El mismo Pancho Villa, líder revolucionario de Chihuahua, no titubeó un solo momento cuando se enfrentó con sus tropas al chacal golpista Victoriano Huerta pese a la incuestionable superioridad de las tropas federales huertistas sobre las tropas del General Villa conformadas por gente ordinaria del pueblo que compensaba su falta de armamento con el valor que les inspiraba su valeroso General, con el resultado final de que un acobardado General Huerta terminó huyendo a los Estados Unidos dejando solos a los soldados huertistas cuyo ánimo decayó con la huída cobarde de Huerta hacia el extranjero.
En la actualidad, Chihuahua padece a un delirante gobernador que, ni siquiera habiendo nacido en México, se la pasa delirando creyendo que su siguiente escalafón político que cree tener muy merecido es la presidencia de México. Sus numerosos defectos de carácter ya han sido cubiertos de sobra por otros periodistas y articulistas como para tener que repetirlos aquí. En esta entrada, lo relevante es que, en su obsesión enfermiza por convertirse en presidente de México, desde que empezó su funesta gubernatura se convenció a sí mismo de que para darle impulso propagandístico y mediático a su alocada carrera en pos de la presidencia, lo mejor sería "coronarse" a sí mismo como el epítome del valor, como si fuera el hombre más valiente de Chihuahua, más valiente que todos juntos, más intrépido y más arrojado que nadie antes de él, y con tal ilusión en mente inventó lo que sería su "bandera de campaña", el lema:
UNIDOS CON VALOR
O sea, que si él es la viva representación del valor, "unidos" con valor significa estar "unidos" en torno al valeroso gobernador de Chihuahua apoyándolo en todo lo que se pueda ofrecer para facilitarle usar a Chihuahua como trampolín político para saltar (como el buen "grillo" que siempre ha sido) hacia la presidencia de México. Las siguientes fotografías son apenas unas cuantas que muestran cómo el lema corralista "Unidos con valor" lo acompaña por dondequiera que va:
Él, Javier Corral, en su mente enferma, es la viva personificación del VALOR, así en letras mayúsculas, así lo pregona a los cuatro vientos, y todos los demás a su alrededor no son más que unos apocados en comparación con la sola "mirada valerosa" con la cual (supuestamente) hace correr a sus enemigos presas de pánico.
Esta jactancia de un supuesto valor del cual se carece ya había sido tratada previamente en esta bitácora en la entrada Dice que su nombre es VALOR publicada el año pasado el 28 de Agosto de 2019, y el despilfarro escandaloso para presumir en todos los edificios públicos propiedad del estado de Chihuahua y en toda la papelería oficial un colosal VALOR del que tanto se vanagloria el pedante gobernador solo ha aumentado pese a la crisis financiera que se vive en el estado de Chihuahua por la mala administración financiera con el tesoro público derrochado en promociones de imagen. El reportaje que desenmascara al "valeroso" gobernante como un COBARDE que le tiene miedo hasta a las cucarachas y los ratones que se le meten a su oficina, es un testimonio que llega muy a tiempo para empezar a descarrilar las pretensiones presidencialistas del gobernador Javier Corral sobre las cuales está trabajando noche y día sin punto de reposo.
Bueno, una cosa son las fantasías de un hombre enfermo de poder, y otra cosa muy diferente lo que cualquier psiquiatra podría diagnosticar con tan solo platicar unos cuantos minutos con el ególatra narcicista acosado por complejos de superioridad que nunca pudo ni supo cómo superar. Un desmentido público a "tanto VALOR" que apareció publicado a plana completa en el siguiente editorial del Domingo 12 de Abril de 2020 demostró cómo fue más que suficiente un pequeño bicho de forma esférica con lancetas puntiagudas en su superficie que no mide ni siquiera una millonésima de centímetro para infundirle un terrible pánico al "hombre que no le teme a NADA" haciendo que su frente se perlara de sudor y el nerviosismo incontenible apareciera en su rostro en un rictus de angustia:
No entró al hospital; lo paralizó el miedo
No es lo mismo armar la guerra desde un escritorio y mediante discursos incendiarios que llegar al auténtico campo de batalla
La Columna de EL DIARIO
Domingo 12 de Abril, 2020
Tuvimos el lunes un ejemplo más sobre la falta de preparación, valor y carácter para ejercer el cargo. No es lo mismo armar la guerra desde un escritorio y mediante discursos incendiarios que llegar al auténtico campo de batalla.
Quiso el lunes el gobernador del estado, Javier Corral, grabar un spot para radio y televisión desde un escenario donde los ejércitos chihuahuenses de la salud exponen sus propias vidas para tratar de salvar a sus semejantes del temido e infeccioso coronavirus, el Covid-19.
Fue preparada toda la comitiva de rigor. Fotógrafos, camarógrafos, convoy de vehículos blindados, escoltas, policías, reporteros, maquillistas... Abordaron las camionetas afuera de Palacio de Gobierno y se encaminaron al conocidísimo en Chihuahua Hospital Central, un viejo edificio prerrevolucionario pionero en el país para la enseñanza de la enfermería a mujeres.
Ese día pardo, todavía frío, primero de Semana Santa, fue también el primero del auténtico suplicio que empezó a sufrir la población al desatarse los contagios comunitarios y registrarse las primeras muertes por Covid-19.
Por decisión propia o por consejo de sus asesores, Corral llegó únicamente hasta las afueras del Central, dudó por unos minutos y trémulo de miedo ordenó dar la vuelta y regresar a la seguridad de su cuartel, a Palacio. Adentro del hospital se quedó el personal esperándolo y algunos técnicos y camarógrafos de Comunicación Social.
El spot era importante no únicamente por las medidas de cuidado contra el virus que serían anunciadas desde ahí, sino porque mostrarían a un gobernador, a un general, liderando en el campo de los hechos, la batalla contra la pandemia.
Quizá observó Corral en esas alucinaciones producidas por el miedo no las puertas del Hospital Central, sino la entrada de una bóveda oscura vigilada por celosos y asesinos guardias del coronavirus que automáticamente lo matarían con su aliento de sólo acercarse a ellos.
Trémulo de terror volvió sobre sus pasos, dejando ahí a su personal de ayuda y a todos los héroes del nosocomio cumpliendo a cabalidad con su deber. El Central, por si fuera poco, acababa de ser designado hospital concentrador para enfermos de coronavirus.
Ésa es la dimensión del gobernador que tiene Chihuahua. Ese spot sería lo más cercano a demostrar algo de liderazgo para proteger a sus gobernados del apocalíptico virus.
Fue todo lo contrario, terminó grabando en la cómoda soledad de un amurallado Patio Central de Palacio sin una sola alma más que el equipo de producción.
“Estimadas paisanas y paisanos chihuahuenses... desde que nos enteramos de la aparición del coronavirus en el mundo y particularmente de la llegada a nuestro país, en el Gobierno del Estado de Chihuahua nos preparamos para fortalecer nuestras capacidades hospitalarias de atención médica...”.
Mentiras piadosas que en boca del principal responsable sanitario en la entidad se escuchan como pretextos de una omisión criminal por inactividad durante tres largos meses.
Es imposible ocultar la indolencia de un líder que por más de 90 días, obligados de preparación, abordó las aeronaves estatales para ir y venir a México en la más completa irresponsabilidad y ocupó su tiempo en otros menesteres, menos en lo que debía.
***
Si volteamos la vista un poco atrás, el mundo entero se convulsionaba con un nuevo virus que provoca una muerte casi inmediata por colapso pulmonar, con síntomas muy similares a la influenza. Eran finales de diciembre, principios de enero.
En esas fechas postdecembrinas, el gobernador Corral andaba seleccionando harina y levadura, preparando los utensilios necesarios para hornear en su polémica vivienda y su también controversial nuevo patio, en busca de deleitar el paladar del presidente López Obrador, delantal incluido, para pasar el trago amargo de abucheo en el evento público previamente por ellos encabezado.
Para febrero el ataque a sus escoltas a las afueras de El Campanario (en Chihuahua) y el maquillaje para spots estilo hollywoodense ocuparon su tiempo, porque en marzo presentó su informe de gobierno, el tercero, aún con luto y alguna lágrima por el deceso de su entrañable Greta (alguien lo tuvo que convencer de no dar la orden de que todas las banderas del estado de Chihuahua fueran puestas y ondeadas a media asta en señal de duelo oficial).
Tiempos, pese a todo, felices, de extravío en su principal quehacer, que es gobernar. Seguía acumulando millas aéreas en la más completa inocencia. De pronto, en medio de la crisis por el agua en La Boquilla, ya no se pudo disimular más la emergencia que venía, y debió autorizar la suspensión de actividades y plan emergente por el Covid-19. La realidad lo alcanzó en su devaneo.
No hay registro alguno de preparación para la crisis sanitaria. Los hospitales y el personal estaban condenados a seguir trabajando con insuficiencias de medicamento, carencias de insumos, bajos sueldos, prestaciones nulas.
Al menos cada semana de protestas por esa razón. Así fueron enviadas a la guerra, sin fusil, cientos de personas que en trinchera arriesgan su vida 24 horas al día sin descanso alguno.
Un Sector Salud vilipendiado, con cientos de despidos, incluidos médicos especialistas, y un entorno de incertidumbre por la negativa de entrar al convenio de Insabi en los términos impulsados por la Federación, con todo lo que ello implica en recursos financieros.
Ahorcado, sin liquidez, el panorama se volvió negro.
La única salida era el recorte del afamado plan de inversión, echando mano de 700 millones, cantidad insuficiente para el gasto inmediato, necesario e indispensable en salud, por el abandono de tres años.
En virtud de ello fue por la tijera para regresar dinero presupuestal de organismos autónomos y poderes, que habían hecho esfuerzos de austeridad y que ahora son castigados por el dispendio del obeso aparato central. Hasta con coperacha obligada a mandos medios y personal de todos los niveles con raquítica compensación.
Ése es el nivel de planeación del estadista que gobierna la entidad, y que a la primera abandona a la infantería a su suerte con el pavor siquiera de pisar trinchera. Lleva tres años y medio repitiendo la popular del más vale aquí corrió que aquí quedó frente a cualquier obstáculo; la inseguridad, otro de ellos.
Se agrava el panorama, con un Gobierno federal que se hizo el occiso y que enfrenta sus propios demonios, con capitales pecados en la impreparación y medidas tardías.
***
La ausencia de liderazgo e indecisión del gobernador genera desconcierto que baja hasta los primeros niveles del combate a la pandemia. Sus comandantes han fracasado en su misión de comunicar puntual y rigurosamente.
Los datos están desactualizados, existe confrontación en el manejo y consolidación estadística, que añade mayor desorden.
Incluso, en el drama humano, las familias de los pacientes no son informadas. Ante el desenlace fatal, quién sabe si les entreguen los cuerpos, o cuando menos las cenizas para darles sepultura y llorarlos como es debido en la cultura mexicana.
Si no fuera tan dramático el momento en que vivimos, es de risa lo que ocurrió con el gobernador el lunes pasado con el mencionado propósito de echar pies en polvorosa y cancelar la grabación del intrépido corto publicitario.
Es un mensaje gravísimo. Alienta la anarquía y con ella produce altos costos para la vida social y económica.
Ha sido Corral irremediablemente omiso en las condiciones sanitarias siquiera de su personal cercano, el de cocina del salón 25 de Marzo, sus escoltas, los funcionarios que lo rodean.
Igual que a nivel nacional, en medio de la emergencia, Corral y sus lugartenientes son renuentes a medidas de sanitización que algún beneficio pueden tener, como guantes, mascarillas, cubrebocas, túneles de aspersión, entre un largo etcétera, que por fuerza han tenido que ser adoptados en otras latitudes, incluso cercanas.
Pero en Chihuahua, el gobernador añora las escapadas a algún campo de golf paradisíaco o el uso de un buen rival con cancha aunque sea de arcilla.
Aun en la crisis no pone pies en tierra, mientras todo a su alrededor arde.
Es tanto el terror que le inspira el Coronavirus a Javier Corral que incluso en la presentación faraonica de su "Plan Emergente de Apoyo y Protección a la Salud, Empleo e Ingreso Familiar" (en realidad no había absolutamente nada de que informar porque el gobernador de Chihuahua ha despilfarrado el poco dinero que había en las arcas públicas paseándose en vuelos oficiales de lujo tanto en su jet oficial Cessna Citation CJ3 como el helicóptero Bell 429) exigió que los pocos asistentes que fueron admitidos al faraonico "informe" de su "Plan Emergente" estuvieran separados todos ellos y sobre todo del valiente gobernador por más que la "sana distancia", con instrucciones precisas de echar inmediatamente fuera del recinto a cualquiera que empezara a toser o estornudar:
En realidad, a estas alturas estas publicaciones ya no sorprenden a nadie. Abundan relatos reproducidos tanto en las redes sociales como en los medios masivos de comunicación que han revelado que el "más que valeroso gobernador Corral" tiene tanto miedo no solo de salir a la calle sino de aquellos que puedan tratar de acercarse a él con aviesas intenciones como robarle la cartera o insultarlo en su propia cara, que a un gran costo para el erario público de Chihuahua, tiene a su alrededor las 24 horas del día un pequeño ejército de 150 agentes ministeriales (disimulados, vestidos de civil, pero bien armados) y por lo menos veinte patrullas cuidándolo noche y día repartidos en tres círculos concéntricos de protección impidiendo que nadie, absolutamente nadie, se pueda acercar a él si no está plenamente identificado y si no ha podido penetrar el primer círculo de protección, y cualquiera que logre ingresar al Palacio de Gobierno en la Ciudad de Chihuahua que no cuente con autorización y cita previa deberá enfrentar al círculo más interno con custodios con órdenes de "tirar a matar" y hacer todo lo que sea necesario aún a costa de sus vidas para "proteger la vida del HOMBRE más valioso y más VALEROSO de todo el estado de Chihuahua, ¡nada menos que TODO UN HOMBRE!". De ese tamaño son las incongruencias del demente megalómano que por dondequiera que va porta su inseparable lema "Unidos con VALOR".
Una de las señales más claras del COBARDE es que suelen padecer de lo que los psicólogos llaman delirios de persecusión. El gobernador de Chihuahua a cada momento deja rastros y huellas de esto:
MACLOVIO Y JAIME, «CÓMPLICES»
El delirio de persecución de Javier
Portal LaTorreFuerte.com
Por Mario Hector Silva
12 de Abril, 2019
El gobernador de Chihuahua, Javier Corral sufre un grave “delirio” de persecución por parte de los medios de comunicación. Especialmente de quienes lo cuestionan en su ejercicio al frente de la administración pública de Chihuahua.
Se lanzó ahora en contra del periódico La Jornada, a quien acusó de calumniar, inventar y distorsionar cínicamente, dijo en referencia a las recientes publicaciones en torno al Poder Judicial de Chihuahua, donde el mandatario ha sido cuestionado por su injerencia, tal y como lo referimos desde hace días aquí en Torre Fuerte.
Escribió en twitter: “Asi de ridículo, grotesco y panfletario el nivel de falsificación y mentiras de @LaJornada en contra de mi persona. Calumnian, inventan, distorsionan cínicamente”.
“Me supongo que ahora en la 4T se sienten más impunes. ¿Quién está alentando (o pagando) estos ataques en mi contra?”, añadió.
Curiosamente no es la primera ocasión en que el gobernador de Chihuahua se lanza en contra de los medios de comunicación. Lo ha hecho en contra de El Diario en varias ocasiones y lo hizo también en contra del periódico El Universal de la capital.
Y dicen que por la víspera se conocen los días. El gobernador de la entidad está teniendo serios problemas de salud mental.
El delirio, es en psiquiatría, delirio (del latín de-lirare, «salir del surco al labrar la tierra») un síntoma propio de las psicosis.
Y alguien debe ayudar al pobrecito del gobernador de Chihuahua, porque el sólo hecho de reaccionar de esa manera, con acusaciones directas en contra de medios que no le han favorecido en la política editorial, y muchas veces sin motivo alguno, es un mal presagio de que el mandatario no está bien de sus facultades mentales.
Carga con un delirio de persecución en su contra por parte de los medios de comunicación, quienes simplemente realizan la tarea de informar y difundir las acciones del gobierno.
El corresponsal de La Jornada, Rubén Villalpando, dijo ayer mismo que podría presentar en breve una “demanda preventiva” en contra del gobernador de Chihuahua, por las respuestas y la reacción del mandatario, cuyas palabras fueron grabadas.
“Lo tomo como amenaza y creo que voy a presentar una demanda preventiva”, dijo el periodista a través de redes sociales.
No, no hay ejércitos de revolucionarios armados que en estos momentos estén rondando para tratar de derrocar al virtual tirano Javier Corral pese a que hay razones de sobra para justificar una rebelión en contra suya al haber cerrado Javier Corral las puertas (con la ayuda de magistrados corralistas y funcionarios corralistas impuestos por él mismo) a la posibilidad de aplicarle una revocación de mandato. Esto sin importar que, cuatro años atrás en Octubre de 2016 el coordinador de los legisladores del PAN, Miguel de la Torre Sáenz, se había pronunciado a favor de que a nivel nacional se pudiera legislar en 2017 por instituír la figura de revocación de mandato, figura incluída en la Ley de Participación Ciudadana en términos tales que deliberadamente fuera imposible la remoción de Javier Corral de la gubernatura (con un índice de aprobación que lo coloca entre los gobernadores peor evaluados de todo México, por dignidad propia ya debería de haber renunciado sin que nadie se lo pidiera.)
Obvio, el pedante y jactansioso "gobernador cuyo nombre es VALOR" jamás permitirá ser echado por nadie de la gubernatura, porque si tal cosa ocurriera ya no podría aspirar a ser lanzado por el partido del bolillo (PAN) ni por nadie como candidato a la presidencia de México, su nada nueva obsesión enfermiza sobre la cual no deja de trabajar y maquinar intrigas a todas horas del día.
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