jueves, 9 de julio de 2020

La caída del ex gobernador César Duarte

Justo el mismo día en que el presidente Andrés Manuel López Obrador tenía su encuentro personal con Donald Trump, en Chihuahua se recibió una noticia inesperada: la detención del ex gobernador César Duarte, con fines de extradición a México, lo cual no solo elevó los bonos del logro obtenido por el presidente López Obrador sino que también ante las simpatías despertadas entre los mexico-americanos le dió respiración artificial a la alicaída campaña de Donald Trump en sus intentos de reelección como presidente de EE.UU.

En Chihuahua se sabe ya que el arresto de César Duarte en EE.UU. representa el inicio de la consumación de una venganza personal del actual gobernador Javier Corral Jurado en contra de su antecesor por haber revelado César Duarte que el actual gobernador (y en ese entonces, senador) Javier Corral (el cual por cierto ni siquiera es un mexicano nacido en México sino un ciudadano norteamericano nacido en Texas) pertenece a una narcofamilia de extranjeros que han sido encontrados culpables en las cortes norteamericanas por delitos que tienen que ver con el tráfico ilegal de estupefacientes:




En efecto, todo se trata de un asunto de venganza personal. Nada de justicia como se nos ha presumido con ese show mediático nacional llamado Operación Justicia para Chihuahua. Nada de justicia, nada de eso.

Es completamente falso el anuncio triunfalista de que César Duarte se estuviera escondiendo de la justicia norteamericana en calidad de prófugo, porque en realidad el ex gobernador Duarte no se estaba escondiendo de nadie mientras permanecía en Estados Unido. Al principio, allá por 2016, después de que Javier Corral lograra convertirse en gobernador capitalizando el rencor de muchos chihuahuenses en contra de César Duarte, el ex gobernador Duarte permaneció viviendo en México por espacio aproximado de medio año sin que se le tocara un solo pelo. Después se trasladó a Estados Unidos para instalarse allá (algo usual entre políticos chihuahuenses, como el caso de Alejandra de la Vega Arizpe, ciudadana norteamericana al igual que Javier Corral, que como Secretaria de Economía trabajando para el actual gobernador Javier Corral tiene su residencia permanente en Texas al lado de su esposo Paul Foster) y se instaló en el condado de Miami-Dade a la vista de todo mundo, como lo comprobó el conocido editorialista Raymundo Riva Palacio en su siguiente reportaje:

El refugio de Duarte
Raymundo Riva Palacio
EL FINANCIERO
23 de Enero de 2018

El jueves pasado, la Procuraduría General de la República pidió oficialmente al Departamento de Justicia de Estados Unidos la inmediata captura del exgobernador de Chihuahua, César Duarte, con fines de extradición. El procurador Alberto Elías Beltrán, cuando anunció que se ejecutaría esa acción, no dio a conocer a qué país se haría la solicitud, para evitar, explicó, la posibilidad de que Duarte escapara. Ese no era el motivo. La PGR sabe hace tiempo dónde se encontraba Duarte, pero extremaron cuidados para evitar una eventual denuncia por violación al proceso. Duarte se encuentra viviendo en Miami, Florida. Lo sabía el gobierno mexicano y lo sabía el estadounidense.

Duarte terminó su mandato como gobernador en octubre de 2016, tras lo cual se fue a vivir a El Paso, Texas, población gemela de Ciudad Juárez. Desde marzo de 2017 se fue a vivir a Miami, en la zona de Coral Gables, en el condado de Miami-Dade, al sur de aquella ciudad, y en donde permanece hasta este momento. Duarte nunca se ha escondido, y el departamento que rentó lo hizo a su nombre. Ahí ha seguido todo el proceso que tiene en México y la cruda realidad de que sus amigos y protectores lo fueron abandonando en el camino. Ofrecimientos de dinero prometido para ayudarlo, al tener congeladas sus cuentas y bienes, nunca llegaron, con lo cual sus recursos se han ido agotando lenta pero continuamente.

La vida cotidiana de Duarte no ha sido la de alguien a salto de mata, de acuerdo con personas que ha conocido de su estadía. Incluso hay quienes lo han llegado a ver caminando por la avenida Brickell, donde se encuentra el centro financiero de Miami, muy cerca de Coral Gables, o en algunos restaurantes de la zona. Su familia, o los pocos que lo visitan, tampoco se esconden. Su estadía de casi 11 meses en Miami había sido en relativa calma, sin que las autoridades de ambos países trabajaran para apurar el caso. Fue la presión del gobernador de Chihuahua, Javier Corral, a las autoridades estadounidenses, lo que llevó a que el gobierno de ese país la trasladara a la PGR y empezara a insistir de manera creciente que solicitara la extradición.

De acuerdo con la información a la que se ha tenido acceso, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto había estado alargando el proceso, que tuvo que acelerar por la presión de Washington. Públicamente, las autoridades mexicanas han negado presiones políticas para darle cause a la solicitud de extradición, pero no es así. Soportaron las de Corral, pero no las de Estados Unidos, e iniciaron el proceso en contra del deseo de algunos políticos amigos de él, como el presidente Peña Nieto y el líder del PRI en el Senado, Emilio Gamboa.

El viernes pasado la PGR presentó tres solicitudes formales con fines de extradición, dos de ellas de la Fiscalía de Chihuahua y una más de la Fiscalía Especializada para Delitos Electorales. Elías Beltrán anticipó que se trabajaba en ocho más para dar seguimiento a las 11 causas penales que han sido presentadas, pero tendrían que ser entregadas al Departamento de Justicia para integrarlas al caso antes de proceder a extraditarlo. De no ser así, sólo podrán juzgar a Duarte por los delitos bajo los cuales se pidió que lo regresaran a México.

La estrategia de la PGR parecería acotar el daño que pueda causar el proceso contra Duarte, el propio gobierno federal y el PRI. La acusación más seria en ese capítulo es la de desvío de 250 millones de pesos del presupuesto para campañas políticas priistas, triangulada entre la Secretaría de Finanzas de Chihuahua, con la autorización de la Secretaría de Hacienda, para ser entregadas a PRI. Por ese presunto delito está preso Alejandro Gutiérrez, quien era secretario general adjunto del PRI durante los procesos electorales de 2015 y 2016, y obligó a quien era líder del partido y que figuraba entre los posibles militantes a una de las cámaras, Manlio Fabio Beltrones, a ampararse y hacer de lado la posibilidad de una nueva oportunidad parlamentaria. La acusación impactó la gestión de Luis Videgaray al frente de Hacienda y, de seguirle la pista del dinero público para fines electorales –no necesariamente a través de esos personajes–, se llegaría a Luis Vega, secretario de Finanzas y Administración del PRI, el hombre de confianza de Peña Nieto en materia de dineros.

Que regrese Duarte no es una noticia que deba tener tranquilos a muchos en Los Pinos, Hacienda, el PRI y el gobierno en general. El exgobernador, según personas que saben de su estado de ánimo, se encuentra decepcionado de quienes le ofrecieron ayuda y lo abandonaron mientras estaba en Miami, o no le construyeron la protección que hubiera esperado por los servicios prestados. Cuando regrese, su destino natural será una cárcel en Chihuahua.

Lo que no se sabe en México es cuánto tiempo tardará el Departamento de Justicia en responder al gobierno mexicano. La solicitud será examinada esta semana en Washington, para ver si está bien argumentada, bien presentada y bien justificada. La respuesta puede tardar horas, días o meses, según la velocidad que aplique el Departamento de Justicia, y la pulcritud legal del texto mexicano. Por lo que toca a su localización, las autoridades estadounidenses no tendrán problema en encontrar a Duarte, quien desde que llegó a Miami les informó en dónde residiría, como una muestra de que no estaba escondiéndose, ni del gobierno mexicano ni del anfitrión.

Parece que el ex gobernador César Duarte estuvo viviendo en Florida (estado en donde eventualmente fue detenido en Julio de 2020 por autoridades migratorias), sin ningún problema, por espacio aproximado de un año, hasta que la nostalgia por estar cerca de su terruño lo sacó de Florida llevándolo hasta Texas para instalarse en la ciudad de Albuquerque en el estado de Nuevo México, en el Hotel Marriot justo enfrente del aeropuerto internacional, en donde César Duarte instaló su residencia (se requiere de bastante dinero para poder vivir en un cuarto de uno de los hoteles de mayor categoría en USA). Cualquiera que lo hubiera querido encontrar por allí para conversar con él un rato lo único que tenía que hacer era viajar para encontrarlo en el antro Ojos Locos Sports Cantina, en donde se la pasaba todas las tardes departiendo alegremente con las lindas meseras jóvenes del antro, dándoles generosas propinas en dólares a cambio de la agradable compañía de aquellas "terneritas de campo" (así las llama):




Asi pues, es mentira que el ex gobernador chihuahuense hubiese estado huyendo todo el tiempo escondiéndose sin dejar rastro alguno de su paradero. Sorprendido inicialmente al momento de su detención afuera de un negocio de autopartes, su rostro se desdibujó y la sonrisa desapareció para mostrar un semblante sombrío como si anticipase que el cobro de las cuentas pendientes que tenía con el muy vengativo gobernador Javier Corral por la "ofensa" de exhibirle a sus narcohermanos ante el Congreso de la Unión estaba por ser cobrada en fea forma:




En el siguiente editorial tenemos una explicación del por qué de la detención justo ahora:

Duarte, la justicia dictada por la política
LA COLUMNA de El Diario
9 de Julio de 2020

A la política y la justicia las hermanan los intereses comunes. No puede leerse de otra manera la detención en Estados Unidos del exgobernador chihuahuense, César Duarte Jáquez, justo durante la visita de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a Donald Trump en Washington.

Es innegable que el exmandatario siempre estuvo a la mano del gobierno estadunidense y que sería aprehendido cuando conviniera a los intereses políticos respectivos. Ayer fue la fecha.

Duarte es prófugo de la justicia chihuahuense prácticamente desde que inició su régimen el actual gobernador, Javier Corral Jurado, a finales del 2016. Desde entonces mantiene abiertos una veintena de expedientes por corrupción que van desde los 10 hasta los 250 millones de pesos. Ni con presumible ficha roja de Interpol pudo ser traído a una cárcel de México.

Corral quiso tener apresado a Duarte para las elecciones intermedias locales del 2018. Lanzó su caravana de “Justicia para Chihuahua” antes de iniciar justo las campañas electorales locales y federales de ese año. No consiguió el objetivo. Fueron para él muy malos los resultados en las urnas.

Hoy Duarte es detenido y “entregado” como obsequio de Trump pero a López Obrador, no a Corral. El crédito empezó a ser disputado desde ayer en la tarde de manera encarnizada entre partidarios del gobernador y morenistas afectos al presidente de la República.

Coyunturalmente al gobernador le sirve de poco el arresto. La nueva campaña electoral hacia el relevo en la gubernatura arranca hasta diciembre-enero próximos, por lo tanto quien seguirá explotando la detención será el propio titular del Ejecutivo federal.

La justicia por las decenas o centenas de millones presumiblemente hurtados al erario chihuahuense quedará en medio de esa y todas las controversias futuras y las que le anteceden.

Por lo pronto, sigue un largo proceso de extradición condicionado también al clima político de México y los Estados Unidos.

Es de todos sabido en Chihuahua que el gobernador Javier Corral ha avasallado al Poder Judicial privándolo de su autonomía con la designación (una palabra más correcta sería "imposición") de docenas de jueces y magistrados corralistas "a modo", con la ayuda de personajes amorales como la corrupta activista barzonista Lucha Castro, jueces y magistrados incondicionales de Javier Corral que están plenamente dispuestos a dictar sentencias de culpabilidad en contra de César Duarte si así se los pide el gobernador Javier Corral cuando se los pida, desde antes de que inicie cualquier juicio el veredicto de culpabilidad ya está dictado. ¿Qué esperanza puede tener César Duarte cuando el gobernador del estado de Chihuahua, Javier Corral, ya lo ha "balconeado" como prófugo con anuncios espectaculares como el que se muestra a continuación (violatorio de la norma jurídica que requiere que cuando una autoridad mencione a alguien en calidad de presunto culpable lo haga difuminando u ocultando su rostro sin mencionar apellido alguno, antes de que se le haya dictado sentencia en un tribunal) sin esperar ni siquiera a su enjuiciamiento en Chihuahua, contraviniendo con recursos del erario público (se despilfarró una verdadera fortuna en la puesta de miles de estos espectaculares panorámicos en todo Chihuahua) el debido proceso y la presunción de inocencia?:




Culpable o inocente de lo que se le acusa, no existe posibilidad alguna para el ex gobernador César Duarte de poder obtener un juicio justo por los delitos que se le imputan, al menos no en Chihuahua, si el proceso se lleva a cabo en un estado gobernado por el revanchista Javier Corral y el veredicto es dictado en Chihuahua (al gusto del gobernador) por un poder judicial carente de autonomía, como se estila en las dictaduras de corte estalinista y fascista?  Si César Duarte quiere salvarse de algo que podría terminar siendo una virtual sentencia de muerte (su extradición a Chihuahua para ponerlo en manos del gobernador Javier Corral) enfrentando el riesgo de que lo maten en una obscura celda de la penitenciaría, su única esperanza es presentar su caso ante tribunales norteamericanos. En esto radica su única esperanza, y él lo sabe.

Javier Corral Jurado, envalentonado por su apuesta para convertirse en gobernador de Chihuahua (lo hizo, se repite, para poder cobrar venganza muy a su estilo en contra de cualquiera que crea que se las debe o que en el pasado le haya hecho algún mal, o más recientemente, cualquiera que se interponga en el camino a sus desmedidas ambiciones de poder) no oculta ya sus desmedidas ambiciones de apoderarse de la presidencia de México, y está aprovechando oportunísticamente el momento para ir a la yugular de personajes como el actual Senador Cruz Pérez Cuéllar. Helo aquí:

Acusa corral a Cruz de ser operador de Duarte
La Opción de Chihuahua
Jueves 9 de Julio 2020

El gobernador Javier Corral Jurado acusó en una publicación de Twitter al senador Cruz Pérez Cuellar ser uno de los principales operadores del ex gobernador César Duarte.

En una respuesta a la publicación de Guadalupe Acosta Naranjo, en donde felicitaba a Corral Jurado por la detención, el mandatario estatal hizo una serie de comentarios hacia Cruz Pérez Cuellar.

“El hoy Senador de Morena, Cruz Pérez Cuellar, era uno de sus principales operadores; lo financió no sólo en varias campañas, lo mantenía en su nómina personal permanente (nómina secreta) con igualas mensuales”; citó en su mensaje el mandatario estatal.

Corral Jurado escribió también que al actual senador por morena, Duarte Jáquez lo hacía firmar los recibos de esas entregas de dinero en efectivo.

Cabe destacar que el tweet de Guadalupe Acosta Naranjo estuvo redactado en el sentido de acusar que los seguidores del ex gobernador y ahora detenido César Duarte, se cambiaron a las filas morenistas.

A estas "denuncias" corralistas respondió el Senador Cruz Pérez Cuéllar de la siguiente manera:
Reta cruz a corral: que peritos revisen la nómina secreta
La Opción de Chihuahua
Jueves 9 de Julio 2020

El senador de Morena, Cruz Pérez Cuéllar retó al gobernador Corral a enseñar los recibos de supuestos pagos que realizó el exgobernador detenido César Duarte al ahora senador.

Pérez Cuellar catalogó el tuit de Corral como una “vil calumnia” por el momento en que denunció directamente los supuestos hechos.

“Es una vil calumnia, ¿por qué después de 4 años estando en el poder no has actuado en mi contra?, muestra los recibos y que los peritos más prestigiados los revisen. Te RETO”, le respondió en Twitter.

Hasta el momento el mandatario estatal no ha declarado si acepta o no el reto de someter a un peritaje los supuestos recibos-

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