Desde que la empresa Microsoft nació y creció exponencialmente como resultado de un contrato establecido con la empresa de computadoras IBM cuando la otrora poderosísima empresa IBM fabricante de equipos de oficina y computadoras para grandes empresas de todo tipo decidió entrar en el mercado de las computadoras personales caseras basadas en torno a los nuevos circuitos integrados conocidos como microprocesadores, Microsoft siempre se había dedicado única y exclusivamente a elaborar el “software” básico para las computadoras caseras conocido como el sistema operativo. Microsoft no tenía ninguna nave industrial (fábrica) en donde se llevara a cabo el ensamble de tarjetas de circuito impreso con circuitos electrónicos y soldadura y conectores de todo tipo para discos duros o bocinas, no tenía absolutamente nada para construír y vender ni siquiera una computadora de juguete, no tenía nada relacionado con las tuercas y tornillos de la electrónica en lo que hoy se conoce como “hardware”. Su único producto eran programas de sistema operativo reproducidos por millares al principio en simples copiadoras de discos magnéticos flexibles de 5.25 pulgadas, posteriormente en discos magnéticos de 3.5 pulgadas, posteriormente en discos CD y más recientemente discos DVD. Su “planta” en Redmond en el estado de Washington no es un complejo con líneas de producción como las que tienen la empresa Ford, Chrysler, Sony y Samsung, por el contrario es un conjunto de oficinas en las que trabajan los mejores programadores del mundo.
Cuando IBM entró al mercado de las computadoras personales caseras, ya había otro fabricante con el cual IBM deseaba competir directamente, la empresa Apple fundada por Steve Jobs y Steve Wozniak. Tras el ingreso de IBM, el número de fabricantes de computadoras caseras creció para incorporar a empresas tales como Gateway, Compaq, y Dell que ofrecía construír cada computadora de acuerdo a las especificaciones pedidas por el usuario para ser enviada desde Dell a la casa del cliente, además de las empresas fabricantes de las máquinas conocidas como “clones” compatibles con la arquitectura IBM. Nacieron y crecieron también empresas fabricantes de accesorios como Western Digital y Seagate (fabricantes de discos duros), Logitech (fabricante de cámaras Web) y Creative (fabricante de tarjetas de sonido). Todas estas marcas han dejado huella. Sin embargo, no existió una sola computadora personal casera con el logotipo Microsoft porque Microsoft se mantuvo firme en su dedicación exclusiva a la elaboración de los programas sistemas operativos de las máquinas basadas primordialmente en la arquitectura de los procesadores fabricados por la empresa Intel y la empresa AMD.
Microsoft, en efecto, pareció aferrarse desde el principio a la elaboración de software. El único hardware que impulsó con la creación de fábricas de su propiedad fue el de los “Mouse” (ratones de computadora), y esto lo hizo con el verdadero propósito de promover entre el público la adquisición de sistemas operativos como Windows 95 que le daban uso intensivo al Mouse. En efecto, una de las características más atractivas de los nuevos sistemas operativos era el uso del Mouse para llevar a cabo funciones que de otro modo se tenían que hacer de manera engorrosa a través del teclado. Vendiendo Mouses, razonó Microsoft, la gente estaría más interesada en adquirir los sistemas operativos que le daban uso al Mouse, y esto último era lo que realmente estaba Microsoft interesada en promover. Es algo así como la vieja teoría del “rastrillo y la navaja” usada ampliamente por empresas como Gillete que promocionaban casi a precios de regalo, absolutamente irrisorios, rastrillos metálicos cuyo valor real era indudablemente docenas o cientos de veces superior a su precio de mercado. Y si bien muchos compraron esos rastrillos atraídos por los precios de verdadera ganga, muy pronto se daban cuenta de que para poder usar el rastrillo tenían que comprar las navajas de doble filo, las cuales eran vendidas a precio tan elevado por Gillete que con la venta de unas cuantas navajas la empresa recuperaba el costo de invesión en los rastrillos que casi regalaba.
De este modo, no hubo computadora personal alguna con el logotipo de Microsoft, o algún tipo de accesorio como discos duros o modems con el logotipo de Microsoft. Lo más que pudiera encontrarse hubieran sido los Mouse que Microsoft vendía con la verdadera intención de promover sus ventas de software. Es posible que Bill Gates, el presidente ejecutivo que fundó y dirigió a Microsoft, haya decidido mantener a la empresa concentrada única y exclusivamente en el software considerando que el hardware era una cosa tan diferente al software, con tantos problemas técnicos inherentes al hardware, que la empresa Microsoft ya tenía bastante encima con el software al que le tenía que dar mantenimiento como para echarse encima problemas adicionales que no eran de su competencia.
El problema para Microsoft se sobrevino cuando los teléfonos celulares fabricados por empresas como Apple (con su iPhone), Samsung, Blackberry y LG fueron evolucionando, con procesadores de telefonía celular cada vez más inteligentes, a lo que hoy se conoce como las tabletas electrónicas. Microsoft cometió el error de desdeñar la telefonía celular inteligente (cuando no tenía mucha inteligencia) por considerar a tal hardware indigno de llevar por dentro un sistema operativo elaborado por Microsoft, además del hecho de que las capacidades de memoria de las primeras generaciones de aparatos celulares carecían de los recursos computacionales y de memoria suficientes para poder almacenar los voluminosos sistemas operativos de Microsoft (desde siempre, Microsoft ha insistido en la importancia de mantener una compatibilidad de sus productos de software). Y en última instancia, el precio mínimo al cual estaba dispuesta Microsoft a vender sus sistemas operativos a los fabricantes de teléfonos celulares inteligentes hubiera doblado fácilmente el costo de los aparatos volviéndolos menos atractivos para los clientes potenciales.
Microsoft no contó con que ya había una alternativa de sistema operativo básico para teléfonos celulares inteligentes que por cierto era gratuita, el sistema operativo Linux, a partir del cual la empresa Google produjo el sistema operativo Android, esto además del sistema operativo iOS usado en los equipos de Apple que mantiene muchas similitudes con los sistemas operativo Android. No tardaron mucho tiempo en aparecer las tabletas, computadoras compactas sin disco duro y sin conectividad a redes de telefonía celular pero que de todos modos se podían conectar a Internet mediante la transmisión inalámbrica de datos digitales Wi-Fi. Y empezó a suceder algo curioso. El volumen de ventas de computadoras personales, en las cuales basaba Microsoft sus ganancias por las regalías cobradas por el uso de sus licencias de sistemas operativos, empezó a descender, a la vez que el volumen de ventas de las tabletas empezó a ascender. Por vez primera, Microsoft empezó a ser desplazada del mercado por un rival peligroso por ser tan eficiente como gratuito. Ya se habló previamente de esto en la entrada “Microsoft en problemas” publicada aquí en esta bitácora el 25 de febrero de 2015.
Preocupada por esta tendencia Microsoft, por vez primera en su historia, empezó a diseñar y fabricar en 2011 sus propios equipos híbridos. Estos productos son una mezcla de una computadora personal tipo laptop y una tableta. Sin embargo, solo fue hasta hoy, en el mes de octubre de 2015, que la empresa de Redmond puede considerarse como un fabricante más de hardware (además de fabricante de software), con la introducción de su propia computadora laptop. A la nueva y esperada generación de Surface, la compañía anunció en Nueva York la adición a su gama de productos de su primer portátil “convencional”, Surface Book, fabricado con el logotipo Microsoft puesto en la máquina identificándola como una máquina Microsoft. Es un equipo extremadamente potente, pensado para ejecutar juegos de última generación o software de edición de video, con una pantalla de 13.5 pulgadas y una resolución elevada (6 millones de pixeles), que usa los procesadores más recientes de Intel Core, una tarjeta Nvidia GeForce GPU y con una memoria GDDR5. La pantalla puede ser separada del teclado para ser utilizada como una tableta, aunque con menos potencia y autonomía que cuando se encuentra anclada a la base (el teclado). El inesperado anuncio puso a Microsoft en competencia directa con la gama Macbook Pro de Apple. Microsoft asegura que el equipo es hasta un 30% más potente que los equipos de Apple.
Las máquinas Surface Book con las cuales Microsoft rompe definitivamente con su tradición de mero fabricante de software no son baratas, como pudiera esperarse, aunque esto ya no tiene mucho que ver con el costo usualmente alto de los sistemas operativos de Microsoft para estas nuevas máquinas sino más bien con el costo del hardware que representa tecnología de punta. Enfocado a la gama alta del mercado, Surface Book tendrá un precio aproximado de 2 mil 500 dólares en su configuración básica, y está programado para salir a la venta en las tiendas a finales de este mes. A este precio, no puede competir con algunas computadoras laptop ordinarias que se venden en las economías emergentes, pero la intención parece ser el querer establecer un precedente de Microsoft como fabricante de equipos que usan tecnología avanzada y a prueba de fallos.
De cualquier modo, al mismo tiempo que Surface Book sale a la venta, llegará al mercado la nueva generación de tabletas Surface de Microsoft, Surface Pro 4. La nueva tableta Surface tiene 12.3 pulgadas de pantalla, marcos más delgados y una nueva cubierta con teclado con teclas más parecidas a las de una portátil convencional. Una de las novedades más interesantes es que Surface Pro 4 incluirá un lector de huellas dactilares en el teclado. Como en los modelos anteriores, la tableta incluye un lápiz digital con 1024 niveles de presión. En la parte posterior de la tableta Microsoft integró una cámara de 8 megapixeles, para estar a tono con lo que los usuarios de las tabletas esperan de ellas. El precio de la Surface Pro 4 es de 850 dólares aproximadamente, incluyendo el lápiz digital más no la cubierta con el teclado.
Por si lo anterior fuese poco, Microsoft develó al mismo tiempo en Nueva York dos teléfonos Lumia de alta gama, el Lumia 950 que tiene una pantalla de 5.2 pulgadas de alta calidad (HD), 32 gigabytes de memoria y una cámara de 20 megapixeles con un costo total de venta de 549 dólares, y el Lumia 950 XL que tiene una pantalla de 5.7 pulgadas HD y también una cámara de 20 megapixeles (a modo comparativo, las cámaras de los últimos iPhone 6S y 6S Plus son de 12 megapixeles). Ambos teléfonos tienen un escáner de iris del ojo del propietario, para desbloquear el acceso al aparato.
El problema de Microsoft no es que quiera lograr o mantener predominancia en el mercado de hardware de aparatos computacionales. Lo suyo nunca fue el hardware. Su fuerte siempre fue el software. Su lucha en realidad es contra un sistema operativo gratuito llamado Android ademas del sistema operativo iOS de Apple que es lo que se está utilizando en los teléfonos celulares inteligentes y tabletas electrónicas cada vez más potentes que están desplazando las computadoras personales PC en donde Microsoft era el rey. Para Microsoft la sola idea de un futuro en el que se vendan más computadoras laptop y combinaciones híbridas de laptop-tableta en las cuales su sistema operativo sea Android o bien el sistema operativo iOS de Apple -arrebatándole a Microsoft su monopolio de software- es impensable. Y como los fabricantes de los teléfonos celulares inteligentes y las tabletas no están dispuestos a adoptar en sus máquinas un sistema operativo caro como Windows habiendo una alternativa de bajo costo como Android, para mantener su predominancia en el mercado de software Microsoft se ha visto forzada a entrar de lleno en lo que no quería, en el diseño y fabricación de sus propias máquinas, de su propio hardware, empezando con teléfonos celulares como Lumia hasta laptops como la Surface Book que se acaba de introducir. Se trata de un asunto de supervivencia de la empresa de software más poderosa del mundo enfrentando una pérdida de mercado que ya le costó a Steve Ballmer su caída.
Lo trascendental a fin de cuentas es el hecho de que Microsoft está rompiendo definitivamente con su añeja tradición de enfocarse única y exclusivamente al software desentendiéndose por completo de lo que esté sucediendo con el hardware. Esto es parte de su respuesta al reto puesto encima por un lado por los productos de telefonía celular inteligente fabricados por la empresa Apple (los iPhone), y las cada vez más populares tabletas electrónicas equipadas con el económico sistema operativo Android elaborado y refinado constantemente por la poderosa empresa Google a la cual Microsoft posiblemente le tenga más temor que a la misma Apple.
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