martes, 14 de julio de 2020

Los zombies del COVID



Hasta el día de hoy no se ha llevado a la pantalla ninguna dramatización de la historia que está viviendo la humanidad bajo el COVID, lo cual es lamentable porque hay material de sobra para crear una buena historia de ciencia-ficción, o mejor dicho de terror-ficción. Antes de que alguien se adelante con la idea, se pone aquí un relato que puede ser usado como tema para una buena película que creo que será de interés para muchos. El título de la película (si se hace) podría ser "Los zombies del COVID". He aquí el guión:

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Los zombies del COVID


Esta historia comienza con la corporación Paraguas, una empresa contratista privada con contratos multimillonarios con el gobierno norteamericano para el desarrollo de armas avanzadas de todo tipo, la cual es propietaria de unas instalaciones secretas ubicadas, por razones de seguridad, debajo de la superficie terrestre en unos laboratorios conocidos como "El Panal". El principal propósito de El Panal era crear el arma biológica perfecta.

Mientras que la Organización de las Naciones Unidas habían prohibido el desarrollo de armas biológicas antes de que empezara el proyecto infame, Paraguas disfrazó el desarrollo del proyecto como una benévola compañía farmacéutica que buscaba curas.

El propósito de la creación de un virus elaborado artificialmente causó mucha controversia entre los empleados de Paraguas. Mientras que el Director Spencer quería usar el virus para fines militares, el cofundador de Paraguas, el Doctor Ashford deseaba usar el virus para beneficio de la humanidad. Sin tener en cuenta a Ashford, Spencer fácilmente redirigió el proyecto para crear super guerreros para ser puestos a la venta al Pentágono.

Otro cofundador de Paraguas descubrió que se podía fácilmente ignorar las restricciones del virus progenitor COVID-01 al combinar un organismo parásito con el virus. El experimento de combinar ADN de un murciélago al ADN del COVID-01 creó el virus Coronario, que dio lugar al desarrollo del COVID-19 empezando con el COVID-01.

Desafortunadamente, las primeras versiones del virus basadas en el COVID-19 causaban a los humanos una mutación a abominaciones descerebradas. Más investigaciones revelaron que sólo una cantidad de humanos contenían el ADN necesitadO para mutar en resultados deseados.

Después de incontables experimentos, un científico de Paraguas llamado Marcos fue capaz de empezar el desarrollo inicial de los COVIDs de Paraguas. Su investigación fue interrumpida por el Director Spencer, quien insistió en mover el proyecto a las instalaciones de las montañas del estado Colorado. Ya allí. el Director Spencer comandó a dos sicarios, Wesker y Birkin, para que asesinaran al científico Marcos. Mientras Marcos deambulaba por el inframundo, la reina sanguijuela, uno de sus especímenes infectados, se conectó con él y logró salvarle la vida.

Marcos hizo una sangrienta jugada contra Paraguas y liberó el COVID-20 en la mansión de Spencer y el Centro de Investigaciones en Colorado, transformando al personal en zombies. La mansión rápidamente se volvió un lugar lleno de especímenes de Paraguas.

El virus COVID-20, una variante mucho más potente y más maligna que su predecesor COVID-19, que llegó a la "ciudad del Mapache" situada arriba de las instalaciones secretas de los laboratorios Panal de la corporación Paraguas, fue creado accidentalmente por un científico loco llamado Tedros:


La corporación Paraguas decide quitarle el virus COVID-20 a Tedros, y este al no querer perder los derechos sobre sus creaciones accidentales y no querer permitir que lo priven de sus ganancias económicas y regalías y no querer aceptar que se salgan con la suya, se inyecta en sí mismo el virus COVID-20 transformándose en un monstruo que acaba con los soldados de la corporación Paraguas que anteriormente le quitaron el virus dejando caer al suelo las muestras de virus COVID-19 y virus COVID-20 que le habían robado, así el virus COVID-19 y tiempo después el mucho mas peligroso COVID-20 se propagará por la ciudad Mapache mediante las ratas, cucarachas, y otros transmisores usuales ya conocidos.

Finalmente, un Gobierno de los Estados Unidos presidido por Donald Trump, operando en una misión secreta de alto riesgo, destruye la ciudad Mapache con un misil nuclear para prevenir una pandemia mundial. Posteriormente se abre una investigación para averiguar el verdadero alcance de la responsabilidad de la corporación Paraguas en el desastre. Mediante la información sacada a la luz por un testigo arrepentido se culpa a Spencer y a la corporación Paraguas directamente del desastre. El Gobierno norteamericano decreta la suspensión indefinida de las actividades comerciales de la compañía Paraguas, sus acciones caen en picada y Paraguas se disuelve.

Por diseño intencional como arma bacteriológica, todos los COVIDs desde el COVID-01 hasta el COVID-20 son asintomáticos, de modo tal que aquellos humanos que ya están infectados por algún COVID no se dan cuenta de ello sino mucho tiempo después de que se han convertido en propagadores involuntarios del mal, infectando hasta a los propios familiares sin saberlo, el arma biológica perfecta.

El virus COVID-20 y todas sus variantes posteriores sólo pueden funcionar apropiadamente consumiendo la célula para producir energía, pero la célula no puede realizar ninguna actividad metabólica o función, y mucho menos nutrirse. Esta lenta descomposición de las células se dirige a los efectos necróticos. El virus también altera el ADN del huésped, iniciando mutaciones o magnificando aquellas propias del efecto natural del ambiente sobre la genética celular. Por esto es que criaturas, tales como abejas y arañas, solo tienen mutaciones menores, tales como el incremento de tamaño, cuando comparados a la mutación humana causada por el virus es mayor. Esto es debido a su baja posición en la cadena evolutiva.

Si el huésped humano siguiera vivo en el momento de la infección del virus COVID-20 seguiría pensando, pero todas las funciones superiores del cerebro irían siendo abolidas debido a que el virus COVID-20 simplemente lesiona, y con ello elimina los lóbulos frontales; esto deja sólo el telencéfalo, que controla la conducta totalmente primitiva, provocando en los huéspedes infectados una conducta muy primitiva y agresiva. Mientras el virus COVID-20 se dispersa afecta al hipotálamo. Esto produce un flujo masivo de neurotransmisores, enzimas y hormonas tales como la norepanfrina y la dopamina. Asimismo, debido a la alta infectividad (por diseño, también intencional, todos los COVID son increíblemente contagiosos, basta una sola partícula de ellos inhalada para infectar por completo a un humano, y en cualquier temporada desde Invierno hasta Verano) y citotropismo de los virus COVID, prácticamente todas las células del organismo contagiado son afectadas, y el resultado es la muerte de varios tejidos simultáneamente, algo parecido a ser devorado vivo y desde dentro. Estos efectos, combinados con los dolorosos síntomas de la infección, inducen a una ira psicótica, hambre persistente e incremento de agresividad en los infectados. Si el humano estuviera muerto al momento de la infección, solo se produciría suficiente energía para activar las funciones básicas del cerebro. Estas funciones son caminar y comer. En cualquier caso su apariencia y conducta en su fase tardía son características de un caníbal o un zombi, ya que la función es reanimar el cuerpo muerto. Si un humano en la última etapa se encontrara inconsciente el cuerpo se pondría en un fase inactiva, dando la apariencia de que está muerto. En esta etapa el virus COVID-20 está en proceso de mutación, por lo que el huésped está mutando rápidamente debido a que el virus está haciéndose hiperactivo. Dentro de una hora, los decaídos sistema óseo y muscular son reconstruidos en una forma más fuerte y durable; el desarrollo se puede apreciar en dientes caninos puntiagudos y garras afiladas. La sangre escurre por la piel sobrante dándole un tinte rojizo, comienza a aparecer un avanzado estado de descomposición y los ojos son opacados por una capa de tejido en crecimiento que da la apariencia de cataratas. Efectos algo muy parecidos a lo que les pasa a los drogadictos que se divierten con la droga krokodil cuyos efectos emula el COVID-20 convirtiéndolos en monstruos vivientes con apariencia de muertos.

Los virus COVID se da por hecho que fueron creados y alterados genéticamente no por la Naturaleza sino en laboratorios sofisticados por profesionales en biotecnología que sabían muy bien lo que estaban haciendo, siendo capaces en todas sus variantes de transmitirse por varios medios, para aumentar sus múltiples oportunidades de contagio (agua, aire, transmisión directa por fluídos como las gotículas producidas al toser o estornudar, preparación de alimentos, inyección directa subcutánea, transpiración humana como las lágrimas y el sudor, partículas virales depositadas en alimentos, etc.)

Después del brote de los COVID-19 y los COVID-20 que logran escapar del laboratorio subterráneo El Panal, por debajo de la ciudad Mapache, un grupo de científicos abren El Panal para investigar lo que ocurrió luego de capturar a una mujer llamada Alicia que sera la heroína de nuestra historia, pero en el trayecto son atacados por los zombies y mutantes de los virus COVID. Más tarde, un equipo militar manda a evacuar a los principales científicos de la Corporación Paraguas, incluyendo a Angélica, hija de un científico muy importante de la compañía. En el trayecto, su transporte choca con un camión, Angélica logra sobrevivir, pero no logra salir de la ciudad. Trece horas después los virus COVID llegan a la ciudad y otra heroína humana llamada Valentine se prepara para combatir a los enloquecidos infectados mientras desde su casa ve en su televisor a una periodista de la estación televisora Mapache 7 informando sobre el caos que se desata en las calles de la ciudad sin saber de donde se originó todo el caos.

Pero dentro de lo que ocurre al desenvolverse la pandemia, hay desde luego una historia que contar. En un punto crítico del drama, nuestra heroína Alicia:


se encuentra atrapada en el interior de una casa que está siendo rápidamente rodeada por zombies del COVID que se están metiendo por la ventana principal con la intención de comerse vivos a los humanos sanos que se encuentran adentro:


Justo cuando se están metiendo a la casa varios de los monstruos y mientras Alicia los contiene con un arma capaz de generar rayos UVC (lo único que puede matar a los monstruos), se acerca por encima de la casa un helicóptero militar del cual baja hacia la casa el científico loco llamado Tedros acompañado por su hija, una muchacha muy flaca llamada Susana Distancia (mejor conocida en la escuela como la muy antisocial Susana Babitch, considerada por sus compañeros de escuela como la mujer más "fresa" y más frígida de todo el planeta Tierra):


Al descender del helicóptero al lugar sitiado por los engendros, Tedros les grita desde la azotea a los humanos sanos que están atrapados adentro de la casa junto con Alicia: "No se apaniqueen. Aquí les traigo mi gran solución a sus problemas".

Alicia le grita a Tedros en tono desesperado conforme la casa sigue siendo rodeada por una cantidad cada vez mayor de zombies hambrientos: "¿De qué solución nos estás hablando, acaso nos traes alguna vacuna o algún medicamento?".

Tedros le responde a Alicia: "Nada de eso, nada de eso. No sean prosaicos, pero les traigo sanos consejos, como el sano consejo: ¡QUÉDENSE EN CASA, o sea en esta casa! Yo, Tedros de la OMS (Organización Mundial de Salvadores de la Humanidad), se los ordeno, obedezcan!".

Alicia se enoja y estalla: "¿Eso es todo, mendigo viejo? ¿Y qué hacemos si nos quedamos aquí por quién sabe cuánto tiempo, semanas, meses o años tal vez. y continuamos siendo rodeados por miles de zombies que nos rodean conforme vayan llegando más y más acumulándose afuera, y ya no podamos salir de esta trampa mortal aunque queramos? Y nosotros los sanos también tenemos la necesidad de comer, aunque sea un taquito de vez en cuando, y la comida que hay aquí adentro de la casa se acaba, no es infinita. En el refrigerador no nos queda más que una papa cruda y una salsita picante porque ya nos acabamos ayer el medio muslo de pollo rancio que nos quedaba;


y nos comimos y nos acabamos también una lechuga que ya empezaba a pudrirse. Ninguna alacena de comida es infinita, hay que salir afuera para conseguir alimentos, lo queramos o no."

Tedros intenta responder, sonriente, a la vez que abre la caja de cartón que traía consigo sacando fuera lo que parece ser un trapo, diciendo: "¡Pónganse esto, son cubre bocas!"

Mientras se siguen acercando por docenas cada vez más engendros hambrientos, Alicia decide hacer algo para salvar su propia vida y la vida de todos los que están con ella en la casa rodeada por los zombies del COVID. Les dice en voz alta: "Tenemos que salir de este maldito lugar antes de quedarnos encerrados permanentemente sin poder salir fuera y antes de que se nos sigan metiendo por centenas por las ventanas de la casa los monstruos que están allá afuera. Tenemos que darles una distracción". Dicho y hecho, Alicia toma con sus manos a Tedros por detrás, o sea por el cuello de la camisa y por el cinturón del pantalón, y lo empieza a mecer horizontalmente (como si fuese un péndulo) para agarrar vuelo y lanzarlo lo más lejos posible por la ventana principal de la casa. Al caer afuera de la casa, Tedros bastante asustado trata de correr de regreso hacia la casa para meterse de nuevo (quedarse en casa es su oración), pero es rodeado por los monstruos hambrientos que le impiden correr para escapar. Al arremolinarse los monstruos en torno a Tedros, se va creando un espacio vacío afuera de la casa, una especie de hueco en el que no hay nadie, que es visto por Alicia como una oportunidad para escapar:

"Bueno, mi plan funciona. Pero antes de irnos y escapar de este predicamento, tal vez ésto le sirva a Tedros", y le avienta hacia afuera, por la misma ventana por donde lo echó, la misma caja de cubrebocas con la que Tedros había llegado. Alicia agrega gritándole a Tedros desde adentro de la casa: "Convence a todos esos monstruos de que se pongan los cubre bocas. Así con sus bocas tapadas no te podrán comer porque con eso puesto nadie puede comer. A lo mejor eso siempre fue el verdadero propósito de los cubrebocas, pues que sirvan para algo, para salvarte a ti el pellejo".

"¡QUÉDENSE EN CASA! ¡QUÉDENSE... mmmffff, arrggghhh...."

"¡Esas horribles criaturas se están comiendo vivo a Tedros allá afuera", le gritan horrorizados sus compañeros a Alicia .

"Bueno, supongo que Tedros no pudo convencer a esas horribles criaturas de ponerse los cubre bocas. En lo que a nosotros respecta, ¡vayámonos de aquí lo más pronto posible, antes de que los monstruos terminen de almorzarse a Tedros y nos vuelvan a rodear atrapándonos sin posibilidad de escape!", observa Alicia.

Susana, la hija de Tedros, loquita (siempre lo ha estado), se suelta repitiendo sin cesar: "Mojar enjabonar, frotar frotar frotar, enjuagar secar, y por favor, ¡quédense en casa! Mojar enjabonar frotar...", hasta que Alicia decide hacer con Susana Distancia lo mismo que lo que hizo con el padre de ella, tomándola por la espalda y la cintura para mecerla horizontalmente y arrojarla fuera de la casa antes de que los monstruos terminen de devorar a su padre Tedros y empiecen a entrar de nuevo a la casa por la ventana.

Al ser una mujer casi esquelética con muy pocas carnes, Susana Distancia no sirve como mucho atractivo alimenticio para los zombies del COVID y no sirve de mucha distracción para los monstruos, pero de cualquier modo los monstruos empiezan a devorarle su pequeño cerebro mientras ella insiste en seguir repitiendo sin pensar: "Mojar enjabonar, frotar frotar frotar, enjuagar secar, y por favor, ¡quédense en casa! Mojar enjabonar frotar...". Alicia logra escapar de la casa junto con sus acompañantes aprovechando la distracción creada al haber usado a Tedros y a su hija Susana Distancia como una especie de "ofrenda" para los monstruos con el fin de mantenerlos distraídos haciendo otras cosas igualmente desagradables como convertirse en caníbales.

Y este es el final del capítulo, Alicia y sus acompañantes logran escapar.

¿Y Tedros?

Pues, en una ironía del Destino, lo que queda de Tedros logra meterse corriendo a la casa de donde había sido lanzado hacia afuera por Alicia, pero cuando Tedros logra meterse tanto Alicia como sus acompañantes ya se habian escapado de la casa, y Tedros les grita a los últimos que se escapan a la vista: "Por favor, sáquenme de aquí. No merezco morir encerrado en este lugar", a lo que Alicia le responde desde afuera a Tedros: "El lema de toda tu vida ha sido QUÉDENSE EN CASA. Pues bien, hoy se te va a cumplir tu gusto, vas a recibir una cucharada de tu propia medicina, una sopa de tu propio chocolate. No vamos a arriesgar nuestras vidas para ayudarte a salir. TE VAS A QUEDAR EN CASA, y de allí me temo que nunca más volverás a salir."

Desde adentro, Tedros grita nuevamente: "¡Por favor, sáquenme de aquí! No quiero quedarme en casa, no quiero terminar muriendo aquí. ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón! Ya comprendí mi error."

Alicia solo alcanza a decirle desde la lejanía al huir del horror: "Ni modo, Tedros. Ya te jodiste. ¡QUÉDATE EN CASA!", mientras los zombies del COVID que tienen rodeado a Tedros continúan comiéndoselo vivo, sumándoseles en el festín los demás zombies que se siguen metiendo por la ventana a la sitiada casa. Irónicamente, al final, Tedros no podrá quedarse en casa, porque saldrá fuera en pedacitos adentro de las barrigas de los monstruos que se lo devoraron. ¡Hasta los huesos de Tedros se comieron los hambrientos monstruos! Nadie en esta historia, a fin de cuentas, termina quedándose en casa. Y lo mismo aplica para la vida real, no solo los relatos de ficción. Hay que tener mucho cuidado con aquellos que uno deja entrar a casa sobre todo si uno estará condenado a quedarse en casa.



 Esta historia está basada en la historieta de la
 pantalla grande titulada El Huésped Maldito,
 cualquier parecido con personajes y hechos
 de la vida real es mera coincidencia.

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