lunes, 14 de diciembre de 2009

Fanatismo futbolero

No tengo nada en contra de ningún deporte. Los mismos médicos recomiendan practicar diariamente algún deporte, así sea una breve caminata diaria, ya que las estadísticas demuestran que una persona que lleva una vida activa tiene mayores expectativas de vida que una persona que lleva una vida sedentaria. Cualquier deporte, trátese de gimnasia, basketball, beisbol, natación, en fin, el que sea, siempre es y será una distracción sobre todo para las juventudes para alejarlas de los vicios y de las drogas.

Pero cuando se pone a algún deporte por encima de todo lo demás, inclusive sobre la vida social de un individuo, inclusive sobre la atención que le debería de estar dando a su pareja, sobre su propio trabajo e inclusive sobre la misma religión, sobredimensionándolo como la principal y más importante razón para vivir, algo no debe andar muy bien en la cabeza de tal individuo aunque no se dé cuenta de ello.

Esto viene a colación de lo que viene ser un fanatismo desmedido, prohijado por las televisoras de México que constantemente están repitiendo y están dale y dale a todas horas del día con su tenaz insistencia de que no puede haber absolutamente nada por encima del futbol soccer. Habiendo tantos problemas graves en México que requieren de atención constante e inmediata, tal parece que lo único que realmente importa para las televisoras y sus televidentes aficionados al futbol es el partido dominical de futbol. Para ellos, el futbol es la razón que justifica la existencia, sin el futbol la vida carece de sentido, el objetivo de toda la Creación fue permitir la creación de canchas de futbol, permitir el entrenamiento de futbolistas famosos, y la meta sublime de la Creación es la anotación de goles. Para eso fue creado el hombre, para hacer y ver futbol. El mundo se puede estar desbaratando afuera, el planeta se nos puede estar yendo de las manos porque no estamos dispuestos todos a cambiar nuestro modo y nuestro estilo de vida, los terroristas musulmanes pueden estar haciendo de las suyas, las nuevas epidemias causadas por cepas nuevas de virus como la influenza A H1N1 y como el SIDA pueden estarse constituyendo en una amenaza a la misma supervivencia del hombre, pero nada de esto importa en lo absoluto cuando ha llegado la hora de encerrarse en la sala de la casa para estar pegado a la pantalla de televisión viendo ese partido de futbol que se estuvo esperando con ansiedad el día entero. 6 mil millones de años de evolución tuvieron como único objetivo el hacer posible el futbol, y sin el futbol la vida carece de explicación. De este modo, los fanáticos del futbol parecen haber resuelto de una vez por todas el viejo dilema filosófico de qué es el hombre, para qué fue creado el hombre si es que fue creado por un ser supremo, cuál es el verdadero significado de la vida. Este pedazo de sabiduría por el que en otros tiempos millares de seres humanos se enclaustraban en un monasterio para dedicarse a una vida entera de reflexión parece estar resuelto por los fanáticos del futbol: todo el Universo gira en torno al futbol, y si el futbol no existiera nada, ni los planetas, ni las galaxias, ni las estrellas, tendrían sentido alguno.

Faltando medio año para la celebración del Mundial de Futbol en Sudáfrica en el 2010, las televisoras, sobre todo Televisión Azteca, están promocionando ya la competencia deportiva como si fuese algo mil veces superior inclusive a las mismas Olimpiadas, y están anunciando que harán sentir su presencia en Sudáfrica con los mayores equipos técnicos de transmisión en vivo de los partidos, la mayor cantidad de comentaristas deportivos, en fin, nada ni nadie igualará a las televisoras mexicanas en su cobertura del Mundial de Futbol en Sudáfrica, y para ello están alimentando ya la manía repitiendo noche y día, noche y día, semana tras semana, mes tras mes: ¡FUTBOL! ¡FUTBOL! ¡FUTBOL! ¡FUTBOL! ¡FUTBOL! ¡FUTBOL! ¡FUTBOL! ¡FUTBOL! ¡FUTBOL! ¡FUTBOL! ¡FUTBOL! ¡FUTBOL!

Esta obsesión por el futbol que se dá en México posiblemente no se dá en ningún otro país, excepto tal vez en Brasil, pero en Brasil tienen muy buenas razones para ello: han tenido a estrellas como Pelé y Ronaldo, y son pentacampeones mundiales. El 1 de julio de 2002 Brasil alcanzó su quinto título del mundo, alcanzó el primer campeonato del Tercer Milenio y ratificó que en el fútbol es "el más grande" a través de los siglos, porque usó los pies y el cerebro para superar a otros, como su vencido Alemania, que empleó la potencia física y el alma. En cambio en México, las vergüenzas deportivas exhibidas tanto dentro de México como fuera de México en competencias internacionales no deberían dar mucho en qué festejar por anticipado. Y aunque antes de cada competencia internacional las televisoras mexicanas se encargan de ir subiendo las expectativas y las esperanzas de los aficionados mexicanos a niveles irreales haciéndoles creer que "ahora sí" México le ganará en la cancha de futbol a otros países como Brasil, España, Alemania, Francia y Argentina metiéndoles tremendas golizas a todos los demás para traerse la copa mundial a casa, como si fuese un rito ineludible y obligatorio de creación de expectativas, al final del día solo hay caras tristes y aficionados profiriendo todo tipo de maldiciones en contra de la Selección Nacional y en contra del entrenador técnico como si ellos fuesen los culpables del delito de alta traición, esto mientras se apacigüan las cosas y viene la siguiente competencia para la cual las televisoras se encargarán de crear nuevas e irreales expectativas, repitiendo lo mismo una y otra y otra vez hasta que ocurran las siguiente derrotas, una historia que se repite hasta cansancio sin utilidad verdadera para México como nación.

En otros países, y me refiero a los países campeones, hay entusiasmo y pasión por este deporte, sin embargo no tienen el fanatismo excesivo generado en México por el abuso de las televisoras. En Irlanda, en Corea del Sur, en Nigeria, en fin, en la gran mayoría de los países, el futbol es visto como una distracción para pasar el tiempo divirtiéndose mientras se lleva a cabo el partido, pero una vez terminado el partido todos regresan a sus vidas de siempre sin estar pensando en dicho deporte noche y día como si fuese lo único en este mundo y en este Universo. Para ellos el futbol soccer es lo que debe ser, un juego, más no la razón fundamental que debe mover a todo un pueblo bajo una causa común, ya que hay otras cosas más importantes. Excepto, claro está, en México.

Lo que ocurre en México, la pasión excesiva por el futbol que se ve y se vive en México, que no se ve y se vive en otros países, posiblemente sea una consecuencia del escapismo de muchos mexicanos ocultando un complejo de inferioridad que resulta difícil de ocultar, un complejo de inferioridad ante la impotencia de poder enfrentar muchos problemas añejos entre la sociedad mexicana. El término 'escapismo' está reservado para aquellos que pasan una excesiva cantidad de tiempo lejos de la vida real hasta el punto en que parecen estar tratando de escapar de ella. Tradicionalmente considerado un extremo, el escapismo se está convirtiendo gradualmente en la norma para mucha gente en México, y la pasión por el futbol soccer alimentada por las televisoras ha llevado este fenómeno hasta niveles francamente preocupantes. El escapismo no se define por el comportamiento en sí sino por su motivación. Cualquier cosa, desde el deporte hasta la moda o el sexo, puede convertirse en una actividad escapista. Ciertas opciones escapistas están socialmente aceptadas, como el consumismo y el culto de las celebridades; otras, como el uso recreativos de drogas, no lo están. La tecnología moderna moderna ha traído consigo la cultura digital - la televisión, el cine, video juegos cada vez más realistas y realidades virtuales que proveen experiencias escapistas con alto grado de inmersión. Los medios de escapismo se han vuelto cada vez más variados en las últimas décadas, pero la fascinación por los detalles se mantiene muy popular. En última instancia, la forma de escapismo es relativamente poco importante. Su raíz es la incapacidad de establecer relaciones importante con otra gente en el mundo real, y se relaciona genéricamente con sentimientos de culpa, impotencia, o falta de sentido.

Un ejemplo de los grados de fanatismo futbolero y escapismo que han sido alimentado por las televisoras en México es un spot de Televisión Azteca que trata de un mexicano para el cual lo único y lo más importante en su vida es el futbol. Después del futbol, la segunda cosa más importante en su vida es su esposa, casi tan importante como el futbol. Pero la razón por la cual su esposa es casi tan importante como el futbol es porque a ella también le gusta el futbol. Eso es lo que le dá valor a su esposa. Es la razón por la que se casó con ella. La mujer del tipo posiblemente ni siquiera sabe cómo cocinar una torta de huevos, posiblemente no sabe ni siquiera quién fue Cristóbal Colón y posiblemente solo puede sumar hasta veinte si es que no tiene los zapatos puestos. Pero todo ello se le perdona, porque ella también AMA el futbol. No sólo le gusta el futbol, sino que lo AMA,al igual que su esposo. Naturalmente, los dos se aman el uno al otro... pero después del futbol. El tipo cuando se persigna con la señal de la cruz lo hace con una pelota de futbol en su mano porque de no hacerlo así tal cosa sería un verdadero sacrilegio, máxime si el hombre fue creado para jugar o por lo menos ver futbol por televisión, y su esposa inclusive cuando se acuesta en la cama con él se duerme con la camisa de futbol puesta, porque el tipo encuentra a su esposa mucho más atractiva si se duerme con él con esa camiseta de futbol puesta que si se durmiera con un baby doll transparente o con lencería parisina erótica. Si no fuera por el futbol, el tipo de seguro jamás se habría casado con ella, porque el futbol es lo que los une, las vidas de ambos giran en torno al futbol, el futbol es lo que justifica la existencia de ambos, es lo que les dá una razón para vivir. Si el país se está hundiendo, si amenazan con cerrar la empresa donde trabaja el tipo, si no hay dinero para pagar la renta del departamente, si les acaban de robar el automóvil que estaba estacionado afuera de la casa, todo eso puede esperar porque lo importante es tener toda la atención puesta en el futbol mientras dure cada partido. La esposa del tipo, a la cual llama su princesa porque una mujer que ama el futbol es una princesa, de vez en cuando suelta por su boca una que otra maldición, y se para de cabeza si al equipo de ambos le anotan por error un gol, pero ella es lo más valioso que pueda haber en todo este mundo porque ella entiende muy bien que su esposo ama el futbol, inclusive antes que a ella, y eso es todo lo que importa, y Televisión Azteca repite diariamente este spot aunque falte medio año para la celebración del Mundial de Futbol porque lo importante es continuar alimentando el fanatismo creando expectativas irreales hasta que haya terminado el Mundial de Futbol en Sudáfrica y los jugadores así como el director técnico vuelvan a México para que les estén profiriendo todo tipo de pestes y maldiciones por varios meses por no haberse traído la copa mundial como se esperaba de ellos, con el comentarista de Televisión Azteca José Ramón Fernández dando todo tipo de explicaciones del por qué falló tan atrozmente la selección nacional en la importante misión de salvar la honra de México, esto mientras se hacen los preparativos para el siguiente torneo mundial de futbol y se repita la misma historia por desgastada que esté. Esta repetición de lo mismo una y otra vez sin que los aficionados se den cuenta de que están atrapados en un círculo vicioso que año tras año, mes tras mes, semana tras semana y día tras día los sigue llevando al mismo lugar, me recuerda a las ardillas enjauladas que tienen a su disposición un tamborcito giratorio dentro del cual se meten y empiezan a correr, corriendo a veces muy rápido, pero sin moverse jamás del mismo lugar en que se encuentran como si estuviesen cumpliendo una condena, aunque en el caso de los fanáticos del futbol soccer la condena ha sido una cosa que han aceptado voluntariamente y con la cual parece que quieren vivir hasta el final de sus días.

La letra de la canción utilizada por Televisión Azteca para seguir alimentando el fanatismo futbolero de sus televidentes, que según tengo entendido es cantada por Diego Armando Maradona, va como sigue:

http://www.youtube.com/watch?v=RO1aHmA5ayA&eurl=



Mejor pareja en este mundo no pude elegir
soportas a mis cuates hasta te hacen reir
compartes mi alegría mi afición por el fútbol
si nuestro equipo anota gritas más fuerte que yo

Somos una pareja de primera división
en casa los partidos de fútbol son religión
te pones la playera y sacas la bandera
que siempre adorna nuestra habitación

Te subes a la mesa te paras de cabeza
si nos anulan por error un gol
y aunque eres mi princesa
tu boca suelta una que otra maldición

Te quiero más que a nada en este mundo
porque entiendes muy bien
que yo amo el fútbol.


De cualquier manera, en otros lugares del mundo hay también pasión fanática por otros deportes, no necesariamente el futbol soccer, que casi iguala (pero no del todo) la pasión desmedida y hasta cierto punto injustificada por el futbol en México, como en los Estados Unidos, en donde justo en esta temporada decembrina están en su apogeo los torneos del futbol americano, con las grandes estrellas de equipos como los Acereros de Pittsburgh y los Vaqueros de Dallas acaparando la atención en las eliminatorias mientras llega el día del "Super Tazón" en el que se decidirá quien es el campeón indiscutible de la NFL (National Futbol League) de los Estados Unidos en un evento en el que cada segundo de los comerciales de medio tiempo por televisión será vendido a sumas multimillonarias por la gran cantidad de telespectadores que se sabe estarán pegados a sus televisores viendo el juego ese día. No dudo que ese día, y durante el tiempo que dure el partido final, habrá norteamericanos para los cuales ese evento será la razón que explica la existencia del hombre, la razón por la cual fue creado el Universo, la razón de ser de todas las cosas habidas y por haber. Al igual que en México.

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