sábado, 15 de junio de 2019

Por cosas como éstas caen gordos






En una entrada previa titulada Protocolo 235 publicada en esta bitácora el 3 de abril de 2019 se había documentado la puesta en marcha por parte del gobierno norteamericano de lo que está siendo bautizado por el gobierno de EE.UU. como el "Protocolo de Protección a Migrantes" que en realidad no fue concebido para darle ningún tipo de protección a las decenas de miles de migrantes indocumentados procedentes de países centroamericanos que están atravesando México a pie para llegar a Estados Unidos con la finalidad de asentarse en dicho país.

El Protocolo de Protección a Migrantes ya está puesto en marcha por el gobierno norteamericano, y sus efectos se están dejando sentir ya en Ciudad Juárez sobre las vidas de miles y miles de centroamericanos pobres que están siendo echados por Estados Unidos hacia México para que esperen en México (en lugar de esperar meses y años viviendo cómodamente en Estados Unidos como antes ocurría y hasta trabajando ganando dólares) los resultados del trámite de sus solicitudes de asilo, lo cual para ellos representa un descalabro colosal en lo que creían que iba a ser para ellos el sueño americano y se está convirtiendo rápidamente en la pesadilla centroamericana. Estados Unidos no quiere a estos indocumentados porque no son refugiados políticos, son solo gente sin estudios que quiere mejorar su nivel de vida ganando dólares, o sea son refugiados económicos que no están huyendo de ninguna guerra civil como ocurre en Siria o Iraq o Afganistán. EE.UU. no los quiere, y para desalentarlos les está quitando paulatinamente los incentivos para irse a EE.UU. pidiendo asilo, imponiendo sobre ellos nuevas trabas burocráticas y mucha tramitología que se espera los convenza de quedarse en sus países de origen tales como los estados fallidos de Honduras, El Salvador y Guatemala. Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador les ha ofrecido visas humanitarias y hasta empleos, esta oferta no les interesa a los indocumentados centroamericanos porque lo que ellos quieren realmente es ganar DOLARES. De eso se trata todo. Esa ambición desmedida es lo que está provocando las caravanas invasoras que se están metiendo a países en donde no son bienvenidos los oportunistas que quieren beneficiarse con este fenómeno social que no se había dado en el actual milenio en el continente americano.

Esto apareció publicado el 15/06/19 en EL DIARIO (pag. 3A): "VIVEN DRAMA RETORNADOS POR PROTOCOLO DE EU. LOS REGRESAN SIN ROPA, DINERO Y HASTA ENFERMOS. Entre lágrimas, sin comer y engañados por los "coyotes" que les cobran hasta 9 mil 500 dólares (182 mil pesos) con la promesa de conseguir fácilmente el asilo político en Estados Unidos, los inmigrantes son retornados a esta frontera, donde el gobierno federal todavía no aplica un protocolo de acción para atenderlos."

¿O sea que sí tuvieron casi diez mil dólares para dárselos a los "coyotes", pero ahora resulta que no tienen ni cinco centavos para darle de comer a sus propios hijos? Un boleto de avión desde Centroamérica hasta un aeropuerto internacional de EE.UU. (Miami, Houston) cuesta unos 400 dólares, ¿pero en vez de comprar ese boleto de avión para viajar directamente hasta EE.UU. y pedir asilo a su llegada a los agentes de CBP apostados en el aeropuerto internacional, prefirieron desembolsar casi 10 mil dólares caminando a pie por México y otros países para llegar a México sin un centavo en los bolsillos atenidos a que todas sus necesidades les sean cubiertas por completo en los países que invaden?

Reflexionando sobre la parte de la nota que dice "LOS REGRESAN SIN ROPA DINERO Y HASTA ENFERMOS". ¿Pues qué esperaban al ser retornados a México, si llegaron a EE.UU. sin ropa ni dinero? ¿Que el gobierno norteamericano les comprara y les regalara ropa de marca nuevecita recién comprada en Old Navy, Sears, JC Penney y WalMart? De preferencia con logos como Levi Strauss, Gloria Vanderbilt, Karl Lagerfeld, Kardashian, Nike y otros conocidos. En su gran mayoría, cuando abandonaron sus países de origen estos indocumentados emprendieron su largo viaje por México sin llevar ningún dinero con ellos y vistiendo harapos, en calidad de mendicantes viviendo de la caridad pública. Si se quejan de que son regresados a México sin dinero, ¿esperaban realmente que el gobierno norteamericano le diera a cada uno de ellos unos (por ejemplo) diez mil dólares (o mejor aún, unos cien mil dólares) antes de ser regresados (EE.UU. jamás le ha dado un solo centavo a los indocumentados mexicanos que deporta de regreso a México, y los indocumentados centroamericanos no tienen nada de especial para demandar que se les dé lo que nunca les dió el gobierno norteamericano a los indocumentados mexicanos)? ¿Para terminar usando ese dinero para contratar los servicios de otros "coyotes" que los vuelvan a meter como ilegales a territorio norteamericano? Si los consulados de Honduras, Guatemala y El Salvador en EE.UU. nunca les dan nada de ayuda económica a los migrantes centroamericanos para que puedan regresar a sus países de origen, ¿por qué habrían de hacerlo Estados Unidos y México?

Los indocumentados centroamericanos no solo se quejan de que son regresados sin ropa ni dinero. Se quejan también de que son regresados hasta enfermos. Seguramente muchos de ellos ya estaban enfermos desde el momento en el que salieron de sus países de origen. ¿Y qué es lo que quieren ahora, que el gobierno norteamericano les proporcione atención médica de primera clase como una especie de PREMIO por haber ingresado ilegalmente a territorio norteamericano en burla socarrona a las leyes migratorias de dicho país? Esto es ya el colmo del limosnero con garrote al cual se le tiende la mano y agarra hasta el codo. Si los gobiernos corruptos de los estados fallidos en Honduras, El Salvador y Guatemala no les proporcionan ninguna atención médica, ¿en qué obliga ello a Estados Unidos y a México para darles la atención médica de primera clase que se les niega en sus propios países de origen?

Pero la nota periodística aludida trae más, mucho más, como lo siguiente:

Actualmente Ciudad Juárez cuenta con una red de 15 albergues, entre iglesias, comedores, y la Casa de Migrantes, donde se apoyan a 800 personas, aproximadamente 300 de ellas retornadas de Estados Unidos.

"Nos dijeron en México van a tener un albergue, comida y los va a ver un médico", aseguraron los migrantes retornados ayer, quienes al ser recibidos en la ciudad salieron de las oficinas de Migración sin saber qué hacer y sin dinero.

Padres y madres acompañados con niños menores de ocho años se abrazaban para limpiar las lágrimas al no tener dinero para regresar a su país ni un lugar a dónde ir en la ciudad.

"Me duele mi pancita", decía una hondureña de cuatro años a su padre, quien vomitaba saliva a un lado y lloraba al ver a su hija enferma debido a que después de no probar alimentos durante un día el burrito que comieron, al ser retornados, les hizo daño.

Otro niño de Honduras lloraba junto a su mamá frente al Inami (Instituto Nacional de Migración, México) al confesar que él quería regresarse a Estados Unidos, mientras un hombre de El Salvador esperaba con su hija de 6 años a tener noticias de su esposa y su hija de 3 años, ya que el "coyote" que los cruzó el río decidió que cruzaran separados y ahora no sabe si ellas también serían retornadas.

Con plásticos como cintas de sus tenis, los teléfonos descompuestos debido al agua que entró en ellos al cruzar el río Bravo, sin dinero y con la frustración de haber sido retornados de Estados Unidos, los migrantes salían de las oficinas federales (mexicanas) con la esperanza de regresar a su país o encontrar un trabajo en Ciudad Juárez.

Tan lamentable es que los niños que se traen consigo los caravaneros indocumentados de Centroamérica estén sufriendo enfermedades y situaciones que no pidieron, como el hecho CRIMINAL de que los adultos mayores de edad procedentes de Centroamérica se estén trayendo a esos niños consigo exponiéndolos a todo tipo de viscisitudes y peligros con tal de (eso creen) aumentar en grande sus probabilidades de ser recibidos en Estados Unidos, o sea la puesta en práctica de lo que se conoce como la maniobra Stillson, tipificado en Estados Unidos como la felonía criminal de child endangermente por lo cual hasta la fecha ninguno de estos abusadores de menores de edad ha sido sometido a juicio penal en Estados Unidos al haber sido rebasada la capacidad de las cortes norteamericanas para atender a tanto violador de la Ley que está llegando en grandes caravanas invasoras. Esta impunidad prohija otro tipo de delitos más serios aún como la explotación sexual infantil., y como los perpetradores de esta clase de crímenes no tiene ninguna residencia permanente en México pues lo más fácil para ellos es fugarse y desaparecer en territorio norteamericano en donde nunca más se les vuelve a encontrar.

Ninguna de las historias de horror en torno a los migrantes indocumentados centroamericanos que están siendo regresados de EE.UU. a pie por la frontera por México a través de los cruces de los puentes internacionales llegan jamás a oídos de quienes viven y se encuentran en Honduras, El Salvador y Guatemala. Seguramente estas historias de horror con muchas lágrimas servirían mucho para convencer a los centroamericanos de ahorrarse el penoso y largo viaje por México para asentarse como indocumentados en EE.UU. Pero a ninguno de los consulados de Honduras, El Salvador y Guatemala en USA les interesa hacer llegar estos relatos a los medios de los países que representan porque lo que le suceda a quienes han decidido emigrar en calidad de indocumentados fuera de esos países bananeros de quinta categoría no les importan en lo absoluto sus vidas. Son consulados de membrete que no sirven para nada al igual que los países bananeros que representan gobernados por políticos corruptos que tienen a la mayoría de los pobladores viviendo en una miseria espantosa. La salida fácil era simplemente irse hacia los EE.UU. en pos del SUEÑO AMERICANO, pero el gobierno de Donald Trump está cerrando la puerta. De hecho empezó a cerrar la puerta desde el momento en el que anunció cuando era precandidato presidencial la construcción de un Muro que según él iba a pagar México y que ante la negativa de México a pagarlo está obligando a que los mexicanos lo paguen de otra manera. En esta ocasión, y ante la debilidad de México, Trump se salió con la suya.

En el mismo periódico en donde apareció la nota comentada arriba apareció en la página previa, refiriéndose a los migrantes centroamericanos indocumentados, el reportaje titulado Se quejan por hacinamiento en centros de detención.

Pero nuevamente, ¿qué esperaban? ¿Que el gobierno norteamericano los hospede en hoteles cinco estrellas mientras les resuelve sus peticiones de asilo? Se quejan de que están siendo obligados a dormir sobre el suelo durante tormentas de arena. Pues si tanto les puede que no se les proporcionen albergues como los que son ocupados por turistas que están de visita temporal en EE.UU., mejor se deberían de haber quedado en sus respectivos países de origen en vez de viajar en caravanas conformadas por miles de indocumentados cuya fuerza en los números necesariamente iba a rebasar las capacidades con las que contaba el servicio de protección y aduanas CBP.

En México son cada vez más los caravaneros indocumentados que se están quejando de que en varios albergues cristianos así como públicos (del gobierno) los hombres y las mujeres son acomodados en dormitorios separados, y demandan indignados que a las parejas de casados o incluso "amigovios" se les proporcionen dormitorios en los cuales las parejas de migrantes puedan dormir juntas en una misma cama, porque según ellos el no darles tal cosa es "una violación a los derechos humanos de los migrantes". ¿Pues qué esperaban? ¿Que los albergues cristianos en donde se hospedan GRATUITAMENTE les dieran los privilegios de un motel de paso, con todo y distribución gratuita de condones?

Quien sale fuera de su país de origen en plena disposición de violar no solo las leyes migratorias sino la soberanía territorial de los países que invade entrando sin haber tramitado previamente ningún permiso o autorización de visita legal, carece de sustento jurídico o moral para reclamar cosas que no deberían de exigir quienes han mostrado una propensión a la violación de las leyes. México y EE.UU. ya han tenido duras experiencias con gente como la hondureña de mala fama conocida como Lady Frijoles que despreció la comida que se le ofrecía GRATUITAMENTE en México quejándose amargamente porque según ella en México se les daba de comer a los caravaneros frijoles refritos (comida tradicional de la cocina mexicana), "comida que no se le da ni a los cerdos (chanchos)", o el hondureño que secuestró a la niña mexicana Brenda Rubí de 12 años, amén de otros hondureños que están poniendo su granito de arena para aumentar la criminalidad en México al ponerse al servicio de los cárteles de drogas en México. Sí, se trata de los mismos migrantes indocumentados (¡no mexicanos!) que se quejan amargamente de que no se les están respetando sus "derechos humanos" al no dárseles albergues con aire acondicionado, tres comidas diarias calientitas, atención médica de primera clase, ropa, ¡y hasta biberones y pañales! Todo ello gratuito, ¡desde luego! Y esperan, algunos de ellos, que EE.UU. y/o México, les pague el boleto de avión para su regreso hasta sus respectivos países de origen, porque argumentan no tener dinero para poder regresar a los lugares de donde vinieron pero sí tienen 10 mil dólares para pagarles a los "coyotes" y "polleros" que les prometen que a cambio de tal cantidad los ingresarán a EE.UU. para "vivir en grande" el SUEÑO AMERICANO.

Solo en fechas recientes se ha estado tomando conocimiento de que los indocumentados que forman parte de estas caravanas migrantes están dispuestos a pagar desde 3 mil 500 hasta 9 mil 500 dólares a "coyotes" y "polleros" (traficantes de indocumentados) para que los lleven hasta el interior de una gran ciudad norteamericana. En detenciones como la que se llevó a cabo en Veracruz en donde fueron asegurados casi 800 migrantes en cuatro camiones, esto representaría una cifra máxima cercana a los SIETE MILLONES Y MEDIO DE DOLARES. Con tales cifras, se puede concluír que el trafico de indocumentados es un negocio muy rentable, casi tanto como el trafico de drogas. La parte más preocupante para México es que al soltarle los caravaneros indocumentados tales cantidades de dinero a coyotes y polleros que están aprovechando el boom de caravanas migrantes, enriqueciéndolos en sus bolsillos de muchas maneras, el efecto nocivo de este enorme impulso a la corrupción necesariamente es otra de las consecuencias indeseables que trae consigo el ingreso a México de decenas de miles de indocumentados agrupados en enormes caravanas. Consecuencias como aumentar el poder económico de los cárteles de traficantes de indocumentados para permitirles armarse mejor y aumentar sus actividades criminales en todo México corrompiendo a políticos, policías, jueces y magistrados todo gracias a la inesperada ayuda obtenida con los dineros que obtienen de los migrantes indocumentados.

Pero lo más grotesco es que, pese a tener miles y miles de dólares disponibles para contratar los servicios de coyotes y polleros que cobran sus tarifas en dólares así como para sobornar a las autoridades migratorias en México promoviendo la corrupción, los miembros de las caravanas estén invadiendo a México con la idea de que alguien en México (el gobierno, los albergues católicos, las ONGs, organismos civiles, la población civil, etc.) les esté dando de comer, les esté dando hospedaje, atención médica, y hasta biberones y pañales, sin contribuír ellos con un solo centavo para su manutención y sostenimiento en México. La siguiente fotografía muestra el interior de un trailer del gobierno federal de México que transporta toneladas de provisiones y víveres a uno de los cientos de albergues que hay en toda la república mexicana para que se pueda alimentar a los cientos de miles de centroamericanos que ya se encuentran en México y que están atenidos a que alguien más en México se haga cargo de todas sus necesidades sin aportar ellos un solo centavo para hacer más ligero el peso de su mantenimiento:




No debe causar asombro pues que en México ya estén apareciendo brotes de xenofobia que muestran claramente que los caravaneros de Centroamérica ya no son bienvenidos como antes, y en el paroxismo del rechazo y el odio se han dado incidentes como el ataque al albergue "Hotel del Migrante Deportado", ubicado en Mexicali, Baja California o el secuestro y violación cometida por agentes de la Policía Federal en contra de una migrante hondureña indocumentada en México que debe estar arrepentidísima por haber usado a México como país de tránsito hacia los EE.UU, cosas de las cuales jamás se enteran en los países expulsores de indocumentados.

Los miembros de esas caravanas de centroamericanos cada vez están llegando más y más violentos tanto en el Norte como en el Sur de México, y en vez de estar huyendo de la violencia en sus respectivos países como afirman al pedir asilo en Estados Unidos tal parece que más bien se trata de criminales de la Mara Salvatrucha huyendo de la policía en sus países de origen. ¡Y los voceros de las primeras caravanas habían logrado ingresar afirmando que no venían a crear problemas, diciendo que su único objetivo era llegar a los Estados Unidos! (Sin embargo, si no los dejan entrar en Estados Unidos y llegan sin dinero en los bolsillos, necesariamente van a terminar en la mendicidad o sumándose a la delincuencia para poder sobrevivir ocasionando numerosas molestias a las comunidades mexicanas en donde andarán pululando y vagando en las calles sin rumbo fijo.) En respuesta a los numerosos problemas que están siendo creados por los caravaneros y que México antes no tenía, se están llevando a cabo redadas que antes no se efectuaban para arrestar y deportar a todos los centroamericanos que están ingresando ilegalmente a México como país de tránsito hacia los EE.UU., sin mucha simpatía para los expulsados que meses antes (en 2018) eran recibidos con los brazos abiertos por quienes hoy se arrepienten de haberlos consentido y mimado cubriéndoles todas sus necesidades.

Con todo lo que está sucediendo, en México nos estamos pareciendo más y más a la otrora tan odiada "Migra" norteamericana (cuando expulsaba de inmediato y sin contemplaciones de USA a los mexicanos bajo el plan Operation Wetback) y al segmento xenófobo de la sociedad norteamericana que se dice harto de que USA esté siendo invadido por hordas interminables de visitantes que no están llegando en calidad de turistas y, todo lo contrario, en vez de representar una fuente de ingresos terminan convirtiéndose en una onerosa carga al presupuesto de comunidades pequeñas al estar rebasando la capacidad de los servicios de asistencia social.

¿Pero es absolutamente indispensable que los miles y miles de caravaneros centroamericanos utilicen a México como país de tránsito hacia los EE.UU. para llegar allá pidiendo asilo? Tal vez no, y un comentario publicado el 16 de junio de 2019 en el artículo "Fuera..!" en el portal LaPolaka.com sugiere otra posibilidad que aún no ha sido explorada ni utilizada por ningún caravanero centroamericano:

BOMBA DE TIEMPO. Muchos africanos se están viniendo al continente americano comprando un boleto de avión para llegar primero a Ecuador en donde no necesitan visa de entrada, y ya desde Ecuador se vienen caminando sumándose a alguna de las muchas caravanas de centroamericanos hasta llegar a la frontera Mexico-USA en donde piden ¡ASILO! al gobieno norteamericano en cualquiera de los puentes internacionales. Copiándole a los africanos, algo parecido podrian hacer los centroamericanos: comprarse un boleto de avión para viajar en VUELO DIRECTO desde Honduras hasta EE.UU. para llegar hasta un aeropuerto internacional en USA (p.ej. Houston o Miami), que al fin y al cabo tampoco necesitan visa de entrada a USA si llegan pidiendo ¡ASILO! a los agentes migratorios de la CBP que estén apostados en el aeropuerto internacional norteamericano al que lleguen (como tampoco necesitan visa de entrada a USA los centroamericanos que se están presentando en los puentes internacionales de USA con México o los que se paran afuera de alguno de los portones de la valla fronteriza para que les abran rapidito la entrada a USA cada vez que se juntan en grandes números afuera de dicha valla gritando ¡ASILO! sin necesidad de tener visa de entrada). Los agentes de la CBP apostados en los aeropuertos internacionales de USA están atados de manos por las mismas leyes que tienen maniatados a sus colegas de la CBP en los puentes internacionales Mexico-USA y por ende están OBLIGADOS a dejar entrar a USA sin necesidad de visa de entrada a cualquier centroamericano que llegue a un aeropuerto internacional de USA si llega pronunciando la palabra mágica ¡ASILO! Pero los centroamericanos ni siquiera se han dado cuenta de que llegando en avión a USA en vuelo directo tendrían una ventaja adicional enorme sobre los centroamericanos que lo hacen a pie cruzando por los puentes internacionales (además de la ventaja de no tener que pagarle a "coyotes" y "polleros" los 9 mil 500 dólares que les piden para cruzarlos "al otro lado"), y la enorme ventaja es que NO PODRIAN SER ENVIADOS "DE REGRESO" A MÉXICO PARA ESPERAR EN MÉXICO A QUE LES TOQUE SU TURNO PARA QUE SU APLICACION DE ASILO SEA PROCESADA EN USA BAJO EL PROTOCOLO DE PROTECCION A MIGRANTES por el simple hecho de no haber cruzado a pie la frontera DESDE MÉXICO hacia USA. ¡No se les puede regresar a un país del que no vinieron! Y los agentes de la CBP no tienen dinero para comprarles a todos ellos un boleto de avión de regreso hasta Honduras porque el Congreso norteamericano no ha autorizado presupuesto alguno para tales fines. O sea que llegando en vuelo directo a USA con reporteros de la prensa mundial documentando la travesía (esto lo harían con el fin de intimidar a las autoridades) en caso de que tengan problemas, se quedarían a vivir en USA esperando meses o años su "turno" para ser atendidos, y mientras tanto podrían estar ganando DOLARES todo ese tiempo. Los "coyotes" y "polleros" que son los más grandes promotores de las caravanas no les han informado a los centroamericanos sobre esta posibilidad porque se les acabaría de tajo el negocio de tráfico de indocumentados. Pero si esto llega a ocurrir, ¿qué haría el Congreso norteamericano ante algo así? Lo más probable es que NADA, porque es un Congreso de caricatura que no hace absolutamente nada en lo que al tema migratorio se refiere. Y Trump tampoco podría hacer nada porque las leyes actuales lo tienen atado de manos. Que los centroamericanos no hayan hecho esto no significa que nunca lo harán (tomar un vuelo directo desde Centroamerica hasta EE.UU. para pedir ¡ASILO! a su llegada a un aeropuerto internacional de USA), porque hasta ahorita ellos y los que los asesoran han demostrado ser bastante listos para explotar las debilidades de los sistemas legales de los paises que invaden además de usar habilmente a los medios de comunicación para intimidar sobre todo a los agentes de la CBP y hasta al mismo Trump. Al tiempo.

Si aún con esta posibilidad de viaje alterno que respeta la soberanía territorial de México al no usarlo como trampolín de ingreso hacia los EE.UU. los miles de caravaneros insisten en seguir ingresando ilegalmente a territorio mexicano violando la soberanía nacional y ocasionando todos los problemas mencionados arriba, el amor y las muestras de solidaridad con que fue recibida en México por los mexicanos la primera caravana migrante que partió de Honduras el 12 de octubre de 2018 posiblemente desaparecerá, y no habrá lugar en México en donde les darán entrada ni les darán comida, y mucho menos dinero. En los humanos, la paciencia tiene un límite, y en México este límite ya ha sido estirado al máximo.

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