viernes, 8 de febrero de 2019

Justicia ciudadana




El viernes 8 de febrero de 2019 la red TELEVISA radió en la tarde a cadena nacional un episodio más de la serie La Rosa de Guadalupe (en esta serie el personaje central es la Virgen de Guadalupe a quien personajes de cada episodio que se encuentran en serios problemas le piden ayuda) enfocado directamente en contra de aquellos ciudadanos vigilantes que ante la grave crisis de impunidad que se vive en México deciden tomar justicia por su propia mano y no solo terminan linchando a los delincuentes y criminales que llegan a caer en sus manos sino que están dedicados a la búsqueda y cacería de delincuentes y criminales (o sea haciendo la labor que deberían hacer las policías en México) no para entregar a los malandros a las autoridades sino para aplicarles "justicia popular". El episodio en cuestión (C92) se llamó Vientos de Esperanza, y de acuerdo a la temática del episodio (cada episodio de esta serie tiene como objetivo una lección moralizadora con la cual TELEVISA pretende educar al pueblo de México conminándolo a "portarse bien") los vigilantes que defienden a la ciudadanía de los malhechores son gente mala que debería de arrepentirse dejando en paz a los pobrecitos delincuentes y criminales (gente esencialmente de lo peor que difícilmente se va a reformar) y dejándole a las policías que (por fin) traten de hacer el trabajo preventivo que nunca hacen, defendiendo a la ciudadanía de los malhechores en vez de que sea al revés.

¿Qué tan efectivas son estas lecciones moralizadoras de TELEVISA? Resulta que justo el mismo día en que se radió el capítulo "Vientos de Esperanza", se llevó a cabo un linchamiento en Xochimilco que demostró el poco caso que los pobladores de Xochimilco le hicieron a tal episodio de La Rosa de Guadalupe. De acuerdo con los noticieros de la misma (¿decepcionada?, ¿decepcionante?) TELEVISA, la nota informativa dada en el noticiero nocturno por Denisse Maerker bajo el encabezado Pobladores linchan a un presunto violador en Xochimilco documenta lo siguiente:
Un hombre fue linchado por habitantes de la alcaldía Xochimilco, en el sur de la Ciudad de México.

Al hombre lo acusaban, algunos habitantes de San Francisco Tlalnepantla, de intento de secuestro y violación a una niña y la turba lo golpeó hasta dejarlo inconsciente. Fue trasladado al Ministerio Público donde finalmente falleció.

"Mire supuestamente al que detuvieron ya está muerto, aquí lo tomaron porque robaron a una niña, lo agarraron con la niña, llegó la patrulla, se lo llevó, ahora dicen que está muerto, pero nosotros no sabemos si realmente es así”, explicó Leticia Arenas, habitante de San Francisco, Tlalnepantla.

Al lugar subieron decenas de policías a tratar de liberar al hombre retenido.

Durante el rescate de este hombre hubo algunas fricciones entre pobladores y policías, algunos de los oficiales resultaron con lesiones. Al menos 13 de ellos debieron ser hospitalizados.

Algunos pobladores también sufrieron lesiones y varias patrullas resultaron con cristales, espejos, calaveras y faros rotos, así como llantas ponchadas y pintadas.

Un helicóptero del agrupamiento Cóndor sobrevoló la zona.

Luego de la liberación de este hombre, la mayoría de los policías se retiró, únicamente quedó una patrulla retenida con sus dos oficiales, por una gran cantidad de pobladores.

Para liberar a los uniformados, un mando de la policía capitalina negoció un acuerdo de diez puntos con los pobladores, en donde se destaca mayor seguridad en la zona.

Durante los primeros minutos de este viernes los habitantes de este pueblo regresaron a sus domicilios y la investigación de este caso se inició en la agencia del Ministerio Público número dos en Xochimilco, a donde fue trasladado el hombre liberado de la turba y en donde se mantuvo un resguardo policíaco y donde posteriormente falleció.

El 9 de enero ocurrió un hecho similar en Chiapas cuando un grupo de personas detuvo a un hombre cuando intentaba abrir un vehículo en el centro de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.

Los ciudadanos lo golpearon y amarraron a un poste de luz de la explanada del parque central. Al lugar llegaron policías para rescatar al delincuente y evitar el linchamiento. Trataron de llevárselo detenido, sin embargo, esto provocó la molestia de los habitantes, quienes se enfrentaron a golpes con los policías.

Minutos después, la Policía tomó el control y rescató al presunto ladrón, quien fue llevado a las instalaciones de la Fiscalía del Estado en calidad de detenido.
A los pobladores de Xochimilco de poco o nada les sirvió la "lección" moralizadora dada por el episodio Vientos de Esperanza de la serie La Rosa de Guadalupe, y tal vez los programadores de La Rosa de Guadalupe berían repensar la naturaleza y el contenido de algunas de sus enseñanzas moralizadoras con las cuales pretenden educar al pueblo de México, viendo qué tan poco caso les hace la ciudadanía cuando en TELEVISA hasta parece que se ponen de lado de la enérgica y contundente defensa de "los derechos humanos" de los delincuentes y criminales. Si ese viernes 8 de febrero poco caso le hizo todo un gran poblado de la Ciudad de México a TELEVISA fue porque la ira popular ya está estallando ante la enorme impunidad con la cual operan los verdaderos y auténticos violadores de la ley para los cuales hay una gigantesca y costosa organización, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, aparentemente creada para proteger los derechos humanos de los hampones y no los derechos humanos de las víctimas de estos hampones (nunca se les ha ocurrido a los visitadores de la CNDH que también las víctimas de los malandros tienen derechos humanos, por lo menos el derecho de exigir y esperar justicia con algún tipo de castigo que haga escarmentar al malandro).

La impotencia y el coraje de las víctimas en varias partes de México es tal que, pese a las enseñanzas moralizadoras de TELEVISA en programas como La Rosa de Guadalupe, cada vez es más frecuente el que la ciudadanía opte por tomar la justicia en sus propias manos ante el insulto que constituye la puerta giratoria que se encarga de dejar en libertad lo más pronto posible a todo tipo de malandros culpables de crímenes y delitos graves pese aunque hayan sido sorprendidos en plena flagrancia en la comisión de algún delito.

Para muchos mexicanos resulta sumamente sospechoso el hecho de que cuando alguna pandilla de malhechores está incurriendo en un delito grave en contra de la ciudadanía como robo a mano armada o el secuestro de un menor de edad, las policías brillan por su ausencia y nunca aparecen por ningún lado, como si no existieran. En cambio, en aquellas raras ocasiones cuando un grupo de vecinos logran atrapar en plena flagrancia a un malhechor justo cuando está cometiendo su fechoría, y están a punto de linchar al malhechor, de pronto aparecen casi de la nada varias patrullas y decenas de policías para salvarle la vida al malhechor e impedir que se lleve a cabo el linchamiento. O sea que los policías aparecen en el momento oportuno para rescatar al malhechor de la ira ciudadana, casi como si estuvieran en acuerdo previo, exponiendo sus vidas para proteger al malhechor al impedir que el linchamiento se pueda llevar a cabo. En las ocasiones en que logran salvar al delincuente, se lo llevan dizque para fincarle cargos por el delito que estaba cometiendo, pero casi siempre al día siguiente lo sueltan dejándolo libre tras los reclamos de aquellas organizaciones como la CNDH que están prestas a defender los "derechos humanos" de los malhechores. Pero esto va todavía más lejos. Cuando algún justiciero anónimo aparece en el momento oportuno para rescatar a ciudadanos o jovencitas de las garras de delincuentes contumaces y se encarga por cuenta propia de aplicarles la pena capital, las autoridades empiezan a hacer el trabajo que usualmente nunca hacen, o sea investigar lo sucedido para tratar de aprehender al que haya aplicado la pena capital al malandro, ¡porque eso sí las autoridades en México no lo pueden ni lo quieren permitir jamás! Un ejemplo es el del vengador justiciero que mató a cuatro ladrones durante un asalto a mano armada al autobús en la carretera México-Toluca. El delito que estaban llevando a cabo los cuatro ladrones está plenamente confirmado, no hay duda alguna de lo que estaban haciendo ya que hay bastantes testigos de ello, sus víctimas. Cuando los criminales se disponían a bajar a un solitario pasajero, desde la parte trasera un vigilante apodado el “Justiciero Anónimo” disparó un arma de fuego 9 mm y mató a los cuatro asaltantes ante los aplausos y vítores de aquellos a los que salvó. El “Justiciero Anónimo” después les regresó lo robado a los pasajeros sin quedarse él con un solo centavo de lo robado. Es posible que el “Justiciero Anónimo” haya sido alguna vez víctima y tal vez hasta es posible que le hayan matado a su padre o a su madre en un asalto llevado a cabo en el mismo paraje en donde él acabó con las vidas de los cuatro malhechores, tal vez hasta logró matar allí mismo a uno de los criminales que le mataron a su padre o a su madre. Las autoridades, muy preocupadas por el "mal ejemplo" de que corresponde a los propios ciudadanos defenderse como puedan aplicando castigo por propia mano, siguen buscando activamente al “Justiciero Anónimo” con la intención de que se le aplique como castigo una pena de hasta 240 años de cárcel... ¡por haber intervenido en defensa de la ciudadanía! (egún estipula la ley en el Estado de México, donde sucedieron los hechos, son 60 años por cada homicidio, por lo que podría ser condenado a 240 años de cárcel si es que lo agarran las autoridades). “Los cuatro asaltantes muertos están implicados en  al menos 30 robos similares a bordo de autobuses”, informó el representante de la Cámara Nacional de Transporte. ¡Y en todo ese tiempo las policías del Estado de México brillaron por su ausencia! Víctimas del asalto a bordo del autobús revelaron que el “pasajero justiciero” había sido previamente sometido y golpeado por los sujetos, al igual que a varios pasajeros, quienes para ser despojados de sus pertenencias también fueron golpeados por los agresores, pero para las autoridades ni siquiera esto le vale como atenuante al  “Justiciero Anónimo”. Tras el ajusticiamiento de los cuatro delincuentes, el Gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas, anunció que se reforzaría la vigilancia con revisiones a unidades de transporte, o sea a los pasajeros, para impedir que alguno de ellos pueda ir armado y pueda hacer la labor que deberían estar haciendo las policías que no protegen a la ciudadanía pero cuyos sueldos son pagados por los mismos ciudadanos que se quejan de la falta de protección policiaca. Aunque la clamor de la ciudadanía es que el gobierno muestre el mismo entusiasmo en la búsqueda y captura de todos aquellos delincuentes que sean culpables de cosas graves como los feminicidios impunes en el Estado de México, la prioridad número uno de las autoridades parece ser el garantizarles plena seguridad en su "trabajo" a quienes se dedican a la delincuencia, castigando con todo rigor a quienes son víctimas de esta mala gente. Y la defensa a ultranza de los malhechores parece ser también prioridad absoluta de los guionistas del capítulo de la serie La Rosa de Guadalupe que fue radiado el 8 de febrero de 2019. Solo falta que las autoridades y los productores de la serie La Rosa de Guadalupe convoquen a una megamarcha de protesta en defensa de los "derechos humanos" de los malhechores exigiendo la captura y la pena de muerte aplicada a los pocos justicieros anónimos que andan por allí dificultando el modus vivendi de los delincuentes. Existe la creencia popular de que si no fuera por la intimidación producida en los malandros por los pocos justicieros anónimos que andan por allí buscándolos para darles su merecido, los delitos y crímenes que se cometen serían mil veces peor de lo que ya son. Irónicamente, los justicieros anónimos se arriesgan por partida doble, ya que por un lado se están enfrentando a delincuentes peligrosos y despiadados mientras que por otro lado corren el riesgo de enfrentarse a policías que en vez de trabajar en la prevención del delito parecen estar dedicados tiempo completo a la captura de los justicieros anónimos.

Si los ciudadanos no ven castigo alguno a la delincuencia, si no ven justicia o al menos algo que simule serlo, si ven que los violadores, asesinos y atracadores gozan de los mimos de organizaciones derechohumanistas y la ayuda de una gigantesca puerta giratoria que les permite a los despiadados malandros recuperar rápidamente su libertad para así poder seguir delinquiendo y seguir cometiendo atracos, los ciudadanos pueden caer en la tentación de aplicar por su propia mano la justicia que no aplican las autoridades, siguiendo el ejemplo y las enseñanzas del arquitecto Paul Kersey, y se trata de una justicia muy efectiva y terminante porque en vez de la cómoda puerta giratoria el malandro está contemplando una caja mortuoria de la cual ya no saldrá nunca más para hacer de las suyas. Y contrariamente a lo que pretendió "enseñar" el episodio Vientos de Esperanza de la serie La Rosa de Guadalupe, muchos habitantes consideran a los vigilantes que acuden en su ayuda para impedir que se consume un delito como verdaderos héroes que arriesgando sus vidas y sin esperar nada a cambio hacen el trabajo que deberían hacer y que casi nunca hacen las policías. Desde hace dos años ya se había comentado dentro de esta bitácora algo sobre el ajusticiamiento popular en la entrada titulada El Justiciero de la Marquesa. Y aunque es posible que varios pobladores ya conocen su identidad real, hasta el momento nadie a acudido a denunciar al Justiciero de la Marquesa ante las autoridades ni se espera que ocurra jamás tal cosa, por el contrario parece que los mismos pobladores lo están protegiendo y lo ven como un salvador. Los guionistas de La Rosa de Guadalupe ignoran lo popular que suelen ser estos justicieros anónimos que sin recibir ni un centavo a cambio acuden justo en el momento oportuno en el que algún ciudadano necesita ayuda porque lo están asaltando o le están secuestrando a su hija o malhechores carjackers le están robando el carro. Y en última instancia, los superhéroes de los comics en películas muy reproducidas por TELEVISA tales como Supermán, Batman, y Spider Man, también son todos ellos justicieros anónimos que acuden en el momento preciso a brindarle ayuda a alguien que está siendo victimizado por malandros. Hasta el día de hoy, TELEVISA no ha elaborado ningún episodio en su programación condenando a los superhéroes vigilantes como Batman y Spider Man, los cuales por cierto en las películas les ponen a los malandros severas palizas que le dejan a los cinéfilos un grato sabor de gusto en la boca al ver que por lo menos en las películas los malandros no siempre logran salirse con la suya y terminan recibiendo su merecido hasta en lugares públicos como Xochimilco donde de acuerdo a la nota informativa dada por Denisse Maerker hay ajusticiamientos ciudadanos como los que son muy reprobados por TELEVISA en programas fuera de la realidad tales como La Rosa de Guadalupe. Resta decir que a los funerales de los malandros nunca acuden ninguna de sus víctimas para expresar condolencias y mucho menos acude el justiciero que le haya puesto fin a sus carreras delictivas. Y ciertamente no les llevan flores para despedirlos.



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