El día de ayer apareció lo siguiente en el portal de noticias La Opción de Chihuahua:
Nació Corral en El Paso *Y nunca renunció a la ciudadanía *otra gran mentira de El Paisa
La Opción de Chihuahua
MARTES 1 DE OCTUBRE 2019,
ERA algo que ya se esperaba, la verdad de las cosas, cuando la mitomanía oficial ha cubierto el estado entero. Ahora se sabe, porque no pudo ocultarlo, que El Paisa nunca renunció a la ciudadanía norteamericana. Pregonó a los cuatro vientos que lo haría, se enrolló en la bandera del nacionalismo en cdmx y profirió insultos contra el imperialismo yankee. Pero no lo hizo y ante pregunta expresa, ahora responde que todo mundo ha sabido siempre que tiene la doble nacionalidad (¿?). Qué bárbaro, en serio, qué psicótica manera de jugar con las palabras en política. Sin seriedad, sin objetividad, con la mentira en la lengua, rápida, cual saeta, con el fin de salir airoso del momento. No andaba tan mal Alfredo Jalife en sus comentarios al referir la nacionalidad norteamericana del gobernador en turno. Pero lo destacable, insólito, inédito e increíble, es la capacidad de contar mentiras al por mayor, creérselas en el momento y después desmentirlas con el mayor cinismo del mundo. Para ripley, si señor.
Ya desde hace dos años, al fragor de la contienda electoral por la gubernatura de Chihuahua, corrían los rumores acerca de la nacionalidad norteamericana de Javier Corral, a la que nunca ha renunciado. Está, por ejemplo, el trabajo titulado Denuncia a la Nación del notable cronista Víctor Olague, en donde el cronista denunció que el ascenso de Javier Corral a la gubernatura de Chihuahua (en ese entonces, 22 de julio de 2016, Javier Corral todavía no había sido investido como gobernador de Chihuahua) porque su ingreso a la política en México había sido ilegal de origen.
Antes de continuar, la pregunta de interés es la siguiente: ¿por qué razón habría de mentir y ocultar Javier Corral Jurado su nacionalidad norteamericana de la opinión pública del pueblo de México? La respuesta es bien sencilla: su ciudadanía norteamericana lo descalificaba en aquél entonces para competir por cualquier puesto público de elección popular. No podía postularse ni para ser senador, ni para ser diputado federal o diputado estatal. No podía postularse para ningún cargo público, tal cosa le estaba estrictamente prohibida a los extranjeros.
Para llevar un control sobre tal cosa, anteriormente la Secretaría de Gobernación requería que los aspirantes a un cargo público demostrando su ciudadanía mexicana presentando el
único documento legal con el que se puede comprobar tal cosa: el acta de nacimiento. Posteriormente a la década de los ochentas, el Instituto Federal Electoral fundado el 11 de octubre de 1950 era el encargado de hacer tal cosa. El primer presidente del Consejo General del IFE fue Fernando Gutiérrez Barrios, quien fungía como titular de la Secretaría de Gobernación (lógicamente).
En aquél entonces, si un francés o un ruso o un norteamericano hubieran presentado ante la Secretaría de Gobernación o ante el IFE sus actas de nacimiento de sus países de origen, demostrando con ello NO ser ciudadanos mexicanos por nacimiento, la petición de ser inscritos como aspirantes a un cargo de elección popular en México habría sido rechazada de inmediato y sin contemplaciones. Ni siquiera una exención especial emitida por el presidente de México les habría servido para tales efectos.
Entonces... ¿cómo demonios le hizo el CIUDADANO NORTEAMERICANO Javier Corral Jurado para lograr que el registro oficial de su inscripción como aspirante al cargo de diputado (plurinominal) por Chihuahua fuese aceptado para el puesto de Diputado Estatal por Chihuahua a partir de 1992? (Justo aquí empezó a construír su carrera política.)
Puesto que NADIE en esos tiempos le habría aceptado su registro como candidato a alguien que hubiera presentado un acta de nacimiento identificándolo como un ciudadano extranjero, la única explicación posible es que JAVIER CORRAL JURADO, MINTIENDO DELIBERADAMENTE A LAS AUTORIDADES Y CON PLENO CONOCIMIENTO DE CAUSA, PRESENTO EN 1991 O EN 1992 ANTE LAS AUTORIDADES UN ACTA DE NACIMIENTO MEXICANA QUE HOY SE PUEDE DAR POR HECHO QUE ERA APOCRIFA. Es posible que después de haber nacido en Estados Unidos, sus padres le sacaron (mintiendo deliberadamente ante las autoridades del Registro Civil en México) un acta de nacimiento en México argumentando (falsamente) que Javier Corral había nacido en México, lo cual es imposible porque una persona no puede nacer en dos países diferentes al mismo tiempo. Pero un acta de nacimiento obtenida así es de facto apócrifa por estar sustentada en una aseveración falsa aunque haya sido expedida por funcionarios mexicanos del Registro Civil actuando de buena voluntad. Ya como adulto mayor de edad, Javier Corral ciertamente debió de haber estado enterado de todo esto, en posesión de sus DOS actas de nacimiento, una genuina y la otra apócrifa, un acta en una mano y la otra acta en la otra mano. De cualquier modo, aún argumentándose el beneficio de la doble nacionalidad que es algo de tiempos recientes en virtud de la labor de cabildeo que el yanqui Javier Corral estuvo haciendo en aras de sus propios intereses personales ante el Congreso de la Unión, en esos tiempos de la década de los ochentas así como todas las décadas anteriores no existía en la Constitución mexicana ninguna cláusula o lineamiento que diera excepciones para ocupar cargos de elección popular a quienes argumentaran tener doble nacionalidad, y en el caso de Javier Corral sigue siendo un verdadero misterio el asunto de cuándo fue que tramitó (fecha, lugar, instancia) su adopción de la nacionalidad mexicana reteniendo la ciudadanía norteamericana (si es que alguna vez lo hizo) en la papelería oficial (Javier Corral no revela ningún detalle sobre esto en su página Wikipedia a la cual él mismo le da mantenimiento diario y actualización). Lógicamente, mientras no hubiera hecho tal trámite de gestión, Javier Corral estaba impedido de postularse para cargo público alguno en México.
Esto significa que en 1992 cuando logró obtener por la vía plurinominal el puesto de Diputado Local a la LVII Legislatura del Congreso del Estado de Chihuahua, LO HIZO EN FORMA ILEGITIMA VIOLANDO DELIBERADAMENTE LA LEY, CON PLENO CONOCIMIENTO DE CAUSA. Para después proceder a obtener, VIOLANDO NUEVAMENTE LA LEY, el puesto de Diputado Federal a la LVII Legislatura del Congreso de la Unión. Y ASI SUCESIVAMENTE.
Está también la injerencia de este ciudadano norteamericano nacido en El Paso, Texas, en la política mexicana a nivel federal en cuestiones que involucran a la presidencia de México. El gobernador Corral, con sus miras puestas en un cargo en el gabinete presidencial como el de Secretario de Gobernación desde donde pudiera postularse abiertamente como candidato a la presidencia de México (su principal obsesión), le metió dinero (no salido de sus bolsillos sino sacado del erario público de Chihuahua) a las campañas abiertas en favor del candidato presidencia Ricardo Anaya y de las campañas sucias en contra de Andrés Manuel López Obrador, una apuesta que Corral perdió, aunque parece que no ha aprendido la lección.
Todavía no se sabe el por qué el PRI jamás pidió una investigación a fondo de estos hechos en los tiempos en los que el PRI aún retenía la presidencia de México. Lo pudo haber hecho formalizando su petición ante la Procuraduría General de la República o la Secretaría de Gobernación, y entonces el asunto le habría estallado no solo a Javier Corral Jurado sino al partido del bolillo en mil pedazos PORQUE TAL ILEGALIDAD ERA INDEFENDIBLE ANTE LOS JUZGADOS FEDERALES. El por qué no hizo el PRI lo que pudo haber hecho en aquél entonces para incluso meter a la cárcel al yanqui texano Javier Corral Jurado tal vez pueda usarse como argumento para justificar la existencia de un acuerdo tácito o un pacto secreto entre líderes importantes del PRI y del PAN, hoy identificado como el PRIAN, de no tocarse nlso i hacerse daño el uno al otro en cosas en las que violaban incluso la ley. Otra explicación es que a partir de la década de los noventas el dinosaurio priista ya no era lo mismo que en la década de los cuarenta o la década de los cincuenta, y el desgaste en el poder había hecho algo inevitable que ya se anticipaba, la arterioesclerosis aguda del viejo dinosaurio que estaba perdiendo a sus mejores hombres y estrategas. Este anquilosamiento fue más que evidente en las elecciones en Chihuahua en 2016.
El meollo del asunto es este: si Javier Corral empezó su carrera política en México en violación abierta a las leyes y códigos electorales, esto implica su DESLEGITIMACION EN LOS CARGOS PUBLICOS QUE HA ESTADO OCUPANDO DESDE 1992 HASTA CARGO QUE ACTUALMENTE OCUPA.
Esto significa que el yanqui texano Javier Corral Jurado no solo es el peor gobernador que ha tenido Chihuahua en toda su historia. ES UN GOBERNADOR ILEGITIMO DE ORIGEN, AL CUAL SE LE HA DADO AUTORIDAD EN DESAFIO A LO QUE SIGNIFICA UN EJERCICIO VERDADERO Y GENUINO DE LA DEMOCRACIA.
El consenso de los principales y más connotados analistas, académicos, editorialistas y cronistas de Chihuahua es que Javier Corral ha tratado a Chihuahua y a los chihuahuenses con menosprecio, con la punta del pie. La seguridad en Chihuahua está por los suelos mientras el procurador general de justicia se enriquece a manos llenas, no se ha hecho obra pública que valga la pena mencionar en tres años, ni ha cumplido una sola de las promesas que hizo como candidato en 2016, y se la pasa casi todo el tiempo jugando golf y tenis pero eso sí, cobrando un sueldo superior al que gana el presidente de México. Pero pensándolo bien, ¿acaso podía esperarse otra cosa de un yanqui que mantiene y conserva a capa y espada su ciudadanía norteamericana de la cual está muy orgulloso, un oriundo del país de las barras y estrellas al cual siente que le debe y le da todo su amor y toda su fidelidad que al mismo tiempo le niega al país del nopal al cual se puede suponer que detesta? Imposible esperar de Javier Corral Jurado la lealtad que solo un mexicano nacido en México le puede dar a México, esa lealtad se la guarda y se la reserva Javier Corral exclusivamente para su país de nacimiento.
Todavía le quedan a Javier Corral Jurado dos años más como gobernador de Chihuahua... ¿ILEGITIMO? Haciendo todas las barbaridades que le plazca hacer, como las que ya ha estado haciendo y que se han estado documentando en esta bitácora.
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