viernes, 29 de marzo de 2019

Posible cierre de “la maldita frontera”




La mañana de éste día apareció una noticia sumamente preocupante para todos aquellos que viven en la franja fronteriza de México con Estados Unidos. En breve, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió desde un mitin en Michigan al gobierno de México que si no detiene el paso de migrantes provenientes de Centroamérica hacia su país, cerrará la MALDITA FRONTERA. El cierre de la frontera se puede tomar como un CIERRE TOTAL de las garitas aduaneras y de inspección migratoria del lado norteamericano, e implica que nadie podría cruzar la frontera ni siquiera para ir de compras a una ciudad como El Paso o para visitar familiares. Sin embargo, es posible que el cierre ya se esté comenzando a implementar en forma gradual y escalonada, con la extensión de los cierres incrementándose HASTA QUE LA FRONTERA SUR DE EE.UU. HAYA QUEDADO SELLADA POR COMPLETO LAS 24 HORAS DEL DIA TANTO AL TRAFICO VEHICULAR COMO AL TRANSITO DE PERSONAS. La amenaza de cerrar la frontera por completo es reforzada por los siguientes tweets recientes del presidente Trump:





Todo esto está siendo interpretado por la prensa local como un ultimátum del presidente Trump al presidente de México para cerrar el paso de los migrantes centroamericanos por México que no vengan en calidad de turistas. Por lo pronto, los daños económicos ocasionados a la población mexicana a través de los cierres graduales y escalonados en los cruces de los puentes internacionales pueden hacer que suficiente gente del lado mexicano se queje ante el presidente de México como para estarle pidiendo y convencerlo a base de tanto clamor y tanto grito de que México ceda a lo que el gobierno de Trump le pide que haga.

El gobierno de Honduras negó oficialmente que se esté formando en dicho país la madre de todas las caravanas, pero hizo tal refutación precisamente al mismo tiempo que ya marchaban por México DOS caravanas migrantes, una formada por un contingente de MAS DE DOS MIL CENTROAMERICANOS que luego de descansar dos días en Acacoyagua para su pre registro ante el Instituto Nacional de Migración para regularizar su estancia en México retomó su camino rumbo a Estados Unidos, y una segunda caravana que llegó al municipio de Huixtla. Por otro lado, ¿qué credibilidad se le puede dar a las afirmaciones de un gobierno corrupto que ha convertido a Honduras en el mayor expulsor de indocumentados del continente americano que salen huyendo del país buscando asilo en otro, una sangría poblacional cuantificada per cápita entre las más grandes del mundo, comparable únicamente con el éxodo de refugiados de Siria? Es posible que si Estados Unidos abriera de par en par sus puertas a todos los hondureños ansiosos por abandonar un país bananero de quinta categoría, no quedaría nadie en Honduras al estar repleto de cientos de miles (¿millones?) de muertos de hambre que reciben en su travesía por México el alojamiento y los alimentos y las medicinas que su corrupto gobierno les niega.

El cierre de la frontera entre México y Estados Unidos a lo largo de toda la línea divisoria puede tener un efecto colosalmente catastrófico porque en la franja fronteriza de México con Estados Unidos las economías de las ciudades fronterizas como El Paso y Ciudad Juárez están fuertemente interconectadas, son interdependientes, y la imposibilidad de poder mover mercancías o permitir el tránsito de personas de un lado a otro tiene el potencial para hundir a toda la franja fronteriza en ambos lados de la frontera. Sin embargo, tal posibilidad de provocar una catástrofe económica multibillonaria parece no importarle mucho al presidente Trump, por razones que se expondrán a continuación.

El meollo del problema es que está en vías de formación en Honduras algo llamado LA MADRE DE TODAS LAS CARAVANAS que será conformada por al menos 20 mil personas (tal es el plan) que avanzarán caminando desde Honduras hasta la frontera con Estados Unidos, como ya lo han hecho otras caravanas previas, para forzar su ingreso a la Unión Americana con el solo hecho de pronunciar la palabra cuasi-mágica ASILO y entregarse a las autoridades migratorias de Estados Unidos para que el gobierno norteamericano se encargue de darles a todos ellos manutención, hospedaje, comida y sustento, y servicios médicos en el largo período de tiempo que se lleva procesarles su solicitud de asilo previo a que les den la tarjeta verde que les permita vivir y trabajar libremente dentro de Estados Unidos, ahorránndose dinero y los largos tiempos de espera que tienen que sufrir aquellos centroamericanos que sí hacen un esfuerzo por inmigrar legalmente a Estados Unidos haciendo sus todos trámites ante el Consulado americano de manera ordenada y programada en sus respectivos paises de origen. La madre de todas las caravanas excede con creces a todas las caravanas previas de indocumentados centroamericanos porque en vez de cuantificarse en miles ahora se cuantifica en decenas de miles, y si la tendencia numérica es que cada caravana será más grande que la anterior por planeación de los organizadores de tales caravanas (como el delincuente Alex Mensing conocido por las autoridades migratorias de Estados Unidos como el John Gotti de la inmigración ilegal y el cual por cierto aún permanece sin ser arrestado pese a estar incurriendo en un delito federal castigado por las leyes del United States Code Título 8, y grupos tales como la organización delincuencial Pueblos Sin Fronteras creada por Mensing que opera desde Estados Unidos permanece abierta sin haber sido clausurada por el gobierno federal) eventualmente la cantidad llegará a las centenas de miles y ya no solo las decenas de miles.

Cada caravana de indocumentados centroamericanos que sin llevar consigo un solo centavo en los bolsillos logra llegar hasta la frontera de México con Estados Unidos alienta a caravanas futuras en mayores números, así que no hay nada extraordinario que se hable ya de la madre de todas las caravanas. Pero si tras esta caravana se consuma la materialización de la supercaravana conformada por 100 mil personas culminando con la caravana suprema trayendo consigo a TODA la población de Honduras, esto ya no es una simple cuestión de migración indocumentada, se trata ya de una invasión. En otros tiempos, un contingente de tal magnitud habría sido recibido por un ejército del país que está siendo invadido tirando a matar. Pero los organizadores de tales caravanas (presuntamente con el financiamiento por la vía de donaciones de coyotes y polleros que se dedican al tráfico de indocumentados) han instruído a los caravaneros de que traigan consigo a la mayor cantidad posible de niños y niñas chiquitas que puedan traer consigo, entre más pequeños mejor, para ondearlos cual si fuesen banderas como presas inocentes ante los asustados guardias de los países que invaden, y de tal manera poner presión para entrar a la brava y por la fuerza al país al que quieran entrar. Así han estado avasallando los hondureños la frontera con Guatemala y la frontera con México. El 2 de enero de 2019 los invasores procedentes de Centroamérica trataron de hacer lo mismo en la ciudad de Tijuana, pero fueron repelidos por guardias norteamericanos que usaron gases lacrimógenos y gas pimienta para mantenerlos a raya. Aquél día de enero de 2019 pudieron ser repelidos puesto que fueron tan solo 150 los que trataron de ingresar ilegalmente a territorio norteamericano brincando la barda. Pero ante un contingente de 10 mil personas, ya no se diga un contingente de diez milones de personas (o sea toda la población de Honduras) lo más probable es que la frontera norteamericanas sería avasallada desde México y Estados Unidos estaría completamente indefenso para poder contener a tanta gente a menos de que se recurriese al US Army con órdenes de tirar a matar (no bastaría el uso de gases lacrimógenos y gas pimienta para detener a tanta gente), orden difícil de cumplir cuando los invasores están levantando al aire en vilo y en brazos a niños y niñas chiquitos ondeándolos como banderas para disuadir a los soldados norteamericanos. Una situación de este tipo sería una catástrofe sin precedente en toda la historia de Estados Unidos y tal vez del continente americano. Peor aún, el Congreso norteamericano no está ayudando en nada al presidente Trump para impedir o lograr contener una invasión de esta naturaleza.

La primera advertencia, sumamente grave, de una acción precautoria para impedir la invasión desde México de la madre de todas las caravanas a territorio norteamericano, ocurrió cuando el jueves 28 de marzo Donald Trump publicó el siguiente tweet:




que dice en tono francamente amenazante:

México no está haciendo NADA para ayudar a detener el flujo de inmigrantes ilegales a nuestro país. Ellos hablan pero no actúan. Como Honduras, Guatemala y El Salvador, que han tomado nuestro dinero por años y no hacen nada. A los Demócratas no les interesa, con tan MALAS leyes. ¡Quizás cerraremos la Frontera Sur!”.

En esta ocasión, la cosa parece que va en serio. Donald Trump está envalentonado por el hecho de que después de que el 15 de febrero declaró una “emergencia nacional” por el flujo de migrantes indocumentados, obtuvo una victoria sobre el Congreso el 26 de marzo cuando el Congreso no pudo reunir los votos suficientes para revertirle a Trump la declaratoria de emergencia nacional. Tras esta victoria, Patrick Shanahan, el jefe interino del Pentágono, anunció el desbloqueo de USD $1.000 millones para financiar la construcción del muro fronterizo de Trump para intentar disuadir y detener las cada vez mayores caravanas de indocumentados procedentes de Centroamérica.

Respaldado por la declaratoria de EMERGENCIA NACIONAL, Donald Trump puede ordenar el cierre total de la frontera de Estados Unidos con México, y el argumento que usaría sería que le sale mucho más caro a Estados Unidos el  permitir ser invadido por una caravana de 20 mil o más personas a las cuales hay que mantener por los mese o años que dure el procesamiento legal de tanta gente en Estados Unidos, que el cerrar por completo la frontera sur de Estados Unidos, un cierre que no sería permanente sino con una duración suficiente para causar estragos económicos en la zona fronteriza de magnitud nunca antes vista, poniendo una presión increíble sobre el Congreso para actuar en modo de EMERGENCIA NACIONAL aprobando las leyes que el Congreso no quiere aprobar para desalentar la formación de tales caravanas en sus países de origen. El colapso económico casi total de la franja fronteriza México-Estados Unidos podría ser suficiente para presionar al Congreso para dejar de ser un obstáculo para Donald Trump ayudándole sobremanera en sus esfuerzos para su reelección como presidente en 2020, porque... después de todo... ¿acaso no está defendiendo como presidente la SOBERANIA territorial de Estados Unidos? Sin embargo, el posible cierre de "la maldita frontera" como le llama Trump podría tener consecuencias muy desagradables para México, tales como el colapso de la economía mexicana colapasando por completo con ello el gobierno federal presidido por Andrés Manuel López Obrador, dejando a México en una situación de ingobernabilidad y al borde del caos.

En el peor de los casos, con el caos econónico provocado en México por el colapso de la economía, con las caravanas de hondureños cargando sobre sus hombros con la culpa y responsabilidad por el colapso, ello podría traer como consecuencia de que en vez de ser bienvenidos en México podrían terminar siendo repelidos e inclusive linchados (con todo y los niños que traigan consigo), con un gobierno federal impedido para poder proteger a los indocumentados centroamericanos de una ira popular en México desplegada en contra de las multitudes de hondureños que están metiéndose al país en hordas cada vez mayores sin traer un solo centavo en los bolsillos, porque si se dá la orden al Ejército de matar a mexicanos para impedir que ciudadanos mexicanos linchen y maten a los centroamericanos que están invadiendo a México en violación de la soberanía del país, ésta podría ser una orden casi imposible de cumplir y muy difícil de acatar, prestándose a la insubordinación de los oficiales del Ejército mexicano que se negarían a ordenar la represión armada de sus propios conciudadanos. A esto puede conducir el cierre total de la frontera México-Estados Unidos. El creciente repudio popular de México hacia las caravanas migrantes ya se está dejando sentir en el norte de México, y tal vez sea solo cuestión para que llegue al punto de ignición inclusive en estados sureños como Chiapas en donde los caravaneros ya no están siendo tan bienvenidos como antes (como en 2018).

Para México, las únicas opciones parecen ser: seguir permitiendo el paso libre de las caravanas de miles de indocumentados centroamericanos que marchan hacia Estados Unidos con la finalidad expresa de avasallar la frontera norteamericana, o cerrarle a las caravanas centroamericanas la frontera de México con Guatemala (haciéndole el trabajo sucio a las autoridades migratorias norteamericanas). Lo ideal sería, desde luego, que Estados Unidos reformara su caduco sistema migratorio, pero esto no a a suceder ni en sueños. El Congreso le negó al presidente Barack Obama una reforma migratoria en los 8 años que gobernó, y hoy le sigue negando una reforma migratoria al actual presidente Trump, pese a que este inútil y risible Congreso le cuesta cada año al electorado norteamericano miles de millones de dólares (la mayoría del pueblo norteamericano ignora el COSTO TOTAL ANUAL del Congreso tanto de la Cámara de Representantes como del Senado por ser datos que se le esconden celosamente y cuidadosamente al pueblo norteamericano). Se puede decir que México (y no solo Estados Unidos) terminará pagando las facturas y el costo que la cero productividad del inútil Congreso norteamericano trae consigo, y los efectos los estamos viendo y viviendo en la franja fronteriza, sobre todo si se cierra por completo la frontera sur de Estados Unidos. Por lo pronto, el Procurador General de Estados Unidos, William Barr, haría bastante con empezar a arrojar a la cárcel a delincuentes como Alex Mensing:




que promueven abiertamente la violación de las leyes federales de EE.UU. en materia migratoria, así como empezar a cerrarles sus operaciones e incautarles todo su equipo (incluyendo teléfonos celulares que pueden dar la pista a nexos con el crimen organizado) a las organizaciones delincuenciales como Pueblo Sin Fronteras que promueven la violación de la soberanía territorial de EE.UU. Ello lo puede hacer el Procurador General de EE.UU. en este preciso momento si realmente quiere hacerlo para desquitar su sueldo (obteniendo previamente desde luego una orden judicial de cateo y arresto). Nadie lo detiene en ello. Ciertamente, ni yo ni nadie le está impidiendo para que cumpla con un trabajo que a fin de cuentas es su obligación y por el cual le están pagando generosamente los contribuyentes norteamericanos.

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