A propósito del virus pandémico H1/N1 (hasta hace poco conocido como el virus de la gripe porcina) que empezó a propagarse dese México, en unos comentarios publicados el día de hoy varias personas señalaron lo extraño que por un lado en México las autoridades le hayan dado a este virus un trato equiparable al de una peste mortífera de antrax, y que del lado del vecino país lejos de causar alarma la reacción haya sido muy diferente.
El licenciado Sergio Conde Varela expresó lo siguiente: “En la vecina ciudad del El Paso Texas, los restaurantes y bares llenos, las escuelas abiertas, los moradores de El Paso sin un solo tapabocas; ningún hospital agitado y una autoridad en materia de salud pública de esa frontera manifestó que por lo pronto esas medidas de precaución no serían puestas en práctica porque las autoridades superiores no se lo habían manifestado. En contraste con lo anterior, en nuestro atribulado país, la crisis de salud provocada por una influenza que en pocos días ha cambiado de nombre, ha sido puesta en el ojo del huracán de las noticias, sin saber a fondo la razón valedera del por qué su fama nacida de la noche a la mañana y salpicada con datos y cifras equivocadas, con diagnósticos mentirosos y tratamientos propios de la época de las cavernas. Esto que ha sucedido con la tal influenza que ha provocado grandes miedos a la población juarense, chihuahuense y mexicana, no ha producido los mismos efectos al otro lado del río y esto, además de sorprender, lleva de la mano las grandes pérdidas de muchos negocios dudas hasta el día de hoy no aclaradas. El papel de la Secretaria de Salud y la de su titular ha sido de una mediocridad que raya en la irresponsabilidad. Cuando uno de los reporteros del New York Times le preguntó al Secretario de Salud que a cuántos cadáveres se les había practicado la autopsia para que se tuviera la noticia como cierta, el funcionario nervioso contestó que en ese momento no tenía a la mano los números y que después se los daría a conocer, hecho que hasta la fecha no se ha dado. Desde luego que lo sucedido en Juárez y en toda la República, nos tiene que llevar juiciosamente a detenernos un poco en el frenesí de la falta de crítica hacia lo que oímos, vemos, pensamos y actuamos. A nivel internacional una serie de macizos exponentes de la ley de atracción, sostienen que los pensamientos que tenemos se convierten en objetos. Esto lo deben de tener presente las secretarias de Salud, de Educación, de Seguridad Pública y de Hacienda. Nosotros, los nuevos mexicanos no los antiguos que desafiaron a las leyes de la arquitectura con las hermosas pirámides y con ciudades de un avance fundamental como las de Paquimé en nuestro estado, debemos de saber que todo lo que llega a nuestra vida lo hemos atraído. Eso tan simple, se aplica en nuestras finanzas, nuestra seguridad, nuestra salud y nuestra forma de pensar. Cuando los hombres y las mujeres recibimos noticias falsas, alarmantes, insidiosas sin sustento, nuestros organismos pierden fuerza, se desmotivan y se sitúan como víctimas y posiblemente por falta de defensas adecuadas, nos precipitamos en crisis financieras, de salud, educativas y con la inseguridad. Así lo piensa Rhonda Byrne, autora cuya obra ha sido distribuida en muchos países de la tierra y abarca millones y millones de ejemplares. También de la misma manera de pensar se han manifestado Joe Vitale, Camilo Cruz, Donald Walsch, Jack Canfield, Johnde Martíni y muchos más que han dado con esa ley, tan cierta como la de la gravedad. En el caso que nos ocupa, no es posible que los reflectores noticiosos se pongan en la traída y llevada influenza y los programas económicos contra la crisis brillan por su ausencia; ha dejado el epicentro del comentario los problemas de inseguridad y es tanta la repetición de la mentada gripe que muchos coterráneos ya la sienten sin tenerla. A las autoridades responsables les decimos ¡basta ya! de tantos reflectores, queremos resultados y no palabras. Queremos verdades y no a medias. Les manifestamos que esto desde el punto de vista sociológico nos servirá seguramente para el futuro, de tener más cuidado con lo que oímos y vemos sometiéndolo a un razonamiento reflectivo. No es posible que más de 110 millones de mexicanos andemos con el Jesús en la boca cuando se dice que 223 o 375 o 525 representan al país con ese mal ,el cual no ha sido documentado debidamente. No hay más.”
Empeorando la problemática está el llamado que hicieron hace poco las autoridades a las industrias maquiladoras extranjeras para que paralizaran todas sus actividades del lado mexicano de la frontera, siendo que en la vecina ciudad de El Paso no se ha hecho ni se tiene pensado hacer algo tan drástico.
El mismo periódico en donde el licenciado Sergio Conde Varela hizo sus comentarios aparecieron otros comentarios de los siguientes lectores con el encabezado de la nota del día anterior “Pide Salud cierren todas las maquilas”:
José Luis Cárdenas: “¿Como es posible que una gran mayoria de la gente todavia no se de cuenta que todas estas medidas preventivas son exageradas por parte de el gobierno con el fin de distraer la atencion sobre otros problemas que si son verdaderamente graves como el fracaso en la lucha contra el narcotrafico y la crisis economica? Si ponemos atencion puede verse como en otros paises por ejemplo en EU no se ha creado esta especie de panico. Simplemente porque no se amerita. En EU hay un promedio de muertes por influenza estacional al ano de 38000 personas. En Mexico ha de haber una proporcion mayor, no es posible que porque ha habido 22 muertes hasta ahora, se este perjudicando a la gente en su economia cerrando restaurantes, escuelas y ahora hasta maquilas. Simplemente nos estan viendo la cara como siempre lo han hecho. Otra razon es que estan cerca las elecciones y quieren sacar provecho de esta situacion. No nos dejemos engañar. Lo unico que se puesto de manifiesto es la ineptitud de el gobierno para manejar esta situacion que sin duda es grave pero esta no es la manera de resolverla.”
María Cisneros: “¿Y que vamos a darles de comer a nuestras familias? Los del agua, la luz y el gas, no nos cobraran? Como siempre los que dependemos de un salario somos los perjudicados, de plano, cada vez estamos peor, ¿a donde iremos a parar?”
Ricardo Luna: “¿Paro de labores? ¿más? Ya de por si muchas fábricas están a 3 días, otras optan por quemar los edificios para cobrar los seguros, ¿y todavía quieren que no trabajemos? En el Distrito Federal les compensarán a trabajadores que se vieron afectados por el cierre de restaurantes, antros y bares; y aquí en “provincia”, como nos catalogan los capitalinos ¿qué? ¿Qué las familias de esos trabajadores no comen? La influenza no mata si se trata a tiempo pero el HAMBRE si lo hace!!”
Eleazar Quezada: “Ahora para redondear las torpes acciones nos salen con que las maquilas que cierren no estan obligadas a pagarle a sus trabajadores, que graciosos nos salieron! Mientras en el Paso Texas siguen tranquilamente sin ninguna accion que afecte la economia de sus habitantes, aqui en Juarez a un paso de distancia esta paralizado por los gobiernos. Tambien eso de permitir a un restaurant trabajar pero sin su area de bar resulta de lo mas ridiculo, o que se trata de un virus alcoholico? Por otro lado ¿por que siguen engañando a la gente con los dichosos cubrebocas que realmente no sirven para nada? ¿Será por el excelente negocio que han hecho?”
Lo cierto es que tan sólo el sábado de la semana pasada hubo más muertos a causa de las ejecuciones producto del crimen organizado que los muertos que ha habido en todo el país hasta el día de hoy a causa de la influenza. Y a diferencia de la epidemia viral que no ha resultado tan devastadora como se había creído, las ejecuciones producto de las actividades del crimen organizado esas van a continuar cobrando más víctimas. Tal vez es en este último rubro en donde se debería haber centrado desde un principio todo el pánico, la histeria y el sospechosismo, en vez de gastar municiones cazando fantasmas.
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