Hubo un tiempo en el que Microsoft mantenía el predominio absoluto y total sobre el mercado del software de sistemas operativos para las computadoras personales caseras y las redes de computadoras integradas con computadoras personales caseras, acaparando más del 90 por ciento del mercado mundial.
Pero esto empezó a dar un vuelco dramático entre 2012 y 2013.
A la vez que Microsoft se dedicaba a lo suyo, el software de sistemas operativos, los teléfonos celulares fueron creciendo en capacidad y funciones disponibles, gracias a los mismos avances en microelectrónica que hicieron posible el aumento extraordinario en la potencia computacional de las computadoras caseras. En un principio, el software de los teléfonos celulares era más bien una cosa simbólica, ya que la función principal requerida de los teléfonos celulares era la capacidad para poder conectarse por una señal inalámbrica a la red telefónica ofertada por una de varias compañías de telefonía celular. De este modo, Microsoft se dedicaba a lo suyo, los sistemas operativos, mientras que las compañias de telefonía celular se dedicaban también a lo suyo, la renta de servicios de telefonía celular.
Eventualmente, y gracias a innovaciones introducidas por la empresa Apple bajo la guía del formidable visionario Steve Jobs, a los teléfonos celulares se les introdujo un pequeño “cerebro” con capacidades equiparables a las que posee una computadora primitiva, con lo cual se dió inicio a los teléfonos inteligentes, a los smartphones. El iPhone es el producto más representativo de esta unión, para lo cual se desarrolló un sistema operativo propio, el iOS.
Microsoft siguió dedicándose a lo suyo, el diseño de sistemas operativos Windows cada vez más complejos, sin mirar siquiera a lo que estaba ocurriendo en el campo de la telefonía celular, porque al fin y al cabo eso no era la especialidad de Microsoft. Zapatero a tus zapatos, cada quien a lo suyo, dirían los directivos de Microsoft.
Los teléfonos inteligentes fueron ayudados en su evolución por la introducción de pantallas de colores, basadas en puntos luminosos LED que comenzaron a reemplazar al aburrido y monótono display LCD en blanco y negro. Y la densidad de puntos luminosos de colores LED en las pantallas de los teléfonos inteligentes empezó a crecer aumentando con ello la resolución y la nitidez de las imágenes disponibles, ayudado por la evolución en las técnicas de fabricación de televisores planos digitales que reemplazaron a los viejos y voluminosos televisores de tubos de rayos catódicos. Llegó el momento en el que los teléfonos inteligentes empezaron a poseer una resolución y nitidez equiparable a la que poseían los monitores de color usados por las computadoras en la década de los noventa.
De cualquier modo, Microsoft siguió dedicándose a lo suyo, el diseño de sistemas operativos cada vez más complejos, sin mirar siquiera a lo que estaba ocurriendo en el campo de la telefonía celular, porque al fin y al cabo eso no era la especialidad de Microsoft. Zapatero a tus zapatos, cada quien a lo suyo, dirían los directivos de Microsoft.
Casi sin que se dieran cuenta los ejecutivos de Microsoft, llegó un momento en el que a alguien se le ocurrió la idea de que se contruyeran dispositivos móviles con una capacidad de procesamiento un poco mayor que la de los teléfonos celulares inteligentes, pero sin ser teléfonos, sin estar conectados a una red de telefonía celular. Estos dispositivos móviles se podrían conectar a Internet en forma inalámbrica mediante una tecnología que también ya estaba terminando de madurar a principio del nuevo milenio: la tecnología de intercomunicación digital inalámbrica hoy conocida como Wi-Fi. Se avecinaba la era de las tabletas electrónicas.
Aunque las tabletas no estaban diseñadas para realizar llamadas telefónicas mediante la contratación de los servicios de alguna compañía de telefonía celular, sí podían conectarse a Internet a través de un módem casero habilitado con la capacidad de conexión inalámbrica Wi-Fi. Cualquiera que tuviera un módem inalámbrico en casa se podía conectar a Internet mediante su tableta sin tener que encender la computadora, para poder llevar a cabo cosas tan sencillas como checar sus correos electrónicos, usar el equivalente de una calculadora, y navegar la red consultando páginas Web. No se podía hacer en las tabletas todo lo que se puede hacer en una computadora de escritorio, cosas tales como diseños gráficos de alta calidad con programas como AutoCad, o la elaboración de documentos con programas como Microsoft Office. Pero servían para lo más elemental que pudiera llevarse a cabo en algo capaz de efectuar operaciones propias de una computadora pequeña. Las tabletas ofrecían el atractivo de ser sumamente portátiles al no requerir de un disco duro como el que requieren las computadoras caseras, lo cual fue ayudado por el advenimiento de memorias RAM del tipo NAND flash que permitían construír las tabletas como algo compacto y de grosor mínimo, algo que no hubiera sido concebible apenas diez años atrás. Pero además de su gran portabilidad, las tabletas resultaban sumamente económicas; al empezar la segunda década del nuevo milenio se podía obtener una tableta a un precio no mayor de los cien dólares, lo cual no hubiera sido posible en caso de que Microsoft hubiera metido su cuchara elaborando sistemas operativos para las tabletas, lo cual habría elevado el costo de cada tableta por encima de los 200 dólares tomando en cuenta el costo de cada licencia Microsoft por máquina. Y aunque no era algo muy práctico el poder conectar teclados y Mouse a las tabletas, tales cosas no era indispensables en virtud de la implementación de otro avance tecnológico que ni siquiera poseían la mayoría de los monitores usados en las computadoras de escritorio: las pantallas táctiles. Con teclado y Mouse disponibles en una computadora de escritorio, la fabricación de monitores para estas computadoras con pantallas táctiles habría sido algo muy oneroso para los consumidores de computadoras caseras. Pero esta tecnología se podía implementar en las tabletas manteniendo a la vez el precio de las mismas por debajo de los 100 dólares.
Pero si Microsoft no elaboraba los sistemas operativos requeridos para que las tabletas electrónicas pudieran funcionar, ¿entonces qué fue lo que se empezó a usar en las primeras tabletas? La respuesta: se empezó a implementar en ellas una versión mejorada del mismo sistema operativo que se estaba usando ya en los teléfonos inteligentes que no eran fabricados y vendidos por la empresa Apple, un sistema operativo conocido como Android, el cual estuvo recibiendo un fuerte impulso de la empresa Google por varias vías. La ventaja del sistema operativo Android es que está basado no en código caro elaborado por una empresa particular como Microsoft sino en código libre de distribución gratuita basado en el Kernel del sistema operativo Linux.
El principal problema para Microsoft en tratar de competir como empresa particular con un sistema operativo como Android es que mientras que Microsoft para elaborar sus programas de cómputo cuenta con un edificio en Redmond que alberga algunos de los mejores programadores del mundo, lo cual es amortizado con el alto costo de las licencias de Microsoft, el sistema operativo Linux así como los lenguajes C y C++ en los que está basado Android forman parte de lo que se conoce como software libre y de código abierto por el cual no hay que pagar ni regalías ni el costo de licencias anuales a nadie, software para cuyo desarrollo y perfeccionamiento han estado contribuyendo y donando su tiempo en forma gratuita cientos de miles de programadores del mundo entero, entre los cuales se incluyen estudiantes de postgrado en ciencias computacionales y académicos de amplio prestigio. Y ninguna empresa, ni siquiera una tan poderosa y extendida como Microsoft que cuenta entre sus filas con los mejores programadores del mundo, puede competir contra el resto de todos los programadores del mundo que no trabajan para Microsoft pero que han estado colaborando en forma entusiasta en el desarrollo de las únicas alternativas libres de costo a los sistemas operativos Windows de Microsoft.
Para poder mantener su predominio en el mercado de los sistemas operativos de las computadoras de escritorio, Microsoft ha sido acusada de recurrir a prácticas monopólicas, tales como asegurar contratos de exclusividad con grandes cadenas comerciales tales como las tiendas de electrónica Best Buy, ofreciéndole precios especiales en el software, a cambio de que en dichas cadenas se excluya la venta de computadoras que funcionen con sistemas operativos gratuitos tales como el Linux Ubunto, e inclusive las computadoras Apple han sido proscritas a causa de estos acuerdos entre Microsoft y las distribuidoras que le dan exclusividad. En la actualidad, no es posible comprar en ninguna tienda Best Buy ninguna computadora de escritorio Apple o una computadora con el sistema operativo Linux instalado en ella, lo cual dicho sea de paso abaratería el costo de cada máquina por lo menos en unos cien dólares.
Sin embargo, las exclusividades afianzadas por Microsoft no incluían teléfonos celulares o teléfonos inteligentes. Después de todo, ese no era el negocio de Microsoft, su principal negocio estaba en los sistemas operativos Windows para computadoras de secritorio. Y gracias a ello, era posible adquirir teléfonos smartphone de Apple y tabletas con el sistema operativo Android instalado en ellas en las tiendas Best Buy sin que Microsoft respingara.
Y mientras Microsoft se dormía en sus laureles, las tabletas electrónicas continuaron creciendo en su capacidad de procesamiento. Y entre 2012 y 2013 empezaron a saltar las chispas. Posiblemente a estas alturas ya empezaban a sonar las voces de alarma en algunos rincones de Microsoft. Sin embargo, no se les dió la importancia que se les debería de haber dado en ese entonces. Después de todo, ¿qué peligro podía representar para una empresa tan poderosa como Microsoft un dispositivo móvil como la tableta que ni siquiera podía ser usado como teléfono celular? De cualquier modo, Microsoft ya había tratado de hacer una incursión en la telefonía celular con Windows Phone, introducido en 2010, aunque de nueva cuenta, el alto costo del sistema operativo era un factor limitante en poder competir para desplazar al sistema operativo Android usado en los teléfonos celulares fabricados por empresas como Samsung y Nokia.
Al llegar el 2014, había ya tabletas electrónicas que poseían una pantalla táctil multicolores panorámica propia de 7 pulgadas con una resolución de 800x400, con 4 gigabytes de almacenamiento interno equivalentes a un mini-disco duro, y con 512 megabytes de RAM como memoria activa, funcionando bajo un procesador como el CPU ARM Cortex de núcleo dual con una velocidad de 1.2 gigahertz, esto además de incluír una cámara dual y soporte Wi-Fi así como un puerto para conectar memorias USB externas de capacidades hasta 32 gigabytes. Estas ya son capacidades comparables a las que tenían las computadoras personales caseras cuando el sistema operativo Windows XP estaba en boga. Y lo más increíble, todo esto por un precio inferior a los 100 dólares.
Con la excepción de la fabricación de dispositivos de Mouse, con la única finalidad de promover sus primeros sistemas operativos que facilitaban el uso de las computadoras mediante un Mouse, a Microsoft nunca le ha interesado absolutamente nada de la fabricación y la venta del hardware de computadoras, su único interés y su principal negocio siempre ha estado en la venta del software requerido para que funcionen las computadoras caseras y computadoras laptop. Una tableta con las capacidades que se han descrito arriba no está ya lejos de que se le aumente la pantalla de una dimensión de 9 pulgadas a 14 pulgadas, además de que se le pueda aumentar la memoria interna permanente de 4 gigabytes a unos 32 gigabytes y la memoria RAM a unos 2 gigabytes (ya hay tabletas con memoria RAM de 1 gigabyte) con lo cual está ya en condiciones de poder competir directamente en contra de las computadoras laptop que poseen una pantalla de 14 pulgadas, con la diferencia de que una tableta así tal vez siga costando un poco más de los 100 dólares mientras que una computadora laptop tiene un costo de por lo menos unos 300 dólares en el mejor de los casos. Se trata de algo con lo que una computadora laptop ya no puede competir en el mercado. Y esto ya empieza a carcomer el monopolio del mercado ejercido por Microsoft en el terreno de las computadoras personales, al ser promocionada una tableta a las capacidades de una computadora laptoop con el agravante de que la presencia de Microsoft en los sistemas operativos de las tabletas era cero.
Microsoft se dió cuenta demasiado tarde de la pifia y omisión que había cometido. Como primer paso, a principios de 2014 rodó por los suelos la cabeza del principal ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer (uno de los amigos más cercanos de Bill Gates), el cual fue culpado por los accionistas de no haber tenido la visión suficiente de haber previsto que ese pequeño e insignificante juguetito llamado tableta podría ser la puerta de entrada con su sistema operativo Android a uno de los más grandes retos que haya enfrentado el sistema operativo Windows de Microsoft en toda su historia. En efecto, el monopolio de Microsoft se está empezando a derrumbar.
La respuesta de Microsoft a las tabletas, por lo menos en lo que al uso de monitores con pantallas táctiles se refiere, fue el reemplazo en forma precipitada del sistemas operativo Windows 7 substituyéndolo por Windows 8 con capacidades para pantalla táctil, lo cual por la premura trajo problemas extremadamente serios
Como parte del contraataque de Microsoft, el reemplazo de Steve Ballmer, un hindú de nombre Satya Nadella, Satya Nadella, empezó una campaña agresiva para promover el uso de los sistemas operativos Windows tanto en los teléfonos celulares inteligentes como en las tabletas, siendo estas últimas su mayor preocupación.
De no ser por los altos costos del software elaborado por Microsoft para la telefonía celular inteligente y las tabletas, parecería que Microsoft no debería de tener muchos problemas en apoderarse de una buena parte del mercado que hoy goza Android. Después de todo, uno de los problemas clásicos a los que un usuario de Android se tiene que enfrentar desde el primer momento es a la ingente cantidad de aplicaciones preinstaladas en la tableta con las que tiene que lidiar. Esta situación no es sólo culpa de fabricantes y operadoras, los sospechosos habituales, sino también de la propia Google, que obliga a que los fabricantes tengan que incluir una veintena de sus aplicaciones a cambio de poder incluir a servicios tan importantes como la propia Play Store. En este aspecto, Microsoft ha tenido la opción de ofrecer un sistema operativo mucho más liviano, menos recargado y realmente independiente en el que sea el propio usuario quien decida qué aplicaciones son las que su tableta tenga instaladas en todo momento. Pero de cualquier manera, otro problema serio que enfrenta Microsoft es que ya hay una buena cantidad de programas de aplicación desarrollados para las tabletas (y los teléfonos celulares inteligentes), conocidas como apps, muchas de las cuales se pueden descargar en forma absolutamente gratuita de Google PlayStore, de modo tal que Google tiene ya una buena variedad de aplicaciones para ofrecer a los usuarios de las tabletas, mientras que Microsoft no tiene casi nada que ofrecer, comparativamente hablando. Pese al indudable prestigio mundial de Microsoft, nadie va a pagar cien o doscientos dólares más solo para tener una tableta que tenga un sistema operativo de Microsoft, si son muy pocos los programas de aplicación disponibles para los sistemas operativos de Microsoft para las tabletas. Después de todo, la gente no compra tabletas para jugar con sistemas operativos, compra tabletas para poder instalar y ejecutar programas de todo tipo.
Otro obstáculo, éste intangible, que enfrenta Microsoft para promover el uso de Windows en las tabletas electrónicas conforme éstas continúan creciendo en potencia y capacidad es el de la familiaridad de quienes ahorita mismo desde chiquitos se han ido acostumbrando a los sistemas operativos iOS y Android, gracias a las tabletas para infantes que les han estado regalando sus progenitores en las Navidades de los últimos tres años, tabletas baratas y hasta desechables por los bajos precios posibilitados por el no uso de algo tan caro como windows 8 instalado en ellas. Con tal de promover el uso de sus sistemas operativos y de programas de aplicación como Microsoft Office, Microsoft ha estado promoviendo en el pasado en las universidades y medios académicos el uso de licencias de muy bajo costo, a sabiendas de que en caso de no hacer tal cosa el substituto natural sin costo alguno habría sido el sistema operativo Linux, y lo que menos quiere Microsoft es que los estudiantes de las nuevas generaciones se den cuenta de que Linux en una versión como Linux Ubuntu tiene tanto que ofrecer commo Windows y que Windows no es absolutamente indispensable, y que vayan creciendo acostumbrándose al uso de algo que no sea Windows. En el caso de las tabletas equipadas con Android, ya son millares de infantes que le han estado tomando un afecto especial a Android, y aunque Microsoft les regale su sistema operativo Windows para que lo instalen en sus tabletas es dudoso que quieran cambiar por el simple hecho de que ya le han tomado gusto no solo por el uso de Android en las tabletas sino por el uso de Android en los teléfones inteligentes.
Para poder aquilatar el problema actual de competitividad de Microsoft en lo que a software para tabletas se refiere, basta con echar un vistazo a algunos de los panfletos más reciente publicados por la empresa Best Buy. En tales panfletos correspondientes a la última semana de febrero de 2015 podemos encontrar bajo número de catálogo SKU 8771004 una tableta electrónica ASUS Transformer Pad T100AF que con una pantalla de 10.1" se anuncia con el sistema operativo Windows 8 instalado en ella, agregando que viene incluída con un teclado físico real. Lo del teclado es una vacilada, considerando que a cualquiera de las tabletas con un sistema operativo como el Android KitKat instalado en ellas se le puede agregar un teclado físico real conectado al puerto USB de la tableta como el teclado para tabletas Steuben que tiene un precio inferior a los diez dólares. Lo de más es el precio de la tableta, a la venta en 300 dólares (cincuenta dólares más de lo que cuesta un televisor plano HD LED marca LG de 32"), o el triple de lo que pueda costar una tableta equivalente con Android KitKat instalado en ella. ¿Por qué el costo tan alto en la tableta ASUS? Pues precisamente por el costo de la licencia del Windows de Microsoft. Y esto para algunos, pese al prestigio de la marca Microsoft, puede ser algo difícil de digerir, sobre todo en los países emergentes. En el mismo panfleto de Best Buy encontramos otra tableta bajo el número de catálogo SKU 8732054, la tableta Lenovo Yoga 2 con pantalla de 10" y con teclado, con un costo de 370 dólares. ¿Por qué al alto precio? La resolución de la pantalla de 1920x1200 parecería ser la razón, pero esto no es razón suficiente considerando que esta resolución está dentro del alcance de las tabletas de hoy con Android que se cotizan en cien dólares, las cuales pueden tener una pantalla así con un precio extra de unos sesenta dólares (a lo más). Nuevamente, la razón del alto costo de la tableta es el costo de la licencia del Windows 8 de Microsoft. Para fines comparativos, la misma cadena de tiendas Best Buy anunciaba una tableta DigiLand con pantalla de 7" y una resolución de 1024x600 con una memoria de almacenamiento de 8 gigabytes y el sistema operativo Android instalado en ella a 49 dólares, y eso no en oferta, sino en precio regular.
Si a lo anterior le agregamos el hecho de que el volumen de ventas de las computadoras de escritorio en donde Microsoft aún mantiene un monopolio ha estado cayendo paulatinamente en los últimos tres años, perdiendo terreno a favor de las tabletas en donde Microsoft en vez de tener un monopolio está enfrentando la sombra de Android y el iOS de Apple, se pueden avizorar tiempos difíciles para el gigante de Redmond. Para tratar de mantener su predominio, Microsoft ha estado invirtiendo una cantidad enorme de recursos en promover en todos los medios su nube que ha dado en llamar Microsoft Cloud, pero es poco probable que con una campaña masiva de publicidad y mercadotecnia Microsoft pueda desplazar a un sistema operativo Android que continúa creciendo en potencia y capacidades, sobre todo ahora que Google apoya la distribución gratuita del entorno de programación Android Studio, algo equiparable a lo que alguna vez fue el entorno Visual Basic de Microsoft cuando fue introducido por vez primera, excepto mucho más potente y versátil, garantizando que a corto plazo habrá una nueva generación de programadores que ya están desarrollando una gran variedad de aplicaciones que van creciendo en potencia y funciones.
Hay que dejar en claro que ni a corto y ni siquira a mediano plazo Microsoft irá a la bancarrota por la fuerte competencia que le está presentando el sistema operativo Android que es casi gratuito o el sistema operativo Linux que es totalmente gratuito, seguirá presente en el mercado, aunque las licencias por sus productos se sigan manteniendo a precios elevados; y su fundador sigue siendo clasificado por la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo. Sin embargo, el predominio absoluto y aplastante que le permitió a dicha empresa entronizar a su fundador como el hombre más rico del mundo gracias a los precios altos de su software así como el monopolio de sistemas operativos que antes gozaba parece estar llegando a su fin, y tendrá que compartir el planeta con Android además de sus otros rivales añejos como Linux y Apple. Así es la vida.
miércoles, 25 de febrero de 2015
viernes, 20 de febrero de 2015
Otro mártir para los medios nacionales
De nueva cuenta, ha ocurrido un nuevo hecho de sangre en la Unión Americana en el que se lamenta la muerte de un mexicano a manos de policías norteamericanos, en lo que está siendo denunciado desde varios foros en México como un exceso de violencia. Y como siempre ocurre, los medios nacionales de comunicación, principalmente las dos televisoras TELEVISA y TV AZTECA, han tomado el caso para elevar la muerte del mexicano -los medios desde un principio lo calificaron como un asesinato- a la categoría de causa célebre glorificando al inmolado de 35 años como una pobre e inocente víctima de la brutalidad policiaca en los Estados Unidos.
El mexicano muerto a manos de policías norteamericanos es un michoacano de nombre Antonio Zambrano Montes, en un incidente ocurrido en la ciudad de Pasco en el estado de Washington el 10 de febrero. Todo comenzó cuando en el departamento de policía de Pasco se recibieron llamadas de auxilio denunciando a un hombre que estaba arrojando piedras a diestra y siniestra a los carros que circulaban por una transitada avenida, sin que hubiera motivación alguna de los afectados para provocar esos ataques injustificados. Cuando los policías atendieron los llamados de emergencia, se encontraron a un hombre que, en efecto, estaba arrojando piedras a diestra y siniestra a los automóviles. Cuando los policías le pidieron que tirara al suelo todas las piedras que traía consigo y se quedara quieto, el individuo arremetió enfurecido en contra de los agentes lanzándoles piedras también a ellos. Al ver esto, los policías desenfundaron sus pistolas y el agresor intentó huir, y al dar la cara nuevamente a los policías estos abrieron fuego dándole una muerte casi instantánea. El incidente quedó registrado en un video que ha estado circulando mucho por las redes sociales. Conductores de noticieros de televisión como Joaquín López-Dóriga no perdieron la oportunidad para editorializar la noticia manifestando indignados la supuesta injusticia cometida en contra de Antonio Zambrano, inflamando la ira de los televidentes y eventualmente propiciando que se emitieran condenas enérgicas en contra de lo sucedido tanto desde la Cámara de Diputados como la Cámara de Senadores hasta la misma presidencia de la República, unificando a todo el país en torno a Antonio Zambrano y elevándolo al nicho que ocupan los mexicanos que mueren en el extranjero al estar delinquiendo y enfrentarse a la policía, el nicho reservado a los mártires que en vez de ser considerados como delincuentes deberían ser merecedores -al decir de las televisoras- a una beatificación y un proceso de proclamación de santidad.
Para empezar, hay que dejar una cosa en claro: en los sucesos que culminaron con la muerte del michoacano Antonio Zambrano a manos de los policias norteamericanos, los policias estaban atendiendo denuncias y pedidos de auxilio relacionados con un hombre que estaba lanzando piedras a vehículos en movimiento. O sea, que estaban respondiendo a las denuncias de un delito que estaba siendo cometido. Cuando llegaron y confrontaron al delincuente, los policías no tenían ni siquiera la más remota idea de que pudiera tratarse de un argentino, un español, un peruano, un marroquí, o de un egipcio. Como tampoco tuvieron tiempo de preguntarle su nacionalidad cuando al pedirle que se entregara Antonio Zambrano les respondió arrojándoles piedras. Solo tiempo después sabrían que se trataba de un mexicano. Falsa es entonces la acusación de que los policías lo mataron por el simple hecho de ser un mexicano.
Por otro lado, desde el momento en el que Antonio Zambrano atacó con piedras a los policías norteamericanos, hiriendo de paso a dos de ellos (este hecho también lo han ocultado los medios de comunicación en México), se expuso a que los policías le respondieran con fuerza letal. PORQUE EN ESTADOS UNIDOS NO ES COMO EN MÉXICO.
Es falsa la aserción que se ha manejado en algunos medios de que Antonio Zambrano no respondió a las órdenes de los policías a los cuales hirió a pedradas alegando que no sabía nada de inglés, porque Antonio Zambrano ya tenía diez años viviendo en los Estados Unidos en un estado tan alejado de la frontera con México que necesariamente tuvo que haber asimilado el inglés suficiente para entender lo que significan las palabras “stop”, “freeze” y “hold it right there”. Que no quisiera obedecer las órdenes que se le dieron es otra cosa completamente diferente.
¿Pero en qué demonios estaba pensando este hombre cuando atacó con piedras a los policías norteamericanos?
Aquél que propicia motines, secuestra camiones de transporte público, hace pintas en edificios históricos, causa destrozos a la propiedad pública y privada y enfrenta a la policía con piedras y bombas Molotov en México amparado en la impunidad que se le dá demuestra que es un vándalo. Si ese mismo individuo se va a Estados Unidos creyendo que también allá puede hacer lo mismo y seguir gozando de amplia impunidad sin ser castigado demuestra que es un imbécil. Allá no existen comisiones de derechos humanos que salven a los delincuentes de ir a la cárcel cuando violan la ley. Porque allá sí hay gobernantes a los que no les tiembla la mano a la hora de aplicar la ley e imponer el orden, y es el mismo pueblo norteamericano el que les ha dado esa autoridad y ese poder a sus gobernantes y a sus oficales del orden. Habrá en México a quienes no les guste nada esa forma de vivir y convivir, pero el hecho irrefutable de que hay cientos de miles de indocumentados que se han ido allá y otros tantos cientos de miles (como Antonio Zambrano Montes) que están dispuestos a dejar sus países para siempre para irse a vivir a los Estados Unidos porque creen que allá se vive mejor que en México aunque sea viviendo en las sombras como indocumentados sugiere que, en efecto, en Estados Unidos se vive mejor que en México en buena medida por una aplicación rígida e inflexible de la ley, con el resultado de que allá no ocurren cosas como las que ocurren en México.
Otra cosa que los medios de comunicación en México (léase, las televisoras) no han insistido mucho es en el hecho de que Antonio Zambrano ingresó a los Estados Unidos de modo ilegal, sin haber tramitado primero en forma legal su residencia permanente en dicho país. A partir de ese solo hecho, sumado al hecho de que ya tenía diez años viviendo en los Estados Unidos carcajeándose de las leyes migratorias de los Estados Unidos (con la complicidad de los empleadores norteamericanos que siguen contratando a decenas de miles de indocumentados como Antonio Zambrano a sabiendas de que son indocumentados, para compensar la escasez de norteamericanos dispuestos a trabajar en los campos agrícolas en la recolección de frutas y verduras), Antonio Zambrano en vez de andar cometiendo sus fechorías en la calle y enfrentar a los policías con piedras en la mano, debería haberse comportado bien en todo momento, como un residente ejemplar, sin ocasionar nunca ningún problema, de modo tal que los norteamericanos le dijeran a sus hijos: “Hijo mío, deberías de portarte como los mexicanos que viven en nuestra comunidad; jamás ocasionan ningún problema, son hombre ejemplares que nunca se emborrachan, nunca le hacen a las drogas, jamás se meten en problemas con la ley y son respetuosos de las autoridades”. Pero no.
Para glorificarlo elevándolo casi casi a la categoría de nuevo héroe nacional, los medios de comunicación en México se han abstenido de dar la historia completa, porque como ya se sabe, en los héroes de leyenda no debe haber mácula alguna. Una cosa en la que no insistieron los medios es el hecho de que la esposa de Antonio Zambrano, la misma que hoy está entusiasmada por la esperanza de lograr los 25 millones de dólares que se están pidiendo al estado de washington como indeminzación por la muerte de Antonio Zambrano a manos de los policías, estaba separada ya de su marido cuando éste fue ultimado por los policías.
En relación a los 25 millones de dólares que los deudos están pidiendo como indemnización, entre ellos la hoy “viuda” que parece haber olvidado que ya estaba separada de su esposo (se pueden sospechar las razones por las cuales se separó de él), las probabilidades de que tal compensación sea otorgada son casi nulas, en virtud de que a los policías que mataron a Antonio Zambrano no se les puede acusar penalmente por haber incurrido en un uso excesivo de fuerza, porque en los Estados Uniodos los oficiales del orden que se ven agredidos con lo que sea (así sean piedras) están autorizados a recurrir al uso de fuerza letal. Tienen todo el derecho de defenderse, sacar sus pistolas, y repelar la agresión. Por otro lado, si de algo se puede acusar en Estados Unidos a los policías que mataron a Antonio Zambrano es de haber estado cumpliendo con su deber. O sea, que no se les puede acusar de nada.
Aún si por un milagro lograran ganar un juicio civil en contra del estado de Washington, los deudos de Zambrano no verán jamás esos 25 millones de dólares completos porque los litigantes del bufete de abogados que ha tomado el asunto tienen la esperanza de reclamar un buen porcentaje de tal monto. De hecho, esos bufetes de abogados nunca toman casos de este tipo si los familiares no firman de antemano un acuerdo cediéndoles un porcentaje importante de la compensación obtenida a esos bufetes de abogados. En efecto, esos bufetes de abogados son mercaderes del dolor y la tragedia, su objetivo es tratar de lucrar con las penas ajenas. Si fueran animales, serían buitres.
En un litigio de diez millones de dólares, si ganan el caso (difícil pero no imposible), y si el contrato estipula que a los abogados se les pagará la mitad de la compensación como el pago a sus servicios, entonces los abogados ganarían cinco millones de dólares, dinero suficiente para retirarse a vivir en una playa por el resto de sus vidas. Si el bufete no ha tenido mucha clientela últimamente entonces esta es una manera de mantenerse ocupados tratando de amortizar los gastos que implica tener abierta una oficina privada de abogados litigantes en los Estados Unidos. La idea de poner una demanda en contra del estado de Washington por la muerte de Zambrano no fue una ocurrencia de los familiares de Zambrano, ellos no tienen ni los conocimientos ni la experiencia para poner algo así en marcha, simple y sencillamente aceptaron la oferta del primer bufete de abogados que se les acercó pidiéndoles interponer una demanda a nombre de ellos; con un contrato previo desde luego para el reparto de las comisiones en caso de que se gane el caso. Los abogados norteamericanos lo equiparan a comprarse un billete de la lotería: vale la pena invertir unos cuantos dólares en el billete aunque las probabilidades de pegarle al número ganador sean extremadamente remotas. Siempre hay esa esperanza, si no la hubiera nadie le entraría a los sorteos de la lotería, inclusive la misma vida es una gran apuesta de principio a fin, le apostamos a muchas cosas, en algunas ganamos y en otras perdemos. De cualquier manera, ganar una demanda en contra del estado de Washington por el caso de la muerte de Antonio Zambrano es casi una derrota garantizada, aunque los medios en México (léase las televisoras) no quieran tomarlo como tal.
El gran error de Antornio Zambrano fue haber creído que en el extranjero se pueden cometer los mismos actos vandálicos, las mismas fechorías, los mismos ataques a la paz pública, como los que se cometen en México, sin que haya ningún castigo para los culpables y todo quede en la mayor de las impunidades. Los burdos extremos a los que llega esta tolerancia se han documentado ya en trabajos como México en llamas (publicado en esta bitácora el 20 de noviembre de 2014). Esos delitos cometidos en México nunca se castigan, el pueblo de México es el que sufre las consecuencias, y la costosísima Comisión Nacional de los Derechos Humanos siempre está muy puesta para tomar la defensa de los victimarios, o sea de los encapuchados y vándalos que cometen impunemente sus fechorías a plena luz del día, y nunca a favor de las verdaderas víctimas, o sea los pequeños comerciantes y los ciudadanos que están resignados a estar sufriendo esos actos de vandalismo sin que hasta la fecha se haya emitido una sola recomendación de la CNDH (¡ni una sola!) en contra de los vándalos encapuchados, entre los cuales se incluyen pseudo-maestros que en vez de impartir clases -por las cuales el pueblo de México les paga- se la pasan cometiendo desmanes y tropelías negándoles a los niños ese derecho que supuestamente está garantizado por la Constitución, el derecho a la educación, pero como ya se dijo, la CNDH está siempre más que puesta para ver por los derechos humanos de los víctimarios, y muy rara vez por los derechos humanos de las víctimas.
Justo a los pocos días en que Antonio Zambrano fue abatido a tiros por los policías de Pasco, aparecieron en México noticias como las siguientes:
“Encapuchados vandalizan cuartel militar” (BUSCAR NOTA)
“Maestros secuestran directivos de Coca-Cola, los canjean por detenidos”
En los Estados Unidos, nadie en su sano juicio tiene la osadía de atacar un cuartel militar, máxime que los ciudadanos norteamericanos tienen mucho respeto por sus jóvenes que se han enlistado voluntariamente en el Ejército para servir a su país. Sin embargo, los niveles increíbles de impunidad de que gozan en México quienes violan la ley ha alentado a generaciones enteras a crecer sin respeto alguno hacia ninguna de las instituciones, incluído el Ejército. En la segunda nota citada arriba, todo empezó cuando tres estudiantes asaltaron (sí, es verdad, asaltaron) un camión repartidor de refrescos, o sea una empresa particular, y cuando fueron detenidos los estudiantes-asaltantes, entonces se movilizaron varios de pseudo-maestros que siguen cobrando su salario sin dar clases y secuestraron a directivos de la empresa Coca-Cola para canjearlos en algo que el editorialista Sergio Sarmiento llamó “Secuestro legalizado”. En Estados Unidos no ocurren estas cosas porque en Estados Unidos, a diferencia de lo que ocurre en México, ningún maestro deja de ir a clases por ningún motivo ya sea sindical o de cualquier otra índole, porque consideran el derecho de los niños a la educación como algo casi sagrado, y si alguno de ellos llega a faltar sin causa justificada entonces se le cesa, a diferencia de lo que ocurre en México con organizaciones delictivas de pseudo-maestros como la CETEG. Y si en Estados Unidos cualquier grupo anárquico hubiera hecho lo que hicieron los pseudo-maestros de Guerrero, habrían sido arrestados en masa (aunque fueran veinte, cincuenta o cien) y estarían enfrentando penas de prisión desde 50 años hasta 100 años acusados de secuestro, y el secuestro es una de los crímenes más penalizados en los Estados Unidos. Lamentablemente, si bien en México la inútil y facciosa Comisión Nacional de Derechos Humanos está siempre puesta y lista para vigilar que los victimarios como los estudiantes-asaltantes y pseudo-maestros secuestradores de estados como Guerrero y Oaxaca no reciban castigo alguno, en cambio está en la mejor disposición para emitir “recomendaciones” de dudoso valor moral en contra de los agentes del orden que se atrevan a tocarle un solo pelo a los vándalos y motineros, porque en México los derechos humanos son para los victimarios y no para las víctimas; esta es la razón por la cual la CNDH no emitió ni emitirá jamás “recomendación” alguna para que se les aplique la ley a quienes realmente la violan como en el caso de los pseudo-maestros secuestradores. La abolición de la CNDH, además de que representaría un ahorro considerable al erario en momentos en los que la caída en los precios del petróleo está impactando duramente en las finanzas públicas del petrolizado estado mexicano, removería lo que está constituído ya en un estorbo en la aplicación de la ley.
En México los medios de comunicación han llegado a los extremos de glorificar asesinos solo por el hecho de que siendo mexicanos se les condenó en los Estados Unidos a la pena de muerte. Afortunadamente, para los secuestradores, terroristas, asesinos seriales, violadores y demás personas que delinquen en México en grado supremo, no hay pena de muerte, y la CNDH está más que presta y dispuesta a que nunca jamás se le aplique la pena de muerte a nadie sin importar la gravedad del delito que cometa en contra de la sociedad.
Como parte de lo que se antoja ya como un espectáculo circense de mal gusto, las televisoras además de estar sacando cada vez que pueden el video en donde los policías norteamericanos abaten a balazos a Antonio Zambrano Montes han estado sacando a la madre del mismo, exhibiéndola como una dolorosa que se ha trasladado a los Estados Unidos con una visa humanitaria concedida por el gobierno norteamericano no sólo para reclamar el cadáver de su hijo sino también para exigir justicia en contra de los policías que le mataron a su hijo, pidiendo que se les meta a todos ellos a la cárcel y que se les aplique todo el peso de la ley, de ser posible la pena de muerte.
Si la madre de Antonio Zambrano Montes quiere encontrar culpables directos por lo que le sucedió a su hijo, todo lo que tiene que hacer es buscarse un espejo y mirar fijamente a la persona que aparece en el espejo. ¿Por qué no le inculcó a su hijo los valores de los que obviamente carecía? ¿Por qué no le enseñó a ser respetuoso de la ley, a ser respetuoso de los derechos de otros y a ser respetuoso de las autoridades? ¿Entonces ella como madre no tenía esa responsabilidad, o mejor dicho, obligación, de educar a su hijo para convertirlo en un buen ciudadano? Si ella hubiera hecho su parte, si hubiera cumplido en su principal misión como madre, que es la de educar a su hijo para ser un hombre respetuoso de las leyes, su hijo no estaría hoy muerto. De hecho, ni siquiera se habría ido como indocumentado a los Estados Unidos, hubiera tratado de tramitar su residencia legal en dicho país aunque el proceso hubiera tardado diez años. Hay muchos que, a diferencia de Antonio Zambrano, sí están en una larga lista de espera para poder entrar legalmente a dicho país, pero no hay nadie ni en México ni fuera de México que pida nada por ellos, porque la legalización que están exigiendo hoy quienes rompieron las leyes migratorias norteamericanas es solo para ellos, y en lo que respecta a los que han estado esperando años pacientemente afuera de los consulados y embajadas de los Estados Unidos pues esos que se jodan por ser respetuosos de las leyes de otros países, que se frieguen por pendejos. ¿Y todavía hay quienes cuestionan extrañados la oposición a que se les conceda una segunda amnistía a los cerca de once millones de indocumentados que hoy viven en los Estados Unidos, la cual en caso de concederse alentaría el ingreso ilegal de otros treinta millones de indocumentados esperanzados al otorgamiento de una tercera amnistía?
En vez de perder su tiempo haciendo reclamos y denuncias enérgicas como lo hizo en el caso de Antonio Zambrano Montes, reclamos que no serán escuchados ni atendidos porque el poder presidencial del presidente de México (al igual que la efectividad y la validez de las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos a favor de quienes delinquen) termina en la línea divisoria México-USA, sería de mucha mayor utilidad que el presidente Enrique Peña Nieto ordenara a los secretarios de su gabinete a emprender una campaña masiva de educación y concientización en todo México educando e informando por todos los medios posibles -radio, televisión, prensa, escuelas, oficinas públicas- sobre los riesgos de delinquir en el extranjero creyendo que el trato dado a los delincuentes y victimarios es el mismo que se les dá aquí en México. Esto podría comenzar hoy mismo si el presidente de México lo ordena.
La campaña de educación, información y concientización, dirigida principalmente a los aspirantes a indocumentados, debe poner posters y espectaculares que digan algo como esto:
Igualmente, los medios de comunicación nacionales, en especial las televisoras (TELEVISA, TV AZTECA), deberían ser obligados a transmitir en los tiempos y espacios oficiales una advertencia como la que se ha dado arriba, aunque lo deberían de hacer voluntariamente de buena gana sin ninguna presión o coerción oficial si es que realmente están interesados en que no se sumen más nombres al martiriologío nacional del que el michoacano Antonio Zambrano Montes ya forma parte. Por su parte, los paterfamilias de aspirantes a indocumentados bien harían en aprenderse de memoria algo como lo que se ha dado arriba y estárselo repitiendo a sus hijos, aunque lo mejor siempre ha sido que desde pequeños les inculquen valores y los enseñen a ser gente de bien.
El mexicano muerto a manos de policías norteamericanos es un michoacano de nombre Antonio Zambrano Montes, en un incidente ocurrido en la ciudad de Pasco en el estado de Washington el 10 de febrero. Todo comenzó cuando en el departamento de policía de Pasco se recibieron llamadas de auxilio denunciando a un hombre que estaba arrojando piedras a diestra y siniestra a los carros que circulaban por una transitada avenida, sin que hubiera motivación alguna de los afectados para provocar esos ataques injustificados. Cuando los policías atendieron los llamados de emergencia, se encontraron a un hombre que, en efecto, estaba arrojando piedras a diestra y siniestra a los automóviles. Cuando los policías le pidieron que tirara al suelo todas las piedras que traía consigo y se quedara quieto, el individuo arremetió enfurecido en contra de los agentes lanzándoles piedras también a ellos. Al ver esto, los policías desenfundaron sus pistolas y el agresor intentó huir, y al dar la cara nuevamente a los policías estos abrieron fuego dándole una muerte casi instantánea. El incidente quedó registrado en un video que ha estado circulando mucho por las redes sociales. Conductores de noticieros de televisión como Joaquín López-Dóriga no perdieron la oportunidad para editorializar la noticia manifestando indignados la supuesta injusticia cometida en contra de Antonio Zambrano, inflamando la ira de los televidentes y eventualmente propiciando que se emitieran condenas enérgicas en contra de lo sucedido tanto desde la Cámara de Diputados como la Cámara de Senadores hasta la misma presidencia de la República, unificando a todo el país en torno a Antonio Zambrano y elevándolo al nicho que ocupan los mexicanos que mueren en el extranjero al estar delinquiendo y enfrentarse a la policía, el nicho reservado a los mártires que en vez de ser considerados como delincuentes deberían ser merecedores -al decir de las televisoras- a una beatificación y un proceso de proclamación de santidad.
Para empezar, hay que dejar una cosa en claro: en los sucesos que culminaron con la muerte del michoacano Antonio Zambrano a manos de los policias norteamericanos, los policias estaban atendiendo denuncias y pedidos de auxilio relacionados con un hombre que estaba lanzando piedras a vehículos en movimiento. O sea, que estaban respondiendo a las denuncias de un delito que estaba siendo cometido. Cuando llegaron y confrontaron al delincuente, los policías no tenían ni siquiera la más remota idea de que pudiera tratarse de un argentino, un español, un peruano, un marroquí, o de un egipcio. Como tampoco tuvieron tiempo de preguntarle su nacionalidad cuando al pedirle que se entregara Antonio Zambrano les respondió arrojándoles piedras. Solo tiempo después sabrían que se trataba de un mexicano. Falsa es entonces la acusación de que los policías lo mataron por el simple hecho de ser un mexicano.
Por otro lado, desde el momento en el que Antonio Zambrano atacó con piedras a los policías norteamericanos, hiriendo de paso a dos de ellos (este hecho también lo han ocultado los medios de comunicación en México), se expuso a que los policías le respondieran con fuerza letal. PORQUE EN ESTADOS UNIDOS NO ES COMO EN MÉXICO.
Es falsa la aserción que se ha manejado en algunos medios de que Antonio Zambrano no respondió a las órdenes de los policías a los cuales hirió a pedradas alegando que no sabía nada de inglés, porque Antonio Zambrano ya tenía diez años viviendo en los Estados Unidos en un estado tan alejado de la frontera con México que necesariamente tuvo que haber asimilado el inglés suficiente para entender lo que significan las palabras “stop”, “freeze” y “hold it right there”. Que no quisiera obedecer las órdenes que se le dieron es otra cosa completamente diferente.
¿Pero en qué demonios estaba pensando este hombre cuando atacó con piedras a los policías norteamericanos?
Aquél que propicia motines, secuestra camiones de transporte público, hace pintas en edificios históricos, causa destrozos a la propiedad pública y privada y enfrenta a la policía con piedras y bombas Molotov en México amparado en la impunidad que se le dá demuestra que es un vándalo. Si ese mismo individuo se va a Estados Unidos creyendo que también allá puede hacer lo mismo y seguir gozando de amplia impunidad sin ser castigado demuestra que es un imbécil. Allá no existen comisiones de derechos humanos que salven a los delincuentes de ir a la cárcel cuando violan la ley. Porque allá sí hay gobernantes a los que no les tiembla la mano a la hora de aplicar la ley e imponer el orden, y es el mismo pueblo norteamericano el que les ha dado esa autoridad y ese poder a sus gobernantes y a sus oficales del orden. Habrá en México a quienes no les guste nada esa forma de vivir y convivir, pero el hecho irrefutable de que hay cientos de miles de indocumentados que se han ido allá y otros tantos cientos de miles (como Antonio Zambrano Montes) que están dispuestos a dejar sus países para siempre para irse a vivir a los Estados Unidos porque creen que allá se vive mejor que en México aunque sea viviendo en las sombras como indocumentados sugiere que, en efecto, en Estados Unidos se vive mejor que en México en buena medida por una aplicación rígida e inflexible de la ley, con el resultado de que allá no ocurren cosas como las que ocurren en México.
Otra cosa que los medios de comunicación en México (léase, las televisoras) no han insistido mucho es en el hecho de que Antonio Zambrano ingresó a los Estados Unidos de modo ilegal, sin haber tramitado primero en forma legal su residencia permanente en dicho país. A partir de ese solo hecho, sumado al hecho de que ya tenía diez años viviendo en los Estados Unidos carcajeándose de las leyes migratorias de los Estados Unidos (con la complicidad de los empleadores norteamericanos que siguen contratando a decenas de miles de indocumentados como Antonio Zambrano a sabiendas de que son indocumentados, para compensar la escasez de norteamericanos dispuestos a trabajar en los campos agrícolas en la recolección de frutas y verduras), Antonio Zambrano en vez de andar cometiendo sus fechorías en la calle y enfrentar a los policías con piedras en la mano, debería haberse comportado bien en todo momento, como un residente ejemplar, sin ocasionar nunca ningún problema, de modo tal que los norteamericanos le dijeran a sus hijos: “Hijo mío, deberías de portarte como los mexicanos que viven en nuestra comunidad; jamás ocasionan ningún problema, son hombre ejemplares que nunca se emborrachan, nunca le hacen a las drogas, jamás se meten en problemas con la ley y son respetuosos de las autoridades”. Pero no.
Para glorificarlo elevándolo casi casi a la categoría de nuevo héroe nacional, los medios de comunicación en México se han abstenido de dar la historia completa, porque como ya se sabe, en los héroes de leyenda no debe haber mácula alguna. Una cosa en la que no insistieron los medios es el hecho de que la esposa de Antonio Zambrano, la misma que hoy está entusiasmada por la esperanza de lograr los 25 millones de dólares que se están pidiendo al estado de washington como indeminzación por la muerte de Antonio Zambrano a manos de los policías, estaba separada ya de su marido cuando éste fue ultimado por los policías.
En relación a los 25 millones de dólares que los deudos están pidiendo como indemnización, entre ellos la hoy “viuda” que parece haber olvidado que ya estaba separada de su esposo (se pueden sospechar las razones por las cuales se separó de él), las probabilidades de que tal compensación sea otorgada son casi nulas, en virtud de que a los policías que mataron a Antonio Zambrano no se les puede acusar penalmente por haber incurrido en un uso excesivo de fuerza, porque en los Estados Uniodos los oficiales del orden que se ven agredidos con lo que sea (así sean piedras) están autorizados a recurrir al uso de fuerza letal. Tienen todo el derecho de defenderse, sacar sus pistolas, y repelar la agresión. Por otro lado, si de algo se puede acusar en Estados Unidos a los policías que mataron a Antonio Zambrano es de haber estado cumpliendo con su deber. O sea, que no se les puede acusar de nada.
Aún si por un milagro lograran ganar un juicio civil en contra del estado de Washington, los deudos de Zambrano no verán jamás esos 25 millones de dólares completos porque los litigantes del bufete de abogados que ha tomado el asunto tienen la esperanza de reclamar un buen porcentaje de tal monto. De hecho, esos bufetes de abogados nunca toman casos de este tipo si los familiares no firman de antemano un acuerdo cediéndoles un porcentaje importante de la compensación obtenida a esos bufetes de abogados. En efecto, esos bufetes de abogados son mercaderes del dolor y la tragedia, su objetivo es tratar de lucrar con las penas ajenas. Si fueran animales, serían buitres.
En un litigio de diez millones de dólares, si ganan el caso (difícil pero no imposible), y si el contrato estipula que a los abogados se les pagará la mitad de la compensación como el pago a sus servicios, entonces los abogados ganarían cinco millones de dólares, dinero suficiente para retirarse a vivir en una playa por el resto de sus vidas. Si el bufete no ha tenido mucha clientela últimamente entonces esta es una manera de mantenerse ocupados tratando de amortizar los gastos que implica tener abierta una oficina privada de abogados litigantes en los Estados Unidos. La idea de poner una demanda en contra del estado de Washington por la muerte de Zambrano no fue una ocurrencia de los familiares de Zambrano, ellos no tienen ni los conocimientos ni la experiencia para poner algo así en marcha, simple y sencillamente aceptaron la oferta del primer bufete de abogados que se les acercó pidiéndoles interponer una demanda a nombre de ellos; con un contrato previo desde luego para el reparto de las comisiones en caso de que se gane el caso. Los abogados norteamericanos lo equiparan a comprarse un billete de la lotería: vale la pena invertir unos cuantos dólares en el billete aunque las probabilidades de pegarle al número ganador sean extremadamente remotas. Siempre hay esa esperanza, si no la hubiera nadie le entraría a los sorteos de la lotería, inclusive la misma vida es una gran apuesta de principio a fin, le apostamos a muchas cosas, en algunas ganamos y en otras perdemos. De cualquier manera, ganar una demanda en contra del estado de Washington por el caso de la muerte de Antonio Zambrano es casi una derrota garantizada, aunque los medios en México (léase las televisoras) no quieran tomarlo como tal.
El gran error de Antornio Zambrano fue haber creído que en el extranjero se pueden cometer los mismos actos vandálicos, las mismas fechorías, los mismos ataques a la paz pública, como los que se cometen en México, sin que haya ningún castigo para los culpables y todo quede en la mayor de las impunidades. Los burdos extremos a los que llega esta tolerancia se han documentado ya en trabajos como México en llamas (publicado en esta bitácora el 20 de noviembre de 2014). Esos delitos cometidos en México nunca se castigan, el pueblo de México es el que sufre las consecuencias, y la costosísima Comisión Nacional de los Derechos Humanos siempre está muy puesta para tomar la defensa de los victimarios, o sea de los encapuchados y vándalos que cometen impunemente sus fechorías a plena luz del día, y nunca a favor de las verdaderas víctimas, o sea los pequeños comerciantes y los ciudadanos que están resignados a estar sufriendo esos actos de vandalismo sin que hasta la fecha se haya emitido una sola recomendación de la CNDH (¡ni una sola!) en contra de los vándalos encapuchados, entre los cuales se incluyen pseudo-maestros que en vez de impartir clases -por las cuales el pueblo de México les paga- se la pasan cometiendo desmanes y tropelías negándoles a los niños ese derecho que supuestamente está garantizado por la Constitución, el derecho a la educación, pero como ya se dijo, la CNDH está siempre más que puesta para ver por los derechos humanos de los víctimarios, y muy rara vez por los derechos humanos de las víctimas.
Justo a los pocos días en que Antonio Zambrano fue abatido a tiros por los policías de Pasco, aparecieron en México noticias como las siguientes:
“Encapuchados vandalizan cuartel militar” (BUSCAR NOTA)
“Maestros secuestran directivos de Coca-Cola, los canjean por detenidos”
En los Estados Unidos, nadie en su sano juicio tiene la osadía de atacar un cuartel militar, máxime que los ciudadanos norteamericanos tienen mucho respeto por sus jóvenes que se han enlistado voluntariamente en el Ejército para servir a su país. Sin embargo, los niveles increíbles de impunidad de que gozan en México quienes violan la ley ha alentado a generaciones enteras a crecer sin respeto alguno hacia ninguna de las instituciones, incluído el Ejército. En la segunda nota citada arriba, todo empezó cuando tres estudiantes asaltaron (sí, es verdad, asaltaron) un camión repartidor de refrescos, o sea una empresa particular, y cuando fueron detenidos los estudiantes-asaltantes, entonces se movilizaron varios de pseudo-maestros que siguen cobrando su salario sin dar clases y secuestraron a directivos de la empresa Coca-Cola para canjearlos en algo que el editorialista Sergio Sarmiento llamó “Secuestro legalizado”. En Estados Unidos no ocurren estas cosas porque en Estados Unidos, a diferencia de lo que ocurre en México, ningún maestro deja de ir a clases por ningún motivo ya sea sindical o de cualquier otra índole, porque consideran el derecho de los niños a la educación como algo casi sagrado, y si alguno de ellos llega a faltar sin causa justificada entonces se le cesa, a diferencia de lo que ocurre en México con organizaciones delictivas de pseudo-maestros como la CETEG. Y si en Estados Unidos cualquier grupo anárquico hubiera hecho lo que hicieron los pseudo-maestros de Guerrero, habrían sido arrestados en masa (aunque fueran veinte, cincuenta o cien) y estarían enfrentando penas de prisión desde 50 años hasta 100 años acusados de secuestro, y el secuestro es una de los crímenes más penalizados en los Estados Unidos. Lamentablemente, si bien en México la inútil y facciosa Comisión Nacional de Derechos Humanos está siempre puesta y lista para vigilar que los victimarios como los estudiantes-asaltantes y pseudo-maestros secuestradores de estados como Guerrero y Oaxaca no reciban castigo alguno, en cambio está en la mejor disposición para emitir “recomendaciones” de dudoso valor moral en contra de los agentes del orden que se atrevan a tocarle un solo pelo a los vándalos y motineros, porque en México los derechos humanos son para los victimarios y no para las víctimas; esta es la razón por la cual la CNDH no emitió ni emitirá jamás “recomendación” alguna para que se les aplique la ley a quienes realmente la violan como en el caso de los pseudo-maestros secuestradores. La abolición de la CNDH, además de que representaría un ahorro considerable al erario en momentos en los que la caída en los precios del petróleo está impactando duramente en las finanzas públicas del petrolizado estado mexicano, removería lo que está constituído ya en un estorbo en la aplicación de la ley.
En México los medios de comunicación han llegado a los extremos de glorificar asesinos solo por el hecho de que siendo mexicanos se les condenó en los Estados Unidos a la pena de muerte. Afortunadamente, para los secuestradores, terroristas, asesinos seriales, violadores y demás personas que delinquen en México en grado supremo, no hay pena de muerte, y la CNDH está más que presta y dispuesta a que nunca jamás se le aplique la pena de muerte a nadie sin importar la gravedad del delito que cometa en contra de la sociedad.
Como parte de lo que se antoja ya como un espectáculo circense de mal gusto, las televisoras además de estar sacando cada vez que pueden el video en donde los policías norteamericanos abaten a balazos a Antonio Zambrano Montes han estado sacando a la madre del mismo, exhibiéndola como una dolorosa que se ha trasladado a los Estados Unidos con una visa humanitaria concedida por el gobierno norteamericano no sólo para reclamar el cadáver de su hijo sino también para exigir justicia en contra de los policías que le mataron a su hijo, pidiendo que se les meta a todos ellos a la cárcel y que se les aplique todo el peso de la ley, de ser posible la pena de muerte.
Si la madre de Antonio Zambrano Montes quiere encontrar culpables directos por lo que le sucedió a su hijo, todo lo que tiene que hacer es buscarse un espejo y mirar fijamente a la persona que aparece en el espejo. ¿Por qué no le inculcó a su hijo los valores de los que obviamente carecía? ¿Por qué no le enseñó a ser respetuoso de la ley, a ser respetuoso de los derechos de otros y a ser respetuoso de las autoridades? ¿Entonces ella como madre no tenía esa responsabilidad, o mejor dicho, obligación, de educar a su hijo para convertirlo en un buen ciudadano? Si ella hubiera hecho su parte, si hubiera cumplido en su principal misión como madre, que es la de educar a su hijo para ser un hombre respetuoso de las leyes, su hijo no estaría hoy muerto. De hecho, ni siquiera se habría ido como indocumentado a los Estados Unidos, hubiera tratado de tramitar su residencia legal en dicho país aunque el proceso hubiera tardado diez años. Hay muchos que, a diferencia de Antonio Zambrano, sí están en una larga lista de espera para poder entrar legalmente a dicho país, pero no hay nadie ni en México ni fuera de México que pida nada por ellos, porque la legalización que están exigiendo hoy quienes rompieron las leyes migratorias norteamericanas es solo para ellos, y en lo que respecta a los que han estado esperando años pacientemente afuera de los consulados y embajadas de los Estados Unidos pues esos que se jodan por ser respetuosos de las leyes de otros países, que se frieguen por pendejos. ¿Y todavía hay quienes cuestionan extrañados la oposición a que se les conceda una segunda amnistía a los cerca de once millones de indocumentados que hoy viven en los Estados Unidos, la cual en caso de concederse alentaría el ingreso ilegal de otros treinta millones de indocumentados esperanzados al otorgamiento de una tercera amnistía?
En vez de perder su tiempo haciendo reclamos y denuncias enérgicas como lo hizo en el caso de Antonio Zambrano Montes, reclamos que no serán escuchados ni atendidos porque el poder presidencial del presidente de México (al igual que la efectividad y la validez de las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos a favor de quienes delinquen) termina en la línea divisoria México-USA, sería de mucha mayor utilidad que el presidente Enrique Peña Nieto ordenara a los secretarios de su gabinete a emprender una campaña masiva de educación y concientización en todo México educando e informando por todos los medios posibles -radio, televisión, prensa, escuelas, oficinas públicas- sobre los riesgos de delinquir en el extranjero creyendo que el trato dado a los delincuentes y victimarios es el mismo que se les dá aquí en México. Esto podría comenzar hoy mismo si el presidente de México lo ordena.
La campaña de educación, información y concientización, dirigida principalmente a los aspirantes a indocumentados, debe poner posters y espectaculares que digan algo como esto:
MEXICANO: la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Educación Pública te informan y te piden que si por alguna razón te trasladas al extranjero, no incurras en ningún tipo de delito estando fuera de México, trata siempre de ser respetuoso de las leyes de otros países y de los funcionarios encargados de aplicar la ley. Si alguna autoridad, trátese de un agente de inmigración, agente de la policía local, o cualquier otro agente de alguna agencia como la DEA y el FBI, te pide que te detengas, por favor, deténte y no corras, no trates de huír. Quedate quieto como una estatua y no hagas absolutamente ninguna cosa o movimiento que pueda ser interpretado como un intento de huída o agresión. Haz exactamente todo lo que te pidan. Recuerda que si eres arrestado en forma pacífica tú como ciudadano mexicano cuentas para tu defensa con el apoyo consular de tu país. No trates de secuestrar e incendiar camiones, no arrojes piedras a vehículos en movimiento, no hagas pintas en edificios públicos, no enfrentes a las autoridades con ningún objeto, no hagas absolutamente nada de lo que tal vez ya estás acostumbrado a hacer en México. Porque allá no es como en México, y allá ni siquiera la Comisión Nacional de Derechos Humanos podrá intervenir por tí para que te liberen sin recibir ningún castigo. Y SI NO PUEDES CON ESTO, MEJOR REGRESATE A MÉXICO. |
Igualmente, los medios de comunicación nacionales, en especial las televisoras (TELEVISA, TV AZTECA), deberían ser obligados a transmitir en los tiempos y espacios oficiales una advertencia como la que se ha dado arriba, aunque lo deberían de hacer voluntariamente de buena gana sin ninguna presión o coerción oficial si es que realmente están interesados en que no se sumen más nombres al martiriologío nacional del que el michoacano Antonio Zambrano Montes ya forma parte. Por su parte, los paterfamilias de aspirantes a indocumentados bien harían en aprenderse de memoria algo como lo que se ha dado arriba y estárselo repitiendo a sus hijos, aunque lo mejor siempre ha sido que desde pequeños les inculquen valores y los enseñen a ser gente de bien.
martes, 17 de febrero de 2015
El efecto corruptor del poder
Si algo enseñan bien los libros de historia en México es la validez y universalidad de la célebre máxima de Lord Acton que dice “el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Se podrían citar muchísimos ejemplos de esto, pero aquí se citará uno solo de un caso que está bien documentado en los sucesos históricos del México reciente, que demuestra los extremos a los cuales el poder puede trastornar la personalidad de cualquier individuo, sobre todo los individuos débiles de mente y espíritu carentes de la fortaleza para resistir los embates y las tentaciones que ofrece la posesión del poder.
El ejemplo que citaremos se trata de un hombre llamado Francisco Barrio Terrazas. Allá en los años ochenta, se presentó a sí mismo como una gran esperanza para terminar con el sistema unipartidista en México en el cual un solo partido político acaparaba todo el poder y los demás partidos estaban reducidos a la calidad de leal oposición a cambio de algunas cuantas prebendas, simples paleros para darle legitimidad a un sistema en el que la frase que se le adjudicaba en esos tiempos ante la imposibilidad de poder vencerlo en las urnas electorales en procesos de votación controlados de principio a fin por el gobierno era “gánale al PRI”.
Con el desencanto del pueblo de Chihuahua por la destrucción de la economía nacional y las terribles devaluaciones que el sexenio del presidente José López Portillo le dejó a México, sucesos devastadores que impactaron duro sobre todo a las poblaciones fronterizas colindantes con los Estados Unidos en donde las devaluaciones del peso con respecto al dólar se resintieron con mayor dureza, y con el apoyo económico de prominentes empresarios chihuahuenses afectados por el pésimo manejo de la economía nacional atribuíble a José López Portillo, Francisco Barrio tuvo ante sí todo lo que necesitaba para arengar al pueblo en torno de alguna esperanza, la que fuera, para sacar a Chihuahua del terrible bache económico en el que se encontraba y que significó en ese entonces la virtual desaparición de la clase media, y logró arrebatarle al PRI la alcaldía de Ciudad Juárez, en una de las ciudades más importantes de México, precisamente en donde se libró la guerra revolucionaria que terminó con la dictadura de Porfirio Díaz. Fue el destino el que puso a Francisco Barrio en una posición privilegiada ofreciéndole en charola de plata las circuntancias sin las cuales jamás habría podido tener el éxito que tuvo al ingresar a la política en 1983. No hubo de transcurrir mucho tiempo para que Francisco Barrio se ensoberbeciera y se creyera a sí mismo una gran figura histórica a la altura de Mahatma Ghandi y Martin Luther King, digno de compartir un lugar de honor con figuras veneradas mundialmente por su temple y virtudes. Y eventualmente, terminó cayendo en el insondable pozo en el que caen los que llegan a sentirse casi dioses con derecho a todo viendo al resto de los seres humanos como simples mortales nacidos para servirlos, creyendo que la vida les debe todo y que sin ellos la continuación de la vida sería inconcebible. Y cuando por fin Francisco Barrio llegó a la gubernatura de Chihuahua, acaparando el poder que quería para poder hacer en Chihuahua todo lo que le viniera en gana, terminó por corromperse.
Nada retrata mejor lo que sucedió con Francisco Barrio que un editorial publicado en el periódico NORTE DE CIUDAD JUAREZ el domingo 9 de agosto de 1998, elaborado por el columnista Raúl Flores Simental, que bajo el título “Barrio, de los puentes a Los Pinos” plasmó las siguientes observaciones para la posteridad, observaciones que todavía hasta el día de hoy a Francisco Barrio le entran por un oído y le salen por el otro:
El gobierno autoritario ejercido por Francisco Barrio fue tan malo y dejó tan malos recuerdos, que después de que el PAN fue echado de la gubernatura de Chihuahua en 1998 el PAN no ha podido recuperar la gubernatura. Mucha gente aún recuerda que los feminicidios de Ciudad Juárez que tan mala fama le dieron a la ciudad alrededor del mundo, un verdadero escándalo y una verdadera vergüenza no solo para Chihuahua sino para todo México, empezaron con el primer feminicidio que ocurrió a principios de 1993, esto es, a los pocos meses de que Francisco Barrio empezó a gobernar Chihuahua. Y la inseguridad que con él empezó en Chihuahua fue tan difícil de extirpar que unos años después cuando el panista Felipe Calderón llegó a la presidencia de México y declaró una guerra total contra todos los narcos recurriendo para ello al Ejército, el número de ejecutados en Ciudad Juárez creció a grado tal que se convirtió en la ciudad más violenta del mundo, peor que Iraq y Afganistán. En Chihuahua, y sobre todo en Ciudad Juárez, el “voto duro” que había logrado consolidar el PAN en los años ochenta se evaporó, y cada vez son menos los chihuahuenses y los juarenses que están dispuestos a darle al PAN una segunda oportunidad, y menos cuando quienes desde el interior del PAN ostentando una cercanía estrecha con Francisco Barriio se están perfilando ya desde estos momentos para ocupar la gubernatura de Chihuahua.
Al haberse arrastrado en forma zalamera y servil ante el presidente Carlos Salinas convirtiéndose en cómplice incondicional suyo para todo, seguramente en la creencia de que el apoyo del presidente Salinas era requisito indispensable para poder llegar a ocupar en el futuro la silla presidencial, Francisco Barrio no quiso recordar que si pudo llegar a la gubernatura de Chihuahua fue no porque el entonces presidente de México lo hubiera instalado en la gubernatura, sino porque el pueblo de Chihuahua votó por él creyendo esperanzado en sus promesas de cambio y en sus discursos de antaño. Aún con el apoyo del presidente de México, Francisco Barrio sin los votos del pueblo de Chihuahua jamás habría podido llegar a la gubernatura, no a menos de que el mismo presidente Salinas (priista) hubiera ordenado un fraude electoral descomunal a favor de Francisco Barrio (panista). Se convenció a sí mismo de que él solo por sus propios méritos podía seguir escalando hasta llegar a la presidencia, sin querer aceptar que él sin los votos de la gente respaldándolo no era nadie. Hasta la fecha, jamás ha querido reconocer que terminó traicionando y apuñalando por la espalda precisamente a quienes fueron sus más leales y sinceros colaboradores que le ayudaron a destacar en el terreno político, por eso no le fue ningún problema deshacerse de personajes como Sergio Conde Varela y Hector Mejía Gutiérrez, rodeándose en cambio de gente amoral y sin escrúpulos que solo ve por sus propios intereses y los de nadie más.
Una de las consecuencias inevitables que ejerce el poder sobre los hombres vanidosos y ególatras que carecen de valores y principios bien fundamentados es convertirlos en traidores que sólo ven por sus propios intereses personales y terminan dándole la espalda a quienes creen que ya no les son útiles o necesarios, y en esto no hay excepción a la regla. En el editorial citado arriba elaborado por Raúl Flores Simental, se mencionan algunos cuantos de aquellos a los que Francisco Barrio ya estando “arriba” les dió la espalda. Pero hubo más, muchísimos más, a quienes les clavó el puñal por la espalda, sobre todo aquellos que lo ayudaron a triunfar cuando era un Don Nadie. El editorial menciona a un Doctor Víctor Oropeza cuyo asesinato el gobernador mantuvo impune en los seis años que ocupó la gubernatura de Chihuahua, y hay razones fundamentadas para suponer que esto fue algo deliberado de parte de Francisco Barrio para no causarle problemas o disgustos al presidente Carlos Salinas de Gortari en un crimen con un muy posible trasfondo político dada la destacada labor del Doctor Víctor Manuel Oropeza como uno de los más importantes editorialistas políticos del norte de México. Ya que Francisco Barrio nunca hizo nada ni movió un solo dedo para que se abriera el caso Oropeza, un grupo de familiares y amigos del Doctor Oropeza le suplicaron al gobernador Barrio como un favor muy especial que se le pusiera el nombre del Doctor Oropeza a alguna avenida importante del estado, recordándole al gobernador Barrio que el Doctor Oropeza una vez expuso valerosamente su propia vida en una prolongada huelga de hambre en apoyo de Francisco Barrio para exigir respeto a unas elecciones en las que Francisco Barrio reclamaba su triunfo, y ello pese a que el Doctor Oropeza militaba en la izquierda y Francisco Barrio decía ser de derecha. ¿Y cómo respondió el gobernador Barrio a esta petición? En muestra de “agradecimiento” al Doctor Oropeza, les cerró la puerta y ya no quiso saber nada más de esa petición. ¡Claro, porque para el gobernador Francisco Barrio, perfilándose para ocupar la presidencia de México, ni el Doctor Oropeza ni su memoria le eran ya útiles para sus desmedidas ambiciones y propósitos personales!
De que el poder corrmpió a Francisco Barrio absolutamente no hay ya ninguna duda. Basta con ver los artículos titulados “Las cuentas pendientes de Barrio” (publicado el 5 de agosto de 2001 en el número 1292 de la revista PROCESO) y “El doble rasero del contralor Francisco Barrio” (publicado el 21 de julio de 2002 en el número 1342 de la revista PROCESO) para aquilatar el grado de descomposición al que llegó este hombre; y hay mucha información en Internet que describe al ultra-corrupto Francisco Barrio en los peores términos posibles.
El poder y la búsqueda del mismo también enceguece la razón y deja al individuo débil de temple y fortaleza completamente ciego y desconectado de la realidad. En diciembre de 1995, pese a que apenas unos meses atrás en las elecciones para renovar el Congreso del Estado el pueblo de Chihuahua le había enviado un mensaje clarísimo al gobernador Francisco Barrio Terrazas arrebatándole la mayoría absoluta de la que gozaba el PAN en el Congreso del Estado, en un claro voto de castigo y desaprobación a su lamentable actuación como gobernante, el gobernador Francisco Barrio seguía delirando imaginándose a sí mismo con amplias probabilidades de llegar a la presidencia de la República. En efecto, en una nota periodística publicada el lunes 11 de diciembre de 1995 en el periódico DIARIO DE JUAREZ titulada “”Se prepara Barrio para la grande, la nota asienta que “Firme, sin titubear, Francisco Barrio Terrazas, gobernador de Chihuahua, asevera que, sin duda, el Partido Acción Nacional (PAN) está listo para gobernar a México, primero con una mayoría en el Congreso de la Unión, luego, con la Presidencia de la República”. El reportero le pregunta: “Cuando dice "nos estamos preparando", ¿se refiere al partido o a usted?”, y Francisco Barrio responde resuelto: “Las dos cosas”. Después de todo y según lo veía Francisco Barrio en su propia óptica, ¿quién mejor que él para gobernar a todo México? ¿Quien tenía más méritos y era más merecedor de portar la banda presidencial sino él? Entre todos los mexicanos, ¿quién más grande que él? Su miopía le impidió ver que, de no haber ganado el panista Vicente Fox las elecciones presidenciales del año 2000 permitiéndole rescatar a Francisco Barrio de la obscuridad y el ostracismo político instalándolo como Secretario de la SECODAM (en donde hizo un cuestionable desempeño limitándose a aprovechar su puesto en el gabinete presidencial para promoverse a sí mismo para la presidencia de México), la carrera política de Francisco Barrio habría llegado a su fin.
En su estado natal, las personas que detestan a Francisco Barrio se cuentan por legiones. De algunas de ellas dá cuenta en analista Raúl Cremoux quien elaboró un editorial titulado “Los grotescos panchos de Barrio” publicado a finales de diciembre de 2012 en donde asienta: “Más de 120 mujeres, madres de otras tantas asesinadas o desaparecidas lo recuerdan bien. Lo maldicen. Apuntan que conoció bien sus problemas, teribles, hondos dolores sin que hiciera nada efectivo por resolverlos; ni siquiera presionar los resortes para que se hiciera justicia. Y cómo no iba a saber de lo que ellas hablan, ya que como pocos conocía el territorio. De 1977 al 78 fue director de sistemas de la alcaldía de Ciudad Juárez; luego de 1981 al 83 ocupó el cargo de presidente del Centro Empresarial de esa ciudad. De ahí, impulsado por el PAN, saltó en 1983 a la presidencia municipal de Ciudad Juárez hasta el año de 1986. Finalmente llegó a ser gobernador de todo Chihuahua de 1992 a 1998. Todas esas mujeres que sin éxito permanentemente protestan arañando y mordiendo las instancias de justicia, y otras más que se han agregado, vociferan que él conoce perfectamente bien las entrañas y la piel de Juárez, donde los asesinatos de mujeres pasaron de ser escándalo internacional a convertirse en un récord Guiness y en amargo expediente de "Aunque usted no lo crea". Las madres de las muertas expresan a gritos su indignación contra Francisco Barrio Terrazas. Todas ellas argumentan que ante sus quejas no las recibía o eran otros funcionarios quienes les daban largas. Algunas han declarado ante reporteros de diarios estadounidenses que las autoridades de entonces, como las de ahora, hasta llegaban a sonreír cuando se enteraban que antes de ser victimadas, sus hijas eran violadas o sometidas a torturas. A las madres de esos cadáveres se suman parientes cercanos, amigos, asociaciones y muchos desconocidos tanto de Chihuahua como de otras partes del país que muestran en documentos cómo Francisco Barrio, siendo gobernador del estado de Chihuahua, utilizó recursos públicos para pagar la energía eléctrica, el teléfono, el gas y otros servicios de su casa. Estas ligerezas y la inoperancia que Barrio mostró en un asunto tan delicado, evidenció la suficiente ineficacia para que otra vez el PRI regresara. No obstante estos yerros, fue invitado por Vicente Fox para formar parte del gabinetazo. De ahí, en sus redes de pescador no han caído los peces gordos prrometidos desde hace más de un año y medio ni el llamado Pemexgatge ha pasado de ser una cascada de rumores y filtraciones incompletas o calumniosas. Cuando en su natal Chihuahua las mujeres asesinadas y desaparecidas se amontonan por decenas y cientos sin que nadie sea capaz de hurgar y encontrar al o los asesinos, ¿cómo se puede aceptar un cargo en el que supuestamente se combatirá a la corrupción, hija legítima de la ineficacia y la complacencia? ¿Hasta donde se ha estimulado con este último y grotesco pancho de Barrio la corrupción en las filas del gobierno reinante si saben que el cometer ilícitos no se sanciona?”
A tal grado estaba convencido Francisco Barrio de que por su enorme grandeza y sus enormes e indiscutibles méritos era plenamente merecedor de ocupar la presidencia de México, que para la campaña presidencial del 2000 se estuvo promocionando a sí mismo con anuncios espectaculares en todo México y sobre todo en Chihuahua, lo cual a la postre resultó una mala inversión porque ni siquiera dentro del mismo PAN llegó a contar con el apoyo para obtener la candidatura para la presidencia de México. Jamás estuvo dispuesto a reconocer ninguno de sus errores, porque los dioses y los semi-dioses nunca se equivocan, y según él las críticas que ha recibido siempre han sido meras invenciones y fantasías de gente envidiosa incapaz de reconocer la enorme grandeza que Francisco Barrio se ve en sí mismo.
De cualquier manera, aunque el poder lo haya enloquecido, no está completamente loco. Muy en su interior, en lo más profundo de su subconsciente, en unos cuantos rescoldos de lucidez que lucha por contener, alcanza a percibir vagamente que si contiende por una diputación o una senaduría por la vía directa sin recurrir a las más altas posiciones disponibles dentro de las cuotas plurinominales, no tiene ninguna posibilidad de ganar. El hombre que en otro tiempo por meras circunstancias del destino podía aspirar a ocupar el cargo que hubiera querido estando seguro de que tendría a su favor el voto mayoritario del pueblo percibe que si contiende directamente por la posición que sea lo único que logrará es que los electores le manden un duro voto de castigo humillándolo, llevando a su conclusión el proceso para terminar de convertirlo en un cadáver político. Y para no exponerse a tal cosa, para no exponerse a la ira de los cientos de miles de electores que aún se acuerdan de él en muy malos términos, para seguir viviendo en un mundo de fantasía, Francisco Barrio ha recurrido a ser postulado por la vía plurinominal, echando mano del recurso que usa el que sabe que no puede ganar “a la buena” con el voto mayoritario del pueblo, limitándose a ser lanzado por la puerta trasera, la candidatura de representación proporcional, que no es más que las cuotas de poder con las que los partidos políticos tienen secuestrado al pueblo al cual dicen servir. ¡No en vano en el PAN se oponen a la desaparición de las candidaturas plurinominales!
Hoy se cumplen exactamente 25 años, un cuarto de siglo, desde que el editorialista Fernando Medina Sáenz del periódico DIARIO DE JUAREZ en su columna titulada “Fuera de libreta” publicada el domingo 7 de febrero de 1993 habló sobre la extraña metamorfosis de un flamante gobernador Francisco Barrio que a los pocos meses de ocupar la gubernatura terminó convirtiéndose en el panista más priista de todos los panistas que haya habido en la historia del México reciente, encabezando la columna con el título “Error histórico de Barrio declararse Salinista”, y que dice así:
Y si bien en su paso por el poder Francisco Barrio no hizo nada por los chihuahuenses, Francisco Barrio sí hizo mucho (y bastante) por Francisco Barrio: se hizo multimillonario. Antes de comenzar su carrera política, tenía su vivienda en la calle México situada a una cuadra del Colegio Latinoamericano, una casa que aún está allí aunque ya no es ocupada por la familia de Francisco Barrio. Ya después, él y su familia vivían en una residencia que ocupa la extensión de una cuadra, cercada y hasta con torre de vigilancia, como corresponde a un rey. Porque, después de todo, y según se sigue viendo Francisco Barrio a sí mismo hasta el día de hoy, ¿acaso no es lo menos que se merece uno de los hombres más grandes que haya tenido la historia de México, más grande incluso que su tocayo Francisco I. Madero, más grande que Benito Juárez, más grande incluso que el mismo padre de la Patria Don Miguel Hidalgo y Costilla? Y hasta la fecha aún cree, en su cerebro que quedó desequilibrado en su paso por el poder, que sigue teniendo amplias posibilidades de llegar a ocupar la presidencia de México y que sigue teniendo el mismo apoyo popular y las simpatías de ante, incluyendo aquellos a quienes traicionó y les dió la espalda una vez que llegó a la gubernatura y gozó de altos puestos en el gabinete presidencial. Hasta el día de hoy, con su visión completamente atrofiada y desconectado por completo de la realidad, Francisco Barrio se sigue creyendo presidenciable, sigue creyendo que él es uno de los hombres más importantes que pueda haber en todo México y que su fuerza política no tiene límites, a grado tal que ha estado promoviendo soterradamente a su ahijado político Javier Corral para encausarlo a ocupar la gubernatura de Chihuahua en las elecciones que se celebrarán en el 20016, lo cual empezó ya con el apoyo personal de Francisco Barrio y Javier Corral a una denuncia interpuesta en contra del Gobernador César Duarte Jáquez, con el objetivo de presionarlo y obligarlo a renunciar haciéndole un escándalo diario en los medios con motivo de dicha denuncia, para así anotarse el “primer gran triunfo” en el encausamiento de Javier Corral hacia la gubernatura de Chihuahua (el Gobernador César Duarte ya dejó en claro que no piensa darle gusto a los escándalos mediáticos promovidos por estos dos personajes).
Cuentan las crónicas de la Revolución de 1910 que a Emiliano Zapata se le ofreció en bandeja de plata ocupar la silla presidencial de México, pero en una muestra extraordinaria de visión y madurez, el caudillo la rechazó justificando su decisión diciendo que la silla presidencial estaba embrujada, que quien se sentaba en ella siendo un hombre bueno se levantaba de ella siendo un hombre malo. Francisco Barrio no tuvo que llegar a ocupar la presidencia de México para pasar por esa metamorfosis irreversible de la que advirtió Emiliano Zapata. Bastó con la mera creencia de que tarde o temprano llegaría a ocupar la silla presidencial para trastornarlo.
Antes del desmantelamiento del viejo régimen político en el que un solo partido tenía el monopolio del poder, era fácil acusar a dicho partido de todo lo malo que ocurría en México, porque no había nadie más a quien culpar. Todo era pintado en blanco y negro sin matices de gris. Y se creía ingenuamente que si dicho partido salía del poder, entonces se acabaría para siempre con la corrupción en México al ser echados a la cárcel todos los funcionarios corruptos y ladrones. Sin embargo, el PRI dejó de ocupar la presidencia por 12 años, y la transición utópica que muchos creían que se daría con la alternancia hasta la fecha no ha ocurrido. La lección histórica a aprender es que la democracia por sí sola no es suficiente, aunque es una buena alternativa para castigar con el voto a los malos gobernantes ésta tiene sus límites. Igual se creyó hace pocos años cuando dió inicio la “primavera árabe” que terminó derrocando viejas dictaduras en Medio Oriente, se creyó que con la caída de las dictaduras y el advenimiento de la democracia vendría una nueva era de paz y prosperidad para los países árabes. Hoy, a unos cuantos años después, no solo no están mejor, en varios de esos países están mil veces peor que antes, y ya echan de menos sus viejas e irretornables dictaduras, teniéndose que enfrentar nuevas y graves amenazas para la paz mundial como el brutal y sanguinario grupo terrorista Estado Islámico que antes no existía.
Más que un cambio en su forma de gobierno, lo que necesita cualquier país es la guía firme de hombres públicos íntegros preparados para resistir las distorsiones de la realidad y el eventual enloquecimiento que el efecto corruptor del poder trae consigo, hombres probos como el presidente Abraham Lincoln que abolió la esclavitud en los Estados Unidos. El problema es que estos hombres no se dan en maceta, y más bien son sumamente escasos, mientras que los que más abundan son individuos como Calígula, Nicolae Ceausescu, Victoriano Huerta, José López Portillo y Francisco Barrio. La historia mundial está repleta de individuos como ellos, y si no fuera por ellos posiblemente viviríamos... en el paraíso.
El ejemplo que citaremos se trata de un hombre llamado Francisco Barrio Terrazas. Allá en los años ochenta, se presentó a sí mismo como una gran esperanza para terminar con el sistema unipartidista en México en el cual un solo partido político acaparaba todo el poder y los demás partidos estaban reducidos a la calidad de leal oposición a cambio de algunas cuantas prebendas, simples paleros para darle legitimidad a un sistema en el que la frase que se le adjudicaba en esos tiempos ante la imposibilidad de poder vencerlo en las urnas electorales en procesos de votación controlados de principio a fin por el gobierno era “gánale al PRI”.
Con el desencanto del pueblo de Chihuahua por la destrucción de la economía nacional y las terribles devaluaciones que el sexenio del presidente José López Portillo le dejó a México, sucesos devastadores que impactaron duro sobre todo a las poblaciones fronterizas colindantes con los Estados Unidos en donde las devaluaciones del peso con respecto al dólar se resintieron con mayor dureza, y con el apoyo económico de prominentes empresarios chihuahuenses afectados por el pésimo manejo de la economía nacional atribuíble a José López Portillo, Francisco Barrio tuvo ante sí todo lo que necesitaba para arengar al pueblo en torno de alguna esperanza, la que fuera, para sacar a Chihuahua del terrible bache económico en el que se encontraba y que significó en ese entonces la virtual desaparición de la clase media, y logró arrebatarle al PRI la alcaldía de Ciudad Juárez, en una de las ciudades más importantes de México, precisamente en donde se libró la guerra revolucionaria que terminó con la dictadura de Porfirio Díaz. Fue el destino el que puso a Francisco Barrio en una posición privilegiada ofreciéndole en charola de plata las circuntancias sin las cuales jamás habría podido tener el éxito que tuvo al ingresar a la política en 1983. No hubo de transcurrir mucho tiempo para que Francisco Barrio se ensoberbeciera y se creyera a sí mismo una gran figura histórica a la altura de Mahatma Ghandi y Martin Luther King, digno de compartir un lugar de honor con figuras veneradas mundialmente por su temple y virtudes. Y eventualmente, terminó cayendo en el insondable pozo en el que caen los que llegan a sentirse casi dioses con derecho a todo viendo al resto de los seres humanos como simples mortales nacidos para servirlos, creyendo que la vida les debe todo y que sin ellos la continuación de la vida sería inconcebible. Y cuando por fin Francisco Barrio llegó a la gubernatura de Chihuahua, acaparando el poder que quería para poder hacer en Chihuahua todo lo que le viniera en gana, terminó por corromperse.
Nada retrata mejor lo que sucedió con Francisco Barrio que un editorial publicado en el periódico NORTE DE CIUDAD JUAREZ el domingo 9 de agosto de 1998, elaborado por el columnista Raúl Flores Simental, que bajo el título “Barrio, de los puentes a Los Pinos” plasmó las siguientes observaciones para la posteridad, observaciones que todavía hasta el día de hoy a Francisco Barrio le entran por un oído y le salen por el otro:
Hoy, a 15 años de que Francisco Barrio brincara a la política, algunos juicios pueden hacerse sobre él.
Quizá hoy, más que nunca, cuando el PRI regresa al poder en Chihuahua, sea oportuno hacer una revisión sobre esta figura pública.
Cuando en los primeros meses de 1983 se conoció que un Francisco Barrio contendería por la presidencia municipal de Ciudad Juárez, lo único que se sabía es que había sido empleado de Jaime Bermúdez y era hermano de Federico Barrio. Nada más. En los archivos de los periódicos no había fotos de él, ni se le conocía curriculum. Fue el candidato de los empresarios resentidos, que luego encontraría cobijo en el Partido Acción Nacional. Nunca antes había participado en política ni formaba parte de aquel grupo de panistas que durante mucho tiempo resistieron en condiciones de desventaja. Como se conocería algún tiempo después, los abundantes recursos para la campaña salieron de los bolsillos de Francisco Villareal, hombre acaudalado con razones de sobra para enfrentar el sistema político mexicano.
Montado en la ola de inconformidad, amparado en el membrete del PAN, con el apoyo de algunos capitales importantes, apadrinado por su hermano Federico y con la bendición de muchos miles de votantes que vieron en él un instrumento adecuado para castigar al PRI, Francisco Barrio ganó las elecciones del 83 y empezó a convertirse en el mito de los panistas que vieron en él al caudillo norteño que por décadas habían estado esperando.
Más que buen alcalde, Barrio fue un político novedoso y polémico. Con su hablar golpeado y sus botas vaqueras, se convirtió en centro de atención nacional, al que todos los periodistas querían entrevistar, porque simbolizaba la bronca oposición norteña y de alguna forma se le identificaba como el verdugo del priismo.
Una vez convertido en la figura más popular del panismo norteño, la gubernatura parecía el siguiente paso natural. Así, en 1986, en una campaña memorable, Barrio se enfrentó a Fernando Baeza en una batalla en la que el PAN desplegó toda su fuerza.
El calificativo de verano ardiente para aquel 1986, no podía ser más adecuado. Los chihuahuenses de las zonas urbanas vivieron con intensidad esos meses, porque se veía un enfrentamiento parejo y porque había la posibilidad de que Chihuahua fuera gobernado por panistas.
Finalmente, en medio de algunas irregularidades y con la atención de todo el país encima, Fernando Baeza resultó triunfador, ante la inconformidad del PAN. A partir de ese momento, y ya como caudillo indiscutible, Barrio encabezó espectaculares acciones de resistencia civil, que en Ciudad Juárez llegaron incluso a la toma de puentes internacionales, en lo que pueden considerarse las más importantes manifestaciones públicas de que se tenga memoria.
Pese a la movilización, Fernando Baeza llegó a Palacio de Gobierno, y ahí dejó transcurrir seis largos años, mismos que Barrio dedicó a su vida privada y a preparar su nueva lucha por la gubernatura.
Tras una campaña fuerte -como las que el PAN había aprendido a hacer en el norte- finalmente resultó electo gobernador y en octubre de ese año empezó a mostrar una cara diferente.
En primer lugar, se deshizo de Sergio Conde Varela, uno de sus más cercanos colaboradores durante muchos años, y empezó un acercamiento evidente con el grupo más destacado de notarios y constructores en la entidad. Entre muchas otras cosas, emprendió una batalla furiosa contra la estructura sindical del magisterio y se lanzó contra la Escuela Superior de Agricultura, la que clausuró luego de algunos conflictos violentos en los que se advirtió la tolerancia gubernamental a uno de los bandos en pugna.
Así, en pocos meses, Barrio empezó a dar un giro: se deshizo de Sergio Varela y de Héctor Mejía; aplicó mano dura a los maestros y estudiantes de la ESAHE; se acercó cada vez más a los grupos empresariales y marcó su distancia de los viejos panistas.
Luego, Barrio Gobernador -que ya era algo totalmente diferente al Barrio candidato y al Barrio víctima, encontró muchas virtudes en el entonces presidente Carlos Salinas y confesó públicamente su admiración por él. Juntos, ellos y sus familias, fueron a pasear por la tierra chihuahuense y las pláticas sostenidas bajo Los Pinos, fueron guardadas como tesoro familiar, al que nadie -mucho menos la prensa- tuvo acceso.
Atrás había quedado aquel presidente municipal treintañero, retador del sistema, de hablar bronco y vestir informal. La rebeldía se transformó en autoritarismo y el supuesto carisma que alguna vez tuvo fue sustituido por el gesto duro de quien se sabe dueño del poder. Como siempre sucede, los que lo rodeaban empezaron a hablarle al oído y Barrio creyó que estaba haciendo lo que nunca antes nadie había hecho por Chihuahua.
Como contador de profesión, se obsesionó con los números y sus incondicionales le dibujaron estadísticas que él siempre quiso ver. Transformó a Chihuahua en una gráfica color de rosa y se empeñó en venderles a los chihuahuenses la idea de que nunca antes el estado había vivido época mejor.
Mal orador, pero de voz tronante, aprovechó esa fuerza adquirida en los mítines para desatar campañas verbales, y solo verbales, contra la corrupción. Ferviente devoto de la mercadotecnia, pensó que la publicidad podría sustituír al buen gobierno y se convirtió en cliente generoso de agencias y de vendedores de fantasía. En consecuencia, sus últimos informes gubernamentales fueron organizados como se organizan los conciertos de rock: con pantallas monumentales, con decenas de amplificadores, con directores de cámaras y con transmisión satelital.
Y mientras Barrio se ocupaba de tran profundos asuntos, la corrupción policiaca se agudizaba y la educación se iba a pique. En los meses recientes, el número de ejecutados creció en todo el estado y en Ciudad Juárez la inseguridad en las calles creció de manera notoria, aunque esto no se reflejara en las gráficas alegres de él y sus funcionarios.
Un solo hecho -uno solo- puede ilustrar la ineficiencia policiaca durante los seis años de Barrio: cuando llegó a la gubernatura, prometió esclarecer el asesinato de Víctor Oropeza; hoy, siete años después del homicidio, ni siquiera se ha desempolvado el expediente y todo indica que esa muerte, como cientos más, seguirá impune.
Hoy, el juicio de los chihuahuenses ha sido muy claro. Si le dieron su voto al PRI fue porque estos seis años no lograron convencerlos.
Pensar en un solo Francisco Barrio posiblemente sea un error. Allá en el 83 hubo un Barrio bronco y quizá soñador. Vino luego un Barrio candidato, retador y animoso. En el 92 fue el Barrio triunfante, depositario de esperanzas. Después vino el Barrio bajo Los Pinos con Salinas y en Los Pinos con Salinas. Siguió el Barrio autoritario, despótico, intolerable, neurolingüístico. Al final vino el Barrio rechazado, el autor de la derrota de su partido.
Esos son los Barrios a los que habrá que pasarles revista. Es posible que el Barrio de antes del 92 tenga méritos en la consolidación del panismo, pero lo seguro es que pasará sin duda a ser uno más de los que han gobernado este estado. Porque, como todos los que lo antecedieron, y de manera más ingenua quizá, cayó embriagado por el olor de Los Pinos, que es un aroma al que los políticos tradicionales no pueden resistirse.
Y Barrio gobernador, lo demuestran los hechos, fue el más tradicional de los gobernadores, el que más pronto aprendió las reglas del poder. Ese Barrio de hoy se encargó, él solo, de sepultar a aquel Barrio bronco que hoy ya sólo es recuerdo.
El gobierno autoritario ejercido por Francisco Barrio fue tan malo y dejó tan malos recuerdos, que después de que el PAN fue echado de la gubernatura de Chihuahua en 1998 el PAN no ha podido recuperar la gubernatura. Mucha gente aún recuerda que los feminicidios de Ciudad Juárez que tan mala fama le dieron a la ciudad alrededor del mundo, un verdadero escándalo y una verdadera vergüenza no solo para Chihuahua sino para todo México, empezaron con el primer feminicidio que ocurrió a principios de 1993, esto es, a los pocos meses de que Francisco Barrio empezó a gobernar Chihuahua. Y la inseguridad que con él empezó en Chihuahua fue tan difícil de extirpar que unos años después cuando el panista Felipe Calderón llegó a la presidencia de México y declaró una guerra total contra todos los narcos recurriendo para ello al Ejército, el número de ejecutados en Ciudad Juárez creció a grado tal que se convirtió en la ciudad más violenta del mundo, peor que Iraq y Afganistán. En Chihuahua, y sobre todo en Ciudad Juárez, el “voto duro” que había logrado consolidar el PAN en los años ochenta se evaporó, y cada vez son menos los chihuahuenses y los juarenses que están dispuestos a darle al PAN una segunda oportunidad, y menos cuando quienes desde el interior del PAN ostentando una cercanía estrecha con Francisco Barriio se están perfilando ya desde estos momentos para ocupar la gubernatura de Chihuahua.
Al haberse arrastrado en forma zalamera y servil ante el presidente Carlos Salinas convirtiéndose en cómplice incondicional suyo para todo, seguramente en la creencia de que el apoyo del presidente Salinas era requisito indispensable para poder llegar a ocupar en el futuro la silla presidencial, Francisco Barrio no quiso recordar que si pudo llegar a la gubernatura de Chihuahua fue no porque el entonces presidente de México lo hubiera instalado en la gubernatura, sino porque el pueblo de Chihuahua votó por él creyendo esperanzado en sus promesas de cambio y en sus discursos de antaño. Aún con el apoyo del presidente de México, Francisco Barrio sin los votos del pueblo de Chihuahua jamás habría podido llegar a la gubernatura, no a menos de que el mismo presidente Salinas (priista) hubiera ordenado un fraude electoral descomunal a favor de Francisco Barrio (panista). Se convenció a sí mismo de que él solo por sus propios méritos podía seguir escalando hasta llegar a la presidencia, sin querer aceptar que él sin los votos de la gente respaldándolo no era nadie. Hasta la fecha, jamás ha querido reconocer que terminó traicionando y apuñalando por la espalda precisamente a quienes fueron sus más leales y sinceros colaboradores que le ayudaron a destacar en el terreno político, por eso no le fue ningún problema deshacerse de personajes como Sergio Conde Varela y Hector Mejía Gutiérrez, rodeándose en cambio de gente amoral y sin escrúpulos que solo ve por sus propios intereses y los de nadie más.
Una de las consecuencias inevitables que ejerce el poder sobre los hombres vanidosos y ególatras que carecen de valores y principios bien fundamentados es convertirlos en traidores que sólo ven por sus propios intereses personales y terminan dándole la espalda a quienes creen que ya no les son útiles o necesarios, y en esto no hay excepción a la regla. En el editorial citado arriba elaborado por Raúl Flores Simental, se mencionan algunos cuantos de aquellos a los que Francisco Barrio ya estando “arriba” les dió la espalda. Pero hubo más, muchísimos más, a quienes les clavó el puñal por la espalda, sobre todo aquellos que lo ayudaron a triunfar cuando era un Don Nadie. El editorial menciona a un Doctor Víctor Oropeza cuyo asesinato el gobernador mantuvo impune en los seis años que ocupó la gubernatura de Chihuahua, y hay razones fundamentadas para suponer que esto fue algo deliberado de parte de Francisco Barrio para no causarle problemas o disgustos al presidente Carlos Salinas de Gortari en un crimen con un muy posible trasfondo político dada la destacada labor del Doctor Víctor Manuel Oropeza como uno de los más importantes editorialistas políticos del norte de México. Ya que Francisco Barrio nunca hizo nada ni movió un solo dedo para que se abriera el caso Oropeza, un grupo de familiares y amigos del Doctor Oropeza le suplicaron al gobernador Barrio como un favor muy especial que se le pusiera el nombre del Doctor Oropeza a alguna avenida importante del estado, recordándole al gobernador Barrio que el Doctor Oropeza una vez expuso valerosamente su propia vida en una prolongada huelga de hambre en apoyo de Francisco Barrio para exigir respeto a unas elecciones en las que Francisco Barrio reclamaba su triunfo, y ello pese a que el Doctor Oropeza militaba en la izquierda y Francisco Barrio decía ser de derecha. ¿Y cómo respondió el gobernador Barrio a esta petición? En muestra de “agradecimiento” al Doctor Oropeza, les cerró la puerta y ya no quiso saber nada más de esa petición. ¡Claro, porque para el gobernador Francisco Barrio, perfilándose para ocupar la presidencia de México, ni el Doctor Oropeza ni su memoria le eran ya útiles para sus desmedidas ambiciones y propósitos personales!
De que el poder corrmpió a Francisco Barrio absolutamente no hay ya ninguna duda. Basta con ver los artículos titulados “Las cuentas pendientes de Barrio” (publicado el 5 de agosto de 2001 en el número 1292 de la revista PROCESO) y “El doble rasero del contralor Francisco Barrio” (publicado el 21 de julio de 2002 en el número 1342 de la revista PROCESO) para aquilatar el grado de descomposición al que llegó este hombre; y hay mucha información en Internet que describe al ultra-corrupto Francisco Barrio en los peores términos posibles.
El poder y la búsqueda del mismo también enceguece la razón y deja al individuo débil de temple y fortaleza completamente ciego y desconectado de la realidad. En diciembre de 1995, pese a que apenas unos meses atrás en las elecciones para renovar el Congreso del Estado el pueblo de Chihuahua le había enviado un mensaje clarísimo al gobernador Francisco Barrio Terrazas arrebatándole la mayoría absoluta de la que gozaba el PAN en el Congreso del Estado, en un claro voto de castigo y desaprobación a su lamentable actuación como gobernante, el gobernador Francisco Barrio seguía delirando imaginándose a sí mismo con amplias probabilidades de llegar a la presidencia de la República. En efecto, en una nota periodística publicada el lunes 11 de diciembre de 1995 en el periódico DIARIO DE JUAREZ titulada “”Se prepara Barrio para la grande, la nota asienta que “Firme, sin titubear, Francisco Barrio Terrazas, gobernador de Chihuahua, asevera que, sin duda, el Partido Acción Nacional (PAN) está listo para gobernar a México, primero con una mayoría en el Congreso de la Unión, luego, con la Presidencia de la República”. El reportero le pregunta: “Cuando dice "nos estamos preparando", ¿se refiere al partido o a usted?”, y Francisco Barrio responde resuelto: “Las dos cosas”. Después de todo y según lo veía Francisco Barrio en su propia óptica, ¿quién mejor que él para gobernar a todo México? ¿Quien tenía más méritos y era más merecedor de portar la banda presidencial sino él? Entre todos los mexicanos, ¿quién más grande que él? Su miopía le impidió ver que, de no haber ganado el panista Vicente Fox las elecciones presidenciales del año 2000 permitiéndole rescatar a Francisco Barrio de la obscuridad y el ostracismo político instalándolo como Secretario de la SECODAM (en donde hizo un cuestionable desempeño limitándose a aprovechar su puesto en el gabinete presidencial para promoverse a sí mismo para la presidencia de México), la carrera política de Francisco Barrio habría llegado a su fin.
En su estado natal, las personas que detestan a Francisco Barrio se cuentan por legiones. De algunas de ellas dá cuenta en analista Raúl Cremoux quien elaboró un editorial titulado “Los grotescos panchos de Barrio” publicado a finales de diciembre de 2012 en donde asienta: “Más de 120 mujeres, madres de otras tantas asesinadas o desaparecidas lo recuerdan bien. Lo maldicen. Apuntan que conoció bien sus problemas, teribles, hondos dolores sin que hiciera nada efectivo por resolverlos; ni siquiera presionar los resortes para que se hiciera justicia. Y cómo no iba a saber de lo que ellas hablan, ya que como pocos conocía el territorio. De 1977 al 78 fue director de sistemas de la alcaldía de Ciudad Juárez; luego de 1981 al 83 ocupó el cargo de presidente del Centro Empresarial de esa ciudad. De ahí, impulsado por el PAN, saltó en 1983 a la presidencia municipal de Ciudad Juárez hasta el año de 1986. Finalmente llegó a ser gobernador de todo Chihuahua de 1992 a 1998. Todas esas mujeres que sin éxito permanentemente protestan arañando y mordiendo las instancias de justicia, y otras más que se han agregado, vociferan que él conoce perfectamente bien las entrañas y la piel de Juárez, donde los asesinatos de mujeres pasaron de ser escándalo internacional a convertirse en un récord Guiness y en amargo expediente de "Aunque usted no lo crea". Las madres de las muertas expresan a gritos su indignación contra Francisco Barrio Terrazas. Todas ellas argumentan que ante sus quejas no las recibía o eran otros funcionarios quienes les daban largas. Algunas han declarado ante reporteros de diarios estadounidenses que las autoridades de entonces, como las de ahora, hasta llegaban a sonreír cuando se enteraban que antes de ser victimadas, sus hijas eran violadas o sometidas a torturas. A las madres de esos cadáveres se suman parientes cercanos, amigos, asociaciones y muchos desconocidos tanto de Chihuahua como de otras partes del país que muestran en documentos cómo Francisco Barrio, siendo gobernador del estado de Chihuahua, utilizó recursos públicos para pagar la energía eléctrica, el teléfono, el gas y otros servicios de su casa. Estas ligerezas y la inoperancia que Barrio mostró en un asunto tan delicado, evidenció la suficiente ineficacia para que otra vez el PRI regresara. No obstante estos yerros, fue invitado por Vicente Fox para formar parte del gabinetazo. De ahí, en sus redes de pescador no han caído los peces gordos prrometidos desde hace más de un año y medio ni el llamado Pemexgatge ha pasado de ser una cascada de rumores y filtraciones incompletas o calumniosas. Cuando en su natal Chihuahua las mujeres asesinadas y desaparecidas se amontonan por decenas y cientos sin que nadie sea capaz de hurgar y encontrar al o los asesinos, ¿cómo se puede aceptar un cargo en el que supuestamente se combatirá a la corrupción, hija legítima de la ineficacia y la complacencia? ¿Hasta donde se ha estimulado con este último y grotesco pancho de Barrio la corrupción en las filas del gobierno reinante si saben que el cometer ilícitos no se sanciona?”
A tal grado estaba convencido Francisco Barrio de que por su enorme grandeza y sus enormes e indiscutibles méritos era plenamente merecedor de ocupar la presidencia de México, que para la campaña presidencial del 2000 se estuvo promocionando a sí mismo con anuncios espectaculares en todo México y sobre todo en Chihuahua, lo cual a la postre resultó una mala inversión porque ni siquiera dentro del mismo PAN llegó a contar con el apoyo para obtener la candidatura para la presidencia de México. Jamás estuvo dispuesto a reconocer ninguno de sus errores, porque los dioses y los semi-dioses nunca se equivocan, y según él las críticas que ha recibido siempre han sido meras invenciones y fantasías de gente envidiosa incapaz de reconocer la enorme grandeza que Francisco Barrio se ve en sí mismo.
De cualquier manera, aunque el poder lo haya enloquecido, no está completamente loco. Muy en su interior, en lo más profundo de su subconsciente, en unos cuantos rescoldos de lucidez que lucha por contener, alcanza a percibir vagamente que si contiende por una diputación o una senaduría por la vía directa sin recurrir a las más altas posiciones disponibles dentro de las cuotas plurinominales, no tiene ninguna posibilidad de ganar. El hombre que en otro tiempo por meras circunstancias del destino podía aspirar a ocupar el cargo que hubiera querido estando seguro de que tendría a su favor el voto mayoritario del pueblo percibe que si contiende directamente por la posición que sea lo único que logrará es que los electores le manden un duro voto de castigo humillándolo, llevando a su conclusión el proceso para terminar de convertirlo en un cadáver político. Y para no exponerse a tal cosa, para no exponerse a la ira de los cientos de miles de electores que aún se acuerdan de él en muy malos términos, para seguir viviendo en un mundo de fantasía, Francisco Barrio ha recurrido a ser postulado por la vía plurinominal, echando mano del recurso que usa el que sabe que no puede ganar “a la buena” con el voto mayoritario del pueblo, limitándose a ser lanzado por la puerta trasera, la candidatura de representación proporcional, que no es más que las cuotas de poder con las que los partidos políticos tienen secuestrado al pueblo al cual dicen servir. ¡No en vano en el PAN se oponen a la desaparición de las candidaturas plurinominales!
Hoy se cumplen exactamente 25 años, un cuarto de siglo, desde que el editorialista Fernando Medina Sáenz del periódico DIARIO DE JUAREZ en su columna titulada “Fuera de libreta” publicada el domingo 7 de febrero de 1993 habló sobre la extraña metamorfosis de un flamante gobernador Francisco Barrio que a los pocos meses de ocupar la gubernatura terminó convirtiéndose en el panista más priista de todos los panistas que haya habido en la historia del México reciente, encabezando la columna con el título “Error histórico de Barrio declararse Salinista”, y que dice así:
“Pancho Barrio cometió un grave error histórico al declararse salinista... la factura le saldrá muy cara... sólo faltará que lo obliguen a apoyar al candidato priista a la Presidencia de la República”.
Así, sin cortapisas y ante numerosos funcionarios y militantes del Partido Acción Nacional que lo escuchaban, el controvertido y agudo político Porfirio Muñoz Ledo, senador de la República, fustigó al segundo gobernador panista que llegó al poder con el voto ciudadano y que, por ello, no necesitaba andar de adulón.
Pero... lo hemos dicho, esas posturas adoptadas por el de Satevó, en lugar de beneficiarlo lo han alejado de quienes confiaron en él y le dieron el voto, esperando que se produjeran cambios substanciales y que realmente los chihuahuenses veríamos el despegue de nuestra entidad y, sobre todo, la demanda más sentida, la seguridad pública.
El ex candidato a gobernador de Guanajuato, sin cortapisas y con la franqueza que lo caracteriza, no tuvo empacho para decir clara y repetidamente, que si bien respeta a Barrio por su permanente lucha por la democracia, incurrió en un error histórico: declararse salinista.
El legislador incluso hizo la comparación del mandatario chihuahuense con el carismático gobernador de
Baja California, Ernesto Ruffo Appel, a quien le brindó un reconocimiento por su entrega, por su afán permanente de que la federación modifique los criterios fiscales y concretamente lo alabó por haber realizado los comicios más limpios y transparentes de que se tenga memoria en el país.
Como conocemos, Ruffo Appel, al acceder al poder, promovió un Padrón Electoral Estatal, credenciales de elector con fotografía, anticipándose incluso a los proyectos del Instituto Federal Electoral (hoy INE) y al mismo gobierno, que le daba largas a este programa de fotocredencialización.
Ruffo no solamente logró consolidar las posiciones ganadas en 1988, sino que las amplió y eso ha motivado el reconocimiento de las demás fuerzas políticas del país, incluyendo el Revolucionario Institucional, que vio dolido cómo no pudo remontar el camino perdido.
Y si bien en su paso por el poder Francisco Barrio no hizo nada por los chihuahuenses, Francisco Barrio sí hizo mucho (y bastante) por Francisco Barrio: se hizo multimillonario. Antes de comenzar su carrera política, tenía su vivienda en la calle México situada a una cuadra del Colegio Latinoamericano, una casa que aún está allí aunque ya no es ocupada por la familia de Francisco Barrio. Ya después, él y su familia vivían en una residencia que ocupa la extensión de una cuadra, cercada y hasta con torre de vigilancia, como corresponde a un rey. Porque, después de todo, y según se sigue viendo Francisco Barrio a sí mismo hasta el día de hoy, ¿acaso no es lo menos que se merece uno de los hombres más grandes que haya tenido la historia de México, más grande incluso que su tocayo Francisco I. Madero, más grande que Benito Juárez, más grande incluso que el mismo padre de la Patria Don Miguel Hidalgo y Costilla? Y hasta la fecha aún cree, en su cerebro que quedó desequilibrado en su paso por el poder, que sigue teniendo amplias posibilidades de llegar a ocupar la presidencia de México y que sigue teniendo el mismo apoyo popular y las simpatías de ante, incluyendo aquellos a quienes traicionó y les dió la espalda una vez que llegó a la gubernatura y gozó de altos puestos en el gabinete presidencial. Hasta el día de hoy, con su visión completamente atrofiada y desconectado por completo de la realidad, Francisco Barrio se sigue creyendo presidenciable, sigue creyendo que él es uno de los hombres más importantes que pueda haber en todo México y que su fuerza política no tiene límites, a grado tal que ha estado promoviendo soterradamente a su ahijado político Javier Corral para encausarlo a ocupar la gubernatura de Chihuahua en las elecciones que se celebrarán en el 20016, lo cual empezó ya con el apoyo personal de Francisco Barrio y Javier Corral a una denuncia interpuesta en contra del Gobernador César Duarte Jáquez, con el objetivo de presionarlo y obligarlo a renunciar haciéndole un escándalo diario en los medios con motivo de dicha denuncia, para así anotarse el “primer gran triunfo” en el encausamiento de Javier Corral hacia la gubernatura de Chihuahua (el Gobernador César Duarte ya dejó en claro que no piensa darle gusto a los escándalos mediáticos promovidos por estos dos personajes).
Cuentan las crónicas de la Revolución de 1910 que a Emiliano Zapata se le ofreció en bandeja de plata ocupar la silla presidencial de México, pero en una muestra extraordinaria de visión y madurez, el caudillo la rechazó justificando su decisión diciendo que la silla presidencial estaba embrujada, que quien se sentaba en ella siendo un hombre bueno se levantaba de ella siendo un hombre malo. Francisco Barrio no tuvo que llegar a ocupar la presidencia de México para pasar por esa metamorfosis irreversible de la que advirtió Emiliano Zapata. Bastó con la mera creencia de que tarde o temprano llegaría a ocupar la silla presidencial para trastornarlo.
Antes del desmantelamiento del viejo régimen político en el que un solo partido tenía el monopolio del poder, era fácil acusar a dicho partido de todo lo malo que ocurría en México, porque no había nadie más a quien culpar. Todo era pintado en blanco y negro sin matices de gris. Y se creía ingenuamente que si dicho partido salía del poder, entonces se acabaría para siempre con la corrupción en México al ser echados a la cárcel todos los funcionarios corruptos y ladrones. Sin embargo, el PRI dejó de ocupar la presidencia por 12 años, y la transición utópica que muchos creían que se daría con la alternancia hasta la fecha no ha ocurrido. La lección histórica a aprender es que la democracia por sí sola no es suficiente, aunque es una buena alternativa para castigar con el voto a los malos gobernantes ésta tiene sus límites. Igual se creyó hace pocos años cuando dió inicio la “primavera árabe” que terminó derrocando viejas dictaduras en Medio Oriente, se creyó que con la caída de las dictaduras y el advenimiento de la democracia vendría una nueva era de paz y prosperidad para los países árabes. Hoy, a unos cuantos años después, no solo no están mejor, en varios de esos países están mil veces peor que antes, y ya echan de menos sus viejas e irretornables dictaduras, teniéndose que enfrentar nuevas y graves amenazas para la paz mundial como el brutal y sanguinario grupo terrorista Estado Islámico que antes no existía.
Más que un cambio en su forma de gobierno, lo que necesita cualquier país es la guía firme de hombres públicos íntegros preparados para resistir las distorsiones de la realidad y el eventual enloquecimiento que el efecto corruptor del poder trae consigo, hombres probos como el presidente Abraham Lincoln que abolió la esclavitud en los Estados Unidos. El problema es que estos hombres no se dan en maceta, y más bien son sumamente escasos, mientras que los que más abundan son individuos como Calígula, Nicolae Ceausescu, Victoriano Huerta, José López Portillo y Francisco Barrio. La historia mundial está repleta de individuos como ellos, y si no fuera por ellos posiblemente viviríamos... en el paraíso.
miércoles, 4 de febrero de 2015
Nuevo desafío a las religiones establecidas
Recientemente, la ciencia ha dado otro paso importante para poner en jaque otro más de los dogmas de las religiones establecidas, que sin duda alguna se sumará al descubrimiento de la teoría de la evolución, la teoría heliocéntrica de Galileo y el descubrimiento de la píldora anticonceptiva como fuente de discordia entre la ciencia y las religiones establecidas. Esto ocurrió cuando en el Reino Unido la Cámara de los Comunes británica dió luz verde a que sea posible la concepción del primer bebé con tres padres genéticos, aprobando una legislación que autorizará una técnica de reproducción asistida que utiliza el ADN de tres personas. Esta técnica fue aprobada en la cámara baja con el voto a favor de 382 diputados (las tres cuartas partes) frente a 128 en contra, suscitando un enconado debate ético y contando (como siempre) con la oposición de la Iglesia. Reino Unido se convertirá (tras la previsible aprobación en la Cámara alta) en el primer país que dará luz verde a los llamados bebés de tres padres, ayudando a cerca de 150 parejas que cada año pierden a sus bebés por enfermedades mitocondriales.
La técnica consiste esencialmente de una especie de trasplante de órganos a escala microscópica, o un trasplante in vitro de orgánulos celulares. Las células están formadas por el núcleo y el citoplasma. El primero contiene el ADN. Y en el citoplasma están los pequeños órganos u orgánulos que llevan a cabo las instrucciones del ADN. Uno de ellos son las mitocondrias, que transforman el alimento en energía para la célula y contienen una pequeña porción de ADN extranuclear importante para el desarrollo de esa labor. Existe la percepción generalizada (y equivocada) de que en la producción de un feto humano únicamente intervienen el ADN proporcionado por un espermatozoide del padre y el ADN interior al óvulo de la madre. Hay, sin embargo, otro ADN dentro del óvulo de la madre pero exterior al núcleo del óvulo, que también proporciona algo de material genético para la formación del individuo, se trata del ADN mitocondrial. Y he aquí la posibilidad que abre la ciencia: si se extrae no el ADN del núcleo del óvulo de la madre sino el ADN mitocondrial exterior al núcleo del óvulo pero interior al óvulo, y se reemplaza el ADN mitocondrial del óvulo con el ADN mitocondrial proveniente de otra persona, el ADN final resultante será la combinación no tan solo del ADN del padre y de la madre sino también del ADN mitocondrial que puede ser el de la madre (produciendo un hijo de dos padres) o que puede ser de una tercera persona (produciendo un hijo de tres padres). Desde luego que hay otra alternativa posible, la cual consiste en extraer el núcleo del óvulo de la madre con su ADN mitocondrial defectuoso, y transplantarlo al óvulo de una donante cuyo ADN mitocondrial no está defectuoso, lo cual de hecho es algo mucho más fácil de llevar a cabo.
¿Qué razón válida habría para efectuar este tipo de experimentos? ¿Mejorar la raza manipulando lo que se ha dado en llamar bebés de probeta? En realidad, no, al menos no es la razón por la cual se aprobó esta nueva técnica en Inglaterra.
En las enfermedades mitocondriales, cuando se dan, estos pequeños órganos de la célula, que se transmiten por vía materna no funcionan correctamente. De manera que los bebés que nacen con estas células dañadas pueden sufrir daños cerebrales, pérdida de masa muscular, fallo cardíaco y ceguera, y en muchos casos fallecen antes del primer año de vida. Solo un trasplante puede salvarlos pero, para que afecte a cada una de las cien trillones de células que hay en un cuerpo, este debe realizarse inmediatamente después de la concepción. Por eso se necesita utilizar técnicas de fecundación in vitro.
La técnica, desarrollada en Newcastle, combina el ADN de los dos progenitores con la mitocondria sana de una donante mujer. De ahí el nombre popular de los tres padres. Aunque, de hecho, sería más correcto hablar de 2,002 padres, ya que solo casi el 0,2% (en concreto, el 0,18%) del ADN de la donante pasa al embrión y, aunque sí se transmite a generaciones posteriores, no afecta a características esenciales del individuo. También los órganos trasplantados convencionalmente contienen ADN del donante, y no se mezclan sus características genéticas con las del receptor de una manera relevante.
En el laboratorio básicamente se fertilizan dos óvulos, uno de la madre y otro de la donante, con espermatozoides del padre. Se retira el núcleo de los dos embriones resultantes, y solo se conserva el creado por los padres. Ese núcleo se introduce en el embrión de la donante, sustituyendo al núcleo que se ha desechado. Y el embrión resultante se coloca en el útero de la madre. Lo mismo se puede hacer a escala de óvulo, antes de la fertilización. En ambos casos, el cambio es permanente y la futura descendencia del bebé que nazca con esta técnica estará también libre de la enfermedad mitocondrial.
Julio Montoya, especialista en patología mitocondrial, explica que la terapia es esperanzadora y “muy buena”. Además técnicamente no es muy compleja. “Estamos expectantes”, comentaba, antes de conocer el resultado de la votación, este catedrático en Bioquímica de la Universidad de Zaragoza, que colabora como asesor científico con la Asociación de Enfermos de Patologías Mitocondriales. Sin embargo, a pesar de los avales recibidos, incluso por un grupo de premios Nobel, el riesgo cero no existe, y Montoya plantea dos incertidumbres. La actividad de las mitocondrias no solo viene regulada por las proteínas producidas por el ADN de estos orgánulos (apenas 37 genes), sino también por las que produce el núcleo de la célula (con unos 20.000 genes). Como la técnica da como resultado la combinación en la misma célula de mitocondrias de donante con un núcleo celular de origen distinto (de los padres) cabe la posibilidad de que las proteínas mitocondriales y las de núcleo celular sean incompatibles. Y, por ello, se produzcan errores en la fábrica de energía en la célula y las patologías asociadas a esta disfunción, precisamente lo que se pretende evitar.
Hay otro riesgo, menos grave. La técnica implica transferir el núcleo del embrión de los padres o del óvulo de la madre a óvulos o embriones de donante. En esta operación se podrían arrastrar mitocondrias enfermas a los óvulos o embriones huéspedes. Si fueran pocas, el riesgo de enfermedad sería muy bajo. Aunque, en el caso de las niñas, seguirían siendo portadoras (y transmisoras) de mitocondrias afectadas.
Como era de esperarse, altos prelados de la Iglesia de Inglaterra y de la Iglesia Católica en el país, así como determinados miembros de la comunidad científica, habían pedido el voto en contra de la aprobación de esta legislación, pues consideran que la técnica plantea aún determinadas incertidumbres éticas. La oposición de la Iglesia radica, en parte, en que la técnica implica la destrucción de un embrión, y en que consideran que podría abrir la puerta a futuras modificaciones genéticas en los embriones. Pero esta técnica en sí misma no supone la alteración del ADN nuclear, de modo que no podría utilizarse para la ingeniería genética o el diseño de bebés. Dos hermanos, uno de los cuales haya pasado por un trasplante mitocondrial, no serían más diferentes entre sí que dos hermanos que no lo hayan pasado.
La diputada conservadora Fiona Bruce, que lideraba la oposición a la iniciativa, argumentó que la regulación que la Cámara tenía ante sí “fracasa en los dos aspectos, el ético y el de seguridad, y ambos están inextricablemente interconectados”. "¿Estamos contentos con sacrificar dos vidas humanas incipientes para crear una tercera?", preguntó. Como ella, otros diputados consideraron que el tiempo establecido para el debate, de 90 minutos, era demasiado corto para un tema tan controvertido éticamente.
Jane Ellison, secretaria de Estado conservadora de Sanidad Pública, aseguró que la donación mitocondrial había sido objeto de un extenso escrutinio durante años y que esta tarde era ya la hora de que los diputados votaran. Las técnicas contempladas en la regulación, dijo a la Cámara, suponen la única esperanza para las mujeres portadoras de estas patalogías de tener “hijos genéticamente sanos” que no sufran las “devastadoras y a menudo mortales consecuencias” de la enfermedad mitocondrial.
Doug Turnbull, director del centro Wellcome Trust para la investigación mitocondrial, donde se ha desarrollado esta técnica pionera, había pedido el voto a favor de los diputados. “Es una investigación sugerida por los pacientes, aprobada por los pacientes y es para los pacientes, ese es el mensaje importante”, declaró a la BBC. Le apoyaron premios Nobel británicos, 40 científicos de primera línea de 14 países y diferentes asociaciones de bioética.
El Gobierno británico de David Cameron —una coalición formada por conservadores y liberal demócratas—, al igual que la oposición laborista, había mostrado su apoyo al procedimiento, pero los diputados tuvieron voto libre, por tratarse de un tema muy sensible. Tras aprobarse esta enmienda a la Ley de Embriología y Fertilización Humana de 2008, la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana aprobará ahora la licencia para que se empiece a aplicar la técnica. El primer bebé con material genético de tres personas podría nacer en 2016.
En realidad, y a estas alturas, los argumentos de índole religiosa en contra del procedimiento parecen carecer de justificación. El propósito primario y fundamental de la nueva técnica es salvar a niños que de otro modo nacerían con enfermedades terribles e incurables, dándoles la oportunidad de que puedan nacer sanos y saludables. Y más importante aún, estos niños que nacen sanos y saludables, al haberse removido el ADN mitocondrial atrofiado con el cual habrían nacido irremediablemente, ya no le transmitirán ese ADN a sus propios hijos porque ya no obra en ellos. En pocas palabras, es una cura permanente que se va transmitiendo de generación a generación.
El objetivo, pues, es la sanación, la curación de algo para lo que antes no había cura alguna. ¿Qué padre no quisiera esto para sus hijos? Y por evitarle a sus hijos un mal terrible que los llevará en forma segura a la muerte a los pocos años de haber nacido, y esto padeciendo sufrimientos que ni siquiera se pueden empezar a describir, muchos padres seguramente están dispuestos a cambiar de religión o inclusive de renunciar a todo tipo de religión, si tal es el caso.
Las religiones establecidas pueden oponerse a cualquier tipo de procedimiento que altere la forma natural en la que son concebidos los hijos, clasificándolo como un pecado. ¿Pero acaso no dicen estas mismas religiones que una de sus misiones fundamentales es la defensa de la vida? ¿Por qué oponerse entonces a un descubrimiento científico cuyo objetivo es precisamente ése, garantizar una vida larga y saludable evitando lo que de otra manera sería una sentencia de muerte segura?
En los tiempos de Jesús de Nazareth, buena parte de los prodigios que obró Jesús de acuerdo a los Evangelios fueron prodigios de sanación, de curación, de dar esperanza a los enfermos que habían sido deshauciados por los galenos de su tiempo. Su mensaje era uno de sanación, no de condena. ¿Por qué no tomar entonces el ejemplo de Jesús, si realmente lo que se quiere es proteger la vida en todas sus formas? Se puede argumentar también que, de no haber sido la voluntad del Supremo Hacedor que se descubriera este tipo de técnicas para obtener curas, las cosas habrían estado arregladas en la Creación de modo tal que al hombre jamás se le habría permitido tener acceso a este tipo de cosas, estaría impedido de varias maneras para ello. Y si se le han dado al hombre el intelecto y los recursos para lograr este tipo de cosas, entonces no usarlas para llevar a cabo la sanación de lo que de otro modo sería incurable sería un verdadero pecado.
El argumento esgrimido por la diputada conservadora Fiona Bruce que acusa que con la nueva técnica se sacrifican dos vidas humanas incipientes para crear una tercera es francamente infantil, por no decir ignorante y estúpido. En todo caso, lo único que queda trunco es el óvulo que posee el ADN mitocondrial defectuoso, y este junto con la sentencia de muerte que le acarrea al recién nacido el ADN mitocondrial defectuoso son razones más que suficientes para dar dicho embrión por desechable, sobre todo tratándose de algo que ninguna pareja en su sano juicio aceptaría como alternativa de donación. Por otro lado, también es cierto que a lo largo de la vida de toda mujer se van desechando (la misma Naturaleza se encarga de ello, por la vía de la menstruación) cientos de óvulos que jamás serán fecundados. ¿Se debe sentir una mujer culpable porque todos esos óvulos que no fueron utilizados para crear nueva vida hayan sido desaprovechados, tratándose el asunto como si fuera el asesinato en masa de muchas vidas humanas incipientes? Desde luego que no, y ni siquiera la diputada Fiona Bruce se ha de sentir culpable de no haberle dado a muchos de sus embriones, vidas humanas incipientes según ella y los prelados que la asesoran, la oportunidad de convertirse en nuevos seres humanos. Se trata en esencia del mismo argumento usado para oponerse al uso de la píldora anticonceptiva y el condón como métodos de planificación familiar, el supuesto asesinato en masa de seres a los que se les está negando la oportunidad de nacer, seres no en esencia sino “en potencia”, que podrían ser pero que no podrán ser por negarle a la fecundación la posibilidad de que pueda ocurrir aún tratándose de casos de parejas que viven en la miseria y con diez hijos a los cuales les es imposible traer un hijo más a un mundo sobrepoblado en exceso.
Ni siquiera es posible argumentar en contra de la nueva técnica que la concepción de un hijo proveniente de tres padres (en realidad, un padre y dos madres) es un pecado de índole carnal (el pecado de la carne es considerado pecado mortal) propio de un degenerado e inmoral concubinato menage a trois, porque en la puesta en práctica del procedimiento no se obtiene gratificación sexual alguna; por el contrario, se trata de un mero procedimiento de laboratorio que para muchos puede constituír un verdadero sacrificio motivo de pena, tanto para el donante del esperma (el padre) como para las donantes de los óvulos (las dos madres). En ningún momento del procedimiento que se debe llevar a cabo en una clínica esterilizada hay contacto físico alguno entre cualquiera de los tres progenitores, cada cual posiblemente ocupe un cuarto separado mientras los laboratoristas recogen los especímenes; y la única razón que la gran mayoría de los progenitores tendría para someterse voluntariamente a lo que puede consistir para ellos incluso en una especie de humillación sería el ver a los hijos que van a tener liberados por el resto de sus vidas de la marca de un mal incurable.
En otros tiempos, las religiones establecidas tenían a su disposición recursos tales como la Santa Inquisición para castigar lo que se llamaban herejías y violaciones a todo lo que se consideraba dogma establecido. Pero en estos tiempos ya no se cuenta con tales recursos, el único recurso disponible es la fuerza del convencimiento, pero para convencer a quienes quieran tener hijos sanos que no recurran a este tipo de avances científicos para garantizarle a sus hijos una vida libre de serias enfermedades, se tendrá que recurrir a argumentos sólidos y creíbles. Y al menos en la Cámara de los Comunes en el Reino Unido, tales argumentos no se dieron en este mes de febrero de 2015 en donde la cuarta parte de los diputados no fueron convencidos de votar en contra de la “nueva herejía”, más preocupados por salvar las vidas de niños inocentes amenazados por el ADN mitocondrial defectuoso que por la posibilidad de irse al infierno. Falta, desde luego, ver lo que ocurrirá en países con poblaciones mayoritariamente católicas como México, Chile y Perú cuando este mismo asunto sea legislado, aunque los países en donde la técnica sea prohibida los pertenecientes a las clases acomodadas siempre tendrán la opción de comprarse un boleto de avión para viajar a Inglaterra para someterse al tratamiento, no así los pertenecientes a los estratos económicos bajos y quienes como siempre no tendrán otra opción más que aguantarse y resignarse a su destino.
La técnica consiste esencialmente de una especie de trasplante de órganos a escala microscópica, o un trasplante in vitro de orgánulos celulares. Las células están formadas por el núcleo y el citoplasma. El primero contiene el ADN. Y en el citoplasma están los pequeños órganos u orgánulos que llevan a cabo las instrucciones del ADN. Uno de ellos son las mitocondrias, que transforman el alimento en energía para la célula y contienen una pequeña porción de ADN extranuclear importante para el desarrollo de esa labor. Existe la percepción generalizada (y equivocada) de que en la producción de un feto humano únicamente intervienen el ADN proporcionado por un espermatozoide del padre y el ADN interior al óvulo de la madre. Hay, sin embargo, otro ADN dentro del óvulo de la madre pero exterior al núcleo del óvulo, que también proporciona algo de material genético para la formación del individuo, se trata del ADN mitocondrial. Y he aquí la posibilidad que abre la ciencia: si se extrae no el ADN del núcleo del óvulo de la madre sino el ADN mitocondrial exterior al núcleo del óvulo pero interior al óvulo, y se reemplaza el ADN mitocondrial del óvulo con el ADN mitocondrial proveniente de otra persona, el ADN final resultante será la combinación no tan solo del ADN del padre y de la madre sino también del ADN mitocondrial que puede ser el de la madre (produciendo un hijo de dos padres) o que puede ser de una tercera persona (produciendo un hijo de tres padres). Desde luego que hay otra alternativa posible, la cual consiste en extraer el núcleo del óvulo de la madre con su ADN mitocondrial defectuoso, y transplantarlo al óvulo de una donante cuyo ADN mitocondrial no está defectuoso, lo cual de hecho es algo mucho más fácil de llevar a cabo.
¿Qué razón válida habría para efectuar este tipo de experimentos? ¿Mejorar la raza manipulando lo que se ha dado en llamar bebés de probeta? En realidad, no, al menos no es la razón por la cual se aprobó esta nueva técnica en Inglaterra.
En las enfermedades mitocondriales, cuando se dan, estos pequeños órganos de la célula, que se transmiten por vía materna no funcionan correctamente. De manera que los bebés que nacen con estas células dañadas pueden sufrir daños cerebrales, pérdida de masa muscular, fallo cardíaco y ceguera, y en muchos casos fallecen antes del primer año de vida. Solo un trasplante puede salvarlos pero, para que afecte a cada una de las cien trillones de células que hay en un cuerpo, este debe realizarse inmediatamente después de la concepción. Por eso se necesita utilizar técnicas de fecundación in vitro.
La técnica, desarrollada en Newcastle, combina el ADN de los dos progenitores con la mitocondria sana de una donante mujer. De ahí el nombre popular de los tres padres. Aunque, de hecho, sería más correcto hablar de 2,002 padres, ya que solo casi el 0,2% (en concreto, el 0,18%) del ADN de la donante pasa al embrión y, aunque sí se transmite a generaciones posteriores, no afecta a características esenciales del individuo. También los órganos trasplantados convencionalmente contienen ADN del donante, y no se mezclan sus características genéticas con las del receptor de una manera relevante.
En el laboratorio básicamente se fertilizan dos óvulos, uno de la madre y otro de la donante, con espermatozoides del padre. Se retira el núcleo de los dos embriones resultantes, y solo se conserva el creado por los padres. Ese núcleo se introduce en el embrión de la donante, sustituyendo al núcleo que se ha desechado. Y el embrión resultante se coloca en el útero de la madre. Lo mismo se puede hacer a escala de óvulo, antes de la fertilización. En ambos casos, el cambio es permanente y la futura descendencia del bebé que nazca con esta técnica estará también libre de la enfermedad mitocondrial.
Julio Montoya, especialista en patología mitocondrial, explica que la terapia es esperanzadora y “muy buena”. Además técnicamente no es muy compleja. “Estamos expectantes”, comentaba, antes de conocer el resultado de la votación, este catedrático en Bioquímica de la Universidad de Zaragoza, que colabora como asesor científico con la Asociación de Enfermos de Patologías Mitocondriales. Sin embargo, a pesar de los avales recibidos, incluso por un grupo de premios Nobel, el riesgo cero no existe, y Montoya plantea dos incertidumbres. La actividad de las mitocondrias no solo viene regulada por las proteínas producidas por el ADN de estos orgánulos (apenas 37 genes), sino también por las que produce el núcleo de la célula (con unos 20.000 genes). Como la técnica da como resultado la combinación en la misma célula de mitocondrias de donante con un núcleo celular de origen distinto (de los padres) cabe la posibilidad de que las proteínas mitocondriales y las de núcleo celular sean incompatibles. Y, por ello, se produzcan errores en la fábrica de energía en la célula y las patologías asociadas a esta disfunción, precisamente lo que se pretende evitar.
Hay otro riesgo, menos grave. La técnica implica transferir el núcleo del embrión de los padres o del óvulo de la madre a óvulos o embriones de donante. En esta operación se podrían arrastrar mitocondrias enfermas a los óvulos o embriones huéspedes. Si fueran pocas, el riesgo de enfermedad sería muy bajo. Aunque, en el caso de las niñas, seguirían siendo portadoras (y transmisoras) de mitocondrias afectadas.
Como era de esperarse, altos prelados de la Iglesia de Inglaterra y de la Iglesia Católica en el país, así como determinados miembros de la comunidad científica, habían pedido el voto en contra de la aprobación de esta legislación, pues consideran que la técnica plantea aún determinadas incertidumbres éticas. La oposición de la Iglesia radica, en parte, en que la técnica implica la destrucción de un embrión, y en que consideran que podría abrir la puerta a futuras modificaciones genéticas en los embriones. Pero esta técnica en sí misma no supone la alteración del ADN nuclear, de modo que no podría utilizarse para la ingeniería genética o el diseño de bebés. Dos hermanos, uno de los cuales haya pasado por un trasplante mitocondrial, no serían más diferentes entre sí que dos hermanos que no lo hayan pasado.
La diputada conservadora Fiona Bruce, que lideraba la oposición a la iniciativa, argumentó que la regulación que la Cámara tenía ante sí “fracasa en los dos aspectos, el ético y el de seguridad, y ambos están inextricablemente interconectados”. "¿Estamos contentos con sacrificar dos vidas humanas incipientes para crear una tercera?", preguntó. Como ella, otros diputados consideraron que el tiempo establecido para el debate, de 90 minutos, era demasiado corto para un tema tan controvertido éticamente.
Jane Ellison, secretaria de Estado conservadora de Sanidad Pública, aseguró que la donación mitocondrial había sido objeto de un extenso escrutinio durante años y que esta tarde era ya la hora de que los diputados votaran. Las técnicas contempladas en la regulación, dijo a la Cámara, suponen la única esperanza para las mujeres portadoras de estas patalogías de tener “hijos genéticamente sanos” que no sufran las “devastadoras y a menudo mortales consecuencias” de la enfermedad mitocondrial.
Doug Turnbull, director del centro Wellcome Trust para la investigación mitocondrial, donde se ha desarrollado esta técnica pionera, había pedido el voto a favor de los diputados. “Es una investigación sugerida por los pacientes, aprobada por los pacientes y es para los pacientes, ese es el mensaje importante”, declaró a la BBC. Le apoyaron premios Nobel británicos, 40 científicos de primera línea de 14 países y diferentes asociaciones de bioética.
El Gobierno británico de David Cameron —una coalición formada por conservadores y liberal demócratas—, al igual que la oposición laborista, había mostrado su apoyo al procedimiento, pero los diputados tuvieron voto libre, por tratarse de un tema muy sensible. Tras aprobarse esta enmienda a la Ley de Embriología y Fertilización Humana de 2008, la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana aprobará ahora la licencia para que se empiece a aplicar la técnica. El primer bebé con material genético de tres personas podría nacer en 2016.
En realidad, y a estas alturas, los argumentos de índole religiosa en contra del procedimiento parecen carecer de justificación. El propósito primario y fundamental de la nueva técnica es salvar a niños que de otro modo nacerían con enfermedades terribles e incurables, dándoles la oportunidad de que puedan nacer sanos y saludables. Y más importante aún, estos niños que nacen sanos y saludables, al haberse removido el ADN mitocondrial atrofiado con el cual habrían nacido irremediablemente, ya no le transmitirán ese ADN a sus propios hijos porque ya no obra en ellos. En pocas palabras, es una cura permanente que se va transmitiendo de generación a generación.
El objetivo, pues, es la sanación, la curación de algo para lo que antes no había cura alguna. ¿Qué padre no quisiera esto para sus hijos? Y por evitarle a sus hijos un mal terrible que los llevará en forma segura a la muerte a los pocos años de haber nacido, y esto padeciendo sufrimientos que ni siquiera se pueden empezar a describir, muchos padres seguramente están dispuestos a cambiar de religión o inclusive de renunciar a todo tipo de religión, si tal es el caso.
Las religiones establecidas pueden oponerse a cualquier tipo de procedimiento que altere la forma natural en la que son concebidos los hijos, clasificándolo como un pecado. ¿Pero acaso no dicen estas mismas religiones que una de sus misiones fundamentales es la defensa de la vida? ¿Por qué oponerse entonces a un descubrimiento científico cuyo objetivo es precisamente ése, garantizar una vida larga y saludable evitando lo que de otra manera sería una sentencia de muerte segura?
En los tiempos de Jesús de Nazareth, buena parte de los prodigios que obró Jesús de acuerdo a los Evangelios fueron prodigios de sanación, de curación, de dar esperanza a los enfermos que habían sido deshauciados por los galenos de su tiempo. Su mensaje era uno de sanación, no de condena. ¿Por qué no tomar entonces el ejemplo de Jesús, si realmente lo que se quiere es proteger la vida en todas sus formas? Se puede argumentar también que, de no haber sido la voluntad del Supremo Hacedor que se descubriera este tipo de técnicas para obtener curas, las cosas habrían estado arregladas en la Creación de modo tal que al hombre jamás se le habría permitido tener acceso a este tipo de cosas, estaría impedido de varias maneras para ello. Y si se le han dado al hombre el intelecto y los recursos para lograr este tipo de cosas, entonces no usarlas para llevar a cabo la sanación de lo que de otro modo sería incurable sería un verdadero pecado.
El argumento esgrimido por la diputada conservadora Fiona Bruce que acusa que con la nueva técnica se sacrifican dos vidas humanas incipientes para crear una tercera es francamente infantil, por no decir ignorante y estúpido. En todo caso, lo único que queda trunco es el óvulo que posee el ADN mitocondrial defectuoso, y este junto con la sentencia de muerte que le acarrea al recién nacido el ADN mitocondrial defectuoso son razones más que suficientes para dar dicho embrión por desechable, sobre todo tratándose de algo que ninguna pareja en su sano juicio aceptaría como alternativa de donación. Por otro lado, también es cierto que a lo largo de la vida de toda mujer se van desechando (la misma Naturaleza se encarga de ello, por la vía de la menstruación) cientos de óvulos que jamás serán fecundados. ¿Se debe sentir una mujer culpable porque todos esos óvulos que no fueron utilizados para crear nueva vida hayan sido desaprovechados, tratándose el asunto como si fuera el asesinato en masa de muchas vidas humanas incipientes? Desde luego que no, y ni siquiera la diputada Fiona Bruce se ha de sentir culpable de no haberle dado a muchos de sus embriones, vidas humanas incipientes según ella y los prelados que la asesoran, la oportunidad de convertirse en nuevos seres humanos. Se trata en esencia del mismo argumento usado para oponerse al uso de la píldora anticonceptiva y el condón como métodos de planificación familiar, el supuesto asesinato en masa de seres a los que se les está negando la oportunidad de nacer, seres no en esencia sino “en potencia”, que podrían ser pero que no podrán ser por negarle a la fecundación la posibilidad de que pueda ocurrir aún tratándose de casos de parejas que viven en la miseria y con diez hijos a los cuales les es imposible traer un hijo más a un mundo sobrepoblado en exceso.
Ni siquiera es posible argumentar en contra de la nueva técnica que la concepción de un hijo proveniente de tres padres (en realidad, un padre y dos madres) es un pecado de índole carnal (el pecado de la carne es considerado pecado mortal) propio de un degenerado e inmoral concubinato menage a trois, porque en la puesta en práctica del procedimiento no se obtiene gratificación sexual alguna; por el contrario, se trata de un mero procedimiento de laboratorio que para muchos puede constituír un verdadero sacrificio motivo de pena, tanto para el donante del esperma (el padre) como para las donantes de los óvulos (las dos madres). En ningún momento del procedimiento que se debe llevar a cabo en una clínica esterilizada hay contacto físico alguno entre cualquiera de los tres progenitores, cada cual posiblemente ocupe un cuarto separado mientras los laboratoristas recogen los especímenes; y la única razón que la gran mayoría de los progenitores tendría para someterse voluntariamente a lo que puede consistir para ellos incluso en una especie de humillación sería el ver a los hijos que van a tener liberados por el resto de sus vidas de la marca de un mal incurable.
En otros tiempos, las religiones establecidas tenían a su disposición recursos tales como la Santa Inquisición para castigar lo que se llamaban herejías y violaciones a todo lo que se consideraba dogma establecido. Pero en estos tiempos ya no se cuenta con tales recursos, el único recurso disponible es la fuerza del convencimiento, pero para convencer a quienes quieran tener hijos sanos que no recurran a este tipo de avances científicos para garantizarle a sus hijos una vida libre de serias enfermedades, se tendrá que recurrir a argumentos sólidos y creíbles. Y al menos en la Cámara de los Comunes en el Reino Unido, tales argumentos no se dieron en este mes de febrero de 2015 en donde la cuarta parte de los diputados no fueron convencidos de votar en contra de la “nueva herejía”, más preocupados por salvar las vidas de niños inocentes amenazados por el ADN mitocondrial defectuoso que por la posibilidad de irse al infierno. Falta, desde luego, ver lo que ocurrirá en países con poblaciones mayoritariamente católicas como México, Chile y Perú cuando este mismo asunto sea legislado, aunque los países en donde la técnica sea prohibida los pertenecientes a las clases acomodadas siempre tendrán la opción de comprarse un boleto de avión para viajar a Inglaterra para someterse al tratamiento, no así los pertenecientes a los estratos económicos bajos y quienes como siempre no tendrán otra opción más que aguantarse y resignarse a su destino.
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