miércoles, 25 de noviembre de 2009

Juventud perdida

Ante la impotencia de la comunidad en la que vivo que enfrenta una ola de delincuencia y criminalidad que la ha situado ya como la ciudad más peligrosa del mundo, una dudosa distinción que jamás cruzó hace apenas un par de años por la cabeza de la gran mayoría de quienes vivimos en Ciudad Juárez, las autoridades municipales implementaron un plan de policías encubiertos. El lunes 22 de agosto ese plan produjo un resultado concreto, ya que un policía encubierto logró frustar un robo a mano armada que estaba siendo cometido por dos mozalbetes cuya criminalidad muy pocos ponen en tela de duda. Uno de ellos enfrentó al policía encubierto con una pistola y al policía no le quedó más remedio que dispararle dándole muerte en el lugar.

Lo sorprendente del caso es que, ante el hecho de que el criminal era un menor de edad, en los periódicos locales se cuestionó el actuar del policía que no sólo estaba cumpliendo con su deber sino inclusive defendiendo su propia vida ante un delincuente que no vaciló en apuntarle para tirarle a matar, alegando que por tratarse de un menor de edad el policía encubierto se debería haber quedado cruzado de brazos. La primera nota al respecto publicada hoy en el periódico El Diario dice bajo el encabezado “Era tan solo un niño...” lo siguiente:

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“Era tan sólo un niño. Con un susto que le hubiera dado el policía era suficiente, con un tiro en el pie. Pero simplemente le tiró a matar. No es justo, es muy indignante”, clama Argelia Uribe, tía de Miguel Ángel Gardea, el menor de 14 años que el domingo por la noche murió abatido por las balas de un agente encubierto. “Qué cobarde fue el chota: quitarle la vida a alguien por dinero, por proteger la tienda, fue un cobarde por haberle disparado”, dijo uno de los vecinos, de 19 años.
“Ellos también tienen familia, podrían haberlo herido, no matarlo”, agregó otro. El niño fue velado ayer en la casa de una de sus tías maternas, en la colonia Terrenos Nacionales, en el suroriente de la ciudad. Decenas de primos y amigos acompañaron a la madre de familia, quien en pocas palabras sólo expresó sentir impotencia contra el policía que asesinó a su hijo. “¿Qué puede hacer uno contra ellos?”, dijo en voz baja Rosa Gardea, de 35 años, la mamá del menor. La familia de Miguel Ángel no puede explicar qué hacía el menor el pasado domingo por la noche, cuando presuntamente intentaba asaltar una tienda de licores y recibió los disparos del oficial encubierto. Lo que sí saben, dice una de sus tías, es que no era necesario que le dispararan, y menos en dos ocasiones. “Fue muy arrebatado de parte del policía”, dice Argelia Uribe.
El cuerpo fue velado en la sala de la casa, una vivienda de escasos recursos. Dos cartas escritas con plumones de colores y letras de niños, así como una foto del menor, adornaban el cristal del féretro. Afuera, vecinos y amigos denostaban la forma en la que el adolescente perdió la vida. Llamaban “cobarde” al policía encubierto que le disparó en dos ocasiones. Se preguntaban –como la familia– si no tendrían los agentes uniformados otra forma de detener un asalto.
Miguel Ángel no iba a la escuela desde que terminó la primaria, hace dos años. Su madre sólo pudo explicar que había sido decisión de él mismo, que le había dicho que era mejor que ya no hiciera gastos porque a él de todas formas no le gustaba estudiar. Quería encontrar trabajo, comenta su tía, y ayudar a su madre a sacar adelante a sus dos hermanitos menores, de seis y siete años. Por lo demás, comentaron los vecinos y conocidos, Miguel Ángel era un menor que, si bien “le gustaba vivir la vida” –como describieron sus amigos–, también era tranquilo, de buenos sentimientos. Le gustaba además oír música, salir con su novia, dibujar y visitar a sus familiares, como al resto de los muchachos de su edad. La familia asegura que no salía mucho de la casa, o al menos no se movía mucho de la cuadra en la que vivía con su madre, en la colonia Portal del Roble, también ubicada en el suroriente. Nadie en el funeral explicó qué hacía Miguel Ángel tratando de asaltar una tienda de licores y abarrotes Del Río, donde desde 2008 hay vigilancia de policías encubiertos. Nadie sabe tampoco con quiénes estaba el joven, ni si traía o no una pistola de juguete, ni si el policía les dio tiempo o si ellos lo amagaron primero. Lo que sí saben, dijeron, es que disparar en dos ocasiones contra un adolescente es un exceso que no debe repetirse. “No hay ninguna justificación para que le hayan disparado así. Podría haber habido otras maneras para detenerlos”, reitera Argelia Uribe. “Nosotros lo que queremos es que investiguen, para que no vuelva a pasar esto, porque debe haber otras formas de poder detener a un niño como él, porque para nosotros esa no era la forma”, agregó la mujer.

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De acuerdo con esta nota, el asaltante, que se presume que iba armado, era una inocente víctima, merecedor de todas las consideraciones de la ley, merecedor de todas las simpatías, el “bueno” de la película, elevado a la categoría de mártir y héroe, mientras que el policía que estaba cumpliendo con su trabajo frustrando un asalto a mano armada de los cuales ha habido ya demasiados en la ciudad vendría siendo el “malo” de la película. Además de la nota anterior intentando crearle simpatías al delincuente, en el mismo periódico se publicó a un lado esta otra nota bajo el título “Exigen investigar si se usó fuerza excesiva”:

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El asesinato de un menor de 14 años, casi un niño, a manos de un policía encubierto fue considerado ayer como un exceso de fuerza de la autoridad y un hecho que debe investigarse para que, aun en medio de la ola de criminalidad, los agentes no sientan que tienen un cheque en blanco para ejecutar a presuntos delincuentes. “Debe haber una investigación por parte de Asuntos Internos; se trata de analizar lo que pasó, y que no se sientan los policías en la libertad de soltar balazos como si nada”, consideró el criminólogo Óscar Máynez. Lourdes Almada, secretaria de la Mesa de Infancia del Consejo Ciudadano por el Desarrollo Social, consideró “escandalosa” la reacción del policía y la vulnerabilidad de la vida de los jóvenes en Juárez, a quienes no se les ofrecen muchas más opciones que la delincuencia. Máynez reiteró la necesidad de investigar el caso porque “así como la violencia se fue degenerando por falta de contrapesos, una Policía sin regulación también puede ser un riesgo. No se les puede dar una carta en blanco para que disparen en cualquier circunstancia”. El homicidio ocurrió el pasado domingo en una tienda de licores Del Río, ubicada en la colonia Parajes de San Juan, en el suroriente de la ciudad, donde el adolescente Miguel Ángel Gardea, de 14 años, fue sorprendido mientras intentaba asaltar el negocio, por lo que recibió dos impactos de bala que le quitaron la vida. “Esa es la otra cosa que me parece escandalosa: que tenemos una Policía que no sabe hacer más que matar, aunque se supone que es preventiva”, dijo Almada, activista y defensora de los derechos de los menores. “Independientemente de la situación de este muchacho y aunque portar el arma lleve una intención clara, lo escandaloso es que la reacción de la Policía sea esa; hay muchas técnicas y entrenamiento para enfrentar y desarmar a los delincuentes en un contexto de ese tipo, y hay casos de actuación de policías en esas situaciones en otros países, y el tema es ese: la capacitación de la policía, que no están entrenados para la autodefensa ni para el desarme del otro”, agregó Almada. El homicidio detonó desde el primer día reacciones de repudio hacia la actuación del policía encubierto y, al mismo tiempo, revivió el debate sobre la viabilidad de enfrentar al crimen en Ciudad Juárez con ese tipo de agentes, a quienes se les atribuyen ya seis homicidios en las mismas circunstancias. El hecho de que la víctima haya sido un adolescente de 14 años, además, puso de relieve la alta incidencia de homicidios dolosos cometidos en contra de menores de edad en Ciudad Juárez. “Creo que el problema más fuerte con relación a la delincuencia es la falta de un proyecto social, estamos perdiendo una generación de jóvenes que si no son asesinados por el crimen organizado, son metidos a la cárcel o mueren en estas circunstancias”, dijo el lunes la activista social Cipriana Jurado, del Centro de Investigación y Solidaridad Obrera. “La ley dice que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario, y aquí, antes de un juicio o sentencia de culpabilidad, están siendo asesinados”, agregó Jurado.

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Cabe hacer sobre todo esto algunas observaciones. La primera es que en la vecina ciudad fronteriza de El Paso, Texas, si alguien le apunta con una pistola o lo que parece ser una pistola a un policía en activo el policía está en pleno derecho de desenfundar su arma y responderle al agresor, no importando que tenga mayoría de edad o que sea un menor de edad. Tiene la autorización para ello y el pleno respaldo de la ley. El policía no está obligado en ningún momento a asumir el papel de adivino para tratar de averiguar a lo lejos si la pistola con la que le están apuntando es una pistola de verdad o una pistola de juguete. El policía tiene plena autorización para responder con fuerza letal a quien lo amenace con fuerza letal. Esto en los Estados Unidos. Y la ciudad de El Paso es en estos momentos la segunda ciudad más segura en toda la Unión Americana.

En realidad, en la ciudad en la que vivo no hay muchas simpatías para el delincuente acribillado por el policía encubierto, a juzgar por los comentarios hechos en el mismo periódico a través de su página en Internet de los cuales me tomaré la libertad de reproducir algunos:

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“--- que poca madre!! estos mugrosos lepes si pueden andar por ahi haciendo lo que se les da la gana, delinquiendo a placer...y cuando se topan con un policia haciendo su trabajo...entoces si son pobrecitos niños....!!! a la fregada !!!! si entro a robar y lo mataron que bueno !! a ver si asi aprenden estos mocosos a que mejor se dediquen a estudiar y trabahjar honradamente...!!! Y que los policias no pueden "soltar balazos" pero los delincuentes si pueden...entonces para que demonios queremos policia..?!?!”

“--- ¡mah que la canción! Nos quejamos de la cada vez más brutal delincuencia, pero queremos medidas blanditas contra ella... ¡medidas TIBIAS! Yo me pregunto: si era sólo un niño, ¿por qué sus padres no estaban al pendiente de él, de lo que hacía? Es triste decirlo porque se trataba de una vida muy joven, pero que sirva esto de lección para otros "niños", para que sepan que vivimos en un mundo de adultos donde si te portas mal te puede ir mal; y que no piensen que vivimos en un mundo de juguete. En la vida real, en el mundo real, aquí en Juárez, si andas de malandro y cometes un delito, te puede ir de mal a peor. No se vale pedir "kinkis". Saludos Juan Carlos Esquivel”

“--- Pues que me perdonen los familiares, pero saben cuanto mocoso anda por las calles armado y arrebatándole bienes (que estos mozalbetes ya saben cuanto cuesta ganar) a la gente decente??? Es muy fácil decir: debieron haberlo hecho diferente, pero yo les pregunto: Y USTEDES que debieron haber hecho distinto para que su familiar no anduviera delinquiendo?? Esa es la pregunta que deberían de hacer... Dicen: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra", es fácil condenar lo difícil es aceptar la responsabilidad de cada uno....”

“--- Es la historia de nunca acabar con las mamas de estos mocosos... y como siempre el comun denominador.. la falta de una figura paterna, es verdad era solo un niño, pero ya a los 14 años estaba cometiendo un asalto a MANO ARMADA.. entonces que puede hacer uno, no hacerle nada, meterlo a la carcel de menores 1 mes y en unos 2-3 años ya esté de disque narco.. y luego sicario.. no señor, lo que se deberian de reprochar estas señoras argüenderas es por qué no le inculcaron valores a sus hijos, y a todas las jovencitas no se metan con cualquier Pen@#$@# nada mas por cara bonita .. que siempre las van a terminar dejando y sus hijos van a ser los futuros asaltantes de tiendas, robacarros y mandaderos del narco.”

“--- la culpa no es de él es de los padres donde estaban??? como que ya no quiso estudiar... ahora hecharle la culpa al policia, claro que no cuida a tus hijos, con quien se junta, que hace todo el dia primero analisitate TU, y despues hechale la culpa a los demas, ya a los 14 ya andan de ratas como no fue y se formo en algun lugar para buscar trabajo pero igual el no es el culpable, uds los padres son los culpables”

“--- Si fuese un niño y si su mami hubiera estado al pendiente de el, no hubiera andado asaltando con la bola de pandilleros, aparte ellos pudieron haber matado a los guardias en todo caso... (Universitaria)”

“--- Sres Familiares del menor: 1.- la educacion empieza por la casa, ustedes fracazaron en ese aspecto. 2.- ustedes mismos dicen no sabemos que hacia ahi asaltando, si ustedes no sabian el policia menos, ya que el no lo conoce. 3.- el policia no mato por dinero, es su trabajo 4.- el policia no se va aponer a indagar hasta que grado llagara el asaltante con tal de cometer el atraco. el solo tiene segundos para reaccionar ante tal situacion. 5.- el problema no es si tenia 14 o 50 años, el problema es que el estaba desarrollando una actividad Ilicita y se tenia que repelar tal acto. 6.- el joven con apenas 14 años y ya con novia?. sus prioridades era el ESTUDIO. LOS VALORES SOCIALES, ETICOS Y MORALES ES DIRECTAMENTE PROPORCIONAL A LA EDUCACION RECIBIDA EN CASA”

“--- ERA TAN SOLO UN NIÑO...pero sus actitudes no fueron de niño, si el se mete a robar, con pistola de postas o de verdad, la intenciòn es la misma. Si son niños, niños que desde pequeña edad empiezan a delinquir. ¿Por que ahora si exigen justicia los familiares?, ¿cuantas son las vìctimas de estos NIÑITOS que hemos padecido asaltos, robos, robo de autos con violencia, venta de drogas, etc. etc.? Si son NIÑOS, a los NIÑOS los padres tienen la obligaciòn de cuidar, no exigir justicia cuando los matan por entrar a robar. Un susto solo habìa bastado, y si es el policìa encubierto el muerto, exigirían la misma justicia?. Nadie puede saber si una pistola es de postas o verdadera, por ahì deben de vigilar los padres que es lo que su hijos guardan, con que amistades se juntan, si traen dinero que ellos no les hayan dado, hay mil maneras de prevenir estos delitos cometidos por NIÑOS que cuando los agarran van an Tribunal un corto tiempo y salen con doctorado a seguir delinquiendo. Descanse en paz este NIÑO que provocò su muerte. (moer42@yahoo.com.mx)”

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Todos estos comentarios de repudio a las notas periodísticas con las cuales se trata de elevar a un mozalbete delincuente a la categoría de mártir y víctima no hacen más que reflejar el hartazgo de una comunidad que ya está fastidiada con tanta criminalidad, con tanta violencia, con tanta impunidad. Sobran en la ciudad quienes piensan seriamente que al policía encubierto que frustró el asalto matando al delincuente se le debería dar un bono extra y un reconocimiento especial porque al haber matado al delincuente ya no volverá a delinquir. Estando ya muerto no habrá Juez de Garantía que lo ponga nuevamente en las calles a los pocos meses para que pueda seguir delinquiendo. Estando ya muerto, no cometerá nunca más un asalto a mano armada, ni podrá matar a nadie más, ni la sociedad se tendrá que encargar de su manutención por los largos períodos que pase en la cárcel mientras sale para volver a delinquir, ni se incurrirá en los altos costos judiciales (abogados, fiscales, jueces, tribunales de apelación, amparos federales, supervisiones de libertad condicional, etc.) incurridos en estarlo llevando a juicio cada vez que delinque. Visto con frialdad, la sociedad sale ganando con la muerte de este delincuente, tanto en términos económicos como por el mal que pudo haber hecho a la sociedad si hubiese seguido viviendo y que ya no podrá hacer. De haber seguido viviendo, las leyes laxas que en estos momentos protegen a los delincuentes menores de edad le habrían dado a este joven delincuente todas las oportunidades del mundo para seguirle causando daño a la sociedad. Esto último trae a colación el famoso caso de un temible descuartizador de nombre Vicente León Chávez, el cual el 20 de mayo de 2004 junto con dos compañeros más del Colegio de Bachilleres # 6 mataron y destazaron a su padre, madre y hermana. No conforme, metió los restos humanos en un vehículo y les prendió fuego para simular una ejecución. Al día siguiente del triple asesinato, el descuartizador tomó a su hermanito menor de la mano y se fue al Balneario Las Anitas a divertirse en las albercas con motivo del Día del Estudiante. Este peligrosísimo delincuente, en vez de ser remitido por el resto de su vida a un centro penitenciario para impedirle causar más daño a la sociedad, fue puesto en libertad al poco tiempo precisamente porque cuando cometió el triple homicidio en contra de sus propios familiares tenía 17 años, era menor de edad. Y esto lo supo la comunidad porque poco tiempo después se enteró de que este criminal murió acribilllado cuando cenaba tranquilamente en el puesto de tacos Los Mochis situado en calles del Fraccionamiento Papigochi cuando se encontraba en el puesto en compañía de un amigo que también fue asesinado, siendo ambos acribillados por un comando que los fusiló con mas de 70 balazos. A estas alturas, ya nadie se pregunta las razones del por qué el descuartizador fue acribillado por un comando armado ni hay mucha prisa por llevar a sus ejecutores ante la justicia porque a fin de cuentas los ejecutores del descuartizador aplicaron la justicia que el mismo sistema tan atrozmente le negó a la sociedad y a los propios familiares del descuartizador. ¿Qué andaba haciendo suelto en la calle tan peligroso criminal?, se preguntaron muchos. ¿Acaso las leyes están hechas nada más para favorecer al delincuente, en perjuicio de la sociedad? Lo más aberrante del caso es que, aunque aquí hubo una pena de muerte que le fue aplicada al descuartizador, esa pena de muerte no fue el resultado de un sistema judicial enérgico diseñado para proteger a la sociedad de la delincuencia sino el resultado de otro suceso violento cometido al margen de la ley.

Los casos de estos menores de edad que desde muy temprana edad ingresan al mundo del hampa reflejan una descomposición de valores con la cual ninguno de ellos mide las consecuencias de sus actos, no miden el daño que le están ocasionando a otros, ni se ponen a meditar en lo que sus actividades les provocarán a ellos mismos. Posiblemente si supieran la forma en la que van a terminar sus vidas a temprana edad, ninguno de ellos delinquiría. Se trata de una juventud perdida que está más allá de la salvación a la que podrían haber aspirado si otro fuera el orden de cosas en este mundo. La siguiente fotografía muestra la carroza fúnebre en la que era transportado el cadáver del joven delincuente que murió al intentar cometer un asalto a mano armada a la tienda de licores Del Río el domingo 22 de noviembre de 2009:





¿Habría salido fuera de su casa este delincuente a cometer su asalto ese día a sabiendas de que lo estaba esperando la muerte? Lo dudo. ¿Habría tomado el camino del mal de haber estado realmente consciente de las consecuencias de sus actos? Lo dudo. En cualquier caso, ya no se puede hacer nada por él. Perdió su vida, y bajo la perspectiva religiosa, tal vez también perdió su alma. Esto mismo podemos decir de muchos otros jóvenes que como él están delinquiendo en estos momentos creyendo que nunca les va a pasar nada malo, creyendo que la suerte siempre estará del lado de ellos porque hasta el día de hoy el mal que han estado haciendo no se les ha revertido. Pero a fin de cuentas, es la vida misma la que se encarga de poner a cada quien en su lugar y darnos a todos una lección. Y en ciertos casos, la lección puede ser durísima, porque no admite ni siquiera la posibilidad o la esperanza del arrepentimiento.



lunes, 23 de noviembre de 2009

Help wanted

Desde que tengo memoria, la postura oficial del gobierno norteamericano con respecto a los trabajadores mexicanos indocumentados en dicho país ha sido que no se les necesita en lo absoluto para nada, que hay suficiente gente entre los mismos norteamericanos para llevar a cabo los mismos trabajos que están siendo llevados a cabo por los mexicanos indocumentados, y de hecho unos de los requisitos que hacen tan difícil el poder inmigrar legalmente a los Estados Unidos es la obligatoriedad burocrática en obtener un documento del Department of Labor que certifica que para el trabajo que el interesado en inmigrar piensa llevar a cabo en los Estados Unidos no hay ningún norteamericano que no pueda hacer dicho trabajo, esto supuestamente para que el que quiere inmigrar no le quite su trabajo a un norteamericano.

La lógica empleada en el razonamiento para este requisito más de índole burocrática que realista, hechura plena de un Congreso norteamericano constituído por una mayoría de Congresistas y Senadores que parecen vivir fuera de la realidad, supone de hecho que antes de que a alguien se le pueda autorizar su ingreso legal a los Estados Unidos éste tiene que demostrar fehacientemente que su ingreso no le quitará un empleo a ninguno de los que forman parte de las decenas de millones de trabajadores en dicho país.

¿En qué cabeza cabe que en un país de extensión territorial tan grande como los Estados Unidos (la mitad de la cual pertenecía a México antes de que Antonio López de Santa Anna les entregara tan vastas extensiones de terreno con los tratados de Guadalupe-Hidalgo) no habrá absolutamente nadie que no pueda hacer cualquier trabajo que pueda desarrollar algún mexicano interesado en inmigrar, ya sea plomero, carpintero, jardinero, enfermera, ingeniero civil, secretaria, trabajadora doméstica, contador, maestro, en fin, prácticamente cualquier profesión? Naturalmente, esto no tiene nada que ver con el hecho de que si hay una necesidad de enfermeras en cierto hospital de algún poblado de Kansas o de buenos carpinteros en alguna mueblería de Utah, los empleadores que tienen las vacantes para esos trabajos no hayan podido conseguir a nadie dentro del territorio norteamericano dispuesto a cambiar su residencia a ese poblado de Kansas o al estado de Utah. “Pero eso ya no es problema nuestro”, dirán los Congresistas norteamericanos, “a lo mejor no hay nadie disponible o dispuesto a cambiar su lugar de residencia a esos lugares en donde tienen esas vacantes porque pagan salarios muy bajos, y eso ya no es cosa nuestra”. Si hay 100 vacantes en cierta parte de Estados Unidos, y si fuera de esa parte de Estados Unidos hay 100 mil norteamericanos que pueden hacer el trabajo para el cual están abiertas esas vacantes pero que no están dispuestos a hacerlo y no lo harán por el motivo que sea, eso no es motivo para que los Congresistas le autoricen al entrada legal a 100 mexicanos que estén dispuestos a tomar esos trabajos. Lo único que les importa al Department of Labor y a los Congresistas es que dentro del territorio norteamericano haya suficiente personal para cubrir la demanda laboral, y lo demás a los Congresistas no les importa, nunca les ha importado. Los mexicanos que de cualquier manera ingresen a territorio norteamericano para tomar esos trabajos son vistos entonces como unos delincuentes, casi como unos criminales que si son descubiertos por las autoridades migratorias son fichados y deportados prontamente a México. Esto fue precisamente lo que sucedió en mayo de 2008 en la planta procesadora de alimentos Agriprocessors situada en Postville, Iowa, en un operativo en el cual se arrestaron a 290 guatemaltecos, 93 mexicanos, dos israelís y cuatro ucranianos. Tras el operativo, no sólo la planta se fue a pique, también la economía del poblado quedó en la ruina, pero nada de eso le importó ni al Department of Labor ni a los Congresistas norteamericanos, porque al fin y al cabo viven encerrados a perpetuidad en la mentalidad simplista de que “eso ya no es problema nuestro, a lo mejor no hay nadie disponible o dispuesto a cambiar su lugar de residencia a esos lugares en donde tienen esas vacantes porque pagan salarios muy bajos, y eso ya no es cosa nuestra”.

Con tales actitudes, prácticamente la única manera de poder inmigrar legalmente a los Estados Unidos es por la vía del matrimonio casándose con un norteamericano o con una norteamericana, el primer lugar en la lista de prioridad que se les dá a los solicitantes dentro de la cuota de inmigración autorizada para cada año, para lo cual no piden ni la famosa “carta de trabajo” ni se requiere tener mérito académico alguno e inclusive no se requiere cumplir así sea un mínimo de estudios escolares. Muchos fanfarrones que se jactan de haber arreglado su ingreso a los Estados Unidos gracias a sus supuestas “excepcionales capacidades intelectuales” o méritos académicos en realidad lograron inmigrar por haberse casado con un norteamericano o con una norteamericana, sin lo cual habrían tenido que hacer “cola” en una larga lista de espera en la cual pueden pasar muchos años antes de que les toque su turno para la famosa “cita” en el Consulado norteamericano.

Uno supondría que Estados Unidos, si fuese congruente consigo mismo, si fuese parejo en sus criterios y completamente honesto en su proceder, no haría absolutamente nada para alentar la inmigración ilegal hacia los Estados Unidos. Pero la realidad contrasta con la ficción en la que están sumergidos los políticos norteamericanos, y una prueba de ello es lo que apareció hace algunos días en la sección de avisos clasificados en el principal periódico de la ciudad fronteriza en la que vivo, El Diario. Se trata de un periódico que se publica, se imprime y se vende en México, no en los Estados Unidos, y se trata de un anuncio que empieza con un encabezado que dice “Help Wanted” (Se solicita ayuda), pagado por una agencia cuyo nombre es la Texas Workforce Connection Office. El anuncio comienza dando el nombre de la compañía de la siguiente manera: “UNION HARVEST seeks 94 Temporary Workers (Union Harvest solicita 94 trabajadores temporales) to harvest lettuce (para recolectar lechugas) within a 30 mile radius of Yuma, Arizona (dentro de un radio de 30 millas de Yuma, Arizona), from November 15 2009 to April 5, 2010. Pay (paga por hora) $8.70 per hour, 40 hours per week plus possible overtime. The company guarantees at least more than or equal of the stated work hours for the contract period (la compañía garantiza por lo menos una cantidad igual o mayor de trabajo por el período del contrato). All required tools and equipment are supplied at no cost to worker (todas las herramientas y el equipo son suministrados sin costo alguno al trabajador). For workers beyond a reasonable commuting distance housing will be provided at no cost to worker, as will transportation to/from work locations an housing (para trabajadores más allá de una distancia razonable de traslado les será proporcionada habitación sin costo alguno, así como transporte de/hacia los lugares de trabajo y vivienda). Inbound transportation and subsistence costs to place of employment will be reimbursed to workers from outside the commuting area upon workers completion of 50% of the employement period (transporte hacia el centro de trabajo y costos de subsistencia serán cubiertos a los trabajadores fuera del área de traslado tras haberse cumplido el 50% del período de trabajo”.

Lo primero que llama la atención de este anuncio es que en ninguna parte del anuncio se les pide a los interesados que cuenten con documentación legal para poder trabajar en los Estados Unidos. Otra cosa que llama la atención es que el anuncio haya sido pagado para su publicación en México, para ser visto y leído por mexicanos. Pero otra cosa que llama aún más fuertemente la atención es que las vacantes para estos trabajadores de campo son en Yuma, en el estado de Arizona, precisamente uno de los estados más ferozmente inmigrantes de la Unión Americana, el cual se ha distinguido por estar pasando leyes cada vez más duras para castigar a la inmigración indocumentada. Entonces yo me pregunto: ¿acaso no tienen suficientes norteamericanos ahí mismo en Yuma, Arizona, que estén dispuestos a hacer ese duro trabajo de recolectar lechugas en la granja Union Harvest, como para no tener que andar saliendo fuera de Arizona publicando anuncios en México con esas ofertas de trabajo? ¿Que andan haciendo esos empleadores no sólo fuera de Arizona, sino inclusive fuera de los Estados Unidos, pagando esos anuncios como cebo seguro para el muy posible reclutamiento de trabajadores indocumentados de México? ¿Pues no se han estado quejando por décadas de que los trabajadores mexicanos, a los que no bajan de mugrosos, asquerosos, flojos e inútiles, no se les necesita para nada porque hay suficientes norteamericanos para hacer esos trabajos? Y si no los hay en Arizona, ¿en donde está el U.S. Department of Labor que tan ferozmente se ha opuesto en el pasado a la contratación legal de trabajadores agrícolas temporales mexicanos? Y si no los hay en todo Estados Unidos, ¿en dónde están todos esos Congresistas norteamericanos que, siempre en mayoría, han votado, votan y siguen votando en contra de cualquier propuesta que pueda autorizar el ingreso de trabajadores mexicanos a los Estados Unidos para llenar las vacantes que ningún norteamericano quiere cubrir?

El anuncio al que estoy haciendo mención no es algo que ocurra una vez cada cinco o diez años. Continuamente aparecen publicados estos anuncios en El Diario, sobre todo en tiempos de recolección de hortalizas. Otro ejemplo de tales anuncios que aparece frecuentemente en el mismo periódico ofertando trabajos a mexicanos en México que estén dispuestos a trasladarse a los Estados Unidos es uno de varios en los que solicitan enfermeras mexicanas, en el cual tampoco se pone en el mismo anuncio como requisito indispensable el que la persona interesada tenga sus papeles en regla (ciudadanía norteamericana o pasaporte de residencia en los Estados Unidos). Es más, ni siquiera se les pide o se les advierte a los/las interesadas que tengan en trámite sus documentos ante el Consulado norteamericano para poder inmigrar legalmente a los Estados Unidos. Este anuncio lo pone una empresa llamada “Nurses Now International”, la cual proporciona el número telefónico de llamada gratuita 01-800-8324-769, con un domicilio en el Boulevard Teófilo Borunda número 6941 en la Colonia Partido Iglesias en Ciudad Juárez, Chihuahua, con domicilio permanente en Internet dado como www.nni.com.mx. ¿Pues qué acaso no hay en todo Estados Unidos una sola enfermera norteamericana que pueda cubrir esas vacantes? Siguiendo la lógica utilizada por los Congresistas y los votantes que por mayoría en votación democrática los enviaron como representantes suyos al Congreso, ¿acaso estas enfermeras contratadas en México no le están quitando sus empleos a las enfermeras norteamericanas que están desempleadas? ¿Para qué andan buscando en México si supuestamente y teóricamente tienen dentro de los Estados Unidos toda la gente que necesitan para cubrir estos trabajos? ¿Qué pasó con el argumento de que el mexicano típico es un greaser apestoso, maloliente e indeseable al cual hay que cerrarle por completo las puertas al mercado laboral norteamericano porque los empleos en Norteamérica deben ser única y exclusivamente para los norteamericanos? ¿Y qué tiene que decir a todo esto el U.S. Department of Labor, cuya postura oficial es y ha sido siempre que Estados Unidos no necesita de gente de fuera salvo en casos excepcionales y bajo circunstancias muy especiales que como las ponen casi nunca se dan? A esto tenemos que agregar el hecho de que, con plena seguridad, quienes contratan a indocumentados mexicanos dentro de los Estados Unidos saben de sobra que están contratando a gente que se encuentra sin documentos legales en dicho país. Ya basta de fingir que no saben lo que está sucediendo. Detrás de cada indocumentado mexicano en los Estados Unidos necesariamente debe de haber un empleador norteamericano que le está dando trabajo, porque si no fuera así, si nadie en Estados Unidos contratara a indocumentados, nadie se iría para allá, así de simple. En contraste con los cientos de miles que deporta Estados Unidos a México cada año, ¿a cuantos empleadores norteamericanos de indocumentados está metiendo a la cárcel por contratar a sabiendas a gente sin papeles ? ¿100 mil? ¿50 mil? ¿dos mil al año? Yo creo que la cifra no llega ni siquiera a mil, una cifra ante la cual los Congresistas y las autoridades encargadas de reforzar las leyes migratorias simplemente se voltean hacia el otro lado y se hacen de la vista gorda. Por cierto, me gustaría poder echarle un vistazo al interior de las casas en que habitan muchos de estos políticos, funcionarios, Congresistas y Senadores norteamericanos, para ver si todos ellos sin exceptuar a ninguno son respetuosos de sus propias leyes y no tienen a ninguna indocumentada trabajando dentro de sus casas (algunas de estas casas son mansiones de por lo menos cuatro o cinco recámaras con alberca incluída) como trabajadoras domésticas, barriéndoles la casa, trapeándoles los pisos, tendiéndoles las camas, sacudiendo las cortinas; en fin, todo aquello para lo cual tendrían que tener a sus propias esposas (norteamericanas) trabajando todo el día como criadas dentro de la casa, casi casi trabajando como esclavas. Una que ciertamente se burló de las duras leyes migratorias fue la abogada norteamericana Zoe Baird, la cual fue nominada en 1993 para ser la Procuradora General de Justicia de todo Estados Unidos, ni más ni menos que la misma persona encargada de hacer respetar las leyes migratorias federales, la cual se vió obligada a retirar su nominación para tan alto cargo al descubrírsele que tenía trabajando a dos indocumentados dentro de su propia casa, un chofer y una nana. En vez de terminar en la cárcel, a Zoe Baird se le castigó con una multa simbólica de tres mil dólares por todo el asunto, una bicoca considerando que se trata de una persona acostumbrada a ganar más de medio millón de dólares al año, y una invitación expresa a que muchas otras norteamericanas como ella sigan rompiendo las mismas leyes norteamericanas. Pero como alguien tiene que cargar con toda la culpa en caso de problemas, pues allí está el mismo indocumentado mexicano como el chivo expiatorio ideal, el apestoso greaser al que nadie quiere pero al cual si no todos por lo visto muchos norteamericanos y norteamericanas están dispuestos a contratar aún a costa de quebrantar sus propias leyes.

Pero esto no es toda la historia.

El periódico mexicano El Diario en donde aparecen estos anuncios se distribuye en una ciudad en la que está ubicado el mayor Consulado norteamericano fuera de los Estados Unidos, con una gran cantidad de empleados trabajando directamente para el gobierno norteamericano, precisamente para la división que se encarga de cuestiones migratorias y legalización de residencia en los Estados Unidos. ¿Acaso no hay ninguno de ellos que jamás se haya dado cuenta de estos anuncios pagados por empresas norteamericanas que más bien constituyen invitaciones abiertas para infringir las leyes migratorias norteamericanas? ¿Por qué razón el Consulado norteamericano, que yo sepa, jamás ha tomado cartas en el asunto ni ha emprendido una investigación sobre estos anuncios para emprender posteriormente acción legal en contra de potenciales empleadores de indocumentados? ¿Acaso no estaba penalizada ya la contratación de indocumentados?

Pero el periódico mexicano El Diario no solo está accesible a un costo mínimo a cualquier empleado del Consulado norteamericano, en especial el mismo Cónsul en persona, que tenga unos cuantos minutos para echarle una ojeada al periódico para ver los anuncios de este tipo que puedan estarse publicando en México invitando a los mexicanos a infringir las leyes norteamericanas de inmigración. También puede ser leído por cualquiera de los cientos de agentes que laboran en la U.S. Border Patrol (la patrulla fronteriza, mejor conocida como “la migra”) o en la Office of Homeland Security que aglutina las funciones del departamento de Aduanas e Inmigración. Que yo sepa, jamás ha aparecido noticia alguna en la cual se haya emprendido una acción dura y enérgica por parte del gobierno norteamericano a instancias de cualquiera de sus empleados en respuesta a los anuncios que aparecen publicados en periódicos mexicanos con ofertas de trabajo en los Estados Unidos.

Esto a lo que he hecho mención es cosa de grandes empresas como Unión Harvest. Pero también hay lo que en México se le llama “contratación hormiga” de indocumentados mediante la cual a través de anuncios en la sección de clasificados se anuncia apertura de trabajos como empleadas domésticas a mexicanas que estén en disponibilidad de cruzar a la vecina ciudad de El Paso para trabajar ahí ya sea ayudando en las labores de hogar o cuidando a los niños. Que yo sepa, jamás se ha investigado y mucho menos se ha castigado a nadie que desde la ciudad de El Paso (y supongo que también desde la gran mayoría de ciudades fronterizas norteamericanas) pone esos anuncios en la sección de avisos clasificados para contratar ILEGALMENTE a trabajadores mexicanos. Esto debe hacerse claro: no se trata de mexicanos que hayan violado las leyes migratorias y estén buscando un trabajo en los Estados Unidos con la esperanza de encontrarlo, se trata de ciudadanos y empresas norteamericanas que liberalmente vienen a México a anunciar esas aperturas de trabajo, invitando a los mexicanos a ir para allá en violación de las leyes migratorias, sin que autoridad norteamericana alguna haga algo al respecto. Un ejemplo de los cientos o miles de anuncios puestos en México por norteamericanos ofertando empleo a niñeras o trabajadoras domésticas que quieran ser candidatas a indocumentadas (obviamente no puedo reproducir todos los anuncios por falta de espacio) es el siguiente:
“SOLICITO niñera para cuidar niña de 1 año y trabajo sencillo de casa, por 4 días en El Paso, $100.00 dólares semanales, informes 915-694-1945”.
Este anuncio está siendo publicado en México ofertando un trabajo en los Estados Unidos, en la ciudad norteamericana de El Paso, Texas, sin pedir de antemano en dicho anuncio que las interesadas para esos trabajos de niñera tengan ciudadanía norteamericana, pasaporte de residencia legal, o por lo menos documentos en trámite para poder tomar residencia legal en los Estados Unidos con derecho a buscar empleo. Como este anuncio aparecen publicados cientos y cientos con el paso de los meses. Que yo sepa, las autoridades migratorias norteamericanas jamás han metido a la cárcel a ninguna de estas amas de casa norteamericanas que contratan en México a mexicanas indocumentadas a sabiendas de que están contribuyendo a que se violen y rompan flagrantemente las leyes migratorias, ni se investiga a las norteamericanas que publican tales anuncios en México pese a que el FBI puede en cuestión de minutos ubicar el domicilio del empleador violador de leyes migratorias con el número telefónico proporcionado en dichos anuncios. Si llega a haber alguna acción de tipo legal, esta se limita a dejar caer sobre el indocumentado o la indocumentada todo el peso de la ley dejando al empleador de indocumentados en plena libertad para que vuelva a contratar más gente indocumentada, porque el mexicano es el culpable de todo y los empleadores norteamericanos son blancas palomas dignas de misericordia y respeto. Así trabaja la sociedad norteamericana. No me asombraría en lo absoluto que alguno de esos domicilios en los que tienen trabajando a niñeras mexicanas puedan ser casas de funcionarios que trabajan para el gobierno federal cazando indocumentados o inclusive mansiones de políticos que públicamente se oponen de modo terminante a que se pueda firmar un acuerdo con el gobierno de México para un programa de empleos temporales en los Estados Unidos. Sobre esto último, no son pocos los que sospechan que las autoridades migratorias estadounidenses al igual que los Congresistas norteamericanos que hacen las leyes y que se oponen terminantemente a la creación de un programa de trabajadores temporales traídos de fuera saben perfectamente en qué lugares se pueden llevar a cabo redadas masivas de indocumentados con la certeza absoluta de poder detener a decenas de millares de ellos, en lugares tales como los campos agrícolas y las empacadoras de carne. Estas sospechas son reforzadas por la aparición de noticias como una nota publicada desde Willard, Ohio, bajo el título “Afecta a los inmigrantes arduo trabajo del campo”, en la cual se lee: “Las nubes están bajas cuando los trabajadores, con jeans gastados, camisas y gorras de béisbol polvorientas, comienzan a descender de un autobús escolar blanco en un campo lleno de plantas de pimientos verdes. Con la eficacia de una máquina, unos 80 trabajadores —todos hombres, hispanos, menores de 45 años— buscan entre las plantas verdes hasta encontrar pimientos relucientes, que cargan en cestas. Cuando la cesta está llena, la cargan al hombro y la llevan a un camión. La alzan y se la entregan a dos hombres que vuelcan los pimientos. Hacen falta unos 45 pimientos para llenar una cesta. Un trabajador experto lo hace en no más de dos minutos. A los más nuevos puede tomarles un máximo de cinco minutos. Los trabajadores recogen y transportan miles de pimientos por día. Es una tarea pesada, que desgasta los músculos de la espalda. Están inclinados todo el día y surgen fuertes dolores. ‘Le hace mucho daño a la espalda’, expresó George Gamboa, quien ha trabajado en esto por años. ‘Llega un momento en que uno está todo entumecido. A veces, uno regresa al trabajo al día siguiente y todavía siente dolor del día previo’. De todos modos, los trabajadores no se amilanan. Saben que el dolor es parte del trabajo. Sus padres, quienes vinieron a Estados Unidos de jóvenes, son capataces en la Wiers Farm, granja de Willard donde trabajan desde hace 31 años. Sus padres mantienen un pie en el centro del país y otro en la Florida. Van donde hay cosechas. Gamboa, quien tiene 35 años y algunas canas, también iba de un lado al otro cuando era más joven. En la adolescencia, caminaba detrás de tractores por plantaciones de apio para asegurarse de que nada se caía a un costado. Si algo caía, debía recogerlo y cargarlo en el remolque. Parecía una tarea sencilla, pero no lo era. Gamboa recorría largas distancias todos los días y terminaba con los pies deshechos. Decidido a darle un respiro a sus pies, aceptó trabajar como cortador, lo que implica que usaba cintas de goma y una cuchilla de jardinería para armar racimos. El oficio de cortador tiene sus penurias. También hay que inclinarse por horas, con el consiguiente desgaste de la espalda. Los esfuerzos de Gamboa rindieron dividendos cuando fue ascendido a capataz hace cuatro años y posteriormente a coordinador de seguridad de los alimentos en Wiers Farm. Jamás dejará de ser un peón que sigue a las cosechas. Esa es su esencia y el trabajo del campo le llama. ‘No creo que lo deje nunca. Volveré’, expresó Gamboa. ‘Me encanta. Es algo que llevo adentro. Es un trabajo duro, pero cuando uno lo hace desde niño, le toma el gusto’. El sudor de los inmigrantes es el principal sostén de la vasta operación de la Wiers Farm, que llega desde Michigan hasta Ohio y la Florida. Wiers Farm es una de las operaciones agrícolas más grandes de la región y una de las que emplea más trabajadores extranjeros. La región tiene una de las concentraciones de trabajadores agrícolas temporales más grandes del estado. En el 2008 había 5.320, según un censo de inmigrantes realizado por el Departamento de Salud de Ohio. Otras empresas de la región que contratan numerosos extranjeros son Buurma Farms en Celeryville, Corso’s Nursery en el condado de Erie y Gonya Farm en el de Sandusky. Unas 180 personas trabajan en la planta empacadora de Wiers Farm. Los trabajadores del campo ganan bastante más que el sueldo mínimo, ya que tienen un salario base de 4.25 dólares la hora y además cobran una suma aparte según la cantidad de canastos que llenan. Los empleados de la planta empacadora, en cambio, perciben casi todos el salario mínimo. Todos, peones de campo y empleados de la planta, trabajan entre 12 y 16 horas diarias, durante las cuales están parados. Los músculos de las piernas se endurecen hasta doler. Pero nadie se queja. Necesitan el trabajo y han recorrido enormes distancias, soportando grandes penurias, para venir aquí. Gamboa dice que habló con hombres y mujeres que cruzaron el desierto de noche, con temperaturas heladas, rodeados de víboras y escorpiones, para llegar a Estados Unidos. Muchos no tenían agua ni comida. Por ello, están dispuestos a aguantar lo que sea, sin quejarse. Las quejas, por otra parte, no caen bien. Sylvia Rodríguez asegura que fue despedida por armar revuelo. Dice que abrió la boca porque no estaba dispuesta a soportar el maltrato de su capataz y que a las pocas horas ella y todos sus familiares habían sido despedidos. ‘Me echaron ayer por defenderme’, afirmó. ‘No quieren que una reaccione. Si te gritan, mejor te callas y vuelves a trabajar’. Rodríguez, de 38 años, buscó la ayuda de Advocates for Basic Legal Equality, agrupación que defiende los derechos de los trabajadores temporales, y logró que la empresa la tomase nuevamente, junto con sus familiares”.

La nota periodística cuyo contenido me he tomado la libertad de reproducir aquí es una nota publicada por la Associated Press. O sea que inclusive antes de que pueda ser leída en México ya está siendo leída en los Estados Unidos, sobre todo por gente en el gobierno norteamericano cuya función es atender única y exclusivamente la cuestión de la inmigración ilegal. En notas como esta podemos ver nombres de empresas tales como Wiers Farm, Buurma Farms, Corso’s Nursery y Gonya Farm. Seguido aparecen en los periódicos norteamericanos noticias como estas. Si las autoridades migratorias norteamericanas realmente estuvieran interesadas en expulsar de los Estados Unidos a todos los trabajadores mexicanos indocumentados, podrían hacer visitas sorpresivas de manera continuada y al azar a todas estas empresas además de empezar a meter a sus dueños a la cárcel. Pero no lo han hecho, y muchos sospechan que si no lo han hecho hasta ahora es porque en caso de hacerlo saben muy bien que pueden quebrar la espina dorsal de la economía norteamericana en dos enviando a la nación a la bancarrota, hundiendo al país en una depresión económica mil veces peor que la de 1929, perjudicando a quienes con el pago de sus impuestos le están pagando sus salarios a todos los que trabajan en “la migra” e inclusive en el mismo Congreso norteamericano en donde se elaboran las leyes anti-inmigrantes, y por ello más que actuar para “limpiar” al territorio norteamericano de mexicanos indocumentados de una vez por todas lo que están haciendo es actuar como una especie de “moderador” para que no haya más gente de la que el país necesita en los campos agrícolas, en las empacadoras de carne, en los trabajos de construcción, en los oficios, etc. O sea, algo así como un regulador de la oferta y la demanda, algo en lo que todos están de común acuerdo pero que nadie quiere reconocer y aceptar como lo que es. La nota periodística deja en claro que el trabajo que están haciendo los indocumentados mexicanos en los Estados Unidos es trabajo pesado, equiparable en muchos respectos al trabajo al que eran sometidos los afroamericanos en los tiempos del esclavismo, pero ni aún así les quieren reconocer su esfuerzo los Congresistas norteamericanos aferrados al dogma de que Estados Unidos tiene ya dentro de su territorio toda la gente que necesita para esos trabajos y no tiene por qué autorizar la contratación de gente de fuera.

La otra cara de la moneda de la fuga hacia Estados Unidos de gente trabajadora mexicana a la cual los norteamericanos en general se rehusan a reconocerles el valor de su trabajo con la implementación de un programa de “trabajadores huésped” es que se trata de algo que ha estado resultando lesivo para el crecimiento de México contribuyendo a mantener a México en un estado de retraso. Una nota publicada el 23 de noviembre de 2009 en el periódico local titulada “Exporta México choferes” dice lo siguiente: “En los últimos cinco años, al menos unos 150 mil choferes mexicanos se fueron a Estados Unidos, pues esa nación enfrenta un déficit de conductores, según cálculos del American Trucking Association (ATA) de ese país. Sueldos dos y tres veces más altos que en México, jornadas laborales más cortas y la posibilidad de entrar y salir de ese país, atrajeron a choferes nacionales que en muchos casos fueron reclutados con ayuda de los consulados. Si bien la crisis económica provocó un alto a esta salida de conductores a Estados Unidos, con la recuperación económica el fenómeno podría reiniciarse, lo que ya prendió la alerta en las empresas nacionales. Y es que desde hace varios años, el problema de escasez de choferes también afecta al país, coincidieron Refugio Muñoz, director técnico de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar), y Leonardo Gómez, director general de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP). En tanto, la American Trucking Association revela que en la próxima década se requerirán más de medio millón de nuevos conductores en México, Estados Unidos y Canadá, debido al flujo comercial de la zona. Según estimaciones de la Canacar, hasta antes de la crisis, México tenía un déficit de 30 por ciento en choferes, comparado con la flota que opera. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) reconoce que la necesidad de choferes es de 55 mil”. Si lo que dice esta nota es cierto, y no hay razón para dudarlo puesto que se está citando como fuente de referencia a la misma American Trucking Association, si las autoridades migratorias de los Estados Unidos realmente se fajaran los pantalones y aplicaran las draconianas leyes migratorias norteamericanas echando fuera del país a todos los choferes de origen mexicano, la economía norteamericana resentiría un impacto doloroso que terminaría afectando a casi todos los que viven en ese país. ¿Pero entonces por qué ha estado repitiendo hasta el cansancio el U.S. Department of Labor que en Estados Unidos se tiene a todos los trabajadores que se necesitan para cubrir esas vacantes de choferes y que no se necesita traer a uno solo de fuera? ¿Quién es el que está y ha estado mintiendo por demasiados años haciendo de la mentira su modus vivendi?

Como parte de lo que parece ser un gran programa de simulación disfrazada tratando de crear la impresión dentro de Estados Unidos y en el resto del mundo de que se está buscando activamente a indocumentados (con ganas de no encontrarlos) el gobierno norteamericano creó un programa llamado E-Verify mediante el cual cualquier empleador en cualquier parte de los Estados Unidos puede verificar en cuestión de minutos a través de Internet si su trabajador está legalmente en los Estados Unidos con autorización para trabajar en dicho país. Pero este programa es completamente voluntario y no existe sanción alguna para quienes se rehusen a utilizarlo, con la consecuencia lógica de que al momento de elaborarse esta entrada apenas cerca de 169 mil de los siete millones de patrones que hay en el país usan E-Verify, o sea menos del 3 por ciento. El único castigo, si es que se le puede llamar castigo, es que las empresas que se rehusan a cumplir con la consulta al programa E-Verify no tendrán el “sello de aprobación” dado a las empresas que se ofrezcan de manera voluntaria a usar un programa electrónico para revisar el estatus inmigratorio de sus trabajadores. Sobre esto, la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, dijo que el público debe saber cuáles compañías están acatando la ley, y que informar al público quién usa E-Verify “permitirá a los consumidores saber qué compañías están esforzándose por cumplir la ley y se hallan comprometidas a proteger las oportunidades de empleo”. En pocas palabras, corresponderá al público castigar a los empleadores de indocumentados con el “látigo de su desprecio” sacándoles la lengua de vez en cuando, ante lo cual los millares de empleadores de indocumentados en los Estados Unidos seguramente están diciendo en sus adentros “¡Uuuyyyy, que miedo! ¡Mírame cómo estoy temblando!” carcajeándose mientras vuelven a contratar al mismo indocumentado que hace unos días atrás levantó “la Migra” y que más tardó en ser deportado a México que en ingresar nuevamente de manera ilegal a territorio estadounidense volviendo a su empleo original. Casi al mismo tiempo que Janet Napolitano promocionaba el “sello de aprobación” como medida de castigo más simbólico que punitivo, las granjas lecheras de Vermont se contaron entre las pocas empresas a quienes funcionarios inmigratorios les han pedido que les entregen sus registros de nóminas y contrataciones, según Kelly Loftus, vocera de la Dirección de Agricultura de Vermont, ante lo cual algunos granjeros lecheros dijeron que se veían casi obligados a tener que buscar trabajadores extranjeros debido a que resulta difícil encontrar localmente gente para el trabajo. Es muy posible que los funcionarios migratorios del gobierno federal, e inclusive los mismos Congresistas y Senadores que representan a los lecheros de Vermont ante el Congreso norteamericano y que públicamente se oponen ferozmente a cualquier posibilidad de implementar un programa de contratación de trabajadores migratorios temporales contratados en México, sepan perfectamente que si les aplican a los lecheros de Vermont todo el músculo que el gobierno federal norteamericano puede desplegar si realmente se lo propone, pueden enviar en cuestión de unas cuantas semanas a la industria lechera de Vermont a la ruina, y para ese caso, a la industria lechera de los demás estados de la Unión Americana. Tal vez sea por ello que el programa E-Verify se mantiene hasta la fecha como un programa completamente voluntario; nada de andar metiendo a ningún empleador de indocumentados a la cárcel si se rehusa a utilizar el programa E-Verify, ni siquiera una multa así sea simbólica; esto es algo que ni siquiera está puesto a discusión.

Todo esto, desde luego, puede ser interpretado por los observadores y estudiosos de otros países como aquellos situados en Europa y Asia como una muestra palpable de cinismo e hipocresía de una gran parte de la sociedad norteamericana representada a través de sus líderes, políticos y Congresistas, los cuales sacando a flote su xenofobia detestan al indocumentado mexicano como un apestoso que no merece consideración alguna, como un arrimado asqueroso que está violentando la ley sin dejar beneficio alguno a los Estados Unidos, como un invasor que amenaza con quitarles su “american way of life” y el cual por su delito de querer trabajar o trabajar ya sin permiso del gobierno norteamericano para trabajar en los Estados Unidos debe ser fichado, castigado y eventualmente deportado como cualquier otro peligroso delincuente de la peor ralea. ¡Ah, pero que nadie diga nada ni denuncie ante dependencia alguna del gobierno norteamericano a las empresas norteamericanas que publican en México ofertas de trabajo en los Estados Unidos para la recolecta de lechugas, sandías y patatas que ningún norteamericano quiere recoger del campo! Cuando esporádicamente surge algún Congresista cuerdo y valiente que propone un programa de trabajadores temporales como el programa “Bracero” (mismo programa que fue descontinuado cuando simplísticamente e hipócritamente el U.S. Department of Labor anunció que había en los Estados Unidos suficiente gente disponible para hacer el trabajo que estaban haciendo los braceros mexicanos), sobran quienes prácticamente quieren lincharlo mediáticamente y políticamente, sobre todo los sindicatos laborales como los Teamsters... pero ninguno de ellos está dispuesto a ir a recolectar las fresas y las cebollas que se están pudriendo en los campos por falta de mano de obra mexicana, esa mano de obra que por un lado tanto detesta y criminaliza la sociedad nortemericana y que por el otro está haciendo posible que los alimentos puedan llegar diariamente a las mesas de los hogares norteamericanos.

Para nadie es un secreto que cada día ha sido más y más difícil para cualquier mexicano el poder ingresar legalmente a los Estados Unidos así sea con las intenciones de ir únicamente de compras o visitar algún familiar y sin albergar intención alguna de buscar allá algún empleo. Hoy el gobierno norteamericano exige la tramitación de “visas láser” de cruce local (las cuales no sirven para obtener trabajo en los Estados Unidos y ni siquiera para inscribirse en alguna universidad norteamericana de la franja fronteriza como UTEP pagando la colegiatura como estudiante extranjero) aunque los objetivos sean únicamente ir de compras o visitar amigos, familiares o conocidos, documento de cruce local que antes el gobierno norteamericano expedía gratuitamente, y a muchos solicitantes de dicho documento se les niega la visa láser sin que se les regrese un solo centavo del dinero que ya pagaron por el trámite. A como están las cosas, sólo falta ya que el gobierno norteamericano suspenda de tajo no sólo la inmigración ilegal sino inclusive la inmigración legal, bajándola a cero, presumiendo al mismo tiempo como siempre lo han hecho el ser una nación de inmigrantes. Es ya prácticamente lo único que les queda por hacer. Ante esta posibilidad, el conocido intelectual mexicano Carlos Monsiváis parece haber comentado lo siguiente: “¡Adelante! ¡No simplemente amenacen con hacerlo, háganlo pero háganlo ya! ¡Cierren sus fronteras con México! ¡Deporten a todos sus indocumentados mexicanos que están trabajando en sus campos agrícolas hasta no dejar uno solo! ¡México necesita hoy de esa gente que está dispuesta a trabajar jornadas largas y extenuantes para enriquecer a México en lugar de estar enriqueciendo a los Estados Unidos! ¡Ya saben en dónde pueden empezar a buscar y encontrar a cientos de miles de trabajadores mexicanos indocumentados! ¡Siempre lo han sabido! ¡Devuélvanle a México todas las enfermeras mexicanas que en estos momentos están atendiendo y viendo por sus enfermos y sus jubilados norteamericanos y sus veteranos de guerra! ¡Regrésenle a México a todos sus maestros, sobre todo sus maestros bilingües! ¡Regrésenle a México todos los cocineros y las meseras indocumentados que mantienen trabajando a muchos restaurantes en los Estados Unidos! ¡Expulsen cuanto antes a las mucamas y operadoras de limpieza que permiten a muchos hoteles en Estados Unidos continuar operando! ¡Regresen a México a todas las nanas mexicanas que les están cuidando sus hijos pequeños a las norteamericanas que se van a trabajar en alguna oficina durante el día! ¡Cierren por completo sus puertas para que ya no puedan inmigrar legalmente a los Estados Unidos ni siquiera científicos como los que inmigraron durante la Segunda Guerra Mundial entre los cuales están incluídos hombres como Albert Einstein, Wernher von Braun, John von Neumann y Edward Teller! ¡Cierren sus puertas para que no puedan irse ya legalmente a los Estados Unidos ni siquiera cientificos mexicanos como Mario Molina, Premio Nóbel de Química, le harían a México un gran favor en estos momentos que necesita de ese talento científico que los Estados Unidos le ha estado robando no solo a México sino inclusive a otros países por demasiado tiempo! ¡Cierren sus puertas para que ya no puedan ir a vivir a los Estados Unidos talentos artísticos mexicanos como Luis Miguel, Lucía Méndez, Christian Castro y muchos otros como ellos! ¡No amenacen con hacerlo! ¡Háganlo, y cuanto antes mejor! ¡Vacíen a los Estados Unidos a la menor brevedad posible de sus más de diez millones de indocumentados que supuestamente son una carga para el erario público y no están desempeñando nada de valor para los Estados Unidos! ¡Cierren por completo sus fronteras proscribiendo para siempre cualquier posibilidad de programas de trabajadores temporales! Y de paso, retírenle a esa Estatua de la Libertad que está en Liberty Island la plaquita que dice ‘Give me your tired, your poor, your huddled masses yearning to breathe free, the wretched refuse of your teeming shore. Send these, the homeless, tempest-tossed to me’, una inscripción groseramente obsoleta y anacrónica en nuestros tiempos por no corresponder la invitación simbólica hecha por la Estatua de la Libertad a través de su antorcha:





con el gran garrote:





que enarbolan los Congresistas, los jueces migratorios y los cazadores de indocumentados en dicho país. No lo digo en broma, lo digo con toda la seriedad del mundo. Y un año después de que lo hayan hecho, un año después de que hayan dado fin a toda la inmigración indocumentada incluyendo hasta la misma inmigración legal de la cual muchos norteamericanos se están quejando en estos momentos en números crecientes, veremos qué tan bien les ha ido”.

A diferencia de lo dicho por Carlos Monsiváis, yo simplemente diría: “Por favor, ya no permitan que sus empresas norteamericanas sigan poniendo anuncios en periódicos mexicanos ofertando empleos en los Estados Unidos a sabiendas de que ello es una invitación abierta y descarada para infringir las leyes que el Congreso norteamericano tiene establecidas en estos momentos”. Esto si realmente la sociedad norteamericana quiere ser honesta y congruente consigo misma en vez de andarle mostrando al mundo entero lo que parece ser una verdadera esquizofrenia social entre lo que dice y lo que hace. Porque de no actuar con congruencia en un asunto tan importante como este, y parafraseando a Nietzche, sería un pecado contra el buen gusto.



lunes, 16 de noviembre de 2009

Culpas sin culpables

La madrugada del lunes 15 de octubre el periódico local anunció la muerte del deportista mexicano Antonio de Nigris Guajardo en Grecia en la ciudad de Larissa por problemas cardiacos, según los primeros resultados de la autopsia. El forense Jristos Kravaritis declaró a los medios locales que, según los primeros datos de la autopsia, el futbolista falleció por una patología cardiaca. El futbolista hermano mayor de Aldo de Nigris, goleador del equipo La Pandilla del Monterrey, murió a causa de un infarto fulminante sin que hubiera tiempo de hacer nada por él, y cuando llegó el auxilio médico los doctores no pudieron hacer absolutamente nada para salvarlo. Marinos Uzunidis, técnico del equipo, declaró a los medios locales que todos estaban “consternados” y sus compañeros de equipo que se acercaron en silencio al estadio declarando que les resulta difícil creer que De Nigris haya muerto. Todo el fútbol griego se unió a las condolencias a la familia de De Nigris y el presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales de Grecia, el portero Nikos Polidis, declaró que espera que sea “la última tragedia para la familia del futbol y para el equipo de Larissa”.

Antonio de Nigris





era un deportista de 31 años, sano, el cual nunca fumaba ni se emborrachaba. No era parrandero, llevaba una vida de deportista ejemplar, evitaba cuidadosamente todos los vicios y se alimentaba sanamente, se ejercitaba y practicaba gimnasia rítmica y yoga, no se desvelaba jamás, y conjugaba con una vida metódica todas las prácticas que los médicos recomiendan para asegurar una larga vida. Lo peor de todo es que cuando sufrió el infarto fulminante que terminó con su vida de tajo, de Nigris ni siquiera se encontraba haciendo un esfuerzo físico que pudiera haber provocado tal suceso, ni se encontraba estresado bajo alguna situación preocupante; se encontraba dormido tranquilamente en su cama. De Nigris despertó alrededor de las 3:30 horas de la madrugada con dolores en el pecho, y su esposa Sonia pidió por teléfono una ambulancia, pero de Nigris falleció en camino al hospital.

Si Antonio de Nigris era la persona ideal para ponerlo de ejemplo del estilo de vida que se debe llevar para lograr llegar a la vejez sin problemas, ¿entonces qué pasó? ¿No nos han estado repitiendo hasta el cansancio año tras año a través de todos los medios habidos y por haber que haciendo todos los sacrificios posibles para llevar un estilo de vida sano como el de Antonio de Nigris es nuestra mejor protección contra todo tipo de enfermedades y nuestra mejor garantía de llegar a una edad avanzada en óptimas condiciones de salud?

Antonio de Nigris no es más que un caso entre cientos y cientos y cientos de miles de personas que siguen al pie de la letra todos los consejos de los doctores y que pese a ello no logran vencer a la fatalidad. Otro caso famoso es el de Linda Eastman, la esposa del Beatle Paul McCartney.





Ella era vegetariana, se abstenía de ingerir cualquier tipo de carne (la ciencia médica siempre nos ha dicho que el consumo de carne, especialmente la carne roja, es muy mala para la salud) y hasta fundó Linda McCartney´s Foods Company, una compañía de cocina vegetariana que tuvo mucho éxito en Estados Unidos e Inglaterra, hacía ejercicio regularmente, se había abstenido toda su vida por completo del consumo de drogas y del alcohol y del tabaco, era muy moderada en sus hábitos y en base a su estilo de vida y a lo que desde siempre nos han estado afirmando los doctores, ella debería de haber estado en el primer lugar de la lista de candidatos para llegar a los 120 años de edad porque ella cumplía con todos los requisitos para una vida saludable. Y sin embargo, y pese a todo lo que ella se estuvo cuidando, y pese a que tenía las mejores revisiones médicas de rutina con los mejores médicos que se pueda tener, no pudo evitar morir de un cáncer de mama que se le extendió al hígado a la edad de 54 años. Esto ya lo mencioné en mi bitácora del 30 de marzo de 2008.

Otro ejemplo de una celebridad que murió inesperadamente pese a que nunca se le conoció un mal hábito de vida y el cual se sometía anualmente a exámenes médicos rigurosos para detectar con tiempo cualquier problema potencial que pudiera estar aflorando, para sorpresa de todos e inclusive de sus propios médicos fue Tim Russert, un periodista de televisión y abogado estadounidense que apareció por más de 16 años -siendo el que más ha durado- como moderador del programa Meet the Press, el cual murió fulminantemente a los 58 años de edad cuando se colapsó en sus oficinas en las cuales él era el jefe de la rama de la televisora a cadena nacional NBC en Washington, D.C. Inmediatamente tras su colapso, fue llevado de emergencia a uno de los mejores centros médicos en los Estados Unidos y puesto inmediatamente en manos de los mejores médicos de dicho centro hospitalario, pero a fin de cuentas todo fue inútil, y fue declarado muerto ese mismo día. La manera tan fulminante en la cual murió resulto tanto más sorpresiva por el hecho de que su médico personal de cabecer, el Doctor Michael Newman, lo había sometido a una prueba de stress hace apenas dos meses y no había detectado absolutamente nada anormal.

Constantemente la televisión nos está bombardeando con anuncios en los noticieros de que la ciencia médica descubre más y más pruebas de que una alimentación poco saludable y un estilo de vida desenfrenado y perezoso sin revisiones médicas anuales acortan rápidamente las expectativas de vida, lo cual contrasta con la realidad que vemos día tras día en casos como el del deportista Antonio de Nigris, Linda Eastman y Tim Russert. Hasta parece que alguien nos ha estado mintiendo deliberadamente todo el tiempo con el único fin de hacernos la vida mucho más pesada de lo que ya es. El bombardeo continuo de los noticieros eventualmente nos puede hacer sentir culpables de que si terminamos muertos antes de llegar a los 60, ello ha de ser por culpa nuestra por esas pizzas que nos tomamos durante cada partido de futbol, por esa repostería y carnes rojas que comimos durante las Navidades haciéndonos subir varios kilos de peso, por nuestra falta de ejercicio llevando una vida sedentaria, por haber ingerido drogas alguna vez en la vida, o por habernos emborrachado de jóvenes.

Sin embargo, si realmente nos decidimos a llevar una vida completamente sana en todos aspectos, como las vidas que llevaron Linda Eastman, Antonio de Nigris, Tim Russert, y millones más como ellos, no existe un sólo médico en este mundo que nos pueda garantizar por escrito que nuestro premio seguro será una larga vida. Los médicos en realidad nunca hablan de seguridades, sólo hablan de expectativas estadísticas. Una persona que lleve una vida completamente sana, sin vicios, puede terminar muerta inclusive antes de llegar a los 20, mientras que otras personas que llevan una vida desenfrenada con todo tipo de excesos pueden superar ampliamente la marca de esas personas que llevan una vida sana, como es el caso de Mick Jagger, nacido en 1943 y el cual aún sigue vivo y sin problemas graves de salud. Este músico rockanrolero ha probado prácticamente todas las drogas habidas y por haber, ha incurrido en casi todos los excesos en que pudieran haber incurrido los romanos en los tiempos de la decadencia del Imperio, detesta el ejercicio y le encanta atragantarse con la comida más grasosa y pesada que podamos imaginar. Y sin embargo y pese a su escandaloso estilo de vida, ya enterró a otros como Linda Eastman y Tim Russert que eran lo contrario de lo que él es. Si hemos de hacerle caso a las estadísticas de los médicos, Mick Jagger ya debería de estar muerto desde hace mucho tiempo, y bien muerto. Ni siquiera debería haber llegado a los 20 años de edad. Y sin embargo, a sus 67 años de edad, tuvo un hijo con la modelo brasileña Luciana Gimenez, y esto después de innumerables romances y amoríos escandalosos con cientos de mujeres que a otros con un estilo de vida mucho más sano que el suyo ya los habría dejado impotentes.

Uno de tantos anuncios comerciales que aparecen constantemente en la televisión capaces de crear sentimientos de culpa en quienes terminan enfermas de cáncer de mama es el patrocinado por la empresa LALA en el que anuncia que parte de los recursos obtenidos con la venta de sus productos lácteos serán destinados para ayudar a la Fundación Mexicana de Fomento para la Prevención Oportuna del Cáncer de Mama (FUCAM), la cual tiene página en Internet www.fucam.org.mx. Este anuncio puede hacer que muchas mujeres que terminan contrayendo el cáncer de mama se sientan culpables por no haber hecho algo para prevenir “oportunamente” la aparición de su cáncer de mama. Sin embargo, hasta el día de hoy, NO HAY ABSOLUTAMENTE NINGUNA MEDIDA DE CARACTER PROFILACTICO QUE SIRVA PARA PREVENIR EN FORMA SEGURA LA APARICION DEL CANCER DE MAMA. No hay vacunas que se puedan aplicar, no hay medicamentos que se puedan tomar, no hay ejercicios que se puedan hacer para impedir su aparición, NO HAY NADA. Y de hecho no existe prevención alguna que se pueda llevar a cabo para impedir en forma segura la aparición de la gran mayoría de tipos de cáncer además del cáncer de mama. Hay excepeciones, desde luego. El melanoma, el cáncer en la piel, que aparece como un lunar negro que va creciendo sobre todo en las personas de piel clara, se puede tratar de evitar disminuyendo la exposición a los rayos solares, a costa de aumentar la posibilidad de padecer raquitismo (una enfermedad cada vez más común en nuestros tiempos) por falta de suficiente exposición a los rayos solares que la piel necesita para producir vitamina D. Y se pueden disminuír las posibilidades de contraer cáncer del pulmón con el simple hecho de no fumar o dejar de fumar. Pero ningún médico está dispuesto a dar una garantía absoluta de que si se vive en la obscuridad todo el tiempo o si se vive alejado de cualquier fuente de humo de tabaco no habrá posibilidad alguna de contraer melanoma o cáncer del pulmón. El único cáncer para el cual hay una vacuna disponible es el cáncer cérvico-uterino en la mujer, en virtud de que este tipo de cáncer es producido por un virus, el virus del papiloma humano, transmitido a través de las relaciones íntimas cuando el hombre está infectado. Pero para prevenir con una certeza absoluta no sólo el cáncer de mama sino el cáncer del hígado, el cáncer del esófago, el cáncer del colon, el cáncer de la próstata, el cáncer pancreático, el cáncer de estómago, NO HAY NADA, ABSOLUTAMENTE NADA QUE SE PUEDA HACER PARA DISMINUIR A CERO LAS PROBABILIDADES DE APARICION DE ESTE TIPO DE ENFERMEDADES. Entonces, ¿con qué cara anuncia la empresa que fabrica la leche LALA su patrocinio a una fundación cuyo objetivo supuestamente es prevenir el cáncer de mama? Lo que me asombra es que le hayan estado tomando el pelo a tanta gente por tanto tiempo y que no haya nadie hasta el día de hoy que les haya echado en cara su falta de ética profesional o que los haya puesto en su lugar, lo cual es un testimonio al poder de los medios para crear imagen y fabricar realidades ficticias.

Seguramente una de las razones por las cuales muchas mujeres mueren víctimas del cáncer de mama es porque cuando éste es detectado ya se ha extendido hacia otras partes del cuerpo a causa de la metástasis, la migración de células cancerosas hacia otras áreas no afectadas. Lolita Ayala, la conductora que dá el noticiero del mediodía en TELEVISA, constantemente les está advirtiendo a todas las mujeres a través de su noticiero que el cáncer de mama es cien por ciento curable si se detecta a tiempo, haciendo que muchas mujeres que se enferman de cáncer de mama se sientan culpables ya cuando se están muriendo por estar agonizando en la creencia de que ese fue su castigo por no habérselo detectado a tiempo. Sin embargo, Lolita Ayala abusa de su posición como conductora de un noticiero a cadena nacional porque las mujeres de México le podrían espetar en su cara el caso de Linda Eastman, la cual sí se hacía revisiones médicas constantes con los mejores médicos de Inglaterra, y pese a ello no le pudieron detectar “a tiempo” el cáncer para que, según Lolita Ayala, su cáncer fuera cien por ciento curable. La objeción más fuerte que las mujeres de México le pueden hacer a Lolita Ayala es que, a la luz de lo que le sucedió a Linda Eastman, ¿qué tan temprano se tiene que detectar el cáncer de mama para que sea completamente curable? Es muy posible que para que el cáncer de mama sea completamente curable se tenga que detectar en una etapa de crecimiento en la cual de todos modos es completamente indetectable con todas las pruebas médicas que hay en la actualidad llevadas a cabo por los mejores médicos que tenemos en la actualidad. Es muy posible que la única forma completamente segura de detectarlo en todos los casos sea en una etapa en la cual ya es demasiado tarde para hacer algo al respecto. Y si tal es el caso, entonces ninguna mujer que enferma de cáncer de mama y muere de cáncer de mama debe sentirse culpable por toda la sarta de babosadas que ha estado diciendo Lolita Ayala, la cual de cualquier manera no es médico. Son culpas sin culpables. Las mujeres no son culpables de no haberse detectado a tiempo algo que de cualquier manera tal vez sea completamente indetectable cuando aún es curable en el cien por ciento de los casos. Pero los grandes mitos de la televisión se construyen en noticieros como los de Lolita Ayala, no en la experiencia de los médicos que atienden casos como estos día tras día. De cualquier manera, y aún haciendo al pie de la letra lo que dice Lolita Ayala que se debe de hacer, aún si muchas mujeres se lograran detectar su cáncer de mama cuando dicho cáncer se vuelve detectable, no hay médico alguno en toda la faz de la tierra que les garantice con una certeza absoluta que se van a curar al someterse a tratamiento médico que usualmente consiste en la remoción del tumor y quimioterapia. Muchas mujeres a las cuales se les descubre el cáncer de mama durante su revisión médica anual de todas formas terminan muriendo del cáncer de mama porque, como ya mencioné, es muy posible que cuando la gran mayoría de casos de cáncer de mama se vuelven detectables por la ciencia médica de cualquier manera tal vez ya será muy tarde para hacer algo al respecto. Son simplemente cosas que pasan, y así hay que tomarlas, porque nadie tiene la vida comprada.

De cualquier manera, aunque el llevar una vida saludable, con una alimentación moderada sin incurrir en excesos, haciendo ejercicio rutinario, absteniéndose hasta donde sea posible del consumo de drogas, bebidas alcohólicas, tabaco, y otras susbstancias consideradas nocivas para la salud, no sea una garantía absoluta para llegar a una edad avanzada, sí se puede hacer un esfuerzo moderado para seguir algunas de las recomendaciones médicas para una vida saludable sin incurrir en sacrificios excesivos que a la postre pueden resultar inútiles. Ni tanto que queme al Santo ni tanto que no lo alumbre.

Ahora bien, si el panorama cambia y se descubre que hay un cuerpo estelar gigantesco en camino a chocar con la tierra como lo cuenta la película apocalíptica “2012”, no hay justificación lógica de ninguna especie para seguirnos privando de los pequeños excesos que siempre alguna vez se nos antojaron y de los cuales nos abstuvimos siguiendo las recomendaciones médicas de siempre, como comernos todas las donas que podamos comernos sin sentir culpa alguna, desvelarnos y trasnocharnos pasándola fuera un buen rato con los amigos y las amigas, y dormir con zánganos sin hacer nada de ejercicio y sin salir ni siquiera a caminar fuera aunque sea un poco. Porque no hacerlo en una situación así sería tanto como ponernos en el lugar del reo del chiste que estaba sentenciado a muerte en la silla eléctrica, y el cual al llegar el día de su ejecución el Alcaide del penal le ofrece un cigarrillo para que lo fume antes de ser llevado a la silla eléctrica, a lo cual el sentenciado le responde: “No, gracias, ya sabe usted que fumar produce cáncer”.

Ya basta de sentirnos culpables por muchas cosas que, al fin y al cabo, están completamente fuera de nuestro control. Y una de ellas es la forma por la que vamos a morir y en la que vamos a morir, así como el día en el que vamos a morir, y el lugar en el que vamos a morir. Lo demás lo podemos ir tomando como venga. Sintámonos culpables por lo que verdaderamente valga la pena sentirnos culpables, y una de esas cosas puede ser el no haber aprovechado de modo útil el corto tiempo que se nos ha dado de vida para hacer algo de provecho para nosotros mismos o para los demás en ese tiempo que se nos ha estado dando de vida. Y en cuanto a tí, Lolita Ayala, mi recomendación a las mujeres que te escuchan en tus noticieros es que, naturalmente, no dejen de hacerse sus exámenes médicos que les recomiendan sus ginecólogos y se cuiden moderadamente en sus hábitos alimenticios sin incurrir en sacrificios excesivos, pero si ello no fue suficiente para salvarlas de un desenlace final, no deben sentirse culpables por ello en ningún momento, que a fin de cuentas tal vez podamos retrasar un poco lo inevitable pero no hay forma alguna de escapar a la terminación del ciclo biológico de nuestros cuerpos. Eso lo sabrás tú misma cuando te toque tu turno y te llegue tu hora, sin importar todos los exámenes médicos a los que estés dispuesta a someterte a tí misma y sin importar la cantidad de dinero que estés dispuesta a gastar para vivir lo más que se pueda. Y sin importar si tú misma has estado siguiendo al pie de la letra tus propios consejos.

En lo que a mí respecta, no me sentiré culpable por ese delicioso filete de carne asada arrachera que me acabo de comer acompañado por un pastel de chocolate y galletitas de repostería, que al fin y al cabo a lo mejor termino muriendo en un percance automovilístico cuando vaya caminando por la banqueta y un carro que se le salió fuera de control a su conductor por ir manejando a exceso de velocidad se suba a la banqueta justo en el lugar por donde vaya pasando a la hora exacta en que vaya pasando por dicho lugar, porque estar en el lugar equivocado a la hora equivocada es algo por lo que en ningún momento debemos sentirnos culpables ya que nadie es adivino. Simplemente son cosas que pasan.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Los chistes de Catón

En esta entrada voy a reproducir varios de los chistes del famoso editorialista-comentarista-humorista tocayo mío, Armando Fuentes Aguirre originario de Saltillo, Coahuila, Licenciado en Letras Españolas y maestro universitario, mejor conocido en México como Catón (Catón es una palabra cuyo significado en Latín es “el ingenioso”), el cual desde hace varias décadas tiene una columna titulada “DE POLITICA... Y COSAS PEORES”. Estos chistes provienen de unos recortes de periódico que mi madre fue guardando con el paso del tiempo, pero para los cuales ya no tenía espacio en donde guardarlos. Me pareció más efectivo pasar los mejores chistes de esos recortes subiéndolos a Mi Bitácora Diaria en Internet compartiéndolos con la comunidad mundial que simplemente despacharlos al cesto de la basura. En algunos de los chistes se requiere poner cierta atención para poder captar su doble sentido o la satírica que están transmitiendo, pero este pequeño esfuerzo bien vale la pena. A diferencia de los chistes de color subido francamente groseros a los que recurren los cómicos de la actualidad para poder llamar la atención, estos chistes tienen su ingenio sin caer en lo burdo. Ojalá y quienes leen mis bitácoras disfruten tanto de ellos como yo los he disfrutado. Hago la aclaración de que en algunos chistes las NOTAS no las he puesto yo, las puso el mismo Catón y son reproducidas en la misma forma en la cual aparecieron.

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Dice una señora a otra: “Mi hija tuvo un bebé prematuro”. “¿De veras?” - se interesa la otra. “Sí -confirma la primera-. Nació y mi hija todavía no se casa.”

Dice un sujeto a otro: “Me enteré de que Mensilio huyó de la ciudad llevándose a tu esposa, y eso me sorprendió bastante, pues siempre creí que era uno de tus mejores amigos.” “Ahora es el mejor” -responde el tipo-.

Babalucas consiguió un trabajo de mesero en un restaurante. Un día llega el dueño y lo encuentra en la cocina sentado en un gran trozo de hielo. “¿Qué haces, Babalucas? -le pregunta asombrado-. ¿Por qué estás sentado en el hielo?”. Y responde Babalucas: “Es que ahí está una señora que quiere refresco de cola”.

“Doctor -dice el agente de policía al médico legista-. Tenemos el apellido del hombre al que le pasó por encima la aplanadora. Es Iribarrigorrencoecheaiturrigarro.” “Muy bien -dice el el doctor-.¿Y no sabe cómo se apellidaba antes de que la aplanadora le pasara encima?”

Estaban dos chicas platicando. “Tuve una pelea con mi novio -cuenta una- y dejamos de hablarnos. Anoche me subió en su automóvil y sin decirme nada me hizo objeto de sus torpes impulsos de lubricidad, lascivia, concupiscencia y libinosidad”. “¿Y por qué no le dijiste que no hiciera eso” -le pregunta la amiga-. Contesta la muchacha: “Imposible. Ya te dije que no nos hablamos.”

Dos amigos italianos se encontraron en una playa del Adriático. Uno de ellos se miraba rico y próspero. “Se ve que te ha ido muy bien -le dice el otro-. ¿A qué te dedicas?”. “Pelo papas” -le contesta el tipo. El otro se asombra. “¿Pelando papas has hecho tu dinero?”. “Sí -explica el sujeto-. Soy el peluquero oficial del Vaticano”.

Un recién casado hablaba de las virtudes de su flamante mujercita. “Es muy rápida en la cocina -decía con orgullo-. Prepara la comida en un abrir y cerrar de latas.”

Decía una muchacha hablando de su novio: “No nos hemos casado porque tenemos una pequeña diferencia de opiniones. Yo me quiero casar con una ceremonia sencilla y él no se quiere casar”.

Los dos amigos contemplaban en el museo de arte la hermosa estatua en mármol de una Venus. Comenta uno: “Así tiene su cuerpo mi señora”. “¿Así de hermoso” -pregunta el otro-. “No, responde el tipo-. Así de frío”.

Un agente viajero estuvo con una suripanta la víspera de su regreso a casa. La daifa le dió unos besos mordelones que le dejaron marcas visibles en el cuello. ¿Cómo llegar así con su señora? El sujeto ideó una estratagema. Con pasos tácitos entró en su casa y antes de que lo viera su mujer buscó a su hijo pequeñito y sin decir agua va le propinó un par de fuertes nalgadas. El chiquillo, asustado y dolorido, rompió en llanto. Llega corriendo la señora. “¿Qué sucedió” -le pregunta alarmada a su marido-. “¡Anda! -responde éste haciéndose el enojado-. Llego con ganas de ver al niño y él en vez de darme besitos se suelta mordiéndome. Mira nomás cómo me dejó el cuello”. “Hiciste bien en pegarle -declara la señora-. ¡Si vieras cómo me tiene a mí el busto y las piernas!”.

La esposa del alcalde compró un perico que había pertenecido a un miembro de la oposición. El primer día el loro comenzó a gritar: “¡Abajo el partido del gobierno!”. El alcalde agarró una escoba y se dirigió amenazante hacia el cotorro. Este huyó para ponerse a buen recaudo, y en su desatentado vuelo fue a caer en el corral vecino. Estaba ahí un gallo que hacía honor al viejo dicho popular: “¡Ah, quién tuviera la dicha del gallo, que nomás se le antoja y se monta a caballo!”. Tan pronto el gallo vió al cotorro se lanzó hacia él con intenciones no muy sanas. Cumplidas las tales intenciones quedó el lorito aturrullado y con las plumas en desorden. “¡Carajo! ¿Así tratan aquí a los refugiados políticos?”

Con la voz, el tono y el “cantadito” de un voceador de periódicos, el niño le pregunta a su mamá: “Oooye, mamá: ¿por quéee cada vez que paaasa el vendedor de periódicos mi papáaaa se le queeeda viendo muy feeeeoooo?”.

“Llega Pepito corriendo con un señor y le hace una pregunta: ¿Perdone, señor: ¿de casualidad no perdió usted un billete de cien pesos?” “Ejem... -vacila el señor-. Este... Sí, niño. En efecto, ahora me doy cuenta de que perdí un billete de 100 pesos. Se me debe haber salido de la bolsa. ¿Tú lo encontraste?”. “No -dice Pepito-. Nada más quería saber cuántos caones han perdido hoy billetes de 100 pesos. Con usted llevo ya 72.”

Una madama anunció su propósito de poner una casa de mala nota en cierto pueblo. El señor cura se opuso terminantemente al proyecto. Para resolver la cuestión el presidente municipal tuvo una idea: se haría una votación; los que quisieran aquella casa votarían “Sí”; los que se opusieran a ella votarían “No”. Así se hizo, en efecto. Reunidos en el salón municipal el señor cura dirigió un encendido sermón en el cual exhortó a todos a votar “No”, amenazando a quienes votaran afirmativamente con excomunión, anatema y eternal condenación. Los presentes procedieron a votar, y luego el secretario del ayuntamiento procedió a sacar los votos de la urna y a leerlos en voz alta. Comenzó: “Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, NO...” Un ayudante iba escribiendo los votos en un pizarrón. Y siguió el secretario: “Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, NO...”. “¡Carajo! -dice indignado uno de los votantes a su vecino de asiento-. ¡El cura ya votó dos veces!”

La monita dejó a su monito al pie de una palmera, pues se le había dormido, y fue al otro lado del río en busca de comida. En eso el río se creció. La monita, angustiada, pues temía que la corriente le arrebatara a su hijo, fue con el cocodrilo y le pidió que la pasara a la otra orilla. El cocodrilo le dijo que la pasaría, pero que al llegar le cobraría el favor en especie. La monita, que era decente, se negó. Le pidió enseguida el favor al hipopótamo, y el gran animal le dijo aquello mismo: la pasaría, sí, pero tendría que entregarle a cambio sus encantos. La monita, virtuosa y pudibunda, se negó con enojo a la demanda. Fue luego con el elefante, y le pidió que la pasara al otro lado. “Claro que sí -le dijo con amabilidad el paquidermo-. Sube a mi espalda, y yo te llevaré”. Pregunta la monita, cautelosa: “Y al llegar a la otra orilla, ¿no me pedirás nada?”. “No veo qué podría pedirte -responde el elefante-. Sube, y te pasaré”. Así lo hizo, en efecto. Llegaron al otro lado del río, y el paquidermo se despidió de la monita. Va ella con los demás animales, congregados ya todos en la orilla, y les dice con tono de quien transmite un chisme sensacional: “¿A que no saben qué? ¡El elefante es maricón!...”

Afrodisio invitó a Susiflor a cenar en su departamento. Ella hablaba y hablaba sin cesar. Le dice su salaz anfitrión: “Me gustaría que fueras como mi perrita”. “¿Cómo?” -pregunta Susiflor-. Responde él: “Mueve más la colita que la boquita”.

“Lo siento, Afrodisio -le dice Susiflor al ardiente galán que la asediaba-. Por mucho que hagas no creo que puedas entrar en mi corazón”. “No es ahí donde quiero entrar” -replica el seductor salaz.

La abuelita le contaba un cuento a su nieta. “Entonces la princesa le dió un beso al horrible sapo y lo puso con ella en su cama. Al día siguiente el sapo amaneció convertido en un apuesto príncipe”. “No lo creo -manifiesta con escepticismo la chiquilla-. Y estoy segura de que los papás de la princesa tampoco se tragaron el cuento”.

El palomo y la paloma mensajera quedaron de encontrarse en el parque de la ciudad para entregarse ahí a sus escarceos amorosos. Llegó puntual el palomo a aquella cita, pero no estaba ahí la paloma. Seis horas la esperó. Llegó por fin la palomita. «¿Qué te pasó? -le pregunta el palomo, preocupado-. ¿Por qué tardaste tanto?». Responde la paloma: «El día estaba tan bonito que decidí venirme caminando...».

“¿Soy el primer hombre que te pide hacer el amor?” -dice el galán a la muchacha-. “Sí -responde ella-. Todos los demás me lo hicieron sin pedírmelo”.

Dos niños pobres fueron invitados a una fiesta con niños ricos. Había alberca en la casa del festejo, y todos los pequeños asistentes hubieron de quitarse juntos su ropita para ponerse sus trajecitos de baño. Terminada la ocasión, ya en el camino de su casa, uno de los niños pobres le dice al otro, un poco mayor que él: “¿Te fijaste que los niños ricos tienen el pitochín muy chico? ¿A qué se deberá eso?”. Explica el otro niño: “Es que tienen juguetes, y con ellos es con lo que juegan...”

Llega el marido a su casa en la madrugada y se sorprende al ver luz en la recámara. Su señora estaba tendida en la cama, exhausta y agotada. “¿Que sucedió, Espenta?” -le pregunta con alarma-. “Me hallaba ya dormida -responde la señora sin aliento- cuando entró un individuo en la recámara. Yo creía que eras tú”. “¡Qué barbaridad! -exlama el señor-. ¿Y qué se llevó?”. “Bueno -dice entonces la señora muy sofocada-. Tanto como llevárselo, no se lo llevó.”

Cinicio era un sujeto desfachatado y flojo. Su pigricia era sólo superada por su desvergüenza. Un día le advierte su señora: “Te voy a dejar”. “Qué” -replica con laconismo el cínico haragán.

Don Geroncio, señor de cierta edad, le propuso matrimonio a Himenia Camafría, madura señorita soltera. La invitó a cenar en el mejor restaurante de la ciudad y ahí le dijo: “Deme el sí, señorita Himenia, y haré que sean realidad sus sueños”. Responde ella: “Bueno, pero aquí no.”

Babalucas fue a jugar golf por primera vez. Se puso dos pantalones. “¿Por qué dos” -le pregunta con extrañeza su mujer. Declara el majareta: “Por si hago un hoyo en uno”.

Se encontraron dos amigas. “¿En qué trabajas” -pregunta una-. “No trabajo -se ufana la otra-, vivo de mis acciones”. “¿De la bolsa? -inquiere con admiración la amiga”. “No -explica la otra-. De mis malas acciones.”

Un español se quejaba con un amigo de que la menor alusión al sexo lo hacía terminar. “¡Coño!” -se asombra el amigo-. Y el tipo: “¡Ay, ay, ay, ahhhhh!”.

Llorosa y compungida la muchacha hace saber a sus papás que estaba embarazada. “¡Maldición! -grita el progenitor enfurecido-. ¿Y quién es el canalla que mancilló mi honor?”. “Es Fecundino Sharpshooter” -responde entre sus lágrimas la chica-. “¡Ah, canalla! -clama fuera de sí el señor-. ¡Ahora mismo voy a exigirle una reparación.!”. “No vayas, papá -le recomienda la muchacha-. Si le pides una reparación a lo mejor querrá que yo le devuelva lo que me pagó”.

El joven Quintiliano casó con Pirulina. La noche de bodas le pregunta: “¿Soy yo el primer hombre con el que haces el amor?”. “No, -confiesa Pirulina-. Antes que tú hubo otros cuatro”. “¡Ah! -prorrumpe hecho una furia Quintiliano-. ¡Falsa mujer! ¡Artera, fementida, aleve, ruín, desleal! ¡Felona, perjura, falsa, hipócrita, falaz!”. “¿Ya ves cómo eres, Quintiliano? -se queja ella con lamentosa voz-. ¡Y luego dicen que no hay quinto malo!”

Un muchacho va a un partido de beisbol acompañado por su novia, que nunca había visto el juego. El muchacho va explicando cada jugada a la chica. Va a batear un pelotero. El pitcher lanza. “Ball one” -dice el ampayer-. Otro lanzamiento. “Ball two” -vuelve a decir-. El pitcher tira nuevamente. “Ball three” -decreta el ampayer de nueva cuenta-. Otra pichada. “Ball four” -dice el ampayer-. El jugador se encamina lentamente a la primera. “Oye -pregunta la muchacha a su novio-. Tú me dijiste que para ir a la primera base el jugador debía pegarle a la pelota-. ¿Por qué ése fue a la base?”. “Es que tiene cuatro balls” -explica el novio-. Y dice la muchacha: “Ah, con razón va tan despacito.”

Esta es la historia de una muchacha pueblerina que fue a la gran ciudad a hacer estudios universitarios. Al año regresó a su pueblo con un bebé. “¿Y de quién es el niño?” -preguntó indignado el papá. “No lo sé” -responde llorosa la muchacha-. “¿Quieres decir que ni siquiera eso aprendiste en la universidad? ¿A decir con quién tengo el gusto?”

La familia de Pepito era católica, y protestante la de Rosilita, su pequeña vecina. Pepito tenía tres años; Rosilita también, y así sus respectivas mamás no vieron inconveniente en bañarlos juntos y encueraditos en la alberca de plástico que una de ellas había puesto en el jardín. La niña se le queda viendo a Pepito -toda una novedad para ella- y luego comenta como para sí: “Caramba, yo había oído decir que hay mucha diferencia entre católicos y protestantes, pero nunca pensé que la diferencia fuera tanta”.

Pepito se quedó dormido en el asiento de atrás del coche de su hermano. El muchacho, que no se dió cuenta de que Pepito estaba ahí, fue en el coche por su novia y la llevó a un romántico paraje. Pepito despertó al oír que su hermano decía a la muchacha: “¡Chin! ¡Se me acabó la gasolina!”. Y Pepito, inadvertido, fue testigo silencioso de la más tórrida escena de amor que sus infantiles ojos habían contemplado. Al día siguiente Pepito invitó a su vecina Rosilita a pasear con él en su triciclo. Se dirigió a la parte de atrás de la casa y detuvo en un protector rincón el viejo velocípedo. “¡Chin! -le dice a Rosilita- ¡se me acabaron los pedales”.

La tía de Rosilita fue a su casa. Venía hecha un brazo de mar: se había pasado cinco horas en la sala de belleza. “¿De dónde vienes, tía?” -quiso saber Rosilita. “De la sala de belleza” -responde ella. Pregunta la pequeña: “¿Estaba cerrada?”.

En el parque de una ciudad hay dos estatuas que representan a un bello joven y a una hermosa muchacha, ambos sin más vestimenta que una hoja de parra. Cierto día baja un ángel del cielo y dice a las estatuas: “Voy a infundir en ustedes el don de la vida. Durante media hora podrán hacer lo que quieran luego volverán a ser estatuas”. Las toca con su varita mágica y ¡ping! las estatuas cobran vida. El joven contempla a la hermosa muchacha y le dice: “¿Estás pensando lo mismo que yo?”. “Sí” -responde la muchacha-. No se dicen nada más. Se toman de la mano, saltan de su pedestal y se esconden en unos arbustos. Los arbustos se agitan, se ve mucho movimiento, y poco después salen los dos con una sonrisa de satisfacción. “¿Qué te pareció?” -pregunta el muchacho-. “Fantástico -responde la chica-. No creí que se sintiera tan bonito”. Ambos se disponen a subir a su respectivo pedestal cuando les dice el ángel: “¡Ey, todavía les quedan otros quince minutos!”. “¿Vamos otra vez?” -dice la muchacha-. “Bueno -dice el muchacho-. Nomás que ahora tú me detienes la paloma y yo le hago lo que las palomas nos han estado haciendo a nosotros todos estos años”.

El flemático lord inglés llegó inesperadamente a su casa sólo para encontrar a su Lady en comprometida situación con el chofer. “Querida -dice el lord sin perder la calma-, es obvio que después de eso nuestra relación no puede continuar. Los abogados se reunirán y discutirán la forma de nuestra separación. En cuanto a usted, James, me apena recibir esta sorpresa cuando yo le había otorgado toda mi confianza. Y a ambos les voy a pedir una cosa: ¡Dejen de hacer lo que están haciendo por lo menos mientras yo estoy hablando!”

En la plaza del pueblo el alcalde decía un discurso. Parada en su aro en la ventana de una casa, una periquita interrumpía cada momento al orador con trompetillas y majaderías variadas. Un gendarme va, habla con la señora de la casa y la señora quita a la periquita del aro y la avienta al corral de las gallinas. De inmediato dos gallos la arrinconan con las peores intenciones, pero la periquita los detiene. “Un momento -les dice-. A mí me trajeron por agitadora, no por pindonga”.

Dos labriegos pobres entraron a robar elotes en la milpa de Don Poseidón, rico hacendado. A fin de cometer el latrocinio se cubrieron con el cuero de una vaca. De pronto el que iba adelante le dice a su compañero: “Compadre, vámonos, ahí viene el cuidador”. Empiezan a escurrirse, cautelosos sin dejar de taparse con el cuero. “Compadre -vuelve a decir el que guiaba-. Se acerca el cuidador, apriete el paso”. Se apresuran los ladrones. Y otra vez, el de delante: “Compadre, el cuidador nos viene pisando los talones, apriete el paso”. Ya para llegar a la cerca, exclama el guía con alarma: “¡Compadre!”. “¿Qué? -se asusta el otro-. ¿Ahí viene el cuidador? ¿Aprieto el paso?”. “¡Apriete todo! -responde el guía-. ¡Ahí viene el toro!”.

Lord Feebledick entró en la alcoba conyugal y sorprendió a su esposa, Lady Loosebloomers, en torpe trato de carnalidad con el guardabosque Wellhan Ged, fornido mocetón. A nadie habrá de sorprender que a la vista de ese tan deplorable cuadro haya prorrumpido el Lord en clamorosos dicterios de mucho peso y significación. A tales magnílocuos denuestos respondió Lady Loosebloomers con tono quejumbroso: “Eres injusto, Feebledick. Yo te perdoné aquella vez que no me acercaste la silla en el restaurante.”

Doña Ignaria, nueva rica, no entendía mucho de arte. Conversaba con su flamante amiga, la señora Highrump, y esta le dijo: “Ahora me dedico a la pintura. En estos días pinto una naturaleza muerta”. Arriesga con cautela Doña Ignaria: “¿Un retrato de tu esposo?”

Un diplomático extranjero acreditado en México adquirió un anillo de compromiso en una joyería del populoso barrio de La Lagunilla. “Por favor -pidió al joyero-, ponga en la sortija las iniciales de mi novia. Se llama Pelagia Ulpiana Tírmon Agranot”. Se queda pensando el de la tienda y luego sugiere: “¿Qué le parece si mejor le pongo sencillamente TE AMO?”.

La joven muchacha le dice a su ansiosos galán: “Es cierto Romeliano: me regalaste unos guantes y te los acepté, y te dejé que me besaras las manos. Pero ahora que me traes un brassiére a regalar... No sé, Romeliano... La verdad no sé...”

“Doctor -dice un señor al médico-, mi señora padece insomnio”. “Eso no es problema -responde el doctor sacando de su escritorio unas píldoras y unas ampolletas-. Con esto le vamos a quitar el insomnio a su señora. Mire: mañana, cuando cante el gallo, déle estas píldoras. Y a la hora en que llegue el lechero, que es seguramente la hora en que despierta su señora, póngale en una lavativa estas ampolletas”. El señor se va con el remedio. A los dos días regresa. “¿Cómo siguió su esposa? -le pregunta el galeno-. ¿Pudo dormir anoche?”. “No, doctor -responde el tipo-. Y vengo a que me dé otro tratamiento. Al gallo como quiera lo hice que se tragara las píldoras, pero ¡ah cómo batallé para ponerle la lavativa al maldito lechero!”.

“¡Ay padrecito! -dice muy compungida la rancherita al confesarse-. Me acuso de qui cuando voy a l’agua me persigue Lasciviano”. “No te inquietes, Silvestra -la tranquiliza el sacerdote-. El hecho de que ese muchacho te persiga no constituye un pecado por parte tuya”. “¡Pero es qui siempre mi’alcanza, siñor cura!” -confiesa la rancherita.

Pepito llega muy triste de la escuela. “Reprobé el examen” -dice a su papá-. “¿Por qué” -se enoja el padre-. “Porque no llevé el acordeón” -contesta el niño. “Hiciste muy bien en no llevarlo -dice el señor-. Es mejor reprobar que engañar y engañarse llevando un acordeón”. “Pero aquí tenía que llevarlo -dice Pepito-. El examen era de música”.

El padrecito está confesando a una muchacha. “Me acuso, padre -dice ella-, de que me encantan los hombres”. Y sigue la relación de sus culpas. El padrecito se queda dormido ahora por el cambio de horario, por lo que la muchacha se retira. En eso llega un mariconcito y se hinca también para confesarse. Con el ruido se despierta el padrecito y creyendo que la muchacha sigue ahí, dice: “Así que te encantan los hombres, ¿eh?”. “¡Brujo, brujo!” -exclama sorprendido el mariconcito.

El señor que hace tatuajes acaba de dibujar uno en el pecho del hombrote. Le puso un corazón atravesado por una flecha y abajo la inscripción “AMO A LUIS”, y le dice: “La A que falta se la pongo tan pronto me pague”.

El papá, que era un doctor a la antigüita que todavía hacía visitas domiciliarias, invitó a su hijo a acompañarlo en su recorrido, pues quería ver qué tal era el muchacho como médico. El primer paciente que visitaron era un señor. “Oiga -le dice el muchacho tan pronto entran a la habitación del enfermo-. Usted tendrá problemas si sigue fumando como lo hace”. Al salir pregunta el papá al muchacho: “¿Cómo supiste eso?”. “Muy sencillo -dice él-. El cenicero estaba lleno y había tres cajetillas vacías en el suelo”. Llegan después a ver a una señora. “Oiga -le dice el muchacho-. Si sigue usted tomando leche un día de estos va a tener un problema gravísimo”. La señora se ruboriza, inclina la cabeza y dice: “Tiene usted mucha razón, doctor”. Asombrado por la percepción de su hijo pregunta el médico cuando salen: “¿Y eso cómo lo supiste?”. “Muy sencillo -responde el muchacho-. Vi los pies del lechero saliendo de abajo de la cama”.

Don Algón veía que Don Martiriano, su empleado más antiguo, andaba preocupado. “Deje sus problemas en casa” -le aconseja. “Imposible -responde con tristeza Don Martiriano-. Mi mujer no aguanta estar ahí”.

La esposa de Afrodisio le encontró pintura de lápiz labial en la camisa. “¿Cómo explicas esto?” -le pregunta poseída por celos igniscentes-. “Debe haber alguna explicación -responde el cínico Afrodisio-. Dame una media hora para pensarla”.

El recién llegado al Salvaje Oeste le pregunta al viejo explorador: “¿Por qué se están pintando el rostro esos indios? ¿Hay guerra?”. “No, -responde el viejo explorador-. Son jotos”.

Libidiano conoció en la fiesta a una chica de busto opulento, ubérrimo, magnificente. Lucía la muchacha un gran collar de perlas que le caía sobre el pecho. Le pregunta Libidiano lleno de salacidad: “¿Puedo acercar mi oídos a sus perlas, señorita? Me han dicho que se oye en ellas el rumor del mar”. (NOTA: El mar se oye en los caracoles, no en las perlas. La equívoca petición de Libidiano se explica no tanto por su ignorancia de los fenómenos acústicos cuanto por sus eróticos y mórbidos impulsos.)

El padre Arsilio se conturbaba mucho porque sus feligreses se dormían cuando él pronunciaba su sermón. Fue con el señor obispo, quien tenía fama de orador atrayente y persuasivo, y le consultó el caso. “Es cosa fácil ganar la atención del auditorio -lo instruye Su Excelencia-. Cuando noto que mis oyentes empiezan a distraerse interrumpo el sermón y digo: ‘Hermanos: anoche tuve en mis brazos a una mujer’. Todos paran las orejas y se enderezan en sus asientos, sorprendidos. Entonces yo continúo: ‘Sí, queridos hermanos. Vino mi madre a visitarme y yo la abracé lleno de filial amor’ Ya reconquistada la atención de la gente prosigo mi sermón.” Al padre Arsilio le pareció excelente la táctica del señor obispo, y se propuso ponerla en práctica cuanto antes. En el sermón del domingo la gente, como de costumbre, se empezó a dormir: “Hermanos -profiere el padre Arsilio-. ¡Anoche tuve en mis brazos a una mujer!”. Los feligreses, estupefactos, abren los ojos. Vacila el padre Arsilio y luego dice confuso y lleno de turbación: “Perdonen ustedes: ya no me acuerdo de lo demás”.

La señora aguardaba ansiosa frente a la puerta del quirófano. Sale el cirujano, y la señora se precipita hacia él. “¡Doctor! -le pregunta con ansiedad muy grande-. ¿Cómo salió mi marido de la operación?”. “¡Caramba, señora! -responde el galante el cirujano-. Con ese color de pelo que usted tiene, y con esa blancura de su tez, ¡qué bien le va a lucir lo negro!”.

Los recién casados pasaron la noche de bodas en la casa donde iban a vivir. Cuando llegó la mañana el novio quiso darle una sorpresa a su flamante mujercita y fue a preparar el desayuno. Ella, mientras tanto, se puso a hablar por teléfono con su mamá. Llega él con la charola del desayuno; la muchacha mira los huevos con tocino que su marido le había preparado y luego dice por teléfono: “Por lo que veo, tampoco es bueno para cocinar, mamá”.

Otros recién casados tomaron tan en serio su papel que al mes ya estaban desfallecidos, agotados. Tan débiles se sintieron que fueron a ver al médico. “Están ustedes al borde de la extenuación -les indica el facultativo-. Si siguen haciendo el amor hay incluso el peligro de un colapso mortal. Suspendan totalmente por un mes su actividad amorosa”. Tomando en cuenta el riesgo los recién matrimoniados decidieron seguir el consejo del doctor. Para evitar tentaciones ella siguió en la recámara del segundo piso y él se instaló en un cuarto de la planta baja. La primera semana de abstinencia representó para los jóvenes esposos un grande sacrificio. Mayor fue el sufrimiento en la segunda semana de abstención. La tercera fue un verdadero tormento. Cuando llegó el segundo día de la última semana el muchacho ya no pudo más. Desesperado, ardiendo en las llamas del amoroso impulso, empezó a subir por la escalera que conducía al segundo piso. A medio camino encontró a su mujercita. “¡No puedo más!” -le dice el muchacho con encendido acento-. “¡Tengo que estar contigo aunque me muera!”. “Que bueno, mi amor -exclama ella cayendo en los brazos del maridito-. ¡Precisamente yo iba a tu cuarto a suicidarme!”.

En la hora del café todos en la oficina se quejaban de lo mal que los trataban sus esposas. Toma la palabra don Wormilio. “Pues lo que es a mí -comenta- Jodoncia me quita los zapatos”. “¿Cuando llegas del trabajo?” -se asombran sus compañeros-. “No -responde muy triste don Wormilio-. Cuando quiero salir por las noches”.

Doña Jodoncia, se inquietó al ver que su esposo, dormido en la cama al lado suyo, se sonreía en sueños. “¡Wormilio -le pregunta con acrimonia tras despertarlo con una violenta sacudida- ¿A qué esa cara de satisfacción? ¿Por qué te ríes así?”. Responde tímidamente Don Wormilio: “Estaba soñando que había inventado el sexo, y todos tenían que pagarme regalías”.

En el vagón del ferrocarril todos los pasajeros se disponían a dormir. De pronto en la penumbra, se oye la voz de una chica que dice: “Pepe, no puedo creer que ya estemos casados”. Al rato, otra vez la misma voz: “Pepe, no puedo creer que ya estemos casados”. Y al rato otra vez: “Pepe, no puedo creer que ya estemos casados”. Entonces, del fondo del vagón: “Convénzala, Pepe, para que ya nos deje dormir”.

La dueña de la casa toca la puerta del cuarto de la muchacha, su inquilina, y le pregunta: “Rosibel: ¿me engaño o tiene usted en su habitación a un caballero?”. Responde la muchacha: “Doña Besuga, por la forma en que se comporta no creo que lo sea”.

El señor llega a su casa y encuentra a su señora con un desconocido. Con expresión de mucha lástima pregunta el señor al amigo de su esposa: “Dígame la verdad, pobre amigo mío: mi mujer le sabe algo y lo está chantajeando, ¿verdad?”.

Un señor protestaba por la pésima calidad de la casa que le habían hecho. “Las paredes son muy delgadas, ingeniero” -le dice con disgusto-. “Bueno -se justifica el ingeniero-. Tome usted en cuenta que todavía no les ponemos el papel tapiz”.

El pollito le pregunta a la gallinita: “Mami, ¿te costó mucho traerme al mundo?”. “Cómo no, hijito -responde la gallinita con ternura-. Me costó un huevito”.

Dice un tipo a otro: “El señor cura de mi pueblo es tan estricto en cuestiones de moral que los novios tienen que ir a casarse a otro pueblo”. “¿Por qué?” -se sorprende el otro-. Explica el tipo: “Dice que él no celebra matrimonios porque no puede participar en un juego de azar”.

“Clodoveo tiene dos personalidades -dice la muchacha a su amiga-. Unas veces es inteligente, simpático, entretenido, amable, dueño de una chispeante conversación, y otras veces no trae dinero”.

Un individuo entra corriendo en la demarcación de policía y entregando una pistola al oficial de guardia le dice: “¡Enciérreme, acabo de dispararle a mi suegra!”. “¿Y la mató” -pregunta el policía. “¡No -responde el tipo demudado por el terror-. ¡Por eso quiero que me encierre!”

Había un rico señor que hacía alarde siempre de su valiosa colección de cuadros, en especial de un Picasso que era su mayor orgullo. Sin embargo, una de las criaditas de la casa decía con tono despectivo: “¡Bah! El señor presume de que tiene un Picasso fabuloso, y no tiene más que un piquillo de este tamaño”.

Minicio, joven proclive a la expresión poética, le declaró su amor a Gordoloba, muchacha que pesaba por lo menos 45 arrobas (Arroba: medida de peso equivalente a 11 kilos 502 gramos). Ella le correspondió. Feliz y emocionado Minicio comunicó la noticia a sus amigos y les dijo con exultación: “¡He encontrado por fin el sendero del amor!”. “¿Sendero? -comenta uno-. ¡Caón, a mí me parece más bien autopista de 16 carriles!” (NOTA: Con acotamiento de 20 metros a cada lado).

Decía la recién casada: “A mi marido le encanta el jaibolito que le preparo cuando llega del trabajo. Es siempre la segunda cosa que me pide”.

Don Astasio abrió la puerta de la recámara y se llenó de asombro al contemplar una visión insólita: su esposa estaba en la cama in puris naturalis, es decir sin nada encima, y respiraba con singular agitación. Sospechando que si hubiera entrado sin hacer ruido no la hubiera encontrado sin nada encima don Astasio miró en el closet y sus sospechas quedaron confirmadas: ahí estaba un desconocido. Antes de que don Astasio pudiera abrir la boca le pregunta el sujeto: “Perdone, amigo: ¿por esta esquina para el autobús Ruta 36?”. “¡Qué esquina ni qué autobus! -bufa con iracundia don Astasio-. ¿Qué hace usted en el closet de mi recámara?”. El individuo finge gran asombro. Vuelve la vista a todos lados y luego exclama boquiabierto: “¡Caramba, cómo tardan ahora los autobuses! ¡De veras ya hasta construyeron!”.

Uno de esos enredones que nunca faltan le dice a don Astasio: “Me da pena tener que contarte esto, pero tu esposa hace el amor con todos los hombres del pueblo”. “¡No es cierto! -prorrumpe don Astasio-. ¡Lo que me dices es una falsedad!”. “Perdóname -insiste el otro-, pero es la verdad. Tu esposa hace el amor con todos”. “¡Mentira! -rebufa don Astasio. ¡Conmigo no lo hace!”.

Llegó don Astasio a su casa y, como de costumbre, sorprendió a su mujer, Facilda Lasestas, en amoroso abrazo con un desconocido mocetón. Don Astasio lleva consigo siempre, para ocasiones como esa, una libreta en donde tiene apuntado un catálogo de expresiones interjectivas para denostar con ellas a su esposa cuando la halla en el vértigo del regodeo salaz. Sacó, pues, su libreta don Astasio y dió salida a las siguientes voces: “¡Leperuza! ¡Loca del cuerpo! ¡Pecadriz!”. Sin desatar el estrecho lazo que la ligaba al brozno, sin siquiera frenar el vaivén de su excecrable coición, le dice con tono admonitorio la mujer: “¡Ay, Astasio! ¿Otra vez con tus celos?”.

En el día de campo los jóvenes se pusieron a jugar al futbol. Cerca de ahí pastaban dos vaquitas. Llegaron sendos toros y se pusieron a cumplir con ellas el eterno rito de que se vale la naturaleza para lograr la perpetuación de las especies. En pleno rito estaban cuando una de las vaquitas se vuelve hacia la otra y le pregunta: “¿Qué te parece, Clarabella, si después de los toros nos vamos al futbol?”

Libidiano pidió la mano de Pirulina. Don Poseidón, papá de la muchacha, se la concedió. “Espero -dice el solemne genitor a los futuros contrayentes- que el matrimonio de ustedes salga tan bien como el de mi esposa y mío”. “Nos va a salir mejor, don Poseidón -le asegura el galancete-. Hemos estado practicando”.

La recién casada le sirvió a su flamante maridito el postre de la primera comida que le había preparado. El muchacho mira el platillo y pregunta lleno de confusión: “¿Pay de fresa con guacamole?”. “A mí también me extrañó, cielo -responde la muchacha-. A lo mejor se me pegaron las hojas del rectario”.

Hamponito, el hijo del narco de la esquina, fue a una fiestecita de cumpleaños. El niño agasajado sopló para apagar las velitas del pastel. Hamponito sacó una pistola y ¡bang, bang! le disparó. Con sorda voz a lo George Raft dice entre dientes guardando la pistola: “Eso le pasa a los soplones”.

En la entrada del Metro el borrachín le pregunta a la linda muchacha con tartajosa voz: “Perdone usted, hermosa señorita: ¿cuánto cuesta el metro?”. La muchacha se lo dice. “Entonces -pide el temulento- déme 50 centímetros. De la cintura para abajo, por favor”.

La mamá de Paquito fue a inscribirlo en primer año de kinder. Le entregaron un cuestionario que debía llenar. Una de las preguntas decía: “¿Tiene su hijo cualidades de líder?”. La señora responde con la verdad: “No, pero ayuda muy bien cuando se le pide su colaboración”. Días después la señora recibió una carta firmada por la directora: “Tengo el gusto de informarle que Paquito fue admitido en el grupo A del Primer Año. Ese grupo consta de 35 alumnos: 34 líderes y Paquito”.

Con un ejemplar del Playboy en la mano Babaluquitas daba vueltas y vueltas sobre su propio eje. “Carajo -dice con remordimiento-. Mis pobres padres trabajando y yo aquí emborrachándome con viejas”.

A un agente viajero se le descompuso su coche en medio del campo. Era de noche y llovía copiosamente. El hombre vió a lo lejos una luz y caminó hacia ella en medio de la tempestad. Llegó a la casa de un granjero. Después de explicarle su problema le pidió: “¿Podría pasar la noche aquí?”. “Con todo gusto -acepta el hombre-. No tengo mujer ni hijas, y hay varias camas disponibles”. El agente hace una pausa y luego pregunta: “¿A qué distancia está la casa del próximo granjero?”.

Hubo quejas en el club de damas porque el conferencista especializado en moral sexual dijo a las socias: “Estoy seguro que la mitad de ustedes han tenido una aventura extramatrimonial”. La directiva exigió al conferenciante que se retractara. “Me retracto -concedió el tipo-. Estoy seguro de que la mitad de ustedes NO han tenido una aventura extramatrimonial”.

Un investigador del comportamiento humano hizo que una pareja de esposos llenara sendos cuestionarios. Al revisarlos encontró algo que le llamó mucho la atención. “Debe haber un error -les dice-. En el renglón correspondiente al número de veces que hacen el amor, usted, señor, escribió: una vez por semana. En cambio usted, señora, puso que entre dos y diez veces cada noche”. “Sí -conforma el marido-. Es que ella en eso trabaja”.

Catón preguntó a un señor ya grande que vendía ostiones si es verdadera la conseja que asigna a los ostiones la mirífica virtud de potenciar el desempeños sexual cuando tal potenciación se necesita, y éste le dijo: “¡Ay, amigo! ¿Usted cree que si deveras sirvieran para eso los vendería yo?”.

Cierto sujeto fue a consultar a un especialista. Se quejaba de no durar en la palestra del amor carnal. “¿En qué momento acaba?” -pregunta el facultativo-. “Entre cómo te llamas y de qué signo eres”.

Antes de los tiempos de la invención del Viagra, un señor ya entrado en años se encontró al despertar con que mostraba una aptitud que hacía tiempo no mostraba. Con premura llamó a su mujer: “¡Rápido, vieja! ¡Ven! ¡Ven pronto!”. Ella llegó corriendo a la recámara y al ver lo que miró empezó a aligerarse con prontitud la ropa. “¡No te llamé para eso! -la interrumpe el marido-. ¡Trae la cámara! ¡Esto no me lo van a creer en el café”.