básico para teléfonos celulares inteligentes que por cierto era gratuita, el sistema operativo Linux, a partir del cual la empresa Google produjo el sistema operativo Android, esto además del sistema operativo iOS usado en los equipos de Apple que mantiene muchas similitudes con los sistemas operativo Android. No tardaron mucho tiempo en aparecer las tabletas, computadoras compactas sin disco duro y sin conectividad a redes de telefonía celular pero que de todos modos se podían conectar a Internet mediante la transmisión inalámbrica de datos digitales Wi-Fi. Y empezó a suceder algo curioso. El volumen de ventas de computadoras personales, en las cuales basaba Microsoft sus ganancias por las regalías cobradas por el uso de sus licencias de sistemas operativos, empezó a descender, a la vez que el volumen de ventas de las tabletas empezó a ascender. Por vez primera, Microsoft empezó a ser desplazada del mercado por un rival peligroso por ser tan eficiente como gratuito. Ya se habló previamente de esto en la entrada “Microsoft en problemas” publicada aquí en esta bitácora el 25 de febrero de 2015.

Preocupada por esta tendencia Microsoft, por vez primera en su historia, empezó a diseñar y fabricar en 2011 sus propios equipos híbridos. Estos productos son una mezcla de una computadora personal tipo laptop y una tableta. Sin embargo, solo fue hasta hoy, en el mes de octubre de 2015, que la empresa de Redmond puede considerarse como un fabricante más de hardware (además de fabricante de software), con la introducción de su propia computadora laptop. A la nueva y esperada generación de Surface, la compañía anunció en Nueva York la adición a su gama de productos de su primer portátil “convencional”, Surface Book, fabricado con el logotipo Microsoft puesto en la máquina identificándola como una máquina Microsoft. Es un equipo extremadamente potente, pensado para ejecutar juegos de última generación o software de edición de video, con una pantalla de 13.5 pulgadas y una resolución elevada (6 millones de pixeles), que usa los procesadores más recientes de Intel Core, una tarjeta Nvidia GeForce GPU y con una memoria GDDR5. La pantalla puede ser separada del teclado para ser utilizada como una tableta, aunque con menos potencia y autonomía que cuando se encuentra anclada a la base (el teclado). El inesperado anuncio puso a Microsoft en competencia directa con la gama Macbook Pro de Apple. Microsoft asegura que el equipo es hasta un 30% más potente que los equipos de Apple.

Las máquinas Surface Book con las cuales Microsoft rompe definitivamente con su tradición de mero fabricante de software no son baratas, como pudiera esperarse, aunque esto ya no tiene mucho que ver con el costo usualmente alto de los sistemas operativos de Microsoft para estas nuevas máquinas sino más bien con el costo del hardware que representa tecnología de punta. Enfocado a la gama alta del mercado, Surface Book tendrá un precio aproximado de 2 mil 500 dólares en su configuración básica, y está programado para salir a la venta en las tiendas a finales de este mes. A este precio, no puede competir con algunas computadoras laptop ordinarias que se venden en las economías emergentes, pero la intención parece ser el querer establecer un precedente de Microsoft como fabricante de equipos que usan tecnología avanzada y a prueba de fallos.

De cualquier modo, al mismo tiempo que Surface Book sale a la venta, llegará al mercado la nueva generación de tabletas Surface de Microsoft, Surface Pro 4. La nueva tableta Surface tiene 12.3 pulgadas de pantalla, marcos más delgados y una nueva cubierta con teclado con teclas más parecidas a las de una portátil convencional. Una de las novedades más interesantes es que Surface Pro 4 incluirá un lector de huellas dactilares en el teclado. Como en los modelos anteriores, la tableta incluye un lápiz digital con 1024 niveles de presión. En la parte posterior de la tableta Microsoft integró una cámara de 8 megapixeles, para estar a tono con lo que los usuarios de las tabletas esperan de ellas. El precio de la Surface Pro 4 es de 850 dólares aproximadamente, incluyendo el lápiz digital más no la cubierta con el teclado.

Por si lo anterior fuese poco, Microsoft develó al mismo tiempo en Nueva York dos teléfonos Lumia de alta gama, el Lumia 950 que tiene una pantalla de 5.2 pulgadas de alta calidad (HD), 32 gigabytes de memoria y una cámara de 20 megapixeles con un costo total de venta de 549 dólares, y el Lumia 950 XL que tiene una pantalla de 5.7 pulgadas HD y también una cámara de 20 megapixeles (a modo comparativo, las cámaras de los últimos iPhone 6S y 6S Plus son de 12 megapixeles). Ambos teléfonos tienen un escáner de iris del ojo del propietario, para desbloquear el acceso al aparato.

El problema de Microsoft no es que quiera lograr o mantener predominancia en el mercado de hardware de aparatos computacionales. Lo suyo nunca fue el hardware. Su fuerte siempre fue el software. Su lucha en realidad es contra un sistema operativo gratuito llamado Android ademas del sistema operativo iOS de Apple que es lo que se está utilizando en los teléfonos celulares inteligentes y tabletas electrónicas cada vez más potentes que están desplazando las computadoras personales PC en donde Microsoft era el rey. Para Microsoft la sola idea de un futuro en el que se vendan más computadoras laptop y combinaciones híbridas de laptop-tableta en las cuales su sistema operativo sea Android o bien el sistema operativo iOS de Apple -arrebatándole a Microsoft su monopolio de software- es impensable. Y como los fabricantes de los teléfonos celulares inteligentes y las tabletas no están dispuestos a adoptar en sus máquinas un sistema operativo caro como Windows habiendo una alternativa de bajo costo como Android, para mantener su predominancia en el mercado de software Microsoft se ha visto forzada a entrar de lleno en lo que no quería, en el diseño y fabricación de sus propias máquinas, de su propio hardware, empezando con teléfonos celulares como Lumia hasta laptops como la Surface Book que se acaba de introducir. Se trata de un asunto de supervivencia de la empresa de software más poderosa del mundo enfrentando una pérdida de mercado que ya le costó a Steve Ballmer su caída.

Lo trascendental a fin de cuentas es el hecho de que Microsoft está rompiendo definitivamente con su añeja tradición de enfocarse única y exclusivamente al software desentendiéndose por completo de lo que esté sucediendo con el hardware. Esto es parte de su respuesta al reto puesto encima por un lado por los productos de telefonía celular inteligente fabricados por la empresa Apple (los iPhone), y las cada vez más populares tabletas electrónicas equipadas con el económico sistema operativo Android elaborado y refinado constantemente por la poderosa empresa Google a la cual Microsoft posiblemente le tenga más temor que a la misma Apple.

viernes, 2 de octubre de 2015

USA and the Syrian challenge

As this entry is being written for this blog, Russia is carrying out a series of bombing raids in what amounts to a major escalation of the war raging on inside Syria that started as an internal civil war and is quickly becoming worldwide.

The presence of Russian fighter jets in Syria, which may eventually be followed by the presence of Russian soldiers fighting alongside the regular army of Syria against all the rebel factions, has been called a game changer. Not since the days of the Cold War has there been such a direct involvement of Russia in the Middle East.

At first, the direct military involvement of Russia in the Syrian conflict may seem rather puzzling. After all, the disastrous Soviet invasion of Afghanistan in a war that was never won by the invader is considered today by historians to have been one of the key factors in the economic bankruptcy of the Soviet Union and the eventual collapse of the U.S.S.R. The Russian economy is still reeling from the economic sanctions imposed as punishment for its military support of Ukrainian separatists, and still has to come up with the money that will be required to pay for the 2017 FIFA World Cup championship. So we may ask: didn’t the Russians learn anything from their sore experience in Afghanistan? Have they gone crazy?

One of the contributing factors in the defeat of the Soviet Union in Afghanistan was undoubtedly the support given by the USA to the rebel terrorist groups in Afghanistan who were fighting to expel from Afghanistan the Soviet invaders (at the time, they were not branded as terrorists, they were called “freedom fighters” since they were fighting the “bad guys” of the Soviet Union). It was the USA who provided these so-called “freedom fighters” groups with a lot of money and training and sophisticated weaponry such as Stinger missiles used to shoot down Russian aircraft. Were it not for this help, perhaps the Russians would still have a presence in Afghanistan even with the Soviet Union dismantled.

Among the rebel groups fighting against the Soviet presence in Afghanistan there was a man by the name of Osama Bin Laden, precisely the man who headed the now international terrorist organization called Al Qaeda. Yep, Osama Bin Laden himself. The followers of Bin Laden as well as Bin Laden were funded and trained from beginning to end by the CIA in order to ensure the defeat of the Soviet Union in Afghanistan. It is as simple as that. Thus, in the end it was the USA itself who provided the means and resources to the same ungrateful Muslims who a short time later launched a devastating attack upon US soil that brought down the Twin Towers, smashed the Pentagon, and probably would have erased Capitol Hill were it not for the true heroes of United Airlines Flight 93 who gave up their lives in trying to stop the fourth aircraft that was en route to smashing either the White House or Capitol Hill. The policy makers in Washington should have known better that making a deal with Osama Bin Laden and his cronies, which was the same as making a deal with the Devil, would have catastrophic consequences in the near future.

The crushing defeat of the Soviet Union in Afghanistan followed by the pullback of all its military personnel from that country enabled the Taliban to take over Afghanistan turning it almost immediately into a safe haven and sanctuary for Osama Bin Laden and his terrorist network Al Qaeda. Shortly thereafter, with the Soviet Union gone, the USA was forced to fill the void left by the Soviet Union, spilling the blood of American servicemen in order to overthrow the Taliban regime (which was unapologetic in its harboring of the mastermind of the 9/11 attacks) and go after Osama Bin Laden, getting involved in a trillion-dollars war in Afghanistan which is still being waged at this very moment in what amounts to an enormous expenditure of blood and treasure on the US side (for the USA this has been its longest war lasting now 14 years, and it is far from over). Thus, the US government, ill-advised then by think-tanks thought to be the epitome of wisdom, and acting with the foresight of Doctor Frankenstein, ended up creating its own monster. And quite a monster it turned out to be! Perhaps these facts are not being taught in the USA as forcefully as they should in American History 101 at all levels all the way from elementary to college.

At the time, US support of the Muslim terrorist Osama Bin Laden and his crazed followers in their fight against the Soviet Union was considered by Washington policy-makers as “the right thing to do”, it was almost a patriotic duty to support all those who fought in Afghanistan for life, liberty and the pursuit of happiness. That was the “best” advice given to the President. There was even a “Rambo” film (with Sylvester Stallone) portraying the Russians as evil murderers of Afghanistan civilians. The Russians were “the bad guys” and the Taliban, Osama Bin Laden and his entourage were “the good guys”. That is, until September 2001.

Looking back, the American involvement in the expulsion of the Soviet Union from Afghanistan soil that ended up installing the Taliban in power and fostered in that country the protection and expansion of one of the most dangerous terrorist groups in that part of the world is considered by many historians not merely as a major display in the lack of foresight and intelligence, but indeed a major and inexcusable blunder.

It might be argued that the US invasion of Afghanistan in 2001 was well justified on the basis that the Taliban were refusing to hand over the mastermind of the 9/11 attacks. This refusal could be taken as an act of war considering that the Taliban regime was giving safe haven to the Al Qaeda terrorists, and thus the Taliban regime could be considered to be in defiance and in a virtual state of war against the USA. The intelligence community and the military in the USA seem to have forgotten that the triumph in Afghanistan with the removal of the Taliban from power, in contrast with the Iraq fiasco, was due to a major push carried out by the Northern Alliance forging ahead in spite of being advised at the time by US military advisers to hold back. Were it not for the help of the Northern Alliance made up of all those tribes in the country who were fed up with the Taliban, the Afghanistan experience could have been much worse than it was. In contrast, the USA had no help in Iraq because there was no Northern Alliance, Iraq being instead an artificial nation carved up since the end of World War I with three different portions of territory inhabited by Sunni MuslimsShiite Muslims and Kurds. These rivaling factions were being held together as a single country by just one man, a ruthless dictator by the name of Saddam Hussein, without whom the plunging of Iraq into a bloody civil war was more than predictable. Like it or not, that’s what it took to hold Iraq together.

But going back to the Russian involvement in Syria, the question persists: Have the Russians gone mad, considering the prolonged quagmire they had to endure in Afghanistan which ended up in their defeat during the times of the Soviet Union?

Currently, Syria is the only ally of Russia left in the Middle East, since the days of the Cold War alliances. If Bashar Al Assad falls, Russia will have no influence left in the Middle East. Very obviously, the intention of Russia is not to remove Bashar Al Assad from power but rather to prop him up and avoid his collapse, a position contrary to the US objective which is precisely the removal of Bashar Al Assad, reflecting the position of the prominent figures inside the US government that the ruthless dictator Bashar Al Assad must be removed from power. Just like Russia, these so-called experts seem to have learned absolutely nothing from the American fiasco in Iraq, where the removal of Saddam Hussein from power was the main objective of the war against Iraq,

Let us assume for a moment that the Devil grants the US government its wish and Bashar Al Assad ends up dead at the hands of those seeking to overthrow him. Then what? Who is going to replace Bashar Al Assad? Who is going to take his place? It is exactly the same thorny issue that President Bush did not care to address when he sent US troops to invade Iraq. After proclaiming his war on terror President Bush once said “we are going to win this war”. Fourteen years have gone by, and there seems to be no end in sight to the chaos in the Middle East. Is this “war” really winnable? Who said so?

Just like with the involvement of the Soviet Union in Afghanistan where the Russians didn’t get anything in return except the shame of defeat, the USA has gotten nothing in return for its involvement in Iraq except grief, worldwide shame and condemnation, widows, orphans, blood, and an economic loss upwards of one trillion dollars.

Another story with some similarities to the events unfolding in Iraq has to do with Libya, once ruled by the ruthless dictator Muammar Gaddafi. At one time considered by US policy-makers as a despicable ruler that had to be removed one way or the other, Gaddafi was actually the target of an assassination attempt by the US government using cruise missiles in the now famous Operation El Dorado Canyon where the home of Gaddafi was one of the military targets (although Gaddafi escaped this assassination attempt, two of his sons were reported as injured). Thus, the attempt against Gaddafi carried out by the US military in 1986 failed, but the will to remove Gaddafi remained. Then one good day, as a result of the Arab Spring, Libyans revolted against Gaddafi and finished him once and for all. And what happened shortly thereafter? That Libya ended up a thousand times worse than before, embroiled in an internal strife that has crippled Libya bringing it down to its knees, thus becoming a failed state. The murdering of US officials at the US Embassy in Benghazi was a direct consequence of Gaddafi no longer ruling Libya. And to date, there is no one in Libya capable of bringing that country back to the calm it had before the downfall of Gaddafi. Gaddafi was indeed a demon cloaked in human skin, but in that part of the world he was precisely the kind of demon required to keep things from falling apart as they are now.

And what about Egypt? When President Hosni Mubarak, in office since 1981 (a period of relative calm and tranquility) was toppled in February 2011 as a result of the Arab Spring and elections were held in Egypt for the very first time among the cheers of a jubilant people, the new Egyptian ruler Mohamed Morsi, the first democratically elected president in the history of Egypt, was quickly hailed by Washington and even by the US media as one of the “good guys”, thought to be the democratic president who would bring about prosperity and happiness to the country. Hurrah for democracy! But alas, in a matter of months he took off his mask, the mask of a moderate, and showed the true hidden intentions of the Muslim Brotherhood he represented: turn Egypt into an intolerant Islamic state ruled with an iron fist under the Sharia law. Things went from bad to worse until the Egyptian military was forced to intervene by ousting the Muslim radicals from power, with many Egyptians more than fed up with their failed experiment in democracy, at least for the time being in time frames measured in millennia as they do in those places. So, in the end, the “good guys” of Egypt were not that “good” after all. So far Egypt seems to be holding together precariously under a tense Mexican standoff. Mubarak may have been corrupt, but at least he kept things under control and even managed to maintain diplomatic relations with Israel keeping alive the peace deal forged by Anwar El Sadat, which is more than can be said for most Arab neighbors of Israel. And with him gone, who can fill his shoes? Certainly not the Muslim Brotherhood. Democracy may be good for Western-style nations, but in that part of the world and with rare exceptions such as Israel and Turkey, it is non-functional, democracy is not an option.

It has been forgotten by many that the US invasion of Iraq was justified on what amounts to clumsy (to say the least) intelligence, the claim of an arsenal of weapons of mass destruction in the hands of Iraqi dictator Saddam Hussein, a claim that in the end proved to be false. No weapons of mass destruction were ever found in Iraq, and indeed by now that claim can be safely branded as a lie. How does a country that claims to have the best minds in the world in its military and intelligence communities end up waging an extremely costly war basing its most important decision, the decision to go to war and invade, upon a lie? Go figure.

The war in Iraq, a war that ended up costing upwards of a trillion dollars and a lot of American blood (the Britons had to pay their fair share as accomplices of the warmongering blood-thirsty President George Bush), was waged on what finally amounted to a lie. Yet, to date, no one in the CIA, the NSA and the military was ever held accountable for such a major blunder, no one was ever fired or relieved from duty or asked to resign, no one was even reprimanded. Likewise, not a single US politician, including former members of the US presidential cabinet and the US military, and not even former President George Bush (the culprit number one of the fiasco, the man who on final analysis took the final decision to invade Iraq), has stepped up front offering an apology to the American people by saying something like “I accept my part of the responsibility I will have to bear for the rest of my life and even beyond for a stupid war that should have never been carried out” (incidentally, just a few hours before the deadline given by President Bush in its ultimatum to the Iraqi dictator, Pope John Paul II asked Bush not to go ahead with his ultimatum, warning him that if he did so he would be held accountable for his decision and his actions to the Lord himself). When a country commits a lot of blood and treasure to accomplish a military objective, its leadership is obliged to ensure beyond a reasonable doubt that the motive for waging such a war is well justified, its leadership must ensure that it is acting on reliable intelligence and not clumsy opinions presented as dogmas whose credibility is beyond questioning by the rest of the mere mortals who do not belong to the elites in charge of concocting such fantasies upon which major decisions are made.

The problem with the current situation in Syria is that the US government is resorting to the same agencies and organizations that propelled the USA into what is now an ugly quagmire in Iraq, and we can also safely assume that many of the analysts and so-called “intelligence experts” who practically pushed the Iraq invasion agenda through the Washington corridors are still in their office desks. If those agencies, organizations and individuals failed so miserably then, what assurances can there be that they will not make the same mistakes in their evaluations and assessments with regards to the current situation in Syria, especially if nobody will ever get fired or even reprimanded for a job poorly done (not poorly paid, just poorly done)? Already an investment of half a billion dollars used to train and equip so-called “moderate opposition” fighters against Bashar Al Asad was suspended after being called a “friggin’ mess”. Again, it must be asked, are those who were given the task of spending wisely those 500 million bucks of taxpayers money in order to fund a “friggin’ mess” going to be the same “wise guys” who will keep on deciding in the future who are the “good guys” and who are the “bad guys” worthy of US support in Syria and elsewhere in the Middle East? Where is their crystal ball, if they have any? Is it the one they carry to the bowling alley?

The US government position is to foster the downfall of Bashar Al Assad arguing that the “good guys” are those who are fighting to depose him and who are not Islamic radicals, whereas the position of the Russian government is to prop up Bashar Al Assad by bombing and fighting against all those who want him out including the so-called “moderate opposition fighters” supported by the US government. But who can be absolutely sure that the “good guys” who now have the sympathy and the blessings of the US government will not end up as the “bad guys”? Wasn’t the lesson learned in Afghanistan with Osama Bin Laden not enough? How many more lessons are needed in order to assimilate what should have already been assimilated a long time ago?

Finding “good guys” in the Muslim regions of the Middle East is something nigh onto impossible. Let us assume for a moment, just for a moment, that some dumb US Congressman escorts a would-be ally to the White House arguing that those he represents in Syria are in dire need of US support (money!) in their fight against Bashar Al Assad, with the guest repeating: “we the fighters of Al Nusra hate Bashar Al Assad, we consider ourselves his worst enemies, and we have absolutely nothing to do with ISIS”. These magic words could have the presidential cabinet jumping with joy, filling their faces with glee, until some nosy security guard at the White House who has done his homework whispers to their ears that al Nusra is really the Al Qaeda branch in Syria. Does the USA really want Al Nusra to replace Bashar Al Assad in Syria? Still, other as yet unidentified organizations with picturesque names such as Sons of Mustapha, Sworn Enemies of Bashar Al Assad and Holy Warriors of Syria might also come knocking on the door asking for US support, until some really smart guy in Washington (in the unlikely case there happens to be one near the powers that be) asks the pivotal question: “who the hell are these guys anyway, really?”, forcing the Washington decision-makers to shove these wolves in sheep’s clothing off the back door.

The Russians are obviously worried at the possibility that Bashar Al Assad may end up dead with Syria not only following in the footsteps of Iraq and Lybia, but being turned into a country from where the Islamic State ISIS (aka ISIL) will launch a major offensive against its neighbors, gathering enough sympathizers in neighboring countries to help ISIS expand into the Middle East equivalent of what was once the Soviet Union, except much more savage, much more brutal, much more radical.

The Russians have correctly concluded that, without outside help and with Bashar Al Assad fighting not only against ISIS but also against the “good guys” whom the US government wants to support, in the long run he doesn’t stand a chance, he is doomed. ISIS and “the good guys” (those with the blessings of Washington) have a common goal, the removal of Bashar Al Assad from power, but once that goal is achieved ISIS will surely turn against “the good guys” now favored by the USA and will end up assimilating many of them into its ranks while butchering those who oppose them. In the end, the “good guys” in Syria, if there are any left and if there is anybody left who can tell them apart, are no match for ISIS with all of the resources ISIS now has at its disposal, and the flood of refugees currently seeking asylum in Europe attests to the fact that a lot of Syrians don’t believe the situation is going to get any better. Indeed, with Bashar Al Assad gone, ISIS can take full control of Syria in a matter of months if not weeks, and it is unlikely the Russians will be in the mood to salvage the remains. Is the USA willing then to put “boots on the ground” to engage in direct war against an ISIS-ruled Syria. Is the USA ready and willing to open up a new chapter that will require an expenditure of trillions of dollars and thousands of American servicemen either killed or maimed? Wasn’t the Vietnam experience enough? What then have the so-called pundits in Washington learned from all those previous experiences of the past?

That Bashar Al Assad is a cruel and bloody dictator, very much like Saddam Hussein and Muammar Gaddafi, goes without saying. He has used barrel bombs and chemical weapons against his own people. He may be no saint, indeed he can be classified as a villain guilty of major war crimes. And perhaps the Russians themselves even hate him. Yet, if he is overthrown just as the US government now wants, the alternative scenarios appear infinitely worse. The most likely scenario, with Bashar Al Assad dead or gone, is that ISIS will quickly overrun everyone else in Syria and will take full control of Syria, where it will establish a terrorist state with the capability of launching a major Muslim crusade against all its neighbors like Jordan, Egypt, and Lybia, with the aim of extending its control over the entire Middle East and eventually to the rest of the world, including of course Russia. Indeed, the threat posed by ISIS is comparable to or perhaps even greater than the threat posed by the N.S.A.D.P. seven decades ago; and in this respect some frightening comparisons can be established. Unlike Bashar Al Assad who is just one man who simply wants to keep ruling Syria as his father did, ISIS is a movement that is doing its best to extend its tentacles far outside Syria by resorting to heavy indoctrination and brainwashing, exploiting the Internet to recruit new sympathizers from around the world. It is brutal, showing no mercy whatsoever.

Drawing from the American experience in Iraq where the aftermath of the hanging of Saddam Hussein proved to be a disaster in the long run, the Russians have no intention whatsoever of removing Bashar Al Assad, knowing damn well that if they do so the long term consequence of his absence will be a disaster. The Russians already have a Muslim powder keg in their own territory, in Chechnya, with a heavy Muslim population, precisely the birthplace of the two Muslim terrorists who carried out the Boston Marathon bombing. The only thing the Russian Muslims need is a source of “inspiration” either from inside Russia or from the outside telling them that a war with a Muslim banner is winnable. A triumph of ISIS overtaking Syria with the ouster (or killing) of Bashar Al Assad could very well be that source of inspiration. And the Russians perhaps have also concluded that if Russia is suddenly shaken by a wave of unbridled terrorism carried out by Muslim extremists, NATO will not come in to rescue Russia. For the time being, they are on their own in their support of Bashar Al Assad, whom they consider to be a “good guy” (considering the alternatives), and they know it.

Everywhere we look at, the overwhelming evidence is that all the “good guys” on whom the US government relied upon to bring stability to the Middle East either ended up as the “worst guys” we can find on planet Earth, or turned out to be abysmal failures as leaders and political negotiators. If the “good guys in Afghanistan” are really that “good”, why then after 14 years they still require the presence of US troops in Afghanistan in order to keep their country from falling again into the hands of the Taliban? If the “good guys” in Iraq are really that “good”, why then did their soldiers ran like scared rabbits refusing to fight against the approaching ISIS forces, surrendering and leaving behind their weapons and armored vehicles provided to them at enormous expenditures by the US taxpayer, requiring not only the aid of a massive US bombing campaign against the ISIS militants but also the presence of the Iranian military on the ground? Do the “good guys” of Iraq really expect the USA to save them again and again and again to compensate their lack of leadership and courage and their inability to unify their country? If the “good guys” who deposed Muammar Gaddafi in Libya are so “good”, why then does Libya remain as a failed state? As for Syria, any true moderates who might have lived in Syria have already left and are now in Europe with their families starting new lives, and are in no mood to return to a country whose only option to Bashar Al Assad seems to be ISIS.

So what should the USA do with regards to Syria?

For starters, it should give up any attempt to remove Bashar Al Assad from power. Not only could this lead to a direct confrontation with the Russians, the removal of Bashar Al Assad is precisely what ISIS wants now as its primary objective in order to take over Syria completely.

Without putting troops in the ground, the USA should maintain its aerial campaign against ISIS in Syria, giving the Russians a helping hand. For once, the USA should join forces with the Russians at least in this objective. In the neutralization of a worldwide threat such as ISIS the Russians will need all the help they can get, and they need that help now, tomorrow it may be too late.

Likewise, the aerial targeting against ISIS inside Iraq must also be maintained. With ISIS being bombed out of Iraq by the USA and being bombed inside Syria by both the Russians and the USA, this should suffice to keep them in check for the time being. With ISIS being renewed almost daily with the arrival of hundreds of newly brain-washed recruits coming from around the world after being dazzled by the ISIS propaganda, merely bombing ISIS with one hundred daily aerial warfare missions will simply not be enough, considering that ISIS has displayed an amazing adaptability in its response to the means used against ISIS. President Obama himself has warned several times that this is something that will not have a quick solution.

In the long run, the only way ISIS can be defeated is with its total annihilation, and it will be a prolonged effort with no easy solution. The Russians cannot win this war fighting it alone. As a matter of fact, it is likely that ISIS will be able to hold out even with the combined efforts of the USA and Russia working together against ISIS, and some sort of international coalition may be needed.

The Arab neighbors of Syria such as Qatar, Saudi Arabia, the United Arab Emirates and Kuwait must be convinced to provide troops in the ground by convincing them that if Syria falls in the hands of ISIS all of them will be the next objective,

If somebody needs to put “boots in the ground” fighting against ISIS it should be Syria’s neighbors such as Saudi Arabia who, by the way, and according to the International Institute for Strategic Studies (IISS), in 2014 (last year) had the world’s third-largest military budget at around $80.8 billion, smaller than only those of China and the United States. The US economy has already gone bankrupt (the soaring deficit of the federal government is unpayable, and the US government is in no position to pay off all its accumulated debt reducing the budget deficit to zero and starting anew), a situation brought about by the US military involvement in its foreign wars especially in Iraq and Afghanistan. Why should Saudi Arabia expect the USA to enter and fight a brutal war against brutal enemies in Syria without putting its share of blood and treasure, considering the proximity of Syria to Saudia Arabia and the uncomfortable fact that ISIS has Saudi Arabia in its eye? And even though no country likes to fight while receiving some kind of payment for its involvement in the sending of soldiers who will really act as mercenaries fighting foreign wars on foreign soil in return for money and goods, the US federal government has not even had the brains (or the guts) to do this, either by asking all interested parties to foot the bill in the sending of US troops to fight against ISIS in Syria, or at the very least by paying someone else to do the job (disgusting as it may sound, perhaps the USA should pay Russia to take on ISIS with Russian troops in Syria, thus sparing the USA from sending its own troops to Syria for the time being).

Another possibility that has not even been exploited or even suggested by the so-called intelligence experts in Washington is the fact that another country threatened by ISIS is Turkey which, by the way, happens to be a member of NATO. Why not involve NATO by letting NATO provide direct military assistance, troops and equipment to Turkey under the premise that the attack against any member of NATO is an attack against all those who make up NATO? If NATO is of no help in such a predicament against the threat posed against Turkey by ISIS, it if doubtful NATO will be willing or able to fulfill any obligations under other scenarios, or to put it bluntly, the member nations of NATO would not be able to count on NATO when facing a military threat, rendering NATO useless for all practical purposes. And it might be added here that the butcher of Syria Bashar Al Assad has never been a threat to any of the members of NATO, the danger coming from Syria against Turkey is being posed by ISIS, not Bashar Al Assad. Yet another reason to forget about the usefulness of removing him from power.

Finally, a copy of the Bible should be given to each of the so-called “intelligence experts and advisors” who serve Washington, making them read the entire book again and again and again. Not for the purpose of religious indoctrination, but simply to make them realize that, at least in that part of the world, conflicts and wars have been waged non-stop for a long long time, and seldom has there been an epoch of peace in what we now call the Middle East. The Romans thought they could change the pattern, and they finally had to pack and leave just in time to see their own empire crumble.

Muhammad wrote the Quran perhaps truly believing everlasting peace could be achieved, and things are almost as bad today if not worse than during his time. The best that can be hoped for is to try to keep things from spiraling out of control as is the case with ISIS. No government including the USA should consider itself to be in the business of deciding who are the “good guys” and who are the “bad guys”. Likewise, by no means should there be any attempt to intervene in local civil wars by taking sides putting “boots in the ground”, the Vietnam experience alone should have proven how unrewarding it can be to do so. Let the people who live in those regions handle their own problems and fight their own wars. If they cannot agree at least in a truce, nobody from the outside will be able to force them into something they really don’t want. Let them fight it out until they are worn out, and only then come in with humanitarian help (food, medicines, shelters) without taking sides just as Doctors Without Borders and the Red Cross do.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Murió Armando Martínez

Todo lo que alguna vez empieza tiene que terminar algún día. Es la ley de la vida. Es el ciclo natural con el cual el presente se convierte en el pasado para darle paso al futuro que estaba esperando su turno para convertirse en el presente.

Es con mucha pena que se informa aquí a los lectores de esta bitácora que el día de hoy, miércoles 16 de septiembre de 2015, precisamente el día en que se festeja la Independencia de México, falleció Armando Martínez a las 9:00 horas aproximadamente por causas naturales, rodeado en sus últimos momentos de sus amistades y familiares mas cercanos.

Sus amigos y conocidos le llamaban afectuosamente “Manny” en vez de llamarlo directamente por su nombre.

Armando Martínez era un gran tipazo que hizo época en su momento. Este hombre polifacético era amigo de todos (bueno, casi de todos, porque es imposible poder complacer a todos en todo) y tenía dotes indiscutibles de líder y organizador. Seguramente será recordado por muchas cosas, pero posiblemente aquello por lo que será más recordado, aquello que significó para “Manny” su gran salto a la fama, es el haber sido el fundador de uno de los grupos juveniles del rock and roll mexicano más destacados de la década de los sesenta que se mantuvo vigente por varias décadas posteriores, el inmortal grupo conocido como Los Teen Tops. Como el fundador de dicha banda musical, “Manny” tuvo oportunidad de conocer y tratar con cantantes que hoy son toda una leyenda en México, empezando por el mismísimo Enrique Guzmán. Con Enrique Guzmán como vocalista del grupo musical Los Teen Tops, dicho grupo lanzó a la fama éxitos que hasta el día de hoy son recordados, tales como la canción Popotitos, así como otras baladas igualmente famosas. Las disqueras de esos tiempos en los cuales aún se estilaban los discos negros de vinílico tanto los LP (Long Play) que podían contener en ambas caras del disco una docena de melodías así como los más chicos que usualmente contenían una sola melodía en cada lado del disco se los peleaban, y el grupo musical llegó a aparecer incluso en una que otra película. El grupo llegó a grabar éxitos importantes en disqueras como Sony Music (Columbia), Discos Orfeón y Capitol (EMI Music). “Manny”. Fue una de las personalidades que proporcionó el impulso necesario para que México pudiera tener hoy rockeras tan famosas como Alejandra Guzmán, y de hecho el padre de Alejandra Guzmán fué el mismo Enrique que empezó su exitosa carrera al lado de la banda musical fundada por “Manny”. Sin “Manny” no habrían existido los Teen Tops, no tendríamos hoy en la farándula a un rockero de la talla de Enrique Guzmán ni se tendría a una Alejandra Guzmán continuando con la tradición con baladas como Reina de Corazones.

“Manny” era el baterista del grupo musical que fundó. En la siguiente fotografía podemos apreciarlo en el extremo izquierdo en sus años mozos:




Una de las últimas fotografías que se le tomaron a “Manny” en una de sus presentaciones en público es la siguiente en la cual aunque ya no un adolescente continuaba derrochando exhuberancia juvenil demostrando que la verdadera edad es más una actitud mental que una cuestión física, mostrándole al mundo entero que uno es tan joven como se quiera sentir:




Considerados como los pioneros del rock and roll en México, los Teen Tops lograron hacerse de un lugar en la historia de la música mexicana gracias a temas como “La Plaga”, “Confidente de secundaria” y “Buen rock esta noche”.

La banda Teen Tops nació a finales de los años 50, y comenzaron tocando en cafeterías de la capital mexicana, sirviendo incluso de acompañamiento a artistas como Sergio Bustamante. Los hermanos Armando “Manny” Martínez (batería) y Jesús “El Tutti” Martínez (guitarra solista) fueron parte de los fundadores, al igual que Sergio Martell (piano) y Rogelio Tenorio (bajo). Enrique Guzmán se les uniría después. Con presentaciones en fiestas familiares y escolares, lograron su oportunidad de grabar su primer disco gracias a J. Jesús Hinojosa, de la disquera COLUMBIA México (hoy Sony, quien accedió a grabarles en ese entonces bajo su cuenta y riesgo, dado que el género no garantizaba ventas a los directivos, en vista de la naturaleza del mismo y a que solo los artistas consagrados eran éxito seguro; tales eran los criterios de la época, y solo con la valentía del gran visionario Jesús Hinojosa los Teen Tops tuvieron su primera grabación con dicho sello discográfico. El primer sencillo de 78 rpm (disco de pasta rígida), que grabaron el mes de mayo de 1960, contenía “La Plaga” y “El rock de la cárcel”, adaptaciones al Español de famosas canciones estadounidenses “Good golly Miss Molly” de Little Richard y “Jailhouse rock” de Elvis Presley (número uno de acuerdo a los Billboard en el año 1956), ya que en efecto la música de intérpretes norteamericanos como Elvis Presley, Little Richard y Bill Haley fue una gran influencia en el trabajo de los Teen Tops. “Confidente de secundaria”, “Buen rock esta noche”, “Lucila” y “Rey Criollo” formaron parte del primer disco LP, con el que los Teen Tops comenzaron a sonar fuerte en el joven rock and roll mexicano.

En 1961 los Teen Tops grabaron su segundo LP con nuevos temas como:

Anoche no dormí (Another Sleepless Night, de Neil Sedaka)
Pensaba en ti (escrita por Enrique Guzmán a una exnovia de nombre Mercedes)
Rock del Río Rojo (Red River Rock, de Johnny & Hurricanes)
Rock Nena Linda (Rock Pretty Baby, de Jimmy Daley)
Éxodo (Theme From Exodus, de Ferrante & Teicher)
El blues de la mujer cruel (Mean Woman Blues, de Elvis Presley)
Maybelline (de Chuck Berry)
Voy bien o me regreso (It’ll Be Me, de Jerry Lee Lewis)
Presumida (High Class Baby, de Cliff Richard)
Una tormenta es mi amor (Lovin’ Up A Storm, de Jerry Lee Lewis),
Ven Johnny, ven (Johnny b. Goode, de Chuck Berry)
Bailando el Twist (Slippin’ and Slidin’, de Little Richard)

manteniéndose la conformación en los integrantes del grupo por cierto tiempo. En “Another Sleepless Night”, se escucha el bajo prácticamente marcando el tono, mientras que en “Anoche no Dormí”, además de marcar el tono, el bajista adorna la canción con algunas escalas un poco más elaboradas que su predecesora, por ejemplo al inicio encontramos un bajeo (G-G-A-B-C-C-A-G), que no está en “Another Sleepless Night”, y a lo largo de la canción encontramos otras muy agradables escalas que muestran, la técnica exquisita del bajista. La interpretación es tal que que después de más de 40 años encontramos incluso adolescentes que la conocen y disfrutan escucharla. En este mismo año 1961 los Teen Tops lanzaron su tercer disco LP que los consolidó como uno de los mejores grupos de Rock & Roll en español. Los temas incluidos en ese segundo LP son:

La suegra (Mother in Law, de Ernie K-doe)
Zapatos de ante azul (Blue Suede Shoes, de Carl Perkins)
Que tal Marilú (Hello Mary Lou, de Ricky Nelson)
A tu puerta toqué (I’m Gonna Knock on Your Door, de Eddie Hodges)
¿Quien puso el bomp? (Who put the bomp?, de Barry Man)
Popotitos (Bony Maronie, de Larry Williams)
Qué dije (What’d I Say, de Ray Charles)
Deja el sol brillar (Let The Four Winds, Blow de Fats Domino)
Mucho, Mucho amor (Good Good Lovin’, de James Brown)
Una gran fiesta (Let’s Have A Party de Elvis Presley)
No, no, no (de The Chanters)
Tramposa (That’s My Little Suzie, de Ritchie Valens)

Disfrutando de la popularidad obtenida como vocalista de los Teen Tops, Enrique Guzmán se separó del grupo en 1961 para continuar con su propio camino como solista, aunque quedó como muy buen amigo de Armando Martínez con el cual compartió más de una buena e inolvidable noche de farra. Gastón Garcés, César Cervera y Ken Smith fueron otros vocalistas de la banda.

Ya en 1962 apareció el memorable cuarto disco catalogado como el LP DCA-248 de la disquera COLUMBIA. Los temas incluidos en esa colección son:

No, no, no
Comelona
Adoro a mi novia
Rascacielos (I Go Ape, de Neil Sedaka)
Tramposa
Infierno y Cielo
No soy tonto
Tigre (Tiger, de Fabian)
Fachosa
El poeta lloró

Así pues, entre 1961 y 1962 los Teen Tops lanzaron tres nuevas producciones que los consolidaron dentro del gusto de la juventud mexicana gracias a temas como “Anoche no dormí”, “Rock nena linda”, “Presumida” y “Popotitos”. Para ese tiempo ya se habían registrado cambios en la agrupación, pues Enrique Guzmán desarrollaba a la par una carrera solista y algunos temas eran interpretados por Julio Carranza.

El año de 1964 marcó la llegada de la “Ola Inglesa” con grupos nuevos como The Beatles, los cuales trajeron consigo nuevos instrumentos, nuevos ritmos y la manera de tocar el bajo y el requinto. Esto también significó la pérdida de popularidad de los propios Teen Tops y otras bandas contemporáneas como Los Locos del Ritmo y Los Rebeldes del Rock, que ya no alcanzaron a colocar hits musicales como un par de años antes.

En 1965 se disolvió el grupo Teen Tops, que sin embargo regresó a escena en diversas ocasiones y desde hace algunos años realizaban conciertos como parte de “La Caravana del Rock and Roll”. Sergio Martell murió en 1968 y Gastón Garcés falleció en 2010.

Seguramente “Manny” se encuentra hoy reunido con sus amigos y compañeros rockanroleros que se le adelantaron en la jornada, incluidos Sergio Martell, Gastón Garcés, Julio Carranza y Rogelio Tenorio, quienes le acompañaron como integrantes de Los Teen Tops desde sus inicios y a lo largo de los primeros años del rock and roll mexicano de los años 60.

Descanse en paz el gran Armando “Manny” Martínez.


P.S. Se aclara en caso de que pueda haber malentendidos que el creador de esta bitácora no tiene ninguna relación de parentesco, ni siquiera lejana, con el fundador y baterista del grupo musical Los Teen Tops, el gran, único, inolvidable e incomparable Armando “Manny” Martínez. ¿O qué creyeron algunos?

sábado, 12 de septiembre de 2015

Noticia importante para hipertensos

Nos hemos acostumbrado ya a que la ciencia médica avance día con día, lo cual le dá esperanzas a los enfermos terminales de que en el poco tiempo de vida que les queda se descubra un tratamiento o una nueva medicina que les ayude a prolongar su vida o inclusive les proporcione una cura (el SIDA en los años ochenta era una condena a muerte, se trataba de un mal incurable, pero ya a principios del nuevo milenio el SIDA era algo que aunque no incurable ciertamente se puede controlar con “cocteles” de medicamentos que no existían hace 20 años). También, de vez en cuando, se llega a conclusiones nuevas que pueden cambiar de modo radical la manera en la que es tratada alguna condición médica. Uno de tales descubrimientos lo fue el que llevó a cabo un médico australiano de nombre Robin Warren antes del cual la creencia popular en la comunidad médica era que las úlceras gastrointestinales eran la consecuencia de un mal temperamento, producidas por estar haciendo corajes o estar teniendo disgustos con suma frecuencia, y sólo se podían tratar de controlar evitando corajes y disgustos. El descubrimiento del Doctor Warren que derrumbó una creencia establecida que muchos médicos estuvieron dando por cierta y por el cual el Doctor Warren recibió un Premio Nobel demostró que las úlceras gastrointestinales son de hecho el resultado de una infección en el tracto gastrointestinal producida por la bacteria Helicobacter Pylori, y por lo tanto eran tratables e incluso curables con antibióticos con los que ya se contaba. El Doctor Warren basado en su descubrimiento se convirtió en el primer médico que logró curar a sus pacientes de úlceras que ya tenían arrastrando a lo largo de toda una vida, y su ejemplo fue seguido por el resto de la comunidad médica.

Acaba de aparecer en los noticieros mundiales una historia acerca de un descubrimiento que tiene el potencial de poder modificar en forma substancial la manera en la cual los médicos evalúan y controlan uno de los parámetros más vigilados en el mantenimiento de la salud de cualquier paciente: la presión arterial.

La presión arterial, usualmente medida con el brazalete de un manómetro enrollado en el codo del brazo izquierdo, tiene dos valores, el valor de la presión arterial baja (conocida por los médicos como la presión diastólica, siendo ésta la presión en las arterias cuando el corazón se expande) y el valor de la presión arterial alta (conocida por los médicos como la presión sistólica, siendo ésta la presión en las arterias cuando el corazón se contrae).

Desde tiempos inmemoriales, se ha considerado que los valores de una persona sana y normal para la presión arterial diastólica y la presión arterial sistólica deben ser alrededor de 80 y 120 milímetros de mercurio, respectivamente. Esta ha sido la creencia popular entre los médicos del mundo entero. El problema más frecuente que ocurre con la mayoría de la población, sobre todo entre aquellos con sobrepeso o que están acostumbrados a comer alimentos con mucha sal, es el de valores elevados por encima de estos valores comunes, lo cual puede predisponer de manera significativa a la persona a infartos o embolias. Una persona cuyos valores de presión arterial sean de 160 y 240, por ejemplo, está casi a punto de caer fulminada en cualquier momento por un infarto al miocardio o colapsarse a causa de una tromboembolia masiva, y para salvar su vida está prácticamente obligada a someterse de inmediato a un tratamiento médico para bajar cuanto antes ambos valores a lo que se considera normal. La presión arterial elevada no es algo que se pueda “curar” en forma permanente con un tratamiento temporal. Al igual que la diabetes, la presión arterial elevada es algo que se tiene que estar tratando de por vida. Una persona ordinaria que tenga su presión arterial algo elevada por encima de los valores normales usualmente tomará cada 8 horas una pastilla de un medicamento como Enalapril (en una dosificación típica de 10 miligramos), y además tomará una o dos veces al día otro medicamento como Metoprolol en una dosificación individual típica de 50 miligramos (es común que las personas con su presión arterial elevada tomen por lo menos dos medicamentos diferentes). Las dosificaciones son fijadas al principio al tanteo por el médico de acuerdo a su experiencia, y tienen que ser modificadas sobre la marcha de acuerdo a los valores de la presión arterial medidos una vez al día (generalmente después del mediodía), algo en lo cual pueden ayudar mucho los medidores digitales de presión vendidos comercialmente para ser usados por la persona en su propia casa y los cuales tienen que ser correlacionados con los valores que obtenga el doctor en su consultorio.

El control de la presión arterial no es algo que pueda clasificarse como una ciencia exacta, ya que por años los doctores han estado inseguros sobre cuál sea el nivel óptimo para pacientes con presión arterial elevada. El objetivo, desde luego, es bajarla, pero qué tanto y qué tan agresivamente ha sido un misterio. Hay pros y contras -riesgos y efectos laterales de los medicamentos- así como preguntas persistentes sobre si los pacientes de mayor edad requieren de una presión arterial más elevada de lo normal para poder empujar sangre oxigenante al cerebro.

En Estados Unidos, declarando que tenían en sus manos “información que potencialmente puede salvar vidas”, oficiales del National Heart, Lung and Blood Institute (Instituto Nacional de Estudios Cardiacos, Pulmonares y Arteriales) anunciaron el 11 de septiembre de este 2015 que estaban por llegar a la fase final de un estudio adelantando con una año de anticipación la fecha esperada de terminación del estudio, diciendo que los datos específicos serían publicados unos cuantos meses después. La razón para adelantar los resultados del estudio fue porque habían obtenido en forma concluyente una pregunta que los cardiólogos se han hecho a sí mismos por décadas: ¿qué tanto debe ser bajada la presión? La respuesta que obtuvieron del estudio es que la presión debe ser bajada más de lo que se acostumbra hacer en la práctica médica usual.

Un estudio de esta naturaleza, limitado a medir diariamente y conservar los registros actualizados de las presiones arteriales de un grupo poblacional seleccionado al azar, al principio puede parecer un asunto fácil, casi trivial, Sin embargo, no lo es, y no lo es por el hecho de que la presión arterial (sistólica y diastólica) es algo que varía día con día para una misma persona y depende no solo de la hora del día en la que se tomen las mediciones (por ejemplo, acabando de despertar o después del mediodía) sino de lo que la persona haya comido (sobre todo si ha ingerido alimentos salados), depende de lo preocupada o relajada que esté, y hasta del hecho de que esté hablando o que simplemente esté escuchando (se ha descubierto que el estar hablando sin parar es una de las cosas que tiende a elevar la presión arterial). De este modo, los resultados obtenidos no son constantes, y se trata de un efecto que es el resultado combinado de varios factores. En la práctica, un buen doctor le recomienda a su paciente bajo tratamiento que siempre se mida su presión arterial a la misma hora del día (por ejemplo a las 4:00 P.M.) y que lleve a cabo un registro diario recabando por lo menos una semana de datos. Eventualmente, se espera que los diversos factores que varían día con día se vayan promediando fuera, como si fuesen ruido matemático (de datos) dejando únicamente el gran promedio relevante que es lo que importa (el estudio de la obtención de valores estadísticamente relevantes entresacados de un conjunto de varios factores es parte de una rama científica conocida como el Diseño de Experimentos). La importancia del estudio es que fue llevado a cabo efectuando mediciones sobre el mismo grupo de personas no a lo largo de unas cuantas semanas o meses sino a lo largo de varios años. Y para obtener resultados relevantes dentro del grupo de edades en las cuales la presión arterial es algo que tiene a ocasionar problemas, las personas seleccionadas fueron personas adultas con edades cercanas o superiores a la tercera edad, dejando fuera a los jóvenes y niños que no son tan propensos a sufrir enfermedades cardiovasculares relacionadas con valores elevados de la presión arterial.

El estudio encontró que los pacientes en los cuales se mantenía su presión arterial sistólica por debajo de 120, un valor mucho menor que las guías usuales de 140 (o de 150 para personas mayores de los 60) tenían su riesgo de sufrir infartos y embolias reducido en un más de un 30 por ciento, y el riesgo de morir reducido en casi un 25 por ciento. Estos son números estadísticamente significativos, dignos de ser tomados en cuenta por cualquier médico.

El estudio llamado Sprint escogió al azar a más de 9,300 hombres y mujeres con edades de 50 y más que estaban en riesgo de sufrir infartos o que padecían males renales (del riñón), dos valores diferentes de presión sistólica: valores menores a 140, y valores menores a 120, siendo el segundo valor menor que lo sugerido por cualquier guía previa.

Se esperaba concluír el estudio Sprint en 2017, pero considerando los resultados de enorme importancia para la salud pública, el instituto los anunció por anticipado. Al anunciar la decisión, el Doctor Gary H. Gibbons, director del instituto, hizo una declaración diciendo “este estudio tiene información que potencialmente puede salvar vidas”.

En Estados Unidos cerca de 79 millones de adultos, uno de cada tres, tiene su presión arterial elevada, y la mitad de ellos bajo tratamiento y supervisión médica periódica aún tienen presiones sistólicas con valores por encima de 140.

El Doctor J. F. Michael Gaziano, un profesor de medicina en Harvard que no estuvo involucrado en el estudio Sprint, afirmó: “este estudio va a cambiar las cosas”, anticipando que tendría el mismo efecto en el comportamiento de la gente acerca del tema de la presión arterial como los estudios llevados a cabo acerca de la reducción del colesterol cuando demostraron que, contrariamente a lo que se había creído hasta entonces, entre más bajo el índice de colesterol tanto mejor.

“Son noticias emocionantes” dijo el Doctor Mark Creager, presidente de la American Heart Association y director del Heart and Vascular Center en el Centro Médico Dartmouth-Hitchcock que tampoco estuvo directamente involucrado en el estudio Sprint, añadiendo “servirá como una especie de mapa y salvará una cantidad significativa de vidas”.

Si las guías en uso actual son cambiadas como resultado del estudio Sprint, como expertos en el tema de la presión arterial anticipan que ocurrirá, una ya de por sí declinante tasa de mortalidad a causa de infartos y embolias podría reducirse aún más, de acuerdo al Doctor Jackson T. Wright Jr., un experto de la presión arterial e investigador del estudio, agregando que puesto que las enfermedades cardiovasculares son la causa principal de mortalidad en los Estados Unidos, un cambio en los parámetros que son medidos podría reducir la tasa general de mortalidad.

El estudio Sprint se aventuró en un territorio desconocido que algunos han encontrado intimidante. Una presión sistólica que sea naturalmente (sin la ayuda de medicamentos) igual a 120 puede ser algo muy bueno, pero es un asunto diferente empujar artificialmente la presión sistólica hacia abajo con la ayuda de medicamentos. Alcanzar un nivel de presión sistólica tan bajo podría requerir darle a la gente más y más medicamentos, a grado tal que los efectos colaterales podrían cancelar los beneficios que se esperan obtener. La gente de mayor edad podría ser especialmente vulnerable a los efectos indeseables de  una presión arterial mucho más baja puesto que muchas de estas personas típicamente ya toman varios medicamentos para condiciones crónicas propias de la edad, medicamentos con los cuales puede haber una interacción con consecuencias impredecibles. Una presión arterial muy baja podría propiciar mareos y caídas. Cabe agregar que el 28 por ciento de los individuos estudiados en el estudio Sprint tenían edades mayores a los 75 años.

Hay además el otro problema de la presión diastólica. En una persona vegetariana sana y joven con amplia actividad física la experiencia es que tengan una presión arterial típica con un valor que oscila en los 80, y muchos médicos se guían por los valores de la presión diastólica más que por los valores de la presión sistólica. Si tomamos como valores ideales de la presión diastólica y la presión sistólica los números 80 y 120, entonces esto supone un problema para una persona que tenga valores de presión arterial que anden en 110 y en 170. Si con la ayuda de medicamentos bajamos la presión diastólica de 110 a 80, o sea 30 unidades, podemos anticipar que la presión sistólica bajará también unos 30 unidades, o sea que bajará de 180 a 140. Y si bien la presión sistólica de 140 está en un nivel que todavía se considera normal de acuerdo a las guías en uso actual, de acuerdo al estudio Sprint 140 es un valor que está 20 unidades más arriba del valor al que debería de estar. Y aquí surge una pregunta importante: ¿Es posible bajar de modo independiente los valores de la presión diastólica y sistólica? Desafortunadamente, no. No es posible bajar de manera independiente la presión diastólica con un medicamento y la presión sistólica con otro medicamento diferente. Si se suministra un cierto medicamento para bajarle la presión arterial a un paciente, ambas presión diastólica y sistólica bajarán. No existe un medicamento para bajar la presión sistólica manteniendo intacta la presión diastólica, como tampoco existe un medicamento para bajar la presión diastólica manteniendo intacta la presión sistólica. En pocas palabras, el rango de diferencia que hay entre la presión sistólica y la presión diastólica se mantiene más o menos constante al tomar un medicamento para bajar la presión. Y he aquí el problema. En la persona cuyos dos valores de presión arterial son 110 y 170, el rango de diferencia es igual a 60. Si con la ayuda de un medicamento se baja la presión diastólica de 110 a 80 y el rango de diferencia se mantiene constante, entonces la presión sistólica bajará de 170 a 140. Pero si, de acuerdo al estudio Sprint, el nivel ideal de la presión sistólica es de 120, bajar en este paciente la presión sistólica de 140 a 120 requerirá de medicamento adicional para bajar dicha presión a 120. Pero si el rango de diferencia se mantiene constante, entonces la presión diastólica que estaba en 80 bajará a 60, un valor que muchos médicos considerarían excesivamente bajo y tal vez hasta peligroso.

Lo ideal sería que hubiera medicamentos para bajar en forma independiente la presión diastólica y la presión sistólica, de modo tal que pudiera haber un control total sobre el rango de diferencia entre ambas presiones. Pero esos medicamentos todavía no se descubren. Lo único que se tiene en el botiquín son medicamentos que bajan ambas presiones arteriales.

Hay otra manera de cerrar el rango de diferencia entre la presión diastólica y la presión sistólica. Pero esto no involucra la ingesta de medicamentos. Involucra el llevar una vida lo más sana posible. Se requiere evitar el sobrepeso, hacer ejercicio en forma rutinaria, evitar tomar alimentos con mucha sal (esto implica un sacrificio para las personas acostumbradas a tomar alimentos con mucha sal, tales como galletas saladitas o salmón noruego) y tratar de llevar una vida tranquila sin sobresaltos (los disgustos propios de una vida agitada llena de problemas tienden a elevar de manera significativa la presión arterial, y es común escuchar anécdotas acerca de ejecutivos que bajo la preocupación de las decisiones importantes que tienen que tomar y las responsabilidades que tienen en sus manos terminan infartados cayendo de bruces en sus escritorios).

Cerrando la ventana de diferencia entre los valores de la presión arterial diastólica y sistólica, resultaría más fácil acercar ambos valores a los niveles ideales de 80 y 120, satisfaciendo el tope ideal máximo de 120 que impone el estudio Sprint sobre la presión sistólica. De este modo, resulta más fácil hacer la transición hacia la nueva guía sugerida por el estudio Sprint, pero por lo pronto ello solo se logrará complementando el uso de medicamentos con las costumbres de una vida sana que de haberse llevado desde un principio le habría evitado al paciente el tener que depender de por vida de medicamentos para mantener controlada la presión arterial.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Macho man



La foto de arriba nos muestra a uno de los grandes atletas del siglo pasado, ni más ni menos que el supercampeón de los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, ganador indiscutible del Decatlón, hombre entre los hombres, campeón entre los campeones, único e inigualable, el prototipo del Superman
que todos quisieran ser, el hombre capaz de sobresalir en deportes que requieren de la más excelente fortaleza física, el hombre capaz de aguantarse como los machos todos los dolores y sufrimientos físicos de los que pueda ser objeto el cuerpo humano, dolores que harían desfallecer y desmayarse a cualquiera que no sea un verdadero “macho”. El deportista super-hombre es padre de dos lindas  mujercitas, una de las cuales es una chica de nombre Kendall:




La leyenda del macho es un tema mítico que ha sido reciclado una y otra vez sobre todo en países como México en donde el grito de hombría ha sido por generaciones “yo soy muy macho”. Este estereotipo no es privativo de México, en Inglaterra el macho es simbolizado por personajes como el agente del servicio secreto británico James Bond, un hombre de mundo capaz de enfrentarse y derrotar a los peores villanos del mundo y ante cuyos pies se le rinden las mujeres más hermosas fascinadas por su porte elegante y su gusto por los buenos vinos.

Teniendo en mente a ejemplos de excelencia olímpica como el atleta que se acaba de citar, grupos musicales como The Village People compusieron música disco muy en boga en las discotecas de los años setenta y ochenta, piezas dedicadas a plasmar las aspiraciones del hombre ordinario de poder convertirse en el super-hombre, en el hombre-macho que no se doblega ante nada y que se mantiene firme sin importar lo duro que se pongan las cosas. La canción emblemática de The Village People con letra que habla del hombre que quiere ser todo un macho-man) es  precisamente Macho Man. La letra original en inglés de dicha canción es la siguiente:


Macho Man
The Village People, 1978


Body, wanna feel my body,
body, baby, such a thrill, my body
Body, wanna touch my body,
body, baby, it’s too much, my body
Body, check it out, my body, body,
baby, don’t you doubt, my body
Body, talking about my body, body,
baby, checking out my body

Listen here

Every man wants to be a macho man
To have the kind of body always in demand
Joggin’ in the mornings, go man go
Workouts in the health spa, muscles grow
You can best believe me
He’s a macho man
Glad he took you down with anyone you can
Hey, hey, hey, hey, hey

Macho, macho man
I gotta be a macho man
Macho macho man
I gotta be a macho

Macho, macho man
I gotta be a macho man
Macho macho man
I gotta be a macho

Body, its so hot, my body,
Body, love to pop my body,
Body, love to please my body,
Body, don’t you tease my body,
Body, you’ll adore my body,
Body, come explore my body,
Body, made by God, my body,
Body, it’s so good, my body

You can tell a macho, he has a funky walk
his western shirts and leather, always look so boss
Funky with his body, he’s a king
call him Mister Ego, dig his chains
You can best believe that, he’s a macho man
likes to be the leader, he never dresses grand

Hey! Hey! Hey, hey, hey!
Macho, macho man
I’ve got to be, a macho man
Macho, macho man
I’ve got to be a macho! (all right)

Macho, macho man (yeah, yeah)
I’ve got to be, a macho man
Macho, macho man
I’ve got to be a macho! All Right!

Body, my body, body, wanna feel my body
Body, baby, body, body, come and thrill my body
Body, baby, body, body, love to funk, my body
Body, baby, body, body, it’s so hot, my body

So hot, yeah my body
Allright

Every man ought to be a macho, macho man
To live a life of freedom, machos make a stand
Have your own lifestyles and ideals
Possess the strength of confidence, that’s the skill
You can best believe that he’s a macho man
He’s the special god son in anybody’s land
hey, hey, hey, hey, hey

Macho, macho man
I gotta be a macho man
Macho macho man
I gotta be a macho

Macho, macho man
I gotta be a macho man
Macho macho man
I gotta be a macho

Macho, macho man
I gotta be a macho man
Macho macho man
I gotta be a macho

I gotta be a macho man
I gotta be a mucho mucho, macho macho man
I gotta be a macho


Otra pieza musical de la época disco que resume la glorificación de aquél afortunado que es todo un hombre (frase inmortalizada por el novelista Miguel de Unamuno en su novela “Nada menos que todo un hombre”) es la siguiente interpretada por Celi Bee:


Macho (A Real Real One)
Celi Bee
Alternating Currents, 1978


(Hello, baby)

Strong, cool,
deceiving
he gets into your life
somehow conceited
knowing just what
he wants
(Coro)
He’s got the macho in his heart (3x)
He’s a
macho!
A real, real one - Macho!

(Hey pretty mama)

Lost in his
ego
Shining like a superstar
Sensual vibrations
can hit you any
time

Coro de repetición...

Macho! - a real , real one (4x)

He’s
got the macho in his heart (4 x)

(I know I got it, baby)

Macho! -
a real, real one (8x)


En la interpretación original de esta canción, la voz que repite “a real, real one” es emitida en un tono acústico notablemente bajo con la voz grave de un “tenor entre los tenores”, simulando una voz muy ronca, la voz de todo un verdadero macho, un macho de a deveras, uno que es “verdadero, verdadero”.

El macho man no solo está moldeado en torno a personajes de aspecto varonil tales como el agente secreto británico James Bond, sino inclusive hasta en juguetes como el soldado G.I. Joe.

En México, el machismo ha sido un fenómeno muy extendido, y la frase predilecta usada por muchos “machos” de barrio es “yo soy muy macho”. Su estereotipo clásico es el del charro valiente, peleonero, pistolero, borracho y llorón (llorón por los efectos de la borrachera, no por ser un cobarde, se aclara),  estelarizado por actores varoniles como Pedro Infante, Jorge Negrete, Luis Aguilar y Vicente Fernández. Hay canciones como la que dice “De Cocula es el mariachi, de Tecalitlán los sones; de San Pedro su cantar, de Tequila su mezcal, y los machos de Jalisco afamados por entrones por eso traen pantalones”. Puesto que el machismo afloró primero en México en el imaginario popular mucho antes de que fuera llevado a su glorificación en la música disco con el macho-man, se puede decir que el “macho” es en buena medida una creación mexicana que fijó estereotipos para los machos de otros países.

Regresando a la pieza musical “Macho Man”, a continuación tenemos un close-up de los integrantes del grupo musical The Village People que compuso y pregonó a los cuatro vientos la canción cuya letra se ha dado arriba:




Muy machos, ¿verdad?

Pues no precisamente.

Resulta que los integrantes del grupo Village People no eran hombres a los que les gustaran las mujeres; eran hombres a los que les gustaban los hombres. En pocas palabras, eran homosexuales, eran lo que hoy se conoce como gays. No era posible concluír esto por sus apariciones en el escenario, ya que estos hombres musculosos no se besaban entre sí ni besaban a otros hombres en público, como tampoco se maquillaban ni se vestían como mujeres, se vestían como lo que vemos arriba. Muchas mujeres norteamericanas que habrían deseado pasar por lo menos una noche con cualquiera de ellos acostumbraban decir “what a waste of good meat” (que desperdicio de buena carne). Esto parece ser una cosa contradictoria, porque supuestamente no debería ser posible combinar la imagen del “macho man”, el hombre al que le gustan las mujeres y ante el cual se rinden a sus pies todas las mujeres, y el homosexual a quien le causa asco la sola idea de tener una relación íntima con cualquier mujer. Aquí es importante distinguir entre dos tipos de homosexuales, el homosexual afeminado al que le gusta hablar con voz de mujer, depilarse de cuerpo completo como una mujer, maquillarse como una mujer, y adoptar manerismos de mujer, y el homosexual no-afeminado cuya voz no es disfrazada ni simulada para parecer chillona, no se maquilla como mujer, ni adopta manerismos propios de una mujer. Los integrantes del grupo The Village People popularizaron en buena medida al homosexual que sin hacer a un lado su condición de hombre homosexual sentía que podía asimilar en buena medida las otras características que en el imaginario popular definen al “macho man”. Después de todo, ¿cómo se habrían visto en el escenario dando saltos de ballet vestidos con tutús color de rosa, o sea el ropaje que usan las ballerinas?

Un ejemplo conocido del homosexual no-afeminado que de alguna manera se las arregla para seguir ejerciendo una atracción en las mujeres es el ex-integrante del grupo Menudo, Ricky Martin, el cual decidió “salir del closet” admitiendo libremente su homosexualidad. Después de darse a conocer abiertamente como un homosexual y ligarse como parejas a otros hombres, su carrera artística entre cuyos admiradores se encuentran millares de jovencitas no se ha visto menguada en lo absoluto, ellas ya saben que Ricky Martin es homosexual, pero de cualquier manera siguen abarrotando sus conciertos, y si pudieran (y si Ricky Martin se prestara a ello), pues es muy posible que verían con agrado la posibilidad de ser pareja de Ricky Martin aunque fuese por unas cuantas horas, a sabiendas de que no es posible tener con él una relación a largo plazo no por los compromisos de su carrera artística sino por el hecho de que Ricky Martin no fue hecho para convivir con mujeres, fue hecho para convivir con hombres.

Bueno, si los que popularizaron las notas musicales que glorifican al “macho man” no son al cien por ciento lo que se espera de todo un “macho man” como Jorge Negrete o como el ficticio James Bond, al menos el atleta cuya fotografía abre este artículo sí se puede decir que es todo un hombre macho, ¿no es así?

Pues tampoco.

Resulta que el atleta se llama Bruce Jenner. Es el mismo que hace poco anunció su cambio de vestimenta y personalidad para presentarse ante el mundo entero como toda una gran dama, Caitlyn Jenner:






El cambio fue tan radical y tan trascendente, que en Wikipedia se eliminó su entrada biográfica en la cual se le encontraba bajo el nombre Bruce Jenner, y hoy únicamente se le puede encontrar en Wikipedia como Caitlyn Jenner. Ante el “cambiazo” que dió Bruce Jenner, la madre del atleta (perdón, la atleta) manifestó que estaba “muy orgullosa” por la decisión de su hijo (sin comentarios) y las Kardashian también lo apoyaron en forma casi unánime. A diferencia de casos como el de Ricky Martin que decidió continuar con su vida con su imagen masculina, Bruce Jenner decidió afeminarse en su totalidad, adoptando un porte femenino y un gusto por los maquillajes y la ropa sexy que realcen el lado femenino de su belleza, algo así como una “macho woman”. Al poco tiempo de convertirse en una mujer ya presumía unas pestañas enormes realzadas con peinados matizados con tintes L’Oreal de París, y con las arrugas de la piel suavizadas y difuminadas con cremas Olay e inyecciones de colágeno, todo esto con el objeto de verse espectacularmente bello, que diga, bella.

Sus dos hijas quedaron tristes porque quedaron huérfanas de padre pero sin duda alguna felices porque ahora tienen dos mamás y una doble razón para festejar el Día de las Madres. Habrá que hacer cambios en las ceremonias a futuro, y un caso que tal vez le importa a las hijas es que en las bodas se acostumbra que sea el padre de la novia el que entregue a la hija en el altar, aunque esto se puede arreglar pidiéndole a uno de los abuelos que sea el que haga la entrega de la novia.

A Bruce Jenner, perdón, Caitlyn Jenner, le gusta que le envíen ramos de flores. Le fascinan los perfumes que resalten su porte femenino como los perfumes Carolina Herrera y Paco Rabane así como otros perfumes clásicos como White Diamonds de Elizabeth Taylor, y tiene inclinación por la música romántica. Una de sus ilusiones secretas ha sido ser llamado, perdón, llamada, para participar en una puesta en escena de La cage aux folles (La aula de las locas). Anhela ser invitada a las fiestas de la alta sociedad para aparecer luciendo un enorme corsage presumiendo aretes de color azul cielo con incrustaciones de zafiros.  La vuelven loca las noches para damas en los antros en donde aparecen bailando los chicos “strippers” como El Zorro, Wellhung Boy, El Lechero, Johnny Begood, Sansón y otros igualmente apuestos y bien dotados. Agradece las muestras de caballerosidad y cortesía como el que la ayuden a entrar en un carro o salir del carro tomándola con mucha gentileza de la mano, o que le compongan un poema alabándola por su belleza (femenina). Caitlyn ya ha comenzado a enfundarse en minifaldas cada vez más cortas para ir mostrando cada vez un poco más de sus piernas (depiladas), y se muere de ganas por ir a la playa luciendo un breve bikini después de que los cirujanos plásticos y las inyecciones de hormonas femeninas y silicones y colágenos le proporcionen los atributos físicos femeninos que la Naturaleza le negó. No oculta sus ganas de que le gustaría ser siempre el centro de atención y admiración de las miradas, sobre todo las miradas masculinas de hombres guapos y atléticos que sean... pues... lo que era el mismo Bruce Jenner... antes de dar el “cambiazo” a su porte femenino. Irónicamente, Caitlyn no está dispuesta a verse con chicos guapos que le hagan lo mismo que lo que Bruce Jenner les hizo a los suyos. Él, o mejor dicho, ella, quiere la compañía de hombres seguros de sí mismos, hombres en toda la extensión de la palabra que tengan plena confianza en su masculinidad. Nada de “machitos” que después le salgan con que son “machorros”, ¡fuchi, qué asco!. Cosas de la vida.

Para Bruce Jenner, que diga, Caitlyn Jenner, no todo ha sido miel sobre hojuelas. Poco antes de la publicación de las fotos de su ex-esposo Bruce, que diga, de su ahora ex-esposa Caitlyn en la revista Vanity Fair, Kris Jenner resultó no ser tan amable con su esposo (que diga, esposa) como lo fué la comprensiva madre de Bruce (que diga, Caitlyn), Kris Jenner resultó no ser tan liberal y tan “open-minded” como lo presumía en otros tiempos, declarando ante los medios “Bruce vino conmigo un día antes de hacer el artículo (en Vanity Fair). Tuvimos una gran vida, un gran matrimonio. Puede irse a la mierd*. Honestamente, desearía nunca haber conocido a ese hombre. Vete a la mierd*** Bruce”. Palabras que seguramente hirieron la susceptibilidad -la femenina, desde luego- y la delicadeza de Bruce, que diga, Caitlyn. Seguramente ya encontrará por el camino caballeros -que sean verdaderos machos y no hombres que aparenten serlo- que lo tratarán, perdón, la tratarán, con la gentileza con la que se debe tratar a una dama sensible y sentimental.

El problema para Kris Jenner que demostró estar “chapada a la antigüa” y sus hijas y todos los miembros de la familia es que sus vidas no son privadas sino que son bastante públicas en virtud del reality show conocido como la serie televisiva Keeping up with the Kardashians. Las vidas de todos ellos son bastante transparentes, como si vivieran en una pecera, resultándoles casi imposible ocultar nada, especialmente un escándalo como el que se desató cuando el super-atleta super-deportista “macho Bruce” anunció una transformación tan radical como la de Bruce Jenner a Caitlyn Jenner. Como puede suponerse, los “ratings” de audiencia de la serie “Keeping up with the Kardashians” se dispararon hasta el cielo gracias al escándalo sexual del año, lo que llevó a algunos a suponer erróneamente que el episodio Bruce-Caitlyn no era más que una argucia astuta planificada de común acuerdo entre todos ellos para levantar los niveles de audiencia.

El esposo (que diga, la esposa, ya me estoy empezando a confundir) de Kris Jenner, al igual que cualquier otro (o como en este caso, otra) está desde luego en su pleno derecho de hacer con su vida lo que se le antoje. Si quiso convertirse en una atractiva dama de sociedad admirado (que diga, admirada) en toda su esplendorosa belleza, ese es asunto suyo. Sin embargo, actuó en forma muy deshonesta cuando se casó con Kris ocultándole en todo momento lo que le estuvo ocultando por más de dos décadas. Al momento de proponerle matrimonio a Kris, le debería de haber dicho: “Mira, yo quiero casarme contigo, pero en realidad yo siempre me he sentido mujer, me gusta ser tratado como una mujer, tengo los gustos de una gentil dama de sociedad y algún día quiero ser apreciada y tratada con todas las atenciones como desea ser tratada toda una mujer. Aún así, ¿quisieras casarte conmigo?”. De este modo, Kris no hubiera tenido motivos para quejarse ahora, al saber exactamente qué era aquello (que diga, aquella) con lo que se estaba casando. Pero Bruce (en ese entonces) se lo ocultó. Y se esperó más de dos décadas para “salir del closet”. Pobre mujer (nos estamos refiriendo a Kris, no a Bruce, que diga, Caitlyn). ¿Por qué la engañó de este modo su novio? ¿Y para qué tuvo dos hijas con ella (esto es, con Kris)? ¿Para que sus dos hijas en vez de tener un “daddy” (papá) y una mamá tuvieran en cambio dos “mommys” (mamás)?

Lo que le sucedió a Kris con Bruce (Caitlyn) ocurre con mucho mayor frecuencia de lo que muchos se imaginan. Un hombre que se siente mujer por dentro y con fuertes inclinaciones homosexuales se casa con una verdadera mujer (anatómicamente hablando), tiene hijos e hijas con ella, y pasado cierto tiempo la mujer descubre que su esposo la engaña no con la trabajadora doméstica María sino con Mario el lechero, descubre que a esposo le gusta mucho más el plomero José que la secretaria Josefina, y a escondidas le gusta ponerse lencería de mujer, ponerse lapiz labial, usar pelucas con trenzas, usar uñas largas con esmalte, y cosas por el estilo. Es de las pocas cosas por las cuales la Iglesia Católica, la religión que porta el estandarte de la indisolubilidad del matrimonio, otorga la anulación. Esta experiencia desagradable para cualquier mujer (mujer de a deveras, anatómicamente hablando) viene siendo como una especie de castigo por aspirar a estar casada con todo un “macho man” que a la postre le resultó ser todo lo contrario.

Ante lo que para muchas mujeres pueden parecer decepciones, algunos (y también algunas mujeres que sueñan con ser amadas por un hombre apuesto y varonil que no conozca la timidez pero al que tampoco le gusten los homres) posiblemente siguen (y seguirán) en la búsqueda en otros ámbitos de otros hombres apuestos de aspecto varonil que puedan servir como modelos a seguir, todo ello en pos del verdadero “macho”, del verdadero hombre que es todo un hombre. En el pasado no tan lejano se podían encontrar algunos candidatos como el actor-galán Rock Hudson:




¡Todo un hombre! Apuesto, varonil, no se le conocían amoríos con otros hombres, siempre muy cuidadoso de su imagen modelo como un metrosexual, Rock Hudson parecía encuadrar en todos los estereotipos del verdadero “macho” popularizado por Hollywood en los años setenta. Las mujeres de su tiempo se desvivían por él aspirando a compartir por lo menos una noche con el “galán de galanes”. Un verdadero macho, ¿verdad?

Pues no precisamente.

Resulta que Rock Hudson enfermó y murió relativamente joven. Y la causa de su muerte fue una infección a causa del VIH. En pocas palabras, murió de SIDA, y murió de SIDA en una época en la que la pandemia de SIDA cuando apenas empezaba estaba limitada a los hombres homosexuales. Era una época en la que no existía ninguno de los tratamientos modernos para controlar la enfermedad, cuando un diagnóstico de VIH era lo mismo que una sentencia de muerte con una esperanza de vida limitada a no más de unos cinco años en el mejor de los casos. La única manera en la que Rock Hudson pudo haber contraído el SIDA era mediante una relación sexual con otro hombre infectado de SIDA, ya que en ese entonces no había mujer alguna con SIDA que lo pudiera infectar.

Nunca se supo quién fue el hombre que infectó a Rock Hudson con SIDA, ese secreto se lo llevó a su tumba. Tampoco se supo cuántas relaciones homosexuales pudo haber tenido Rock Hudson con otros hombres, ese secreto también se lo llevó a su tumba, pero en esa época los primeros hombres homosexuales que fueron cayendo resultaron ser los que llevaban una vida promiscua con varios hombres a la vez, lo cual explica la rápida velocidad de propagación del virus entre las comunidades de hombres homosexuales.

Lo que sí se derrumbó, indudablemente, fue la imagen de Rock Hudson como un “macho man”, algo que él siempre se cuidó de que ocurriera en el cenit de su carrera como actor galán. En su caso, nada de “macho man”. Su infortunio fue que le tocó vivir en una época en la que el homosexual y el “macho man” eran consideradas cosas completamente opuestas e inclusive antagónicas, él no tuvo la suerte de Ricky Martin y de la hermosa (¡puff!) Caitlyn Jenner.

Casos como los que se han descrito arriba no son casos aislados, hay muchos otros ejemplos más que se podrían citar. Pero esto no es lo importante. Lo trascendente de todo esto, la lección a ser aprendida, es que no hay que dejarse guiar y cegar por estereotipos que terminan derrumbándose al no corresponder con la realidad. El error que cometió Kris Jenner con Bruce (que diga, Caitlyn, aunque en ese entonces se llamaba Bruce) es que cuando se casó con él era la época disco en la cual el ideal de las mujeres era el “macho man”. El “macho man” no es más que un mito, un producto de la mercadotecnia, un ente que carece de existencia propia y que depende de la imaginación fértil de los demás para poder persistir. Es tan real como puedan serlo los musculosos Batman y el Capitán América; esos sí podrían ser unos verdaderos “machos” si fuesen reales. ¿O no?

Es mejor no seguirle. Aunque estén ansiosos por “salir del closet”, es mejor darle cierto respeto a héroes legendarios como Batman y el Capitán América dejándolos encajonados por siempre en las imágenes clásicas que tenemos de ellos como todos unos varones viriles y musculosos admirados por las mujeres de todas las edades, tomando en cuenta que cuando un secreto de un truco de magia es revelado la consecuencia indeseable es que muere con ello la ilusión y la fascinación del entretenimiento que nos proporcionaba. Hay ocasiones en las que es mejor dejar que perdure aunque sea una parte de la ilusión, pero sin perder de vista el hecho de que, ultimadamente, se trata de meras ilusiones con las que queremos ser entretenidos. Ojalá y no nos toque ver nunca una edición especial de una revista de cómics de Superman (o peor aún, una película) en donde estando a solas Supermán con la reportera Luisa Lane le diga en voz baja a Luisa: “tengo un secreto que revelarte” (el secreto no es desde luego su otra identidad como Clark Kent, sino algo más de fondo, algo mucho más íntimo), el comic con una cubierta de revista (cover) sub-titulada “Superman revela su otro secreto” y con Lex Luthor echándole “ojitos” desde lejos a Supermán mientras el superhéroe le susurra el secreto a una incrédula y llorosa Luisa Lane. ¡Eso sí que no!