Ya en otras entradas previas distantes se habían puesto en esta bitácora algunas observaciones sobre las consecuencias que tendría la terminación de la política de favoritismo en cuestiones migratorias otorgada a los cubanos, empezando por la entrada titulada Cubanos cubanos, y cubanos norteamericanos publicada el 10 de diciembre de 2016 (con motivo del fallecimiento del Comandante Fidel Castro), así como la entrada Duro golpe a cubanos de Miami publicada el 21 de junio de 2017. A causa de cambios históricos fuera del control de cubano común y corriente, se tenía previsto la llegada de tiempos difíciles para aquellos cubanos ávidos de salir de Cuba para echar raíces en suelo norteamericano y empezar a ganar DOLARES. Se vaticinaba que la época dorada para obtener rápidamente residencia legal permanente en USA en el caso de los cubanos llegaría más pronto de lo que esperaban, aunque ya tuvieran familiares radicados en USA con buenos empleos.
Hoy, a pocos días de haber empezado el Otoño 2019, la esperanza de muchos cubanos (algunos de ellos con familiares viviendo y trabajando en USA), la esperanza de poder salir de Cuba para siempre para empezar a vivir el sueño americano (ahhhh, casa propia, troca Ford, cuenta bancaria en DOLARES, vacaciones anuales en Europa, tarjetas de crédito, etc.) parece haberse esfumado definitivamente, de acuerdo con la siguiente nota:
Aumentan deportaciones de cubanos bajo mandato de Trump
La repatriación de cubanos han aumentado a más de 800 en el año pasado
Associated Press
Viernes 11 de Octubre, 2019
Tras buscar asilo en la frontera entre México y Estados Unidos, Pablo Sánchez fue colocado en un centro de detención y está en peligro de correr una suerte cada vez más común bajo la presidencia de Donald Trump: deportación a Cuba.
Desde el inicio de la presidencia de Trump, las deportaciones de cubanos han aumentado a más de 800 en el año pasado debido a que el gobierno ha estado implementando una política aprobada apenas días antes que asumió el poder, y ha restringido el criterio de quiénes tienen derecho a pedir asilo.
Ello ha afectado a miles de cubanos que durante décadas se beneficiaban de la política estadounidense de darles asilo, y de la renuencia de su propio país de aceptarlos de vuelta.
Por muchos años, los cubanos que huían de la isla de régimen comunista gozaban de privilegios singulares en Estados Unidos. Incluso después de terminada la Guerra Fría, tenían asegurada la residencia si llegaban a territorio estadounidense, en una política apodada "pies secos, pies mojados".
Pero un acuerdo forjado en los últimos días de la presidencia de Barack Obama puso fin a ello y obligó a recibir de vuelta a ciudadanos que hayan recibido órdenes de deportación. Más aún, Cuba deberá considerar, caso por caso, permitir el regreso de miles de ciudadanos suyos que a lo largo de las décadas hayan recibido órdenes de deportación pero se quedaron en Estados Unidos porque Cuba se negaba a aceptarlos.
Pero desde que Trump asumió la presidencia, los cubanos que llegan a la frontera entre México y Estados Unidos se han topado con más obstáculos, incluyendo una nueva norma aprobada el mes pasado según la cual no reciben asilo los que hayan pasado por un tercer país sin haber solicitado asilo allí primero.
A pesar del nuevo acuerdo, Cuba sigue renuente a aceptar el retorno a de sus ciudadanos y es uno de diez países que Washington considera "recalcitrantes". Ello le dificulta al gobierno estadounidense implementar a cabalidad sus medidas contra el asilo, y deja en la incertidumbre a muchos cubanos.
Muchos, como Sánchez, están desorientados por la situación.
Sánchez se casó con Barbara Rodríguez, una ciudadana estadounidense naturalizada que vive en Miami, pero que no pudo pedir una visa en Cuba para venir a estados Unidos a visitar a su esposa debido a que Washington bajo la administración Trump sacó casi todo el personal de su embajada en La Habana, dejando los asuntos consulares y de visados a las representaciones de Colombia o Guyana. Rodríguez dice que Sánchez era un perseguido político al tener roces con las autoridades locales por diversos episodios, entre ellos uno en que rompió una papeleta de referéndum como señal de protesta.
La pareja decidió que Sánchez tenía que salir de Cuba, al enterarse de que estaba siendo investigado y podía terminar en la cárcel. Convencidos de que no había tiempo que perder y ante la imposibilidad de conseguir una visa en Cuba, Sánchez viajó a Nicaragua y a través de México para pedir asilo en Estados Unidos, en un punto de cruce donde fue detenido y enviado al Servicio de Inmigración y Aduanas (Immigration and Customs Enforcement, conocido como ICE).
"Es cruel. Es cruel porque a pesar de llegar a este país y demostrarles de que vienes perseguido, de que tienes un miedo creíble positivo. Que después de todo, este proceso sea tirado por la borda", dijo Rodríguez, quien habla por teléfono con su esposo todos los días. "Lo peor es que yo sé que lo único que es seguro ahí es la deportación".
No es claro cómo el gobierno cubano trata a la gente que regresa tras ser deportada de Estados Unidos, pero activistas de derechos humanos aseguran que pueden ser sujetos a represalias por haber pedido asilo allá, especialmente los que denunciaron haber sido perseguidos. En comparación, los mexicanos o centroamericanos que son deportados usualmente son recibidos con agrado.
El ministro de exteriores de Cuba Bruno Rodríguez Parrilla dijo a The Associated Press que el aumento en las deportaciones se debe a que Cuba está cumpliendo cabalmente el acuerdo llegado bajo la administración Obama, pero al mismo tiempo fustigó a Estados Unidos por reducir su presencia consular en La Habana.
"Es una lástima que se politice el vínculo humano entre las personas, las relaciones entre ambos pueblos y mucho más que se restrinja la libertad de viajar y el derecho de visitar a países vecinos a los ciudadanos estadounidenses hablando de libertad de moverse", declaró Rodríguez Parrilla.
Un avión fletado por Estados Unidos aterrizó en La Habana el 27 de septiembre con 96 cubanos a bordo, y otro con 120 cubanos a bordo aterrizó el 30 de agosto. Funcionarios estadounidenses dicen que la disposición de Cuba de aceptar a ese número reducido de personas en un paso pequeño, pero que en general la isla básicamente se niega a trabajar en el tema de las repatriaciones. Estiman que en Estados Unidos hay 39.243 cubanos bajo órdenes de deportación.
"Cuba es una especie de espina al costado para ellos, en este tema", estimó Julia Gelatt, analista del Migration Policy Institute.
Cuba sigue en la lista de países que Washington considera "recalcitrantes", junto con China, Vietnam, Irán, Bután, Camboya, Eritrea, Hong Kong, Laos y Pakistán.
Unos 21 mil cubanos han llegado a puntos de cruce en la frontera méxico-estadounidense desde octubre pasado, el triple de los 12 meses anteriores, según cifras de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Otros miles de cubanos se han visto varados en listas de espera en ciudades del norte de México, bajo un programa según el cual los migrantes deben esperar al sur de la frontera mientras sus procesos de asilo son estudiados.
De los cubanos que han recibido permiso para entrar en Estados Unidos, muchos han sido puestos en libertad y esperan la fecha de su audiencia de asilo, pero cientos más han sido entregados al ICE.
Unos 5 mil cubanos han recibido órdenes de deportación desde que se implementó el nuevo acuerdo con Cuba, y de ellos mil 300 han sido deportados, según cifras del ICE.
Luis Dayan Palmero salió de Cuba en abril, atravesando Guyana, Brasil, Colombia y Centroamérica hasta llegar a México en agosto.
Cruzó el Río Bravo y se entregó a la Patrulla Fronteriza, que lo envió a Matamoros, México. Tiene su audiencia judicial en Estados Unidos para los próximos días.
"Pienso pedir asilo y que pase lo que Dios quiera", expresó Palmero.
Las probabilidades de que regresen los tiempos de la Guerra Fría entre EE.UU. y la Unión Soviética son cero porque las probabilidades de que la Unión Soviética se pueda volver a reconstituír resurgiendo de entre las cenizas son iguales a cero. Los rusos tuvieron una muy mala experiencia con el comunismo a rajatabla, y el sistema terminó por colapsar como suele ocurrir con sistemas económicos planificados desde escritorios de burócratas. Esto significa que no hay ninguna posibilidad de que los cubanos de hoy puedan aspirar a una inmigración exprés a USA como la que disfrutaban quienes huían de Cuba en los tiempos de la Guerra Fría alegando persecusión política. Eso se acabó.
En lo que toca a una posible ayuda del Congreso norteamericano a los cubanos que quieren emigrar a los USA, Congreso norteamericano le negó a Barack Obama una reforma migratoria en los 8 años que permaneció como presidente, y al actual presidente Trump le sigue negando una reforma migratoria. Es un Congreso de productividad casi igual a cero en cuestiones migratorias, y no hay esperanza alguna de que tal Congreso les pueda dar una "ayudadita" a los cubanos que desearían ver su status de "migrates favorecidos" restablecido a lo que había antes. Peor aún, los políticos estadounidenses con raíces cubanas, como Marco Rubio, parecen haberse olvidado de los cubanos que permanecen en Cuba. Este Republicano explota sin rubor alguno su condición de hispanoparlante para presentarse como un campeón de los latinos hispanos, pero esto con el único fin de atraer sus votos obteniendo la reelección. Les interesan los cubanos ya norteamericanizados, o sea los que pueden votar en USA, no los que simplemente son residentes legales sin poder de voto, y menos aún los que sin poder votar están a la espera de que algún poderoso Congresista los ayude en el Capitolio a lograr su sueño. Aquí no habrá ningún alivio para los cubanos varados en países de tránsito.
Sin embargo, les quedan algunas alternativas. Una de ellas es armarse de mucha paciencia y estar dispuestos a esperar muchos años en algún consulado o embajada norteamericana para que les sea concedido el permiso para irse a radicar permanentemente al país del dólar. Hay otra que varios cubanitos y cubanitas de los que están llegando a México a través de la frontera con Guatemala ya están contemplando:
México se está convirtiendo en una opción para cubanos, y esto es algo de cuño reciente que no se había dado antes. Si se puede lograr una simplificación en los trámites migratorios, los cubanos que empiezan a ver a México como una opción de vida están explorando la respuesta a la siguiente pregunta: ¿por qué no casarse con un mexicano o una mexicana para quedarse a vivir legalmente EN MÉXICO en vez de USA? Al salir de Cuba, ninguno de ellos sale con la intención de quedarse a vivir en un país en donde se ganan devaluados pesos, todos quieren llegar al país del dólar para ganar dólares, de eso se trata todo. Pero si USA ya dejó de ser opción para ellos por las políticas Trumpianas anti-migrantes, es posible que muchos de ellos consideren que es preferible quedarse a vivir en México que regresar a Cuba. En varias ciudades de México se tiene una disponibilidad de mercancías equiparable a la que se puede obtener en USA, y ciertamente se puede vivir mejor que en Cuba sin las carencias que el régimen comunista les ha traído. Los que han recorrido México para llegar a la frontera con USA ya han visto la diferencia entre vivir en México y vivir en Cuba (esto se dice sin intención de ofensa para los isleños que viven allá). Para una cubanita o un cubanito, casarse con un mexicano o con una mexicana les puede simplificar el trámite migratorio para poder quedarse a vivir en México sin las penurias de la larga espera en caso de insistir en irse a los USA. Y las cubanitas recién llegadas a México no son mujeres que se hagan mucho del rogar, nutridas en Cuba en donde al fin y al cabo bajo el socialismo siempre ha habido mucha liberalidad y cero conservadurismo; con estas damitas llegadas de fuera tienen que competir ahora una cantidad creciente de mexicanas que se están quedando solteronas porque las cubanitas les están "robando" sus pretendientes.
¿Será esto la razón por la cual varias cubanitas de entre las recién llegadas a Ciudad Juárez me han estado "echando ojitos"? Mmmhhh.
De acuerdo a un artículo de investigación publicado por el diario mexicano El Universal, la edad promedio de los cubanos que se quedan a vivir en México es de 32 años. Muchos son graduados universitarios y pronto encuentran empleos.
Según cifras divulgadas por el periódico El Universal, la cifra de cubanos residentes en México aumentó 560 % de 2010 a 2016, Un artículo de investigación del medio mexicano indicó que los números fueron desde 4.033 hasta 22.604 cubanos instalados en ese país en los últimos seis años. El Centro de Investigaciones Norteamericano PEW informó que dos terceras partes de los cubanos que entraron a Estados Unidos lo hicieron por territorio mexicano. “Eso quiere decir que, de 2014 a 2016, 80.000 cubanos cruzaron suelo Azteca con destino al país vecino”, dijo la nota de El Universal titulada “Cubanos en México: los que no llegan a EU”. Algunos cubanos citados por el artículo han encontrado trabajo en sus profesiones y preferido quedarse en lugar de seguir el viaje hacia Estados Unidos. Muchos incluso han conseguido traer a familiares a México.
En pequeños grupos llegaron migrantes cubanos a México después de la revolución de 1959. En 2001, en México hubo 133 cubanos asegurados en estaciones migratorias, 37 % de los cuales fueron devueltos a Cuba. Cuatro años después, en el 2005, la cifra se elevó a 2.660 asegurados y 1.253 retornados, equivalente al 47 %. En el 2015 la cifra fue de 9.623 asegurados, y solo 466 devueltos, equivalente al 4 %. Datos oficiales indican que del 2001 al 2016 fueron asegurados 33.000 cubanos y unos 5.000 devueltos. “Por cada 10 que entran solo 1.7 son devueltos a Cuba”, precisó el artículo citado.
Un estudio realizado por la profesora Liliana Martínez, de Flacso, indicó que el promedio de edad del migrante cubano es de 32 años y cuentan con licenciaturas universitarias. “Consiguen trabajo en menos de un año y su principal área de estudios es humanidades y artes. Le siguen la ingeniería, industria, construcción, ciencias sociales, enseñanza comercial y Derecho, según el estudio.
No solo hay cubanitas compitiendo con las mexicanas por los varones del país con la mira puesta para quedarse a vivir en México. También hay cubanitos que con mayor frecuencia cortejan a damas mexicanas que viven solas y andan buscando "consuelo". Creo que las condiciones se están dando para producir otro fenómeno sociológico a gran escala como el que se dió cuando los cubanos empezaron a ser rechazados para la inmigración exprés con la que eran favorecidos.
Mexicanos y cubanitas "echándose ojitos".
Mexicanas y cubanitos "echándose ojitos".
Creo que esto se está empezando a salir fuera de control. Mmmhhh.
Ana de Armas, cubanita naturalizada norteamericana
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