Todos en algunos momentos extenuantes en nuestras vidas hemos enfrentado situaciones en las que la ardua tarea que estamos llevando a cabo sin recompensa inmediata parece no tener fin, o en las que todo parece estarse viniendo abajo, o en las que nuestros problemas económicos o problemas familiares o problemas de salud parece que no terminarán jamás, trátese del estudiante de secundaria que está presentando sus exámenes finales y que ve muy lejano el día en el que pueda completar una carrera profesional teniendo que someterse en el camino intermedio a muchos otros exámenes y presentar muchas otras tareas escolares que no parecen acabar, o el escritor de un libro voluminoso que duda que tendrá vida o salud suficiente para ver terminada su obra literaria, o el científico que acumulando fracaso tras fracaso empieza a dudar que logrará descifrar el misterio de lo que está investigando, o el funcionario o político agobiado por problemas inesperados que le han llevado a una encrucijada, o el empresario cuya fábrica se acaba de incendiar y descorazonado ve en los rescoldos dejados por las llamas la dura tarea de tener que comenzar de nuevo.
En todos estos casos, puede resultar fortalecedor repasar un breve poema que nos ha dejado el escritor británico Rudyard Kipling, un poema conocido en muchas partes ya sea bajo el título "Cuando vayan mal las cosas" o bajo el título "¡No claudiques!":
¡No claudiques!
Cuando vayan mal las cosas
__ como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino
__ sólo cuestas que subir,
cuando tengas mucho haber
__ pero mucho que pagar,
y precises sonreír
__ aun teniendo que llorar,
cuando ya el dolor te agobie
__ y no puedas ya sufrir,
descansar acaso debes
__ pero nunca desistir.
Tras las sombras de la duda,
__ ya plateadas ya sombrías,
puede bien surgir el triunfo,
__ no el fracaso que temías,
y no es dable a tu ignorancia
__ figurarse cuán cercano,
puede estar el bien que anhelas
__ y que juzgas tan lejano,
lucha, pues por más que en la
__ brega tengas que sufrir.
¡Cuando todo esté peor,
__ más debemos insistir!
Si en la lid
__el destino te derriba,
si todo en tu camino
__es cuesta arriba,
si tu sonrisa
__es ansia insatisfecha,
si hay faena excesiva
__y vil cosecha,
si a tu caudal
__se contraponen diques,
date una tregua
__pero ¡no claudiques!
domingo, 29 de junio de 2008
lunes, 23 de junio de 2008
Dos números desiguales... ¿son iguales?
Muchas veces cuando llevamos a cabo cualquier tipo de razonamiento, al llevar a cabo dicho razonamiento apegándonos a lo que parecen ser principios verdaderos e indiscutibles, y al aplicar una lógica rigurosa sobre dichos principios, creemos que las conclusiones que obtenemos a partir de dicho razonamiento deben ser siempre ciertas, incuestionables, fuera de toda duda. Esto lo hacemos cotidianamente en muchas situaciones, así sea de manera subconsciente. Pero nuestra confianza en muchas conclusiones que obtenemos suele ser socavada al diferir lo que obtenemos en la práctica con los resultados que teóricamente esperábamos obtener. Estas desilusiones son frecuentes en cualquier ámbito del saber humano. El "padre" del comunismo, Karl Marx, creía haber encontrado un sistema económico casi ideal, y sin embargo al poco tiempo de instalarse los bolcheviques en el poder en Rusia varios de los principios de su doctrina tuvieron que ser modificados porque la realidad de los hechos no concordaba con lo que había predicho Marx, empezando por el hecho de que Marx creía que los países capitalistas por excelencia como Estados Unidos y Gran Bretaña serían los primeros en "evolucionar" hacia el comunismo antes que los demás países, lo cual no ocurrió. Fue así como el marxismo se convirtió en marxismo-leninismo al ser actualizados varios de los postulados del comunismo por el líder revolucionario Lenin. Sin embargo, el paso de los años no produjo el "paraíso de los trabajadores" que había anticipado Marx, sólo logró producir un estado controlado por una burocracia gigantesca en el que no era posible planificar una economía controlada de modo que pudiese superar los niveles de vida obtenidos en países no-comunistas como Canadá, Nueva Zelandia, Gran Bretaña y el mismo Estados Unidos. Por siete décadas varios dogmas básicos del comunismo fueron modificados una y otra vez hasta que llegó el momento en que el experimento no podía ser sostenido por más tiempo sin enviar a la bancarrota a todos los países pertenecientes al bloque soviético, teniéndose que abandonar dicho modelo para adoptar una economía de libre mercado.
No sólo en las ciencias sociales se cometen yerros de juicio en la aplicación de razonamientos que parecen carecer de todo defecto. En muchas otras áreas ocurre lo mismo, áreas tales como la biología en la cual por mucho tiempo se creyó sinceramente en la validez del principio de la "generación espontánea" que fue derruído por el eminente científico francés Luis Pasteur, o la ciencia de la termodinámica en la cual por buen tiempo se creyó en la validez de esa extraña substancia conocida como el "calórico" usada para explicar los fenómenos propios de la termodinámica. Los pasos falsos en la obtención de conclusiones y creencias falsas llegan a tal grado que inclusive en las matemáticas, la reina de las ciencias, se pueden cometer involuntariamente yerros fatales al partir de prédicas verdaderas al aplicar una serie de pasos en alguno de los cuales casi sin darnos cuenta erramos fatalmente obteniendo puros absurdos en todos los pasos posteriores. Esta es la razón por la cual en toda demostración matemática se suele aplicar un rigorismo que para muchos principiantes puede parecer injustificado. El rigor utilizado en prácticamente cualquier demostración matemática que se lleve a cabo tiene un por qué, tiene una razón importante para ello, y es precisamente el evitar obtener conclusiones falsas a partir de razonamientos verdaderos.
A continuación veremos una demostración matemática en la cual partiremos de una premisa verdadera, e iremos aplicando pasos lógicos que, pese al cuidado puesto en nuestros razonamientos, nos llevará a un resultado fatalmente erróneo. Es la demostración de que...
Teorema: Dos números desiguales son iguales.
Empezaremos con una igualdad matemática con la cual afirmamos que, dado un número entero a mayor que la unidad:
a = b + c
Este número a podría ser un número como 7, el número b podría ser un número como 3 y el número c podría ser un número como 4.
Lo que hemos afirmado aquí es que todo número entero a mayor que la unidad puede ser descompuesto en la suma de dos números enteros b y c. Esto es tan claro y tan obvio a la razón, que ciertamente nadie podría ponerlo en tela de duda.
Ahora multiplicaremos ambos miembros de la anterior igualdad por la cantidad a-b. Esto es un paso algebraicamente válido, se trata de un paso que siempre podemos llevar a cabo. Si no pudieramos hacer algo tan elemental como esto, el álgebra en su totalidad no nos serviría de nada. No podemos negar la validez de este paso sin negar la validez y la utilidad de la misma álgebra:
a • (a - b) = (b + c) • (a - b)
Llevando a cabo la multiplicación en cada lado de la igualdad, lo que llamamos el "remover los paréntesis", obtenemos lo siguiente de acuerdo con las reglas universales básicas del álgebra:
a • a - a • b = b • a - b • b + c • a - c • b
a2 - a • b = a • b - b2 + a • c - b • c
En este último paso, hemos aplicado el principio más básico de la multiplicación que nos dice que en toda multiplicación el orden de los factores no altera el producto, principio que se enseña en todas las escuelas desde los grados más elementales, con lo cual b•a=a•b y c•b=b•c. Ciertamente, no habrá nadie que nos podrá objetar esto.
A continuación, reacomodamos el término a•c en el lado derecho de la igualdad, lo cual también siempre podemos hacer ya que en toda suma la representación de la suma de los números m y n ya sea como m+n o como n+m denota exactamente lo mismo. Aquí tampoco nadie podrá objetar la validez de este paso:
a2 - a • b = a • b + a • c - b2 - b • c
Hasta aquí hemos aplicado una lógica impecable, inobjetable. Creemos estar absolutamente seguros de no haber incurrido en ningún error.
En el siguiente paso, restaremos de ambos miembros de la igualdad la cantidad a•c. Este paso también es perfectamente válido, ya que los mismos axiomas de la lógica de la aritmética nos dicen que si a iguales les restamos iguales la igualdad no se altera. En el lado derecho de la anterior igualdad, esto equivale a cancelar el término a•c, lo cual equivale a pasarlo hacia el lado izquierdo de la igualdad con el signo contrario:
a2 - a • b - a•c = a • b - b2 - b • c
Ahora llevaremos a cabo una factorización, sacaremos un factor común de ambos miembros de la igualdad, el factor a-b-c. Este paso es también perfectamente válido y reversible, ya que para obtener el paso previo sólo tenemos que volver a multiplicarlo por los términos de los cuales fue factorizado:
a • (a - b - c) = b • (a - b - c)
Tenemos aquí tanto del lado izquierdo de la igualdad como del lado derecho de la igualdad el mismo factor común, a-b-c. Podemos cancelar dicho factor común de ambos lados de la igualdad, lo cual equivale a dividir ambos lados de la igualdad entre a-b-c. Al hacer esto, estamos diciendo que si ambos miembros de una igualdad matemática son divididos entre la misma cantidad, la igualdad no se altera. Ciertamente, es difícil argumentar algo en contra de esto:
a = b
Pero al llegar a esta conclusión, nos damos cuenta de que algo anda mal, muy mal. Este resultado nos dice que el número a es igual al número b. Pero habíamos partido del supuesto de que los números a y b eran desiguales, de que el número a era igual a un número b sumado a un número c.
Si hemos de darle credibilidad a lo que acabamos de obtener, dos números desiguales son iguales.
Esto podría ser más que suficiente para destruír nuestra confianza en las matemáticas, la reina de las ciencias. Si repasamos todos los pasos, uno por uno, no parece haber error alguno en nuestros razonamientos. Todos los pasos que hemos llevado a cabo son los mismos pasos que podría llevar a cabo cualquier estudiante al resolver su tarea escolar. Pero si no podemos confiar en las mismas matemáticas, entonces ¿en qué podemos confiar?
Esto nos demuestra que aunque nuestra lógica parezca impecable, aunque nuestros razonamientos parezcan indiscutibles, las conclusiones a las que llegamos pueden ser fatalmente erróneas. Pero lo malo no es tanto que nuestras conclusiones puedan ser fatalmente erróneas. Lo malo es que nos sigamos aferrando tercamente a tales conclusiones erróneas a pesar de que dichas conclusiones choquen de manera frontal con todo lo que nuestra intuición nos dice que debe ser lo correcto.
Aquí debemos enfrentar otro problema. Nuestra intuición tampoco es una guía siempre confiable para llevarnos por el camino correcto. Prueba de ello lo es la mecánica relativística de Einstein, varios de cuyos resultados chocan frontalmente con lo que nuestra intuición nos dice que es "correcto". Y sin embargo, experimentalmente, en el laboratorio, lo que resulta ser correcto no es lo que nos sugiere nuestra intuición, sino los resultados predichos por la mecánica relativística Einsteniana. Otro ejemplo lo es la mecánica cuántica, varios de cuyos postulados y procedimientos chocan tan duramente con lo que nos sugiere nuestra intuición que frecuentemente batallamos y tenemos que "reprogramar" nuestra mente para poder asimilar esta nueva forma de pensar. Aquí también, experimentalmente, en el laboratorio, lo que resulta ser correcto no es lo que nos sugiere nuestra intuición, sino los resultados predichos por la mecánica cuántica, la cual ha sido enormemente exitosa en sentar a la física y a la química atómica y subatómica sobre bases firmes. El mismo Niels Bohr, uno de los fundadores de la mecánica cuántica, una vez dijo que la mecánica cuántica es de una naturaleza tal que si no hemos sidos conmocionados al ser introducidos a ella, realmente no la hemos entendido.
Todo lo anterior nos demuestra contundentemente que antes de aceptar a ciegas algo como absolutamente cierto debemos cuestionarlo todo, absolutamente todo, empezando por las mismas bases y principios de aquello a lo que estamos siendo introducidos, porque en cualquier momento, en donde menos lo esperamos, puede introducirse el mal paso que nos puede conducir por el camino equivocado.Podemos inclusive terminar dando nuestras vidas por algo que desde el principio estaba fatalmente errado.
En la demostración de que "dos números desiguales son iguales" hubo, ciertamente, un paso fatal aunque no nos hayamos dado cuenta de ello. Ese paso ocurrió cuando llevamos a cabo la división de ambos miembros de la igualdad por el factor a-b-c. Si repasamos la premisa inicial con la cual iniciamos la demostración:
a = b + c
y restamos de ambos miembros de la igualdad la cantidad b+c, vemos que:
a - b - c = 0
De este modo, al dividir ambos miembros de una de las igualdades intermedias entre la cantidad a-b-c, estamos dividiendo ambos miembros de dicha igualdad entre cero. En pocas palabras, estamos llevando a cabo una división entre cero. La cual dicho sea de paso es uno de los peores enemigos de las matemáticas, un paso aparentemente inocuo pero que invariablemente conduce a resultados y conclusiones fatalmente erradas.
En este caso le he dado a mis lectores la explicación del por qué obtuvimos una conclusión falsa partiendo de una premisa verdadera aplicando una serie de pasos, la mayoría de ellos válidos en toda su extensión. Sin embargo, hay muchas situaciones en la vida real, diferentes para cada persona, en las cuales se puede estar viviendo en el error creyendo que se está haciendo lo correcto, situaciones en las cuales no me es posible indicar individualmente a cada quién el momento en el cual se dió ese paso en falso a partir del cual la vida de muchos posiblemente terminaron siendo controladas por un error de juicio o de criterio o de razonamiento.
La próxima vez en la que alguien quiera tomar una decisión trascendental en su vida, valdría la pena que repasara la demostración matemática que acabamos de ver, poniéndose a meditar y a pensar si no habrá, oculto por allí, algún error del que no se haya dado cuenta de que por sí solo puede ser más que suficiente para destruír la validez de algo por lo que está luchando.
No sólo en las ciencias sociales se cometen yerros de juicio en la aplicación de razonamientos que parecen carecer de todo defecto. En muchas otras áreas ocurre lo mismo, áreas tales como la biología en la cual por mucho tiempo se creyó sinceramente en la validez del principio de la "generación espontánea" que fue derruído por el eminente científico francés Luis Pasteur, o la ciencia de la termodinámica en la cual por buen tiempo se creyó en la validez de esa extraña substancia conocida como el "calórico" usada para explicar los fenómenos propios de la termodinámica. Los pasos falsos en la obtención de conclusiones y creencias falsas llegan a tal grado que inclusive en las matemáticas, la reina de las ciencias, se pueden cometer involuntariamente yerros fatales al partir de prédicas verdaderas al aplicar una serie de pasos en alguno de los cuales casi sin darnos cuenta erramos fatalmente obteniendo puros absurdos en todos los pasos posteriores. Esta es la razón por la cual en toda demostración matemática se suele aplicar un rigorismo que para muchos principiantes puede parecer injustificado. El rigor utilizado en prácticamente cualquier demostración matemática que se lleve a cabo tiene un por qué, tiene una razón importante para ello, y es precisamente el evitar obtener conclusiones falsas a partir de razonamientos verdaderos.
A continuación veremos una demostración matemática en la cual partiremos de una premisa verdadera, e iremos aplicando pasos lógicos que, pese al cuidado puesto en nuestros razonamientos, nos llevará a un resultado fatalmente erróneo. Es la demostración de que...
Teorema: Dos números desiguales son iguales.
Empezaremos con una igualdad matemática con la cual afirmamos que, dado un número entero a mayor que la unidad:
a = b + c
Este número a podría ser un número como 7, el número b podría ser un número como 3 y el número c podría ser un número como 4.
Lo que hemos afirmado aquí es que todo número entero a mayor que la unidad puede ser descompuesto en la suma de dos números enteros b y c. Esto es tan claro y tan obvio a la razón, que ciertamente nadie podría ponerlo en tela de duda.
Ahora multiplicaremos ambos miembros de la anterior igualdad por la cantidad a-b. Esto es un paso algebraicamente válido, se trata de un paso que siempre podemos llevar a cabo. Si no pudieramos hacer algo tan elemental como esto, el álgebra en su totalidad no nos serviría de nada. No podemos negar la validez de este paso sin negar la validez y la utilidad de la misma álgebra:
a • (a - b) = (b + c) • (a - b)
Llevando a cabo la multiplicación en cada lado de la igualdad, lo que llamamos el "remover los paréntesis", obtenemos lo siguiente de acuerdo con las reglas universales básicas del álgebra:
a • a - a • b = b • a - b • b + c • a - c • b
a2 - a • b = a • b - b2 + a • c - b • c
En este último paso, hemos aplicado el principio más básico de la multiplicación que nos dice que en toda multiplicación el orden de los factores no altera el producto, principio que se enseña en todas las escuelas desde los grados más elementales, con lo cual b•a=a•b y c•b=b•c. Ciertamente, no habrá nadie que nos podrá objetar esto.
A continuación, reacomodamos el término a•c en el lado derecho de la igualdad, lo cual también siempre podemos hacer ya que en toda suma la representación de la suma de los números m y n ya sea como m+n o como n+m denota exactamente lo mismo. Aquí tampoco nadie podrá objetar la validez de este paso:
a2 - a • b = a • b + a • c - b2 - b • c
Hasta aquí hemos aplicado una lógica impecable, inobjetable. Creemos estar absolutamente seguros de no haber incurrido en ningún error.
En el siguiente paso, restaremos de ambos miembros de la igualdad la cantidad a•c. Este paso también es perfectamente válido, ya que los mismos axiomas de la lógica de la aritmética nos dicen que si a iguales les restamos iguales la igualdad no se altera. En el lado derecho de la anterior igualdad, esto equivale a cancelar el término a•c, lo cual equivale a pasarlo hacia el lado izquierdo de la igualdad con el signo contrario:
a2 - a • b - a•c = a • b - b2 - b • c
Ahora llevaremos a cabo una factorización, sacaremos un factor común de ambos miembros de la igualdad, el factor a-b-c. Este paso es también perfectamente válido y reversible, ya que para obtener el paso previo sólo tenemos que volver a multiplicarlo por los términos de los cuales fue factorizado:
a • (a - b - c) = b • (a - b - c)
Tenemos aquí tanto del lado izquierdo de la igualdad como del lado derecho de la igualdad el mismo factor común, a-b-c. Podemos cancelar dicho factor común de ambos lados de la igualdad, lo cual equivale a dividir ambos lados de la igualdad entre a-b-c. Al hacer esto, estamos diciendo que si ambos miembros de una igualdad matemática son divididos entre la misma cantidad, la igualdad no se altera. Ciertamente, es difícil argumentar algo en contra de esto:
a = b
Pero al llegar a esta conclusión, nos damos cuenta de que algo anda mal, muy mal. Este resultado nos dice que el número a es igual al número b. Pero habíamos partido del supuesto de que los números a y b eran desiguales, de que el número a era igual a un número b sumado a un número c.
Si hemos de darle credibilidad a lo que acabamos de obtener, dos números desiguales son iguales.
Esto podría ser más que suficiente para destruír nuestra confianza en las matemáticas, la reina de las ciencias. Si repasamos todos los pasos, uno por uno, no parece haber error alguno en nuestros razonamientos. Todos los pasos que hemos llevado a cabo son los mismos pasos que podría llevar a cabo cualquier estudiante al resolver su tarea escolar. Pero si no podemos confiar en las mismas matemáticas, entonces ¿en qué podemos confiar?
Esto nos demuestra que aunque nuestra lógica parezca impecable, aunque nuestros razonamientos parezcan indiscutibles, las conclusiones a las que llegamos pueden ser fatalmente erróneas. Pero lo malo no es tanto que nuestras conclusiones puedan ser fatalmente erróneas. Lo malo es que nos sigamos aferrando tercamente a tales conclusiones erróneas a pesar de que dichas conclusiones choquen de manera frontal con todo lo que nuestra intuición nos dice que debe ser lo correcto.
Aquí debemos enfrentar otro problema. Nuestra intuición tampoco es una guía siempre confiable para llevarnos por el camino correcto. Prueba de ello lo es la mecánica relativística de Einstein, varios de cuyos resultados chocan frontalmente con lo que nuestra intuición nos dice que es "correcto". Y sin embargo, experimentalmente, en el laboratorio, lo que resulta ser correcto no es lo que nos sugiere nuestra intuición, sino los resultados predichos por la mecánica relativística Einsteniana. Otro ejemplo lo es la mecánica cuántica, varios de cuyos postulados y procedimientos chocan tan duramente con lo que nos sugiere nuestra intuición que frecuentemente batallamos y tenemos que "reprogramar" nuestra mente para poder asimilar esta nueva forma de pensar. Aquí también, experimentalmente, en el laboratorio, lo que resulta ser correcto no es lo que nos sugiere nuestra intuición, sino los resultados predichos por la mecánica cuántica, la cual ha sido enormemente exitosa en sentar a la física y a la química atómica y subatómica sobre bases firmes. El mismo Niels Bohr, uno de los fundadores de la mecánica cuántica, una vez dijo que la mecánica cuántica es de una naturaleza tal que si no hemos sidos conmocionados al ser introducidos a ella, realmente no la hemos entendido.
Todo lo anterior nos demuestra contundentemente que antes de aceptar a ciegas algo como absolutamente cierto debemos cuestionarlo todo, absolutamente todo, empezando por las mismas bases y principios de aquello a lo que estamos siendo introducidos, porque en cualquier momento, en donde menos lo esperamos, puede introducirse el mal paso que nos puede conducir por el camino equivocado.Podemos inclusive terminar dando nuestras vidas por algo que desde el principio estaba fatalmente errado.
En la demostración de que "dos números desiguales son iguales" hubo, ciertamente, un paso fatal aunque no nos hayamos dado cuenta de ello. Ese paso ocurrió cuando llevamos a cabo la división de ambos miembros de la igualdad por el factor a-b-c. Si repasamos la premisa inicial con la cual iniciamos la demostración:
a = b + c
y restamos de ambos miembros de la igualdad la cantidad b+c, vemos que:
a - b - c = 0
De este modo, al dividir ambos miembros de una de las igualdades intermedias entre la cantidad a-b-c, estamos dividiendo ambos miembros de dicha igualdad entre cero. En pocas palabras, estamos llevando a cabo una división entre cero. La cual dicho sea de paso es uno de los peores enemigos de las matemáticas, un paso aparentemente inocuo pero que invariablemente conduce a resultados y conclusiones fatalmente erradas.
En este caso le he dado a mis lectores la explicación del por qué obtuvimos una conclusión falsa partiendo de una premisa verdadera aplicando una serie de pasos, la mayoría de ellos válidos en toda su extensión. Sin embargo, hay muchas situaciones en la vida real, diferentes para cada persona, en las cuales se puede estar viviendo en el error creyendo que se está haciendo lo correcto, situaciones en las cuales no me es posible indicar individualmente a cada quién el momento en el cual se dió ese paso en falso a partir del cual la vida de muchos posiblemente terminaron siendo controladas por un error de juicio o de criterio o de razonamiento.
La próxima vez en la que alguien quiera tomar una decisión trascendental en su vida, valdría la pena que repasara la demostración matemática que acabamos de ver, poniéndose a meditar y a pensar si no habrá, oculto por allí, algún error del que no se haya dado cuenta de que por sí solo puede ser más que suficiente para destruír la validez de algo por lo que está luchando.
jueves, 12 de junio de 2008
Momento de Inspiración # 1
Un día, un hombre sin la paciencia del santo Job, cansado de ver en torno suyo tanto sufrimiento, tanto dolor, tanta miseria, iracundo cerró su puño y exclamó gritando al Cielo: "¿Por qué no haces nada para mitigar tanto sufrimiento, tanto dolor, tanta miseria que hay en el mundo?"
Al ir a dormir, esa noche tuvo un sueño. De manera inconfundible, escuchó en su sueño una voz potente que le dijo: "Yo ya hice algo para mitigar tanto sufrimiento, tanto dolor, tanta miseria que hay en el mundo. Te crié a TI."
A la mañana siguiente, se vió a sí mismo en el espejo. Y lo que vió en ese espejo fue a una persona que pudiendo hacer algo para mitigar tanto sufrimiento, tanto dolor y tanta miseria que hay en el mundo, no estaba haciendo absolutamente nada al respecto. En ese momento, que llegó como una iluminación, el hombre tomó una conciencia nueva de su papel en el mundo, de lo que podía hacer dentro de sus posibilidades para mitigar el sufrimiento, el dolor y la miseria que estaba viendo en torno suyo. Ese día, salió de su casa decidido a hacer algo al respecto. Ese día, salió al mundo con una visión nueva de la realidad, salió decidido a hacer algo para aliviar las penas que veía en torno suyo. A partir de ese día, ese hombre nunca más volvería a ser el mismo.
Al ir a dormir, esa noche tuvo un sueño. De manera inconfundible, escuchó en su sueño una voz potente que le dijo: "Yo ya hice algo para mitigar tanto sufrimiento, tanto dolor, tanta miseria que hay en el mundo. Te crié a TI."
A la mañana siguiente, se vió a sí mismo en el espejo. Y lo que vió en ese espejo fue a una persona que pudiendo hacer algo para mitigar tanto sufrimiento, tanto dolor y tanta miseria que hay en el mundo, no estaba haciendo absolutamente nada al respecto. En ese momento, que llegó como una iluminación, el hombre tomó una conciencia nueva de su papel en el mundo, de lo que podía hacer dentro de sus posibilidades para mitigar el sufrimiento, el dolor y la miseria que estaba viendo en torno suyo. Ese día, salió de su casa decidido a hacer algo al respecto. Ese día, salió al mundo con una visión nueva de la realidad, salió decidido a hacer algo para aliviar las penas que veía en torno suyo. A partir de ese día, ese hombre nunca más volvería a ser el mismo.
martes, 10 de junio de 2008
Los falsos ciudadanos
En tiempos todavía recientes, era posible ingresar a los Estados Unidos de Norteamerica sin la posesión de identificación oficial alguna con tan solo decir "American citizen" cuando el funcionario norteamericano en el punto de inspección migratoria le preguntaba a la persona cuál era su ciudadanía. Pero todo esto está cambiando a raíz de un nuevo requerimiento bajo el cual a partir de junio de 2009 toda persona que quiera ingresar a territorio norteamericano, ciudadano estadounidense o no, tendrá que mostrar un pasaporte para poder ingresar a dicho país. En el caso específico de los ciudadanos estadounidenses, se les requerirá contar con un pasaporte norteamericano para poder salir e ingresar nuevamente a territorio norteamericano. La exigencia de este documento está abriendo ya la caja de Pandora de un pequeño "secreto sucio" que por muchos años muchos residentes fronterizos estuvieron ocultando públicamente, un pequeño y sucio secreto que los hizo (y los sigue haciendo) beneficiarios de todas las ventajas a las que tiene derecho un ciudadano norteamericano y todas las ventajas a las que tiene derecho un ciudadano mexicano pesa a haber nacido en un solo país.
Esta burla descarada tiene su origen poco tiempo después de nacer un niño en la franja fronteriza común a México y a los Estados Unidos. Los padres de muchos de ellos, habiendo nacido sus hijos en México sin haber nacido en los Estados Unidos, de cualquier manera les obtenían un acta de nacimiento norteamericana dándole un soborno monetario a una partera del lado norteamericano para atestiguar, falsamente, que el niño o la niña había nacido en los Estados Unidos cuando tal hecho no era cierto. Es muy posible que la corrupción para la obtención de estas "actas de nacimiento" fraudulentas se haya extendido inclusive hasta médicos y hospitales norteamericanos dada la facilidad con la cual en cualquier hospital norteamerican o en cualquier consultorio estadounidense se le puede dar a ganar a una enfermera o a un doctor una nada despreciable suma de unos cinco mil o diez mil dólares a cambio de la expedición de un simple documento que no lleva más de cinco o diez minutos en elaborar. ¿Cómo resistir a la tentación de poder ganar tanto dinero en tan poco tiempo con algo cuya autenticidad no estaba siendo verificada por ningún funcionario gubernamental? Si el atractivo del dinero fácil y abundante ha hecho que florezcan tanto en México como en los Estados Unidos las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas, corrompiendo con facilidad a quienes encuentran difícil resistir la tentación, ¿por qué no habría de ocurrir lo mismo con el tráfico de documentos para lograr para un vástago la ciudadanía norteamericana pese a no haber nacido el niño (o la niña) en los Estados Unidos? Y la mayoría de las veces, el registrar al hijo como nacido en los Estados Unidos sin serlo tenía un interés inmediato (por no decir egoísta) para los padres, ya que por el solo hecho de ser los padres de un ciudadano norteamericano los padres podían iniciar sus trámites para inmigrar a los Estados Unidos obteniendo su residencia norteamericana por la vía rápida cuando el recién nacido apenas estaba estrenando su cuna, entrando en una categoría de preferencia que los colocaba inclusive por encima de profesionistas altamente calificados con estudios universitarios. Esta es la misma razón por la cual, con la intención deliberada de invocar la "reunificación familiar" como argumento, muchas mexicanas embarazadas indocumentadas cruzan ilegalmente la línea divisoria entre México y los Estados Unidos, tal y como lo hizo la famosa Elvira Arellano (de la cual ya traté en su momento en una entrada previa puesta el 25 de agosto de 2007). Se trata de gente que no tiene otra manera de obtener su residencia legal en los Estados Unidos más que esta, pasando por encima de muchos otros con mucho mayores méritos legales que ellos y que han estado aguardando pacientemente su turno por muchos años en las listas de espera de los Consulados norteamericanos cumpliendo muchos requisitos burocráticos para poder inmigrar de manera legal. Se presume que, ya con un hijo nacido en los Estados Unidos, así lograron "arreglar" muchos padres de familia su residencia norteamericana obteniendo en tiempo récord la famosa "tarjeta verde" (la tarjeta usada por los residentes norteamericanos al inmigrar a dicho país). Peor aún, muchos de ellos en cuanto "arreglaban" sus papeles comenzaban a "sangrar" al poco tiempo las oficinas estadounidenses de ayuda pública, dando domicilios falsos en los Estados Unidos pese a que seguían viviendo en México. Y lo siguen haciendo.
La posesión de DOS actas de nacimiento, una testificando que el niño había nacido en México, y la otra testificando que el niño había nacido en los Estados Unidos, tiene muchas ventajas simultáneas de las cuales no han gozado jamás quienes cumpliendo con la ley sólo han contado con una acta de nacimiento, creando una clase privilegiada de "super-ciudadanos" con más ventajas y privilegios que aquellos a los que tiene derecho un ciudadano mexicano o ciudadano norteamericano. En los tiempos de la guerra de Vietnam cuando había una conscripción militar obligatoria para servir en el Ejército por dos años, muchos "dobles ciudadanos" al llegarles la tarjeta de notificación (draft card) conminándolos a presentarse en las oficinas más cercanas del servicio militar selectivo para cumplir con su obligación como ciudadanos norteamericanos simplemente tiraban la tarjeta de notificación a la basura y se quedaban a hacer su vida en México sin problema alguno, "escapándose" de ir a la guerra sin exponerse al castigo propio de los desertores, un privilegio del que no gozaban la vasta mayoría de ciudadanos norteamericanos que no contaban con otra nacionalidad además de la norteamericana. Para los "dobles ciudadanos" con las dos ciudadanías, con proclividad al crimen y a la delincuencia, su doble ciudadanía siempre les ha dado la ventaja de poder delinquir en un país y evadir la acción de la justicia yéndose hacia el otro país en donde pueden vivir y trabajar sin problema alguno pese a estar siendo buscados por las autoridades en uno de los países del cual son ciudadanos. Pueden además estudiar en las escuelas y universidades de cualquiera de los dos países sin tener que cumplir con la obligación de pagar sus colegiaturas como ciudadanos extranjeros. Pueden gozar además de la cobertura de servicios médicos gratuitos de cualquiera de los dos países con cargo de la gran mayoría de los demás contribuyentes que no cuentan con la doble nacionalidad, lo cual sin lugar a dudas es una estafa de enormes proporciones (en México son muy comunes los casos de aquellos que viven en México en ciudades como Tijuana y Ciudad Juárez y reciben ayuda económica asistencial norteamericana, como los famosos "cupones de comida", tanto de los programas del "Welfare" como del Social Security, lo cual les permite vivir como clase media en México a costillas de los contribuyentes norteamericanos al estar recibiendo la ayuda económica asistencial norteamericana en dólares usándola en México en donde sus gastos son no en dólares sino en devaluados pesos mexicanos). En la frontera, son famosos los casos de políticos mexicanos nacidos en los Estados Unidos quienes pese a su ciudadanía norteamericana, por el hecho de contar con la "doble nacionalidad", acapararon puestos políticos de primer orden arrebatándoselos a mexicanos genuinos nacidos en México. Uno de tales casos es el de Javier Corral, quien llegó a ser Senador en México (por la vía plurinominal) y llegó al extremo de querer ser Gobernador de Chihuahua, lo cual ya no pudo porque fue derrotado en las urnas por un mexicano nacido en México, José Reyes Baeza. Otro ejemplo de importancia trascendental lo es el de Juan Garcia Abrego, uno de los más importantes narcotraficantes que ha tenido México y posiblemente uno de los más prominentes que ha habido en América Latina, extraditado hacia los Estados Unidos durante el sexenio del Presidente Ernesto Zedillo y actualmente cumpliendo una condena de once cadenas perpetuas en dicho país, el cual tiene también acreditados dos nacimientos distintos. Nació en México, y cuenta con un legajo de papeles que acreditan su dicho, en los que incluye hasta su fe de bautismo, extendida por la iglesia Nuestra Señora del Refugio de Matamoros, Tamaulipas, el 13 de septiembre de 1945, la cual está firmada por el cura J. Jesús Robledo, quien lo bautizó. Pero también es ciudadano norteamericano, porque su segunda acta de nacimiento validada como única dice que nació en La Paloma, Texas. Pudo ser extraditado rápidamente hacia los Estados Unidos y procesado legalmente allá sin necesidad de un largo proceso de deportación por se ciudadano norteamericano. Pero actualmente su defensa legal está argumentando que Juan García Abrego no nació en los Estados Unidos sino en México, siendo ciudadano mexicano, lo cual convertiría su entrega a las autoridades norteamericanas y su juicio en dicho país en algo esencialmente privado de legalidad, lo cual potencialmente le puede abrir las puertas de la prisión a Juan García Abrego en base a un tecnicismo legal de enorme importancia, permitiéndole regresar a México como un hombre libre. Esto muestra otra de las grandes ventajas de tener dos "nacimientos" distintos: si una persona es buscada por la justicia en alguno de los dos países entonces puede hacer algo que no puede hacer una persona con las dos nacionalidades, reclamar la protección legal que le dá su ciudadanía en el otro país permitiéndole complicar enormemente los procesos legales en contra suya en el país en donde está siendo reclamado, trátese de los Estados Unidos o de México. Así pues, ya sea por obtener ventajas políticas, ventajas económicas, evadir la conscripción militar obligatoria en tiempos de guerra o inclusive evadir la acción de la justicia, la doble nacionalidad convierte a quien la posee en un ciudadano de primerísima categoría rebajando tanto a los ciudadanos mexicanos genuinos como a los ciudadanos norteamericanos genuinos a una clase social bastante inferior en muchos respectos.
Este fraude masivo a gran escala continuó por muchas décadas porque el gobierno norteamericano jamás puso atención sobre este asunto. Pero tras los atentados terroristas en el 2001 a las torres gemelas en Nueva York, la implementación de nuevas medidas de seguridad trajeron cambios con los cuales toda persona o viajero hacia los Estados Unidos ya no podría hacerlo diciendo simplemente "American citizen". Por vez primera, el gobierno norteamericano implementó cambios que requieren que toda persona que quiera ingresar a territorio norteamericano cuente con un pasaporte norteamericano, medida que será reforzada en junio de 2009. Y es precisamente en la obtención del pasaporte norteamericano en donde muchos con la "doble nacionalidad" están empezando a enfrentar serios problemas, porque en la expedición del pasaporte norteamericano el Departamento de Estado está empezando a consultar los archivos de los registros civiles de México, sobre todo los archivos del registro civil de las ciudades en México aledañas a los Estados Unidos, para ver si los solicitantes del pasaporte norteamericano no están registrados también como ciudadanos mexicanos. Y ¡oh sorpresa! las autoridades norteamericanas están descubriendo que muchos de los que decían haber nacido en los Estados Unidos también han "nacido" en México al encontrar que existen actas de nacimiento mexicanas, lo cual es una imposibilidad lógica, porque ninguna persona puede nacer en dos países distintos a la vez.
Lo que están haciendo muchos a los que les están descubriendo su "pequeño y sucio secreto" están argumentando ahora en su defensa que si hubo algún delito en todo caso fueron sus padres quienes cometieron el delito, porque fueron sus padres quienes tramitaron DOS actas de nacimiento cuando sólo deberían de haberles tramitado una sola acta de nacimiento, están argumentado que ellos como recién nacidos no tenían culpa alguna de lo que estaban haciendo sus padres. Sin embargo, este argumento resulta ridículo, porque al convertirse en beneficiarios de la "doble nacionalidad", al usar ambos documentos según su conveniencia ya como mayores de edad y en pleno uso de sus facultades mentales, se convirtieron en cómplices y beneficiarios del delito. Esto los vuelve culpables ante la ley por lo menos de los delitos de fraude y falsedad de declaraciones.
Este penoso asunto habla muy mal de los Consulados norteamericanos en la franja fronteriza con México, ya que los funcionarios consulares, de haber hecho correctamente su tarea, ellos mismos sin esperar a que hubiese habido un atentado terrorista en contra de las torres gemelas obligando a la revisión de los procedimientos migratorios, habrían descubierto este fraude de proporciones colosales. Desde esta perspectiva, le fallaron de modo espectacular al contribuyente norteamericano y le fallaron al país que representan.
Tan grande como es este fraude, es posible que las autoridades migratorias norteamericanas apenas están tocando la punta del iceberg, ya que por principio de cuentas es muy posible que aquellos que toda su vida vivieron con dos actas de nacimiento en sus manos también le hayan tramitado dos actas de nacimiento a sus propios hijos. ¿Por qué no habrían de hacerlo, si por muchos años a ellos mismos les reportó amplias ventajas y beneficios sin consecuencia ni castigo alguno? No hay nada mejor que la impunidad en la aplicación de la ley para convencer a una persona de las ventajas y beneficios que pueden obtener sus propios hijos y nietos incurriendo también en la misma violación de la ley, perpetuándose de este modo el mismo círculo vicioso hasta que llega el momento en que no es posible seguir sosteniendo la farsa por más tiempo. Y ese tiempo está empezando a llegar ya para aquellos que han estado afirmando haber nacido en dos países diferentes según su conveniencia.
En una nota publicada el 10 de junio de 2008 en EL DIARIO de Ciudad Juárez bajo la autoría de Alberto Ponce de León, se habla acerca del caso de una mujer no identificada, hija de padres indocumentados, que dice haber nacido en una casa en El Paso, siendo posteriormente bautizada en Nuevo México, tras lo cual a los dos o tres años vida sus padres se la llevaron a vivir con ellos a México. Esta mujer fue arrestada a principios del 2008 después de que, en el 2007, ella pidió un pasaporte norteamericano y el Departamento de Estado la acusó de mentir al decir que era ciudadana norteamericana porque había una acta de nacimiento mexicana, por afirmar haber nacido en los Estados Unidos pese a contar con acta de nacimiento mexicana, para lo cual sólo tenía como comprobante ya no un certificado dudoso expedido por alguna partera o algún médico norteamericano corrupto, sino tan sólo una fe de bautismo expedida por algún sacerdote de Nuevo México que por no vivir en El Paso no pudo haber sido testigo del alumbramiento, lo cual la hizo pasar ante las autoridades como sospechosa de cometer algún ilícito. La mujer, quien presuntamente nació el 12 de enero de 1949 en El Paso, y cuyo nombre se mantiene bajo reserva a petición de la defensa, fue detenida por el Departamento de Estado luego de intentar obtener su pasaporte estadounidense, y de acuerdo a los documentos de la Corte Federal, la implicada fue detenida por el agente especial Richard T. Hays, del Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado. En efecto, fue detectada precisamente cuando intentó tramitar su pasaporte norteamericano haciéndose pasar como ciudadana norteamericana descubriéndosele que poseía un acta de nacimiento expedida en México.
El abogado de la mujer, Arturo Vázquez, reconoció que la implicada fue registrada oficialmente en México debido a que en esas décadas a ella se le facilitaba más demostrar su nacionalidad mexicana para graduarse de la escuela primaria que cursaba en México. Esto es una admisión del disfrute de las ventajas y beneficios de contar con dos comprobantes de nacimiento en dos países distintos, ventajas y beneficios que no gozan quienes cuentan con sólo un comprobante de nacimiento.
La nota indica que el Departamento de Estado investiga por lo menos 20 casos similares, donde el estatus migratorio de las personas presenta irregularidades. Con todo, estos 20 casos pendientes son apenas "la punta del iceberg" porque estos 20 casos cubren apenas los casos de niños mexicanos supuestamente nacidos en viviendas de El Paso pero que fueron atendidos por parteras de Texas, mismas que extendían un registro como si el bebé hubiera nacido del lado estadounidense. Existen razones fundadas para suponer que la cantidad de personas que cuentan con dos comprobantes de nacimiento que los acreditan como ciudadanos de dos países diferentes, México y los Estados Unidos, ascienden a decenas de millares o tal vez a centenas de millares; de este tamaño es la magnitud del fraude cometido en contra de los sistemas legales de ambos países. Por otro lado, Socorro Córdova, vocera del Consulado de México en El Paso, mencionó que anteriormente se presentaban casos de doble nacionalidad, donde las personas se registraban en ambos países como si hubieran nacido el mismo día, lo cual es físicamente imposible.
Un grupo fácil de investigar consiste en todos aquellos estudiantes que cruzan diariamente de ciudades fronterizas mexicanas como Tijuana y Ciudad Juárez a ciudades fronterizas norteamericanas como San Diego y El Paso para llevar a cabo sus estudios de secundaria y preparatoria (conocidas allá como High School), muchos de los cuales cruzan a pie todos los días de lunes a viernes. Por la fuerza de la costumbre de estarlos viendo cruzar todos los días, los agentes migratorios norteamericanos los conocen perfectamente bien, los tienen bien identificados, bien ubicados. Puesto que muchos de ellos estudian en escuelas públicas, aquellos que nacieron en México pero cuyos padres por medios ilegales les obtuvieron un acta de nacimiento norteamericana estarían cometiendo un fraude en contra del contribuyente norteamericano. Detectarlos, uno por uno, requiere que usando sus nombres como punto de partida los agentes federales norteamericanos accedan a las bases de datos de las oficinas del registro civil en México, y lo más seguro es que empezarán a descubrir aquellos estudiantes que poseen documentalmente dos lugares de nacimiento distintos. Siendo todos ellos menores de edad, la responsabilidad por el fraude debe recaer directamente sobre los padres de ellos, cuyos nombres también se pueden obtener fácilmente de los registros que las escuelas norteamericanas tienen sobre dichos alumnos que diariamente cruzan la frontera para ir a estudiar a los Estados Unidos (toda escuela debe por ley tener el nombre de algún padre, familiar o tutor que en algún momento dado pueda tomar responsabilidad por el estudiante). De nueva cuenta, quien posee dos documentos señalando lugares de nacimiento distintos sabe muy bien que está mintiendo al igual que los padres que le procuraron información falsa. Se sobreentiende que si unos padres de familia se presentan ante una oficina de registro civil en México para registrar a su hijo y declaran que su hijo nació en los Estados Unidos, no les van a dar acta de nacimiento alguna por no haber nacido el niño en México, y serán enviados a los Estados Unidos para que obtengan allá el acta de nacimiento. Del mismo modo, si unos padres de familia se presentan ante una oficina de registro civil en los Estados Unidos para registrar a su hijo y declaran que su hijo nació en México, tampoco les van a dar acta de nacimiento alguna por no haber nacido el niño en los Estados Unidos, y serán enviados a México para que obtengan en México su acta de nacimiento. Para quien actúa legalmente, simplemente no es posible contar con dos actas de nacimiento de dos países distintos, tal cosa solo puede ser producto de un acto de corrupción y falsedad en declaraciones ante la autoridad de alguno de los dos países. Una vez detectado un estudiante poseedor de dos documentos señalando lugares de nacimiento distintos, el siguiente paso consistiría en detener a los padres del mismo para someterlos a un interrogatorio intensivo, lo cual anteriormente no era posible pero hoy resulta fácil porque basta con boletinar a los padres del estudiante al sistema de base de datos computarizado utilizado por los agentes migratorios norteamericanos para revisar a cada persona que ingresa a los Estados Unidos, lo cual no existía antes de los atentados a las torres gemelas en Nueva York. Este sistema de base de datos computarizado hace posible en estos momentos que cualquier padre de cualquier estudiante que cruza la frontera diariamente para estudiar en los Estados Unidos pueda ser retenido y llevado a una sala de interrogatorios para que explique la doble nacionalidad de su hijo, anticipándose de antemano que posiblemente volverá a mentir ante las autoridades como ya una vez lo hizo antes.
No sólo los estudiantes que cruzan la frontera diariamente pueden ser objeto de una investigación intensiva cuya finalidad sería ahorrarle al contribuyente norteamericano una buena cantidad de dinero. También quienes cruzan todos los días la frontera por la mañana para irse a trabajar a los Estados Unidos regresando a sus casas en México por las tardes están expuestos a que, en base a sus nombres, se lleve a cabo una búsqueda en las oficinas del registro civil en México con la finalidad de detectarles su posible nacimiento en México además del "nacimiento" en los Estados Unidos que pudieran haberle obtenido sus padres por vías ilegales al no haber nacido en los Estados Unidos sino en México.
Ante lo que está sucediendo, el miedo de algunos que poseen la "doble nacionalidad" los está llevando a tramitar ante los juzgados civiles en México algo que se conoce como una "petición de nulidad", en la cual piden que se les declare inválida su acta de nacimiento mexicana, lo cual les borra sus nombres de los registros civiles, lo cual a su vez los dejaría con una sola nacionalidad, la nacionalidad norteamericana, así sea que esta dudosa nacionalidad haya sido obtenida por una simple fé de bautismo como el caso de la señora en cuestión. Sin embargo, este procedimiento civil deja una "huella" indeleble en los expedientes judiciales que puede ser rastreada por medios oficiales si se tiene la intención de hacer tal cosa.
Los archivos computarizados de las oficinas del Registro Civil en México no son la única base de datos accesible al Departamento de Estado norteamericano que le permite tratar de detectar a todos aquellos "ciudadanos" norteamericanos que también afirman ser ciudadanos mexicanos al estar registrados como ciudadanos en ambos países. Existe otra base de datos, también computarizada y de fácil acceso, que obra en manos de las autoridades norteamericanas: el extenso padrón electoral del Instituto Federal Electoral (IFE) que contiene los datos principales (fotografías, domicilios particulares en México, huellas dactilares, fechas de nacimiento, etc.) de millones de ciudadanos mexicanos nacidos en todo México (y no únicamente de aquellos nacidos en las cercanías a la franja fronteriza), el mismo que la empresa norteamericana ChoicePoint adquirió en México allá por el año 2003 y el cual puso a la disposición de agencias del gobierno norteamericano tales como el FBI y la Drug Enforcement Administration. Posiblemente esta base de datos tenga la información suficiente para permitirle al gobierno norteamericano detectar el 99% si no la totalidad de todos aquellos que afirman ser ciudadanos norteamericanos o ser ciudadanos mexicanos según su conveniencia y que poseen documentos "legales" de ambos lados de la frontera para demostrarlo. Y aunque una búsqueda individual caso por caso podría resultar laboriosa, con un buen programa computarizado de apareamiento de resultados similares ("match") las bases de datos podrían ser cotejadas en su totalidad en cuestión de unas cuantas horas arrojando la lista completa de individuos procesables al menos por el delito de falsedad en declaraciones.
Este es un asunto de una magnitud tal que si el Departamento de Estado norteamericano y los Consulados norteamericanos realmente se ponen a trabajar, podría estallar en un escándalo de proporciones colosales que daría fin a un privilegio gozado ilegalmente por una cantidad numerosa de personas residentes en la franja fronteriza México-Estados Unidos. Significaría el fin de toda una era de privilegios. Los afectados podrían ser decenas de miles o inclusive cientos de miles. Pero habría muchos quienes verían con gusto el fin de este estado de cosas. Se trata de los contribuyentes norteamericanos que han estado sosteniendo quizá por demasiado tiempo a una clase privilegiada que viviendo del lado mexicano ha estado recolectando ayuda económica norteamericana sin contribuír jamás con un solo centavo de impuestos a dicho país. Esto además de los millones de ciudadanos norteamericanos y mexicanos a quienes les agradaría dejar de ser ciudadanos de segunda clase al llegar a su fin el uso y el abuso de la "doble ciudadanía" por quienes se han estado pasando de listos por mucho tiempo convertidos en toda una clase de "super-ciudadanos" disfrutando lo mejor de dos mundos a lo cual los demás que sí han estado viviendo bajo la ley jamás han tenido derecho.
Esta burla descarada tiene su origen poco tiempo después de nacer un niño en la franja fronteriza común a México y a los Estados Unidos. Los padres de muchos de ellos, habiendo nacido sus hijos en México sin haber nacido en los Estados Unidos, de cualquier manera les obtenían un acta de nacimiento norteamericana dándole un soborno monetario a una partera del lado norteamericano para atestiguar, falsamente, que el niño o la niña había nacido en los Estados Unidos cuando tal hecho no era cierto. Es muy posible que la corrupción para la obtención de estas "actas de nacimiento" fraudulentas se haya extendido inclusive hasta médicos y hospitales norteamericanos dada la facilidad con la cual en cualquier hospital norteamerican o en cualquier consultorio estadounidense se le puede dar a ganar a una enfermera o a un doctor una nada despreciable suma de unos cinco mil o diez mil dólares a cambio de la expedición de un simple documento que no lleva más de cinco o diez minutos en elaborar. ¿Cómo resistir a la tentación de poder ganar tanto dinero en tan poco tiempo con algo cuya autenticidad no estaba siendo verificada por ningún funcionario gubernamental? Si el atractivo del dinero fácil y abundante ha hecho que florezcan tanto en México como en los Estados Unidos las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas, corrompiendo con facilidad a quienes encuentran difícil resistir la tentación, ¿por qué no habría de ocurrir lo mismo con el tráfico de documentos para lograr para un vástago la ciudadanía norteamericana pese a no haber nacido el niño (o la niña) en los Estados Unidos? Y la mayoría de las veces, el registrar al hijo como nacido en los Estados Unidos sin serlo tenía un interés inmediato (por no decir egoísta) para los padres, ya que por el solo hecho de ser los padres de un ciudadano norteamericano los padres podían iniciar sus trámites para inmigrar a los Estados Unidos obteniendo su residencia norteamericana por la vía rápida cuando el recién nacido apenas estaba estrenando su cuna, entrando en una categoría de preferencia que los colocaba inclusive por encima de profesionistas altamente calificados con estudios universitarios. Esta es la misma razón por la cual, con la intención deliberada de invocar la "reunificación familiar" como argumento, muchas mexicanas embarazadas indocumentadas cruzan ilegalmente la línea divisoria entre México y los Estados Unidos, tal y como lo hizo la famosa Elvira Arellano (de la cual ya traté en su momento en una entrada previa puesta el 25 de agosto de 2007). Se trata de gente que no tiene otra manera de obtener su residencia legal en los Estados Unidos más que esta, pasando por encima de muchos otros con mucho mayores méritos legales que ellos y que han estado aguardando pacientemente su turno por muchos años en las listas de espera de los Consulados norteamericanos cumpliendo muchos requisitos burocráticos para poder inmigrar de manera legal. Se presume que, ya con un hijo nacido en los Estados Unidos, así lograron "arreglar" muchos padres de familia su residencia norteamericana obteniendo en tiempo récord la famosa "tarjeta verde" (la tarjeta usada por los residentes norteamericanos al inmigrar a dicho país). Peor aún, muchos de ellos en cuanto "arreglaban" sus papeles comenzaban a "sangrar" al poco tiempo las oficinas estadounidenses de ayuda pública, dando domicilios falsos en los Estados Unidos pese a que seguían viviendo en México. Y lo siguen haciendo.
La posesión de DOS actas de nacimiento, una testificando que el niño había nacido en México, y la otra testificando que el niño había nacido en los Estados Unidos, tiene muchas ventajas simultáneas de las cuales no han gozado jamás quienes cumpliendo con la ley sólo han contado con una acta de nacimiento, creando una clase privilegiada de "super-ciudadanos" con más ventajas y privilegios que aquellos a los que tiene derecho un ciudadano mexicano o ciudadano norteamericano. En los tiempos de la guerra de Vietnam cuando había una conscripción militar obligatoria para servir en el Ejército por dos años, muchos "dobles ciudadanos" al llegarles la tarjeta de notificación (draft card) conminándolos a presentarse en las oficinas más cercanas del servicio militar selectivo para cumplir con su obligación como ciudadanos norteamericanos simplemente tiraban la tarjeta de notificación a la basura y se quedaban a hacer su vida en México sin problema alguno, "escapándose" de ir a la guerra sin exponerse al castigo propio de los desertores, un privilegio del que no gozaban la vasta mayoría de ciudadanos norteamericanos que no contaban con otra nacionalidad además de la norteamericana. Para los "dobles ciudadanos" con las dos ciudadanías, con proclividad al crimen y a la delincuencia, su doble ciudadanía siempre les ha dado la ventaja de poder delinquir en un país y evadir la acción de la justicia yéndose hacia el otro país en donde pueden vivir y trabajar sin problema alguno pese a estar siendo buscados por las autoridades en uno de los países del cual son ciudadanos. Pueden además estudiar en las escuelas y universidades de cualquiera de los dos países sin tener que cumplir con la obligación de pagar sus colegiaturas como ciudadanos extranjeros. Pueden gozar además de la cobertura de servicios médicos gratuitos de cualquiera de los dos países con cargo de la gran mayoría de los demás contribuyentes que no cuentan con la doble nacionalidad, lo cual sin lugar a dudas es una estafa de enormes proporciones (en México son muy comunes los casos de aquellos que viven en México en ciudades como Tijuana y Ciudad Juárez y reciben ayuda económica asistencial norteamericana, como los famosos "cupones de comida", tanto de los programas del "Welfare" como del Social Security, lo cual les permite vivir como clase media en México a costillas de los contribuyentes norteamericanos al estar recibiendo la ayuda económica asistencial norteamericana en dólares usándola en México en donde sus gastos son no en dólares sino en devaluados pesos mexicanos). En la frontera, son famosos los casos de políticos mexicanos nacidos en los Estados Unidos quienes pese a su ciudadanía norteamericana, por el hecho de contar con la "doble nacionalidad", acapararon puestos políticos de primer orden arrebatándoselos a mexicanos genuinos nacidos en México. Uno de tales casos es el de Javier Corral, quien llegó a ser Senador en México (por la vía plurinominal) y llegó al extremo de querer ser Gobernador de Chihuahua, lo cual ya no pudo porque fue derrotado en las urnas por un mexicano nacido en México, José Reyes Baeza. Otro ejemplo de importancia trascendental lo es el de Juan Garcia Abrego, uno de los más importantes narcotraficantes que ha tenido México y posiblemente uno de los más prominentes que ha habido en América Latina, extraditado hacia los Estados Unidos durante el sexenio del Presidente Ernesto Zedillo y actualmente cumpliendo una condena de once cadenas perpetuas en dicho país, el cual tiene también acreditados dos nacimientos distintos. Nació en México, y cuenta con un legajo de papeles que acreditan su dicho, en los que incluye hasta su fe de bautismo, extendida por la iglesia Nuestra Señora del Refugio de Matamoros, Tamaulipas, el 13 de septiembre de 1945, la cual está firmada por el cura J. Jesús Robledo, quien lo bautizó. Pero también es ciudadano norteamericano, porque su segunda acta de nacimiento validada como única dice que nació en La Paloma, Texas. Pudo ser extraditado rápidamente hacia los Estados Unidos y procesado legalmente allá sin necesidad de un largo proceso de deportación por se ciudadano norteamericano. Pero actualmente su defensa legal está argumentando que Juan García Abrego no nació en los Estados Unidos sino en México, siendo ciudadano mexicano, lo cual convertiría su entrega a las autoridades norteamericanas y su juicio en dicho país en algo esencialmente privado de legalidad, lo cual potencialmente le puede abrir las puertas de la prisión a Juan García Abrego en base a un tecnicismo legal de enorme importancia, permitiéndole regresar a México como un hombre libre. Esto muestra otra de las grandes ventajas de tener dos "nacimientos" distintos: si una persona es buscada por la justicia en alguno de los dos países entonces puede hacer algo que no puede hacer una persona con las dos nacionalidades, reclamar la protección legal que le dá su ciudadanía en el otro país permitiéndole complicar enormemente los procesos legales en contra suya en el país en donde está siendo reclamado, trátese de los Estados Unidos o de México. Así pues, ya sea por obtener ventajas políticas, ventajas económicas, evadir la conscripción militar obligatoria en tiempos de guerra o inclusive evadir la acción de la justicia, la doble nacionalidad convierte a quien la posee en un ciudadano de primerísima categoría rebajando tanto a los ciudadanos mexicanos genuinos como a los ciudadanos norteamericanos genuinos a una clase social bastante inferior en muchos respectos.
Este fraude masivo a gran escala continuó por muchas décadas porque el gobierno norteamericano jamás puso atención sobre este asunto. Pero tras los atentados terroristas en el 2001 a las torres gemelas en Nueva York, la implementación de nuevas medidas de seguridad trajeron cambios con los cuales toda persona o viajero hacia los Estados Unidos ya no podría hacerlo diciendo simplemente "American citizen". Por vez primera, el gobierno norteamericano implementó cambios que requieren que toda persona que quiera ingresar a territorio norteamericano cuente con un pasaporte norteamericano, medida que será reforzada en junio de 2009. Y es precisamente en la obtención del pasaporte norteamericano en donde muchos con la "doble nacionalidad" están empezando a enfrentar serios problemas, porque en la expedición del pasaporte norteamericano el Departamento de Estado está empezando a consultar los archivos de los registros civiles de México, sobre todo los archivos del registro civil de las ciudades en México aledañas a los Estados Unidos, para ver si los solicitantes del pasaporte norteamericano no están registrados también como ciudadanos mexicanos. Y ¡oh sorpresa! las autoridades norteamericanas están descubriendo que muchos de los que decían haber nacido en los Estados Unidos también han "nacido" en México al encontrar que existen actas de nacimiento mexicanas, lo cual es una imposibilidad lógica, porque ninguna persona puede nacer en dos países distintos a la vez.
Lo que están haciendo muchos a los que les están descubriendo su "pequeño y sucio secreto" están argumentando ahora en su defensa que si hubo algún delito en todo caso fueron sus padres quienes cometieron el delito, porque fueron sus padres quienes tramitaron DOS actas de nacimiento cuando sólo deberían de haberles tramitado una sola acta de nacimiento, están argumentado que ellos como recién nacidos no tenían culpa alguna de lo que estaban haciendo sus padres. Sin embargo, este argumento resulta ridículo, porque al convertirse en beneficiarios de la "doble nacionalidad", al usar ambos documentos según su conveniencia ya como mayores de edad y en pleno uso de sus facultades mentales, se convirtieron en cómplices y beneficiarios del delito. Esto los vuelve culpables ante la ley por lo menos de los delitos de fraude y falsedad de declaraciones.
Este penoso asunto habla muy mal de los Consulados norteamericanos en la franja fronteriza con México, ya que los funcionarios consulares, de haber hecho correctamente su tarea, ellos mismos sin esperar a que hubiese habido un atentado terrorista en contra de las torres gemelas obligando a la revisión de los procedimientos migratorios, habrían descubierto este fraude de proporciones colosales. Desde esta perspectiva, le fallaron de modo espectacular al contribuyente norteamericano y le fallaron al país que representan.
Tan grande como es este fraude, es posible que las autoridades migratorias norteamericanas apenas están tocando la punta del iceberg, ya que por principio de cuentas es muy posible que aquellos que toda su vida vivieron con dos actas de nacimiento en sus manos también le hayan tramitado dos actas de nacimiento a sus propios hijos. ¿Por qué no habrían de hacerlo, si por muchos años a ellos mismos les reportó amplias ventajas y beneficios sin consecuencia ni castigo alguno? No hay nada mejor que la impunidad en la aplicación de la ley para convencer a una persona de las ventajas y beneficios que pueden obtener sus propios hijos y nietos incurriendo también en la misma violación de la ley, perpetuándose de este modo el mismo círculo vicioso hasta que llega el momento en que no es posible seguir sosteniendo la farsa por más tiempo. Y ese tiempo está empezando a llegar ya para aquellos que han estado afirmando haber nacido en dos países diferentes según su conveniencia.
En una nota publicada el 10 de junio de 2008 en EL DIARIO de Ciudad Juárez bajo la autoría de Alberto Ponce de León, se habla acerca del caso de una mujer no identificada, hija de padres indocumentados, que dice haber nacido en una casa en El Paso, siendo posteriormente bautizada en Nuevo México, tras lo cual a los dos o tres años vida sus padres se la llevaron a vivir con ellos a México. Esta mujer fue arrestada a principios del 2008 después de que, en el 2007, ella pidió un pasaporte norteamericano y el Departamento de Estado la acusó de mentir al decir que era ciudadana norteamericana porque había una acta de nacimiento mexicana, por afirmar haber nacido en los Estados Unidos pese a contar con acta de nacimiento mexicana, para lo cual sólo tenía como comprobante ya no un certificado dudoso expedido por alguna partera o algún médico norteamericano corrupto, sino tan sólo una fe de bautismo expedida por algún sacerdote de Nuevo México que por no vivir en El Paso no pudo haber sido testigo del alumbramiento, lo cual la hizo pasar ante las autoridades como sospechosa de cometer algún ilícito. La mujer, quien presuntamente nació el 12 de enero de 1949 en El Paso, y cuyo nombre se mantiene bajo reserva a petición de la defensa, fue detenida por el Departamento de Estado luego de intentar obtener su pasaporte estadounidense, y de acuerdo a los documentos de la Corte Federal, la implicada fue detenida por el agente especial Richard T. Hays, del Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado. En efecto, fue detectada precisamente cuando intentó tramitar su pasaporte norteamericano haciéndose pasar como ciudadana norteamericana descubriéndosele que poseía un acta de nacimiento expedida en México.
El abogado de la mujer, Arturo Vázquez, reconoció que la implicada fue registrada oficialmente en México debido a que en esas décadas a ella se le facilitaba más demostrar su nacionalidad mexicana para graduarse de la escuela primaria que cursaba en México. Esto es una admisión del disfrute de las ventajas y beneficios de contar con dos comprobantes de nacimiento en dos países distintos, ventajas y beneficios que no gozan quienes cuentan con sólo un comprobante de nacimiento.
La nota indica que el Departamento de Estado investiga por lo menos 20 casos similares, donde el estatus migratorio de las personas presenta irregularidades. Con todo, estos 20 casos pendientes son apenas "la punta del iceberg" porque estos 20 casos cubren apenas los casos de niños mexicanos supuestamente nacidos en viviendas de El Paso pero que fueron atendidos por parteras de Texas, mismas que extendían un registro como si el bebé hubiera nacido del lado estadounidense. Existen razones fundadas para suponer que la cantidad de personas que cuentan con dos comprobantes de nacimiento que los acreditan como ciudadanos de dos países diferentes, México y los Estados Unidos, ascienden a decenas de millares o tal vez a centenas de millares; de este tamaño es la magnitud del fraude cometido en contra de los sistemas legales de ambos países. Por otro lado, Socorro Córdova, vocera del Consulado de México en El Paso, mencionó que anteriormente se presentaban casos de doble nacionalidad, donde las personas se registraban en ambos países como si hubieran nacido el mismo día, lo cual es físicamente imposible.
Un grupo fácil de investigar consiste en todos aquellos estudiantes que cruzan diariamente de ciudades fronterizas mexicanas como Tijuana y Ciudad Juárez a ciudades fronterizas norteamericanas como San Diego y El Paso para llevar a cabo sus estudios de secundaria y preparatoria (conocidas allá como High School), muchos de los cuales cruzan a pie todos los días de lunes a viernes. Por la fuerza de la costumbre de estarlos viendo cruzar todos los días, los agentes migratorios norteamericanos los conocen perfectamente bien, los tienen bien identificados, bien ubicados. Puesto que muchos de ellos estudian en escuelas públicas, aquellos que nacieron en México pero cuyos padres por medios ilegales les obtuvieron un acta de nacimiento norteamericana estarían cometiendo un fraude en contra del contribuyente norteamericano. Detectarlos, uno por uno, requiere que usando sus nombres como punto de partida los agentes federales norteamericanos accedan a las bases de datos de las oficinas del registro civil en México, y lo más seguro es que empezarán a descubrir aquellos estudiantes que poseen documentalmente dos lugares de nacimiento distintos. Siendo todos ellos menores de edad, la responsabilidad por el fraude debe recaer directamente sobre los padres de ellos, cuyos nombres también se pueden obtener fácilmente de los registros que las escuelas norteamericanas tienen sobre dichos alumnos que diariamente cruzan la frontera para ir a estudiar a los Estados Unidos (toda escuela debe por ley tener el nombre de algún padre, familiar o tutor que en algún momento dado pueda tomar responsabilidad por el estudiante). De nueva cuenta, quien posee dos documentos señalando lugares de nacimiento distintos sabe muy bien que está mintiendo al igual que los padres que le procuraron información falsa. Se sobreentiende que si unos padres de familia se presentan ante una oficina de registro civil en México para registrar a su hijo y declaran que su hijo nació en los Estados Unidos, no les van a dar acta de nacimiento alguna por no haber nacido el niño en México, y serán enviados a los Estados Unidos para que obtengan allá el acta de nacimiento. Del mismo modo, si unos padres de familia se presentan ante una oficina de registro civil en los Estados Unidos para registrar a su hijo y declaran que su hijo nació en México, tampoco les van a dar acta de nacimiento alguna por no haber nacido el niño en los Estados Unidos, y serán enviados a México para que obtengan en México su acta de nacimiento. Para quien actúa legalmente, simplemente no es posible contar con dos actas de nacimiento de dos países distintos, tal cosa solo puede ser producto de un acto de corrupción y falsedad en declaraciones ante la autoridad de alguno de los dos países. Una vez detectado un estudiante poseedor de dos documentos señalando lugares de nacimiento distintos, el siguiente paso consistiría en detener a los padres del mismo para someterlos a un interrogatorio intensivo, lo cual anteriormente no era posible pero hoy resulta fácil porque basta con boletinar a los padres del estudiante al sistema de base de datos computarizado utilizado por los agentes migratorios norteamericanos para revisar a cada persona que ingresa a los Estados Unidos, lo cual no existía antes de los atentados a las torres gemelas en Nueva York. Este sistema de base de datos computarizado hace posible en estos momentos que cualquier padre de cualquier estudiante que cruza la frontera diariamente para estudiar en los Estados Unidos pueda ser retenido y llevado a una sala de interrogatorios para que explique la doble nacionalidad de su hijo, anticipándose de antemano que posiblemente volverá a mentir ante las autoridades como ya una vez lo hizo antes.
No sólo los estudiantes que cruzan la frontera diariamente pueden ser objeto de una investigación intensiva cuya finalidad sería ahorrarle al contribuyente norteamericano una buena cantidad de dinero. También quienes cruzan todos los días la frontera por la mañana para irse a trabajar a los Estados Unidos regresando a sus casas en México por las tardes están expuestos a que, en base a sus nombres, se lleve a cabo una búsqueda en las oficinas del registro civil en México con la finalidad de detectarles su posible nacimiento en México además del "nacimiento" en los Estados Unidos que pudieran haberle obtenido sus padres por vías ilegales al no haber nacido en los Estados Unidos sino en México.
Ante lo que está sucediendo, el miedo de algunos que poseen la "doble nacionalidad" los está llevando a tramitar ante los juzgados civiles en México algo que se conoce como una "petición de nulidad", en la cual piden que se les declare inválida su acta de nacimiento mexicana, lo cual les borra sus nombres de los registros civiles, lo cual a su vez los dejaría con una sola nacionalidad, la nacionalidad norteamericana, así sea que esta dudosa nacionalidad haya sido obtenida por una simple fé de bautismo como el caso de la señora en cuestión. Sin embargo, este procedimiento civil deja una "huella" indeleble en los expedientes judiciales que puede ser rastreada por medios oficiales si se tiene la intención de hacer tal cosa.
Los archivos computarizados de las oficinas del Registro Civil en México no son la única base de datos accesible al Departamento de Estado norteamericano que le permite tratar de detectar a todos aquellos "ciudadanos" norteamericanos que también afirman ser ciudadanos mexicanos al estar registrados como ciudadanos en ambos países. Existe otra base de datos, también computarizada y de fácil acceso, que obra en manos de las autoridades norteamericanas: el extenso padrón electoral del Instituto Federal Electoral (IFE) que contiene los datos principales (fotografías, domicilios particulares en México, huellas dactilares, fechas de nacimiento, etc.) de millones de ciudadanos mexicanos nacidos en todo México (y no únicamente de aquellos nacidos en las cercanías a la franja fronteriza), el mismo que la empresa norteamericana ChoicePoint adquirió en México allá por el año 2003 y el cual puso a la disposición de agencias del gobierno norteamericano tales como el FBI y la Drug Enforcement Administration. Posiblemente esta base de datos tenga la información suficiente para permitirle al gobierno norteamericano detectar el 99% si no la totalidad de todos aquellos que afirman ser ciudadanos norteamericanos o ser ciudadanos mexicanos según su conveniencia y que poseen documentos "legales" de ambos lados de la frontera para demostrarlo. Y aunque una búsqueda individual caso por caso podría resultar laboriosa, con un buen programa computarizado de apareamiento de resultados similares ("match") las bases de datos podrían ser cotejadas en su totalidad en cuestión de unas cuantas horas arrojando la lista completa de individuos procesables al menos por el delito de falsedad en declaraciones.
Este es un asunto de una magnitud tal que si el Departamento de Estado norteamericano y los Consulados norteamericanos realmente se ponen a trabajar, podría estallar en un escándalo de proporciones colosales que daría fin a un privilegio gozado ilegalmente por una cantidad numerosa de personas residentes en la franja fronteriza México-Estados Unidos. Significaría el fin de toda una era de privilegios. Los afectados podrían ser decenas de miles o inclusive cientos de miles. Pero habría muchos quienes verían con gusto el fin de este estado de cosas. Se trata de los contribuyentes norteamericanos que han estado sosteniendo quizá por demasiado tiempo a una clase privilegiada que viviendo del lado mexicano ha estado recolectando ayuda económica norteamericana sin contribuír jamás con un solo centavo de impuestos a dicho país. Esto además de los millones de ciudadanos norteamericanos y mexicanos a quienes les agradaría dejar de ser ciudadanos de segunda clase al llegar a su fin el uso y el abuso de la "doble ciudadanía" por quienes se han estado pasando de listos por mucho tiempo convertidos en toda una clase de "super-ciudadanos" disfrutando lo mejor de dos mundos a lo cual los demás que sí han estado viviendo bajo la ley jamás han tenido derecho.
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