martes, 8 de enero de 2019

Honduras como Estado Libre Asociado

¿Tan mala está la situación en Honduras que cantidades enormes de su propia población prefieren largarse en caravanas multitudinarias hacia los EE.UU. que permanecer un segundo más en su propio país? ¿Tan mal viven allí? ¿Acaso Honduras es un verdadero infierno convertido en una versión humana del infierno Satánico? Son miles y miles los nacidos en Honduras que se están saliendo, y ante el anuncio reciente de que se está formando una nueva caravana con unos quince mil migrantes o más en éxodo de esa presunta versión humana del Infierno llamada Honduras, el presidente Trump ha anunciado la posibilidad de declarar una emergencia nacional (la Constitución norteamericana le dá facultades especiales para ello al presidente gobernante) con la finalidad de ordenar por cuenta propia la construcción de un muro fronterizo sin tener los dineros autorizados para ello aprobados previamente por el Congreso estadounidense. Pero tal vez Trump vaya más lejos, ordenando un cierre total de la frontera entre México y Estados Unidos para desalentar tales caravanas, pese al enorme costo que ello implicaría para las comunidades que viven a ambos lados de la franja fronteriza entre México y Estados Unidos, como las ciudades de El Paso (Estados Unidos) y Ciudad Juárez (México).

La histeria anti-mexicana en Estados Unidos está creciendo ante las imágines de miles de latinos procedentes de otros países que ondeando banderas que no son la bandera norteamericana se están amasando con la anunciada intención de ingresar en forma ilegal e inclusive violenta a territorio norteamericano para "instalarse permanentemente". Tales imágenes son equiparadas con lo que históricamente ha sido llamado una invasión. Esta histeria anti-mexicana se dá pese a que esas decenas de miles de invasores potenciales ni siquiera son mexicanos, pero para el norteamericano anglosajón típico todos los morenos venidos del Sur son iguales (hablan Español, son católicos, son indocumentados y llegan ondeando la bandera de otro país).

Resulta muy curioso, como lo muestran las siguientes fotografías:





que las caravanas de indocumentados procedentes de Honduras llegando por miles y entrando por la fuerza a Estados Unidos brincándose la barda fronteriza (en un acto de provocación que saben que constituye una violación a la soberanía de otro país) estén portando y ondeando la bandera del mismo país Honduras al que por otro lado parecen detestar y del cual aparentan que no quieren saber ya nada. Estas visiones podrían ser recordadas imaginando algunas almas que han logrado salir del Infierno (Honduras) llegando a las puertas del Cielo (Estados Unidos) que avanzan ondeando orgullosos la bandera de Satanás, asustando con tal actitud a los ángeles que permanecen viendo detrás de la barrera perplejos ante la llegada de esos visitantes inesperados que reclaman y exijen un lugar para ellos dentro del Cielo (el sueño americano), como si con sus actitudes ambivalentes estuvieran diciendo "ya estoy harto de haber estado viviendo tanto tiempo en el Infierno, me tienen que dejar entrar al Cielo quieran o no, pero de cualquier modo estoy feliz y orgulloso de haber sido un habitante del Reino de Satanás del cual ahora que no estoy en su interior ondeo orgulloso la bandera satánica al exigir mi entrada al Cielo".


Congresistas norteamericanos politiqueros


Tras la muerte de la niña guatemalteca Jakelin Caal de 7 años de edad que estaba bajo custodia de "la migra" norteamericana CBP (Customs and Border Protection), Congresistas miembros de la Asamblea Hispana del Congreso visitaron las instalaciones de la Patrulla Fronteriza en Lordsburg, Texas, para investigar las condiciones del fallecimiento de la menor. Luego de recorrer el lugar por alrededor de una hora, los Congresistas aseguraron que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) tuvo varias fallas sistemáticas que llevaron a la muerte de Jakelin. Aseguraron además que CBP violó las leyes al no notificar al Congreso de manera inmediata sobre la muerte de la menor que estaba en sus custodia. “Hablé con el comisionado de CBP Kevin McAleenan y aceptó que CBP cometió una violación al no notificarnos en menos de 24 horas”, dijo el congresista Joaquin Castro. Además se destacaron que los agentes no cuentan con la preparación, ni el equipo para atender este tipo de emergencias. Ya que de haberlo hecho, si le hubieran brindado ayuda inmediata a la menor probablemente ella seguiría viva. Jakelin murió el pasado 8 de diciembre en un hospital de El Paso, Texas, luego de haberse convulsionado, después de ser detenida junto con su padre en una remota zona del desierto de Nuevo México.

Estos Congresistas miembros de la Cámara de Representantes son unos hipócritas, porque saben perfectamente que el Congreso norteamericano tiene en sus manos varias maneras de poner remedio a las lamentables muertes de niños indocumentados que son llevados a EE.UU. como parte de esas caravanas migratorias. Empecemos con la pregunta: ¿por qué esos miles y miles de infotunados hondureños que buscan escapar de ese país-infierno llamado Honduras lo hacen ilegalmente en calidad de indocumentados? Pues simple y sencillamente porque el Congreso norteamericano desde hace décadas le ha cerrado las puertas del país a esta clase de gente haciendo casi imposible la inmigración legal para una residencia permanente a los procedentes de países latinoamericanos:

* Los hoy indocumentados hondureños no pueden hacer una aplicación de residencia legal en EE.UU. porque no califican para la primera categoría de preferencias que se concede a los que son hijos de ciudadanos norteamericanos.
* Tampoco califican para la siguiente categoría de preferencias otorgada a los que están casados con ciudadanos norteamericanos.
* Aunque Estados  Unidos no tiene un sistema migratorio basado en el mérito, aún si lo tuviera ello no le serviría de nada a los indocumentados hondureños porque en su inmensa mayoría por no decir todos ellos carecen hasta de educación primaria. Los hondureños que están yendo a EE.UU. no son profesionistas (médicos, ingenieros, arquitectos, etcétera), y ni siquiera saben leer ni escribir en su propio idioma, menos en el Inglés.
* La totalidad de indocumentados hondureños carece de recursos económicos para demostrarle al gobierno norteamericano que en caso de ser admitidos no terminarán siendo una carga económica para el país. Si tuvieran cuentas bancarias abultadas, varias tarjetas de crédito, certificados de depósitos de inversión, fortunas materiales comprobables, es dudoso que muchos de ellos optarían por abandonar para siempre a su país de nacimiento para trasladarse a otro país del que no conocen nada, ni siquiera el idioma, excepto la fantasía que algunos grupos promotores de la migración indocumentada como Pueblo Sin Fronteras les han metido y les siguen metiendo en la cabeza con la idea del sueño americano.

El Departamento de Estado norteamericano tiene disponibles una cantidad muy limitada de visas especiales migratorias de ingreso para residencia permanente conocidas como la visa Einstein, la visa EB-1, que está reservada para gente excepcional como Albert Einstein, con la cual inmigró a Estados Unidos una de las esposas de Donald Trump, Melania, en un obvio caso-ejemplo de fraude migratorio ya que ella no es ningún Einstein ni mucho menos. El que una de las esposas del presidente de Estados Unidos haya tenido que recurrir a un fraude de este tipo en su aplicación migratoria de residencia permanente en EE.UU. proporciona una idea de lo difícil que es poder inmigrar legalmente a los Estados Unidos. Por otro lado, en Honduras tal vez no haya nadie que califique para una visa EB-1, ya que de ser así Honduras seguramente no estaría en tan malas condiciones como las que hoy se encuentra por ausencia de talento científico y empresarial.

No es posible entonces que la gente de Honduras pueda acatar el consejo alguna vez dado por el presidente Trump que les recomendó inmigrar legalmente, ya que no hay mecanismos para ello, al menos no para el 99.99 por ciento de la gente que vive en  Honduras.


¿Refugiados?


Los millares de hondureños que participan en las caravanas que han invadido (literalmente hablando) a México tienen un solo propósito: llegar hasta los Estados Unidos para una vez allí pedir "asilo político" y reclamar la condición de refugiados, todo ello con el objeto de recibir de manera inmediata el pasaporte de residencia y permiso en Estados Unidos conocido como la green card, obteniendo rápidamente y sin necesidad de tener que efectuar ningún trámite migratorio legal ante ningún consulado o embajada de los Estados Unidos un documento para el cual la mayoría de ellos no son elegibles y que aun siendo elegibles les llevaria muchos años obtener. El argumento usado por ellos es que son refugiados.

¿Pero realmente son refugiados que estén huyendo del país porque el gobierno los esté persiguiendo? En México casi nadie se traga ese cuento, si se lo quieren tragar los norteamericanos eso es asunto de ellos. Ninguno de los hondureños que ha decidido hacer sus maletas para largarse de Honduras para siempre sabe manejar un arma de fuego, ni siquiera una pistola, así que resulta poco creíble la posibilidad de que se trate de héroes revolucionarios (como en su tiempo lo fueron Eden Pastora, Emiliano Zapata, y Augusto César Sandino) en contra de los cuales el gobierno de Honduras haya expedido ordenes de arresto con virtuales sentencias de muerte en caso de ser capturados. Todos ellos se pueden salir para siempre de Honduras y se pueden regresar cuando les venga en gana, al gobierno de Honduras poco le importa lo que quieran hacer con sus vidas porque sus vidas por lo visto no le importan al corrupto gobierno de  Honduras.

Si el argumento de que los hondureños de hoy están huyendo a causa de la violencia fuera válido, entonces cientos de miles de mexicanos podrían haber reclamado en el pasado al gobierno norteamericano la misma receptividad norteamericana mostrada hoy hacia los hondureños tras la guerra contra el narco que declaró el presidente Felipe Calderón. Pero tal cosa no ocurrió porque la gran mayoría de mexicanos merecedores de tal consideración sabían que las probabilidades de ser acogidos con el argumento de estar huyendo de la violencia en México eran cero. Nunca hubo caravanas de mexicanos huyendo en miles como las que hoy vemos de centroamericanos huyendo hacia Estados Unidos.

Pero si no son refugiados huyendo con sus familias de la persecusión política, ¿entonces que son? Pues son refugiados económicos, gente que simplemente busca mejorar sus condiciones económicas y su nivel de vida.

El último argumento usados por los organizadores de las caravanas migrantes, de tipo religioso para hacerlo más aceptable, es que Jesus, María y José fueron migrantes, lo cual es cierto. Sin embargo, los miembros de la Sagrada Familia tuvieron una razón perfectamente válida y legítima para abandonar su lugar de residencia y trasladarse a Egipto sin ser refugiados económicos: de acuerdo con las Escrituras habían sido advertidos por un ángel de empacar todas sus cosas y salir de inmediato porque el Rey Herodes se preparaba para llevar a cabo la matanza de los inocentes con la intención de matar a Jesús. Al gobierno de Honduras no le importan cuantos nazcan ni cuantos mueran como tampoco tiene programa alguno para ordenar el genocidio de recién nacidos como tampoco tiene siquiera programa alguno de planificación familiar que les permita a todos el poder planificar el tamaño de sus familias.

Cero refugiados en el sentido etimológico estricto de la palabra. Se trata ni mas ni menos de irse al país del dólar a ganar dólares, negándose a "tomar su lugar en la fila" y saltarse todas las trancas violentando incluso la soberanía de otros países como ha ocurrido con Guatemala y con México que han terminado siendo víctimas de la corrupción en Honduras, el mayor país productor de pobreza y miseria en el continente americano. Todo sea por cumplir el sueño americano, sucumbiendo a la fantasía de que en EE.UU. los dólares se dan en los árboles y se pueden barrer con una escoba.


El mito de la bienvenida dada por Enrique Peña Nieto


La presencia de miles y miles de migrantes centroamericanos que ingresaron sin mayores problemas a México en calidad de indocumentados en su viaje hacia los Estados Unidos ha reforzado la creencia entre muchos de ellos de que el presidente Enrique Peña Nieto era un hombre generoso que los quería ayudar en su intento por irse a Estados Unidos permitiendoles usar a Mexico como trampolin. Pero en realidad Peña Nieto no tenía otra opción, en virtud de un pacto que los gobiernos emanados del PRI y del PAN subscribieron con la ONU para darle a los migrantes indocumentados un trato preferencial incluso mejor que el trato que el gobierno de México les da a las propias comunidades indígenas de México. La ONU impone a paises como Mexico el refugio obligatorio de migrantes indocumentados como la Caravana que recientemente llegó a Tijuana exigiendo comida y techo del gobierno y hasta poniéndose los moños como la hondureña Miriam Celaya tal vez indignada por no haber recibido el trato preferencial que la ONU exige a los paises cuyos gobiernos han suscrito tales tratados. La ONU prohibe ademas las deportaciones en masa y es por ello que la Caravana de Migrantes en Mexico ha sido tolerada a pesar que los centroamericanos reniegan de las leyes y policias mexicanas.

Quizá aprendiendo de la experiencia mexicana, el presidente Bolsonaro de Brasil ha rechazado el pacto migratorio impuesto por la ONU y ha declarado que su país no recibirá migrantes indocumentados sin cumplir las leyes nacionales. En efecto, el presidente Jair Bolsonaro de Brasil ha rechazado el pacto migratorio impuesto a las naciones para que se obliguen a recibir indocumentados de todas las naciones en violación incluso de las propias leyes nacionales. Bolsonaro ha dicho que no permitirá el acceso de ilegales que no canten el Himno Nacional ni cumplan con las leyes locales. Bolsonaro es partidario del presidente estadounidense Donald Trump. “Si controlamos quién entra a nuestros hogares, ¿Porqué debería ser distinto con Brasil como nación?”. El gobierno saliente de Brasil firmó el pacto de la ONU semanas antes de que Bolsonaro asumiera el cargo el 1 de enero de 2018. Tan pronto como se firmó el acuerdo en Marruecos, el entonces presidente electo aseveró que su gobierno lo desecharía.

Ya está en formación una nueva caravana de unos 15 mil centroamericanos o más que se espera que acatando los dictados de la ONU será recibida en Mexico con puertas y abrazos abiertos, y tal vez vendrán tras ella unas cien caravanas más hasta que Honduras deje de existir como nación al quedarse sin pobladores.


Honduras: Estado Libre Asociado


Ante la imposibilidad práctica de que Estados Unidos le abra sus puertas de par en par a todos los hondureños (actualmente hay alrededor de diez millones de habitantes en Honduras) permitiéndoles a todos ellos ingresar concediéndoles sin necesidad de trámite alguno la green card (tarjeta verde) que les de permiso de poder vivir legalmente y poder trabajar en Estados Unidos, es hora de considerar nuevas opciones que antes no habían sido consideradas.

Hay otra solución más práctica al dilema que están presentando las caravanas migratorias de miles y miles de hondureños que ya se hartaron de vivir en su país de origen. Y esta

solución consiste en otorgarle a  Honduras el mismo estatus que el que actualmente se otorga a Puerto Rico, como Estado Libre Asociado. De este modo, los hondureños podrían

ser todos ellos ciudadanos norteamericanos sin tener que abandonar su país. Tendrían derecho a recibir un Número de Seguro Social y con ello asistencia alimentaria (cupones de comida, welfare), asistencia médica (Medicare, Medicaid), asistencia de todo tipo. Recibirían lo mismo que lo que hoy están recibiendo en territorio norteamericano aquellos indocumentados hondureños que ya lograron meterse y ya se están quedando a vivir en Estados Unidos, pero con una diferencia importante: se acabarían de tajo los atractivos para hacer la peligrosa travesía de miles de kilómetros que hoy están haciendo, y se quedarían a vivir en Honduras. ¿Para qué arriesgarlo todo, incluyendo la pérdida de los hijos, si se puede obtener lo mismo quedándose en el país de origen en lugar de batallar yendo en calidad de indocumentado hasta el territorio norteamericano?

Económicamente hablando, tal vez le salga a Estados Unidos mucho más barato el darle a los hondureños la misma condición que la que hoy les dá a los boricuas de Puerto Rico, porque los hoy hondureños aspirantes a indocumentados se quedarían a vivir en Honduras en donde muchas cosas son mucho más baratas que lo que son en Estados Unidos (empezando por el costo de las viviendas). A como están las cosas, parece que casi todos los que viven en Honduras se están preparando para moverse a los Estados Unidos, y una asimilación de este tipo está fuera de cualquier presupuesto inclusive de un país como Estados  Unidos. Ni siquiera tras el final de la Segunda Guerra Mundial se llevó a cabo una relocalización como esta en los números de los que hoy estamos hablando.

Lo único que se requeriría previamente para poder conceder a Honduras el estatus de Estado Libre Asociado como hoy lo tiene Puerto Rico es que los hondureños se organizaran primero para llevar a cabo un referéndum nacional para pedirle a Estados Unidos este tipo de anexión. Esto supone que son muchos más los que se quieren salir de Honduras para irse a vivir a (tal vez el 99.99 por ciento de la población) que los que se quieren quedar a vivir en Honduras (tal vez el 0.01 por ciento de la población, o sea los de clase media rica acomodada, ese 0.01 por ciento de los que viven a expensas del 99.99 por ciento). Si los que viven en Honduras se han podido organizar para formar caravanas de éxodo con miles y miles de indocumentados, deberían de ser capaces de poder organizarse para realizar tal referéndum.

Una vez hecho lo anterior, de parte del Congreso norteamericano se requeriría que los Congresistas norteamericanos expidieran una ley como la Ley Jones-Shafroth. Esto lo pueden hacer los Congresistas en cualquier momento que les venga en gana, nada se los impide, la Constitución ciertamente no se los prohibe.

Si Puerto Rico no fuera un Estado Libre Asociado como lo es hoy, es posible que cientos de miles de portoriqueños se habrían trasladado a Estados Unidos en calidad de indocumentados, creando numerosos problemas de control y ayuda asistencial. Le ha salido a Estados Unidos mucho más económico el haberle dado a Puerto Rico tal condición de Estado Libre Asociado que si le hubiera mantenido cerradas sus fronteras como lo ha hecho con México, con Venezuela, con Colombia y muchos otros países del continente americano.

¿Y qué tendría que ganar Estados Unidos con asimilar a Honduras como Estado Libre Asociado? Actualmente con el status quo no ha ganado nada abriendo las puertas de par en par a los indocumentados hondureños que ya están entrando en territorio norteamericano, pero si Honduras acepta la condición de desaparecer como país integrándose a Estados Unidos como Estado Libre Asociado al igual que Puerto Rico, entonces por primera vez Estados Unidos tendría la oportunidad de poder crecer territorialmente en forma pacífica sin necesidad de tener que llevar a cabo una invasión abierta como lo hizo con México y sin necesidad de tener que gastar una sola bala. Estados Unidos podría apropiarse de las paradisiacas islas de Roatán, Utila, Guanaja y Cayos Cochinos,  Estados Unidos podría instalar en Honduras bases militares como las que ha tenido en otras partes del mundo que alguna vez le fueron útiles. Falta ver si los hondureños deciden dar este paso; aunque los que han salido ya de Honduras en cierta forma ya lo dieron al renegar de la vida que tuvieron en el país que los vió nacer y al cual ya no quieren regresar; les sería lo mismo seguir viviendo en Estados Unidos que vivir en un Honduras norteamericanizado.

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