martes, 7 de agosto de 2018

Se restituye la Docrina Estrada

Al ser cuestionado del por qué para su inauguración oficial como presidente de México programada para el 1 de diciembre de 2018 se había invitado al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pese a ser considerado por demasiados venezolanos como un tirano que está hundiendo a su país en la miseria y está ocasionando el éxodo de millares de sus compatriotas de suelo venezolano, y a sabiendas de que tal invitación seguramente ocasionaría un disgusto en Washington y tal invitación sería una razón primordial no solo para que el presidente Trump no acudiera en persona a la inauguración de la presidencia de López Obrador sino inclusive tal vez ni siquiera se obtendría la presencia del Secretario de Estado, Mike Pompeo, López Obrador respondió escuetamente: “somos amigos de todos los gobiernos del mundo”.

En la Cámara de Diputados, en protesta por la invitación extendida a Nicolás Maduro, la bancada del Partido Acción Nacional reaccionó furiosamente y “reventó la sesión” en San Lázaro apoderándose de la tribuna con sus cartelones de protesta forzando la cancelación de la sesión legislativa que se estaba llevando a cabo el martes 6 de noviembre de 2018 y que tuvo que ser aplazada para el jueves 8 de noviembre. El paro obligado de actividades en San Lázaro a causa de la protesta de los miembros de la bancada panista en el Congreso significó una enorme pérdida económica para la Nación a causa del paro total de actividades que se tuvo que llevar a cabo en el Congreso de la Unión, pero estas pérdidas económicas parecen importarle muy poco a los allegados al PAN. Se trata de paros locos a los cuales el pueblo de México ya debería estar acostumbrado (dicen los del PAN).

Lo que tanto les importa y les molesta a los discípulos federales del PAN no es que se le haya hecho una invitación oficial a un estadista acusado de ser un autócrata violador de los derechos humanos en Venezuela, ya que si así fuera entonces igualmente habrían hecho protestas similares cada vez que el gobierno de México (incluídos los gobiernos emanados del PAN) ha hecho invitaciones similares a regímenes tales como el que representan los miembros de la casa real de Arabia Saudita. No es un secreto que en Arabia Saudita la población padece desde hace ya demasiadas décadas de un gobierno represor en lo interno y agresor en lo externo. En este país se gobierna sin libertad de expresión, con penas de muerte por decapitación y públicas, ha sido objeto de incontables denuncias por financiar el terrorismo islámico, reprimiendo a las minorías no suníes y prohibiendo  cualquier otro culto religioso como la religión católica que los adherentes del PAN juran practicar. En Arabia Saudita no hay posibilidades de “primaveras árabes”, porque los saudíes viven en un “invierno” permanente de controles, censuras y represión. Las mujeres sufren un sometimiento ancestral. El príncipe heredero Mohamed bin Salmán, verdadero vértice del poder real, ha disfrazado con medidas cosméticas los más oscuros aspectos de su régimen, entre ellos, el de una corrupción hereditaria. Peor aún, se tienen casos como el caso reciente de la desaparición del periodista Jamal Khashoggi, crítico del régimen saudita, el cual entró a la Embajada saudita en Turquía y de la cual nadie lo volvió a ver salir con vida de dicha Embajada. El artero crimen que se llevó a cabo dentro de la Embajada fue coronado con el desmembramiento quirúrgico del cuerpo del periodista, y hay evidencias de que un equipo de once ciudadanos saudíes, entre ellos un químico y un toxicólogo, limpió los rastros y eventuales pruebas del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi antes de que las autoridades turcas pudieran investigar el caso, de acuerdo a datos publicados por el diario turco Sabah. Los once saudíes llegaron al aeropuerto estambulí de Sabiha Gökçen el pasado día 11 de octubre y se hospedaron en un hotel cerca del consulado saudí donde desapareció el reportero el pasado día 2 de octubre de 2018. El rotativo revela la identidad de dos de esos ciudadanos saudíes, el químico Abdulaziz Aljanobi y el experto en toxicología Khaled Yahya Al Zahrani. El único que podría haber ordenado un asesinato directo dentro de la Embajada de Arabia Saudita apoyado posteriormente con un sofisticado operativo de encubrimiento desapareciendo los restos del cuerpo es el mismo jefe de la monarquía saudita. Ningún subordinado suyo se habría atrevido a cometer tal crimen dentro de una Embajada en otro país si el crimen no hubiera sido ordenado personalmente y en forma directa por la monarquía reinante. En una ostentación de cinismo e hipocresía, el sanguinario príncipe Bin Salman “condenó” el “atroz crimen” del periodista Jamal Khashoggi prometiendo que los responsables del asesinato serán investigados y juzgados. Si es fiel a su palabra, el corrupto y sanguinario príncipe Bin Salman debería aplicarse la ley musulmanta a él mismo encaminándose al tronco de árbol en el cual se llevan a cabo las decapitaciones en Arabia Saudita para todos los asesinos, poniendo en exhibición la decapitada cabeza del príncipe saudita en algún museo con una advertencia como “siguiendo las enseñanzas de Mahoma esto es lo que les pasa a quienes asesinan a sangre fría”.

Tomando todo bajo consideración, lo anterior significa que Arabia Saudita está gobernada por autócratas absolutistas tan hipócritas como asesinos que actúan a sangre fría. Y sin embargo, ningún miembro del Partido Acción Nacional ha movido jamás ni siquiera un solo dedo por la presencia en México de estos corruptos monarcas criminales con los cuales tal vez México debería de haber llevado a cabo una ruptura total de relaciones diplomáticas.

El pueblo de México ya tiene identificado al Partido Acción Nacional como un partido de doble moral, un partido de incongruencias pletórico de promesas rotas. Precisamente por ésto el pueblo de México expulsó al PAN de la silla presidencial en 2012 y le negó al PAN la posibilidad de poder recuperar la presidencia en 2018, liquidándolo junto con el PRI y de paso llevando al amasiato PRIAN a la congeladora.

¿Entonces qué fue lo que realmente molestó tanto al PAN en el caso de la invitación extendida por el presidente entrante López Obrador al presidente de Venezuela? Lo que molestó sobremanera al PAN, que se proclama como el partido de la derecha (una derecha corrupta, a todo esto), es en primer lugar la ofensa ocasionada al gobierno norteamericano con tal invitación. Y en segundo lugar el hecho de que en Venezuela se ha impuesto por órdenes de Nicoláa Maduro un régimen de corte socialista-comunista. Si no fuera por ésto último, el PAN no habría objetado la visita de Nicoláa Maduro como presidente de Venezuela a México, no habría “reventado” la sesión legislativa en San Lázaro llevada a cabo el 6 de noviembre, ni habría hecho escándalo alguno. Pero también en esto último el PAN exhibe incongruencia, hipocresía, y su doble moral. Tomemos por ejemplo los países escandinavos como Dinamarca. En tales países se practica un sistema socialista. No es un comunismo como el que se practicaba a rajatabla en la desaparecida Unión Soviética sino algo que podría considerarse un comunismo de corte democrático “suavizado, moderado”, no dictatorial, en lo que se conoce como el modelo nórdico de bienestar. De cualquier modo, se trata de un modelo económico con enfoque de izquierda al que en principio el PAN supuestamente se debería de oponer por cuestiones puramente ideológicas. Y sin embargo, ningún mílite del PAN jamás ha protestado en ninguna de las veces que el gobierno de México ha extendido invitación a la toma de protesta presidencial a países en los cuales se practica alguna forma de socialismo. Y ciertamente en el PAH tienen claro hasta donde pueden llegar. A modo de ejemplo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es el paradigma de la medicina socializada, en contraparte a la práctica de la medicina privada pagada en su totalidad no por el Estado sino por los mismos enfermos. Aunque en México hay gente que cuenta con los recursos económicos para atenderse en hospitales privados, es mucha más la gente que no cuenta con tales recuros, y para esta gente si no hubiera IMSS (o ISSTE) la alternativa sería morir sin recibir ningún tipo de atención médica. El PAN cuando tuvo en sus manos la silla presidencial en ningún momento intentó desaparecer al IMSS a sabiendas de que el haber intentado tal cosa habría producido un levantamiento popular acompañado del linchamiento público del panistas prominentes (al estilo de lo que ocurrió durante la Revolución Francesa) y la proscripción del PAN como partido político con sus miembros arrojados al exilio. Así pues, el PAN aunque se aferra a costumbres propias de la derecha como condenar las relaciones diplomáticas con regímenes de izquierda, se cuida de no pasarse de la raya en México porque sabe que ello le puede costar su desaparición.

Es un hecho que en México con el triunfo del partido Morena se está restituyendo lo que históricamente se ha conocido como la doctrina Estrada. La doctrina Estrada está inspirada en la máxima de Benito Juárez: “el respeto al derecho ajeno es la paz”. De acuerdo a la doctrina Estrada, el reconocimiento diplomático dado por México a los gobiernos de otros países no debía estar sujeto a condicionamiento alguno, pese a que en otros tiempos el establecimiento de relaciones diplomáticas era sinónimo de estar alineado con algún país poderoso al cual se trataba de agradar no reconociendo al gobierno de un tercer país con el cual el país poderoso tenía malas relaciones. En los tiempos de la Guerra Fría, México mantuvo relaciones diplomáticas con Cuba pese al desagrado y la desaprobación de Washington y del poderoso grupo cubano-americano radicado en Miami que querían el aislamiento total de Cuba con la colaboración de México.

Más recientemente, el espíritu juarista de la doctrina Estrada equivale a evitar extender selectivamente invitaciones a eventos importantes o inclusive formar o romper selectivamente relaciones diplomáticas con otros países usando como barómetro lo que está sucediendo al interior de dichos países, ya que hacer tal cosa sería el equivalente a una injerencia en los asuntos internos de otros países, una intromisión no pedida ni deseada por los demás países que tienen el derecho de decidir su propia forma de gobierno y la conducción de sus propios asuntos internos.

Si México no va a ser amigo de la Venezuela de hoy porque ello desagrada a gente importante en Washington, y por ello el presidente de Venezuela no debería ser invitado a la toma de posesión de López Obrador (de acuerdo al PAN), entonces quien estaría fijando la agenda de relaciones exteriores de México sería no el presidente de México sino la Casa Blanca en Washington, o sea Donald Trump, convirtiendo a México en una colonia de Estados Unidos aunque no se reconozca como tal. De cualquier modo, tales actitudes de entreguismo y subyugación voluntaria, muy propias del PAN, han salido a relucir de vez en cuando, como en aquella ocasión en la cual siendo el panista Vicente Fox presidente de México tuvo el descaro de querer congraciarse con el presidente norteamericano George Bush evitándole que tuviera que tener frente a sí al Comandante Fidel Castro en abril del año 2002, a punto de celebrarse la Cumbre Extraordinaria de Las Américas en la ciudad de Monterrey. Lo que hizo en aquella ocasión el presidente emanado de la derecha fue una majadería en el pleno sentido de la palabra, muy propia de la derecha dicho sea de paso. En una conversación telefónica Fox le dijo claramente a Castro “Oye, Fidel, de cualquier manera, está la invitación a que me acompañes a la comida, que eso sería como a la 1:00 de la tarde ó 1:30 y acabando de comer, entonces puedes salir”, esto para que así se evitara el encuentro con Bush, que llegaría después. Se trata del famoso ”comes y te vas”, uno de los incidentes más vergonzosos en la historia de las relaciones diplomáticas de México con otros países. Lo peor de todo es que el evento y la comida no eran organizados ni pagados en su totalidad por el gobierno de México, era un evento organizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y si se iba a cometer tal descortesía para agradar a Washington quien debería pedirle al Comandante Fidel el famoso “comes y te vas” debería haber sido la OEA y no el presidente de México y ciertamente mucho menos Donald Trump. Al principio, Fox trató de negar haber cometido tal falta de cortesía, pero no sabía que la conversación telefónica había sido grabada, y como trataba de desmentir al gobierno cubano negando que tal petición foxista hubiera tenido lugar, al ver que no tenía nada que perder el Comandante Fidel dió a conocer el audio a la prensa mundial, poniendo en completo ridículo al presidente panista Vicente Fox y exhibiéndolo ante el mundo entero como un mentiroso y un bufón. ¡Y por este tipo de desempeño en la presidencia de México, Vicente Fox estuvo necio aferrado a querer seguir recibiendo la opípara pensión presidencial vitalicia que le acaba de ser quitada! (Vicente Fox estuvo disfrutando esa jugosa pensión presidencial vitalicia a expensas del pueblo de México por 12 años gracias al amasiato PRI-PAN reforzado con una pseudo izquierda llamada PRD que terminó uniénsode al amasiato con el PAN, hasta que en 2018 la izquierda con el apoyo del pueblo de México terminó haciendo a un lado al trío PRI-PAN-PRD quitándole lo “vitalicio” a la pensión presidencial vitalicia y enviando dicho mamotreto al basurero de la historia.

Si el panista Vicente Fox, representante y vocero de las derechas de México en la silla presidencial, se hubiera apegado de manera estricta y fiel a lo que recomienda la doctrina Estrada, evitando el error garrafal de disgustar a un mandatario con la finalidad de agradar a otro, Fox se habría ahorrado el escarnio mundial y el ridículo por el aberrante desliz del “comes y te vas” del cual quienes parecen haberlo perdonado son los dueños y accionistas de la televisora cada vez mas pro-panista MILENIO TELEVISION que ya hasta un segmento editorial privilegiado le dieron a Vicente Fox para poder promover los intereses del PAN tales como tratar de impedir que México vuelva a retomar como principio rector la doctrina Estrada además de promover las carreras políticas de algunos de los panistas más corruptos de México. ¡Y ojo, mucho ojo, que estos cuervos ya están maquinando tras las sombras para poder regresar al poder, para poder retomar la silla presidencial y volver a hacer nuevamente de las suyas al igual que en el pasado! Sobre estos incongruentes corruptos, enemigos de principios rectores como la doctrina Estrada, cortados todos ellos con la misma tijera, resuenan muy bien las palabras vertidas por el analista Rodolfo Esparza Cárdenas el 24 de junio de 2018 en un trabajo titulado “Conservadores, no”:

Con el pragmatismo fatal que vivimos actualmente en el seno de los partidos políticos, viene a colación la fábula de Augusto Monterroso: El camaleón que finalmente no sabía de qué color ponerse. Así como ahí inventaron los ciudadanos usar lentes de colores para descubrir su verdadero color, así hace falta el lente de la historia para descubrir el verdadero fondo de los conservadores, derechistas que hoy en día persisten en nuestro país.
El 19 de junio se cumplieron 151 años del fusilamiento de Maximiliano, Miramón y Mejía, un austriaco y dos mexicanos conservadores que lucharon contra los liberales y Juárez, después que un grupo de traidores a la Patria fueron a ofrecerle a Napoleón nombrara un gobernante ante la derrota de los reaccionarios en la Guerra de Reforma. Estos conservadores eran herederos de la ideología de los monarquistas que se opusieron a los libertadores, los centralistas que combatieron a los federalistas y los contrarrevolucionarios que han objetado al Constitución de 1917 y su aplicación, formando para ello al PAN.
Maximiliano, Miramón y Mejía fueron procesados y sentenciados, conforme a la leyes mexicanas que se aplican a quienes atentan contra la independencia nacional. No valieron las intervenciones de gobiernos de Europa y de Estados Unidos, las razones de Víctor Hugo quien un día después del fusilamiento había solicitado el indulto. En el Cerro de las Campanas aquel 19 de junio de 1867 fue el fin de la traición y el inicio de la Restauración de la República.
Esa derecha conservadora y reaccionaria sigue viva, pero el pragmatismo no permite verla con claridad; la contra revolución también, más desde que Salinas declaró que la Revolución era historia y desde entonces se ha desmantelado la consecución de las reivindicaciones al pueblo de México; atentado disfrazado de modernidad contra la independencia nacional al entregar sin beneficios profundos a México las riquezas del país y el trabajo de sus hombres.
Difícil es, ante el abandono de las ideologías, que pese a los que opinan su obsolescencia dan certeza de la visión y misión política de los partidos, saber quién es quién; sólo la intuición que parece gobernar a la reflexión, mantiene hoy la esperanza del pueblo para volver a la ruta de la justicia social que prometió nuestra Revolución, cansado de su traición.

Venezuela, para los venezolanos


Si Venezuela estuviera en guerra civil y hubiera dos facciones en pugna, México podría tener una opción en el reconocimiento diplomático que se le pudiera dar a una de las dos facciones en pugna. Pero Venezuela, para fortuna de los venezolanos, no tiene todavía una sangrienta guerra civil, y tiene un solo gobierno. El no reconocimiento del gobierno de Nicolás Maduro implicaría el tener que dejar al gobierno de México sin interlocutor alguno en Venezuela. Peor aún, ello sería meterse en asuntos internos de Venezuela que solo le competen a los venezolanos. Si los venezolanos no están satisfechos con algún gobernante, a los venezolanos les compete y solo a ellos el seguir como están o cambiar el estado de cosas tomando el asunto en sus propias manos. Solo los venezolanos y no los norteamericanos ni los chinos ni los mexicanos ni los rusos saben lo que puede ser mejor para Venezuela. Y los venezolanos deben ser quienes decidan si desean seguir como están o quitarse de encima a su actual gobierno, como México ya lo hizo con el PRI y con el PAN que terminaron siendo sinónimos de una inaguantable corrupción.

jueves, 2 de agosto de 2018

La Guerra Sintética

Esta entrada originalmente estaba titulada “Un libro que cimbró al país”, pero se consideró dejar mejor como título descriptivo el título mismo del libro de que trata.

En los años veinte del siglo pasado, México entero se estremeció por una guerra entre el Estado y militantes católicos de la cual se habla muy poco en los libros de texto. Se trata de una guerra sangrienta que el gobierno de México en los años en los que el PRI gobernó al país de manera absoluta y hegemónica hubiera preferido que quedara olvidada por completo, un conflicto que no terminó en alguna fecha específica con alguna proclamación de victoria por parte de alguna de las partes en conflicto. Estamos hablando de lo que se conoce como la Guerra Cristera. En realidad, y esto es algo que muchos desconocen, hubo no una Guerra Cristera sino dos, con una seguida casi inmediatamente de la otra. La Guerra Cristera en un principio fue detonada como consecuencia de una ley anticlerical de corte abiertamente antireligioso, la ley Calles, en alusión al General Plutarco Elías Calles que era el presidente de México en ese entonces, el cual dicho sea de paso fue el fundador del Partido Nacional Revolucionario que a su vez fue el predecesor del actual Partido Revolucionario Institucional, siendo este precedente histórico un estigma con el cual el PRI ha tenido que cargar por siempre.

Tras un breve apaciguamiento, la Guerra Cristera fue retomada en México con una segunda fase a raíz de los intentos del General Lázaro Cárdenas, sucesor de Plutarco Elías Calles en la presidencia de México, de imponer en todo México la educación socialista, bajo un esquema que en cierto modo copiaba el esquema bajo el cual se estaba implantando al otro lado del mundo el comunismo en Rusia, basado en el modelo socioeconómico propuesto por Karl Marx, el cual incorporaba dentro de su filosofía un modo de pensar materialista y ateo, abiertamente antireligioso. La educación socialista duró cerca de 12 años, y de hecho se puede afirmar que llegó a su conclusión en diciembre de 1946.

La tregua que condujo al cese de las hostilidades se debió en parte a la salida del General Lázaro Cárdenas del poder. Pero existe una percepción generalizada de que influyó otro factor que en su momento le puso los pelos de punta al sistema político mexicano, la creciente difusión de un concepto de guerra hasta cierto punto novedoso que de haber tenido éxito posiblemente habría terminado por colapsar por completo al gobierno de México de aquél entonces. Se trata de un libro que hizo su aparición a raíz de los cambios educativos que se empezaron a llevar a cabo a partir del 10 de octubre de 1934 que fue cuando el Congreso de la Unión aprobó la educación socialista a instancias del General Lázaro Cárdenas. Durante mucho tiempo ese libro estuvo terminantemente prohibido por el gobierno de México, y no solo estaba prohibida su publicación sino que la sola posesión del libro le podía costar a cualquier funciionario gubernamental su puesto y podía terminar no solo cesado sino en la cárcel acusado de distribuír literatura considerada subversiva. Lo más irónico es que mientras que a los movimientos insurgentes de las décadas de los años cincuentas en Latinoamérica de corte socialista o abiertamente pro-comunista se les consideraba subversivos, en este caso el libro calificado como subversivo por el gobierno de México era un libro apoyando la lucha de la defensa de la libertad religiosa el que era considerado subversivo. Pese a que el libro presuntamente era una novela y no una convocatoria abierta a la lucha en contra del gobierno socialista de México, las ideas que contenía sobre cómo llevar a cabo una lucha de manera exitosa en contra del gobierno fue lo que puso a temblar de pies a cabeza a los políticos de aquél entonces, al grado que el mismo gobierno sin aceptar una derrota decidió aflojar la garra dejando sin efecto los esquemas y maniobras que condujeron a la Segunda Guerra Cristera.

El libro, se titula La Guerra Sintetica, y cuando apareció por vez primera su autor se anunciaba con el nombre de Jorge, aunque tal nombre era en realidad el pseudonimo de David G. Ramirez, un sacerdote mexicano que vivió en San Antonio, Texas, durante el conflicto de la Guerra Cristera, nacido en 1889 en Durango, México, y fallecido en 1950:




Dicho libro fue la segunda novela de Jorge Gram publicada desde el exilio por la editorial RexMex en San Antonio Texas en 1937, y fue prologada y firmada por el mismo autor desde Ámsterdam, Holanda, y enviada a los mencionados editorialistas para agradecerles el éxito de la publicación, al mismo tiempo que hacia aclaraciones respecto a opiniones que la misma novela había recibido.

El personaje principal de La Guerra Sintética es el Doctor Rodolfo Magallanes, un personaje ficticio pero que de haber sido una persona de carne y hueso seguramente habría puesto a temblar a los regímenes caudillistas revolucionarios de aquél entonces. Y de hecho, hay quienes sospechan que tal personaje realmente existió pero bajo otro nombre, y cuyas contribuciones estratégias y tácticas a la causa de la Segunda Guerra Cristera se sospecha que pudieron haber jugado un papel decisivo en hacer que el gobierno de México doblara las manos.

La historia de La Guerra Sintética se teje en la segunda parte de la Guerra Cristera, es decir, una vez que habíase dado por concluida la primera etapa de la gesta cristera mediante los celebres "arreglos" de 1929 entre los jefes del Estado y los jerarcas de la Iglesia, todo esto sin el consentimiento de las masas que se dieron por descontadas y traicionadas decidiendo continuar en la lucha en la llamada "La Segunda" o "La Albérchiga" cuyos estragos se extendieron mas allá de los arreglos. Es durante esa época que Jorge Gram contextualiza La Guerra Sintética en la década siguiente, en los treinta como un largo epígono de la guerra. Otro aspecto importante a señalar, es la trascendencia que el conflicto cristero tuvo en otros países, pues aunque pareciere que la Guerra Cristera es un asunto que solamente concierne al México de la posrevolución y en el sentido político más amplio al ámbito nacional, es bien sabido que todo está conectado con todo especialmente hablando en materia socio-histórica, así mismo no existen ni en el presente ni en la historia, acontecimientos aislados, puramente locales y desconectados del ámbito internacional sin quedar registrados en la intrahistoria. Según Jean Meyer en Las naciones frente al conflicto religioso en México: "las repercusiones de La Guerra Cristera se dieron internacionalmente, dejándose sentir sus efectos en países diversos como Alemania, Argentina, España, Francia, Hungría, Inglaterra, Irlanda, Polonia, Italia y Bélgica".

En La Guerra Sintética el protagonista es llamado de Bélgica para efectuar un tiranicidio. No se trata de un ciudadano sencillo, ni menos de un campesino sino se llama a un individuo previamente seleccionado, maduro, y recientemente orlado por la Universidad de Lovaina: e1 Doctor Rodolfo Magallanes que habiendo sido hermano lego en el convento de Ysleta , abandona sus propósitos individuales para ingresar a las filas de La Liga y luchar en la consecución de los propósitos de efectuar la liberación del pueblo mexicano de la opresión del tirano. Muy interesante resulta el manejo que el narrador —en estricta tercera persona— hace del protagonista en cuanto a que lo metamorfosea de ser un individuo totalmente blanco y espiritual en un oscuro delincuente al margen de la ley dispuesto a armar propiamente una guerra de guerrillas documentada y organizada en un amplio espectro de las capas sociales en la consecución de sus objetivos. En analogía con el llamado segundo subgénero de la novela policial el protagonista no es precisamente un policía o un individuo afiliado con las autoridades legales. Tampoco es un investigador, acarreado al asunto por circunstancias fuera de su control, al cual su vulnerabilidad frecuentemente le expone a la culpabilidad, a cometer actos ilegales, a suspender la ética y racionalizar actos cuestionables por medio de un contextualismo ético sospechoso.

El protagonista Doctor Rodolfo Magallanes se ve a sí mismo regresando a las calles oscuras del México callista para entrevistarse y reportarse ante La Liga. Parado junto a un candil: "El Dr. Magallanes ha estado puntual. […] Nadie aparece en los contornos. Espera durante una hora, de pie. Nadie se acerca. Avanza la noche. El doctor mira su reloj. Están por sonar las doce" (La Guerra Sintética, capítulo 9). De esta manera se inicia “el rodaje” de la narración en medio de una serie de diálogos directos, fríos casi cinematográficos, hasta que Rodolfo Magallanes resulta aprehendido por las fuerzas oficiales iniciando así lo que más tarde sería su agonía en los sitios oscuros y malolientes en los que se refunde a los enemigos del régimen. A través de sucesivas cárceles y torturas se va enterando de los mecanismos de persecución, ejecuciones e incluso del uso de hornos crematorios para hacer desaparecer “las evidencias” de los cadáveres y evitar que los Cristeros recuperen los restos contribuyendo a la mistificación de su lucha. Aprehendido y arrojado en un vagón militar, junto con otros cristeros condenados a la ejecución fuera de la ciudad, el Doctor Magallanes resulta sobreviviente por inesperados sucesos que le llevan a conservar la vida para proseguir toda su gesta ideológica y llevar a cabo el tiranicidio.

En el libro se aborda el asunto de los numerosos muertos que había estado produciendo la persecusión religiosa en México que a su vez había propiciado el alzamiento de los Cristeros en defensa de dicha libertad religiosa en México, y los muertos del lado de las tropas federales por el otro, sin ninguna solución al conflicto vislumbrándose en el horizonte. El personaje central del libro tiene entonces una ocurrencia: en vez de combatir en contra de los soldados que solamente obedecían órdenes superiores, ¿por qué no evitar sus muertes y las muertes de los propios combatientes cristeros yéndose no en contra de ellos sino en contra de sus jerarcas superiores? Y no en contra de todos los jerarcas superiores incluyendo mandos intermedios, sino “los más superiores” en la cadena de mando, o sea las cabezas, los verdaderos perpetradores de la persecusión religiosa. De este modo se podían maximizar los muy limitados recursos disponibles abreviando el conflicto yendo no en contra de todas las tropas federales sino en contra de una muy reducida minoría elitista que no llegaba ni siquiera al uno por ciento en las filas enemigas, o sea los verdaderos culpables. Al reducirse ampliamente la lista de los enemigos a aniquilar, la guerra se sintetiza a su mínimo, de allí el título de la obra La Guerra Sintética.

He aquí un extracto del libro sobre cómo por mera aritmética era necesario afinar la puntería, llegando a la idea central detrás de la guerra sintética que muy seguramente le puso los pelos de punta a principales funcionarios del gobierno cardenista:

También le enseñaban (a Rodolfo Magallanes) aquellos libritos, que el 95 por ciento de los mejicanos se declaraban católicos. Y aunque esto para Magallanes no significaba la totalidad de un catolicismo perfecto y práctico, sí decía muy claro que el plebiscito nacional se declaraba amigo y simpatizador de la Iglesia Católica y de sus espirituales ideales. Y de ello sacaba esta evidente conclusión.

— “Luego es un cinco por ciento de audaces intangibles, los que subyugan a dieciseis millones de pacíficos corderos”.

Y ni siquiera eso. De ese cinco por ciento, que significaría algunos miles, sólo es una breve porción la que sincera o insinceramente tiene que hacer el papel de anticatólica. Esa porción no llega a cien mil individuos, componentes de#los dos grandes organismos de la revolución: el Ejército y el Partido Nacional Revolucionario. Y de esos cien mil individuos, la mayoría militar, soldados rasos; la mayoría civil, borregos inciviles, son unos cuantos mangoneadores los que manejan todo el tinglado, los que tienen en su mano la palanca de la múltiple maquinaria, por la cual los mejicanos están tan fastidiados que se lanzan a matarse unos con otros.

Las elocuentes cifras formaban ahora en la mente de Magallanes el siguiente CUADRO:
 Católicos perfectamente acogotados:  15.796,586 
 No católicos fastidiados también:  626,136
 Católicos paleros de la revolución con hueso en el Ejército o en el P.N.R:   99,000
 Líderes anticatólicos de ocasión:  900
 Meros jefes centrales de la persecución:  100
 Total de habitantes (Censo de 1934):  16.522,722
____Resumen:

____Gangrena nacional: 100 individuos.

____Podre circundante: 900 individuos.

____Explotados y víctimas en total: 16,521,722 individuos.

Y Magallanes así reflexionaba:

— “Un pueblo entero atornillado por un cientosesentamilésimo. Más claro: Mil seiscientos pesos plata piqueteados por un centavo de cobre. Es decir: un cuerpo humano fastidiado por una chinche”. Magallanes tenía razón. ¿Qué vale una chinche ante un cuerpo humano? ¿Qué vale un cintosesentamilésimo ante un pueblo entero? ¿Qué son cien verdugos ante dieciséis millones y más de víctimas?

— “¿Qué no podríamos los católicos acogotar a esos cien, despreciar a esos novecientos, que entonces nos alabarían, y libertar a dieciséis millones?”

Tal se preguntaba Magallanes. Y se respondía:

— “¡Sí! ¿Cuál es el medio? ¡La guerra sintética !

Y habiendo aceptado ya la efectividad de dar cada golpe en contra del enemigo en forma certera, no hacia las extremidades sino directamente hacia la cabeza, el personaje central del libro aborda una cuestión delicada de enorme trascendencia. Puesto que el objetivo era matar a las cabezas del gobierno sin considerar ni siquiera la posibilidad de tomarlos prisioneros, al igual que como se hace con una pantera sanguinaria con la cual no queda otra opción más que matarla para que deje de representar un peligro, surge entonces una interrogante de difícil respuesta a la luz del Mandamiento Divino “No matarás” so pena de condenar el alma al Infierno en caso de cometer lo que es considerado dentro de la Iglesia Católica como un pecado mortal:

¿Es lícito matar al tirano?

En su interior, la novela hace mención explícita a un estudioso que no es ningún personaje de ficción, sino una figura importante, ni más ni menos que el mismo Sacerdote Jesuita que escribió el libro De rege et regis institutione. Se trata del sacerdote Juan de Mariana, historiador y autor de la renombrada Historia de España, que a su vez inspirándose en Santo Tomás de Aquino justifica como éste la revolución y la ejecución de un rey por el pueblo si es un tirano, lo cual sin duda alguna le habrá puesto los pelos de punta a los reyes de España de aquél entonces. La finalidad de la obra de Juan de Mariana es establecer límites claros al poder político fundándose para ello en la tradición artistotélico-tomista, según la cual la sociedad es anterior al poder político y por lo tanto aquélla puede recuperar sus derechos originales si el Gobierno no le es de utilidad. Por eso desarrolla la doctrina sobre el tiranicidio, extensamente aceptada entre los autores escolásticos, ampliando el derecho de matar al tirano a un individuo cualquiera sin temor a la perdición de su alma.

Las tesis neotomistas, implícitas en la obra previa Héctor de Jorge Gram y en la novela posterior y aún más extremista La Guerra Sintética publicada en San Antonio, Texas, en 1935 para ser enviada a México en envíos clandestinos, han sido estudiadas por Juan Hernández Luna (“Dos novelas del neotomismo en México. La filosofía de los cristeros”, en Filosofía y Letras, números. 41-42, México, enero-junio de 1951, pp. 65-86). A propósito de Héctor considerado por algunos académicos más un himno fanático del movimiento cristero que una novela, dicho himno centrado en la figura del protagonista que le da nombre y cuyas hazañas tienen por paradigma al héroe homérico, en donde la resistencia y el boicot organizados en las ciudades, la guerra en Michoacán, las acciones y los amores de Héctor y Consuelo en Zacatecas, y el deber de los cristianos de rebelarse contra la tiranía son los temas principales, se señalan en la obra de Juan Hernández Luna las dos tesis que se oponen en la novela, la que afirma la ilicitud de la rebelión y la que predica, apoyado en el pensamiento escolástico, la justificación filosófica, y aun la obligación de la rebelión (“lo que sí es pecado, y gravísimo, lo que sí merece excomunión, es que el católico no ingrese a las filas de los cristeros”). Y en La Guerra Sintética, que se refiere a la decisión tomada en 1934 por el gobierno del presidente Cárdenas de implantar la educación socialista, Jorge Gram radicaliza su prédica. Siguiendo a Santo Tomás de Aquino y a otros filósofos (Belarmino, Suárez y Mariana), establece la justificación filosófica del tiranicidio: “La guerra sintética se cifra en esto: ¡Poca sangre y mucha victoria! ¡Poca bala y mucho tino! ¡Siempre a las cabezas; a las cabezas siempre!”. “Con Jorge Gram —comenta Hernández Luna— la filosofía escolástica deja de ser puramente académica, deja de ser una reliquia arqueológica, deja de ser simple ornato de erudición medieval, para convertirse en filosofía militante.”

Es en el capítulo XVII del libro La Guerra Sintética, EL ECO DE LOS SABIOS, podemos ver planteada ya directamente la respuesta inicial a la espinosa cuestión planteada en la pregunta “¿Es lícito matar al tirano?”,

Al acercarse el libro La Guerra Sintética a su clímax, en el capítulo XXXII,  SOBRE LA RUTA DE LA VICTORIA, se aborda al final del libro la calamitosa situación a la que presuntamente se enfrentaba el gobierno del General Lázaro Cárdenas, según puede apreciarse en el siguiente extracto del libro que puede poner al lector a pensar que la novela no es tal sino una descripción fidedigna de algo que debió de haber ocurrido justo antes de que el gobierno se viera obligado a aceptar algo equivalente a un armisticio, una especie de tregua, antes de enfrentar el colapso final, algo que el gobierno no quiso que se supiera y por lo cual proscribió la impresión y venta en México del libro La Guerra Sintética:

— ¡Viva Cristo Rey!, clama la multitud, con resonancias de erupción geológica. ¡Queremos libertad! ¡Viva Magallanes!.... ¡Vivan los cristeros!

¿Quién ha sido aquel héroe de los cielos?

Hacía apenas media hora que en el campo de Valbuena, aterrizaba un joven mejicano, profesor de aviación de la Academia de Santa María, en California, lograba embaucar al aviador del P. N. R. , lo sustituía en el timón, y se lanzaba a los espacios a escribir el nombre de Cristo en el cielo de la patria profanada. Aquel hombre joven era un fogueado cristero, exiliado más tarde, que había prometido a Magallanes presentarse en Méjico en el momento de iniciarse la guerra sintética. ¡Y cumplía! Lo conocían todos los antiguos y los nuevos luchadores. ¡Se llamaba Héctor Martínez de los Ríos!

Mientras tanto, frente al bamboleo amenazante de las masas católicas, efervescentes, las puertas del Palacio Nacional se cierran. En aquel momento, de la celda de un portero, sale una bala que hiere al comandante de la guardia. Al mismo tiempo, una linda muchacha aparece en el balcón central de Palacio, y toca a rebato, asiéndose a la cuerda de la Campana de la Independencia.

— ¡La guerra sintética!, rugen medio millón de gargantas, levantados los brazos y haciendo retemblar en su centro la tierra

La muchacha que ha sonado la campana de la Independencia está ya en manos de los guardias presidenciales.

— ¿Quién es usted?, le pregunta brusca y ansiosamente el oficial.

—Soy Consuelo Madrigal, la esposa de Héctor; respondió señalando la inscripción que brillaba en el cielo....

A las 12 y diez minutos, de ocho dependencias gobiernistas distintas están llamando por teléfono al cuartel de aviación de
Valbuena. Pero de Valbuena no contestan. Los hilos telefónicos están de antemano cortados

El Secretario de Guerra dá órdenes por inalámbrica a las Jefaturas de Zona, de aprehender al avión escandaloso. Morelia y Toluca derraman la orden por telégrafo. Media hora más tarde Zitácuaro ve pasar el avión indiferente, inaccesible.... Una hora más tarde comunican de Ciudad Guzmán, Jalisco, que el avión se ha estrelladoen las cercanías, pero que el aviador lo había abandonado algún tiempo antes....

A las dos de la tarde, meridiano de Méjico, todos los periódicos del mundo tienen noticia de una sorda conspiración que amenaza al gobierno tiránico de Méjico, con el nombre de la guerra sintética.

A las cinco de la tarde, sobre el mar de lava hirviente de toda una república, cae el segundo mensaje radiofónico del caudillo:

“La Liga Nacional Defensora de la Libertad, de Méjico, intima enérgicamente a todos los hombres que tengan algún oficio en la actual administración, a desempeñar honestamente su cargo con un carácter provisional, mientras el pueblo mejicano escoge libre y razonadamente a los legítimos funcionarios. La misma Liga hace un llamamiento a todos los hombres honrados del país, a prepararse con el estudio, con la acción, y con el ejercicio de las virtudes cristianas y ciudadanas, para el momento en que sean llamados a desplegar sus actividades, desde los puestos elevados de la república.”

A las 8 de la noche de ese mismo domingo, el Presidente de la República está en Chapultepec custodiado con guardia selecta de solos jefes de alta graduación. Nadie sabe en dónde están los dos personajes más connotados de la revolución: Calles y Garrido.

A las 12 de la noche, radiogramas del interior comunican los asaltos intempestivos que han sufrido algunas poblaciones de Zacatecas, de Colima y de Michoacán.

La avalancha de los acontecimientos se echa de bruces sobre la nación atacada de sagrada epilepsia.

A la una de la mañana (es ya lunes 10 de junio), se tienen ya en Méjico los siguientes reportes: En una cantina de Juchitán han sido muertos los dos agentes de la educación socialista. El gobernador de Colima ha escapado milagrosamente de un asalto en plena calle. Tres diputados han caído heridos por manos desconocidas, en un hotel de Aguascalientes.

En un lupanar de Guadalajara, ese mismo lunes ha amanecido muerto, sin herida visible, el secretario estatal del P. N. R., que se había reído 'de la guerra sintética. Ese mismo día, el jefe de un sector de la Zona Militar de Durando es muerto por un hombre que estaba detenido en el mismo cuartel. Un destacamento de Ocotlán defecciona, incorporándose a las fuerzas eristeras de Rocha.

A las 10 a. m., se sabe que el General Calles pretende ir a parcharse de nuevo el redaño con las monjitas de San Vicente, en los Angeles.

A las 3 p. m., se rumora que el Presidente Cárdenas será quien salga a tomar un curso de verano en la Universidad de Leningrado, y Calles “el hombre fuerte”, ocupará el puesto para domar el potro ridículo de la reacción.

Las veinticuatro horas del martes transcurren en formidable exitación.

— ¡La guerra sintética! ¡La guerra sintética!, se oye por todas partes, en secreteos brevísimos de labios resecos.

¡Magallanes, Magallanes!: ese nombre llena todos los espíritus.

En Chapingo caen muertos José Lobato y un puño de sus camisas rojas. Los cristeros de Jovita Baldovinos asaltan las goteras de Aguascalientes, y los de Alcibiades de la Torre se mueven muy cerca de Jalapa.

A las 12 del día se habla de un serio distanciamiento entre el Presidente y el General Calles, con motivo de los sucesos del día.

El miércoles 12, aprehensiones de católicos en todo el país. Son ejecutados “encaliente” muchos ciudadanos indefensos. ¡Si se hubieran dado de alta en el ejército de la guerra sintética !

A las 5 p. m., el nuevo mensaje del rampante caudillo es transmitido al través de la KGER.

“¡Mejicanos, adelante! El andamiaje revolucionario se desvencija por toda la república. Estamos satisfechos de nuestros soldados. La guerra sintética en 72 horas, nos ha dado más victorias que nuestros largos años de paciente brega. ¡Duro y macizo contra el injusto agresor! ¡Nada de escrúpulos, nada de titubeos, nada de contemplaciones! ¡Basta de esclavitud; seamos dueños de nuestros propios destinos”.

A las 9 de la noche, de ese martes fatal, en Chapultepec pululan caudillejos y achechinques. El automóvil del Jefe del Inicuo Ejecutivo ha sido balaceado en el bosque. A la misma hora, en el escondite de Calles, hervor de sabandijas y rechinadera de dientes. El feroz Garrido, entre las sombras de la noche, en un automóvil blindado, busca al Presidente.

A las 12 de la noche, los partes de Guerra anuncian, por todas partes, merodeos inquietantes de partidas armadas. Gobernación es informada de innumerablescateos infructuosos. En Tacubaya, al salir de una cantina, ha sido muerto un secretario de Garrido. Un gendarme de Xoo acaba de matar a un inspector saqueador de iglesias.

El jueves 13 amanece muerto en su automóvil, metido en su garage, en Ciudad Juárez, el más radical de los diputados locales. Todos los diputados, senadores, maestros socialistas y altos miembros del P.N.R. piden infantilmente por telégrafo protección para sus vidas y personas. De todas las principales ciudades de la república informan la aparición de letreros en tinta roja, que dicen: “¡Viva la Guerra Sintética!”

¡Ninguno de los gobiernistas más habladores ha dormido esa noche en su cama!

A las seis de la mañana de ese jueves la prensa metropolitana anuncia la desgracia de una maniobra con la que no se contaba: ¡Los obispos mejicanos han condenado
la guerra sintética!... ¡Titubeo desastroso en todas las filas católicas!

A las nueve de la mañana, un extra de los periódicos clandestinos y de los intrépidos anuncia un telegrama urgente del Obispo de Huejutla. Millones de manos lo arre-
batan; dobles millones de ojos lo deboran:

“Yo no he condenado dice, ninguna guerra sintética, ni creo que mis venerables hermanos cometieran tan inverosímil desacierto. Repito, con esta ocasión lo que ya públicamente he dicho. Si cada hogar se transformara en una trinchera, difícilmente podría el bandidaje comunista destruir la sociedad en que vivimos. El pueblo debe de ir despertando de su letargo y afilando sus garras. Cada hombre, cada ciudadano, haga de cuenta que no existe gobierno en México, y, cuando se vea agredido en sus derechos, defiéndase como pueda, aún contra la fuerza material: no importa que el agresor sea el mismo llamado gobierno”.

A las 5 p. m. todo mundo espera ansioso el radiograma de Magallanes. Este llega por fin:

“Son mentiras que el Venerable Episcopado haya condenado la guerra sintética. Cualquier noticia tendente a turbar nuestra ya formada conciencia, debe ser inmediatamente rechazada como una burda mentira. ¡Adelante, soldados y ciudadanos cristeros! ¡Adelante, caiga quien cayere! Nuestro terror se impone para acabar con esta pesadilla de veinte años. ¡Viva Cristo Rey! ¡Orden irrevocable: sacudir la tiranía y castigar a los tiranos! ¡Viva Méjico católico y libre!”

A las 6 p. m. de todas las provincias han desaparecido los líderes del P. N. R. y de la escuela socialista. No se sabe si están escondidos, o si han sido ya suprimidos.

A las 7 de la noche la prensa de Méjico anuncia un cambio radical que sufrirá la política del país.

A las 10 de la noche corre como reguero de pólvora la noticia sorprendente: ¡el Presidente Cárdenas ha pedido la renuncia a todos los ministros!

A las 12 de la noche los voceadores atruenan con los extras de prensa. ¡Anuncian la inesperada, la ruidosa caída política del General Calles, Jefe Máximo de la Revolución, y la de su discípulo amado Garrido Canabal! El Presidente anuncia una reforma efectiva en su Gabinete.

Toda la nación pasa la noche con los ojos y los oídos bien abiertos.

Se rumora ya por la mañana del viernes 14, que los católicos apoyarán al Presidente que acaba de sacudirse a Calles. ¡Nuevo conato desorientador entre las audacias católicas!

A las 5 p. m. , sobre una ola de espectación febril, peligrosísima, Magallanes, el rectilíneo, lanza la radiodifusión de su mensaje:

“¡Católicos mejicanos! ¡Adelante! ¡Nuestra guerra sintética se corona de triunfo! ¡Nuestra marcha será arrolladora! Estamos preparados contra los embustes y las falsas promesas. ¡Calles ha caído! ¡Pero la caída de Calles no es para nosotros la caída de la tiranía! Lo repetimos con toda la energía de nuestras fuerzas: las únicas señales que aceptamos de una eficaz enmienda en los hombres del poder son éstos: Inmediata suspensión de la escuela socialista; reforma inmediata de los artículos persecutorios de la Constitución de 1917, en el sentido propuesto por los Prelados en 1926; acogotamiento inmediato de esos dos hombres nefandos Calles y Garrido; desprohijamiento evidente del P. N. R. ; invitación leal, sincera y garantizada para la vida cívica a los partidos de oposición Sólo a la vista de tales signos pensaremos en conceder el indulto a los tiranos u ordenar el armisticio a nuestras fuerzas. Una cosa, empero, deben tener todos muy presente: que nada ni nadie nos desvirtuará nuestro plan de la guerra sintética; que seremos inexorables en nuestra justicia, y que nuestra orden del día, constante y tenaz, será ésta: ¡Católicos mejicanos, audacia, audacia, au- dacia! Revestios de gloria en la epopeya de la guerra sintética Nuestro objetivo es bendito, es santo, es inmortalizador ante Dios y ante la historia. Es éste: sacudir la tiranía y castigar a los tiranos”.

Esa noche el Presidente Cárdenas se pasea a lo largo de su oficina, solo y desesperado. ¡Sin Calles, sin Garrido sin ministros! Su revolucionarismo obtuso todavía le impide ver que la libertad religiosa sería una prenda de gloria fácil de obtenerse en aquellos momentos! Por otra parte, el grito de Magallanes le atenaza el cerebro.

El Presidente, no sabiendo ser frío ni caliente, prefiere mostrarse tibio. A las 6 de la mañana del sábado se da la noticia de que se abrirán en el Distrito Federal los templos que estaban clausurados. La Legislatura de Colima y la de Chihuahua anuncian que aflojarán el radicalismo de sus leyes antireligiosas. Más aún, a las 10 de la mañana cunde por toda la nación la noticia de que Garrido ha volado en su “Guacamayo” para Tabasco, y ¡otra más! que Calles amarra a toda prisa sus chivas con destino a Honolulú !

A la 1 p. m. , sobre la boca abierta de toda una república, cae la noticia inverosímil de que el mismo General Cedillo, acusado por los callistas de simpatizador con el fanatismo religioso, es llamado por Cárdenas a ocupar el lugar del monstruoso Garrido.

¿Estará el Presidente Cárdenas dispuesto a entrar en razón? ¡Flujo y reflujo de vacilaciones en todos los frentes católicos! ¿Será ya el triunfo? ¿Qué ordenará el Doctor Magallanes?

A las 5 p. m., el urgente mensaje de Magallanes, el irreductible, el conductor de la defensa católica, truena así:

“Los católicos mejicanos tomamos nota de la expulsión de Calles y de Garrido, y de la renovación del Gabinete, como un ligero indicio, apenas incipiente, de una enmienda formal y satisfactoria. Pero declaramos enfáticamente que la guerra sintética no admite atole con el dedo, y seguirá adelante hasta acabar con el último enemigo de la cristiana libertad. ¡Católicos mejicanos!, para muestra de nuestra actitud y resolución mañana domingo a las 12 meridiano, os presentaréis en masa ante el Palacio Nacional para testificar que estáis muy lejos de conformaros con trapos calientes, cuando queréis el respeto íntegro de vuestros derechos, y de una buena vez, la restitución completa de vuestra libertad. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Viva Méjico libertado por la guerra sintética !”

Domingo 15 de junio de 1935. A las ocho de la mañana, ni un callista para remedio. A las 12 del día, un millón de ciudadanos, obedientes a la consigna de Magallanes, se estampan contra el viejo y renovado palacio de los virreyes.

Los Rotarios de la Convención Internacional están espantados. Reunidos en el Palacio de Bellas Artes, comienzan a ver que Méjico no es todavía, como les decían, "un pueblo feliz".

Mas masas indómitas, heterogéneas, rugientes, candentes representan un solo corazón, un solo anhelo. Los rótulos que portan, los puños crispados que enarbolan, se concentran en un solo grito vibrante, trepidante que aturde los cielos y la tierra, con rugidos y con sollozos.

Hay algo impalpable, que resucita la fe y la esperanza en el millón de los corazones opresos. ¿Será la mole erecta de la gigante Catedral impávida, que recuerda el catolisismo pétreo de la raza? ¿Será la vivaracha Campana de la Independencia, que sonó un día heroicamente, por la libertad, por la religión y contra el mal gobierno?

¡Quizá!

Pero es también que en cada espíritu palpitante, y en la plancha cerúlea del cielo, y sobre el fondo niveo de los volcanes, el alma mejicana contempla, bendice, y presta
juramento de fidelidad, a la figura enhiesta del caudillo, el del ceño fruncido, el del puño crispado, el del cerebro sin brumas, el hombre que sabrá defender a todo un pue-
blo, encajándolo con decisión sobre la ruta indefectible de la victoria

(Octubre 28 de 1935.)

Al llegar a su vertiginoso clímax, La Guerra Sintética se antoja ya no como una novela sino como un relato hasta cierto punto verdídico en el que los nombres de algunos personajes han sido alterados (al igual que como Jorge Gram fue un seudónimo forzado por las circunstancias) para evitar las represalias del gobierno anticatólico de entonces, ya que mientras que al comienzo de la misma describe el proceso de la planeación de un asesinato, la argumentación y licitación del crimen, una especie de guía detallada para efectuar el asesinato de un hombre—que por cierto es el Jefe máximo emanado de la Revolución Mexicana—y que ha sido declarado como tirano por el pueblo católico objeto de su persecución, al final describe un gobierno acorralado y atrapado en un callejón sin salida. De este modo, La Guerra Sintética no solo trata de cómo efectuar el tiranicidio del déspota que oprime al pueblo en una época en la que se había dado por concluida la gesta de la Revolución Mexicana, proporciona los detalles para implementar un nuevo tipo de lucha que no se le había ocurrido a nadie a. Llevada en una amplia perspectiva socio histórica, y parafraseando a Hernán Vidal, nos proporciona la visión de los marginados, los de a pie, de aquellos cuya voz fue acallada por la fiereza de la censura militar hegemónica en plena etapa posrevolucionaria con que se iniciaba el México moderno en la primeras décadas del siglo XX. Todo enmarcado en un amplio análisis de tipo teológico en franca citación a doctores de la iglesia donde intercala individuos de un habla superior pertenecientes a la más elevada intelectualidad del catolicismo, y el habla de los personajes pertenecientes a las clases más bajas de la sociedad de esos tiempos con relevante heteroglosia. En medio de una descripción casi lineal, el narrador de La Guerra Sintética, nos lleva a revivir la gesta de terror y sangre que se vivió en la segunda parte de la guerra cristera usando la presencia epopéyica de la gesta del México posrevolucionario perseguido por haber luchado en defensa de su libertad de expresión, Todo esto enmarcado magistralmente en los elementos característicos de una novela negra y criminal.

Es entendible que el General Lázaro Cárdenas, cuando aún vivía, no quisiera ver ni siquiera de lejos un ejemplar del libro La Guerra Sintética.

Pese a que el tema sobre el que se teje La Guerra Sintética se presta a la producción de una serie televisiva de varios capítulos o inclusive una buena película, no hubo ni lo uno ni lo otro. ¿Por qué? Si el libro estaba prohibido en México, con mayor razón lo estaría una novela de televisión o una película basada en el libro. Y el Partido Revolucionario Institucional, descendiente directo del Partido Nacional Revolucionario fundado por el abiertamente anticatólico Plutarco Elías Calles, ciertamente se habría opuesto con tenacidad a la producción de tales cosas, sobre todo en los tiempos en los que el PRI era el aparato de control político de gobierno en una simulación de democracia que se podía venir abajo ante la amenaza de una explosión social violenta como la que se trataba en La Guerra Sintética.

La Guerra Cristera, que le dió a la Iglesia Católica en México algunos mártires como el Padre Pro y José Sánchez del Río, fue llevada a cabo al grito de ¡Viva Cristo Rey! Casi 90 años después, el partido político fundado por el hombre que inició en México las persecusiones religiosas enfrenta su propia agonía tras haber sido pulverizado en los procesos democráticos llevados a cabo el domingo 1 de julio de 2018, mientras que al mismo tiempo las iglesias católicas en México celebran el culto y las festividades propias del catolicismo en plena libertad, o sea los derechos por los cuales lucharon los rebeldes cristeros en su momento de rebelión, y aún puede escucharse el grito triunfal de ¡Viva Cristo Rey!

Los restos mortales de Plutarco Elías Calles descansan en una tumba poco visitada. Ciertamente, los católicos no tienen interés alguno en visitar ni siquiera en calidad de turistas el sepulcro del que fuera el que encabezó una de las más duras persecusiones en contra de la Iglesia Católica en México de que se tenga memoria. Si las visiones de santos y santas de la Iglesia Católica acerca de lo que hay en el más allá, sobre todo en el Infierno, son verídicas, Plutarco Elías Calles debe haber tenido motivos de sobra para preocuparse sobre el castigo que pudiera haberle estado esperando por haber sido un enemigo activo de Aquél que fue a fin de cuentas a quien realmente estaba persiguiendo al perseguir implacablemente a sus seguidores y creyentes.

El texto completo del libro-novela histórica La Guerra Sintética se puede encontrar disponible en varios sitios de Internet, y se garantiza de antemano que la lectura resultará interesante.

martes, 31 de julio de 2018

Lo que pudo haber hecho el PAN y nunca hizo




Allá por lo años ochentas, cuando el PAN empezaba a despegar dejando atras su papel de minusculo partido palero en la representación teatral de una democracia fingida con todo el poder concentrado en las manos de un presidente emanado de un partido político que acaparaba todas las posiciones importantes y al cual Vargas Llosa llamó la dictadura perfecta, y cuando el invencible PRI empezaba a mostrar síntomas de resquebrajamiento causado en buena medida por los tres grandes devaluadores del peso mexicano (Luis Echeverría Alvarez, José López Portillo y Miguel de la Madrid Hurtado), el PAN empezó a usar en las campañas electorales una tonadita musical cuyo texto iba así:
“Lo primero es gobernar con honradez.
 Este julio saldremos a votar, a formar un Congreso federal,
 eficiente y poderoso, controlado por el PAN.
 Unete al CAMBIO, vota por el PAN”
Aplastadas por completo en 2018 las aspiraciones presidenciales del candidato del PAN, Ricardo Anaya, muchos panistas al igual que muchos militantes del PRI han encontrado un nuevo pasatiempo para ventilar su frustración en contra del triunfador, Andrés Manuel López Obrador, poniendo en duda por anticipado si realmente cumplirá al menos parte de las promesas de campaña que hizo cuando era candidato, sobre todo varios de los compromisos que formuló un domingo 1 de abril de 2018 cuando arrancó en Ciudad Juárez el inicio de su campaña por la presidencia de la República. De hecho, hay un segmento apreciable de la población que se muestra incrédulo todavía de que AMLO cumpla con sus promesas.

Este escepticismo tiene una explicación que nada tiene que ver con AMLO en sí. La incredulidad tiene su verdadero origen primero en Chihuahua en el tiempo posterior a 1992 y después en todo México en el tiempo posterior al año 2000, cuando el Partido Acción Nacional llegó al poder primero en las gubernaturas y después a la presidencia de México habiendo despertado muchas expectativas con la promesa solemne de un gran CAMBIO. La palabra CAMBIO se convirtió en la moneda de uso corriente del PAN. Supuestamente el PAN iba a ser completamente diferente al PRI. Se iba a terminar para siempre con la corrupción, ya no habría favoritismos ni nepotismo, y las cosas se iban a hacer de un modo substancialmente distinto a como las hacía el PRI. Pero nunca hubo tal. El gran CAMBIO nunca se dió, nació muerto. Los neopanistas resultaron muy buenos para asimilar dentro de sus filas y su forma de ser y de gobernar todo aquello que tan duramente le habían criticado al PRI en sus discursos recalcitrantes del pasado. Le aprendieron todas sus mañas al viejo PRI y terminaron refinándolas. Hicieron a un lado por completo la ideología de corte conservador de derecha con la que había sido fundado el PAN, y en 2018 hasta terminaron haciendo una sólida alianza con el PRD, supuestamente la izquierda, todo con tal de regresar a la silla presidencial, porque para el PAN la política dejó de ser una cuestión de confrontación de ideologías para terminar siendo una mera lucha ambiciosa por el poder en donde el único CAMBIO a la vista era el de las siglas del partido enquistándose en la silla presidencial. Aún están frescas las imágenes del presidente panista Felipe Calderón muy del brazo de la corrupta y multimillonaria lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, epítome del sindicalismo corporativista al servicio del PRI que se pasó al servicio del PAN hasta que el PRI cuando volvió al poder la castigó por su traición. Por esto hay tanto escepticismo, porque el PAN no cumplió ninguna de sus promesas, el CAMBIO quedó en el argot político como una palabra hueca que todavía hay panistas que creen que conviene usar cada vez que hay elecciones “porque suena muy bonito y la gente lo identifica con el PAN”. aunque esa palabra es ya sinónimo de cinismo, hipocresía y promesas incumplidas, gracias al PAN. No fue el PRI quien prometió un gran CAMBIO, fue el PAN. Y el PAN falló. El PAN mintió.

Solo ahora que llega AMLO a las puertas de la presidencia se empieza a vislumbrar que sí puede darse un verdadero cambio, no el del discurso patriotero y demagogo de conveniencia, sino en los hechos, y cada vez más panistas están empezando a tomar nota de las cosas que pudieron haber hecho y nunca hicieron, cosas que ya no van a poder hacer aunque quieran porque otros como AMLO se les van a adelantar y las van a hacer realidad reclamando el mérito histórico de haber sido los primeros en llevarlas a cabo:

(*) TERMINACION DE LAS PENSIONES PRESIDENCIALES VITALICIAS

Este había sido un reclamo popular desde hace mucho tiempo que siempre había caído en los oídos sordos de los gobiernos emanados del PRI. De acuerdo a varias encuestas y sondeos, la gran mayoría de los mexicanos aprueba la iniciativa de AMLO de darle fin a esta onerosa carga colocada sobre las espaldas del pueblo mexicano, que fue producto de un exacerbado presidencialismo construído a lo largo de siete décadas por el sistema político uniparidista de México en el cual la mayor prioridad de todos los oportunistas lambiscones del otrora hegemónico Partido Revolucionario Institucional parecía ser estar compitiendo entre sí para ver quién le allegaba la mayor cantidad de privilegios y  beneficios al “Señor Presidente” con el fin de agradarle y obtener favores a cambio. En los hechos, esta lisonjería rastrera terminó poniendo en manos de cada mandatario en turno un poder excesivo equiparable al de un dictador convirtiéndolo en un “monarca sexenal”, garantizándole el poder disfrutar como “premio” por el resto de sus días una vida cómoda sin tener que trabajar, todo pagado por el pueblo de México. O sea, era un honor para el pueblo estar sirviendo a cada presidente y ex presidente de por vida, y no al revés. ¿Y a cambio de qué? ¿A cambio de un genocidio como el que le dió a México en 1968 el carnicero Gustavo Díaz Ordaz (él admitió su responsabilidad en el genocidio a sabiendas de que nunca pisaría la cárcel por ello por la impunidad legal que le daba el PRI a los presidentes y ex presidentes)? ¿A cambio de la destrucción casi total de la economía nacional llevada a cabo a partir del 20 de agosto de 1982 por el corrupto despilfarrador y saqueador José López Portillo que acabó con la clase media y dejó convertido a México en el país con la mayor deuda externa del planeta en ése entonces al mismo tiempo que se le construía una suntuosa mansión palaciega en La Colina del Perro para que pudiera disfrutar de un retiro digno con su pensión presidencial vitalicia? ¿A cambio de la continuación de esa destrucción económica llevada a cabo después del nefasto José López Portillo por su sucesor el implacable tecnócrata neoliberal Miguel de la Madrid Hurtado? ¿A cambio de la matanza del Jueves de Corpus llevada a cabo en 1971 presuntamente por órdenes del entonces presidente Luis Echeverría al cual muchos mexicanos identifican como el culpable directo de dicho genocidio? Es posible que México sea el único país del planeta que premia a sus grandes devaluadores y genocidas con una opípara pensión vitalicia.

Cuando el PAN llegó a la silla presidencial en el año 2000 tras haber prometido reiteradamente un CAMBIO glorioso, una de las primeras cosas que pudo haber hecho es el haber cortado de tajo y para siempre todas las pensiones presidenciales vitalicias, lo cual no le habría costado a México ni un solo centavo sino que por el contrario le habría representado un buen ahorro a las arcas de la Nación. Pero ya estando en el poder, al PAN le gustó tanto la  tradición priista de las pensiones presidenciales vitalicias que hizo suya esta costumbre. Aquí no hubo ningún CAMBIO pese a que el PAN continuó usando cínicamente esa palabra como eslogan de campaña. Fue así como el panista Felipe Calderón se hizo “merecedor” de su pensión presidencial vitalicia (que ha estado cobrando puntualmente) a cambio de sacar al Ejército mexicano de los cuarteles para dar inicio a una guerra contra el narco y todos los narcos (algo que ni siquiera en Estados Unidos el gobierno norteamericano se ha atrevido a hacer a sabiendas de las descomunales consecuencias negativas que le traería a la sociedad norteamericana si tal cosa hiciera) que tan solo en su macabro sexenio le costó a México más de 50 mil muertos y decenas de miles de desaparecidos. Y cuando el PAN fue castigado y expulsado del poder en 2012 regresando los electores al PRI a la silla presidencial para ver si había aprendido su lección, el corrupto e incorregible PRI simplemente refrendó la práctica de las pensiones presidenciales vitalicias. Después de todo, ¿acaso no fue el mismo PRI el inventor de tamaño despilfarro?

(*) TERMINACION DE TODO TIPO DE FUEROS

Al PRI corrupto se le debe la creación y autoría de un sistema legal diseñado para subdividir a los mexicanos en dos clases sociales diferentes: los que están obligados a acatar la ley enfrentando detención inmediata en caso de no hacerlo, y una pequeña minoría de intocables a los cuales ningún policía puede detener sin importar la magnitud y la gravedad del delito o crimen que pudieran haber cometido, al estar situados estos políticos intocables por encima de la ley gracias a ese codiciado privilegio llamado fuero constitucional. Esta aberración ha sido la promotora directa de tanto abuso, tanta prepotencia, tanta corrupción, tanta impunidad, y tantos delitos y crímenes perpetrados desde las altas esferas del poder que permanecen sin castigo. El PRI jamás habría tomado por cuenta propia la iniciativa de mover aunque fuese un solo dedo para acabar con el privilegio del fuero constitucional. Después de todo, es hechura suya al cien por ciento. Pero a partir del primer instante en el que el PAN accedió a la silla presidencial el 1 de diciembre de 2000, y habiendo prometido a todo México un GRAN CAMBIO, Vicente Fox pudo haber hecho algo como presidente de México en funciones como enviar sin dilación alguna al Congreso de la Unión una iniciativa para la eliminación total y absoluta del fuero constitucional, terminando de tajo con todo tipo de fuero y haciendo a todos los mexicanos iguales ante la Ley, a sabiendas de que cualquier partido político que se opusiera a la reforma se le podría echar la culpa de proteger la corrupción y la impunidad. Esto pudo haber hecho el primer presidente de México salido de las filas del PAN. Pero esto nunca ocurrió, porque tanto al PRI como al PAN les gustaba tanto la idea del privilegio del fuero que cuando ambos han tenido mayoría suficiente juntos en ambas cámaras del Congreso para terminar con tal aberración, ambos se han puesto de acuerdo en seguirlo perpetuando, sin CAMBIO alguno, lo cual sin duda alguna fue tomado en cuenta por muchos electores el día de la votación del 1 de julio de 2018. En efecto, el PAN y el PRI se volvieron comparsas en muchas cosas, todo para mantener el status quo, todo para que las cosas siguieran igual que antes, con los mismos privilegios, la misma corrupción, y la misma impunidad. Es por ello que en México se ha hablado de un PRIAN. Y en los hechos finales, que es lo que cuenta, el PRIAN existe, no a través de un acuerdo cupular pactado en algún encuentro secreto en algún paraje escondido, pero sí mediante una serie de entendimientos tácitos de “dejar las cosas como están”. Incluído, desde luego, el privilegio del fuero constitucional que al momento de elaborarse este trabajo y cuando AMLO aún no es presidente de México en funciones se mantiene plenamente vigente.

(*) VENTA DEL AVION PRESIDENCIAL

Cuando Andrés Manuel López Obrador fustigó la compra del lujoso y costoso avión presidencial refiriéndose a dicho avión con las palabras “no lo tiene ni Obama”, tanto en el PRI como en el PAN se carcajearon de López Obrador y tomando turnos siguieron adelante con la adquisición de esa costosísima fortaleza volante a todo lujo con todos los gastos pagados hasta la risa por el sudor de un pueblo paupérrimo muchos de cuyos habitantes apenas logran sobrevivir día tras día con un salario mínimo paupérrimo. ¡Ni siquiera el Papa de Roma posee un avión como el avión presidencial del presidente mexicano! Y todo para crear empleos bien pagados no en México sino en Estados Unidos en donde se construyó dicho avión. Mejor Donald Trump mostró más cautela y mayor prudencia que los gobiernos priistas y panistas de México cuando se negó a adquirir el avión oficial que la empresa Boeing ofreció a un precio estratosférico, obligando a dicha empresa a bajar el costo considerablemente como condición obligatoria para comprárselo. No así en México, en donde la mentalidad gobierno rico pueblo pobre aprendida por el PAN del PRI se mantuvo como la norma a seguir.

(*) TERMINACION DE TRATAMIENTOS MEDICOS A TODO LUJO PARA FUNCIONARIOS PUBLICOS IMPORTANTES Y LEGISLADORES

Esto forma parte integral del concepto de un gobierno austero como el que propone López Obrador, y está dirigido en contra de abusos del priismo y neopanismo usufructuarios del poder así como las corruptelas que permiten el dispendio ilimitado de los dineros del pueblo sin tener que rendir cuentas a nadie. Por mucho tiempo, décadas de despilfarro incluyeron darle a la casta política dorada del PRI un tratamiento médico no en los hospitales públicos de México sino en los hospitales privados más caros que se pudieran encontrar incluso fuera del país, un tratamiento médico digno de los miembros de una corte imperial.

Puesto que no estamos hablando de lo que el PRI pudo haber hecho y no hizo, sino de lo que el PAN pudo haber hecho para corregir y poner fin a varios de los abusos y corruptelas del PRI perpetuando en cambio todo lo malo del PRI, se citará aquí un ejemplo específico que puede mencionarse entre muchos otros. Se trata de Francisco Barrio Terrazas, el neopanista de Chihuahua que en la década de los ochentas se postulaba como incomparable mesías de salvación de México y terminó siendo precisamente todo lo contrario; nombrado como zar anticorrupción por el presidente panista Vicente Fox para terminar siendo el paradigma de lo mismo que debía combatir, y que no por elección directa sino por dedazo plurinominal terminó convertido en diputado federal en la LIX Legislatura siendo designado por el entonces Presidente del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, como Coordinador del Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados. Resulta que Francisco Barrio no estaba del todo bien en sus funciones cardiacas y requería de atención médica. ¿Se atendió Francisco Barrio Terrazas en algún hospital público como los adscritos al IMSS, al ISSTE, al Hospital La Raza u otro similar? ¡Claro que no! Demasiados “furris” y “chafas” para el elitista Francisco Barrio! Esos son para los mexicanos considerados de segunda clase. Como miembro de una casta política dorada y firme creyente en el concepto de gobierno rico pueblo pobre, el otrora dizque salvador de México se trasladó hasta los Estados Unidos para atenderse en uno de los mejores y más caros hospitales del mundo entero, el Saint Luke’s Hospital en Houston, Texas. Precisamente para obtener privilegios como éste el neopanista hipócrita convocó al pueblo de Chihuahua a la resistencia civil, a huelgas en el pago de impuestos y a bloqueos de los puentes internacionales en 1986, aunque en ese entonces tales intenciones de beneficio personal y enriquecimiento propio se las tenía reservadas para sí como un secreto muy bien guardadito. Francisco Barrio Terrazas no pagó jamás un solo centavo de sus propios bolsillos para atenderse a todo lujo en uno de los hospitales más caros del mundo a un lado de jeques petroleros árabes y financieros y banqueros multimillonarios. El pueblo de México pagó en su totalidad todos los gastos efectuados para que el entonces coordinador de la bancada panista en la Cámara de Diputados se pudiera atender en el extranjero con lo mejor de lo mejor. Tras estos abusos insultantes, el panista Francisco Barrio Terrazas que se ufanaba de ser muy valiente partió de México corriendo presuroso hacia Canadá, huyendo de la violencia ocasionada por el presidente panista Felipe Calderón al iniciar su guerra militarizada contra el narco, pero eso sí, con todos los gastos de su reubicación, traslado y sostenimiento con sueldo de virrey cubiertos (nuevamente) en su totalidad por el pueblo de México, porque el señor creyó que no merecía menos. Después de todo, su trabajo en la política tramposa y plurinominal le costó a Francisco Barrio lograr todos estos privilegios, engañando a los miles que creyeron en él cuando le ofreció primero a Chihuahua y después a México la “salvación” al estilo del neo-PAN.

Parece que la nueva tónica de López Obrador, si llega a concretarse, será: si algún funcionario público no quiere atenderse en México usando los servicios disponibles en los hospitales públicos de México, y quiere hacerlo atendiéndose en un hospital privado de lujo o mejor aún yendo incluso al extranjero, pues que lo haga pero con dinero salido de sus propios bolsillos. O sea, lo justo. Sin duda esta es una muy mala noticia tanto para el PAN como para el PRI.

(*)  REDUCCION DEL IMPUESTO IVA EN LA FRANJA FRONTERIZA NORTE

He aquí otro reclamo fronterizo que cayó en los oídos sordos del PRIAN. La disminución del IVA en la franja fronteriza con Estados Unidos era pedida por los fronterizos del lado mexicano para poder competir con sus homólogos del lado norteamericano en donde el impuesto cobrado es de 8%. Esta disminución se requería para evitar la fuga de compradores hacia el lado norteamericano, para aumentar las ventas del lado mexicano al estar en condiciones de competitividad, y para atraer el turismo extranjero del lado norteamericano. ¿Y qué fue lo que hizo la alianza PRIAN? Subir el IVA al 16%, o sea al doble del impuesto cobrado del lado norteamericano. Como antes no había otra opción viable en las urnas más que el PRI o el PAN, era casi imposible para los residentes fronterizos esperar nada bueno del uno o del otro. Pero cuando surgió Morena como tercera opción viable para poner fin a ese cuello de botella basado en el bipartidismo, los electores pudieron llevar a cabo un “ajuste de cuentas” con los políticos traidores del PRIAN, y el caso de la defenestrada política Lilia Merodio con la sepultura de sus aspiraciones políticas a futuro es uno de los más emblemáticos.

(*) AUMENTO DEL SALARIO MINIMO AL DOBLE

Bajo el argumento tecnócrata neoliberal simplista de que “los aumentos al salario mínimo son inflacionarios”, devaluando constantemente el peso pero manteniendo los salarios mínimos estancados, el poder adquisitivo del salario mínimo en México ha ido cayendo a tal grado que en 2018 con 88 pesos diarios se esperaba que un trabajador mexicano alimentara sanamente a su familia (un kilo de tortillas de maíz cuesta unos 14 pesos), y con lo que le sobre pague los servicios de agua, luz, drenaje, gas (ya no se diga teléfono e Internet) y además les proporcione ropa, educación, útiles escolares, libros, transporte y servicios médicos. A este desplome continuado del poder adquisitivo, resultado de las políticas draconianas de austeridad extrema para la clase trabajadora implementadas por regímenes priistas más preocupados por ese término esotérico que llaman las “variables macroeconómicas” que por el bienestar de los mexicanos, se suma la continuidad dada por dos nefastos sexenios del PAN al modelo priista de la repartición de la pobreza en México. ¡Y todavía así el impuestívoro PAN en los tiempos de Vicente Fox quería gravar con impuesto IVA los alimentos y medicinas del pueblo! Pero no a todos en México les ha ido tan mal. A los políticos tanto del PAN como del PRI, en su calidad de diputados, senadores, gobernadores, presidentes, alcaldes, plurinominales, funcionarios públicos y burócratas de alto rango les va tan bien que incluso se hacen multimillonarios a expensas del pueblo pese a que algunos de ellos son totalmente irresponsables y no hacen absolutamente nada para justificar ni siquiera la milésima parte de los altos salarios que perciben además de las prestaciones y privilegios que reciben en todas las ramas del gobierno en los tres poderes, esto además de lo que se llevan rateros descaradamente voraces a escala aún mayor tanto del PAN como del PRI que no tienen llene y representan un barril sin fondo. Ellos nunca han tenido necesidad de irse a trabajar al extranjero en calidad de indocumentados porque viven como príncipes con los dineros del pueblo de México. El PAN, cuando pudo haberlo hecho, no se atrevió a aumentar el irrisorio salario mínimo ni siquiera en un veinte por ciento, ya no se diga doblarlo como pretende hacerlo López Obrador. Si hubiera ganado el panista Ricardo Anaya en 2018, de seguro el salario mínimo habría quedado igual, eso está casi garantizado. Y del PRI ni se diga, ese partido corrupto fue el creador de la política gobierno rico pueblo pobre que el PAN simplemente le copió sin CAMBIO alguno. Y aún así se preguntan hoy en ambos partidos por qué el pueblo los dejó de favorecer con su voto. Aunque AMLO subiera el salario mínimo no al doble sino en un 50%, esto sería mucho más de lo que hayan hecho jamás los del PAN y los del PRI por las clases trabajadoras.

(*) ZONA LIBRE PARA LA FRANJA FRONTERIZA DEL NORTE DE MÉXICO

Mucho antes de que el ahora virtual presidente electo AMLO la anunciara como promesa de campaña que ha refrendado que les cumplirá a los fronterizos, los residentes en el lado mexicano de la franja fronteriza con los Estados Unidos ya disfrutaban de la prosperidad y bonanza propias de una zona franca. Podían comprar sin restricción alguna automóviles en el lado norteamericano y usarlos en el lado mexicano en la franja fronteriza sin ningún problema. Igual podían comprar en el lado norteamericano muchos productos y artículos que no se producían en México, y podían cruzar a México con ellos sin pagar aranceles. Todo lo cual, dicho sea de paso, estaba dentro del espíritu del verdadero libre comercio que supuestamente se quería promover con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Pero como ocurre con muchas cosas buenas en las que los gobiernos de corte priista meten la mano para darles fin, esta prosperidad se acabó cuando el gobierno emanado del PRI, diciendo hacerlo “en beneficio de los residentes fronterizos aunque no se quieran dar cuenta de ello”, acabó con el privilegio de la zona libre. Con la llegada del PAN a la silla presidencial en el año 2000, la cosa no cambió ¡en nada! Ninguno de los legisladores emanados del PAN presentó propuesta alguna para devolverle a los fronterizos su condición de zona libre, porque al PAN le gustó tanto la idea priista de estar “exprimiendo” fiscalmente a los fronterizos en sus bolsillos que hizo suya esta imposición de autoritarismo fiscal hacendario ejercido desde el centro de la República. Hoy que nuevamente se contempla tal posibilidad, y sin haber asimilado la lección que les fue dada el domingo 1 de julio de 2018 en las urnas, tanto el PRI como el PAN baten sus tambores de guerra advirtiendo de una virtual destrucción de la economía nacional (igual predecían una devaluación inmediata del peso si AMLO ganaba las elecciones) de todo México si a la franja fronteriza se le permite regresar a su condición de zona libre. Pero suponiendo sin conceder que tales voces de alarma fueran ciertas, ello significaría que el país entero no puede subsistir sin mantenerse completamente pegado como garrapata parasitaria a una zona geográfica de México, como si fuese incapaz de valerse por cuenta propia al igual que cualquier parásito. Una dependencia de tamaña magnitud sería una proclamación vergonzosa de un rotundo fracaso de siete décadas ininterrumpidas de gobiernos autoritarios emanados del PRI en colusión con su comparsa el PAN para mantener a toda una nación dependiente de una zona geográfica que en conjunto no representa ni siquiera el diez por ciento del territorio nacional. Para mala suerte del PRI y su comparsa el PAN, el electorado en la zona norte ya despertó de su letargo, y está castigando duramente en las urnas a los legisladores del partido que por demasiadas décadas estuvieron traicionando y estrangulando a los mismos residentes fronterizos que decían representar en el Congreso. ¡Qué bueno hubiera sido que todos los diputados y senadores del PAN que han estado representando los distritos electorales de la franja fronteriza cuando el PAN gobernaba a México entero se hubieran unido para luchar por devolver a la franja fronteriza a su condición de zona libre! Pero no hubo ninguno, ni uno solo, que enarbolara tal CAMBIO como bandera de lucha. En esto nadie en el PAN hizo el menor esfuerzo para disimular que el PAN era una continuidad del PRI en donde el único cambio era en las siglas de partido y los nombres y los rostros de los beneficiados de estar en el poder tras llevarse a cabo la repartición de cuotas de poder entre ambos.

(*) FIN A LA IMPUNIDAD LEGAL EN ASESINATOS DE PERIODISTAS

En cambios trascendentales de gran importancia histórica que se podrían haber efectuado de haberse querido, el PAN no solo no movió un dedo para llevarlos a cabo, incluso se hizo cómplice del PRI como promotor de la impunidad. Pudieran citarse muchos ejemplos, pero bastará con uno solo de ellos. Se trata del caso del asesinato del Doctor Víctor Manuel Oropeza Contreras, editorialista político de Chihuahua, asesinado brutalmente en su consultorio el 3 de julio de 1991. Prometiendo acabar con la impunidad que prevalecía en dicho crimen y resolverlo “hasta sus últimas consecuencias” (una frase sin significado real en México porque ¿cuándo se ha resuelto realmente en México hasta sus últimas consecuencias lo que parece ser un crimen político de alto impacto?), el PAN logró obtener por vez primera la gubernatura de Chihuahua al año siguiente en las elecciones de julio de 1992, logrando obtener también la mayoría legislativa en el Congreso estatal. Pero ocurrió algo sumamente extraño y sospechoso. El procurador general (panista) Francisco Molina Ruiz le dió carpetazo al caso sin investigar nada ni arrestar jamás a nadie. Peor aún, el PAN (¿actuando por consigna?) bloqueó en su totalidad los cambios legislativos requeridos para evitar que el asesinato del Doctor Oropeza quedara impune pese a que todos los diputados estatales del PAN estaban perfectamente enterados de los cambios requeridos en la ley para impedir que el asesinato del Doctor Oropeza quedara impune. Ni siquiera para terminar con la impunidad en los asesinatos de los periodistas fue capaz el PAN en el Congreso estatal de Chihuahua de llevar a cabo un verdadero CAMBIO. Este cambio en las leyes de impunidad con las que el PRI estuvo gobernando a Chihuahua por décadas no requería de inversión monetaria alguna, solo se requería de un poco de buena voluntad y disposición en el Congreso local de mayoría panista y de parte del gobernador también panista Francisco Barrio Terrazas en 1992. Pero al final no se hizo modificación alguna garantizando con ello plenamente la impunidad en asesinatos como el del editorialista político Doctor Víctor Manuel Oropeza que se atrevió a denunciar a un régimen corrupto en una época en la que hablar de más le podía costar a cualquier ciudadano honesto su propia vida (de hecho, esto ocurre todavía, y prueba de ello es el asesinato de la periodista chihuahuense MiroslavaBreach). Hoy que ya ni el PAN ni el PRI van a controlar el Congreso local de Chihuahua porque ninguno de los dos tiene mayoría absoluta, se ha elaborado la PROPUESTA Iniciativa Doctor Oropeza. Si al año siguiente (1992) de haber sido asesinado el Doctor Oropeza el Congreso estatal controlado ya no por el PRI sino por el PAN y lidereado en ese entonces por el diputado estatal Javier Corral Jurado (a la sazón, presidente de la comisión de justicia y derechos humanos del Congreso estatal además de líder de la bancada mayoritaria panista, hoy gobernador de Chihuahua) hubiera cumplido con su obligación cívica y hubiera hecho su tarea llevando a cabo el cambio de leyes urgentemente requerido, no habría hoy razón alguna para presentar la Iniciativa Doctor Oropeza, y el caso Oropeza tal vez hoy estaría resuelto y los autores materiales e intelectuales del crimen tal vez estarían plenamente identificados y hasta pudriéndose en una mazmorra, y no habría impunidad alguna.

¡Gracias, PAN, por la impunidad que prohijaste en casos de asesinatos de periodistas como el del Doctor Oropeza, demostrando con ello ser igual o inclusive peor que el PRI!

(*) DESAPARICION DEL ESTADO MAYOR PRESIDENCIAL

El privilegio del fuero constitucional no fue la única hechura del PRI que todavía hasta el día de hoy perdura separando a los mexicanos entre quienes están por debajo de la ley y quienes están por encima de la ley como si se tratase de una casta dorada. También en las fuerzas armadas de México se creó una casta dorada de militares que siempre se han considerado privilegiados y superiores al resto de las fuerzas regulares, una especie de Guardia Pretoriana tan bien equipada y tan bien financiada que es posible que por sí solapodría haber invadido y haber tomado el control militar de uno que otro país centroamericano o sudamericano pequeño. Un cuerpo elitista cuyos oficiales siempre han tenido acceso directo al presidente de México portando consigo una “charola” de identificación oficial con la cual pueden exigir y esperar trato digno de príncipes y cardenales en cualquier lugar de México. En Estados Unidos, país con un potencial económico muy superior al de México, no existe nada comparable al Estado Mayor Presidencial, al presidente norteamericano allá lo cuida el Servicio Secreto, y ésa no es la única tarea que tiene asignada. Aunque la Reina de Inglaterra cuyas funciones son principalmente simbólicas y ceremoniales tiene a su servicio a la Guardia Real, la seguridad personal que se le brinda no se compara ni remotamente con la capacidad militar de respuesta que posee el Estado Mayor Presidencial de México, y de hecho en Inglaterra los oficiales que custodian a la Reina son considerados como parte de las tropas regulares que prestan servicio activo en los campos de batalla en tiempos de guerra; mientras que el Primer Ministro tampoco tiene en torno suyo protegiéndolo algo que pueda ser ni siquiera remotamente comparable al Estado Mayor Presidencial. Los Reyes de Suecia y Dinamarca tampoco tienen esta clase de guaruras de lujo. Lo mismo se puede decir de otros países más ricos que México como Alemania, Francia y China. De hecho, tal vez el único país que tenga algo como el soberbio y arrogante Estado Mayor Presidencial de México sea el mismo México. Esta es otra hechura del PRI próxima a desaparecer cuando sus miembros sean integrados obligadamente a las fuerzas armadas regulares en donde seguramente lo primero que harán será quitarles sus “charolas” para después bajarles los humos y la soberbia. A lo largo de 12 años perdidos, el PAN tuvo su oportunidad dorada para disolver este legado priista reemplazándolo con algo más acorde a la realidad económica del país, pero nunca lo hizo como ya le demostró al pueblo de México que si hay algo a lo cual se opone con terquedad el autoproclamado “partido del CAMBIO” es precisamente a cualquier tipo de cambio. “¿Cambio? ¿Pues cuál cambio? Hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre. Si quieren cambio, aquí tengo unas cuantas monedas de diez centavos”. De cualquier modo, para quienes hoy reclaman casi a gritos la preservación del Estado Mayor Presidencial como algo absolutamente indispensable porque sin tal guardia pretoriana no se puede garantizar la seguridad del presidente, vale la pena recordarles que era precisamente el Estado Mayor Presidencial el que estaba encargado de la seguridad personal de un candidato del PRI a la presidencia de México, Luis Donaldo Colosio, y no se requirió un plan extraordinariamente sofisticado para cometer el magnicidio, solo se requirió de un solo hombre, y hay incluso quienes sospechan que fue el Estado Mayor Presidencial el que no solo casi condujo a Luis Donaldo Colosio al lugar preciso en donde se llevaría a cabo el atentado sino que fue el encargado de ultimar a Luis Donaldo Colosio con una segunda bala, con plena garantía de impunidad para los oficiales involucrados en el magnicidio. Con tal “protección”, se antoja preferible depender de una escolta personal bien adiestrada que de una guardia pretoriana cuya actuación en el pasado ha despertado sospechas como en el caso del magnicidio de Luis Donaldo Colosio.
  
Los políticos del PAN, malos perdedores, han acusado que muchos de los cambios que AMLO pretende llevar a cabo, pese a su gran simbolismo para un pueblo que ha sido empobrecido a lo largo de varias décadas por una casta política de lo más corrupta, son meramente cosméticos y de poca relevancia. Siendo así, ello sería una admisión implícita de que el PAN cuando tuvo el poder en sus manos no fue capaz de llevar a cabo cambios ¡ni siquiera de naturaleza cosmética!


CONCLUSIONES FINALES:


Se avizoran grandes cambios en la manera de hacer las cosas, cambios de fondo, pero no gracias al PAN sino pese al PAN. El PAN ya tuvo su oportunidad, y la perdió, y esto es algo que aún se resisten a ver o creer muchos panistas. El PAN ya no podrá prometer en el futuro al pueblo de México eliminar las pensiones presidenciales vitalicias porque AMLO parece tener todas las intenciones del mundo de adelantársele a los panistas quitándoles el mérito histórico de ser los primeros en acabar con tal privilegio. Tampoco podrá el PAN prometer el convertir la mansión oficial de Los Pinos en un museo por las mismas razones, se les van a adelantar. Y así por igual con muchas otras cosas que el PAN pudo haber hecho pero no quiso hacer al optar por convertirse en un facsímil del PRI, excepto peor. ¿Entonces qué le quedará al PAN para ofrecer en el futuro como alternativa de gobierno? Muy  buena pregunta. Y aún si encuentran alguna “bandera” y aparentan arrepentimiento, ¿por qué se les habría de creer ahora sus nuevas promesas vertidas en demagógicos discursos, habiendo perdido la credibilidad que les quedaba? Será para ellos el momento de reflexionar y decir: “Si tan solo hubiéramos...”. Pero el hubiera no existe. Y al paso que va el PAN podría dejar de existir junto con el PRI. Si tal cosa ocurre, merecido se lo tendrá. Se lo ganaron a pulso.