sábado, 11 de junio de 2016

Los números no mienten, ¡pero los humanos sí!

Transcurridos los procesos electorales del 5 de junio de 2016 en Ciudad Juárez, resulta una ocasión propicia para revisar las “predicciones” presentadas por algunos sondeos, contrastadas con la realidad de los resultados obtenidos en la única encuesta que realmente vale al final de cuentas.

En el periódico EL DIARIO DE JUAREZ, publicada el lunes 30 de mayo de 2016 (seis días antes de las elecciones) en una plana completa de periódico bajo el encabezado “LOS NUMEROS NO MIENTEN... ¡Gracias Juárez!”, la alianza conformada por el Partido Revolucionario Institucional se daba a sí misma una amplia ventaja sobre todos los demás partidos políticos:


Intención de voto por partido
 PRI/PVEM/PT/NA   43.24%
 PAN  25.50% 
 Independientes  14.28%
 PRD  9.78%
 Morena  3.12%
 Otros  1.53%
 Nulo  2.55%


Al principio del desplegado se afirma que los resultados obtenidos del sondeo estadístico fueron en respuesta a la pregunta:
“Si hoy pudiera escoger al presidente municipal, ¿usted a quién escogería?”
Y en el mismo periódico EL DIARIO DE JUAREZ, publicada el lunes 30 de mayo de 2016 dentro de la misma plana completa del periódico, el candidato de la alianza conformada por el Partido Revolucionario Institucional, Héctor “Teto” Murguía se daba a sí misma una amplia ventaja sobre todos los demás partidos políticos:


Intención de voto por candidato
 Héctor (Teto) Murguía Lardizábal
 (PRI)
 44.0% 
 Victoria Caraveo Vallina
 (PAN)
 21.0%
 Armando Cabada Alvídrez
 (Candidato Independiente)
 7.3%
 Lluvia Luna Nevárez
 (PRD)
 5.4%
 Juan Carlos Loera
 (Morena)
 1.4%
 Juan Domínguez Montes
 (Encuentro Social)
 0.8%
 Le da igual  3.4%
 Ninguno  5.4%
 No contestó  11.1%


¿Y cuáles fueron los resultados finales obtenidos en las urnas electorales? Lo contrario de lo que el PRI y su candidato Héctor Murguía Lardizábal predecían para sí mismos con tanta seguridad de acuerdo a la encuesta que los favorecía (una encuesta pagada por ellos mismos). En efecto, Armando Cabada Álvidrez le ganó al dos veces presidente municipal, Héctor Murguía Lardizábal, con 102 mil 384 votos según se desprende de los resultados oficiales de la Asamblea Municipal Electoral. El triunfo de Cabada resultó ser el más contundente en los procesos electorales más recientes. Cabada logró obtener 209 mil 762 votos, contra 107 mil 378 sufragios que sacó Teto Murguía. Cabe resaltar que el PRI obtuvo la votación más baja de los últimos 20 años con apenas 84 mil 829 votos. Mientras que el PAN obtuvo 62 mil 806 votos para su candidata Vicky Caraveo. La tabla que resume los resultados electorales en número de votos obtenidos por cada partido en la elección para presidente municipal es la siguiente:


Votos obtenidos por partido
 PRI  84,829
 PVEM  7,645
 PT  4,711
 Panal  10,193
 Total Coalición  107,378 
 PAN  62,806
 Armando Cabada Alvídrez   209,762
 PRD  4,719
 Morena  18,167
 Encuentro Social  8,123


Así pues, el candidato independiente a la presidencia municipal de Ciudad Juárez mi tocayo Armando Cabada Alvídrez tundió al “candidato oficial” Héctor “Teto” Murguía obteniendo casi el doble de votos en relación a la Coalición de Partidos PRI-PVEM-PT-Panal, siendo que la encuesta proporcionada por Murguía Lardizábal y su partido el PRI le pronosticaba un 44 por ciento de la votación contra un insignificante 7.3 por ciento del candidato independiente Armando Cabada.

Imposible afirmar que hubo un “cambio” de última hora en las intenciones de voto del electorado, porque aunque tal cosa sí ocurre generalmente tal viraje se lleva a cabo entre los indecisos, y estadísticamente hablando jamás se ha visto un cambio tan brusco en la intención de voto en unos cuantos días (seis días) en ninguna parte del mundo.

Una de dos: o la encuesta ordenada por el PRI y su candidato a la presidencia municipal Héctor “Teto” Murguía fue desde el principio un vil fraude con la intención de “crear” una realidad alterna favorable al candidato oficial con la intención de desanimar a los que iban a votar por el candidato independiente Armando Cabada, o la empresa encuestadora que llevó a cabo el supuesto sondeo favorable al PRI y a su candidato Héctor Murguía los estafó. No hay de otra. En pocas palabras, Héctor Murguía queda históricamente (y esto no tiene vuelta hacia atrás) como un tramposo dispuesto a todo con tal de ganar, lo cual incluye la fabricación de encuestas ficticias completamente alejadas de la realidad, o queda como un tarugo al que la empresa encuestadora que contrató lo timó en toda la extensión de la palabra. Y esto puede acabar con la carrera política de Héctor Murguía, porque nadie quiere ser gobernado por un tramposo, y menos aún por un tarugo.

La “encuesta” ordenada y pagada por el PRI y por Héctor Murguía supuestamente fue elaborada por una empresa desconocida llamada “Espacio Muestral: Investigación Social y Estadística Aplicada” de la cual ni el PRI ni Héctor Murguía van a querer saber ya absolutamente nada por los siglos de los siglos. Esta pseudo-encuesta que nunca lo fue apareció publicada en la página 15A (a plana completa) del periódico EL DIARIO DE JUAREZ. En el mismo periódico y en el mismo día lunes 30 de mayo, también a plana completa pero en la página 9A y bajo el encabezado “¡SI SE PUEDE!”, apareció otra encuesta ordenada y pagada por el candidato independiente Armando Cabada, elaborada por otra organización diferente de la cual se da únicamente su logotipo MG, y estas fueron sus conclusiones:


 Héctor “Teto” Murguía
 (PRI)
 23.29% 
 Victoria “Vicky” Caraveo
 (PAN)
 10.28%
 Armando Cabada Alvídrez
 (Candidato Independiente)
 35.39%
 Lluvia Luna
 (PRD)
 3.94%
 Juan Carlos Loera
 (Morena)
 3.33%
 Juan Francisco Domínguez
 (Encuentro Social)
 1.22%
 Ninguno  22.44%


Al principio del desplegado se afirma que los resultados obtenidos del sondeo estadístico fueron en respuesta a la pregunta:
“Si hoy fueran las elecciones para presidente municipal, ¿por quién votaría?”
Como puede verse, el sondeo de opinión ordenado y pagado por Armando Cabada predijo el triunfo del candidato independiente aunque no por un margen tan amplio (en razón de dos a uno) de victoria como el que tuvo lugar en la votación del 5 de junio, pero de cualquier modo le predijo su triunfo. ¿Pero fue esto el resultado de una aplicación correcta de la metodología del muestreo estadístico, o se trata de una afortunada coincidencia?

Sobre esto último, los escépticos podrían argumentar una cosa: ningún candidato en México a ningún puesto público va a dar a conocer en los medios impresos una encuesta ordenada y pagada por él que predice su derrota. Supóngase una contienda con cuatro candidatos A, B, C y D. Cada uno de ellos podrá ordenar y pagar una “encuesta” que con cifras alegres le predice su triunfo alegando siempre que la encuesta fue llevada a cabo con neutralidad e imparcialidad, y así la dará a conocer a los medios siempre de acuerdo a la regla que se acaba de dar. Pero a la hora de la verdad, y a menos de que haya un empate, necesariamente habrá un triunfador, y solo uno de ellos podrá resultar triunfador sobre los otros tres. Concluída la votación, el ganador podrá sacar su propia encuesta dada a conocer por él mismo antes de la votación para decir: “ya lo ven, la encuesta que yo dí a conocer predijo mi triunfo, el sondeo de opinión no mintió”. Pero esto es una verdad de Perogrullo, cualquiera de los otros tres que hubiera ganado podría afirmar exactamente lo mismo aunque los cuatro sondeos de opinión de los candidatos A, B, C y D hubieran sido ficciones inventadas por la empresa encuestadora contratada con la finalidad de poder complacer los propósitos propagandísticos del candidato en turno.

¿Entonces debemos desconfiar de los sondeos de opinión en México aunque parezcan correctos y sus predicciones se confirmen? ¿Debemos desconfiar de las reglas matemáticas de la probabilidad y estadística?

En Estados Unidos la duda es zanjada de una manera muy efectiva: ninguno de los candidatos se basa en sondeos de opinión que él mismo haya ordenado y pagado. En la actual contienda presidencial, los sondeos que hoy le dan una ventaja a Hillary Clinton sobre Donald Trump son encuestas patrocinadas por medios informativos neutrales e imparciales como el Washington Post, la cadena televisiva CBS, el New  York Times y así por el estilo. Y se trata de sondeos muchísimo más confiables y apegados a la realidad que los sondeos en México ordenados y pagados por los mismos candidatos, porque al que lleva la delantera los sondeos en Estados Unidos le dicen “vas bien, sigue como vas” y al que va detrás le dicen “tienes que corregir el rumbo”, lo cual permite ir cambiando las estrategias de campaña. En cambio en México para lo único que sirven es para una guerra de las encuestas, y a como va la cosa no servirán ni siquiera para eso si se insiste en inventar supuestos sondeos amañados alejados fuera de la realidad.

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