domingo, 31 de enero de 2016

Un consejo para tratar males gástricos



Así como hay bacterias “malas”, también hay bacterias “buenas” que pueden convivir con nosotros dentro de nuestro organismo, algunas de las cuales son muy benéficas ya que nos ayudan en los procesos digestivos.

Antibióticos potentes de amplio espectro como el Ciprofloxacino o como el Bactrim usados para tratar infecciones gastrointestinales arrasando con los gérmenes causantes de los males gastrointestinales son un arma de dos filos, y no estamos hablando acerca de las reacciones adversas que puedan ocasionar en ciertas personas que puedan ser alérgicas a cualquiera de dichos antibióticos. Una desventaja de los antibióticos es que arrasan por igual a todas las bacterias, tanto a las que están causando una infección, como aquellas que pese a ser un intruso dentro de nuestro cuerpo son necesarias para que el tracto gastrointestinal pueda cumplir adecuadamente su función. En breve, los antibióticos arrasan por igual a los gérmenes “buenos” como a los gérmenes “malos”. Eliminan los gérmenes malos que ocasionan diarreas intensas, pero nos dejan sin los gérmenes buenos que forman parte de lo que se conoce como la flora intestinal.

Es muy posible que un enfermo que padece de una gastritis intensa se libere de su gastritis ingiriendo un medicamento como Ciprofloxacino en una dosis de 500 miligramos (una cápsula) cada 6 horas durante 6 días, pero si el Ciprofloxacino es lo único que toma el enfermo entonces tras ese período de tiempo se habrá liberado de la infección, pero sus problemas muy posiblemente en su tracto gastrointestinal seguirán porque ya no cuenta con la simbiótica flora intestinal que le estaba ayudando en sus procesos digestivos. Una situación así se maneja no dándole al paciente una mayor cantidad de antibiótico, lo cual es innecesario al haberse eliminado la infección, sino restableciendo la flora intestinal después del tratamiento, o mejor aún, tomando un complemento restaurador de la flora intestinal al mismo tiempo que se ingiere el antibiótico.

De hecho, un buen médico al extender una receta para el tratamiento de una infección severa en el tracto gastrointestinal recetará para tomarse al mismo tiempo junto con el antibiótico la ingesta de algo conocido como los lactobacilos, los cuales son gérmenes “buenos” con los cuales se puede evitar la pérdida casi total de la flora intestinal cuando se está llevando a cabo el tratamiento de la infección con algún antibiótico. La microfotografía puesta arriba al inicio de este documento nos da una idea de la apariencia que tienen esos gérmenes conocidos como lactobacilos.

El problema de la pérdida no-intencional de la flora intestinal puede sobrevenir a causa de un médico “olvidadizo” que únicamente receta el antibiótico pero no receta al mismo tiempo los lactobacilos que se requieren para ir reponiendo la flora intestinal que se va perdiendo con el antibiótico. También puede suceder cuando el enfermo es una persona de recursos económicos limitados y no puede solventar el costo de un tratamiento médico completo. Pero con mayor frecuencia, la causa de la omisión radica en algo que se conoce como la automedicación con la cual un enfermo sin ser médico se receta a sí mismo algo que ya le funcionó a algún amigo o algún familiar. Cuando se habla de los riesgos de la automedicación, éste es uno de ellos.

Un buen uso para los lactibacilos es en el tratamiento de algo que se conoce como el síndrome del intestino irritable, una condición de malestar crónico en el intestino que algunas veces ha durado años. Las causas son variadas pero los síntomas son semejantes en la mayoría de los casos. Y los lactobacilos, al restaurar la flora intestinal, suelen producir una mejoría.

Los lactobacilos, conocidos más formalmente como lactobacillus, al igual que otras formas de vida no son un solo tipo de microorganismo, sino que se pueden encontrar en variantes conocidas como cepas. Muchos laboratorios farmacéuticos manejan sus propias cepas de lactobacilos, y cada cual afirma que su género de lactobacilos es mejor que los lactobacilos de la competencia. Se trata de organismos vivientes con sus propios órganos internos que son conocidos como orgánulos para distinguirlos de los órganos que caracterizan al cuerpo humano como el estómago y el hígado. A continuación se tiene un esquema que nos muestra las partes fundamentales de un lactobacilo que es, a fin de cuentas, un organismo viviente como cualquier otro:




En las boticas y las farmacias se suelen vender lactobacilos “en polvo” que muchas veces y en forma errónea son referidos en la cultura popular como lactobacilos “muertos” por no estar en suspensión dentro de algún líquido. Sin embargo, están tan “muertos” como puedan estarlo las semillas de frijol que si se ponen dentro de un frasco húmedo empiezan a germinar mostrando señales de vida.

Los lactobacilos “en polvo” que se venden en las farmacias se distinguen por sus costos al público que pueden parecer altos. Le puede resultar difícil al cliente entender cómo un sobrecito pequeño que contiene una cantidad casi insignificante de lactobacilos pueda costar cien o inclusive doscientos o trescientos pesos. Por otro lado puede parecer difícil de aceptar que algo que se vende seco y a temperatura ambiente pueda contener algo “vivo” pese a que se trata de algo que una vez ingerido cobra “vida” como si se tratase de una semilla. Por estas razones, los lactobacilos en polvo pueden inspirar menos confianza que los lactobacilos que se venden en suspensión en un líquido que se debe mantener refrigerado, y estos últimos

Una fuente excelente de lactobacilos para ir reponiendo los lactobacilos que se están perdiendo al estar bajo tratamiento de un antibiótico fuerte como el Ciprofloxacino es el Yakult, el cual contiene (aproximadamente) en cada pomito 8 mil millones de la cepa Lactobacillus casei Shirota, lo cual puede parecer una cantidad extraordinariamente grande de lactobacilos en el pomito de Yakult, aunque esta apreciación debe ser moderada al tomar en cuenta el tamaño extraordinariamente pequeño (microscópico) de los lactobacilos. Se recomienda tomar al menos un pomito diario (cada 24 horas) o de preferencia dos pomitos mientras se está tomando el antibiótico, y esto es apenas suficiente para reponer un poco la destrucción de la flora intestinal. Terminado el tratamiento de antibióticos, se debe seguir tomando el Yakult por lo menos un mes después de haberse terminado el tratamiento.

El Yakult comercial tiene frecuentemente la siguiente presentación:




Resulta de lo más irónico que algo que se debería encontrar en farmacias como el Yakult en muchas farmacias no se consigue, no lo venden, los lactobacilos que venden en las farmacias sobre todo en las farmacias pequeñas son generalmente de marca médica. Se obtienen en los supermercados en la sección de lácteos dedicada a productos de yoghurt, lo cual hace que equivocadamente muchas personas confundan a los lactobacilos con alguna especie de yoghurt. Estrictamente hablando, los lactobacilos y el yoghurt son dos cosas diferentes como lo son la carne de res y la carne de pescado, y esto es evidente en el Yakult que es un líquido que viene en un pomo pequeño a diferencia del yoghurt que tiene consistencia sólida o semi-sólida.

Además del Yakult ordinario que viene en un pomito con tapita de color rojo, hay para personas que cuidan el consumo de azucar por salud (diabetes, obesidad, etc.) otro Yakult que se vende como Yakult 40 LT y que viene en un pomito con tapita de color azul:




Otra alternativa comercial para obtener lactobacilos en México es el Gastro Protect de Nestlé, el cual contiene Lactobacillus johnsoniiStreptococcus thermophilus. Aunque a cualquiera le puede producir algo de desconfianza ingerir un producto que contenga gérmenes estreptococos de tan mala fama, este es un tipo de estreptococo que resulta ser beneficioso y no perjudicial.

De la misma empresa Nestlé proviene otro tipo de fuente de lactobacilos recomendado para infantes, conocido como el Lactobacilus Protectus. Se vende en pomitos bajo la marca comercial conocida como el Chamyto.

Una diferencia de las fuentes de lactobacilos que se obtienen en los supermercados a los lactobacilos que se obtienen en las farmacias es que los primeros son mucho más económicos.

Los lactobacilos en polvo que se venden en las farmacias tienen la ventaja de que, a diferencia de lactobacilos que se encuentran en suspensión en productos comerciales líquidos como el Gastro Protect de Nestlé -una suspensión líquida hecha a base de leche, la palabra lacto implica que se trata de algo que se encuentra en productos lácteos, o sea de leche- los cuales pueden ocasionar reacciones adversas en personas que padecen de intolerancia a la lactosa, los lactobacilos en polvo no producen reacción adversa alguna precisamente porque no son suministrados junto con un líquido que contenga un derivado de la leche. De cualquier modo, los pomitos de Yakult no contienen mucho líquido lácteo, de manera que antes de recurrir a los lactobacilos en polvo las personas con intolerancia a la lactosa deberían hacer la prueba con Yakult y descubrir por cuenta propia si lo pueden tolerar lo suficientemente bien como para seguir ingiriéndolo.

Entre los lactobacilos en polvo disponibles en las farmacias, uno que se recomienda es el Lacteol Fort, el cual contiene lactobacilos de la cepa Boucardii.


Este producto es promocionado como un antidiarreico biológico indicado en el tratamiento de diarreas banales e infecciosas, bacterianas y/o virales y de diarreas causadas por quimioterapia y/o antibioticoterapia. Y desde luego, como protector y restaurador fisiológico de la flora intestinal. La dosificación consiste en tomar un sobre cada 12 horas durante 4 a 7 días, iniciando la primera toma con dos sobres, recomendándose disolver el contenido del sobre en un poco de agua, jugo, té, leche, fríos o tibios.

En las farmacias también hay lactobacilos en polvo en presentación para niños, como Lactipan. De hecho, hay varias marcas comerciales de lactobacilos en polvo disponibles en dosificación para niños, recomendable para niños que por alguna razón han estado presentando diarreas continuas.

Como no existen dos cuerpos humanos idénticos, y cada organismo tiene sus propias peculiaridades de origen genético, los mismos lactobacilos que producen una mejoría a corto plazo en una persona tal vez no produzcan el mismo resultado en otra persona, en cuyo caso una alternativa es cambiar el tipo de lactobacilo que se está consumiendo. El lactobacilo que contiene el Yakult parece que abarca un espectro amplio de personas muy diversas, y debe ser suficiente en la mayoría de los casos. Si no funciona en cuestión de una o dos semanas, se recomienda cambiar de lactobacilos usando otro producto como el Gastro Protect de Nestlé. Es necesario experimentar un poco hasta encontrar el tipo de lactobacilo que mejor se adapte al organismo de cada uno de nosotros.

En forma abreviada, la recomendación general en lo que tiene que ver con el uso apropiado de los lactobacilos es la siguiente:

(1) Desde el preciso momento en el que se toma el primer antibiótico para tratar una infección del tracto gastrointestinal, hay que empezar a tomar al mismo tiempo una dosis adecuada de lactobacilos, con el fin de que se vaya reponiendo la flora intestinal que estará siendo destruída por el antibiótico.

(2) Una vez que se ha terminado el tratamiento de la infección gastrointestinal con el antibiótico indicado por el médico, se continúa tomando una dosis diaria de lactobacilos (para esto se puede usar el Yakult) por un mes, después de lo cual se puede descontinuar el tratamiento con lactobacilos al considerarse la flora intestinal completamente restaurada.

(3) En caso de una recaída posterior con una nueva infección gastrointestinal, se vuelve a acompañar la ingesta del antibiótico con lactobacilos.

(4) Si se han obtenido resultados muy buenos con la ingesta de lactobacilos, se puede hacer su ingesta algo rutinario sobre todo en el caso en el cual se vuelven a presentar en forma esporádica diarreas.

sábado, 30 de enero de 2016

Cárceles norteamericanas, ¿a prueba del Chapo?

A resultas de la espectacular fuga de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” el 11 de julio de 2015 del penal de máxima seguridad El Altiplano que dejó la credibilidad del gobierno de México en el más espantoso ridículo, el Presidente Enrique Peña Nieto ha convertido en una de sus principales prioridades la extradición de El Chapo hacia los Estados Unidos a la menor brevedad posible.

La creencia generalizada es que le será casi imposible al Chapo el poder burlar los sistemas de seguridad de las cárceles norteamericanas, y su escape de una prisión norteamericana será poco menos que imposible.

¿En verdad será tan difícil que El Chapo se les pueda escapar a los norteamericanos como ya lo hizo dos veces en México?

Hace unos cuantos días, a partir del viernes 22 de enero de 2016 para ser exactos, los titulares de las agencias noticiosas norteamericanas fueron acaparados por el reporte de la fuga de tres peligrosos reos en California, Jonathan Tieu (detenido con una fianza de un millón de dólares en octubre de 2013 por homicidio, intento de homicidio y agresión armada), Hossein Nayeri (detenido sin derecho a fianza desde septiembre de 2014 acusado de secuestro, tortura, agresión agravada y robo) y Bac Duong (detenido sin derecho a fianza por intento de homicidio, agresión con arma mortal, posesión de arma de fuego y otros cargos).

A diferencia de las fugas del Chapo en México, la fuga de los tres presos norteamericanos –que no cuentan ni en sueños con los enormes recursos económicos que el Chapo tiene a su disposición- se llevó a cabo con medios convencionales, a la “antigüita”. Se trató de una fuga muy económica, en cuestión de pesos y centavos (o en este caso, en dólares) para la cual ninguno de los reos tuvo que gastar un solo centavo. En la fuga, cortaron primero los barrotes de acero de centímetro y medio (media pulgada), se abrieron paso por los túneles de plomería, y llegaron a una área no vigilada del techo desde donde pudieron descender del techo del penal a la calle usando una especie de soga improvisada. Posteriormente se supo que los tres reos recibieron algo de ayuda de una maestra de Inglés de nombre Nooshafarin Ravaghi, a la cual presuntamente enamoraron y la cual les facilitó un croquis satelital del penal posiblemente a cambio de los favores sentimentales y sexuales que la maestra no podía obtener en casa. Esto es semejante a otra fuga en la cual

El caso de la fuga de los tres reos norteamericanos es semejante al de otra fuga previa ocurrida en Nueva York medio año atrás, el 6 de junio de 2015, en la cual dos asesinos de nombres Richard W. Matt y David Sweat recibieron ayuda de una mujer de nombre Joyce E. Mitchell a la cual enamoraron y presuntamente le dieron a cambio el amor y el placer sexual que no podía obtener con su esposo en casa.

El caso de la fuga de los tres reos en California reviste especial importancia porque se trató no de una fuga de una cárcel ordinaria de algún condado sino de una cárcel de máxima seguridad. O sea, de una cárcel como alguna de varias cárceles a las cuales podría ser enviado el Chapo en caso de ser extraditado hacia los Estados Unidos.

Si no fue tan difícil para tres reos ordinarios carentes de recursos económicos el poder escapar de una prisión norteamericana de máxima seguridad, una prisión entre las prisiones que supuestamente (y erróneamente) se cree que son las prisiones más seguras del mundo, ¿qué les hace suponer a las autoridades norteamericanas que tendrán mayor éxito en mantener recluído a El Chapo que los penales de Puente Grande y El Altiplano de los cuales se fugó El Chapo, considerando que a diferencia de los que se les han fugado El Chapo ha sido clasificado por la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo?

Pese a que El Chapo ha manifestado su temor de ser extraditado hacia los Estados Unidos, en realidad una fuga de un penal de máxima seguridad en los Estados Unidos le podría ser mucho más fácil y mucho más económica que sus fugas de los penales de máxima seguridad en México. El Chapo es lo suficientemente inteligente para copiar los métodos usados por otros que ya se han fugado de los penales norteamericanos y ahorrarse una buena cantidad de billetes, aunque en última instancia el costo de la fuga no es asunto importante para uno de los hombres más ricos del planeta.

En estos momentos, para impedir una fuga del Chapo del penal del Altiplano, el Ejército mexicano tiene destacados en torno a dicho penal el equivalente de dos divisiones de infantería motorizada, reforzado todo con tanquetas militares. Ningún penal de máxima seguridad en los Estados Unidos tiene estos niveles de protección, ni siquiera el penal de Guantánamo en Cuba.

En los casos de fuga en Estados Unidos que se han mencionado arriba, un común denominador es que los evadidos han logrado envolver sentimentalmente a alguna mujer a la cual la han enamorado haciéndole las cosas que sus esposos o sus novios no les pueden o no les quieren hacer o dar en casa (vaya el lector a saber qué les hacen a esas mujeres que terminan locamente enamoradas de ellos, solo lo podemos imaginar). En el caso del Chapo, si terminara recluído en un penal de máxima seguridad en Estados Unidos, para él no sería ningún problema el lograr que todas las mujeres que trabajen en el penal caigan rendidas a sus pies. Las capacidades seductoras del Chapo están fuera de toda duda. Ya lo demostró enamorando a la diputada del PAN Lucero Guadalupe Sánchez López que sin importarle los riesgos para su investidura como legisladora y recurriendo a una identidad falsa se fue personalmente hasta la celda del Chapo, presumiéndose que para el equivalente de una “visita conyugal”. Y ya después de su segunda fuga, una muy enamorada actriz Kate del Castillo sin importarle poner en riesgo su recién adquirida ciudadanía norteamericana se trasladó hasta México para poder expresarle en persona su afecto y su admiración al Chapo (se trata de la misma actriz que despreció al principal propietario y accionista de Televisa, Emilio Azcárraga Jean). Si El Chapo escribiera un libro sobre cómo enamorar a las mujeres, sin duda alguna sería un best-seller que rompería todos los récords de venta.

Si además de las dotes y habilidades seductoras del Chapo se le agrega el hecho de que cuenta con una enorme fortuna que le permite enviar regalos caros y finos a cualquier dama (joyería, diamantes, perlas auténticas, abrigos de pieles, etcétera), El Chapo en cuestión de unos cuantos meses tiene el talento y los medios para que todas las mujeres que laboran en el penal estén más que dispuestas a colaborar con él para su fuga de un penal de máxima seguridad en los Estados Unidos.

Y en lo que toca a los guardias y custodios, El Chapo tiene dinero más que suficiente para poder sobornar a cualquier funcionario carcelario hasta el mismo alcaide. En una prisión con 300 guardias repartidos en tres turnos, un maletín con un millón de dólares en efectivo para cada guardia (300 millones de dólares en total) puede ser más que suficiente para convertir a todos los guardias del penal norteamericano en los mejores amigos que El Chapo pueda tener en la historia de dicho penal. Y otro maletín con unos 20 millones de dólares puede ser más que suficiente para que el alcaide del penal le facilite su salida al Chapo por la puerta de entrada principal, hasta llamando una limousina y poniéndole una alfombra roja. Supuestamente, esto no podría ocurrir si los funcionarios de las prisiones norteamericanas fueran incorruptibles. Pero hasta la fecha nunca han tenido entre su población carcelaria a alguien tan rico como El Chapo. Si los norteamericanos creen que son unos santos, la extradición del Chapo a los Estados Unidos puede ser la mejor manera de ponerlos a prueba para que descubran que no son tan santos como creían serlo.

Si al Chapo no le resultaría tan difícil escapar de una prisión norteamericana, considerando todo lo que se ha expuesto arriba, ¿entonces por qué la prisa del Presidente Peña Nieto de extraditarlo a los Estados Unidos?

Hay una ventaja obvia para México. Si El Chapo es enviado a los Estados Unidos y se les escapa (lo cual es muy probable), quienes quedarían en el más absoluto ridículo en esta ocasión serían no las autoridades mexicanas sino las autoridades norteamericanas. México les podría espetar en su cara a los norteamericanos: “¿Pues no que a tí jamás se te escaparía? ¿No que muy muy?”. Y a ellos les correspondería la dura tarea de tener que estar rastreando al Chapo por todo el planeta, no al gobierno de México el cual alegaría haber cumplido ya con su parte al haberles extraditado a El Chapo.

Mantener el equivalente de dos divisiones de infantería motorizadas del Ejército mexicano en torno al penal del Altiplano y reforzar la seguridad del penal con medidas de seguridad que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo se antoja como un desperdicio casi increíble de recursos, todo para mantener custodiado a un solo hombre. Mucho mejor enviárselos a los norteamericanos, ya que están en tan buena disposición de recibir al Chapo. Que ellos paguen la factura. Ya veremos qué tanto puede aguantar el sistema gringo el costo de mantener en prisión al Chapo impidiendo que se pueda escapar como ya lo hizo en México.

Viendo el asunto desde el punto de vista de pesos y centavos, si los norteamericanos no estuvieran dispuestos a recibir al Chapo ya que esto les requeriría pre$upue$tar las enorme$ $uma$ de dinero que tendrían que ga$tar de manera inevitable para mantenerlo bajo su custodia, la alternativa a tener al Chapo recluído en México en el penal del Altiplano enfrentando los mismos co$to$ a$tronómico$ sería hospedar al Chapo en un hotel de cuatro estrellas como el Hotel María Isabel Sheraton, con todos los gastos de hospedaje (barato, unos 275 dólares diarios) y alimentación pagados por el gobierno de México, a cambio de que no intente fugarse de nuevo y con la condición de que se mantenga desligado de los negocios del Cártel de Sinaloa. Lo cual le resultaría a México, dicho sea de paso, en una solución muchísimo más económica que la solución actual que requiere por lo menos de medio millón de pesos diarios por encima de los costos normales de operación tan solo para mantener en pie las medidas de seguridad adicionales y las tropas y tanquetas del Ejército mexicano por la permanencia del Chapo en el penal del Altiplano, justo en tiempos en los que por la caída de los precios de petróleo los ingresos de la Nación andan muy mermados pidiendo a gritos un recorte de gastos en cualquier lado en donde pueda ser encontrado.

viernes, 29 de enero de 2016

La quiebra de PEMEX y el rescate de PEMEX

La quiebra de PEMEX


El petróleo de México siempre ha sido usado en los discursos de los políticos para exacerbar los sentimientos nacionalistas del pueblo con la trilladísima frase “El petróleo es nuestro” (o sea, de todos los mexicanos). Supuestamente el petróleo es un orgullo nacional que sirve como bálsamo para garantizar la prosperidad y la felicidad del pueblo de México.

Sin embargo, los precios internacionales del barril de petróleo han estado cayendo en forma tan drástica y aparatosa en los últimos dos años, que de los más de cien dólares que se podían obtener por la venta de cada barril de petróleo, ya en 2016 los ingresos proporcionados por cada barril de petróleo rondaban cerca de los veinte dólares por barril.

En el mes de septiembre de 2015, la caída de ingresos a México (en dólares) era tan pronunciada, que los ingresos obtenidos con las remesas enviadas a México por los trabajadores mexicanos (legales e indocumentados) trabajando en los Estados Unidos era superior a los ingresos obtenidos del exterior por concepto de las ventas del petróleo mexicano al extranjero.

En enero de 2016, la situación era tal que para finales de 2016 los ingresos obtenidos por el turismo internacional eran ya mayores que los ingresos obtenidos por las ventas del petróleo. Y ya para febrero de 2016, las remesas enviadas por los trabajadores mexicanos en los Estados Unidos superaban en 33% los ingresos obtenidos del petróleo, convirtiéndose en la principal fuente de ingresos para México.

Los precios del crudo están tan bajos, que se está llegando a la curiosa situación en la cual el contenedor metálico en sí, o sea el barril contenedor, es más caro que el producto que contiene. En efecto, un barril de petróleo contiene 42 galones del combustóleo (equivalente a 158.98 litros). Si vamos a cualquier ferretería a comprar un contenedor metálico (un barril) con capacidad de 42 galones, comprobaremos muy pronto que no existe una sola ferretería en México, ni siquiera en el mundo entero, que nos venda el barril contenedor metálico a 22 dólares (precio promedio actual de 42 galones de petróleo). Hablando en términos llanos, México le está regalando su petróleo a los países que se lo compran a tales precios. Vale y cuesta más el barril contenedor que el petróleo que contiene.

El impacto directo de estar vendiendo el petróleo mexicano al extranjero a precios tan bajos es que la empresa paraestatal PEMEX está operando ya casi con números rojos, está operando con pérdidas. En efecto, para México, el petróleo dejó de ser un negocio. Es un mal negocio al cual hay que estarle metiendo dinero para impedir la quiebra de PEMEX. Que todos los mexicanos paguen por mantener en funcionamiento el “orgullo nacional”.

Como negocio, PEMEX funciona tan mal, que es común estar viendo a cada rato en las noticias los terribles daños ecológicos y de todo tipo ocasionados por las tomas clandestinas de gasolina con las cuales se “ordeñan” miles y miles de litros de combustible cada año que terminan resultando en pérdidas económicas colosales para la empresa que de una manera u otra terminarán siendo pagados por su “propietario”, el pueblo de México. En cambio, en el país vecino, en los Estados Unidos, no se reporta ni una sola toma clandestina, ¡ni una sola!, por la simple y sencilla razón de que en el país vecino el gobierno no está metido en el negocio del petróleo y las gasolinas, está metido en lo suyo que es gobernar. Todo lo que tiene que ver con el petróleo y las gasolinas está en manos de la iniciativa privada, la libre empresa, y los dueños de las empresas que administran estos negocios no van a permitir que se puedan dar las condiciones para que ocurra toma clandestina alguna; los negocios norteamericanos planifican y controlan sus productos tomando todas las precauciones y medidas de seguridad necesarias para que nunca les ocurra lo que ocurre en México. Y es que para los empresarios norteamericanos el petróleo y las gasolinas son un negocio, mientras que para una empresa estatal como PEMEX es simplemente un modo de vida cómodo cuyo propósito fundamental es garantizar los empleos bien remunerados tanto de administradores de integridad cuestionable así como de los muy bien pagados trabajadores del Sindicato de PEMEX que de alguna manera se las han arreglado para sostener sus privilegios manteniendo convencido al pueblo que los “logros” (privilegios) de los trabajadores de PEMEX de alguna manera son también los “logros” de todo el pueblo de México.


El rescate de PEMEX


La situación de PEMEX es tan mala, que se ha llegado ya al extremo grotesco de que para poder mantener a PEMEX a flote, sin declarar a la empresa en quiebra, se está planenando una ayuda gubernamental masiva para subsidiar a PEMEX. Si PEMEX, el orgullo nacional, está operando con pérdidas, entonces la lógica gubernamental indica que hay que inyectarle todo el dinero que sea necesario para permitir que la empresa PEMEX pueda continuar operando. Se trata de mantener a flote un mal negocio que ya desde hace tiempo que dejó de ser un negocio.

El problema es que todo el dinero que el gobierno le meta a PEMEX para que pueda seguir operando es a fin de cuentas dinero que debe ser proporcionado por cada mexicano por la vía de sus impuestos. El gobierno en sí no pierde un solo centavo, son los mexicanos contribuyentes los que pierden, y aquí TODOS pierden y nadie gana. El dinero de los impuestos que debería ser utilizado para mejorar los servicios en los sistemas de salud pública o en el sistema educativo, va a tener que estar siendo desviado para poder mantener a PEMEX a flote.

Efectivamente, el petróleo “es nuestro”. ¿Pero a qué precio? ¿Por qué está obligado cada mexicano a sostener esa vaca sagrada (en alusión a las vacas de la India que son consideradas sagradas y las cuales son intocables en un país en el cual las hambrunas y la miseria son cosa cotidiana) que cada vez deja menos y que ahora empieza a devorar el tesoro nacional en lugar de contribuír a la Nación?

El objetivo principal de cualquier negocio, lo que los administradores anglosajones llaman el bottom line, es obtener una ganancia, obtener más de lo que se invirtió en echarlo a andar. Si no se obtiene ganancia alguna, aunque no se esté perdiendo dinero el mantener abierto el negocio es una pérdida de tiempo. Y si hay que estarle metiendo más dinero al negocio que lo que se está obtienendo en ingresos, entonces es un mal negocio operando con pérdidas y lo mejor es cerrarlo.

Hay quienes están proponiendo una idea novedosa, aunque mencionándola en voz baja por el temor a provocar una reacción iracunda en quienes aún se aferran al dogma del slogan “El petróleo es nuestro” y consideran cualquier cosa que se diga en contra del petróleo “propiedad de todos los mexicanos” como un sacrilegio que debe ser castigado con la pena de muerte.

La idea es bien sencilla: tapar el pozo mientras no haya ganancias que justifiquen mantenerlo abierto.

En esencia, mientras los precios del petróleo estén tan bajos, en vez de seguirle regalando el petróleo “propiedad de todos los mexicanos” a los países extranjeros ricos como Suiza, es mejor clausurar las operaciones de PEMEX –ahorrando con ello los subsidios que de otro modo requiere PEMEX para poder seguir operando y evitar caer en la ruina- y comprarle el petróleo que necesitamos a otros países que estén dispuestos a regalarnos –perdón, vendernos- el petróleo a precios de regalo. Si otros países nos quieren subsidiar regalándonos su petróleo, pues que lo hagan, les compramos su petróleo a precios de regalo. Como el petróleo es un recurso natural no renovable, eventualmente se tienen que ir agotando las reservas de otros países (como Arabia Saudita, Venezuela, Rusia, Irán, etcétera) que nos quieran estar subsidiando. Y al irse agotando las reservas petrolíferas de esos otros países, los precios del petróleo en vez de caer irán aumentando, hasta volver a rebasar el precio de los cien dólares por barril. Una vez que los precios del petróleo se hayan recuperado a un nivel aceptable, a un nivel en el que la empresa PEMEX pueda ser una empresa rentable sin necesidad de tener que estarle inyectando recursos del erario público, pues se vuelve a abrir el pozo, se vuelve a extraer petróleo del subsuelo terrestre y del subsuelo marítimo mexicano para vendérselo a las demás naciones no a precios de regalo, sino a precios elevados, lo cual traería una era de bonanza y prosperidad para todos los mexicanos.

Lo único que puede “aguar la fiesta” en caso de implementarse la idea de “tapar el pozo” y no destaparlo sino hasta que el petróleo se haya recuperado a sus niveles previos es el hecho de que fuentes bien informadas aseguran que nunca más volverá a haber petróleo a 100 dólares por barril. Esto implica que el pozo podría permanecer tapado per secula seculorum (por los siglos de los siglos). De cualquier modo, a estas alturas parece muy tentadora y atractiva la idea de mantener “tapado el pozo” dejando incluso que desaparezca PEMEX por incosteable dejando que los demás países productores de petróleo subsidien a México regalándole –perdón, vendiéndole a precios de regalo- su petróleo a México, máxime que México tiene otras fuentes de ingresos en dólares –como el turismo, las remesas enviadas por los mexicanos que trabajan en el extranjero, la industria maquiladora manufacturera de exportación, la minería, la agricultura, la ganadería, etcétera- que países como Arabia Saudita y Venezuela no tienen.

En ausencia de otras soluciones, queda como última opción entregar PEMEX junto con todos sus activos y recursos a los trabajadores sindicalizados de PEMEX para que sean ellos sus propietarios y lo manejen como su propio negocio, lo cual es posible ya que siendo los trabajadores de PEMEX de nacionalidad mexicana se cumpliría entonces el dogma oficialista de que PEMEX debe seguir siendo propiedad de los mexicanos. Esto haría mucho más eficientes las operaciones de PEMEX ya que al ser propiedad de ellos estaría en su mejor interés administrarlo de la manera más eficiente posible para obtener las mayores ganancias posibles del negocio. Naturalmente, si la empresa una vez en manos de los otrora trabajadores (y ahora empresarios y accionistas) de PEMEX opera con pérdidas, pues al igual que cualquier otro negocio privado en México los propietarios de PEMEX son los que tendrían que absorber las pérdidas de la empresa y pagarlas con dineros salidos de sus propios bolsillos; no con dinero salido de los bolsillos de los demás mexicanos, lo cual a muchos nos daría mucho gusto.

jueves, 21 de enero de 2016

Crisis de fé

Una noticia de primer orden dentro de la historia religiosa del hombre es una que acaba de aparecer, de acuerdo a la cual Islandia podría ser el primer país con una generación atea.

No es la primera ocasión en la Historia en la que el ateísmo es proclamado como la norma oficial de un país. En los tiempos de la antigua Unión Soviética, el ateísmo era la doctrina oficial del Estado, como ocurre hoy en Corea del Norte. De hecho, la separación entre el poder civil y el poder religioso desde los tiempos de la Revolución Francesa así como el liberalismo propio de la Edad de la Razón y la Ilustración empezaron a mermar la religiosidad que se manifestaba en tiempos pasados. El hombre se empezó a separar de su fé, se empezó a separar de su religión, y se empezó a separar de Dios, llegando al punto en el que el Estado en regímenes autoritarios, como en el caso de la Unión Soviética, se adjudicó lo que consideró un derecho propio a imponerle un ateísmo oficial a todos incluyendo a quienes querían seguir creyendo en algo más que átomos y moléculas. Sin embargo, los ateísmos de carácter oficialista eran considerados (y siguen siendo considerados) hasta hoy como una especie de imposición en la que no todos siempre estaban de acuerdo, y nunca faltaban por allí algunos creyentes que aunque no aceptaban públicamente su creencia en Dios en sus interiores mantenían firmes sus creencias en un Ser Supremo. Inclusive en los tiempos de las persecusiones religiosas en Roma hace dos mil años, el Estado no era oficialmente ateo, ya que mantenía como religión oficial las creencias derivadas de la mitología griega, el diferendo era por el Dios en el que se creía, no la ausencia total del mismo.

El caso de Islandia es diferente. Se trata de una convicción en la que el Estado no ha tenido nada que ver ni en un sentido ni en otro. Sin imposición oficialista de ningún tipo, por vez primera se tiene una generación que honestamente, genuinamente, actuando en plena consciencia y libertad propia ha llegado a la conclusión de que Dios no existe. Y no se trata de un país atrasado con habitantes sumidos en la ignorancia y en la pobreza absolutas. Por el contrario, se trata de una nación europea moderna, una nación tecnológicamente avanzada e interconectada con un nivel de vida que ya quisieran para sí muchos países tercermundistas que presumen su religiosidad a los cuatro vientos.

Lo fácil sería echarle la culpa de la pérdida total de la fé en Islandia a los predicadores religiosos culpándolos de haber hecho un mal trabajo en sus labores de evangelización. Pero la cosa va mucho más profundo que una explicación simplista de este tipo, y tiene que ver con sucesos mundiales de actualidad

Empezemos con la barbarie que está ocurriendo en Medio Oriente, en donde cientos de miles de personas de ambos sexos y de todas las edades han estado muriendo en guerras religiosas yihadistas recurriendo al suicidio y al terrorismo. Y todo ello lo hacen en nombre de la religión. Los jóvenes islandeses de la nueva generación ya han tenido tiempo de sobra para preguntarse en sus ratos de soledad: ¿por qué el Dios de los musulmanes, que se supone es el mismo Dios al que rezan los cristianos y los judíos, no ha movido un solo dedo para detener tanta barbarie que se comete en su nombre? ¿Por qué no ha castigado hasta el día de hoy a quienes usan sus nombre para justificar actos de crueldad y de barbarie que no son propios de ninguna nación civilizada? Y la única respuesta lógica que los islandeses se han podido dar es la más sencilla de todas: simple y sencillamente porque Dios no existe. ¿Significa ésto entonces que los musulmanes enfrascados en guerras santas se han estado matando entre sí sin ningún propósito ni objetivo, que sus sacrificios han sido en vano? Los islandeses parecen creerlo así.

Los islandeses no son los únicos que han adoptado una postura de negación total de Dios en nuestros tiempos. Hay otros casos relevantes. Uno de ellos quedó ejemplificado con una publicación resaltada en la cubierta frontal del Daily News de Nueva York publicada el 3 de diciembre de 2016 y titulada “Dios no está componiendo ésto”:




Esta portada de proporciones mayúsculas que muchos creyentes en los Estados Unidos han tomado como un insulto directo a su fé está relacionado con la masacre cometida en el nombre de Dios el 2 de diciembre de 2015 en San Bernardino, California. Tras las masacre, varios políticos (cuyas declaraciones son reproducidas en el periódico Daily News en el caso de Ted Cruz, Rand Paul, Lindsey Graham y Paul Ryan) coincidieron en decir que “hay que ofrendar nuestros rezos por las víctimas”. La portada del Daily News dá como respuesta y comentario a estos políticos que los rezos no servirán absolutamente de nada porque Dios no ha hecho ni está haciendo absolutamente nada para detener al terrorismo de los musulmanes radicales, y que se debe de hacer algo que sea más efectivo que estar rezando a un Creador que no responderá a los rezos.

El trabajo publicado en plana frontal por el Daily News parece decir una de varias cosas: (1) A Dios no le importa lo que le suceda a los hombres, (2) Dios no está en ninguna disposición de hacer algo al respecto, (3) rezar es una pérdida inútil y lastimosa de tiempo, (4) los políticos que piden rezar son unos hipócritas que ni siquiera ellos mismos practican lo que piden y lo que predican.

Han aparecido publicadas en Internet numerosas respuestas (generalmente iracundas) a la publicación del Daily News, y no será necesario reproducir aquí lo que argumentan ya que se pueden encontrar fácilmente con ayuda de Google. En realidad, si se acepta el precepto judeo-cristiano de que “las razones de Dios solo Dios las sabe”, resulta temerario el tratar de dar explicación o justificación alguna del por qué Dios hace o no hace tal o cual cosa. En este respecto, el Papa Francisco demostró un grado enorme de sabiduría cuando una niña filipina de nombre Glyzelle Palomar le preguntó al Papa Francisco por qué Dios permite que los niños sufran, a lo cual el buen Papa respondió simplemente “No lo sé” (en lugar de recurrir a alguna de las justificaciones y explicaciones dadas por muchos evangélicos y creyentes furibundos a lo que consideraron una blasfemia del Daily News). Y en realidad, no es posible saberlo, sobre todo habido el hecho de que un Creador supremo no tiene por qué andarle rindiendo cuentas a nadie, y menos a los humanos. Si los designios del Señor son inescrutables y sus motivaciones solo él las sabe, cualquier razonamiento para tratar de rebatir a los editores de tan temerario periódico salen sobrando. Los islandeses, en cambio, sí tienen una respuesta para la niña filipina, y la respuesta que le dan es que Dios permite que los niños sufran simple y sencillamente porque no existe, y un ser divino que no existe no puede impedir el sufrimiento.

De cualquier modo, en vez de castigar a los editores del Daily News por su atrevimiento, cabría esperar mejor un castigo divino sobre los terroristas musulmanes que invocan en forma por demás blasfema el nombre de Dios para justificar sus actos desalmados en contra del género humano. Pero hasta la fecha, no ha habido ningún castigo divino en contra de ningún yihadista islámico, solo silencio. Y los islandeses han concluído que si solo hay silencio, es porque no hay nadie que aplique un castigo divino para paliar si no acabar con tanta barbarie.

Muchos predicadores y muchos creyentes se inclinan por creer que el hecho de que no haya castigo divino inmediato para los asesinos, los terroristas, los violadores, los malhechores y los malvados se puede tomar como una prueba de que Dios tiene una paciencia infinita y Dios se toma pacientemente su tiempo antes de aplicar su justicia, pero que parece que está cada vez más cercano el momento de la retribución y que inevitablemente caerá sobre el hombre el temidísimo Dies IraeDía del Juicio Final. Para los islandeses, en cambio, el Señor no compone las cosas (dándole los islandeses la razón al periódico Daily News) simple y sencillamente porque no existe, y no existiendo Dios se vuelve necesario hacer algo para responder a los atentados terroristas de quienes dicen sí creer en Dios al grado de estar dispuestos a matar a todos los infieles.

En la historia reciente son numerosos los episodios de genocidios a gran escala en los cuales los creyentes rogaron con toda su fuerza auxilio al Supremo Hacedor, y ese auxilio nunca llegó. Un ejemplo entre muchos otros tantos es el genocidio armenio. Millares de armenios, cristianos en su mayoría, fueron masacrados brutalmente sin que sus plegarias de auxilio fueran escuchadas. Todavía hasta el día de hoy, Turquía se enfada cuando alguien le echa en cara a los turcos haber cometido tal atrocidad. Y quienes cometieron ese genocidio, turcos musulmanes, lo hicieron ¡invocando el nombre del mismo Dios! Seguramente los jóvenes de Islandia que hoy han abandonado por completo su creencia en Dios han estudiado bien sus lecciones de Historia y han asimilado bien la futilidad de las plegarias cuando ocurren acontecimientos trágicos de proporciones colosales.

Y si bien en el genocidio armenio es posible achacarle a los hombres la culpa de lo que a fin de cuentas fueron crímenes cometidos por el hombre en contra del mismo hombre, hay muchos otros acontecimientos en los cuales el hombre no tuvo nada que ver. Uno de ellos lo fue el terremoto de Haití de 2010. Este cataclismo golpeó duramente precisamente a la nación más pobre del continente americano. Y Haití es un país predominantemente católico. ¿Pues no había dicho el mismo Jesús que los pobres eran la prioridad en su ministerio? ¿Entonces qué pasó aquí, se preguntaron muchos islandeses? Los pobres siempre han sido (y siguen siendo) el tesoro de la Iglesia. Por sostener ésta máxima ante el César, San Lorenzo ofrendó su martirio. Siendo así, se preguntan muchos jóvenes islandeses, ¿por qué castigar con tanta dureza a los haitianos, los más pobres de los pobres en el continente americano, con tamaña calamidad natural como el sismo de 2010? ¿Por qué hacer más dolorosa su penuria con un desastre en el cual no tuvo nada que ver la mano del hombre?

Otro suceso bastante previo al terremoto de Haití de 2010 fue el gran Terremoto de Lisboa de 1755, el cual ocurrió precisamente en el Día de Todos los Santos, precisamente un día cuando había mucha gente en las iglesias. A consecuencia del terremoto de Lisboa de 1755, muchos que eran creyentes se volvieron incrédulos y perdieron su fé, y el cisma entre muchos y su fé empezó a crecer en forma que causó alarma en los círculos eclesiásticos y en la misma Curia de Roma.

¿Y qué decir de los 27 muertos y los 149 heridos que participaban en una procesión religiosa en México cuando al terminar el mes de julio de 2015 un camión se estrelló en contra de los peregrinos? ¿No merecían, en consideración a su fé religiosa, en consideración a su devoción, ser salvados de un acontecimiento como éste? Más pruebas de fé.

En relación a esto último, el famoso articulista Catón (tocayo mío a mucha honra), escribió lo siguiente a principios de agosto de 2015: “Soy hombre de poca fe, y la escasa que tengo es débil llama que tiembla ante los vientos de la duda. Pero gracias a esa pequeña fe -inmerecido don- no voy totalmente a oscuras, y a través de ella recibo los grandes dones de la esperanza y el amor. Escribo esto pensando en la tragedia de Mazapil, la de los peregrinos a quienes la muerte les llegó en el momento en que le iban a rezar a su Señor Jesús. Para un pobre sujeto como yo, de tan tirano cuerpo y tan poca alma, ese acontecimiento es incitación a dejar de creer. Me hago la eterna pregunta: ‘¿Por qué?’, y siento la rebeldía de Job ante lo inexplicable: el sufrimiento que cae sobre los buenos; el dolor de los inocentes; la muerte de los niños; el misterio de un Dios  que deja morir a quienes iban a rezarle. Para el hombre de fe el misterio es algo tan familiar que acaba por no ser misterio. Quien verdaderamente cree tiene siempre a flor de labios la mejor oración de todas: ‘Hágase, Señor, tu voluntad’. Se inclina entonces ante la voluntad de Dios. Y la espiga que se inclina no se quiebra; la salva la entrega total a un designio que sabe amoroso. El cumplimiento de las leyes de la naturaleza, es inevitable, pero quien tiene fe sabe que incluso el sufrimiento y el dolor son parte de una providencia que finalmente lo llevará hacia el bien. En eso consiste la esperanza. ¿Acabar con las peregrinaciones? No es posible. Son cosas de la fe, son cosas del pueblo creyente, y nadie puede ir contra las cosas de un pueblo que cree y tiene fe. Seguirá habiendo tragedias. Otras como la de Mazapil ha habido antes. Pero la gente -nuestra gente- seguirá peregrinando. Todos lo hacemos, en una u otra forma. En todas las vidas hay tragedias, y sin embargo seguimos peregrinando. Todos somos ‘Homo viator’. Y a lo mejor todos somos, aun sin saberlo, hombres de fe. De otro modo no podríamos vivir...”

Es común que muchos predicadores, ante acontecimientos extremadamente duros y trágicos en los cuales la ausencia del poder de Dios parece más que evidente, señalen que se trata de pruebas de fé: Dios pone a prueba a quienes dicen creer en él, y si ante cualquier suceso o problema por pequeño o grande que sea pierden su fé entonces en realidad no tenían tanta fé como afirmaban tenerla en un principio. Este mismo argumento es ampliado por otros predicadores que afirman que el objetivo de las pruebas de fé no es para que Dios conozca qué tanto puede aguantar cada ser humano las pruebas de fé antes de perder su fé (tomando en cuenta que un Dios omnisciente y omnipotente ya sabe ésto de antemano), sino para que cada quien vaya descubriendo por cuenta propia cuál es su límite de tolerancia y su lealtad al Creador. La Biblia dedica todo un libro precisamente al tema de las pruebas de fé, en el Libro de Job, en donde el santo Job eventualmente “truena” y termina quejándose amargamente. Y la respuesta que dá Dios a Job es usada como la respuesta divina que ha dado ya Dios de antemano a cualquier ser humano que lo cuestione (Job 38Job 39Job 40Job 41)

Prueba de fé, tras prueba de fé, tras prueba de fé. Golpe, tras golpe, tras golpe. Si el objetivo de tantas pruebas, si el objetivo de tantos golpes, parecen decir los islandeses, es demostrar que no existe un hombre con una paciencia infinita, eso ya lo sabemos todos nosotros de antemano; todo ser humano tiene su punto de quiebre, su límite de tolerancia más allá del cual sus reacciones se vuelven impredecibles e incluso violentas. Y si el objetivo de todas las pruebas de fé aplicadas a todos los seres humanos a lo largo de sus vidas es que cada quien vaya descubriendo por cuenta propia cuál es su límite de tolerancia hasta donde llega el límite de su fé en el Creador, el inconveniente de tanta prueba de fé es que muchos una vez que pierden su fé parece que ya no la vuelven a recuperar jamás. Y cada quien tiene un punto de quiebre muy preciso. A manera de ejemplo, se argumenta que la pérdida de la fé religiosa en el biólogo inglés Charles Darwin fue el de un progresivo abandono de la fe cristiana, tan lento que según él mismo comentó no le causó ningún trauma psicológico, afirmándose que diversos factores le influyeron en este proceso. El abandono paulatino de su fe comenzó por un enfriamiento de la piedad que vivió de muy joven y que fue sustituida por el interés creciente por la ciencia. Siguió con la perdida de fe en el Antiguo Testamento al no aceptar a un Dios que se le presentaba como violento y, posteriormente, también en el Nuevo al no aceptar los milagros que en él se narraban. La muerte de su padre también influyó negativamente en este proceso. Sin embargo, varios de sus biógrafos parecen estar de acuerdo en que un punto determinante para Charles Darwin en su religiosidad perdida fue la muerte de su hija Annie de 10 años en 1851.

En Europa, la creciente pérdida de la fé en la creencia en un Ser Supremo llegó a un punto culminante en escritos tales como el libro Así hablaba Zaraturstra de Friedrich Wilhelm Nietzche, en el cual podemos encontrar fragmentos como el que dice: “Era también confuso (Dios). ¡Qué no nos ha echado en cara ese colérico por comprenderle mal! Pero ¿por qué no hablaba más claro? –Y si la culpa era de nuestros oídos, ¿por qué nos dió oídos que le oyen mal? Si había cieno en nuestros oídos; ¿quién le puso en ellos? –Le salieron mal demasiadas cosas a ese alfarero, que no había acabado su aprendizaje. Pero eso de vengarse en sus cacharros y en sus hechuras porque le habían salido mal fue un pecado contra el buen gusto. -Hay también un buen gusto en la piedad; ese buen gusto ha acabado por decir: ‘¡Quitadnos semejante Dios! ¡Vale más no tener ninguno, vale más crear cada cual los destinos a su capricho, vale más ser loco, vale más ser dios uno mismo!’-”. En el mismo libro, Nietzche proclama a los cuatro vientos una de las frases por las que es mejor conocido: Dios ha muerto. (En rigor de verdad, Zoroastro no hablaba así ni era un ateo, por lo que el personaje usado por Nietzche no tiene nada que ver con el personaje histórico).

Sin embargo, la escisión de los islandeses con el concepto de Dios vá todavía mucho más allá y de manera más profunda de lo que escribiera Nietzche. Mientras que Nietzche escribió Dios ha muerto manifestando lo que parece ser su propia rebelión abierta a la creencia en ser divino alguno que no sea el mismo hombre reinventado por Nietzche en su libro del SuperhombreÜbermensch, para los ateos islandeses de hoy la afirmación Dios ha muerto carece de sentido porque no puede morir lo que nunca existió.

Para la mayoría de los islandeses que tienen un amplio grado de cultura en comparación con el que podemos encontrar en países retrasados que viven hoy al borde de la miseria y el abandono, el estancamiento intelectual y científico que se produjo en Europa en los tiempos de la Edad Media (estereotipada como la “Edad de las Tinieblas”), uno de cuyos capítulos anticientíficos más penosos y famosos fue sin duda el juicio a Galileo llevado a cabo por la Santa Inquisición, carece de toda justificiación y es algo que se podría haber evitado si no hubiere habido religión alguna.

¿Pero qué puede esperarse en una sociedad sin adherencia alguna a ninguna religión y para la cual Dios simple y sencillamente no existe? Por muchas décadas, una plétora de teólogos y filósofos han argumentado que una sociedad sin Dios es una sociedad al borde del precipicio, o mejor dicho que ha caído ya al precipicio, convirtiéndose en una sociedad desenfrenada en donde la maldad y la criminalidad están a la orden del día. Sin embargo, en Islandia ocurre precisamente lo contrario, porque resulta que la atea Islandia es una nación con el menor índice de criminalidad del planeta. Si algo puede hacer que se disparen los índices de criminalidad en Islandia sería la aceptación en dicho país de refugiados musulmanes que lleven consigo a Islandia su fanatismo religioso y su proclividad a incurrir en actos terroristas al grito de Allahu akbar.

¿Y qué decir de la felicidad a la que pueda aspirar una sociedad atea en la que no se practica religión alguna ni se cree en ninguna deidad o principio creador? Sobran predicadores religiosos que responderían que una sociedad sin Dios es una sociedad condenada a ser infeliz al estar inmersa en un vacío espiritual que vendría siendo un castigo auto-inflingido por haber hecho a un lado toda fé y esperanza en un Ser supremo con el que no se tiene relación alguna. Sin embargo, resulta que Islandia se encuentra entre los países más felices del mundo. E irónicamente, conforme se va descendiendo en escala hacia abajo, entre los países más infelices del mundo se van encontrando países en los cuales hay alguna religión dominante. Los ateos islandeses destacan este hecho como una prueba más de que el hombre moderno se las puede arreglar sin ninguna creencia religiosa.

El verdadero ateo no es practicante de ninguna religión, en su sentido más genérico posible, habido el hecho de que cualquier religión presupone la existencia de una deidad (o deidades) de esencia netamente spiritual. Y al no practicar ni creer en religión alguna, el ateo no se siente obligado a obedecer códigos o mandamientos que no sean los que el mismo hombre ha creado de común acuerdo sin aceptar intervención divina alguna. De este modo, en la concepción ateística de muchos islandeses su ateísmo les resuelve varios dilemas que para los creyentes en otros países resultan ser encrucijadas dolorosas en las cuales no importa lo que se decida siempre se terminará con un complejo de culpa. Uno de tales dilemas es el de la muerte asistida, la muerte por piedad o eutanasia, (aplicada desde luego con pleno consentimiento y autorización del que está sufriendo enormidades). La eutanasia, condenable desde la perspectiva religiosa sobre el argumento de que solo a Dios le corresponde el derecho de decidir cuándo habrá de ser terminada una vida habido el hecho de que Dios es el único propietario de la vida de cada persona, se convierte de pronto en una decisión personal a la cual de todos modos llegan muchos cuyo punto de quiebre ha sido rebasado.

La eutanasia no es lo único en lo que muchos islandeses están genuinamente convencidos de que su ateísmo les hace la vida más llevadera. Otra situación sumamente conflictiva en los países en los cuales se practica alguna de las religiones mayoritarias es el de la interrupción del embarazo, y no estamos hablando aquí de los llamados “abortos de conveniencia” en los cuales se interrumpe un embarazo simple y sencillamente porque se trata de un hijo no deseado aunque el producto en gestación parezca estar en perfecto estado de salud de acuerdo a los ultrasonidos que le sean practicados. Estamos hablando de casos en los cuales la vida de la madre está en peligro (por ejemplo, en el caso de los embarazos ectópicos) y están casi ordenados por prescripción médica, o casos en los cuales el producto viene con malformaciones extremadamente serias y el permitir que el feto se desarrolle y nazca solo traera una vida muy corta para el recién nacido plagada de sufrimientos y complicaciones así como gastos médicos excesivos que a la larga no servirán para nada (como en el caso de los niños que van a nacer con algo tan serio como la microcefalia). La Iglesia Católica no permite la interrupción el embarazo ni siquiera en casos extremos como estos. En cambio, para los ateos islandeses, el asunto se reduce a una mera decisión personal que solo atañe a los padres y al niño que viene en camino con malformaciones serias, y a nadie más. De hecho, Islandia fue el primer país en legalizar el aborto, lo hizo el 28 de enero de 1935. Y hasta el día de hoy, no les ha llegado a los islandeses ningún castigo divino por ello, al menos no un castigo que pueda servir de escarmiento a otros que quieran seguirles su ejemplo.

Aún otro caso en el que los islandeses argumentan que su ateísmo les ha servido a las mil maravillas para simplificarles sus vidas es el que atañe a los homosexuales. La Iglesia Católica, por ejemplo, le niega la Comunión a quienes sostienen relaciones homosexuales consideradas por la Iglesia Católica como un pecado mortal, para lo cual la Iglesia se basa en la misma Biblia (la Iglesia no condena la homosexualidad, o sea el haber nacido como homosexual, lo que condena es la práctica de las relaciones homosexuales). El homosexual de Islandia no se considera a sí mismo como uno de los “errores de Dios” porque, no creyendo en Dios ni practicando religión alguna, considera su condición como un accidente de la Naturaleza en el cual él no tuvo culpa alguna.

Aún otro caso en el que los islandeses sostienen que su ateísmo les ha permitido llevar sus vidas sin cargas o pesos morales algunos es el que tiene que ver con la planificación familiar. La Iglesia Católica, por ejemplo, prohibe terminantemente el uso de la píldora anticonceptiva (a la cual considera abortiva) para evitar embarazos no deseados en familias católicas numerosas (con ocho o diez hijos o más) que viven en condiciones de pobreza extrema (en realidad la píldora anticonceptiva no es abortiva, lo que hace es impedir que ocurra un embarazo, y no es lo mismo impedir que ocurra un embarazo que interrumpirlo cuando ya ha ocurrido). El islandés practica libremente la planificación sobre el precepto “ten tantos hijos como puedas mantener y educar” y no obedeciendo prescripción religiosa alguna que lo obligue a tener una familia numerosa aún viviendo en condiciones de miseria.

Otro caso más en el que los islandeses argumentan que su ateísmo les ha sido beneficioso y no perjudicial es el que tiene que ver con el sexo y las relaciones sexuales. Casi todo lo que tiene que ver con el placer sexual es considerado pecado mortal por la Iglesia Católica (y esta postura no es reciente, se remonta hasta los tiempos de Moisés aunque ciertamente ha sido amplificada), siendo fuente inagotable de muchos remordimientos incluso entre parejas de esposos casados por la Iglesia dependiendo de las cosas que quieran hacer en su intimidad y que son motivo de censura estricta de parte de quienes sostienen que la abstinencia sexual absoluta es el ideal supremo al que debe aspirar todo buen católico. El islandés moderno se pregunta: ¿qué tienen que ver a fin de cuentas las posturas prohibicionistas en casi todo lo relativo al sexo con la búsqueda de consuelo espiritual? Y los homosexuales de Islandia, cuyas relaciones sexuales son tachadas por la religión como algo antinatural que va en contra de la procreación no pierden la oportunidad para responder que en todo caso el celibato y la abstinencia sexual total también son cosas contra natura que van en contra de la reproducción.

Desde los tiempos del fundador de la psicología Sigmund Freud está ampliamente reconocido y aceptado que el sexo y las relaciones sexuales han sido una fuente abundante de traumas, complejos de culpa y conflictos psicológicos profundos que en ocasiones pueden llevar hasta la locura, al chocar las exigencias reproductivas de la Naturaleza con las enseñanzas morales estrictas de varias religiones. En la atea Islandia tales conflictos simple y sencillamente no se dan porque la parte que se requiere para que ello ocurra está ausente, y todo lo que tenga que ver con el sexo es considerado como una cuestión entre adultos que al darse su consentimiento mutuo se convierte en un asunto privado entre ellos en el que los predicadores y ministros religiosos no tienen por qué andar metiendo sus narices. Puesto que el premio por sacrificar todo lo que tenga que ver con el sexo es resucitar en el paraíso celestial y el castigo en caso de no hacerlo son los infiernos eternos, los islandeses ateos argumentan que al no existir Dios y por lo tanto al no existir paraíso celestial ni infierno alguno entonces todas las privaciones que resultan de negar cualquier placer derivado de las relaciones sexuales son un sacrificio inútil con el que no se gana nada y por el contrario se pierde una de las razones más importantes de la existencia.

El islandés ateo pone a cualquier predicador religioso en una situación extremadamente complicada cuando lo reta a que presente no argumentos de fé sino pruebas de que su religión es la religión verdadera (¡the real thing!) y no una fabricación de impostores. ¿Es posible probarle cientificamente a un islandés que el Alá de los musulmanes es la única verdad por encima de otras creencias como la creencia en Visnú? Desde luego que no, porque todo se remite a una cuestión de fé, y el islandés típico ya perdió su fé en todas las religiones. ¿Es posible probarle científicamente a un islandés que el Dios Jehová de los hebreos es el Dios verdadero en contraposición con el estado de iluminación zen de los seguidores de Buda de los orientales? Tampoco, porque si se trata de presentar pruebas científicas de que tal o cual religión es superior a todas las demás, tal cosa no es posible. Si fuera posible, entonces en todo el planeta Tierra no habría miles de religiones distintas sino una sola. Y se habría evitado un derramamiento colosal de sangre por las muchas guerras de carácter netamente religioso que documenta la Historia como las Cruzadas. Todavía hasta el día de hoy, se sigue derramando mucha sangre y se siguen perdiendo muchas vidas a causa de fanáticos que están convencidos de que su religión es la verdad absoluta por encima de todas las demás, por la cual vale la pena suicidarse en actos terroristas matando de paso a cientos o miles de personas a las que ni siquiera conocen. En contraposición a tal o cual religión que afirma ser una religión “universal”, el islandés argumenta que, irónicamente, el ateísmo es lo único que puede crear un vínculo universal entre todos los seres humanos; de modo tal que un árabe ateo se puede llevar perfectamente bien con un norteamericano ateo y un japonés ateo se puede llevar perfectamente bien con un mexicano ateo porque no existe material alguno para que se enfrenten y se maten entre sí defendiendo cada cual hasta la muerte su propia creencia. Se podrán hacer trizas por otras cosas tales como ideologías políticas divergentes, pero no por cuestión religiosa alguna.

Se señala en Islandia que la falta de una unificación sensata en los argumentos de las religiones ha traído como consecuencia que no solo de una religión a otra sino inclusive hasta en una misma religión surjan posiciones lógicamente contradictorias, citándose como ejemplo el de la maternidad subrogada. Mientras que por un lado se considera la interrupción del embarazo por cualquier razón –inclusive cuando es ordenada por razones médicas aunque la terminación del embarazo no sea deseada por los progenitores- como un pecado mortal argumentando que la defensa de la vida debe ser siempre una de las primeras prioridades, por otro lado también se prohibe que una pareja de padres casada por la Iglesia y que es incapaz de concebir hijos si no es mediante una maternidad subrogada pueda recurrir a la maternidad subrogada pese a que dicha técnica médica no implica acto de adulterio alguno con la gestante subrogada e inclusive no implica tampoco ninguna copulación que conduzca a placer sexual alguno al ser fertilizado un óvulo en el laboratorio en un platillo de vidrio. Puesto de otra manera, mientras que por un lado se obliga a parejas unidas por la Iglesia a tener un hijo aunque venga con malformaciones extremadamente serias que se llevarán de por vida en el dudoso caso de que el feto sobreviva al nacimiento –como el caso de los fetos con microcefalia pronunciada-, al mismo tiempo se prohibe a parejas unidas por la Iglesia y que son infértiles la esperanza de poder tener un hijo recurriendo a la maternidad subrogada que no implica relación sexual de ningún tipo.

El ateo típico de Islandia apoya su crítica en contra de todas las religiones argumentando la injusticia de nacer completamente indefenso sin ningún conocimiento ni experiencia previa que deberían de ser proporcionados por tal o cual deidad como conocimiento “intuitivo” al momento del nacimiento para poder defenderse en la vida en igualdad de condiciones en vez de terminar siendo usado como un triste peón a merced de una lucha eterna entre fuerzas metafísicas invisibles y sobrenaturales de cuya existencia solo se puede saber por unos cuantos puñados de auto-proclamados profetas quienes se consideran a sí mismos iluminados y de los cuales no es posible saber a ciencia cierta si están mintiendo o diciendo la verdad. El islandés argumenta que le es más fácil substraerse por completo de la influencia de quienes se dicen iluminados e ignorar revelaciones supuestamente hechas hace tres mil o cinco mil años que si bien podrían haber sido una realidad absoluta para aquellos que vivieron en tales épocas han dejado de serlo para el hombre actual al que no le consta que tales cosas pudieran haber ocurrido, y menos cuando no hay videos ni imágenes que hayan registrado eventos portentosos del pasado de los cuales únicamente hay la palabra escrita que por sí sola no prueba nada, al menos para los islandeses.

El islandés contemporáneo sostiene que la vida del humano es ya de por sí demasiado corta, demasiado complicada y difícil, como para complicarla aún más con algo cuya existencia no puede ser demostrada ni comprobada con los sentidos físicos y con lo cual no se puede sostener ningún diálogo al quedar reducido todo a los monólogos de la oración. Y como los padres ateos les inculcan su ateísmo a sus hijos, se antoja muy difícil si no imposible que misioneros de cualquier religión o secta puedan llevar a cabo conversión alguna en Islandia a menos de que puedan obrar prodigios y milagros inexplicables, o sea cosas que se puedan ver y tocar. Para ellos, los tiempos de la fé ciega ya pasaron y no están en la menor disposición de darle oídos a predicadores y fundadores de religiones como el coreano Sun Myung Moon o la secta de Los Niños de Dios o la secta Aum Shinrikyo. Y sostienen los islandeses que, ultimadamente, si Dios existe, en el mundo debería de haber una sola religión verdadera en lugar de cientos de ellas que pudieran considerarse “falsas”, y los ángeles de Dios que desde hace buen tiempo deberían de haber estado desenmascarando a los impostores y a los falsos profetas han brillado por su ausencia y por un trabajo mal hecho o hecho a medias.

¿Puede ser considerado el ateísmo puro y total como el que hoy se practica en Islandia un triunfo para Lucifer, el Príncipe de las Tinieblas? En realidad, no, porque en un ateísmo total Lucifer también pasa a ser un ser mitológico producto de la ignorancia y las supersticiones. En pocas palabras, en el ateísmo islandés, no hay nada ni para Dios ni para el Diablo. No hay nada para ningún ser espiritual en el más allá, solo para el humano, y eso aquí y ahora.

Hemos visto algunas de las razones mediante y por las cuales, con el paso de los años y de los siglos, los islandeses se fueron distanciando hasta llegar a la situación en la cual se encuentran hoy. Para muchos predicadores, la mayoría de las razones esgrimidas por los ateos islandeses son consideradas como obra del mismo demonio. En repetidas ocasiones, el Papa Francisco ha dicho que “con el demonio no se dialoga, no se puede dialogar porque nos va a ganar siempre”. Y hay que concederle razón al Papa Francisco, porque el Diablo tiene muy buenos argumentos bajo el brazo para hacer que la gente pierda su fé.

La preocupación obvia en varias organizaciones religiosas de todo tipo es que, no hoy, ni a corto plazo ni a mediano plazo, pero tal vez a largo plazo, paulatinamente, otras naciones tomen el camino que ha tomado Islandia. ¿Cómo responder ante un reto semejante? En los países en los que aún hay una cantidad considerable de creyentes, se antoja menos difícil y problemático mantener en su fé a quienes aún no la han perdido que tratar de hacer volver al redil a quienes ya la perdieron por completo como en el caso de Islandia.

Para la conversión de algunos de los ateos de Islandia haciendo que hagan a un lado su ateísmo, y viendo los argumentos a los que están aferrados, ya no será suficiente conminarlos a leer libros antiguos o tratar de convencerlos mediante argumentos que se basan únicamente en la fe ciega. Si una conversión de esta naturaleza ha de ocurrir, cabe suponer que en nuestros tiempos actuales se requerirá una intervención del más allá como la que tuvo lugar en los tiempos de Moisés, estableciéndose un diálogo entre el hombre moderno y su creador. Hay una infinidad de maneras en la que esto puede ocurrir. Podemos imaginar como una posibilidad de esto un encuentro entre un ateo de Islandia, escogido como representante para sus coterráneos ateos, de preferencia el más ateo entre los ateos, porque irónicamente esto hará que lo que le diga a sus coterráneos sea más creíble. Podemos imaginar a dicho representante del hombre moderno ante una zarza ardiente como la que vió Moisés, dialogando temeroso ante la presencia que tiene ante sí:

-Señor, ¿aquí estás tú, el Señor Dios Creador del Universo?

-Yo soy el que soy, y he venido para disipar tus dudas.

Temeroso, sin atreverse a levantar su vista, el representante del hombre moderno quizá dirá:

-Señor. ¿Por qué razón no haces Tú algo para corregir las muchas cosas que andan mal en este planeta? ¿Por qué parece que Tú nos has olvidado?

La respuesta es inmediata:

-Hace un buen tiempo, os envié a mi propio Hijo a predicar mi Palabra, a predicar mi mensaje de amor y paz. Cuando estaba conmigo en el Cielo ya era rico, mucho más rico de lo que te imaginas, y por tí, por el hombre, a petición mía para ayudar al hombre se hizo pobre, se hizo humano. Llegó a la Tierra con el poder para sanar a los enfermos, expulsar a los demonios, resucitar a los muertos y perdonar los pecados. Nunca robó a nadie, nunca mató, nunca levantó falso testimonio en contra de nadie, y jamás le hizo mal a nadie ni cometió pecado alguno; por el contrario dedicó su vida entera para servir a otros, y predicando con su ejemplo era el modelo del hombre perfecto. ¿Y qué fue lo que hizo el hombre con mi Hijo? ¿Cómo le mostró su agradecimiento? Sin que mi Hijo hubiera cometido delito alguno, fue traicionado y fue arrestado, para ser llevado ante un jurado que ya estaba predispuesto de antemano a dictar una sentencia de culpabilidad. Lo sometieron a burlas crueles, me lo humillaron, me lo azotaron, me lo condenaron falsamente, y terminaron clavándolo en una cruz para dejarlo morir en una agonía espantosa, y hasta sus discípulos que le juraban ser fieles hasta el final lo abandonaron y lo dejaron completamente solo en sus momentos más difíciles. ¿Para esto quiere el hombre moderno que mande nuevamente a mi Hijo al mundo? ¿Para hacerle lo mismo que lo que ya le hizo?

Desconcertado, el hombre moderno podría responder:

-Eso ocurrió hace miles de años. Hoy no volvería a ocurrir lo mismo.

-¿Dices que hoy no volvería a ocurrir lo mismo? ¿Qué te hace decir tal cosa? ¿Acaso el hombre moderno ya no roba, acaso ya no mata, acaso ya no levanta falso testimonio contra su prójimo, acaso ya no hace guerras fraticidas contra su prójimo matando por igual a niños y ancianos? ¿Acaso ya no incurre en adulterios y en todo tipo de excesos para satisfacer sus apetitos más banales? ¿Acaso ya no se postra ante falsos ídolos como el dinero, como las drogas, como los poderes financieros? Díme, pues, en qué es diferente el hombre de hoy al hombre de ayer.

El hombre moderno abrirá sus ojos exhibiendo su rostro perplejo al darse cuenta de que, con unas cuantas excepciones honrosas entre la especie humana, el hombre actual no es muy diferente del hombre de ayer, y de hecho muchos admitirían que el hombre actual no ha cambiado en nada, excepto en sus ropajes externos y en sus métodos.

Seguramente mudo por buen tiempo, el hombre moderno tal vez se atrevería a agregar algo como lo siguiente:

-Señor, si en verdad eres omnipotente, si en verdad para tí no hay imposibles, entonces a nosotros tus criaturas nos deberías de corregir de alguna manera en lo que crees que hacemos mal. ¿Acaso no puedes enderezarnos a los seres humanos para que reine la paz y la felicidad como se supone que Tú lo deseas?

-Díme cómo. ¿Quieres que le quite al hombre el libre albedrío que le he dado? ¿Quieres que a cada ser humano le quite su voluntad para que termine siendo algo equivalente a un robot, reducido a un simple autómata sin voluntad alguna y sobre el cual haya tendido Yo hilos invisibles para estarlo manejando y controlando todo el tiempo como si fuera una juguete? Lo puedo hacer, eso está dentro de mi potestad, pero no lo he hecho ni quiero hacerlo. ¿Y cómo crees que te sentirás tú al ver que has perdido por completo el control de tu propio cuerpo y que te es imposible mover un solo dedo o guiñar un ojo a voluntad o pronunciar una sola palabra que sea tuya y no Mía? Si crees que las prisiones que has hecho para encerrar a tus semejantes son terribles, no tienes ni siquiera la más remota idea de lo que sería para el hombre el vivir y estar encerrado dentro de un cuerpo sobre el cual no tiene ya absolutamente ningún control. Esto suponiendo que el hombre continuara poseyendo una consciencia que le permitiera darse cuenta de la terrible situación de haber sido degradado a ser un simple robot. Pero el estar consciente de la pérdida de su libre albedrío, de la pérdida de su voluntad, el estar consciente de nacer y vivir aprisionado dentro de un cuerpo que solo le sirve de prisión y sobre el cual no tiene control alguno, ciertamente sería algo tan horripilante que para evitarle al hombre su sufrimiento Yo por acto de misericordia le tendría que quitar la consciencia que le he dado. Hacer tal cosa sería el equivalente de quitarle a cada hombre el cerebro que se le ha dado reemplazándolo con algo que no calificaría ni siquiera como el cerebro de una mosca, la cual pese a todo inclusive ella tiene cierto libre albedrío y libertad para volar de un lado a otro exhibiendo así una voluntad que le es propia. El hombre-robot, descerebrado y sin consciencia alguna, no sufriría ni percibiría nada, no sería capaz de razonar y mucho menos capaz de entender absolutamente nada. Sería lo mismo que los soldaditos de plástico que venden en las tiendas. ¿Realmente eso lo que quieres? ¿Acaso el hombre moderno no aspira a más? ¿A tal extremo ha llegado el hombre en su degeneración ?

El hombre moderno, al ver las alternativas presentadas, tal vez se empezaría a dar cuenta de que se le ha dado mucho más de lo que cree merecer. Y si aún así se sigue creyendo algo muy especial, siempre merecedor de algo más, mucho más, leyendo sus pensamientos el Creador podría anticiparse para decirle:

-Mira la bóveda celeste que tienes ante tus ojos. Es infinita. En ella hay una cantidad infinitamente grande de galaxias, hay una cantidad infinitamente grande de sistemas solares, hay una cantidad infinitamente grande de planetas. El hombre de este planeta es tan arrogante y tan soberbio que cree que todo este Universo infinito fue creado exclusivamente para él y para nadie más. En esta ocasión, te sacaré de dudas de algo que con la inteligencia que se te ha dado tú ya has sospechado desde hace buen tiempo. Sábelo bien que hay muchos otros planetas, más de los que te puedas imaginar, en donde la vida florece y hay humanos como los que hay en este planeta. Tú no eres único en este Universo. Pero a diferencia de la Tierra, hay planetas en los cuales sus moradores viven en paz el uno con el otro y cumplen mis mandamientos que a fin de cuentas les fueron dados para su propio bien y beneficio. Son planetas en donde no se mata, no se roba, no se levanta falso testimonio contra el prójimo, no se codicia la mujer del prójimo, no se odia, los conflictos y las diferencias no se resuelven mediante guerras, en fin, son civilizaciones en las que me plazco y me deleito al ver la felicidad que se comparten entre sí, y a cambio de la satisfacción que me producen como Creador al ver realizada mi obra en plenitud tal y como Yo quería que se llevara a cabo desde un principio, yo veo todo el tiempo por ellos y me tienen siempre a su lado colmándolos de bendiciones. Ahora que te he revelado todo esto, te pediré una sola razón a tí y a los de tu especie, una sola, del por qué estoy obligado a darle mi atención exclusiva a los humanos del planeta Tierra, dándoles preferencia por encima de esos otros seres nobles de otros planetas cuyo comportamiento ejemplar es la antitesis del comportamiento salvaje del hombre del planeta Tierra. Dime qué es lo que hace al hombre corrupto de este planeta tan especial como para que distraiga mi atención de civilizaciones en otros planetas en las cuales me plazco, para enfocar mi atención y mi tiempo sobre un planeta en donde sus moradores se están corrompiendo ellos mismos cometiendo todo tipo de iniquidades y crueldades sin querer entender de que al hombre es al que le corresponde el deber y la responsabilidad de madurar sin que yo le obligue a hacer nada que contravenga su sano bienestar y su libre albedrío. Dame una sola razón, una sola, a tu favor y todos los de tu especie.

-¿Una sola razón?

-Una sola, no te pido más. Pero tendrá que ser una razón válida y justificable, no un argumento trivial. Ve pues con los tuyos, ve pues a las naciones del mundo, tomando todo el tiempo que tú y los demás consideren necesario, para poner ante mi presencia esa razón cuando crean tenerla.

El representante del hombre moderno, al empezar a meditar en el tipo de respuesta que se le podrá dar al Creador, posiblemente empezará a descubrir por cuenta propia lo debilitada que está su posición y lo enclenques que serán los argumentos que se le puedan ir ocurriendo.

¿Qué razón podrá esgrimir el hombre moderno, específicamente el representante de la especie humana ante su Creador, para hacer valer lo que ha considerado su derecho y privilegio a ser tomado en cuenta como algo muy especial, más especial y más valioso que todas las demás criaturas que puedan habitar en otros confines del Universo? ¿Por qué el hombre ha de ser tan especial? ¿Qué ha hecho en todo caso el hombre para ganarse la preferencia y exclusividad que desea que se le conceda por encima de otras civilizaciones en otras regiones del Universo infinito?

En este punto, tal vez el hombre moderno se dará cuenta de muchas cosas. Tal vez caerá en la cuenta, tarde o temprano de que, dentro de este Universo infinito, no es tan especial como creía. Y quizá se empezará a dar cuenta, tal vez, de que tiene justo lo que se merece. Después de todo, se lo ha ganado a pulso con el paso de los años y los milenios, y las páginas sangrientas de los libros de historia están allí y seguirán allí para recordárselo, cuantas veces sea necesario.

Y caerá tal vez en la cuenta de que él, el hombre moderno que siempre ha estado exigiendo y pidiendo del más allá respuestas a sus numerosas preguntas, es incapaz de proporcionar en cambio una sola respuesta, una sola razón, a la que tal vez sea la pregunta más importante de todas las que se le puedan formular desde el más allá.

lunes, 11 de enero de 2016

Dos policías a los que El Chapo admira

Pese a que fue un operativo de la Marina Armada de Mexico lo que puso a Joaquin Guzmán Loera “El Chapo” a un paso de ser capturado el viernes 8 de octubre del año pasado, el astuto Chapo -que podría haber hecho para sí una vida más honesta como mago escapista- se le pudo escapar a la Marina Armada de México a a traves de una coladera fugándose en dos carros distintos que él y su cómplice tomaron por la fuerza. El Chapo ya iba libre por la carretera sin problema alguno, hasta que el carro en el que viajaba se topó con un retén resguardado únicamente por dos policías federales.

No se conoce el nombre de los dos agentes federales, posiblemente eso nunca se sabrá y sus identidades se mantendrán protegidas por el resto de sus vidas así como las de sus familiares. No se sabe tampoco el lugar exacto en donde los dos federales atraparon al Chapo y a su cómplice, no se sabe el quién ni el cómo, pero las instituciones oficiales mantienen su versión de que tras la detención de los dos prófugos, y al darse cuenta de quiénes se trataba, se les dió instrucciones de que se trasladaran al motel de citas Doux en donde tanto el Chapo como su mano derecha llegaron ya presos, usándose la instalación para resguardarlos mientras llegaban refuerzos.

El periódico Milenio informó que el Chapo intentó sobornar a los policías, prometiendo lo siguiente:

“Si me dejan libre, nunca más tendrán que trabajar”.

Esta promesa era creíble. Después de todo, se trata del jefe de cártel de drogas identificado por la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo, con dinero a manos llenas para gastar y distribuír a su antojo.

Antes de toparse con esos dos policías federales, el Chapo siempre le había apostado al viejo cuan cínico refrán de que en México todo mundo tiene su precio, cualquiera puede ser sobornado, cualquiera puede ser corrom;pido, solo es cuestión de llegarle al precio. Esta filosofía es un refrito de una máxima atribuída al General Alvaro Obregón que dice “Ningún general resiste un cañonazo de 50 mil pesos” (estamos hablando de los tiempos revolucionarios en los que 50 mil pesos eran una verdadera fortuna). Y la receta siempre le había producido al Chapo buenos resultados. Como buen negociante, siempre supo “llegarle al precio” a una cauda de políticos y funcionarios que cayeron fascinados ante el embrujo de la frase Poderoso caballero es Don Dinero atribuída a Don Francisco de Quevedo.

Lo único que se interponía entre el Chapo y su libertad eran esos dos policías federales. ¿Quén tanto puede ganar un policía federal, por bien pagado que sea, que se pueda comparar con una oferta como la que estaba haciendo el Chapo? Obsérvese bien lo que les dijo el Chapo: “Si me dejan libre, nunca más tendrán que trabajar” (también los muertos no tienen necesidad de trabajar nunca más, aunque una traición así le habría traído al Chapo una mala fama como una persona en la que no se puede confiar para hacer ese tipo de tratos, y ya no le habría dado resultado una oferta similar de este tipo en situaciones futuras similares al perder toda su credibilidad). Aunque no les ofreció una cantidad explícita a los dos agentes, el Chapo muy bien podría estar hablando de unos 20 millones de dólares o más para cada agente. Esta cantidad ciertamente no está fuera del alcance de uno de los hombres más ricos del planeta. Y el Chapo valúa su libertad por encima de cualquier otra cosa. Fue precisamente con sumas astronómicas de dinero como el Chapo financió la construcción de un túnel profundo hasta el penal de máxima seguridad en Almoloya que es considerado una obra maestra de ingeniería. El Chapo estaba seguro de que esos dos policías federales, con el solo hecho de dejarlo escapar a cambio de ser recompensados de modo tal que no tendrían que trabajar por el resto de sus vidas, sucumbirían ante la tentadora oferta.

Pero ocurrió algo completamente esperado para lo cual no estaba preparado el Chapo. Los dos agentes no se dejaron corromper y no aceptaron el generosísimo soborno.

Seguramente el Chapo quedó por vez primera en su vida realmente estupefacto. Después de haberles prometido a esos dos policías federales con sueldos de policía federal que no tendrían que trabajar por el resto de sus vidas si lo dejaban escapar, el Chapo estaba absolutamente seguro de que los dos policías morderían el cebo, ya que al llevarse a cabo la detención presumiblemente en una carretera federal no había nadie que estuviera viendo lo que sucedía. Sin embargo, los policías le mostraron al Chapo, por vez primera, que no todo en México está corrompido, que no todo está putrefacto, que aún quedan algunos hombres con honor y con sentido del deber, para quienes su lealtad a México les es más valiosa que cualquier otra cosa que les puedan ofrecer a cambio de convertirse en traidores a México.

Todo lo que vino después se le debe a esos dos policías. Las felicitaciones de la DEA, las felicitaciones del Presidente Obama, el regocijo mundial por una detención que ocupó las primeras planas de los periódicos del mundo entero, las felicitaciones en el Congreso de la Unión, las felicitaciones de los partidos políticos, todo, absolutamente todo, ocurrió gracias a que esos dos policías honestos no se dejaron corromper.

El Chapo seguramente admira a esos dos policías más que a ningún otro funcionario o político que haya conocido. Es posible que sus rostros quedarán grabados en la mente del Chapo por el resto de su vida y nunca los olvidará. Al que vende su conciencia al igual que Judas por unas monedas de plata se le recuerda con desprecio y disgusto y hasta se le  trata de olvidar como un desecho vulgar de la sociedad del que no vale la pena acordarse. En cambio, al que es fiel a sus valores, al que es fiel a sus principios, al que pone su vida en riesgo sirviendo a la sociedad, se le recuerda con admiración. Si el Chapo creció hasta convertirse en lo que fué seguramente es porque en su niñez estuvo rodeado de puros malos ejemplos que lo convencieron que todo en su derredor era basura humana y estiércol. Si desde chico hubiera conocido a esos dos policías, tal vez el rumbo que tomó la vida de El Chapo habría sido distinto. Porque esos ejemplos, cuando los vemos con nuestros propios ojos en lugar de perder el tiempo con malas compañías, son los que nos convence del camino correcto a seguir. Y estos dos policías, aunque no sepamos sus nombres, servirán de brújula a los mexicanos de las generaciones futuras mostrando que México aún tiene esperanzas.

El gobierno federal garantizará la seguridad de los dos agentes de la Policía Federal, así como de los integrantes de la Marina, que colaboraron en la reaprehensión de Joaquín El Chapo Guzmán. “Son elementos que arriesgaron la vida y muy probablemente será condecorados por el Presidente, pero a la vez son susceptibles y están en una situación de riesgo, por lo que se proveerán las medidas que sean necesarias para garantizar su seguridad”, han estado repitiendo las autoridades federales.

¿Cuántos policías más habrá en México como esos dos policías federales que dejaron al Chapo con la boca abierta al rechazarle su oferta de darles tanto dinero que no tendrían que trabajar por el resto de sus vidas? ¿Cuántos políticos habrá en México con el mismo sentido de honestidad e integridad que esos dos policías federales? ¿Cuántos jueces, magistrados y ministros del poder judicial habrá que puedan presumir de una honestidad a toda prueba como la de esos dos policías federales?

Yéndonos más lejos, ¿podrían haber resistido unos agentes de la DEA o del FBI una oferta tan tentadora como la que les hizo el Chapo a esos dos policías federales? Tomando en cuenta que dentro de Estados Unidos jamás se ha arrestado a alguien del calibre del Chapo pese a que seguramente debe de haber tales personajes capaces de poder manejar la gigantesca red de distribución de drogas ilegales dentro de toda la Unión Americana, se puede sospechar que en toda la DEA y en todo el FBI el gobierno norteamericano no cuente entre sus filas ni siquiera dos agentes tan honestos como los dos policías mexicanos que le rechazaron al Chapo su casi increíble oferta. ¿Y cuántos oficiales tendrán dentro de las policías de países como Colombia, Perú, Venezuela y Bolivia que puedan presumir que ellos también habrían podido resistir una oferta tentadora como la que recibieron los dos policías mexicanos del Chapo?

Honor a quien honor merece, aunque nunca sepamos de ellos en persona al verse obligados a proteger sus identidades por su seguridad y la de sus familias. E inclusive el mismo Chapo les podría repetir lo mismo, al no haber encontrado en toda su vida a otros agentes y ministeriales y funcionarios tan honestos como estos dos policías que pueden ser calificados como héroes.

¿Algún mexicano, sobre todo entre los jóvenes que hoy se encuentran estudiando en las escuelas primarias y secundarias de México, que inspirados por estos dos policías quieran seguir su ejemplo?