En un trabajo publicado aquí el primero de julio de 2013 bajo el título “Elecciones Juárez 2013 - Alguien está mintiendo”, en el cual faltando escasamente un mes para la celebración de las elecciones para la alcaldía municipal en Ciudad Juárez se contrastaron dos sondeos de opinión tan diametralmente opuestos que tenía que concluirse que necesariamente uno de los dos sondeos era una mentira, una ficción. Posteriormente, en otro trabajo publicado aquí el 9 de julio de 2013 bajo el título “¡Y EL MENTIROSO EESSSS...!”, se dió seguimiento riguroso para disipar por completo las dudas sobre quién pudo haber estado mintiendo. Y el mentiroso resultó ser la pseudo-encuestadora AIDI Marketing (de la cual nadie había oído hablar nunca antes y posiblemente no se volverá a saber de ella jamás) contratada por la candidata María Antonieta Pérez Reyes.
Es muy posible que el “caso María Antonieta Pérez Reyes y su encuestadora AIDI” haya tenido ya una repercusión en el plano nacional. Diez días después de haberse llevado a cabo las elecciones, el miércoles 17 de julio de 2013 senadores de los partidos PAN y PRD anunciaron que presentarían ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión un paquete de seis iniciativas de reforma política buscando democratizar el régimen político y propiciar una mejor rendición de cuentas. Y entre las cosas propuestas en dicho paquete, destaca en forma relevante una propuesta para la regulación de encuestas. Una propuesta diseñada precisamente para evitar abusos como el abuso en el que incurrieron la candidata María Antonieta Pérez Reyes y su pseudo-encuestadora AIDI.
En rueda de prensa, el senador Ernesto Cordero expuso que estas iniciativas forman parte de la agenda legislativa de las bancadas del PAN y el PRD en el Senado, y se derivan de que "el reto de la democracia en México no ha sido conquistado, pues existen todavía viejas prácticas políticas en el país". El actual presidente de la Mesa Directiva del Senado agregó que la forma de resolver esta situación de manera profunda, estructural y definitiva es con un marco constitucional y legal adecuado, que precisamente es lo que se está proponiendo. El legislador del Partido Acción Nacional (PAN) aclaró que "esta reforma no riñe con ningún otro esfuerzo legislativo que se presenten en la materia. En el Senado existen muchos esfuerzos muy valiosos y en la comisión dictaminadora todas serán tomadas en cuenta". En su oportunidad el líder de los senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Luis Miguel Barbosa, subrayó que se llevó a cabo un trabajo serio y responsable que arrojó la iniciativa conjunta. Al igual que el coordinador panista, Barbosa Huerta dijo que "no se trata de rivalizar con nuestras direcciones, sino de armonizar el contenido con todas aquellas propuestas que se presenten en otras mesas de diálogo", y aclaró que están dispuestos a debatir. El legislador perredista subrayó que no quieren una reforma chica ni limitada, por lo que estarían a favor de que se discuta y se analice su eventual aprobación en la segunda quincena de agosto. El panista Roberto Gil Zuarth dio a conocer el contenido de las seis iniciativas de reformas a la Constitución y a las leyes, que son: una reforma constitucional, modificaciones a la legislación secundaria, cambios al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), así como a las leyes de Participación Ciudadana, de Propaganda Gubernamental y de Réplica. Gil Zuarth descartó que con esta reforma haya intención de rivalizar con nada ni con nadie, sino que es una propuesta que se somete a la deliberación democrática del parlamento y que podrá ser complementada con otras iniciativas.
Lo más probable es que ante el escándalo desatado con vergüenzas tales como el “caso María Antonieta Pérez Reyes y su encuestadora AIDI” los políticos de México hayan despertado ante la realidad del enorme poder que representan ya las redes sociales para desenmascarar ese tipo de trampas mañosas, y lo que menos quieren es que se les haga a un lado dejándolos como simples espectadores de lo que está sucedienco en el panorama político mexicano. A fin de cuentas, el uso de encuestas amañadas fuera de la realidad no le sirvió en nada a la candidata María Antonieta Pérez Reyes para lograr lo que quería, asegurarse de la presidencia municipal de Ciudad Juárez, y antes bien quizá su maniobra le haya significado la sepultura de sus aspiraciones políticas futuras, empañando de paso la reputación de su partido político que le sirvió como aval de su burda maniobra que no le sirvió para confundir a la gente.
No es necesario que los legisladores en México traten de llevar a cabo una regulación de las encuestas como lo están proponiendo. Basta y sobra con dejarle el poder a la gente para que en todas las próximas elecciones que se lleven a cabo en el futuro cercano y en el futuro lejano se le de seguimiento fiel a los sondeos de opinión presentados por los contendientes a un cargo público. Si hay dos encuestas que son diametralmente opuestas y cuyas diferencias no pueden ser consideradas como resultado del margen de error del que adolecen las estadísticas que se basan en un muestreo de la población y no en un conteo total, entonces con solo conservar las cifras y esperar pacientemente al día de las elecciones eventualmente alguien quedará en la picota del ridículo exhibido como un tramposo, como un mentiroso, y quedará expuesto a ser exhibido como tal en las redes sociales que es en donde se está empezando a concentrar el verdadero poder político en México. Es mucho el impacto que se puede lograr con tan solo dar un simple seguimiento como el que se hizo en este caso, y las consecuencias pueden ser de tal magnitud que hasta los mismos legisladores tomarán nota de este tipo de escándalos y tratarán de moverse ya sea para legislar en contra de prácticas de competencia política burda o bien para tratar de hacer que sus candidatos se comporten en las campañas políticas de una manera decente y digna. Es lo menos que se merece el pueblo de México (al igual que otros pueblos con regímenes democráticos).
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