viernes, 15 de febrero de 2019

Sueño Americano


“Mamá, ¿esos que van allí forman parte de alguna procesión religiosa?”, le preguntó el inocente niño mexicano a su mamá.

“No, hijito, son una caravana migrante formada por gente venida de fuera de México que se la pasa todo el tiempo soñando despierta y que va en pos de lo que llaman un sueño. Pero bien podrían ser una procesión religiosa.”, respondió la madre.

“¿Y cuál es el santo o la santa que vendría siendo el objeto de veneración de la caravana?”, volvió a preguntar el niño.

La madre empezó a buscar en su bolso algo para darle respuesta al niño, sacando del bolso un billete mostrándoselo al niño:


y agregando: “Este, hijo, es el objeto de veneración y culto de la caravana al que todos esos soñadores le atribuyen muchos milagros y por el cual están dispuestos a abandonar hasta sus hogares y sus familias y hasta morir en el intento” agregó la mamá,quedándose muy pensativa.

En una obsesión que raya casi en la locura por lograr lo que llaman el sueño americanodesde marzo de 2018 miles y miles de centroamericanos y sudamericanos se siguen saliendo de sus países en grandes números casi corriendo como si huyeran de una legión de demonios hacia lo que creen que será la puerta de entrada a un mundo maravilloso de fantasía y ensueño, casi casi como el equivalente del paraíso en la Tierra, engañados por el espejismo del dólar y la fantasía de una mitología con la cual gente sin escrúpulos les ha convencido y les ha metido en la cabeza que existe un país fabuloso en el que con muy poco trabajo se ganan tantos dólares que hasta casi se pueden barrer de la calle con una escoba, o sea un refrito de las historietas de fantasía al estilo de los temas de las películas de Walt Disney, puras fantasías oníricas que son alimentadas sin parar noche y día por organizaciones delictivas como Pueblo Sin Fronteras y Raíces que parecen estar dedicadas tiempo completo a estar fomentando deliberadamente una cosa: organizar y promover la inmigración indocumentada en grandes números hacia los Estados Unidos, o sea alentando a mucha gente en su mayoría pobre a reunirse en grandes cantidades formando una especie de ejércitos creados para ir a violar la soberanía de otros países rompiendo sus leyes migratorias, repitiendo en sus sitios Web y en su propaganda de redes sociales cientos de “historias de éxito” (algunas ciertas y otras falsas); se trata de una versión moderna y disfrazada de lo que en la Biblia se conoce como el culto al dios Mammón o el becerro de oro. Pero hay muchas historias reales de las cuales quienes están dedicados a propalar el mito del sueño americano casi nunca hablan. Una de tales historias es la historia de Celeste Monterroso y su hijo de 5 años, ambos guatemaltecos. Una nota publicada el viernes 25 de enero de 2018 en un periódico local nos relata la trágica conclusión de una de tales historias:
Una mujer y un niño que murieron atropellados la mañana de ayer en la avenida Tecnológico fueron identificados desde Guatemala y están siendo reclamados por un hombre que asegura que se trata de su esposa e hijo, aunque la Fiscalía General del Estado no ha dado a conocer datos que lo confirmen.

De acuerdo con el padre, la mujer embarazada y su hijo de 5 años, migrantes ambos, llegaron a esta frontera en busca de solicitar asilo en Estados Unidos.

“¿Conoces a Celeste Monterroso?, tu esposa y tu hijo tuvieron un accidente en Ciudad Juárez, los atropellaron y murieron con la criatura que esperaba”, fue la llamada que recibió en la ciudad de Guatemala Julio Roberto Rodríguez, un agricultor de café de 41 años de edad, quien solicitó el apoyo del Consulado de su país en Tijuana para identificarlos y trasladarlos a Guatemala.

Aunque él está convencido de que sí se trata de su esposa Celeste Irene Monterroso Reyes, de 24 años, con ocho meses de gestación, y de su hijo José Antonio Herrera Monterroso, de cinco años, ya que ambos salieron de Guatemala el sábado en busca del llamado “sueño americano” y le dijeron que entre jueves y viernes llegarían a Ciudad Juárez, hasta el cierre de esta edición no habían sido identificados oficialmente por las autoridades.

Entre el llanto y la incertidumbre, el centroamericano narró por teléfono que ayer recibió una llamada a las 7 de la mañana de un número que aparecía como “desconocido”, por lo que no pudo tener mayor información y sólo supo que se trataba del guía o “coyote” que les había prometido cruzarlos a Estados Unidos.

Su primo buscó la nota periodística y al ver los datos en El Diario de Juárez se dio cuenta que las características de la mujer y el niño atropellados a las 5:43 de la mañana de ayer coincidían con los de sus familiares, pero no pudo verles los rostros.

“El martes había hablado con ellos, ella me dijo que como iba embarazada y con un niño iba a ser muy fácil entrar a Estados Unidos. Mi bebé estaba tan contento, me dijo: Papito, ya vamos a llegar y cuando llegue te voy a mandar traer”, narró entre lágrimas Herrera Monterroso.

Celeste y su hijo salieron el sábado de Guatemala rumbo a Estados Unidos. El martes ya estaban en la Ciudad de México y se dirigían a esta frontera.

“Salieron de la casa porque iban a visitar a una tía, pero me habló y me dijo que la disculpara, que se había ido para Estados Unidos, que le habían dicho que con un menor pasaba fácil y como iba embarazada pensó que más fácil iba a pasar” (¿?), dijo el guatemalteco.

“Quería una mejor vida”, lamentó el hombre quien ya había hablado antes por teléfono con el ‘pollero’ porque le pidió 30 mil quetzales, equivalentes a 73 mil 942.99 pesos mexicanos, para el fin de semana, una vez que cruzaran su esposa y su hijo.

Dijo que cuando salió de su casa, su esposa vestía unas mallas negras de licra, tenis negros y una blusa rosa, además de que traía una mochila negra; mientras que la mujer atropellada es descrita por las autoridades como de entre 25 y 30 años, vestía mallas negras y una sudadera roja.

El hombre también describió los tenis negros con naranja que usaba su hijo, los cuales coinciden con los que llevaba puestos el menor atropellado ayer e el cruce de Tecnológico y Francisco Baca Gallardo, frente a la maquiladora Lear “La Cuesta”.

“Mi bebé tiene los ojos color miel, estaba tan contento porque ya iba a pasar a Estados Unidos. Ella me dijo que iba a trabajar seis meses y luego me fuera yo también con ella, pero uno nunca sabe las desgracias que van a pasar. Yo lo que quiero es que ella regrese lo más pronto posible, Dios sabe por qué me hace este castigo tan grande”, dijo Herrera en espera de ser apoyado por las autoridades de su país para poder identificar a la que asegura es su esposa y poder trasladar su cuerpo.

La triste historia de Celeste Irene Monterroso Reyes, de 26 años y su hijo José Antonio Herrera Monterroso de 5 no es la única. Hay muchas otras historias de migrantes que terminan igual.o incluso peor.

En Estados Unidos, el sueño americano forma parte del imaginario nacional estadounidense: la historieta del guión telenovelesco con happy ending (final propio de los cuentos de hadas) dice que si un individuo se esfuerza lo suficiente, entonces al margen de sus raíces familiares y de sus orígenes socioeconómicos podrá llegar allí hasta donde se lo proponga. El célebre "sueño americano" ha sido mitificado como el ideal supremo de un cuento de hadas que abre las puertas a un futuro esplendoroso disponible para cualquiera que lo desee con solo desearlo y por el cual vale la pena abandonarlo todo y dejar atrás patria, familia y seres queridos, un sueño adjudicado en buena medida a la movilidad social. Sin embargo, más de dos siglos después del nacimiento de Estados Unidos, esa versión del sueño americano está siendo destronada como un mito por académicos tales como Noam Chomsky (autor del libro Requiem por el Sueño Americano). Al contrario de lo que ocurría en el pasado, y según los datos más recientes de la OCDE, Estados Unidos es uno de los países desarrollados donde la movilidad social es más limitada. Es decir, si alguien nace en una familia pobre, es más difícil escapar de la pobreza cuando sea adulto. La OCDE lo ha calculado tomando como referencia el 25% más rico de la población de cada país: en Estados Unidos, menos del 10% de la población más próspera cuenta con orígenes humildes, pobres. ¿Con qué se compara? Con el resto de países. En el otro extremo aparece Dinamarca: más del 20% del 25% más rico proviene de entornos familiares pobres (frente al 40% cuyos progenitores se cuentan entre los más adinerados). Portugal, Grecia, España o Hungría también cuentan con amplios porcentajes de pobres llegando en su edad adulta al 25% más rico de la población. Chile es el caso extremo, dado que se sitúa incluso por encima de Dinamarca.

En contraste con la fantasía utópica que se le ha tejido, el “sueño americano” no es más que un branding mitológico para la igualdad de oportunidades. Las políticas para llegar a tal sueño sin quedarse dormido son diversas y no hay fórmulas infalibles: algunos investigadores apuntan a destinar mayores recursos a la educación o a políticas redistributivas más agresivas. Son procesos a largo plazo y complejos, pero lo que la OCDE señala, a nivel general, es alarmante: el "ascensor social" está roto. Si se nace en las plantas bajas del edificio, el individuo la tiene complicada para poder llegar a las más altas. Sobre todo en Estados Unidos.

Los promotores de la emigración indocumentada tales como la delictiva organización Pueblos Sin Fronteras así como (en menor grado) Raíces (posiblemente financiadas ambas por cárteles que se dedican al lucrativo tráfico de indocumentados y a la lucrativa trata de blancas, o sea cárteles a los que no les conviene por ningún motivo que la inmigración ilegal a los EE.UU. desaparezca algún día) ocultan al igual que como lo hacen las sectas de sus seguidores fanáticos el rostro malo de lo mismo que promueven y propician. El principal país destinatario de los indocumentados, el fabuloso cuento de hadas, en la realidad es un país aquejado por un problema gigantesco de drogadicción entre sus juventudes fuera de control que se mantienen enganchadas a fármacos extraordinariamente adictivos como el fentanilo. Se les oculta a los soñadores que muchos de los indocumentados a los que les va muy bien en su sueño americano y que de la noche a la mañana se vuelven ricos presumiendo la posesión de grandes casas y vehículos de lujo lo logran al haberse involucrado en actividades ilegales como el tráfico ilícito de drogas (esta es la historia típica de aquellos que terminan integrándose en EE.UU. a pandillas criminales como los Maras Salvatruchas). En la propalación del mito del sueño no se hace mención alguna de los millares de homeless (personas sin hogar) que están viviendo y durmiendo en las calles (pordioseros soñando con salir de su pesadilla) porque no tienen un lugar en donde quedarse.¡Y muchas de estas decenas de miles de indigentes que carecen de un lugar en donde se puedan bañar o simplemente quedarse a descansar un poco son exsoldados que en su juventud fueron enviados al extranjero a pelear por Estados Unidos! Gracias, gracias, muchas gracias, les repite el gobierno norteamericano sin parar. Se trata de un país en el que, al contrario de lo que hace México que le da a miles de indocumentados centroamericanos visas humanitarias para estancia temporal, el Congreso norteamericano se burla de los cientos de miles de soñadores del terminado programa DACA casi diciéndoles sin ofrecerles nada para aliviar su situación migratoria irregular: “¡Je je je, jo jo jo, ja ja ja, sigan soñando hasta el fin de los tiempos, que al fin y al cabo soñar no cuesta nada! ¡Tengan su sueño!” Y pese a los desprecios de que son objeto en el país de los sueños, ¡siguen soñando noche y día sin parar!

Estas cosas ni siquiera se mencionan aunque sea de vez en cuando en la propaganda pro-migración indocumentada porque los relatos de la cruda realidad jamás podrían ser consideradas como “gancho” para jalar hacia los Estados Unidos a gente que está dispuesta a ser convencida de que muchos hechos de la vida real no son parte de un hermoso sueño sino de una horrible pesadilla de la que a veces es difícil despertar, y lo que tratan de hacer los delincuentes promotores de la migración indocumentada es de alentar así sea con mentiras y engaños la migración indocumentada, y no desalentarla compartiendo con los aspirantes a indocumentados aquellos hechos que corresponden a cosas que realmente suceden.


El sueño del gobierno de Guatemala: la política del descarte


El sueño americano de la guatemalteca Celeste Monterroso y su hijo de 5 años:




así como el otro hijo que ella esperaba y que ya no tuvo oportunidad de nacer terminó a fin de cuentas como un par de sepulcros en Guatemala. Estados Unidos no ayudó desde luego ni siquiera con un solo centavo para el entierro de Cecilia Monterroso y su hijo; nunca lo hace con indocumentados ilusos que pierden la vida en otros países en su larga y penosa jornada hacia lo que creen que será el final feliz propio de un soñado cuento de hadas. Así terminó el sueño americano de Celeste Monterroso muriendo en un país que no era el suyo, abandonada a su suerte y completamente alejada de sus familiares en Guatemala que no pudieron estar a su lado para presenciar el fin de su sueño:




Y lo mismo ocurre con muchos otros deslumbrados que prontamente serán olvidados en caso de haber dejado de ser parte del sueño si es que terminan muriendo en el camino y con ello dejan de ser “fuente de inspiración” para otros indocumentados. Porque el sueño americano solo se nutre de historias de éxito dignas de ser llevadas al cine, no de fracasos y “sueños” malogrados de loosers.

El sueño de Celeste Monterroso ya ni siquiera llega a serlo, porque está muerta, y a los muertos no les es dado soñar. El único que tal vez puede decir que le fue bien en esta triste historia es el criminal “pollero” que se supone que obtuvo de los guatemaltecos emparentados con Celeste Monterroso esos 30 mil quetzales equivalentes a 73 mil 942.99 pesos mexicanos (una pequeña fortuna en las comunidades rurales de Guatemala que puede llevar varios años reunir), dizque para cruzarlos “fácil y rápido” a Estados Unidos. Y en lo que toca al corrupto gobierno de Guatemala que no hace nada por retener a su gente que se le va, el autoexilio de miles de sus ciudadanos hacia el extranjero no parece importarle mucho porque el gobierno guatemalteco que no hace absolutamente nada por conservar a su gente, parece considerar tales huídas de migrantes indocumentados hacia Estados Unidos como una válvula de escape casi perfecta en lo que es una  manera de “aliviar la presión de la caldera” reduciendo la “población excedente” de Guatemala, diciéndose el gobierno guatemalteco a sí mismo: “si todos los pobres de Guatemala se van, ya no habrá pobreza en Guatemala”. ¿El sueño del gobierno guatemalteco?

Es completamente irrelevante que las muertes de aquellos guatemaltecos como Cecilia Monterroso y el hijo de ella que vieron malogrado su sueño hayan ocurrido en México o que ocurran en otro país inclusive dentro de Estados Unidos, porque sucede lo mismo cuando algunos de los indocumentados alentados por la organización delictiva Pueblo Sin Fronteras se logran meter sin papeles en la Unión Americana, y de cualquier modo terminan muertos, tampoco se les dá importancia alguna como si sus muertes (y sus vidas) no contaran para nada. De esto dá fé la nota que apareció publicada el 26 de enero de 2018 en el periódico local de Ciudad Juárez:

Murió bajo custodia de Patrulla Fronteriza
Llega a Guatemala niño Felipe Gómez

El cuerpo del niño Felipe Gómez Alonzo llegó a Guatemala ayer en la noche, un mes después de que muriera mientras estaba bajo custodia de la Patrulla Fronteriza estadounidense. Gómez Alonzo, de 8 años, falleció en la madrugada de Navidad, presuntamente por influenza tipo B. Nadie de su familia pudo ir a recibirlo, pues son pobres y carecen del dinero para viajar desde su comunidad Yalambojoch en Huehuetenango, a unos 450 kilómetros al noroeste de la capital.



De nada le sirvió al niño Felipe Gómez Alonzo encontrarse dentro de Estados  Unidos bajo la custodia de la "migra" del país de ensueño. La aventura a la cual fue arrastrado irresponsablemente por sus padres terminó igual que la aventura de Celeste Monterroso y el hijo de ella, en una caja mortuoria desprovista de sueños. De seguro esta historia se seguirá repitiendo mientras organizaciones delictivas como Pueblo Sin Fronteras sigan trabajando duro para mantener vivas las esperanzas y alucinaciones de aquellos miles a los cuales engañan con su propaganda sobre la promesa de una salida rápida y fácil de la pobreza buscando sueños en el extranjero.

La niña, también Guatemalteca, Jakelin Caal de siete años de edad, tuvo el mismo destino que tuvo el niño Felipe Gómez Alonzo y el hijo de Celeste Monterroso. Murió en víspera de la Navidad cuando estaba bajo custodia de las autoridades norteamericanas en el país de los sueños. En vez de estar jugando con muñecas y otras niñas de su edad en la tierra del sueño americano, hoy se encuentra en una tumba perdida en algún paraje desconocido de Guatemala, sin sueño alguno y habiéndose convertido para el gobierno de Guatemala apenas en una cifra más en las crueles estadísticas guatemaltecas de disminución de la pobreza:




Otro deceso reciente es el de un bebé cuya madre procedente no de Guatemala sino de Honduras estaba ya bajo custodia del gobierno norteamericano, el cual nació muerto en EE.UU. pero que al menos nació como todo un American citizen tal y como su madre quería que lo fuera (sin embargo, por haber nacido muerto el hijo que esperaba, ya no le servirá de nada a la madre hondureña la ciudadanía norteamericana de su hijo muerto para poder tramitar su residencia legal permanente en EE.UU., y no le quedará de otra más que esperar a ser enviada de regreso a Honduras para poder embarazarse de nuevo con cualquiera de los muchos machos procreadores que hay en Honduras, y ya embarazada de nuevo insistir con terquedad en tratar de hacer un segundo intento en pos de su sueño americano, habido el hecho de que en los centros de detención de Estados Unidos no se permiten las visitas conyugales ni se permite tener sexo con nadie).


También el gobierno de Honduras tiene su propio sueño


Honduras es uno de los mayores expulsores de indocumentados del continente americano, sin lugar a dudas por tener uno de los regímenes más corruptos del continente nutrido por una sociedad igualmente corrupta. Y al igual que el gobierno de Guatemala, el gobierno de Honduras tiene también su propio sueño equivalente en todas formas al sueño del gobierno guatemalteco: “si todos los pobres se van de Honduras para tomar residencia en otro país como Estados Unidos o si se mueren fuera de Honduras en su largo recorrido en pos de su sueño, entonces al no quedar pobres en Honduras el país dejará de ser un país pobre”. Para ambos gobiernos se trata de la solución más simplista que pueda haber a lo que de otro modo sería socialmente una caldera de presión lista para explotar. De este modo, los gobiernos de países como Honduras han encontrado de manera puramente fortuita sin planificación alguna una solución soñada para todos los grandes problemas socioeconómicos que los aquejan: sin pobres no hay pobreza. Por esto en tales países no se hace absolutamente nada para desalentar el éxodo interminable de sus ciudadanos hacia el extranjero, porque se trata de pobres que solo forman parte de una estadística desagradable. La solución del gobierno de Honduras a la pobreza en Honduras es una solución diametralmente opuesta a la filosofía esencial del Cristianismo que enseña que hay que ayudar a los pobres en vez de alentarlos a que se vayan a otro lado en donde no serán vistos. En la óptica de países como Guatemala y Honduras, si todos los pobres se van entonces ya no habrá nadie que necesite ayuda y ya no habrá nada que resolver al no haber gente vagando en las calles viviendo de la caridad pública, y entonces los que se quedan atrás podrán disfrutar de la vida, ya sin pobres merodeando, en un país que ha dejado de ser pobre al no haber más pobres a la vista por haberse salido todos ellos del país alucinados por un sueño.

A Guatemala y Honduras con sociedades corruptas se les suman otros países con regímenes y con pasados igualmente corruptos como El SalvadorNicaragua, etcétera. Para esos regímenes nacidos de pasados militaristas o dictatoriales, al espejismo del sueño americano de huida de la pobreza le corresponde también el propio sueño de los gobernantes actuales de tales países: el sueño de poder disfrutar y gozar del poder como lo  hacía el Rey Herodes sin preocuparse en tener que atender reclamos sociales más urgentes.

Para que la receta centroamericana para la eliminación de la pobreza pueda funcionar, se requiere de manera indispensable que Estados Unidos mantenga sus puertas abiertas a la inmigración indocumentada, porque en caso de cerrar completamente sus puertas ya no habrá a donde ir y no habrá ya válvula de escape para los pobres de los países centroamericanos. Sin embargo, esto no va a ocurrir en un futuro cercano y ni siquiera a mediano plazo, aunque tal vez pueda ocurrir en un futuro mucho muy distante porque el gobierno norteamericano enfrenta una parálisis casi total en lo que al tema migratorio se refiere, y el Congreso norteamericano desde hace varias décadas ha sido incapaz de poder acordar reforma migratoria alguna y en lo único en lo que se han puesto de acuerdo los inútiles Congresistas en la Cámara de Representantes es en mantenerse todo el tiempo en desacuerdo en relación a cualquier propuesta de reforma migratoria. La puerta de entrada al mito del sueño en el país del sueño (ya me estoy empezando a quedar dormido) se mantendrá abierta en parte para no acabar con el mito del sueño americano que sirve como una válvula de escape para paliar en parte la falta de mano de obra barata al no estar permitida la compra-venta de esclavos afroamericanos, y así será por mucho tiempo mientras el pueblo de Estados Unidos siga sosteniendo sin cambios un Congreso sin cerebro alguno incapaz de cambiar las leyes ni de reformar nada.


El único cabo suelto


Los gobernantes de Guatemala, El Salvador, Honduras y muchos otros países corruptos se repiten sin cesar: “sin pobres rondando, entonces no hay pobreza, y si ya no hay pobreza porque (¡al fin!) emigraron todos los pobres hacia los Estados Unidos, entonces solo habrá mucha prosperidad y riqueza para compartir”.

Pero... si ya no hay pobres porque todos se fueron ya al extranjero, ¿de dónde van a obtenerse los albañiles que se necesitan para construír no solo casas nuevas sino edificios incluyendo iglesias y templos religiosos? ¿De dónde van a salir los carniceros, los abarroteros (pequeños comerciantes), los vendedores ambulantes, los jardineros, los plomeros, las nanas y los enfermeros? ¿De dónde van a salir las trabajadoras domésticas? Este es el único cabo suelto en la nueva doctrina simplista de países centroamericanos con gobiernos corruptos que alientan la emigración de pobres hacia el extranjero como remedio para paliar la pobreza en el país propio. De cualquier modo, esta es una interrogante que los gobiernos de los países centroamericanos todavía no se preocupan por analizar a fondo y responder en tiempo y forma, porque todavía les quedan muchos pobres por expulsar hacia los Estados Unidos. Cientos de miles, o mejor dicho, millones de ellos, para ser exactos.








“¡Que los mantenga México!”


El martes 29 de enero de 2019 sin duda alguna fue un día histórico que marcará en adelante la suerte de todos aquellos que llegan sin papeles migratorios al país de los sueños con la esperanza de que metiendo su petición de asilo tendrán asegurada su estancia permanente en los Estados Unidos con solo hacer dicha petición tras ingresar sin documentos a territorio norteamericano. Esto ya cambió en lo que sin duda alguna va a ser un muy duro despertar para miles y miles de “soñadores”.

A continuación se muestra la triste figura del hondureño peticionario de asilo Carlos Gómez Perdomo, justo en los momentos en los que estaba siendo deportado de Estados Unidos a México el martes 29 de enero de 2019:





En esa fecha histórica, este hondureño que será recordado por siempre se convirtió en el primer solicitante de asilo en la Unión Americana en ser deportado para que espere no dentro de territorio norteamericano sino fuera de Estados Unidos (en otro país) el trámite de su petición de asilo (este tipo de trámite puede durar desde cinco hasta veinte años o quizá más, y la mayoría de las peticiones de asilo terminan siendo rechazadas).

Anteriormente, para lograr el sueño americano les bastaba a este tipo de migrantes indocumentados ingresar a territorio norteamericano, pedir asilo, y mientras les resolvían su situación legal en las cortes norteamericanas se dedicaban a trabajar en EE.UU. ¡ganando dólares! con un permiso temporal de residencia mientras se arreglaba su situación. Y si la petición de asilo carecía de fundamentos válidos y creíbles (huir de la pobreza no es considerado una razón para reclamar asilo) pues simple y sencillamente no se presentaban a la corte para recibir la sentencia de un juez sobre su situación migratoria, simplemente no se presentaban a la corte y “desaparecían” escondiéndose en el vasto territorio norteamericano en algún lugar en donde la “migra” no los pudiera encontrar jamás. Pero a partir del martes 29 de enero de 2019, cualquiera solicitante de asilo que ingrese como indocumentado a los Estados Unidos no será puesto en libertad condicional sino que será recluido en un centro de detención de la “migra” de donde no le será posible escapar, para ser deportado de regreso pocos días después al país desde el cual ingresó a Estados Unidos, siendo obligado a tener que esperar de cinco a veinte años en un país extranjero y no en los Estados Unidos para el trámite de su petición de asilo siéndole negada la posibilidad de poder ingresar legalmente a territorio norteamericano mientras transcurren los años requeridos para el procesamiento de la solicitud de asilo. En la implementación de esta nueva política para manejar peticionarios de asilo tomada unilateralmente, el gobierno estadounidense le está dando directamente en “el coco” al Secretario de Relaciones Exteriores de México que alguna vez afirmó: “México no será 'tercer país seguro' para migrantes que buscan asilo en EU”. Pues a partir de enero de 2019, gústele o no le guste al Canciller, México ya ha sido convertido en un tercer pais seguro para migrantes que buscan asilo en Estados Unidos, con o sin el parecer del gobierno de México.

Sobre la deportación del hondureño soñador Carlos Gómez Perdomo ya con su sueño muerto, se publicaron muchas notas como la que dice lo siguiente:

El hondureño Carlos Gómez Perdomo de 55 es el primer migrante que el gobierno estadounidense deportó de regreso hacia México (por Tijuana) pese a ser un solicitante de asilo. Él perteneció a una caravana migrante que salió en octubre del 2018 de Honduras. La Secretaría de Gobernación simplemente añadió: “Carlos Gómez entra a territorio mexicano en la caravana del 2018 y solicita tarjeta de visitante por razones humanitaria, la cual le otorgaron con fecha de vencimiento el 25 de noviembre del 2019. Cumplió con los requisitos para su ingreso legal a México”. El gobierno de los Estados Unidos anunció la deportación de los migrantes hacia México, según lo establece su “Protocolo de Protección a Migrantes”. El cual es estrategia del gobierno estadounidense para que los migrantes que inician su proceso para entrar a los Estados Unidos permanezcan en México durante este proceso.

La siguiente nota complementa la anterior:

Indocumentados centroamericanos que pidan asilo en Estados Unidos sin cumplir documentación serán deportados a México.

El asunto será un problema serio para ciudades fronterizas como Juarez y Tijuana, que tendrán que albergar a miles de repatriados centroamericanos. Actualmente marchan mas de 10 mil hacia la frontera.

Estados Unidos anunció Protocolos de Protección a Migrantes (MPP), para quienes llegaron o entraron a los Estados Unidos por México—de manera ilegal o sin la documentación adecuada—y que podrán ser retornados durante la duración de sus juicios migratorios. El plan no aplica para los ciudadanos mexicanos.

Esta acción se da en respuesta a la crisis de migración ilegal que encara Estados Unidos en su frontera con México.

A lo largo de los últimos cinco años, autoridades estadounidenses han visto un incremento de 2 mil por ciento de solicitudes de asilo, ya que muchos potenciales migrantes saben que solicitar asilo les da una oportunidad de permanecer en los Estados Unidos incluso si no tienen un argumento válido.De hecho, nueve de cada diez solicitudes de asilo son rechazadas por un juez migratorio por no cumplir con los requisitos.

Los migrantes que entren a los Estados Unidos serán procesados por las autoridades migratorias, se les dará una notificación para presentarse en audiencia en corte migratoria, y regresarán a México durante el tiempo que dure el proceso.

Los migrantes cuyos argumentos sean determinados como válidos por jueces estadounidenses, recibirán estatus de asilo y podrán permanecer legalmente en los Estados Unidos bajo las obligaciones adquiridas ante la ley internacional. Los que no tengan argumentos válidos serán repatriados a sus países de origen.

Otra nota, publicada al día siguiente de la deportación del soñador Carlos Gómez, añade:

Los niños que en muchos casos llegan solamente con su papá o su mamá, “vienen muy contentos, con la esperanza que sus papás les disfrazaron, como cuando uno quiere que su hijo haga algo y le promete cosas. Ellos vienen con la idea de ‘yo en Estados Unidos voy a tener computadora’, ‘en Estados Unidos voy a tener juguetes’, ‘en Estados Unidos voy a entrar a la escuela’, de ‘vamos a llegar a Estados Unidos y voy a tener todo lo que mi papá o mi mamá me prometió’, esperan tener todo lo que no tenían en su lugar de origen”, porque eso les han hecho creer sus padres. Los repatriados llegan con desilusión, con tristeza, con las emociones negativas de regresar un país donde tuvieron necesidades, a donde jamás imaginaron regresar y a donde regresaron sin dinero y sin la posibilidad de salir adelante.

La última nota comprueba pues que no solo son organizaciones delictivas como Pueblo Sin Fronteras las que se encargan de amdar propalando el mito del sueño americano metiendo ese cuento de hadas en las cabezas de ilusos como si fuera una realidad (la realidad de alguien que se ha quedado dormido en el camino y por lo tanto en condiciones de poder “soñar”), también son los padres de familia de migrantes indocumentados los que contribuyen a meter esas ideas en la cabeza de sus propios hijos.

Puesto que los peticionarios de asilo que forman parte de esas caravanas de migrantes indocumentados son ya decenas de miles, he aquí una pregunta que tarde o temprano alguien tendrá que responder: ¿quién se va a hacer cargo en México del mantenimiento y sostenimiento de las familias que componen esas decenas de miles de centroamericanos en los cinco o veinte años que esperan a que se les resuelva una petición de asilo en EE.UU. que tal vez termine siendo negada? Toda esa gente va a requerir alimentación, albergues, escuelas para los menores de edad, servicios de atención médica, agua, luz, gas, teléfono, Internet, y la suma de los gastos de manutención de toda esa gente podría terminar superando las decenas de millones de pesos por semana. Anteriormente, la filosofía adoptada por el gobierno de México hasta tiempos del presidente Enrique Peña Nieto era: “déjenlos pasar y circular libremente por territorio mexicano mientras llegan a los Estados Unidos, que al fin y al cabo una vez allá el problema de los gastos involucrados en la manutención de toda esa gente será de los gringos”. Pero con la nueva política de deportaciones a México de solicitantes de asilo, la nueva modalidad adoptada por el Tío Sam es: “¡Que los mantenga México!”, aventando a México a todos los centroamericanos que se encuentran en los EE.UU. pidiendo asilo y que ya suman decenas de miles. De este modo, el gobierno norteamericano intenta lavarse las manos cual Poncio Pilatos y esperar tranquilamente años, o inclusive siglos, para tramitarles a todos y cada uno de los indocumentados centroamericanos una resolución final sobre su petición de asilo, que al fin y al cabo “yo no los mantengo”, llevando con ello a ciudades como Tijuana a verdaderas situaciones de crisis.

Hay varias razones por las cuales el Tío Sam adoptó una nueva política mucho más agresiva en contra de todos los centroamericanos solicitantes de asilo que cruzan por territorio mexicano para llegar al país del sueño:
  1. Desalentar la formación en Centroamérica y Sudamérica de nuevas caravanas con decenas de miles de migrantes indocumentados (que antes marchaban en grandes números con la intención de obligar a Estados Unidos a darles entrada inmediata y pasaporte de residencia o green card instantáneo con el solo hecho de solicitar asilo sin tener que presentar ningún documento ni tener que hacer ningún otro trámite más que el tener que hablar para pedir y recibir el asilo), al volver mucho más tardado, complejo y burocrático el tratar de meterse a EE.UU. solicitando asilo que el tratar de arreglar el ingreso de manera legal llevando a cabo los mismos trámites que son efectuados por muchos otros legalmente en consulados norteamericanos alrededor del mundo. Porque... ¿quién va a querer ser parte de un proceso migratorio de petición de asilo que tal vez le tome 20 años o más en ser resuelto cuando tiene la opción de hacerlo de manera legal empezando sus trámites ante un consulado norteamericano por una visa de residencia en EE.UU.? O sea, volver mucho más atractivo el el solicitar residencia en EE.UU. de manera legal en vez de formar parte de caravanas auspiciadas por organizaciones delincuenciales como Pueblo Sin Fronteras que no garantizan absolutamente nada ni tienen nada que ofrecer excepto puros sueños.
  2. Castigar a México por no haber tomado ninguna acción para impedir el paso de las caravanas de miles de indocumentados soñadores que cruzaron libremente por territorio mexicano con la intención de cruzar o inclusive romper por la fuerza la frontera México-EE.UU. en violación abierta y descarada a la soberanía de un país extranjero, exigiendo ser recibidos y atendidos y mantenidos por el gobierno norteamericano. Y el castigo aplicado por la nueva política del Tío Sam es pegarle a México en donde más puede doler, en los bolsillos de los contribuyentes, enseñándole a los mexicanos que el permitir la violación de la soberanía tiene un costo que alguien tendrá que pagar. Y en este caso, ya no será Estados Unidos, sino México.
  3. Convertir a México en una gran cárcel migratoria de Estados Unidos sin contribuír con un solo centavo a los gastos que el sostenimiento de la gran cárcel involucra e inclusive sin tratar de lograr algún acuerdo bilateral con México, dejándole a México el papel de carcelero sin paga, dejándole a México todo el paquete (the whole enchilada).

Por cuestiones meramente económicas, a México (a los mexicanos) tal vez le saldría mucho más barato pagarles el boleto de regreso en avión a todos y cada uno de los centroamericanos que comprometerse a hacerse cargo de todos ellos mientras están viviendo en México al tiempo que los indocumentados centroamericanos permanecen con sus familiares en México dispuestos a esperar varios años soñando en su ingreso al país del sueño, viviendo todos esos años gratis en un México que esperan que les resuelva todas sus necesidades básicas como lo requieren los compromisos contraídos por México ante la ONU en lo que toca a tratados migratorios internacionales. Sin embargo, hay un “pero” en la opción de pagarles el viaje de regreso en avión a sus países de origen a todos los indocumentados que llegaron en grandes caravanas a México: los gobiernos de Honduras, El Salvador, Guatemala y otros no quieren a esa gente de regreso, porque como ya se señaló arriba, el regreso de esas decenas de miles de centroamericanos impactaría las estadísticas del buen vivir con un aumento en la pobreza. Y lo que quieren presumir sus gobernantes ante el resto del mundo es que gobiernan países en donde está disminuyendo la pobreza (en virtud de la huida de los pobres hacia Estados Unidos usando a México como trampolín).

Con tal de desligarse de las cada vez más duras acusaciones del gobierno norteamericano en contra del gobierno mexicano de estar fomentando la ilegalidad volviéndose cómplice de mucha gente cuya intención manifiesta es violar la soberanía y las leyes migratorias de otro país, en vísperas de una anunciada visita del presidente Trump justo a la frontera México-Estados Unidos apareció una nota periodística publicada el 7 de febrero de 2019 documentando que “Encierran a migrantes en fábrica de Piedras Negras.” La nota dice: “Una caravana de unos mil 600 migrantes centroamericanos se encontraba rodeada ayer por las autoridades mexicanas en una fábrica en desuso a poca distancia de Texas, donde esperan recibir asilo incluso cuando Estados Unidos ha emplazado a más agentes y soldados para detenerlos. El presidente Donald Trump advirtió en su discurso sobre el Estado de la Unión el martes acerca de las caravanas, y acusó a las ciudades mexicanas de llevar a los migrantes en autobuses a la frontera “para traerlos a nuestro país en zonas donde hay escasa protección fronteriza. Los migrantes llegaron el lunes en autobuses a Piedras Negras, en la margen mexicana del río Bravo frente a Eagle Pass, Texas. Es la primera caravana en varios meses que enfila hacia Texas en vez de California. El Gobierno estatal dispuso 49 autobuses para trasladar a los migrantes desde las ciudades de Saltillo y Arteaga con el fin de garantizar su seguridad, dijo José Borrego, portavoz del gobierno del estado de Coahuila.” Pero esta acción tardía del gobierno estatal de Coahuila ni siquiera es tomada en cuenta por la sociedad norteamericana, porque como dicen allá “demasiado poco, demasiado tarde” (too little, too late). En todo caso, el consenso es que el bloqueo se debió de haber llevado a cabo en la frontera México-Guatemala y no en la frontera México-Estados Unidos. De cualquier modo, los integrantes de esa caravana de unos mil 600 migrantes centroamericanos enjaulados en Piedras Negras, aún si logra meter de alguna manera su petición de asilo en Estados Unidos, va a terminar de vuelta en México a espera de que vayan pasando los años mientras el gobierno de Estados Unidos en su nueva política “¡Que los mantenga México!” los mantiene fuera de territorio norteamericano dándoles largas con trámites burocráticos sin final.


Los daños económicos


Estados Unidos está gastando anualmente mil millones de dólares tan solo en mantener desplegadas tropas a lo largo de su frontera con México para impedir que la soberanía del país pueda ser avasallada por hordas invasoras de gente que en millares tiene todas las intenciones del mundo de meterse por la fuerza sin primero pedir permiso para entrar. Estos gastos no incluyen los gastos requeridos para alimentar y dar atención médica a los miles de indocumentados y familias completas de indocumentados que ya se han logrado meter a la Unión Americana (cerca de 200 dólares diarios por cada adulto y cerca de mil dólares diarios por cada menor de edad). Este dinero tiene que salir de algún lado, y son los norteamericanos que pagan impuestos los que están solventando las crecientes facturas. Pero no solo Estados Unidos ya resiente un costo multimillonario ocasionado por las caravanas invasoras.

Independientemente de las donaciones generosas que les haga directamente el pueblo de México a los migrantes indocumentados venidos de países centroamericanos, el ingreso de estas caravanas de miles de indocumentados tiene otros costos enormes que se van acumulando, algunos directos y otros indirectos, porque no se trata de turistas japoneses o europeos que vengan a dejar alguna derrama económica a México o por lo menos que traigan suficiente dinero para pagar por lo que consumen; todo lo contrario. Tan solo para citar un ejemplo, las caravanas ya han afectado a lo que se conoce como el turismo médico en virtud de que la llegada masiva de migrantes a la frontera México-EE.UU. provocó que se redujera el número de estadounidenses que cruzan para atenderse en hospitales de México. En 2018, al menos 2 millones de personas provenientes de Estados Unidos habrían llegado a Tijuana, la joya del turismo médico en México, para atender desde cirugías estéticas hasta padecimientos de alta especialización. Sin embargo, en diciembre de 2018, cuando los integrantes de la caravana migrante intentaron cruzar por la fuerza a territorio norteamericano como si se tratase de una horda, y las autoridades de la Unión Americana reaccionaron alarmadas y cerraron la garita de San Ysidro, a causa de ello muchos estadounidenses dejaron de trasladarse a México por temor de quedar atrapados en México.

Según el coordinador de Turismo de Salud de la Secretaría de Turismo en Baja California, Aarón Ureña Zaragoza, en la primera semana de diciembre de 2018 la cancelación de citas de servicios médicos en Tijuana cayó en promedio 75 por ciento, derivado del temor de los estadounidenses por quedarse atrapados en México. “Pero hubo sectores, como el de reproducción asistida y cirugía plástica que tuvieron cancelaciones de 100 por ciento, mientras que los de odontología tuvieron cancelaciones de 75 por ciento”, expuso en entrevista. “Hubo una recuperación al empezar 2019, aunque el inicio de año ha sido lento. Nunca había habido una afectación así de severa. Sólo recordamos una situación similar cuando sucedió la pandemia por influenza A H1N1“, agregó.

Según el Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana, la zona se había convertido en el segundo destino de turismo médico más visitado del mundo, sólo después de Tailandia, con una oferta de precios que es menor en al menos 40 por ciento a la que se pagaría en Estados Unidos. Ricardo Vega, presidente de Baja Health Cluster, dijo que la principal amenaza para el crecimiento del cluster médico es la incertidumbre que se produce entre viajeros. “La caída que vivimos no se ha recuperado del todo, más cuando se sabe que viene en camino una nueva caravana de migrantes”, expuso. Según la coordinación de Turismo de Salud de Baja California, en 2018 hubo una derrama económica de más de mil millones de dólares en Tijuana por la llegada de pacientes y sus acompañantes. Si se acaba esa derrama económica en Tijuana por la incertidumbre generada por el arribo de miles y miles de centroamericanos, ¿de qué van a vivir los médicos y las enfermeras en Tijuana que pierdan su única fuente de ingresos? Ciertamente no de dávidas enviadas por los gobiernos de Honduras y Guatemala en reciprocidad por haberle dado entrada en México a los miles que huyen de Honduras y Guatemala y otros países bananeros. Se dice que se trata de gente que en https://www.lapolaka.com/home/trump-tenia-razon/los países que los reciben llegan a exigir y a imponer sus condiciones cuando nunca fueron invitados, cuya presencia eleva la inseguridad siendo necesario que sean recibidos en albergues especiales que alguien (y no ellos ni sus países de origen) tiene que pagar.

Y en aquellos casos en los que algunos de los centroamericanos quieran regresar de vuelta a su país de origen, cansados de estar esperando en México a que EE.UU. les resuelva su petición de asilo, ellos esperan que el país en el que se encuentran les pague el costo de su repatriación sin poner ellos un solo centavo salido de sus propios bolsillos sobre la suposición de que el país que han invadido está obligado a tener y disponer de una cantidad ilimitada de dinero para estarles pagando el viaje de regreso a todos los centroamericanos que voluntariamente quieran ser regresados. Es así como para las finanzas públicas de los países invadidos, el sueño de los centroamericanos puede terminar siendo la pesadilla de los países que los tienen que estar regresando en avión.

Es mejor ni hacer mucha mención de otro costo imposible de cuantificar pero que a la larga puede resultar enorme: el que varios de los integrantes de esas caravanas de indocumentados terminen siendo reclutados por la delincuencia organizada en México bajo la promesa de que si hacen en México todo lo que se les pida (narcomenudeo, trata de blancas, asesinatos, etcétera) “al ratito” los ayudarán a pasar al lado norteamericano para facilitarles a los más alucinados el cumplimiento de su sueño, indocumentados como el que describe la nota Trump Tenía Razón: Indocumentados de Caravana Centroamericana se integran al hampa en Tijuana y detienen guatemalteco con narcomanta de amenaza, publicada en LaPolaka.com el 8 de febrero de 2018 y que dice: “Los inmigrantes centroamericanos que llegaron a Tijuana en masa, ya se han integrado exitosamente a la fuerza laboral de la frontera. Un guatemalteco fue arrestado este jueves por colocar una narcomanta de amenaza a Manuel Lopez Obrador. El mensaje firmado por el cartel Arellano Felix, ordena al presidente retirar las fuerzas militares d ela frontera de inmediato o les empezarán a pegar con todo. El guatemalteco fue detenido luego de colgar le manta en la zona de Jardines de la Mesa. Donald Trump ha dicho que muchos de los ilegales son delincuentes, pero ha sido severamente criticado por Democratas y simpatizantes de la inmigración ilegal. En Tijuana se registra recientemente una escalada criminal inédita. Existen actualmente unos 10 mil ilegales que han sido apapachados con refugio legal y visa de trabajo por el gobierno federal y transportados hasta la frontera desde Chiapas.” Hay que aceptar que es mucho más fácil reclutar dentro de la delincuencia organizada a alguien que ya ha manifestado disposición previa para romper las leyes (como las leyes migratorias de un país en violación abierta a su soberanía) que reclutar a alguien que siempre se ha esforzado por respetar todo tipo de leyes, y la nota de LaPolaka.com lo confirma. A menos que el guatemalteco detenido sea deportado, lo más probable es que su sueño termine realizado como una larga carrera delictiva dentro de alguno de los cárteles mexicanos.

Si el presidente Donald Trump, argumentando que México está “apapachando” y “consintiendo” a las caravanas de miles de migrantes indocumentados centroamericanos, ordena un cierre total de la frontera México-EE.UU., ello haría tronar las economías de todas las ciudades fronterizas al norte de México en mil pedazos produciendo la bancarrota de miles de negocios y el desempleo de millones de mexicanos. Si el turismo norteamericano del que viven muchos tijuanenses deja de ir a Tijuana asustado por lo que está sucediendo con esos miles que están llegando de Honduras, pues simplemente dejará de ir a Tijuana y dejará de ser una fuente de ingresos para cientos de miles de tijuanenses. Y lo mismo puede ocurrir con otras ciudades como Nuevo Laredo, Mexicali, Ciudad Juárez, y todas las demás. Estos son algunos de los costos ocultos, y si la economía del norte de México “revienta”, no habrá nadie que pueda dar ayuda para compensar los daños ocasionados. ¿Pero tiene derecho el gobierno de Estados Unidos de hacer tal cosa? Pues tiene el mismo derecho que el que tiene México de permitirle el paso a través de territorio mexicano a caravanas de miles de indocumentados que ya se sabe de antemano por admisión propia de los integrantes de esas caravanas que tienen todas las intenciones del mundo de ingresar en calidad de indocumentados a la  Unión Americana. Es algo así como el taxista que lleva a unos individuos armados hasta los dientes hasta un Banco para que cometan un asalto esperándolos afuera para sacarlos del lugar: aunque el taxista no esté involucrado directamente en el asalto el volverse transporador de los asaltantes lo convierte en cómplice del delito y comparte con ellos responsabilidad y culpabilidad en el robo bancario.

Así pues el costo por fomentar la ilegalidad no es gratis, alguien terminará pagando de un modo u otro, convirtiendo el sueño americano de algunos como el de los hondureños y guatemaltecos en la pesadilla de otros como el de los mexicanos que tienen y tendrán que pagar con sus impuestos el tener que estar manteniendo a tanta gente soñando despierta.

A los costos anteriores se le suman desde luego los costos directos ocasionados por virajes en la política norteamericana como la nueva política de “¡Que los mantenga México!”. Los cientos de millones de pesos al mes que serán requeridos tal vez serían mejor invertidos dándole ese dinero a toda esa gente a cambio de que permanezca en su país.


Estalla la violencia centroamericana en México


México no es Guatemala, ni es El Salvador, y mucho menos Honduras. Si los guatemaltecos, y los salvadoreños y los hondureños tienen un resentimiento enorme en contra de la tierra que los vió nacer, en vez de llevarse consigo ese descontento hacia otros países lo deberían vaciar en sus propios lugares de origen para impulsar un cambio social que urgentemente necesitan. Es tal su coraje que si no les salen las cosas tal y como ellos lo desean están más que prestos para explotar con arranques de ira y violencia en otro país que no es el suyo pero que termina pagando los platos rotos del sueño malogrado. Un ejemplo de ello es lo que sucedió en Piedras Negras el miércoles 13 de febrero de 2019 en donde de acuerdo a los periódicos locales en la nota titulada Protestan a golpes en albergue de Piedras Negras, los indocumentados centroamericanos de una de tantas caravanas invasoras dejaron salir fuera todo su odio y su rencor en contra de México por no haberles negociado el gobierno de México una entrada rápida a los Estados Unidos (como si tal cosa dependiera de México). Dicen las notas entre otras cosas que:

Lo que inició como protestas a gritos la noche del martes, se convirtió ayer en enfrentamientos entre migrantes centroamericanos y policías estatales. En un intento por romper el cerco policial para salir del albergue instalado en esta frontera, un grupo de migrantes comenzó a lanzar sillas y mesas, e incluso desmantelaron toldos para lanzarlos contra los uniformados. Cerca de las 13:30 iniciaron las protestas más intensas, lo que generó que más policías estatales llegaran al sitio para reforzar la valla dentro de la maquiladora, en tanto que militares y policías federales incrementaron su presencia al exterior de la malla ciclónica.

Tras horas de negociaciones, se acordó —por petición de los inconformes— que un grupo de migrantes será trasladado a Nuevo León y otro a Sonora. La paciencia de los mas de mil 600 migrantes que están recluidos en una vieja maquila de la ciudad de Piedras Negras reconvertida en albergue pareciera tocar fondo porque cada vez son mas los que se quejan de estar encerrados desde hace días en ese lugar que está cercado por militares y policías, algo inusual para ese tipo de espacios.

Videos difundidos por la cadena local Milenio Televisión muestran algunos migrantes desesperados que el martes por la noche lanzaban gritos de “¡queremos salir!”, “¡nos tienen presos!” y “¡vámonos, vámonos!”. Segun explicó Joe Rivano Barros, miembro de la ONG estadounidense Raíces, en conversación telefónica desde la localidad fronteriza con Texas, la situación para los migrantes cambió porque el miércoles no los dejaron salir del albergue a la hora del almuerzo para ir a las tiendas cercanas. Los días previos, sí les habían permitido la salida aunque fuertemente custodiados.

Piedras Negras está justo a un lado de la franja fronteriza México-Estados Unidos, tal y como los indocumentados invasores pedían, y si los indocumentados de las caravanas centroamericanas invasoras llevaban hospedados varios días en un albergue en Piedras Negras es porque Estados Unidos se rehusa a darles a todos ellos masivamente la entrada instantánea que exigen, y han demostrado ser muy buenos para exigir que el país en el que ellos se encuentren mientras obtienen el asilo que le piden a EE.UU. les proporcione hospedaje decente (un albergue en donde pernoctar), tres comidas diarias, baños y atención médica, porque grupos como Pueblos Sin Fronteras les han hecho creer que toda esta atención que no reciben en sus países de origen es una obligación de los países a los que invaden. La vigilancia ejercida alrededor del albergue de indocumentados centroamericanos hospedados en Piedras Negras por militares y policías federales de México es requerida lo quiera México o no para garantizar la protección de esos indocumentados e impedir que sean asaltados o secuestrados por bandas del crimen organizado como ya ha ocurrido en el pasado. Una de las cosas por las cuales estos indocumentados se han quejado y han protestado furiosamente en el pasado es porque no se les brinda suficiente protección y seguridad en México en su tránsito hacia Estados Unidos, sin embargo cuando se les brinda tal protección como la que se describe en la nota citada arriba también se quejan y protestan furiosamente porque dicen que no pueden moverse de un lado a otro como ellos quisieran. ¿Pues entonces qué quieren? Idealmente, los países de donde son originarios deberían despachar a México cuerpos élites de seguridad para darles la protección y seguridad que le exigen a México, pero lo que suceda con ellos es cosa que no le interesa ni le importa a los gobiernos de países como Guatemala, El Salvador y Honduras porque una vez fuera esos indocumentados con su ausencia disminuyen las estadísticas de pobreza en los países expulsores de indocumentados. O mejor aún, en vez de seguir usando y victimizando a México como país de tránsito usándolo como trampolín para tratar de ingresar por la fuerza a la Unión Americana, bien harían en tomar mejor un vuelo directo desde sus países de origen hasta los EE.UU., y así en lugar de una travesía a pie de varias semanas o meses todo quedaría reducido a un viaje de unas cuantas horas para llegar al aeropuerto norteamericano diciéndole a los azorados agentes: “¡Estoy ya aquí, y exijo asilo inmediato, o sea que me den mi mica de residencia legal green card con permiso para trabajar y comenzar a ganar muchos dólares aquí en Estados Unidos, y no pienso regresar porque traigo siete niños conmigo y yo ya llamé a la prensa para poner presión en mis exigencias de asilo inmediato!”

Una cosa es actuar como buen samaritano y recibir a un forastero dándole generosamente hospedaje y comida mientras continúa con su jornada, y otra cosa muy diferente ese que ese forastero llegue de mal humor exigiendo, protestando, causando problemas y disturbios, sin haber sido invitado, encajando perfectamente en el dicho “le das la mano y se toma el codo”, o sea la descripción proverbial del típico limosnero con garrote. Por algo están dejando de ser bienvenidos en Estados Unidos, y mientras tanto México tendrá que pagar por los platos rotos.


Vendiéndole el alma al Diablo


Pese a todas las penurias que se han descrito arriba con historias de muerte y dolor para quienes no alcanzan a llegar a la meta de su sueño americano, pese a los enormes riesgos a los que se expone irresponsablemente a los niños que son arrastrados por esas caravanas de migrantes (arrastrados a la pesadilla porque los propagandistas de organizaciones delictivas promotoras del rompimiento de las leyes migratorias y promotoras de la violación de las soberanías de países, tales como Pueblos Sin Fronteras y Raíces les han convencido y les han estado repitiendo sin cesar que con un menor de corta edad se ingresa a EE.UU. mucho más fácil ) y pese a todas las tragedias humanas y pese a todos los impedimentos que están siendo instaurados por el gobierno norteamericano volviendo prácticamente imposible desde que inició el 2009 la entrada indocumentada hacia los Estados Unidos aún pidiendo asilo, se siguen formando nuevas caravanas conformadas por millares de ilusos y trasnochados que están plenamente convencidos y dispuestos a correr el riesgo de perder la vida y hasta venderle el alma al mismo Diablo con tal de poder ver convertido en realidad en carne propia el mito del sueño americano pese a que no sean bienvenidos, ya que al decir de la organización delictiva Pueblos Sin Fronteras, vale la pena correr el riesgo de perder la vida así como hasta las vidas de los propios hijos (como en el caso de la guatemalteca Celeste Monterroso descrito arriba) y hasta venderle el alma a Satanás con tal de seguir soñando sin parar en alcanzar el dorado sueño americano, sin ponerse a pensar dos veces en que para entrar al Infierno, nadie entra como indocumentado, allí todos son bienvenidos. Las puertas del Infierno siguen bien abiertas para todo aquél que quiera pasar.





El día que Centroamérica reventó a Estados Unidos


El 14 de febrero de 2019, el Día de San Valentín, precisamente el Día del Amor y la Amistad, los indocumentados centroamericanos lograron algo que antes que ellos ninguna potencia, ni siquiera la Unión Soviética en sus tiempos de gloria, había podido lograr desde que EE.UU. apareció en el mapa como nación independiente. Los indocumentados centroamericanos prácticamente obligaron al presidente norteamericano a que declarase una emergencia nacional.

La mañana de ese Día de San Valentín, la situación migratoria centroamericana ya había hecho crisis en Ciudad Juárez tomando un giro inesperado, como puede leerse en la siguiente nota publicada localmente que registra cómo el ejemplo y los precedentes sentados por las caravanas de indocumentados centroamericanos han logrado convencer a mucha gente de otras partes del mundo tales como africanos que residen en el Congo del África Central, de trasladarse desde el el África hasta México llegando a la frontera de México con los Estados Unidos para hacer exactamente lo mismo que lo que han estado haciendo ya los integrantes de caravanas de millares de centroamericanos, reventando las capacidades de hospedaje para migrantes indocumentados en Ciudad Juárez:

Saturan de nuevo Casa del Migrante
A causa de la crisis que sufre la Casa del Migrante extranjeros fueron instalados para que pasaran la noche en el inmueble


Grupos masivos de migrantes, la mayoría de la República Democrática del Congo, en África Central, fueron albergados desde anoche en el gimnasio del Colegio de Bachilleres que se encuentra junto al Parque Central Poniente.

Lo anterior luego de que hizo crisis la Casa del Migrante, y ante el sobrecupo no los pudo recibir.

Los africanos comparten espacio con cubanos y hondureños en el recinto habilitado apresuradamente como albergue.

Rogelio Loya Luna, jefe de programas sociales de la subsecretaría de Desarrollo Social del Estado, dijo vía telefónica que se están buscando más espacios adecuados en centros comunitarios donde los migrantes puedan recibir mayores atenciones.

Indicó que el Gobierno del estado les ha suministrado alimentos y bebidas, así como colchas para que pernocten.

Dijo que muchos de los migrantes que traen recursos se fueron del gimnasio y buscaron hoteles.

El Instituto Nacional de Migración informó que el grupo Beta está apoyando con los traslados de estas personas, que llegaron con familias completas.

Los migrantes que tienen la intensión de cruzar a los Estados Unidos aceptaron el apoyo pero coinciden en que están en un refugio improvisado porque no los quisieron recibir en la Casa del Migrante.

Los traslados comenzaron desde ayer a partir de las 10 de la noche y hasta el medio día de hoy arribó un grupo de 20 cubanos más que están a la espera de ser ingresados luego de ser trasladados a este punto por personal de Migración.

La pregunta lógica que se hicieron los africanos, refiriéndose a los indocumentados centroamericanos, fue: “Si éllos pueden, ¿por qué nosotros no?”. Y empezaron a trasladarse desde el África hasta México. En la mente de todos ellos se repetía lo mismo: “Si en vez de tratar de arreglar legalmente mi residencia permanente en los Estados Unidos cumpliendo con muchos trámites burocráticos que pueden tardar varios años, mañana mismo puedo estar viviendo y trabajando en los Estados Unidos sin necesidad de tener que hacer ningún trámite legal ante ningún consulado norteamericano, ¿por qué demonios me voy a esforzar en tratar de hacer las cosas legalmente cuando es mucho más fácil lograr lo mismo rompiendo la ley?”. De hecho, pensando así fue como se empezaron a formar las primeras caravanas de miles de centroamericanos indocumentados. Y empezaron a trasladarse hasta México en cantidades nunca antes vistas.

Las siguientes fotografías dan constancia de cómo las primeras caravanas de africanos llegados a Ciudad Juárez empezaron a tomar residencia permanente en México en los gimnasios de COBACH ante las crecientes dificultades para ser admitidos por los Estados Unidos, con miles más en camino hacia México como país de tránsito hacia los Estados Unidos:





Las notas periodísticas son bastante claras. La Casa del Migrante en Ciudad Juárez, refugio y hospedaje de todos aquellos indocumentados ávidos de meterse a los Estados Unidos sin necesidad de tener que hacer ningún trámite previo de entrada legal, terminó reventando por falta de capacidad, obligando a las autoridades locales de Ciudad Juárez a habilitar el gimnasio de un Colegio de Bachilleres local, dejando a los estudiantes sin su gimnasio en aras de lo considerado por las autoridades mexicanas como una mayor prioridad, y presagiando una crisis nunca antes vista en Ciudad Juárez al haberse convertido México en un país de tránsito de migrantes indocumentados.

Si el ejemplo centroamericano ya había cundido hasta el otro lado del mundo convenciendo a centenares de africanos de trasladarse hasta México para hacer lo mismo que lo que ya están haciendo los centroamericanos en decenas de miles, ¿por qué no habría de suceder lo mismo con millones de otros africanos pobres dispuestos a repetir la receta al cerrarles Europa sus puertas de bienvenida a millones de indocumentados africanos que estuvieron abusando de las políticas de asilo europeas? Esta crisis de un aumento exponencial anticipado en el número de indocumentados listos para avasallar la frontera entre México y Estados Unidos ocurrió el mismo día en que se había confirmado la captura cerca de Ciudad Juárez de 300 centroamericanos indocumentados que ya se habían logrado meter sin permiso a la Unión Americana, con miles y miles más de ellos en camino para hacer lo mismo, repitiéndose el uno al otro como parte de su sueño: “Si otros pueden y lo lograron, ¿por qué yo no?”.

A partir del 14 de febrero de 2019, lo que se contemplaba ya en Estados Unidos no era la invasión de decenas de miles de indocumentados sino de millones de indocumentados llegados de todas partes del mundo usando a México como trampolín. Esta situación saliéndose completamente fuera de control estaba tomado ya el cariz de una verdadera emergencia nacional. Y fue así como en la tarde de ese 14 de febrero de 2019, el presidente norteamericano declaró una emergencia nacional anunciando el inicio inmediato de la construcción de una barrera física gigantesca a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos para impedir que la soberanía de su país terminara siendo avasallada por gente que no había sido invitada por el gobierno de EE.UU. ni era bienvenida por aquellos que votaron por Donald Trump. Nunca antes había ocurrido algo como esto en la historia de las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos, ni siquiera en los tiempos en los que se implementó el operativo Espalda Mojada.

Históricamente, y esto ya se puede tomar como un hecho confirmado que así quedará registrado para siempre en los libros de texto, el Día de San Valentín 14 de febrero de 2019 fue el día en el que Centroamérica reventó a los Estados Unidos, irónicamente dándole al presidente Donald Trump todas las razones del mundo que necesitaba para tratar de justificar la construcción de su muro fronterizo ante México.

¡A seguir soñando sin parar, con los ojos abiertos o con los ojos cerrados, que de ello trata precisamente el sueño americano!

Zzzzzzz...



1 comentario:

Rubén Rentería dijo...

Salió publicado hoy en el periódico local de Ciudad Juárez que más de 50 migrantes de centroamérica que se encuentran albergados en las instalaciones de la Casa del Migrante en Ciudad Juárez se salieron temporalmente del inmueble en protesta por estar inconformes con el trato y las reglas del refugio. Algunos afirman que en las instalaciones les cortan el agua para bañarse y beber, y también se quejan lastimeramente diciendo que les dan poca comida. Todos estos mantenidos salieron de sus países sin un solo centavo en sus bolsillos atenidos a estar viviendo de la caridad pública en los países que invaden, y todavía así se ponen sus moños y se lamentan porque no se les dá hospedaje gratuito en hoteles de cinco estrellas, y muy al estilo de Mirian Celaya #ladyfrijoles protestan en contra de la comida mexicana que reciben gratuitamente en México diciendo que en México se les dá alimento a los centroamericanos que no se le dá ni siquiera a los puercos. Pues si así creen que está la cosa, ¿entonces por qué siguen viniendo a México en caravanas de miles? ¿Acaso comen pura pizza, hotdogs y nieve de chocolate? ¿Por qué no se regresan mejor a sus países estos ejércitos de mantenidos en vez de permanecer en México en calidad de limosneros con garrote? ¡Que se vayan de regreso, y cuanto antes mejor! Que le pidan a sus gobiernos en sus países de origen hospedaje en hoteles cinco estrellas, transporte gratis y alimento en restaurantes de lujo y que les cumplan todos sus caprichos, porque para eso sí son buenos, para estar pidiendo y estar exigiendo en los países que invaden.
https://diario.mx/juarez/migrantes-protestan-afuera-de-albergue-20190307-1486698/