viernes, 1 de mayo de 2020

Operación Warp Speed: ¿condenada al fracaso?



Atendiendo con cinco años de retraso, y eso parcialmente, las advertencias que hiciera en 2015 Bill Gates sobre la urgencia de reunir todos los recursos posibles para contraatacar la amenaza viral que pudiera convertirse en pandemia, el presidente Trump ha reaccionado anunciando como suya una idea de poner en marcha un esfuerzo científico y tecnológico para crear en tiempo récord una vacuna contra el coronavirus, equiparable al esfuerzo que le posibilitó a Estados Unidos desarrollar la primera bomba atómica que le dió el triunfo durante la Segunda Guerra Mundial.

Esta es la historia detrás de la noticia:

Lanza EU operación para acelerar desarrollo de vacuna
El proyecto, llamado 'Operation Warp Speed', tiene el objetivo de fabricar cientos de millones de dosis que pueden estar disponibles a finales de año
El Diario de Juárez
30 de Abril, 2020


La administración Trump lanzó un proyecto para acelerar el desarrollo de una posible vacuna contra el coronavirus, dijo el miércoles un alto funcionario del gobierno.

El proyecto, llamado “Operation Warp Speed”, tiene el objetivo de fabricar cientos de millones de dosis que pueden estar disponibles para los estadounidenses a finales de año, dijo el funcionario. Aún no se ha creado ninguna vacuna, aunque se están trabajando en múltiples proyectos en todo el mundo, informó CNN.

El esfuerzo apunta a reducir drásticamente el tiempo de desarrollo habitual de una vacuna. No está claro si el proyecto podría cumplir ese objetivo de manera realista.

El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, ha advertido repetidamente que una vacuna contra el virus tomaría entre un año y 18 meses.

El funcionario dijo que las compañías farmacéuticas y los investigadores del gobierno trabajarían juntos para superar esa línea de tiempo, en lo que se describe como un esfuerzo similar al Proyecto Manhattan.

El esfuerzo, que fue informado por primera vez por Bloomberg News, se produce cuando el número de casos confirmados de coronavirus en Estados Unidos supera el millón, y los investigadores dicen que el número de muertes podría aumentar en las próximas semanas.

EE.UU. tiene en efecto mucho dinero y muchos recursos materiales para poder poner en marcha algo equiparable a lo que fue el Proyecto Manhattan. La nota periodística dice claramente que el Doctor Anthony Fauci dijo que debería ser posible que las compañías farmacéuticas y los investigadores del gobierno trabajen juntos para superar la línea de tiempo (entre un año y 18 meses), en lo que se describe como un esfuerzo similar al Proyecto Manhattan.

Sin embargo, tanto el Doctor Anthony Fauci como el presidente Trump olvidaron algo que fue esencial para poder poner en marcha un siglo atrás el Proyecto Manhattan. Para poder cristalizar tal posibilidad, fue necesario que el gobierno de EE.UU. le abriera sus puertas de par en par a los expertos en física nuclear más sabios del mundo, eminencias tales como Albert Einstein (judío alemán), Enrico Fermi (italiano), Edward Teller (húngaro, el físico que le dió a Estados Unidos la superbomba, la bomba termonuclear de hidrógeno basada en proceso de fusión atómica y no en la fisión atómica), John von Neumann (húngaro), y muchos otros. Obsérvese que todos ellos son europeos. NINGUNO DE ELLOS HABIA NACIDO EN ESTADOS UNIDOS, NI ERA HIJO DE CIUDADANO NORTEAMERICANO ALGUNO, NI ESTABA CASADO CON CIUDADANA NORTEAMERICANA ALGUNA. Y sin embargo, pese a no estar en la "primera categoría de prioridad" reservada dentro de las "cuotas" (lugares disponibles para la inmigración legal), a todos ellos se les abrieron las puertas de par en par sin necesidad de que previamente hubieran metido una aplicación para una visa de residencia permanente en Estados Unidos y sin que tuvieran que estar esperando pacientemente por años en una larga lista de espera para su "cita consular", ni tener que cumplir con ningún requisito en particular (pruebas de solvencia económica, comprobante de oferta de empleo en USA, examen médico en laboratorio autorizado por algún consulado norteamericano en Europa, tener familiares en USA dispuestos a asumir los costos de manutención y cuidados médicos del aspirante a inmigrar, y muchas otras cosas más que hoy se les piden.)

Esos eran los tiempos en los que el gobierno norteamericano les daba prioridad absoluta de inmigración legal en base a los méritos del solicitante y no en base a que tuviesen que cumplir alguno de los dos principales requisitos como hoy lo es el ser hijo(a) de un ciudadano estadounidense estar casado(a) con un ciudadano o residente legal estadounidense. Si así hubiera sido la cosa, la única manera en la cual podrían haber ingresado a USA hubiera sido en calidad de extranjeros indocumentados.

Hace un siglo, lo que estaba en juego era quién saldría triunfante en la Segunda Guerra Mundial. Y las probabilidades de triunfo dependían de quién pudiera reunir en tiempos de guerra los recursos necesarios y suficientes para desarrollar la bomba atómica. La posibilidad de que la Alemania Nazi pudiera ganar la guerra fue más que suficiente para que USA le abriera sus puertas a científicos como los que han sido mencionados arriba, sin necesidad de que llenaran ningún formulario previo de solicitud de inmigración.

Hitler pudo haber obtenido primero la bomba atómica en caso de haberlo querido. Pero el éxodo masivo de los científicos que le pudieron haber dado los planes y la tecnología para poder construír la primera bomba atómica volvieron tal posibilidad algo extremadamente difícil de lograr, y así se lo hizo saber en su momento al Tercer Reich el científico que estaba en condiciones de saber tales cosas, Werner Heisenberg. Si el gobierno norteamericano de aquél entonces hubiera impuesto todo tipo de trabas y obstáculos a los expertos capaces de inventar y desarrollar la bomba atómiica, le habría hecho un gran favor a la Alemania Nazi, y muy posiblemente los aliados habrían perdido la guerra.

Y este es precisamente el problema que enfrenta la Operation Warp Speed que quiere poner en marcha el presidente Donald Trump. Él mismo se ha encargado de poner un freno casi total a la inmigración LEGAL, usando como pretexto la pandemia de coronavirus. Ya anteriormente Trump había puesto muchas trabas a la migración indocumentada, inclusive la inmigración basada en peticiones legítimas de asilo político. En esta bitácora se ha llevado un registro sobre cómo se han ido cerrando las puertas a los migrantes indocumentados. Pero no conforme con ello, el siguiente paso fue cerrar las fronteras a todo tipo de inmigración, no solo ilegal sino legal. La justificante sigue siendo la misma: "Proteger empleo de ciudadanos norteamericanos". En estos tiempos del coronavirus, el presidente Trump reafirma que su prioridad es "asegurar que los trabajadores estadounidenses desempleados sean los primeros en recuperar su trabajo cuando la economía reabra". Es la añeja postura según la cual los inmigrantes tanto ilegales como LEGALES llegan a USA a quitarle su empleo a ciudadanos estadounidenses ofreciendo hacer el mismo trabajo por sueldos míseros. La siguiente nota dá mayores detalles:

Trump suspende la inmigración legal para "proteger" empleos en EE.UU
Desde mediados de marzo 22 millones de personas en EE.UU han pedido ayuda tras perder sus empleos. Hoy Trump suspende la inmigración legal por al menos 60 días con la excusa de dar prioridad a los trabajadores estadounidenses cuando la economía se reactive. Los contagios de Covid-19 ya pasan de 800 mil
AFP
21 de Abril de 2020


El presidente Donald Trump anunció este martes la «suspensión» al menos por 60 días de la inmigración legal permanente a Estados Unidos argumentando que con ello busca proteger el empleo en el país, muy golpeado por la crisis por la pandemia.

El mandatario ofreció los primeros detalles de un vago anuncio hecho en la noche del lunes, abordando un tema clave para su base conservadora en momentos en que se disparó el desempleo debido a la crisis del coronavirus.

En este contexto y a seis meses de las elecciones en las que buscará la reelección, Trump explicó que la medida de suspensión de la inmigración busca «proteger a los trabajadores estadounidenses», en un momento en que desde mediados de marzo 22 millones de personas han pedido ayuda tras perder sus empleos.

«Al suspender la inmigración, esto va a ayudar a los estadounidenses desempleados a que estén en primera línea cuando se reabra Estados Unidos», dijo Trump.

Según los datos oficiales, Estados Unidos otorgó el estatus de residente permanente a cerca de 577.000 personas en el año fiscal 2019.

«Esta orden solo se aplica para individuos que buscan la residencia permanente, en otras palabras la Tarjeta Verde (green cards)», dijo el mandatario asegurando que no va a afectar los permisos temporales.

Sin el decreto publicado, Trump no especificó si esta medida afecta a los cónyuges de estadounidenses o a familiares de personas con Tarjeta Verde de residencia temporal.

El congresista de Texas Joaquín Castro denunció el lunes el anuncio migratorio del presidente como una maniobra que «busca desviar la atención del fracaso de Trump en detener la propagación del coronavirus».

«Es una medida de tipo autoritario para aprovecharse de la crisis y avanzar en su agenda contra la inmigración», añadió.

Su colega Jerry Nadler deploró que el presidente escogiera a los migrantes como chivos expiatorios en la crisis actual.

«La verdad es que muchos inmigrantes están en nuestras primeras líneas, protegiéndonos como doctores, enfermeras, ayudantes sanitarios, trabajadores agrícolas y empleados de restaurantes», escribió.

La lucha contra la migración, tanto legal como irregular, fue un tema central de la campaña de Trump en 2016 y un eje de su gobierno.

Este decreto probablemente sea desafiado en la justicia, pero en este ámbito el gobierno ha obtenido importantes victorias con el apoyo de la Corte Suprema, donde los jueces conservadores son mayoría.

De nueva cuenta, los únicos que son mencionados como susceptibles de quedar exentos de las draconianas medidas ordenadas por el presidente Trump son los cónyuges de estadounidenses o los hijos de estadounidenses. Todos los demás incluídos los expertos en biología molecular que EE.UU. necesita desesperadamente en estos momentos quedan fuera de cualquier consideración. Ellos no cuentan, no hay nadie que hable por ellos dentro del gobierno norteamericano, y Hitler hubiera deseado que el actual gobierno en USA hubiera sido el mismo que cuando estalló la Segunda Guerra Mundial.

Aún si EE.UU. adoptara una política migratoria basada en méritos académicos abriendo sus puertas de par en par a gente que pueda hacer una contribución de valor a EE.UU., hay que tomar en cuenta que el panorama actual es muy diferente del panorama de hace un siglo que prácticamente empujó a muchos de los mejores científicos fuera de Europa hacia USA. En estos momentos no hay guerras en Europa como las del siglo pasado, lo que tienen son atentados terroristas, pero eso también lo tienen en EE.UU., sobre todo después del 11 de Septiembre de 2001. Los científicos y académicos europeos y asiáticos no tienen que huir de nada ni de nadie como antes lo hacían. Por otro lado, ningún país quiere ni está dispuesto a perder en estos momentos a sus expertos en biología molecular, y menos a Estados Unidos. Se trata de científicos muy bien pagados (sueldos comparables e incluso superiores a los que les podrían ofrecer en Estados Unidos), que tienen allá en sus países a todos sus familiares y amigos. ¿Qué razón tendrían para querer abandonar sus países de origen aventándolo todo y trasladarse hasta un país como USA en el que no conocen a nadie y en el cual se dan brotes de xenofobia que culpan a los inmigrantes por "quitarle sus empleos a los estadounidenses" y "competir por un número limitado de fuentes de empleo haciendo que caigan los salarios con tal competencia"?

Es buen momento para recordar que los primeros científicos que lograron una clonación exitosa de un mamífero no lo lograron en Estados Unidos, sino en Escocia, la oveja Dolly. Y cuando obtuvieron tal logro, los científicos que lograron tal proeza no mostraban ningún interés en inmigrar a los Estados Unidos, estaban contentos y satisfechos viviendo en donde estaban.

No es exageración afirmar que fuera del continente americano hay mucho talento científico que no está disponible directamente al gobierno norteamericano, y algo de esto lo podemos palpar en noticias como la siguiente:

Pfizer apunta a 10-20 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus para fines de 2020
John Miller y Stephanie Nebehay
Reuters
30 de Abril 2020

Pfizer apunta a fabricar entre 10 y 20 millones de dosis de una vacuna contra el coronavirus que está desarrollando con BioNtech de Alemania para fines de 2020 para uso de emergencia si pasa las pruebas, dijo el jueves el jefe de vacunas del fabricante estadounidense de medicamentos.

Las empresas, cuyo proyecto se basa en la tecnología de ARN mensajero nunca antes utilizada en una vacuna aprobada, han dosificado a los primeros humanos en Alemania y esperan comenzar pronto un ensayo en los EE. UU.

Pfizer, BioNtech y otras compañías están compitiendo para desarrollar una vacuna, ya que actualmente no hay tratamientos aprobados y solo resultados mixtos de medicamentos en estudio contra el virus.

El británico AstraZeneca dijo el jueves que se había unido a la Universidad de Oxford en un proyecto de vacuna que también se estaba probando en voluntarios.

Hacer millones de dosis en solo unos meses, como espera Pfizer, marcaría una velocidad casi sin precedentes y requeriría una acción reguladora rápida.

"Por supuesto, necesitamos ver y esperar para ver cómo se demuestra la eficacia y seguridad de la vacuna, con suerte en los próximos meses", dijo Nanette Cocero, directora global de Pfizer Vaccines, en una llamada organizada por el grupo industrial con sede en Ginebra Federación Internacional de Fabricantes de productos farmacéuticos (IFPMA).

"Suponiendo que se demuestre, estamos buscando acelerar la fabricación con bastante rapidez para tener alrededor de 10 a 20 millones de dosis para fines de este año, que se espera que luego se usen en un entorno de tipo de emergencia".

Otros fabricantes de medicamentos que evalúan a más de 70 candidatos a la vacuna COVID-19 incluyen Moderna, Johnson & Johnson y Novavax, y proyectos más pequeños como en el hospital Inselspital de Bern en Suiza.

Esto suena muy parecido a lo que Trump quiere poner en marcha con su 'Operation Warp Speed', con una pequeña diferencia: el esfuerzo se está llevando a cabo fuera de suelo estadounidense, y los científicos que lo están realizando cuentan con muy buenos trabajos en Europa en donde "no le quitan trabajo a nadie."

No dejemos fuera de esto a China, país que tal vez posea varios de los mejores expertos en biología molecular del planeta. En China reside el gentista He Jiankui, precisamente el primer científico en haber logrado obtener bebés genéticamente modificados con una modificación que los protege de por vida del virus del SIDA. He Jiankui no ha mostrado tampoco ningún interés en inmigrar a USA. Tal posibilidad no le llama la atención.

Un experto en biología molecular en Europa o Asia puede aspirar a ganar en su país de origen un sueldo comparable o superior al que podría percibir si se trasladara hasta USA para "probar suerte". Se necesitaría perder el sano juicio para ir al consulado norteamericano más cercano para llenar una solicitud por una "green card" cuya respuesta será una cita consular programada para ser llevada a cabo diez o quince años después, al estar todos los primeros lugares ya asignados y reservados "para hijos o cónyuges de ciudadanos norteamericanos". O sea todo lo contrario de lo que ocurrió cuando se puso en marcha el proyecto Manhattan. Hubo una época en la que ni siquiera existían "cuotas" migratorias ni límite alguno para aquellas personas altamente calificadas.

Empeorando aún más el panorama migratorio para académicos y tecnólogos interesados en irse a vivir a EE.UU. está el hecho de que el actual sistema migratorio norteamericano es una verdadera aberración anticuada y desvencijada que ya cumplió su propósito, si es que alguna vez lo tuvo, para el siglo pasado, y el indolente Congreso norteamericano no se muestra interesado en pasar ninguna reforma migratoria. Por ocho años el Congreso le negó al presidente Demócrata Barack Obama una reforma migratoria, y ahora con 3 años transcurridos del presidente Republicano Donald Trump también sigue negando el Congreso una reforma migratoria. No habrá científicos dispuestos a esperar que transcurran otros cien años (un siglo) para que un Congreso futuro de EE.UU. vuelva a abrir las puertas de USA a la inmigración basada en méritos, ni hay gente que esté dispuesta a esperar a vivir por tanto tiempo.

En el siglo pasado, el campo predominante era el de la física y con ello el de la informática. En el siglo presente, en el que estamos viviendo, el campo predominante le corresponderá a la biotecnología. Y a como van las cosas, Estados Unidos continuará perdiendo su liderazgo, repitiéndose lo que ilustra la fábula clásica de Esopo sobre el conejo y la tortuga, como parte de un delive histórico que en 2013 estaba dando ya sus primeras señales y que ya se había anticipado en esta bitácora el 16 de Noviembre de 2016 en la entrada Auge y Ocaso del Séptimo Imperio.



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