martes, 28 de abril de 2009

La extinción de los dinosaurios, revisada

En una nota periodística recién publicada, se avanzó una nueva argumentación en contra de la teoría que supone que la extinción masiva de los dinosaurios se debió al impacto de un asteroide en la península mexicana de Yucatán que todavía hasta hace poco se creía que fue el causante de la desaparición de los dinosaurios hace 65 millones de años, teoría que ha vuelto a ser puesta en entredicho en un nuevo estudio geológico. De hecho, “ni una sola especie se extinguió como resultado del impacto de Chicxulub”, afirma la paleontóloga Gerta Keller, de la universidad estadounidense de Princeton, autora principal del estudio publicado ayer en “The Journal of the Geological Society”. “El impacto de Chicxulub se produjo unos 300 mil años antes de la extinción en masa y por tanto no podría haberla causado”, dijo Keller. Varios científicos, entre ellos la propia Keller, habían puesto en duda anteriormente la teoría del impacto como causa de la extinción de los dinosaurios y del 65 por ciento de todas las especies en el límite entre los períodos Cretácico y Terciario. Esa teoría se fraguó poco después del descubrimiento en 1978 en Chicxulub, en el norte de Yucatán, de un cráter de impacto de 180 kilómetros de diámetro en el que fueron halladas esférulas de vidrio en los sedimentos situados debajo del límite del Cretácico-Terciario (K/T en la jerga geológica) que se asocia con la extinción en masa. La capa de esférulas marca el momento del impacto, explicó Keller. Ahora, Keller y sus colegas han encontrado nuevas pruebas en México de que el impacto antecedió en 300 mil años el límite K/T y que no tuvo el efecto dramático que se pensaba sobre las especies. En sus excavaciones en la localidad mexicana de El Peñón, los paleontólogos hallaron los fósiles de las mismas 52 especies en los sedimentos situados por debajo y por encima de la capa de esférulas, según el estudio. “Descubrimos que ni una sola especie se extinguió como resultado del impacto de Chicxulub”, dijo Keller. La científica explicó que en El Peñón las esférulas están incrustadas en sedimentos a más de entre 4 y 9 metros por debajo del límite K/T. Estos sedimentos fueron depositados a razón de entre dos y tres centímetros cada mil años después del impacto. Keller también rechaza las alegaciones de los defensores de la teoría del impacto según los cuales ambos eventos están separados en el registro de los sedimentos debido a un movimiento sísmico o tsunami como resultado del choque del asteroide. El estudio halló que los sedimentos que separan ambos sucesos tienen características naturales, con los típicos huecos formados por las criaturas que colonizaban el fondo del océano, sin rastro de una alteración estructural.

En opinión de Keller, la desaparición de los dinosaurios pudo deberse a “una combinación de factores, pero el impacto de Chicxulub no sería uno de ellos”. Este antecede a la extinción en masa y no provocó la desaparición de ninguna especie de foraminíferos planctónicos, los organismos unicelulares más pequeños y más sensibles de los océanos, que son utilizados para reconstruir los cambios climáticos a través de la historia, explicó. Uno de los factores pudieron ser las erupciones de Deccan, cuya fase principal coincidió con la extinción en masa y que produjeron ríos de lava que componen hasta el 80 por ciento de las montañas volcánicas de 3 mil 500 metros de altitud en la India, señaló Keller. “La idea más plausible es que los gases de dióxido de azufre fueran mortales a la hora de causar un enfriamiento global, mientras que la lluvia ácida destruyó las plantas y la acidificación de los océanos acabó con los organismos que segregan carbonatos”, dijo.

Hay otra hipótesis que no está siendo considerada por la Dra. Keller, la cual debe ser tomada en cuenta en base a lo que está sucediendo hoy en México, la posibilidad de que la extinción masiva de los dinosaurios que muchos paleontólogos suponen ocurrió de manera extraordinariamente rápida (hablando en términos de la escala geológica) haya sido la consecuencia directa de una pandemia viral o bacteriológica que acabó con las vidas de la gran mayoría de los dinosaurios. Después de todo, también en los tiempos de los dinosaurios había bacterias y virus, predecesores de todas las formas superiores de vida, y esas bacterias y virus también mutaban adaptándose a las condiciones cambiantes de la biósfera. Y en esos tiempos no había vacunas ni médicos que pudieran hacer algo por evitar la extinción de unas especies que al ir desapareciendo rápidamente habrían sido clasificadas como especies en peligro de extinción y habrían recibido alguna ayuda de haber habido alguna ayuda posible en aquél entonces (si el día de hoy hay grupos ambientalistas que salen a la defensa del tiburón argumentando alarmados que los números de esas especies están disminuyendo, es lógico suponer que los ambientalistas de aquella época en caso de que los hubiera habido se habrían movilizado para luchar por la preservación de esas especies por hostiles que hubieran sido a la vida humana).

Los dinosaurios tenían todo para ser susceptibles a sucumbir a una nueva mutación espontánea de un virus que haya resultado ser letal para ellos. Sus células también estaban hechas de ADN al igual que las nuestras. Sus maquinarias celulares eran tan propensas de ser infectadas como las nuestras. En ese respecto no eran superiores a nosotros. Si a eso le agregamos la posibilidad de que los dinosaurios no poseyeran un sistema de defensa inmunológica como el que poseemos los humanos y el cual heredamos directamente de nuestros ancestros, las probabilidades de que los dinosaurios sucumbieran a una pandemia antes que los mismos humanos de aquél entonces deben haber sido mucho mayores.

La gripe porcina que hoy está atacando a México con la amenaza de convertirse en una pandemia debe su enorme efectividad a lo novedoso del virus contra el cual no hay vacunas aunque afortunadamente hay un medicamento antiviral (Tamiflu) que lo puede contener disminuyendo las probabilidades de un desenlace fatal. Pero un nuevo virus de este tipo que sea resistente a los medicamentos antivirales de la actualidad tiene el potencial de diezmar a la población mundial acabando con la gran mayoría de los que habitamos en este planeta. En este sentido, no estamos mejor protegidos que los dinosaurios.

Si una nueva infección virual más enérgica que la gripe porcina (posiblemente una mutación de un patógeno como el Antrax) nos llega a borrar del planeta, no sería imposible que una nueva generación de seres inteligentes, 50 millones de años después, descubran nuestros huesos y comiencen a formular hipótesis sobre los motivos del por qué esos seres bípedos que parecían poseer cierto grado de inteligencia terminaron extintos. Aunque si en los lugares en donde seamos desenterrados también encuentran grados elevados de contaminación o material radioactivo, entonces concluirán razonablemente que la causa de nuestro deceso no fue el resultado de una pandemia global. Y concluirán también que, a fin de cuentas, no éramos tan inteligentes como creíamos.

domingo, 26 de abril de 2009

Posible ataque bio-terrorista

El pasado jueves 23 de abril había llegado a Ciudad Juárez una avanzada del Estado Mayor Presidencial para preparar la visita programada del Presidente Felipe Calderón a la ciudad, y había gran expectación por su llegada programada para el viernes. Pero en la tarde del mismo jueves, en forma tan súbita que a todos nos sorprendió, se avisó a través de los noticieros locales que Felipe Calderón había suspendido su gira por Ciudad Juárez, sin darse mayores pormenores al respecto. Ya por la noche, se dió la noticia de que Felipe Calderón había estado en una junta de emergencia con el Consejo Nacional de Salud, y se notificó también que el tema había sido una incipiente epidemia de influenza (gripe) por la cual se había ordenado la suspensión de las actividades en las escuelas tanto públicas como privadas, desde preescolar hasta superior, incluída la UNAM, debido a la epidemia que había dejado 20 muertos en las primeras tres semanas de abril. En un mensaje en cadena nacional emitido desde la residencia oficial de Los Pinos, el Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos dió a conocer la medida, adoptada en coordinación con la Secretaría de Educación Pública. Más tarde, en entrevista televisiva, el funcionario explicó que laboratorios extranjeros confirmaron que se trataba de un nuevo virus de la influenza. Dijo que la epidemia estaba controlada, “pero hay que reforzar las medidas preventivas”.

Desde un principio, esto empezó a sonar muy mal. No se conoce incidente alguno en la historia reciente de México en el que por una incipiente epidemia de gripe se haya cancelado abruptamente y sin previo aviso una gira presidencial. La cancelación de una gira presidencial cuando ocurre es motivada por una verdadera emergencia. Por otro lado, era inusual que se suspendieran todas las actividades en los centros escolares cuando en el pasado ha habido muchas otras epidemias de gripe por las que tal medida no ha sido decretada, e inclusive hasta se les ha visto como héroes a los que acuden ya sea al trabajo o a la escuela para cumplir con sus obligaciones. No en esta ocasión. La pista de que algo sumamente grave estaba sucediendo la dió el Secretario de Salud cuando dijo que se trataba de una virus nuevo de la influenza sin dar mayores detalles.

Ya para el día siguiente, a la vez que la Organización Mundial de la Salud había declarado una emergencia en México, se había ordenado la suspensión de todos los eventos públicos y la suspensión de clases se había extendido una semana completa, algo nunca antes visto en las décadas recientes en México. El Presidente Felipe Calderón nuevamente encabezó otra reunión extraordinaria del Consejo Nacional de Salud con los 32 secretarios del ramo. En su mensaje, admitió que México enfrentaba una situación de emergencia y anunció que el gobierno federal “decretará las medidas de urgencia o prevención que sean necesarias de acuerdo con la evolución observada de esta enfermedad entre la población civil”.

Conforme fueron pasando las horas, se fueron conociendo los detalles de algo que posiblemente el gobierno de México no quería que se supiera. La influenza que se estaba empezando a propagar no era sólo una influenza producto de una mutación nueva de un virus de la gripe usual que a fin de cuentas continúa mutando cada año (esta es la razón por la cual las vacunas contra la gripe no tienen efectividad de más de un año de duración y se vuelve necesario vacunarse cada año). Se trataba de una influenza conocida como la influenza porcina, se trataba de algo que había sido transmitido no de humano a humano sino de los cerdos a los humanos. Y a diferencia del virus de la gripe común, se trata de un virus potencialmente mortal el cual si no es tratado a tiempo puede llevar a la víctima a la tumba en un par de días. La alerta médica se había generado porque la influenza, o gripe, porcina que hizo su aparición en México era el resultado de una nueva cepa del virus llamada A/H1N1, la cual nunca antes se había detectado ni en puercos ni en humanos.

La gripe porcina como amenaza a la salud mundial no es algo nuevo. Ya en 1975 cuando Gerald Ford era presidente de los Estados Unidos hubo un pánico generalizado cuando un soldado recluta en Fort Dix se reportó enfermo el 5 de febrero y al día siguiente cayó fulminado, muriendo en cuestión de unas cuantas horas. Los análisis confirmaron que se trataba de un caso de infección de gripe porcina, con una variante genética similar a la que en 1918 le costó a los Estados Unidos la muerte de más de medio millón de personas y que se estima que ocasionó entre 50 y 100 millones de muertos en ese mismo año alrededor del mundo.

El primer aviso sobre esta nueva mutación viral lo recibió el gobierno de México a resultas de un turista canadiense que visitó México y posteriormente regresó a su país enfermo. En Newmarket, Ontario, a 45 kilómetros de Toronto, un paciente que recién había llegado de México, fue tratado en el Southlake Regional Health Center de enfermedades respiratorias, y su caso fue informado de inmediato al gobierno mexicano. Este fue el primer aviso de confirmación para las autoridades mexicanas llegado de fuera de la posible presencia de influenza porcina en el territorio nacional. Posteriormente, el gobierno federal envió cepas del virus al laboratorio microbiólogico de ese país para que fueran analizadas, lo que confirmó la presencia de este virus jamás visto, y del que se desconoce cómo se vino transmitiendo dentro de México cuando comenzó la epidemia. De acuerdo con fuentes extraoficiales, el canadiense, de quien se reservó la identidad y el lugar donde vacacionó, regresó a su país con síntomas de gripe. Al ser revisado por los médicos, se diagnosticó que su enfermedad había sido generada por el virus de influenza porcina. De no haber sido tratado a tiempo, muy posiblemente ese turista canadiense estaría el día de hoy en su tumba.

Aunque las explicaciones oficiales dadas por las autoridades en México, las cuales al principio no quisieron explicar claramente la gravedad del asunto quizá para no provocar el pánico entre la población, aseguraron que el virus ingresó al país por los estados de Texas y California, Estados Unidos, casi dando por seguro que México era receptor mas no país de origen de la transmisión viral, el hecho de que los primeros casos detectados y confirmados de esta nueva mutación hayan sido de México o de personas que estuvieron hace poco tiempo en México o de personas que viven cerca de la franja fronteriza con México parece confirmar que fue en México en donde hizo su aparición por vez primera esta nueva y peligrosa variante de la gripe porcina.

Por lo novedoso de la nueva variante del virus, no existe en estos momentos una vacuna que sirva para proteger a la población en contra de un contagio de este virus, y el nuevo virus a diferencia de los anteriores no solo ataca a los que tradicionalmente han sido considerados como los más desprotegidos, los niños y los ancianos, sino a todos por igual. La información más reciente dada a conocer por la Organización Mundial de la Salud y los Centers for Disease Control en los Estados Unidos es que este virus tiene el potencial de infectar a la cuarta parte de la población mundial y de ocasionar decenas de millones de muertes además de ocasionar un daño económico a la ya de por sí maltrecha economía mundial como lo está ocasionando en México.

Una explicación alterna a lo que está sucediendo en México que no ha recibido mucha publicidad es algo sobre lo que tanto las autoridades en México como en Estados Unidos están manteniendo un silencio absoluto: la posibilidad de que la nueva epidemia de influenza que amenaza con convertirse en pandemia sea el resultado no de una mutación genética espontánea sino algo planificado como parte de un ataque bio-terrorista con los Estados Unidos como el blanco principal de dichos ataques. Hay varias razones para sospechar en la posibilidad de que se está desatando un ataque de esta naturaleza.

Como lo reporta el sitio National Terror Alert en su documento “Bio-terrorism - Al-Qaeda and the Plague” publicado apenas el 31 de enero de 2009 y disponible en la siguiente página:

http://www.nationalterroralert.com/updates/2009/01/31
/bio-terrorism-al-qaida-and-the-plague

la red terrorista Al Qaeda de Osama bin Laden ha estado muy activa tanto en la procuración como el desarrollo de armas bacteriológicas para poder llevar a cabo una nueva guerra basada en el bio-terrorismo. Teniendo ya en sus manos un arma de esta naturaleza, una posibilidad para lanzar un ataque de este tipo en contra de los Estados Unidos sería lanzarlo desde México. ¿Por qué el ataque habría de comenzar en México y no en los Estados Unidos? Por principio de cuentas, tras los ataques a las torres gemelas en Nueva York en 2001, no les resulta nada fácil a los terroristas musulmanes el poder ingresar a territorio norteamericano. Si a los mexicanos que vivimos a un lado de la frontera con los Estados Unidos, a nosotros que somos sus propios vecinos, nos cuesta trabajo ingresar a territorio norteamericano, para lo cual tenemos que tramitar primero ante el Consulado norteamericano una visa láser que le es negada a la mitad de los mexicanos que aplican por dicha tarjeta, y los que quieren ingresar de manera ilegal saltando la barda se tienen que enfrentar a una cantidad enorme de dispositivos electrónicos de vigilancia y seguridad así como una cantidad enorme de agentes de la Border Patrol que están sellando la frontera, a un musulmán árabe le sería muy difícil o imposible poder ingresar a territorio norteamericano ya sea legalmente o ilegalmente llevando consigo la ampolleta que contiene una dosis del virus letal, con la certeza que de ser capturado sería llevado de inmediato con todo su cargamento para ser puesto en confinamiento solitario y cuarentena total enfrentando una pena de prisión perpetua en caso de confirmarse sus intenciones. Los norteamericanos pueden vigilar y tapar sus fronteras, pero no pueden vigilar lo que sucede en el país vecino, en México. Desde México, lanzar un ataque bio-terrorista en contra de los Estados Unidos es mucho más fácil de lo que puede suponerse. Un terrorista lo único que tendría que hacer es estando en la Ciudad de México romper una o varias ampolletas conteniendo el virus en el área del aeropuerto de la Ciudad de México dedicada a vuelos cuyo destino son los Estados Unidos, exponiendo a turistas u hombres de negocios que van de regreso a su país contagiados ya con el virus. Sin saber que están infectados, ellos serían portadores del cargamento mortal, y ya de regreso en unas cuantas horas estarían propagando la infección sin darse cuenta de que han sido reclutados como agentes involuntarios en un nuevo tipo de guerra.

Hay otra razón para sospechar que lo que está sucediendo en México pueda formar parte de una escalada de ataques bio-terroristas en contra de los Estados Unidos. La cepa del virus de gripe porcina que hizo su aparición en México no sólo es una variedad nueva nunca antes vista que bien pudo haber sido creada en un laboratorio. Se trata de una variedad única e inusual que combina características no sólo de la influenza regular y la gripe porcina sino incluso de la gripe aviar, y las probabilidades de que ocurra un incidente así por mutación espontánea no asistida son remotas. Esto huele a algo que fue desarrollado en un laboratorio por algún experto en biotecnología. A esto le sumamos el hecho de que la epidemia se desató no en Hong Kong, no en un país africano, no en un país sudamericano, sino precisamente en México, el vecino inmediato de los Estados Unidos. Son demasiados los factores que se van uniendo para reforzar la posibilidad de un ataque bio-terrorista.

Otro factor de sospecha es que la epidemia de gripe hizo su aparición en los finales del mes de abril, fuera de la temporada en la que normalmente se asientan los primeros casos de gripe cuyas incidencias usualmente ocurren en los meses de septiembre y octubre (los meses en los que empiezan las campañas de vacunación). Nadie podría haber anticipado que esta epidemia empezara faltando poco para la conclusión del año escolar en México.

Aún otro factor de sospecha que no está siendo pasado por alto por muchos observadores es el hecho de que la epidemia coincidió justo y precisamente en vísperas de la primera visita de un presidente norteamericano a la Ciudad de México en varias décadas, efectuada por Barack Obama el 16 y el 17 de abril, algo que muchos mexicanos ignorábamos, como también ignorábamos que ya en la Ciudad de México Obama se entrevistó con un arqueólogo, Felipe Solís, el cual falleció dos días más tarde con síntomas de la gripe porcina, despertando sospechas de que la coincidencia entre la visita del mandatario norteamericano y la aparición de la epidemia pudiera haber tenido algo que ver con el aprovechamiento de la oportunidad para llevar a cabo un ataque bioterrorista destinado a matar al presidente norteamericano. Justo al día siguiente de que el presidente norteamericano había salido de México, para el 18 de abril habían muerto ya al menos dos pacientes y 16 trabajadores del hospital tenían problemas respiratorios, lo que había desatado el pánico en la institución. El IMSS entró rápidamente en apoyo y estableció una cuarentena, cerrando la sala de emergencias por 15 días para desinfectarla. La Secretaría de Salud no hizo nada hasta que el Centro Nacional de Prevención Epidemiológica decretó ese sábado la existencia de un brote de influenza. Tenían el recuento de víctimas en la zona metropolitana: dos muertos en el Hospital de la Secretaría de Salud, dos en el INEAR, y uno en el Hospital ángeles, 120 casos de infectados.

La incertidumbre que se está generando en torno al asunto y las sospechas de que se nos está tratando de ocultar algo muy grave es atizada por el manejo que las autoridades en México le han dado al asunto. ¿Por qué una noche, como de la nada, se nos anunció que había un brote de influenza y que se tenían que tomar medidas extraordinarias para evitar una epidemia? ¿Por qué en cuestión de horas se había desatado en el mundo una crisis de salud que puso todas las maquinarias de prevención y emergencias internacionales a funcionar? La crisis no comenzó el jueves 23 de abril, cuando se dio a conocer oficialmente la existencia del brote y se dispusieron acciones radicales de emergencia, sino varias semanas antes. Las medidas preventivas que se tomaron fueron tímidas, cortas, y se puede plantear como hipótesis de trabajo que hubo negligencias, médicas o políticas, que impidieron atacar el problema a tiempo. No hay lógica que explique esa dinámica. ¿A quién le creemos? ¿Al Secretario de Salud que nos dice que la epidemia de influenza está bajo control y que se están aplicando medidas de simple precaución? ¿O a los inspectores que se presentaron este fin de semana en restaurantes con clientes adentro y los amenazaron con clausurarlos definitivamente si no cerraban en ese momento y hasta el 6 de mayo? ¿A las autoridades que nos dicen que hay una veintena de casos de muertes comprobadas de la epidemia de influenza y unas 80 en total que podrían estar relacionadas? ¿O a la funcionaria del ISSSTE que decía el viernes 24 de abril (el día en el que Felipe Calderón debía de estar en gira oficial en Ciudad Juárez) que sólo en esa institución se registraron 194 decesos en las últimas dos semanas por ‘pulmonía’ por lo que el número real de fallecimientos debe ser mucho mayor? La falta de credibilidad del gobierno mexicano ciertamente empeora las cosas. La gente piensa en automático que las autoridades están ocultando información, particularmente en el número de muertes, o están exagerando la amenaza por razones políticas.

Si consideramos la posibilidad de que lo que está sucediendo no sea producto de la casualidad sino de un ataque bio-terrorista deliberado y planificado, la pregunta lógica es: ¿quién podría ser tan estúpido o tan malvado como para soltar en el país, sobre todo en el aeropuerto de la Ciudad de México, un virus mortal con el propósito de contagiar a gente que va de viaje hacia los Estados Unidos y para lo cual no hay vacuna alguna, exponiéndose incluso a su propia muerte al hacer tal cosa? Es casi imposible no voltear hacia el Medio Oriente y repasar las repetidas amenazas que han estado haciendo los terroristas musulmanes, sobre todo los ligados a la red terrorista mundial Al Qaeda de Osama bin Laden que en estos momentos está amenazando con derrocar al gobierno de Pakistán y apoderarse de su arsenal de bombas atómicas con el fin de elevar a una nueva fase su guerra mortífera en contra de Occidente. A ellos no les importa ni siquiera su propia vida, la detestan a tal grado que para ellos los ataques suicidas son lo más natural del mundo. Matan sin misericordia alguna incluso a su propia gente, y lo prueban los atentados terroristas que se están cometiendo en el mundo árabe, de los cuales hubo dos atentados suicidas en Iraq apenas hace dos días el pasado 24 de abril que causaron la muerte de 60 personas, llevado a cabo por dos mujeres suicidas (una de las cuales iba acompañada de un niño) frente a un santuario, la mezquita que sirve como santuario al santo chiíta Imán Mousa al-Kazim. Se matan ellos mismos, matan a los suyos propios, y matan y destruyen inclusive los templos que por ser casas de oración deberían merecer algún respeto. Si los terroristas musulmanes están dispuestos a llegar a estos extremos, ¿qué habría de detenerlos en caso de lanzar un ataque desde la Ciudad de México en contra de los Estados Unidos? ¿Qué habría de convencerlos de respetar a los mexicanos pese a que su disputa es con los Estados Unidos y no con México?

El hecho de que México sea un importante socio comercial de los Estados Unidos proporciona una razón adicional para usar a México no sólo como plataforma de un ataque bio-terrorista en contra de los Estados Unidos sino para dañar al mismo México con la intención de ocasionar un daño adicional a la economía norteamericana lastimando a uno de sus más importantes socios comerciales, tomando en cuenta la enorme cantidad de industrias maquiladoras norteamericanas establecidas en México, el flujo turístico entre ambos países dada su vecindad inmediata, la enorme cantidad de inversiones y franquicias norteamericanas que hay en México, enfin, es mucho más lógico iniciar un ataque bio-terrorista en contra de los norteamericanos desde México que lanzarlo desde Argentina o desde Francia.

Hoy la pandemia que se está desatando en México, exportada hacia los Estados Unidos por viajeros que no sabían lo que estaban portando consigo, se dió con una nueva variante mortal que mezcla por vez primera a la gripe porcina con la gripe aviar para la cual afortunadamente hay algo que se puede hacer (con medicamentos antivirales como Tamiflu o Relenza) si es detectada a tiempo, siempre y cuando no se agoten al ir cundiendo la pandemia. Pero el día de mañana el ataque puede ser lanzado con algo como el virus del ebola, para lo cual no hay absolutamente nada excepto la resignación a la muerte. Y si los terroristas musulmanes enemigos de los Estados Unidos deciden llevar a cabo esta nueva escalada, lo más probable es que utilicen el mismo medio que muy posiblemente ya utilizaron en su primer experimento: el aeropuerto de la Ciudad de México. No debe extrañarnos pues de que esto es algo que ni las autoridades de México ni de los Estados Unidos quieran hablar prefiriendo mantener silencio. Además de que puede comenzar a cundir el pánico, el hablar sobre esta posibilidad ante los medios de comunicación le puede meter ideas en la cabeza a quienes en otra parte del mundo sólo están buscando precisamente este tipo de ideas.

La peor posibilidad, desde luego, es que en caso de haber sido el estallido de la epidemia de gripe porcina en México un ataque bio-terrorista planificado, se haya tratado tan solo de un ensayo de prueba en anticipación de algo más temible que esté por ser desencadenado, algo para lo que ya no hay ni vacunas ni tratamientos posibles, en forma similar a como operan los hackers informáticos. Si éste es tan solo un ensayo, está demostrando ya ser tremendamente exitoso al poner al descubierto las vulnerabilidades del sistema defensivo de Norteamérica.

Se puede obtener más información sobre la gripe porcina en la siguiente página que lamentablemente está siendo actualizada diariamente por lo que está ocurriendo en el mismo México:

http://en.wikipedia.org/wiki/Swine_Flu

Sobre el uso de gérmenes patógenos y su potencial para ser utilizados como armas de bio-terrorismo, se puede encontrar información adicional en la siguiente página:

http://en.wikipedia.org/wiki/Bioterrorism

sábado, 25 de abril de 2009

Un fraude deportivo

Nunca he sido un fanático entusiasta del futbol soccer. En México supuestamente cuando se escucha a un locutor gritar la palabra !Goooooool! en un partido que están transmitiendo en vivo por la televisión los que escuchan este grito también se deben sumar con sus propias voces gritando !Goooooool! aunque no sepan qué equipo está jugando contra qué equipo. Lo único que importa es la palabra mágica !Goooooool! que por sí sola debe levantar a los ancianitos de sus mecedoras para que también griten !Goooooool! Los enfermos terminales en los hospitales también deben levantarse de sus camas y ponerse a brincar sobre el suelo gritando !Goooooool! como si ese evento fuese la culminación más gloriosa de toda existencia terrenal. También los jóvenes deben dejar de besar a la novia para usar sus labios y su garganta gritando a todo volumen !Goooooool!, una palabra que los locutores y cronistas de la radio y la televisión en México luchan por extender el mayor tiempo posible mientras la están gritando a todo pulmón. Y la Tierra debería detener su movimiento de rotación alrededor del Sol cada vez que alguien exclama !Goooooool!, porque para muchos fanáticos la única razón de la existencia del hombre, su objetivo final en este mundo, es la culminación de un gran partido en donde alguien anote el ansiado !Goooooool! Sin el futbol, y sin el !Goooooool!, la vida carece de sentido, y toda la Creación pierde su propósito.

Tal vez si la selección nacional de futbol, el Tri, ganase campeonatos mundiales, yo también sería un aficionado o quizá inclusive un fanático del futbol. Pero el pobre desempeño, ya proverbial, de la escuálida escuadra azteca que hace poco le costó su empleo al entrenador técnico sueco Sven Göran Ericsson a quien lo agarraron como chivo expiatorio y lo culparon del lamentable desempeño del equipo mexicano de futbol, ha hecho muy poco o mejor dicho nada por inclinarme a estar aplaudiendo a unos jugadores que sólo van al extranjero a exhibir las vergüenzas de México. La monstruosa publicidad que la televisión mexicana le dá a los juegos de futbol tanto fuera de México en enfrentamientos con otros países como dentro de México en partidos con equipos locales, gastando millonadas de dinero como si México fuese un país productor de campeones como Pelé y Maradona, carretadas de dinero que no van en proporción con los resultados obtenidos en las canchas, tampoco ha hecho nada por inclinarme aunque sea con un poco de afición al futbol. En el futbol mexicano en realidad no hay nada que celebrar excepto la faraónica publicidad que se les dá a quienes por su desempeño deportivo no la merecen.

En la ciudad en donde vivo, no hace mucho el equipo de futbol Indios de Ciudad Juárez logró la proeza (o posiblemente la chiripada producto de la buena suerte) de calificar para ascender hacia la primera división, codeándose con los equipos considerados campeones dentro de México como el Atlante, las Chivas, el América y Cruz Azul. El día en que los Indios de Ciudad Juárez subieron a la primera división fue un día de fiesta. Se les construyó con costo cargado a los contribuyentes un estado de futbol para su uso exclusivo. Se les apoyó con mucho dinero en promoción y publicidad. Pero al empezar los primeros partidos, el equipo Indios lo más que lograba eran puros empates, lo cual empezó a arrojar sombras de sospecha sobre su viabilidad para poder mantenerse en la primera división, ya que no se puede mantener un equipo en la primera división a base de puros empates; se tiene que ganar aunque sea de vez en cuando. Y junto con los empates empezaron a llegar las primeras derrotas. Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. Tras meses y meses de un pobre desempeño, los Indios de Ciudad Juárez se enfrentan a lo que parece ser casi su seguro descenso hacia la segunda división, lo que para sus aficionados juarenses que los han estado apoyando sería el equivalente de una tragedia griega digna de Sófocles, algo tan sólo comparable con el Apocalipsis.

A lo largo de su pobre desempeño, yo les decía a los aficionados del club de futbol Indios que de no enmendarse los jugadores pronto verían a su equipo en el fondo de la tabla de clasificaciones, que no podían aspirar a mantenerse en la primera división a base de puros empates, porque para poder jugar con los campeones hay que jugar como campeones, lo que casi nunca hicieron. Hoy su casi seguro descenso ya los convenció de lo que va a suceder, y aunque se han esforzado por enmendar lo que mal comenzaron parece ser ya muy tarde para remendar el daño que se hicieron a sí mismos.

Además del triste desempeño con el cual parece casi seguro el descenso hacia la segunda división de un equipo de futbol cuya calidad en realidad no lo hacía merecedor de permanecer en las grandes ligas, en las noticias publicadas el día de hoy en el periódico El Diario me vine enterando de lo que parece ser un verdadero escándalo con el cual menos siento interés alguno en desarrollar una afición hacia el futbol soccer de México.

La noticia, bajo los titulares “Da Estado 61 millones de pesos a dueño de Indios... y exige más dinero” , realmente es para dar mucho coraje, y dice que a pesar de que en los últimos tres años el Gobierno del Estado ha aportado casi 61 millones de pesos al sostenimiento de los equipos del Club de Futbol Indios, Francisco Ibarra Molina –presidente del grupo– se quejó de falta de apoyo por parte de la autoridad estatal, se dijo engañado y los responsabilizó del futuro de su persona, familia y del mismo conjunto deportivo, que actualmente enfrenta el riesgo de descender de categoría. Asimismo, en una carta que el día anterior difundió en la página de Internet del club, acusó al secretario de Finanzas estatal, Cristian Rodallegas Hinojosa, de carecer de voluntad y sensibilidad para apoyarlos, y de ser un “completo ignorante del proyecto Indios” porque supone que lucra con el equipo deportivo. Lo anterior, luego de que el gobierno estatal no le ha liberado recursos adicionales que solicitó porque el presupuesto de 10 millones de pesos que le entregaron este año le fue insuficiente para el sostenimiento de Indios.

Esto es el colmo del cinismo y la desvergüenza. Para darle 61 millones de pesos de los dineros del erario público, de los dineros del pueblo, al equipo de futbol Indios, que es a fin de cuentas un negocio privado, un negocio de particulares, se tuvo que quitarle ese dinero a otros rubros, tales como la construcción de hospitales y escuelas, mantenimiento de carreteras, mejoramiento de los salarios de los maestros y empleados públicos, equipamiento de las fuerzas del orden público en una época en la que la inseguridad pública en el Estado nunca había sido tan grave con matices tan trágicos como los que hoy se tienen con millares de ejecutados como víctimas del crimen organizado en el 2008. Y a cambio de estos 61 millones de pesos lo único que recibió el pueblo de Chihuahua fue un pobre desempeño, una mala actuación por la cual jamás debería de haber recibido un solo centavo. En defensa de su mala actuación, el dueño del equipo de futbol Indios dijo “Es muy desmotivante que el equipo esté peleando contra un monstruo de economía enfrente, que son dos equipos, Tigres (patrocindado por Cemex) y Necaxa (propiedad de Televisa) que tienen todos los recursos, yo no los tengo; ellos tienen premios, yo no los tengo, nada más que el sueldo”. Y aunque el dueño del equipo concedió que el gobierno estatal no tiene ninguna obligación de apoyar económicamente al equipo, NINGUNA, argumentó que se sintió engañado porque al principio le dijeron que sí y ahora percibe que el Gobierno del Estado se le echó para atrás, por lo que en una carta le expresa que “no se vale ya la demagogia sin acciones”. Por su parte, el secretario de Finanzas del Gobierno del Estado, Cristian Rodallegas, aseguró que todos los compromisos que han realizado con el Club de Futbol Indios los han cumplido en tiempo y forma, por lo que de 2006 a 2009 le han aportado 60 millones 970 mil pesos. Explicó que al equipo de los Indios le entregaron en 2006 13 millones de pesos para su operación; 11 millones 480 mil pesos en el 2007; 11 millones 900 en el 2008; y 10 millones en el 2009. Adicionalmente, por petición del equipo, la administración estatal invirtió 7 millones 600 mil pesos en el 2006 para la reparación del Estadio Universitario en el que juegan los futbolistas. Por lo que en el equipo Indios el gobierno estatal ha invertido 53 millones 960 mil pesos. Sin embargo, agregó que a Francisco Ibarra le dieron también 6 millones 990 mil entre 2007 y 2008 para apoyar a sus equipos de segunda y tercera división. El funcionario estatal indicó que todos estos recursos, incluyendo los de este año que se habían contemplado en cuatro pagos, ya les fueron entregados en su totalidad. “Por necesidades económicas del equipo nos solicitó el pago anticipado de los recursos de 2009, cosa que hicimos, porque entendiendo que el equipo necesita garantizar su operación”, puntualizó.

Pero el presupuesto de 2009 le resultó insuficiente al voraz empresario propietario del culb de futbol Indios, y con todo cinismo y desvergüenza acudió al gobierno estatal a pedir recursos adicionales. Para colmo, el club de futbol Indios no solo no es netamente juarense, ni siquiera es netamente chihuahuense, ya que los Indios de Ciudad Juárez son una franquicia de la empresa Club de Futbol Pachuca SA de CV, la cual está registrada con la razón social Promotora Indios, SA de CV (el equipo fue creado ante la mudanza del equipo Pachuca Juniors para el Torneo de Apertura 2005 para optar el mote de Indios de Ciudad Juárez). El dueño del equipo justificó la inversión que el Gobierno del Estado ha hecho en estos equipos de futbol constituidos en una empresa privada, porque aseguró que se otorgan como subsidios a programas de promoción deportiva. No obstante, obra el hecho de que ningún equipo en la historia de Chihuahua ha recibido apoyo económico del tamaño que ha recibido Indios. El encargado estatal del área de deportes, aunque consideró que la reacción del empresario se debe a la presión económica que tiene para sostener el equipo, afirmó que él está gestionando los recursos adicionales con voluntad y buena disposición.

Así, el equipo de futbol Indios, como un tonel sin fondo, y pese a su pésimo desempeño en la cancha, no se conforma con las millonadas que ha estado recibiendo del Gobierno del Estado sino que en vísperas del descenso a la segunda división todavía quiere más, mucho más, como si arrojar carretadas de los dineros del pueblo hacia ese negocio particular fuera la solución.

No sólo ha estado recibiendo el equipo de futbol Indios carretadas enormes de dinero por parte del Gobierno Estatal de Chihuahua. Además ha estado recibiendo sumas multimillonarias por concepto de publicidad de manos de sus patrocinadores, sobre todo de la poderosa cadena de tiendas comerciales conocida como SMart. No hay partido en el cual los jugadores del equipo Indios salgan a la cancha sin ponerse sus camisetas con el logotipo de la empresa SMart puesta en grande al frente en las camisestas de los jugadores. Además entran carretadas de dinero adicionales por concepto de venta de camisetas, gorras y otros artículos con el logotipo del club Indios. Y por si todo eso fuese poco, entran carretadas de dinero adicionales por las entradas que cobran para tener el privilegio de presenciar cada partido en el estadio, el cual cuando el equipo Indios juega en casa siempre se llena a su máxima capacidad, y no son entradas simbólicas que cuestan dos o tres pesos. En realidad, para todos los enormes apoyos y subsidios económicos con los que la empresa privada Indios de Ciudad Juárez se ha estado beneficiando, la entrada a dichos juegos debería de ser gratuita para el mismo pueblo del cual que tanto ha beneficiado ese negocio privado. Pero esto está fuera de discusión, el chihuahuense que quiera ver al equipo Indios jugar tiene que desembolsar sus buenos billetes aunque a través de sus impuestos ya haya desembolsado más dinero en beneficio de uno de los equipos de futbol más malos que hay en primera división. La pregunta que deberían de estarse haciendo muchos de los aficionados hoy es: ¿a dónde está yendo a dar tanto dinero? Dudo mucho que sea en salarios para los jugadores, porque ninguno de ellos está percibiendo lo que gana David Beckham, y de cualquier manera ninguno de los jugadores merece ganar ni siquiera la milésima parte de lo que gana Beckham. Simple y sencillamente no lo merecen.

A lo que realmente le debe de temer el dueño del equipo de futbol Indios es que el pueblo de Chihuahua despierte y se dé cuenta de la gran estafa de que está siendo objeto, que se dé cuenta de que la solución no es seguirle metiendo dinero a un barril sin fondo sino cortarle de tajo todos los recursos económicos, lo cual no sería más que un anticipo del castigo al que el dueño de este equipo y sus jugadores se han hecho acreedores, porque en caso de descender a la segunda división seguramente el interés de muchos chihuahuenses por ir a ver los partidos de un equipo de perdedores disminuirá considerablemente. Y tal vez las cadenas comerciales que le han estado pagando millonadas a cambio del privilegio de dejarlas poner sus logotipos en las camisetas del equipo les retiren la publicidad, porque a ninguna empresa comercial le conviene estar asociada con perdedores. El descenso del club de futbol Indios a la segunda división podría marcar el fin de este equipo de futbol, como sucedió con el equipo Cobras, también de Ciudad Juárez, el cual también estuvo en primera división y el cual también descendió, y el cual también estuvo dirigido por el mismo entrenador técnico Héctor Hugo Eugi que hoy está presidiendo la caída de los Indios de Ciudad Juárez hacia la segunda división. No hay nada nuevo bajo el sol.

Aunque personalmente no le deseo mal alguno al equipo de futbol Indios de Ciudad Juarez, repito nuevamente lo que siempre he dicho: para poder codearse con los campeones, para poder jugar con los campeones, hay que jugar como campeón, y si no se puede jugar como campeón, no se merece el privilegio de jugar con los campeones. Y mucho menos se merecen sueldos de campeones. Y mucho menos se merecen subsidios y dineros provenientes de las arcas públicas que deberían de estarse utilizando para la construcción de más hospitales y escuelas en la sierra tarahumara así como para el equipamiento de las fuerzas del orden público para el combate al crimen, cosas miles de veces mucho más importantes que el despilfarro requerido para poder tener el supuesto gusto de poder escuchar de vez en cuando la palabra !Goooooool!, una palabra que sigue sin provocarme reacción alguna al no haber nada para festejar en el caso de México. Cuando México produzca equipos campeones que estén a la par con España, Brasil, Alemania y Argentina, posiblemente lo festejaré, y a lo mejor hasta me convierto en aficionado. Pero por lo pronto, considero que hay cosas más importantes en qué utilizar el tiempo.

lunes, 6 de abril de 2009

Sobre la soberbia

La Iglesia Católica al igual que otras religiones señalan en sus doctrinas que una de las cosas que más disgustan al Creador en el hombre es la soberbia, la arrogancia, siendo este precisamente el verdadero pecado por el cual a fin de cuentas Satanás fue arrojado del paraíso celestial, y es por ello que la Iglesia enseña como virtudes deseables la humildad y la modestia.

En nuestros tiempos, la práctica obstinada de la humildad y la modestia debería tener ciertos límites porque a veces inclusive esto puede ir en contra del mismo individuo en su diaria lucha por la vida. A manera de ejemplo, supóngase que tenemos a un Contador Público talentoso que sacó las mejores calificaciones entre todos aquellos de su generación, que ha acumulado mucha experiencia trabajando de manera independiente aunque ganando muy poco en proporción a los conocimientos y la experiencia que ha acumulado, y que un buen día se le presenta la oportunidad de poder trabajar para una institución bancaria grande, la más famosa y la mejor capitalizada del país, una institución en la que la persona de la que estamos hablando puede hacer grandes aportaciones con su talento y experiencia.

Si esa persona altamente capacitada y con ocho hijos que mantener en su entrevista de trabajo sigue al pie de la letra lo que le enseña la religión convencional en lo que tiene que ver con la modestia y la humildad, entonces lo más probable es que la entrevista terminará en un verdadero desastre para dicha persona y le negarán el empleo. Podemos imaginarnos el siguiente intercambio de palabras:

Entrevistador: ¿Qué tantos conocimientos tiene usted?

Aspirante (comportándose con mucha modestia y humildad): Pues poquitos, poquitos.

Entrevistador: ¿Cuenta usted con mucha experiencia?

Aspirante: ¿Pues qué le puedo decir? Sé lo suficiente como para defenderme.

Entrevistador: ¿Cuáles son sus ambiciones en la vida?

Aspirante: Pues servir y ayudar a los demás, dentro de mis limitadas posibilidades.

Entrevistador: ¿Qué lo hace a usted mejor que otros aspirantes al puesto?

Aspirante: Yo jamás afirmaría que soy mejor en nada que los demás aspirantes al puesto para el cual estoy aplicando. Estoy seguro que todos los demás están mucho mejor preparados y tienen mucha más experiencia y muchos más conocimientos que yo

Entrevistador: ¿Tiene algo que agregar?

Aspirante: No, creo que he dicho todo lo que le interesaría a usted saber de mí.

Tras este breve intercambio, el entrevistador se dirige a su secretaria para decirle: “Señorita, pasa a usted por favor al siguiente candidato”. Y se despide del modesto y humilde aspirante al puesto diciéndole: “Bueno, fue un placer haberlo conocido. Nosotros nos pondremos en contacto con usted en caso de que lo necesitemos. No nos hable, nosotros le hablaremos”.

De cualquier manera, hay situaciones en las que definitivamente la soberbia y la arrogancia están fuera de lugar. Una de ellas es aquella en la cual a muchos les gusta hacer gala de influyentismos presumiendo tener una relación de parentesco con una persona importante o presumiendo de alguien para quien trabajan o con el cual están conectados. Es el típico síndrome del acomplejado patán muy afecto al uso de las palabras: “¿Sabes quién soy yo?”, “¿Sabes con quién te estás metiendo?”.

Una anécdota que viene al caso es una que me contaron hace tiempo de algo que sucedió en un restaurante de postín en la Ciudad de México, posiblemente un VIPS. La anécdota trata de un cliente que estaba hablando en voz fuerte en compañía de sus amigotes, escandalizando con sus gritos a todos los demás comensales, a grado tal que el administrador del restaurante se dirigió a él pidiéndole que por favor abandonara el local. Ante la negativa del cliente molesto, el administrador llamó a los guardias del orden para que sacaran al rijoso del local. Entonces el ensoberbecido patán, haciendo gala de ese complejo del que desafortunadamente adolecen muchos mexicanos, les respondió: “¿Saben quién soy yo?”, “¿Tienen siquiera la más remota idea de con quién se están metiendo? Pues para que lo sepan, yo soy ni más ni menos que el primo del Presidente de la República, el General Lázaro Cárdenas”.

Al decir esto, los policías y el administrador se quedaron con la boca abierta y con el rostro helado sin decir palabra alguna. Muy satisfecho, el enanillo mental con ínfulas de todopoderoso asomó una sonrisa de satisfacción en su rostro, agregando: “Vaya, hasta que por fin les entró en la cabeza quién soy yo. Hasta que por fin se dieron cuenta de que nadie se mete conmigo así nomás. Yo puedo hacer lo que se me pegue en gana porque soy intocable, bola de mequetrefes”.

Los policías y el administrador seguían en silencio, estupefactos, sin poder responderle nada. Después de varios minutos, el patán les dijo: “¿No tienen nada que agregar. Ya se van a retirar para dejarme a mí y a mis amigos continuar la fiesta?”.

En eso, uno de los policías casi sin atreverse a señalar con su dedo le dijo al rijoso comensal: “No es eso, señor. Mire por favor quién está detrás de usted.”

Al voltear a mirar hacia atrás, también el conflictivo y soberbio sujeto se quedó con la boca abierta.

¡Era el General Lázaro Cárdenas en persona, el cual había entrado desde hace algún tiempo al restaurante, sin escolta, y había estado escuchando la conversación!

Sin atinar nada en que decir, el patán soberbio sólo se atrevió a saludar al General Cárdenas diciéndole: “¡Hola primo. ¿Cómo has estado? ¡Que gusto de verte por aquí!.”

Sin inmutarse, el General Cárdenas respondió dirigiéndose a los policías y al administrador: “Señores, yo no tengo ni siquiera la más remota idea de quién pueda ser este individuo, pero si está infringiendo la ley, cumplan con su deber y llévenselo a la comisaría para que responda ante la ley por sus actos.”

Tras el incidente, uno de los policías le comentó al administrador del restaurante: “Si ese individuo realmente era el primo del General Lázaro Cárdenas, entonces el Señor Presidente le acaba de dar la lección más grande de su vida.”

Otra anédota que viene al caso involucra a un ex Presidente de la Suprema Corte de Justicia que estaba yendo con su hermana a visitar cierto restaurante en el centro de la ciudad en el que no se podía encontrar estacionamiento alguno que estuviese cercano al lugar al cual iban a ir. Había un espacio libre, pero ese lugar estaba reservado porque había allí un hidrante para las máquinas de los bomberos, y tenía claramente un señalamiento que indicaba que estaba prohibido estacionarse allí. El chofer del vehículo de cualquier modo se detuvo y empezó a maniobrar el carro para estacionarlo precisamente allí, cuando el Ministro le dijo: “Por favor, allí no. Busque otro lado en donde haya lugar para estacionar el coche, aunque esté lejano.” El chofer le respondió: “Pero es que usted es el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, usted es una persona muy importante, de las más importantes que hay en este país.” A esto, el Ministro le respondió: “Precisamente porque soy el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, nosotros somos los primeros que debemos ponerle el ejemplo a los demás.” Sin agregar palabra alguna, el chofer comprendió lo que se le había dicho, y buscó otro lugar más alejado en donde pudiera estacionar el vehículo.

El paradigma del enanito, el individuo soberbio y arrogante muy dado a la práctica influyentista del “¿sabes quién soy yo?”, en México nos lo podríamos imaginar diciendo: “Yo soy ni más ni menos que el cuñado del primo de la hermana del tío de la esposa de la prima de la nieta predilecta de la amiga personal de la vecina de la esposa del asistente personal del secretario particular del Presidente de la República. ¿Cómo la ves desde a’i (allí, en caló mexicano)?” Pues, como yo la veo desde aquí, un individuo de estos está para dar lástimas, verdadera lástima, porque se ajusta muy bien al dicho que dice: “Dime de lo que presumes, y te diré de lo que careces.” Y como bien dice otro dicho, en el pecado se lleva la penitencia.