sábado, 30 de noviembre de 2013

Alerta contra el Lipitor y otras estatinas

Las enfermedades cardiovasculares, cuyos efectos más contundentes son los infartos y los trombos que producen las embolias (en su manifestación más grave, los derrames cerebrales), se deben a que las venas y las arterias, los conductos mediante los cuales se lleva a cabo la circulación de la sangre, se van ocluyendo con depósitos de “sarro” ocasionados por la acumulación de colesterol disminuyendo, con ello el diámetro a través del cual fluye el plasma sanguíneo, al igual que las cañerías del agua se pueden ir tapando con los depósitos minerales que se van pegando a las paredes disminuyendo el volumen de agua (o volumen de desechos en el caso del drenaje) que puede pasar a través de la tubería. Esta es la razón del por qué los niveles altos de colesterol en la sangre son indeseables, porque ello promueve la formación de los nocivos depósitos conforme van transcurriendo los años.

Siguiendo la misma lógica, cualquier cosa que disminuya los índices del colesterol en el organismo puede retrasar o disminuír en forma significativa los depósitos que se van formando con el paso del tiempo en la “cañería” de nuestro sistema sanguíneo. En los sistemas usuales para la medición del colesterol en la sangre, se considera que un número superior a las 200 unidades es algo que ya requiere de tomar nota. Y desde hace ya algún tiempo, se desarrollaron fármacos capaces de disminuír en forma significativa los niveles de colesterol en la sangre, conocidos como las estatinas, de las cuales el producto comercial conocido como Lipitor fue la primera gran “estrella” en hacer su aparición en 1996. De que las estatinas funcionan para disminuír los índices de colesterol en el torrente sanguíneo no hay absolutamente duda alguna.

Pero si nos enfocamos a los beneficios que podrían esperarse de un fármaco anticolesterol como el Lipitor, cada año que transcurre van surgiendo mayores dudas sobre su efectividad para producir un impacto directo sobre aquello para lo cual fue creado, esto es, la disminución significativa en la incidencia de infartos y embolias. Nadie toma Lipitor solo para disminuír los niveles de colesterol en la sangre, lo toma para disminuír la probabilidad estadística de sufrir un infarto al miocardio o una embolia cerebral; y si no sirve para esto último en realidad no sirve para aquello para lo cual fue creado el fármaco.

Lipitor desde el principio fue un experimento a gran escala nunca antes llevado a cabo. En virtud de que los daños producidos por la presencia del colesterol en la sangre son daños a largo plazo acumulados no en semanas o meses sino años, nadie esperaba que Lipitor pudiera tener un impacto estadísticamente significativo en el primer año de su introducción. Se requerían por lo menos unos diez años para poder comenzar a ver una disminución palpable en las cifras mantenidas en los hospitales sobre casos nuevos de infartos y embolias.

El problema es que, desde que el Lipitor fue introducido en 1996, y ya han transcurrido 17 años desde entonces, todavía no ha sido posible detectar un beneficio estadísticamente significativo en la incidencia de infartos y embolias. Ya era hora de que en las estadísticas mantenidas en países con grandes consumos de Lipitor en todo este tiempo (principalmente, Estados Unidos) se hubiera detectado una disminución apreciable de al menos un cinco o un diez por ciento en las incidencias de infartos y embolias, con dicha disminución atribuíble directamente al consumo de Lipitor y las demás estatinas. Pero tal disminución no se ha visto por ningún lado.

Un caso que demuestra en forma palpable que la simple disminución de los niveles del colesterol en la sangre no lo es todo es el del Presidente George W. Bush Jr. Cuando era Presidente de Estados Unidos, siendo por ende uno de los funcionarios con mayores cuidados médicos en toda la Unión Americana, sus niveles de colesterol andaban más o menos en las 130 unidades, un nivel bastante aceptable, ayudado por un régimen cuidadoso de dieta y ejercicio. Sin embargo, ello no le fue de ayuda alguna al ex-Presidente para salvarse de una operación quirúrgica a la que tuvo que ser sometido a causa de una arteria bloqueada en agosto de 2013, la cual de no haberse llevado a cabo habría derivado en un cuadro clínico de posible mortandad.

La ausencia de beneficios médicos palpables atribuíbles a las estatinas después de su uso masivo generalizado con millones de consumidores participando en el gran experimento no es lo único que está causando consternación en varios círculos médicos.

Por haber sido el Lipitor un fármaco diseñado única y exclusivamente para disminuír los índices del colesterol en la sangre, sin causar efectos secundarios, debería de haber sido algo inocuo. Pero hay razones para suponer que el Lipitor, al igual que las demás antiestatinas inspiradas en la fórmula del Lipitor, pueden tener una consecuencia sumamente desagradable: la aparición en una cantidad creciente de los usuarios del Lipitor y estatinas de la diabetes tipo II. En los Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA) ha lanzado ya voces de alerta advirtiendo sobre esta posible conexión del Lipitor con un aumento en las incidencias de diabetes. Inclusive, faltando escasamente un mes para cerrar el año 2013, se estaban empezando a preparar las primeras demandas legales en contra de la empresa que produce el Lipitor, acusándola del daño causado a los usuarios que terminaron enfermos de diabetes tipo II. Hay ya por lo menos un grupo conocido como The Relion Group que está haciendo un llamado a personas que crean haber sido afectadas por el Lipitor para emprender una acción legal de las conocidas como class action suit, esperando juntar suficientes evidencias y testimonios para dar cauce a una demanda multimillonaria que aunque puede poner una buena cantidad de dinero en los bolsillos de los perjudicados no les puede quitar ya la diabetes, porque la diabetes tipo II, como bien se sabe, es incurable, es la consecuencia de un daño ocasionado al páncreas, en donde tiene lugar la producción de la insulina natural que requiere el organismo. Y una vez que la diabetes tipo II ha hecho presencia en el organismo, hay que resignarse a vivir con tal condición por lo que quede de vida. La única “buena noticia” es que las personas que ya contrajeron el mal pueden continuar tomando todo el Lipitor que quieran por el tiempo que quieran sin temor a enfermarse de diabetes porque de cualquier modo ya están enfermos del mal.

Si los demandantes logran probar en los tribunales que el Lipitor en efecto fue el causante de la diabetes tipo II que padecen (esto requerirá de la presentación de varios estudios tanto de la parte acusadora como de la parte acusada), esto podría ser una buena razón para ver con desconfianza el consumo excesivo de Lipitor y similares para disminuír los índices de colesterol en la sangre. En última instancia, tal vez sea preferible sucumbir bajo un infarto al miocardio o una embolia masiva en el cerebro de los que terminan con la vida en cuestión de unos cuantos minutos, que padecer por décadas una diabetes incurable que aún tratándose con inyecciones de insulina y dietas estrictas irá trayendo secuelas tales como la falla de los riñones, la ceguera (retinopatía diabética) e inclusive amputación de extremidades (empezando por las piernas, que son las primeras en perderse después de que ha empezado el proceso de gangrenación), y ultimadamente, la muerte.

Mientras se va recabando más información al respecto, esto es, sobre la posible conexión que pueda haber entre el Lipitor (y todos los medicamentos genéricos tipo estatinas) y el aumento en las incidencias de diabetes tipo II, quizás sea preferible prescindir por completo de estos fármacos. Todo es cuestión de los riesgos que uno quiera tomar, y en este sentido es como si se estuviera jugando a la ruleta con la propia salud. Pero si se tienen niveles altos de colesterol en la sangre, ¿qué se puede hacer entonces al respecto, si no se va a contar con la ayuda de fármacos seguros que disminuyan artificialmente los niveles de colesterol en la sangre? En tal situación, se puede recurrir a lo que en el pasado siempre ha dado resultado, consistente en moderar la naturaleza de los alimentos que consumimos (evitando los alimentos grasosos), controlar la tendencia al sobrepeso con ejericios moderados, y hasta tomando alimentos que en forma natural pueden disminuír los niveles de colesterol en la sangre, alimentos tales como la avena.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Luchando y triunfando contra la gripe



Una de las cosas más molestas que recurren año con año sin duda alguna son las infecciones gripales, con su secuela de síntomas molestos que incluyen fiebre, nariz congestionada, sensación del “cuerpo cortado”, tos persistente, y dolor de garganta, esto además del daño económico que las millones de afecciones gripales ocasionan a la economía de cada país.

Todavía hasta hace apenas una década no había absolutamente nada en las farmacias para poder curar la gripe atacando directamente al virus causante de tan molesto padecimiento, lo único que era posible encontrar era una gran cantidad de paliativos para calmar un poco las molestias mientras se sufre la duración del mal. Sin embargo, recientemente esto ha estado empezando a cambiar, gracias a la biotecnología que a nivel del ADN se está empezando a enfocar directamente en atacar a la causa principal de la gripe estacional, el virus que la produce. Pero para poder sacarle el máximo provecho a este nuevo arsenal de medicamentos que está empezando a aparecer poco a poco en el mercado,

Hablemos primero de los nuevos medicamentos que por vez primera se van directo en contra del virus de la gripe en lugar de tratar de calmar los síntomas de sus efectos perniciosos. Cualquiera que haya ido recientemente a una farmacia tal vez habrá tenido oportunidad de comprobar que en los mostradores hay una super-abundancia de productos que prometen aliviar todos los síntomas en cuestión de unas cuantas horas. Sin embargo, aliviar en forma efectiva todos los síntomas de una gripe estacional en realidad no es posible sin antes curar la gripe que a su vez es ocasionada por un virus que ni siquiera los antibióticos como la penicilina o la terramicina pueden atacar, de modo tal que mientras la gripe dure (ya sea varios días o incluso varias semanas) lo único a lo que se puede aspirar es a paliar un poco las incomodidades. Desde antes de escribirse esto, había ya dos productos disponibles capaces de desactivar y detener en forma directa el virus de la gripe estacional actuando sobre el virus y no sobre los síntomas de los padecimientos que provoca, estos productos son el Tamiflu cuyo ingrediente activo es el oseltamivir, y Relenza cuyo ingrediente activo es zanamivir. Sin embargo, estos productos (en forma parecida a lo que ocurre con el virus de la rabia) sólo son eficaces si se suministran dentro de las primeras horas en que hacen su aparición los primeros síntomas, y aún así los médicos desaprueban su uso para la gripe estacional, ya que se considera que la prioridad es mantener a estos medicamentos como una reserva en caso de que haga su aparición una emergencia médica causada por el virus de la influenza H1N1 que es mucho más letal, habido el hecho de que si Tamiflu o Relenza se usan previamente para curarse de la gripe estacional entonces pierden su efectividad en contra de la mucho más mortífera influenza H1N1. ¿Significa esto entonces que no hay absolutamente nada disponible en las farmacias además de Tamiflu y Relenza que pueda actuar directamente en contra del virus de la gripe atacando directamente al virus, sin necesidad de receta médica? Hasta hace poco, no lo había. Sin embargo, recientemente hicieron su aparición en las farmacias unos medicamentos antigripales que atacan directamente al virus, tales como un producto que hace poco apareció anunciado en México con el nombre XL3-VR (una versión más potente que el XL3) en el que se afirma que por vez primera se puede atacar directamente al virus de la gripe en vez de aliviar únicamente los síntomas. Hay otro producto equivalente al XL3-VR, que se está vendiendo bajo el nombre comercial de Antiflu-Des. Pero lo que tienen en común estos dos es que la nueva substancia que incorporan y que no incluían antes en su lista de ingredientes es la amantadina, la cual sí actúa directamente en contra del virus de la gripe estacional, de modo tal que los  “producto milagro” antigripales que incluyan la amantadina en realidad no están incurriendo en una falsa promoción, en realidad sí tienen algo en su lista de ingredientes que directamente golpean al virus. En cuanto a la efectividad de los tratamientos contra la gripe recurriendo a medicamentos que incluyan la amantadina, esto dependerá de la experiencia personal de cada quien y con ello de la suma de las experiencias de las personas que se irán acumulando con el paso del tiempo. Son demasiado nuevos los fármacos que contienen amantadina como para poder emitir un juicio definitivo sobre su efectividad en el tratamiento no de un grupo experimental reducido de unas 500 ó mil personas sino de varios millones. Sin embargo, esto abre la puerta a una nueva serie de medicamentos que pueden llevar a la obsolescencia total de todas los demás medicinas que solo aplacan un poco los síntomas pero que no contribuyen en nada a la cura de la gripe estacional.

La razón por la cual cuando realmente se está atacando el virus de la gripe (y de hecho, cualquier virus) en forma directa es muy importante suministrar cuanto antes el medicamento antiviral en cuanto se confirmen los primeros síntomas, es porque el virus se va multiplicando en forma exponencial, con cada copia del mismo replicándose en cierto intervalo de tiempo que es aproximadamente igual (estadísticamente hablando) de una generación a otra. Si un virus se replica creando una copia idéntica de sí mismo (para lo cual usurpa el interior de nuestras propias células, ya que ningún virus es capaz de poder replicarse a sí mismo por cuenta propia), entonces en un tiempo t1 (digamos, unos 28 minutos, o para mayor sencillez, una media hora) habrá por lo menos dos copias del virus en una segunda generación. Por el mismo mecanismo de replicación biológica, cada una de estas dos copias se reproducirán habiendo en un tiempo t2 (que será aproximadamente igual al tiempo t1) cuatro copias del virus en la tercera generación. En la cuarta generación habrá ocho copias del virus, en la quinta generación habrá 16 copias del virus, y así sucesivamente. Es lo que en matemáticas se conoce como un crecimiento exponencial. La ley del crecimiento exponencial se resume en una fórmula sencilla que para un doblaje al pasar de una generación a otra nos dá el número de copias acumuladas en una generación n:


En las primeras generaciones, la cantidad de unidades del virus es relativamente baja. ¿Pero qué pasa, digamos, en la doceava generación? Se tiene entonces que hay:

2n-1 = 212-1 = 211 = 2,048 copias

Esta sigue siendo una cifra muy baja para el tamaño del virus de la gripe (en la punta de un alfiler pueden caber fácilmente unos cuantos millones de copias del virus), y el sistema inmunológico del cuerpo humano puede crear anticuerpos más que suficientes para comenzar a neutralizar y desactivar una infección gripal con tan pocas unidades del virus presente en el organismo. Pero ya en la treintava generación (n.=.50) habría:

230-1 = 229 = 536,870,912 copias

O sea, más de 500 millones de copias del virus. Y en la cincuentava generación habrá:

2n-1 = 249 ≈ 562,949,953,400,000 copias

Esto es más que suficiente para avasallar cualquier organismo postrándolo en un serio predicamento.

La siguiente tabla nos dá una idea sobre la forma en la cual el crecimiento exponencial se va acumulando a lo largo de varias generaciones (se ha agregado a la derecha una tira que muestra en colores el nivel de alerta para ilustrar cómo la gravedad de la infección va pasando de una alerta amarilla ligera a lo que puede considerarse una alerta roja):




Lo anterior supone que cada vez que el virus de la gripe se multiplica, lo hace doblándose en cada generación. Sin embargo, la cosa parece ser peor de lo que aparenta, porque en vez de simplemente doblarse al infectar una célula humana, hay razones de sobra para suponer que el virus no simplemente se dobla en cada generación sino que se triplica o cuadruplica, por lo menos. Si se triplica al pasar de una generación a otra, la ley de crecimiento exponencial será:


Y si se cuadruplica al pasar de una generación a la siguiente, la ley de crecimiento exponencial será:


La siguiente ilustración nos muestra cómo la infección dentro de una célula puede dar lugar a que sean liberadas no dos sino varias copias del virus:




Esto, desde luego, agrava las cosas, porque el aumento poblacional del virus se puede dar con mucha mayor rapidez. A manera de ejemplo, si suponemos que el virus se cuadruplica al pasar de una generación a otra, entonces en la 12ava generación habrá

4n-1 = 412-1 = 411 = 4,194,304 copias

o sea, más de cuatro millones de copias del virus, cuando en la ley de crecimiento exponencial con un doblaje sencillo había apenas poco más de dos mil copias del virus en el organismo del individuo infectado.

Por lo general, cuando el cuerpo humano ha sobrevivido una infección viral, conserva una “memoria” de anticuerpos para poder contraatacar al mismo virus en caso de que tiempo después se vuelva a introducir ese mismo virus dentro del mismo organismo. En esto basan precisamente su efectividad las vacunas como la vacuna contra la poliomelitis, la vacuna contra la viruela y la vacuna contra el sarampión. El problema con el virus de la gripe estacional es que cada año van surgiendo nuevas mutaciones del virus para las cuales el cuerpo requiere de un nuevo proceso de “aprendizaje” para reconocer cada nueva mutación del virus y poder desarrollar los anticuerpos que se requieren para combatir la infección. Pero mientras se lleva a cabo el “aprendizaje”, no hay nada más dentro del torrente sanguíneo para poder combatir la infección, y en tal caso la ley del crecimiento exponencial es la que da las órdenes sobre la evolución (y la gravedad) de una infección viral.

Cuando se manifiestan los primeros síntomas de la gripe estacional, se puede dar por hecho que no se cuentan con anticuerpos para combatir la cepa específica del virus que ha invadido al cuerpo. Peor aún, al manifestarse los primeros síntomas, se puede dar por hecho que tal virus ya ha tenido varios días incubándose dentro del organismo sin manifestar síntoma alguno, multiplicándose por varias generaciones, ya que se requieren mucho más que cien o mil copias del virus para producir los estornudos y la nariz congestionada.

La ingesta de un medicamento antiviral puede ayudar en virtud de que le hace más difícil al virus estarse duplicando mientras el organismo “aprende” a identificar la nueva cepa del virus y desarrolla los nuevos anticuerpos requeridos para combatir la infección. En pocas palabras, la ley del crecimiento exponencial es retrasada, aumentando el tiempo t que le lleva al virus para duplicarse de una generación a otra. Y una vez que se empiezan a generar los nuevos anticuerpos que son eficaces en contra de la nueva mutación del virus de la gripe estacional, si se sigue tomando el medicamento antiviral esto le puede dar un doble golpe al virus, impidiéndole reproducirse por un lado, y dejando que el sistema inmunológico del organismo lo combata por el otro sus nuevos anticuerpos. El resultado final es casi lo que puede llamarse una “cura”. Y esto es algo que a todos nos agrada.

Más allá de salvarse de todos los indeseables y molestos síntomas de una gripe estacional que puede obligar al enfermo a quedarse varios días en cama guardando reposo absoluto, hay otra razón importante para recurrir al arsenal de nuevos medicamentos antivirales conforme vayan apareciendo en el mercado. Se trata de evitar una infección secundaria, específicamente la de la neumonía (conocida también como pulmonía). El agente patógeno de la neumonía, el cual puede ser un virus o una bacteria, es estructuralmente diferente al virus de la gripe, se trata de dos cosas diferentes como lo son las manzanas y las naranjas, aunque ambos atacan las vías respiratorias. El causante de la neumonía es un microorganismo oportunista, el cual prefiere iniciar su ataque sobre un organismo que está muy atareado combatiendo al virus de la gripe. A diferencia del virus de la gripe, el patógeno de la neumonía con demasiada frecuencia es mortal, sobre todo tratándose de personas de edad avanzada. Es el microorganismo que requiere enviar a los pacientes al hospital para conectarlos a campanas de oxígeno, pulmotores y respiradores artificiales. Se trata de la peor complicación que puede ocurrir en un caso de gripe ordinaria. Aunque el sistema inmunológico de un individuo puede desarrollar anticuerpos para atacar y neutralizar al microorganismo causante de la neumonía, el doble ataque (virus de la gripe sumado al causante de la neumonía) precedido por el virus de la gripe implica que el individuo no podrá generar anticuerpos para combatir la infección secundaria con la suficiente rapidez para desbaratarle también al causante de la neumonía su propio crecimiento exponencial. Las personas que fallecen en los hospitales por males respiratorios mueren a consecuencia del neumococo que produce la neumonía más que por el virus de la gripe mismo. Esta es la causa por la cual muchos casos de neumonía terminan como emergencias médicas. Como medida auxiliar en previsión de tan negro escenario, es recomendable aplicarse rutinariamente cada año la vacuna contra la neumonía (ya hay vacunas contra dicho patógeno) con el objeto de que el sistema inmunológico “aprenda” a reconocer de antemano tal microorganismo generando algo de anticuerpos en caso de que el microorganismo de la neumonía se meta al cuerpo del paciente.

En resumen, están apareciendo nuevos medicamentos para la gripe capaces de hacer algo que antes no era posible, atacar directamente al virus, pero para que sean del mayor provecho posible es necesario empezar a tomarlos en cuanto se manifiesten los primeros síntomas de la gripe. Y si se desea evitar que la gripe pueda terminar complicándose con una neumonía que pueda ser fatal, se recomienda además aplicarse la vacuna contra la neumonía de preferencia antes de que empiece la temporada de frío.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Nikzon, un “producto milagro” antihemorroidal

Cuando vemos anunciado un fabuloso “producto milagro” en la televisión, nuestra primera reacción puede ser una de desconfianza ante una intensa promoción que parece tratar de convencer a los televidentes con incesantes campañas de publicidad sobre las asombrosas propiedades de complementos alimenticios o substancias casi milagrosas que en forma completamente inofensiva (sin reacciones secundarias) ofrecen curar todos los síntomas de la gripe en unas cuantas horas o rebajar varios kilos de peso corporal en una o dos semanas, lo cual raya en los límites de la incredulidad.

No todos los “productos milagro” son la charlatanería que parecen ser. Si bien en el pasado ha habido productos como la famosa “uña de gato” (uncaria tomentosa) promocionada por televisión casi como una cura para el cáncer de próstata hace ya algunos años por nadie menos que el actor Andrés García, que a la larga terminó siendo una decepción al menos en lo que se refiere a una cura para el cáncer de próstata (la “uña de gato” ya no se anuncia como tal), ha habido otros como la combinación de glucosamina-condroitina que aunque al principio se topó con un escepticismo enorme entre la comunidad médica al ser promocionada como un restaurador del cartílago en las junturas de los huesos (y por lo tanto un restaurador de la movilidad), con el paso del tiempo han crecido los testimonios de las personas (sobre todo personas de la tercera edad) que afirman haber experimentado una mejoría notable después de haberlo estado tomando por varios meses (en México se expende bajo marcas como XRay), y no se trata de un simple efecto placebo puesto que se ha encontrado que también puede restaurar algo de la movilidad en perros viejos retrasando los avances de la desintegración de las junturas óseas, siendo imposible en el caso de los perros atribuir la mejoría a un efecto placebo puesto que los perros no tienen manera de saber para qué se les está dando cada medicina que se les está dando (los efectos benéficos de la glucosamina-condroitina no se dan de un día para otro, y ni siquiera de una semana a otra o de un mes a otro, se requiere constancia y paciencia para obtener resultados visibles).

También en el caso de los productos antigripales hay una abundancia en las farmacias de productos que prometen aliviar todos los síntomas en cuestión de unas cuantas horas, pero la cruda realidad es que no es posible aliviar en forma efectiva todos los síntomas de una gripe estacional sin antes curar la gripe que a su vez es ocasionada por un virus que ni siquiera los antibióticos como la penicilina o la terramicina pueden atacar, de modo tal que mientras la gripe dure (ya sea varios días o incluso varias semanas) lo único a lo que se puede aspirar es a paliar un poco las incomodidades. Esto desde luego no significa que no se cuente ya en forma limitada con algo que pueda atacar directamente al virus de la gripe. Sobre esto se hablará en mayor detalle en otra entrada titulada “Luchando y triunfando contra la gripe” publicada en esta misma bitácora en este mismo mes.

Sin duda alguna, una de las cosas más incómodas y molestas que se puedan tener son las hemorroides. Generalmente hablando, aparecen a partir de la edad media (aunque pueden aparecer desde la adolescencia e inclusive desde la niñez aunque con mucho menor frecuencia), y aparecen en uno de los sitios más sucios y más incómodos del cuerpo. El síntoma de la comezón constante, pese a su incomodidad, es la menor de las molestias. En ciertos casos se puede sentir un dolor de aguijones, como si se estuviera sentado sobre un puercoespín. En el peor de los casos, una hemorroide muy congestionada se puede reventar en salva sea la parte, provocando un sangrado que hay que detener con la imersión inmediata de la parte afectada en agua fría (lo cual constriñe los vasos sanguíneos). Aunque las hemorroides son operables a manos de proctólogos experimentados, el sitio en el que se lleva a cabo la remoción quirúrgica de las hemorroides y las secuelas de la ablación quirúrgica son tan desagradables que muchos se dan por bien servidos con el solo hecho de que no empeoren. Con tantas incomodidades, es lógico que quienes padecen de hemorroides busquen cualquier alivio posible.

En México, entra en escena un “producto milagro” para el tratamiento de las hemorroides. Estamos acostumbrados a ver estos “producto milagro” en anuncios de televisión. Frecuentemente se anuncian como productos naturistas (la referencia a lo natural es para inspirar confianza en el sentido de que no hay que temer efectos secundarios por tratarse de un producto natural) capaces de quitar del peso corporal 10 kilos en tan solo dos semanas tomando una cápsula diaria, o de aliviar todos los síntomas de la gripe en cuestión de minutos, y como son anunciados como productos naturistas no requieren de receta médica alguna.

El “producto milagro” para las hemorroides se llama Nikzon:




Según las indicaciones sobre el uso del producto, basta con tomar una tableta masticable con cada comida para empezar a obtener un alivio lo suficientemente grande como para salvarse de una remoción quirúrgica de las hemorroides. La caja en su presentación básica contiene 40 tabletas masticables, y tiene un costo de 345 pesos, lo cual significa que la caja dura 13 días (a tres pastillas diarias, en 13 días se consumen 39 tabletas).

La pregunta central, desde luego, es: ¿sirve realmente Nikzon para el alivio de los síntomas de las hemorroides? (aunque no se anuncia como una cura, la publicidad del producto casi sugiere con imágenes que cualquiera que tome Nikzon quedará curado por completo de sus hemorroides). En México los anuncios en televisión sobre las propiedades curativas de Nikzon casi siempre son precedidos por un segmento previo que no parece tener hilación alguna, un segmento titulado “información que cura” en donde la conductora de noticieros Lolita Ayala sin mencionar producto específico en particular simula dar una noticia informativa acerca de alguna condición médica, tras lo cual entra la publicidad de un producto directamente relacionado con la condición médica descrita por Lolita Ayala, y en el caso de las hemorroides el producto es Nikzon. Los segmentos precedentes de “información que cura” dados por Lolita Ayala son para darle credibilidad y respetabilidad al producto que será promovido a continuación una vez que Lolita Ayala ha terminado de hacer lo suyo, aprovechando el hecho de que se trata de una cara muy familiar y muy conocida por la gran mayoría de los televidentes mexicanos que por su familiaridad le tienen confianza.

Con todo y Lolita Ayala, el hecho de que Nikzon no requiera receta médica, sumado al hecho de que quienes viajan a los Estados Unidos no encuentran nada similar en las farmacias que sin el requisito de una prescripción médica vendan algo tan simple como tabletas masticables capaces de paliar las hemorroides, puede inspirar algo de desconfianza, porque si Nikzon realmente fuera tan bueno se debería estar vendiendo también en los Estados Unidos en donde no tendría competencia alguna por no haber nada que tomado tres veces al día pueda ofrecer lo que ofrece Nikzon en sus anuncios de televisión en México.

La investigación de las propiedades curativas o paliativas de cualquier “producto milagro” empiezan por revisar los ingredientes con los cuales está hecho el producto. De acuerdo a la lista de ingredientes de Nikzon, cada tableta masticable contiene lo siguiente:

Lactobacillus sporogenes -- 8.3 miligramos
Ruscus aculeatus (ruscogenina) -- 20 miligramos
Vitamina C -- 40 miligramos

La vitamina C es uno de los antioxidantes más eficaces que hay, ya se ha hablado previamente en esta bitácora acerca de la vitamina C en la entrada “Vitamina C: un gramo diario”. Sin embargo, la vitamina C no sirve para “adelgazar” la sangre (como lo hace la aspirina) ni tiene efecto alguno sobre los vasos sanguíneos (las hemorroides son una especie de “varices”), de forma tal que por sí sola la vitamina C no sirve para paliar, y mucho menos para curar, algo como las hemorroides. La única razón por la cual pudiera justificarse la presencia de vitamina C en cada tableta de Nikzon sería como una especie de preservativo (la vitamina C es agregada a muchos productos alimenticios con el objeto de prolongar la vida útil de los mismos en los anaqueles de los supermercados). La única otra razón para usar vitamina C entre la lista de ingredientes de Nikzon es que sin los 40 miligramos de vitamina C, los 28.3 miligramos restantes formarían una tableta demasiado pequeña (las tabletas de Nikzon ya son de por sí muy pequeñas), y como la vitamina C nunca hace mal pues agregarle a cada tableta 40 miligramos de vitamina C es una estrategia justificable desde el punto de vista de la mercadotecnia.

A diferencia de la vitamina C, el siguiente ingrediente cuyas propiedades podemos investigar en Internet, el lactobacillus sporogenes, también conocido como Bacillus coagulans, es de hecho una bacteria cuya acción es capaz de disminuír la hinchazón y el dolor abdominal. Sin embargo, su uso para tratar las hemorroides no está justificado, aunque podría ayudar en el tratamiento de algo como los síntomas de las inflamaciones del colon (colitis) caracterizadas precisamente por la hinchazón y el dolor abdominal, lo cual tiene poco que ver con acción terapéutica alguna en contra de la presencia de las hemorroides. Se descarta por lo tanto el lactobacillus sporogenes como ingrediente activo para aquello sobre lo que Nikzon supuestamente debe actuar en forma directa, y solo podría servir como posible coadyuvante para disminuír la inflamación típica de las hemorroides.

Esto nos deja únicamente a la ruscogenina como el ingrediente sobre el cual Nikzon pueda basar ayuda alguna en contra de las hemorroides. Y resulta que este ingrediente sí parece tener alguna acción sobre las hemorroides. La ruscogenina fue aislada de una planta, la Ruscus aculeatus, conocida simplemente como Ruscus. Y se ha encontrado en algunos estudios que el ruscus parece tener actividades anti-inflamatorias y antitrómbicas significativas. Esto ya es de llamar la atención, porque las hemorroides son efectivamente pequeños “trombos” o bolsas de coagulación cuya desintegración por el medio que sea puede paliar en forma apreciable las hemorroides. Dentro de la categoría terapéutica, el Ruscos está clasificado como un agente antihemorroidal, e inclusive en Europa ya se puede obtener en las farmacias para el tratamiento de las hemorroides (se expende como Proctolog en Francia, España y Portugal, y en Italia se expende como Ruscoroid).

Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre con los antibióticos para cuyo uso las dosificaciones óptimas han sido establecidas a lo largo de décadas de investigación y el uso de millones de tratamientos sobre pacientes que los requieren, no parece haber estudios que determinen en forma incuestionable la dosis óptima de ruscogenina para los que se van a someter a un tratamiento con ella. Esto despierta la duda sobre si la dosis de 20 miligramos de ruscogenina que contiene cada tableta de Nikzon sea suficiente para el propósito que se tiene en mente de paliar en forma significativa las hemorroides. No es posible encontrar en ninguna parte algún estudio acreditado y serio (publicado en alguna revista de prestigio como el New England Journal of Medicine) que acredite que la combinación y dosificación de ingredientes en cada tableta de Nikzon sea en efecto una combinación óptima. Esto a su vez implica que no es posible descartar que como parte de un tratamiento con Nikzon esté presente un efecto de placebo con el cual aún si el producto carece de valor terapéutico alguno el paciente de cualquier modo se sienta mejor porque tiene fé en que se va a sentir mejor, cree que se va a sentir mejor, y con ese optimismo se programa subconscientemente para sentirse mejor aunque las hemorroides en sí no disminuyan en lo absoluto. De cualquier modo, el hecho de que cada tableta de Nikzon contenga ruscogenina proporciona una razón para esperar algún paliativo en las molestias de las hemorroides.

Mucho más efectivo en los tratamientos de las hemorroides (y ciertamente mucho más económico) posiblemente sean los baños de asiento, a razón de dos diarios (uno por la mañana al levantarse y uno por la noche antes de acostarse) con una duración de unos 15 minutos cada uno, de preferencia recién acabando de obrar. Téngase presente que en una gran mayoría de los casos las hemorroides casi están “a flor de piel” (por así decirlo), y el humedecimiento prolongado de las áreas afectadas no sólo proporciona un alivio sino que parece tener por sí solo una acción desinflamatoria significativa. Desafortunadamente, para los “baños de asiento” se requiere de algo que no está presente en muchas partes: un bidet como el siguiente:




En ausencia de un bidet, la persona que padece hemorroides puede tomar un baño de regadera abriendo con sus manos sus glúteos de modo tal que el agua pueda correr por la parte afectada al menos unos cinco minutos (de preferencia unos diez), y una vez terminado el baño limpiarse y secarse suavemente el área con una toallita pequeña de algodón (la toallita solo se puede usar una vez para esta limpieza, tras lo cual tiene que ser lavada, razón por la cual resulta conveniente tener a la mano varias toallitas de algodón). Después de tres o cuatro días, el alivio resultará aparente.

El baño de asiento (o limpieza con regadera) tiene que ver en parte con dos de las razones que precipitaron la aparición de las hemorroides. Las hemorroides pueden aparecer como consecuencia de una racha de diarreas persistentes. Si se trata de diarreas en las cuales se siente el “ardor” típico del ácido que acompaña a los jugos gástricos, esos ácidos inflaman la zona por la cual se evacúa el desecho, dejándola lastimada y propensa para la formación de hemorroides al estarse “quemando” las paredes de la piel en esa zona. Pero también pueden aparecer por la razón contraria, por padecer frecuentemente de estreñimiento. Cuando se padece de estreñimiento, las heces suelen endurecerse dentro del intestino, a grado tal que al evacuar se está evacuando algo que puede ser casi tan duro como una piedra (por lo menos así se siente). Esto desde luego lastima y debilita la piel en la zona de evacuación, volviéndola propensa a que se formen las bolsitas hemorroidales en las zonas debilitadas. Muchos tratamientos para las hemorroides empiezan primero por la normalización de las funciones digestivas (tales como la gastritis, la colitis, o la gastrocolitis), porque mientras la función digestiva no se encuentre normalizada, la diarrea constante o el estreñimiento constante mantendrá e incluso agravará la condición. Una vez que se ha normalizado la función digestiva, esto por sí solo en algunos casos puede proporcionar algún alivio que se puede incrementar con los baños de asiento (o la limpieza con la regadera dejando correr el agua sobre la zona afectada). Sin embargo, además de la diarrea o del estreñimiento, otra razón que puede precipitar la aparición de las hemorroides es la práctica de la sodomía en las relaciones sexuales (una práctica común los varones homosexuales), habido el hecho de que la penetración forzada en la zona anal lastima y debilita las paredes en dicha zona, sobre todo si la práctica es persistente. El daño causado no es inmediato, sobreviene con el paso del tiempo, y en tal caso no queda otra opción más que abandonar por completo dicha práctica. Por otro lado, dada la cercanía de la próstata al esfínter anal, incluso el exceso de actividad sexual en los varones heterosexuales puede aumentar las molestias que las hemorroides dan por sí solas, por lo que no es recomendable incurrir en excesos para evitar complicar un cuadro clínico que ya se antoja indesable.

Regulando las funciones digestivas para mantener bajo control las diarreas y el estreñimiento, así como el recurrir frecuentemente a los baños de asiento (o limpieza con el agua de la regadera corriendo) y limpiando los ácidos gastrointestinales que hayan quedado en la piel, se puede avanzar mucho para paliar las hemorroides (desafortunadamente, los baños de asiento o la limpieza con agua de regadera solo llegan a las hemorroides que está fuera del esfínter anal, y no adentro, en cuyo caso el que tiene este tipo de padecimientos puede tratar de recurrir a algo como el unguento Preparation H o similar que pueda ser depositado dentro con la ayuda del aplicador que viene incluído con tubo del medicamento).

domingo, 17 de noviembre de 2013

Cómo conectar un teléfono celular a una PC

Los teléfonos celulares, portátiles por excelencia y que pueden ser llevados a todas partes y guardados en el bolsillo de la camisa cuando no están siendo usados, indudablemente son una gran conveniencia y ventaja sobre los teléfonos fijos (pese a que los teléfonos fijos nunca se pierden por estar conectados mediante un cable fijo a una toma fija en la pared de la casa u oficina, mientras que un teléfono celular se puede olvidar en algún lado, se puede perder, o puede ser robado en un momento de distracción).

Una de las ventajas propias de los teléfonos celulares es que permite enviar mensajes de texto bajo la convención de servicio de mensajes cortos o Short Message Service (abreviados como SMS) que por su bajo costo y por la permanencia del mensaje en el teléfono receptor (que permite recibir, almacenar y consultar posteriormente hileras de caracteres de texto en las cuales a diferencia de lo que ocurre con los correos de voz es importante no confundir letras con sonidos parecidos como la “B” y la “V”) posibilita leer y volver a leer mensajes las veces que se quiera, mensajes en los cuales la interpretación correcta y sin errores es importante para lo cual no hay nada como la palabra escrita.

Desafortunadamente, por su misma portabilidad, los teléfonos celulares tienen un espacio muy pequeño y muy limitado para poder colocar en él una tecla para cada letra de las 27 letras del alfabeto además de teclas para cada uno de los diez dígitos numéricos y otros caracteres especiales tales como la “arroba” (@) y los signos de admiración en interrogación, ello sin contar con que a veces es deseable tener un control completo sobre la capacidad para poder escribir las letras en mayúsculas o minúsculas. El resultado es que la mayoría de las veces hay una cantidad muy limitada de “teclas” en el teléfono celular (a veces ni siquiera hay teclas oprimibles, hay que presionar la carátula interior del teléfono celular para simular la acción de una tecla física); y para meter una hilera de caracteres como la siguiente: “Hola, te dejé en la cuenta 3634543 de HSBC suficiente dinero para que pages la colegiatura” el proceso suele ser complicado y laborioso aún para los usuarios experimentados que ya tienen varios años usando un teléfono celular. Tan solo para escribir un par de caracteres como “fo”, si una tecla en el teléfono celular tiene asignados los caracteres “3def” y otra tecla tiene asignados los caracteres “6mno”, entonces para poder entresacar la letra “f” al estar escribiendo un mensaje de texto en el teléfono celular lo más probable es que habra que oprimir la misma tecla múltiple “”3def en el celular por lo menos tres veces para pasar encima de la letra “d” y la letra “f”. Y habrá que hacer algo similar con la tecla múltiple “6mno” para poder escribir la letra “o”. Esto implica a la vez que para poder escribir un mensaje de texto de 300 letras (además de los espacios en blanco entre cada palabra) habrá que accionar las teclas del teléfono celular por hasta unas 900 veces (o más). Considerando que sólo hay espacio para un dedo en el teclado del teléfono celular, esto hace que la elaboración del mensaje de texto sea engorrosa, una tarea casi antinatural (por así decirlo).

Idealmente, nos gustaría tener la comodidad de poder escribir un mensaje de texto mediante el uso de un teclado amplio, como el de una computadora convencional casera, haciéndolo en un recuadro inicialmente en blanco como el que nos ofrece el Bloc de Notas (Notepad) del sistema operativo Windows en donde podemos escribir a nuestro gusto y a nuestro antojo ya sea usando un dedo a la vez viendo el teclado, o mejor aún, mediante la mecanografía al tacto (a quienes deseen adquirir esta habilidad, se les recomienda la serie de entradas tituladas “Curso breve de mecanografía” puestas en ésta misma bitácora el 15 del mes de octubre 2012). Esto, desde luego, es imposible de hacer en el mismo teléfono celular, dada su cantidad muy limitada de teclas. Pensando en esto, la primera posibilidad que se nos puede venir a la mente es la siguiente: ¿y si conectamos de alguna manera un teclado como los que se usan en las computadoras al teléfono celular? Generalmente, hablando, físicamente esto no es posible, porque la gran mayoría de los teléfonos celulares no tienen entradas en donde se pueda conectar el cable del teclado de una computadora. Pero aún si esto fuera posible, ningún teléfono celular tiene instalado un editor de texto como el Bloc de Notas de los sistemas operativos Windows. Sin embargo, esto no quita que el teléfono celular pueda ser conectado de alguna manera a una computadora casera PC que se encuentre funcionando en buen estado.

Hay otra razón por la cual estaríamos interesados en conectar un teléfono celular a una computadora. Un número cada vez mayor de teléfonos celulares traen integrada una cámara digital, y se trata de cámaras cuya resolución y calidad ha ido incrementando en forma significativa. Podemos tomar, por ejemplo, unas cien fotografías de amigos, familiares, mascotas, paisajes, lugares de vacaciones y esparcimiento, etc. Las fotografías quedan almacenadas en el teléfono celular. El problema es que si se pierde el teléfono celular se pierden todas las fotografías que había en ese teléfono celular. Por otro lado, el teléfono celular no tiene capacidad para manipulación y retoque de fotografías, y a menos de que las fotografías sean enviadas desde el teléfono celular a algún domicilio en Internet, no parece haber forma de sacarlas del teléfono celular, siendo necesario encender el teléfono celular cada vez que queramos ver alguna fotografía o mostrarle una fotografía a algún amigo o familiar. Estos problemas se pueden solventar también si tenemos alguna manera de transferir las fotografías almacenadas en el teléfono celular a la PC.

La buena noticia es que con varios modelos de teléfonos celulares sí es posible conectar un teléfono celular a una PC. La pregunta clave es: ¿cómo? El problema es que no parece haber ninguna otra entrada disponible en el teléfono celular para la conexión de algún tipo de cable más que la que se usa para conectar el cable del cargador de baterías. Interesantemente, y esto puede sorprender a algunos, la misma toma que hay en el teléfono celular para conectarlo al cable del cargador de baterías es la que se usa para conectar el teléfono celular a la PC. Naturalmente, para esto se requiere usar algún tipo de cable que permita conectar el otro extremo del mismo a un puerto USB de la computadora. Con esto en mente, para muchos modelos de teléfonos celulares los distribuidores especializados de estos teléfonos celulares venden por separado tal cable para cada modelo de teléfono celular, un cable que por un lado se conecta a la entrada del teléfono celular usualmente reservada para el cable del cargador de baterías, y que por el otro lado se conecta a un puerto USB de la computadora. El cable tiene un aspecto como el siguiente:




Si se tiene el cable para conectar el teléfono celular a la PC, no basta con conectar el teléfono celular a la PC encendida mediante ese cable. Es necesario encender el teléfono celular para que la PC se pueda “comunicar” con el teléfono celular. Por regla general, no es la PC la que se encarga de encender el teléfono celular a través del puerto USB sino que tiene que ser el mismo usuario el que encienda el teléfono celular de la manera en la que habitualmente lo hace cuando lo usa sin estar conectado a una computadora.

Desde el punto de vista de la computadora personal, el teléfono celular es considerado como un dispositivo equivalente al módem con el cual conectamos una computadora casera a Internet. En pocas palabras, el teléfono celular es considerado como un módem más (y de hecho lo es). Esta capacidad es la que nos permite el poder enviar mensajes de texto a través del teléfono celular, elaborando primero los mensajes de texto en un programa editor de texto como el Bloc de Notas de los sistemas operativos Windows (o algo equivalente en otros sistemas operativos como Linux), y una vez elaborado hacer la “llamada telefónica” para que el mensaje de texto sea enviado por la PC a través del teléfono celular.

No basta, desde luego, simplemente conectar el teléfono celular a la PC y encenderlo llevándose a cabo la vez primera con esto la instalación e inicialización de los programitas drivers que le permitirán al sistema operativo de la computadora reconocer al teléfono celular como un dispositivo útil conectado a la misma. Para poder elaborar mensajes de texto de forma tal que se puedan enviar a través del teléfono celular conectado mediante un cable a la PC, es necesario algún programa ejecutable que nos ofrezca en forma sencilla tales funciones.

Para fines de demostración, supondremos que el teléfono celular que tenemos en nuestras manos es el teléfono marca Motorola modelo PEBL U6:




Para este tipo de teléfonos celulares modelo Motorola, un buen programa que se puede instalar en muchas computadoras caseras que tengan el sistema operativo Windows es el programa Motorola Phone Tools. Usaremos una versión del mismo algo “viejita”, la versión 4.56a (todos estos programas trabajan de la misma manera). Después de seguir las instrucciones de instalación del programa Motorola Phone Tools, en el monitor de la computadora debe aparecer la imagen del frente del teléfono celular Motorola PEBL U6:




Obsérvese que al lado derecho del teléfono celular aparece lo que podemos llamar un “Panel de funciones”. Este panel es precisamente el que nos permite el acceso al editor de texto (a través del ícono interno titulado “Text message”) para elaborar rápidamente y forma cómoda los mensajes de texto que queremos enviar a través del teléfono celular mientras está conectado con un cable a la PC, el cual en el monitor de la PC tiene un aspecto como el siguiente (la imagen se puede ampliar para mayor nitidez):




y también nos dá acceso (a través del ícono interno titulado “Multimedia Tools”) a las herramientas multimedia que nos permiten entre otras cosas el poder tranferir en forma rápida y cómoda a la PC una copia de las fotografías que tenemos almacenadas en el teléfono celular como se aprecia en la siguiente imagen (la cual se puede ampliar para mayor nitidez):




Ignorando el panel de control, podemos usar el teléfono celular en sí directamente desde la PC mediante las funciones usuales físicas en este modelo de teléfono celular Motorola:




Aquí se puede dar un consejo que vale la pena tomar en cuenta. Antes de conectar el teléfono celular a la PC, es recomendable tener el teléfono celular bien cargado (con su carga de energía eléctrica de reserva al máximo), porque si el teléfono celular está algo descargado o casi descargado, entonces el teléfono celular se puede “desconectar” por sí solo (eléctricamente hablando, si bien no físicamente) de la parte de la PC que se encarga de las comunicaciones entre el teléfono celular y la PC, para iniciar en forma sorpresiva e inesperada su proceso de carga de energía a través del puerto USB de la computadora. En pocas palabras, la computadora estará haciendo la recarga eléctrica de la batería del teléfono celular, lo cual puede ser un proceso largo y tardado llevando varias horas. Recuérdese que la toma de conexión a cable del teléfono celular tiene una función dual, ya sea para estarse comunicando con la PC mediante un programa instalado en la PC como Motorola Phone Tools, o para estarle sacando carga de energía ya sea al cargador de baterías o de la misma PC, interrumpiéndose cualquier intento de enviar un mensaje de texto mientas el teléfono celular no le envíe una señal apropiada a la PC diciéndole que el proceso de carga de energía ya está finalizado. Es mejor dejarle al cargador de baterías del teléfono celular la tarea de cargar la batería del celular, y dejarle a la computadora la tarea de comunicarse directamente con las funciones del teléfono celular cuando éste cuenta con una carga completa de energía.

Además de la posibilidad de poder conectar físicamente un teléfono celular a una PC mediante un cable, también hay otra alternativa diferente de conexión, la alternativa inalámbrica. Para esto, es necesario que el teléfono celular cuente con una capacidad que llamamos Bluetooth. Si el teléfono celular no cuenta ya de antemano con la capacidad Bluetooth (la cual es construída físicamente en la fábrica dentro del teléfono celular), no es posible establecer una conexión inalámbrica entre el teléfono celular y la PC y se vuelve necesario recurrir al cable físico conectado entre el teléfono celular y la PC.

Para poder usar Bluetooth, en caso de que el teléfono celular cuente con dicha capacidad, es necesario agregarle a la computadora la capacidad Bluetooth (en caso de que no cuente con ella, que es lo más probable en muchas computadoras en uso actual). Esto requiere comprar por separado un dispositivo Bluetooth que se debe conectar al puerto USB de la computadora.  El dispositivo Bluetooth es, en esencia, un pequeño radiotransmisor, el cual no tiene mucho alcance (en virtud de que se sobreentiende que el teléfono celular estará situado físicamente a no más de un medio metro de la PC, no requiriéndose por lo tanto una potencia elevada de transmisión de los dispositivos Bluetooth). Muchos de los dispositivos Bluetooth son vendidos con un disco CD de instalación que debe ser utilizado en la primera ocasión que se conecta el dispositivo Bluetooth a la PC, y el cual debe ser conservado en caso de que se quiera conectar en un futuro el mismo dispositivo Bluetooth a otra PC.

Un programa como Motorola Phone Tools puede funcionar con ambos tipos de conexiones, ya sea con conexión directa a través de un cable intermedio puesto entre el teléfono inalámbrico y un puerto USB de la PC, o mediante conexión inalámbrica con un dispositivo Bluetooth conectado a un puerto USB de la PC.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Las lecciones de la vida

Desde filósofos hasta cantantes, hay quienes proclaman su convencimiento de que la vida, además de ser un gran escenario en donde todos somos actores de algún papel en el que hemos escogido actuar o el cual nos ha impuesto la vida misma, es también un gran juego un gran juego en el que a veces se gana y a veces se pierde, pero en raras ocasiones siempre se gana o siempre se pierde, y el propósito del juego para cada quien consiste en maximizar sus ganancias y disminuír sus pérdidas, ya sean materiales, intelectuales o espirituales. El compositor Cuco Sánchez escribió en su canción Fallaste corazón lo siguiente: “La vida es la ruleta en que apostamos todos”. Es el único juego en el que no tenemos nada garantizado absolutamente de antemano excepto la muerte, punto en el cual el juego concluye por lo menos para una encarnación (para quienes creen en las reencarnaciones sucesivas, el juego se repite una y otra vez siempre empezando de cero sin ninguna ventaja obtenida de los juegos anteriores). Siendo así, la respuesta a la milenaria pregunta ¿qué es la vida? tendría una respuesta extraordinariamente sencilla, pese a la enorme complejidad de la vida misma.

El sello distintivo de la vida es el velo de misterio e incertidumbre que siempre rodea lo que habrá de suceder no sólo en el futuro lejano sino en el futuro cercano (en Estados Unidos se dice que el el Vice-Presidente está en todo momento a sólo un latido de corazón de distancia de la Presidencia, una referencia a lo que tiene que suceder en caso de que al Presidente en funciones le falle de pronto su corazón). Infinidad de veces, los planes mejor elaborados con gran meticulosidad y detalle por algunas de las mentes más brillantes se vienen abajo por eventos completamente inesperados imposibles de anticipar. Los ejemplos abundan. En 1281, el Emperador de China, Kublai Khan, armó una flotilla gigantesca con un ejército muy numeroso y bien equipado con el que planeaba invadir Japón para apoderarse de dicho país, una invasión que sin duda alguna habría cambiado el curso de la historia. ¿Y qué pasó? Que la flotilla invasora fue enviada al fondo del mar por uno de los tifones más poderosos que hayan azotado la zona, precisamente en esos días, un fenómeno natural tan extraordinario como providencial que los japoneses a los cuales salvó lo llamaron “viento divino”. A este tipo de coincidencias es lo que llamamos el destino. Lo mismo le sucedió al imperio español el 22 de julio de 1588 cuando contaba con una armada tan bien equipada y pertrechada que entonces se le conoció como la Grande y Felicísima Armada aunque un apelativo más usado hoy en día es de de Armada Invencible para dar una mejor idea de la enorme potencia bélica amasada para emprender hostilidades en contra de Inglaterra, justo en los tiempos en los que el imperio español estaba en auge extendiéndose hasta América y Filipinas y recibiendo enormes cantidades de oro y plata de sus colonias en el continente americano. Esta invasión, de haber tenido éxito, habría terminado de tajo con la colonización inglesa de lo que hoy es Norteamérica, y lo que hoy es Estados Unidos no existiría, la historia sería muy diferente de lo que es ahora. Pero al igual que como ocurrió con la poderosa flota ensamblada por el Kublai Khan de China, las turbulentas condiciones meteorológicas en el mar arruinaron los planes precisamente antes de que la invasión española a las islas británicas pudiera consumarse, y los resultados de esta intervención de la mano sutil del destino en los asuntos de los hombres los podemos ver hoy en día. Por su parte, el brillante General Napoleón Bonaparte estaba plenamente convencido de que con su ejército y sus extraordinarias estrategias en el campo de batalla lograría apoderarse de Rusia. Pero lo alcanzó el invierno ruso, y un fenómeno natural acabó con las intenciones de Napoleón, y de hecho terminó acabando a la larga con su imperio. Y lo mismo le sucedió a Adolfo Hitler cuando trató de invadir Rusia, el mismo invierno ruso que sepultó los planes de gloria de Napoleón terminó sepultando también las ambiciones expansionistas de Alemania. Por su parte, la caída del entonces poderoso imperio Azteca se debió, más que a la intrepidez y el arrojo de los soldados españoles, a la epidemia de viruela que los europeos trajeron consigo, algo para lo cual ellos ya habían desarrollado defensas naturales pero los Aztecas no, con la consecuencia de que tal vez hasta un 92% de los Aztecas terminaron sucumbiendo ante lo que puede ser considerado como la primera gran guerra bacteriológica.

La vida nos ofrece muchas lecciones precisamente por las sorpresas inesperadas que nos dá. Se sabe por experiencia que aprendemos mucho más de nuestros errores que de nuestros aciertos. Y de esto deriva una de las más grandes lecciones de la vida: nadie escarmienta en cabeza ajena, muy a pesar del refrán que nos advierte que “más vale prevenir que lamentar”. Tómese el caso del fumador que es incapaz de abandonar su vicio por el tabaco. Antes de que consumiera miles de cigarrillos a lo largo de su vida, forzosamente tuvo que haber empezado con el más importante y el más decisivo de todos ellos: el primero. A partir del primer cigarrillo, empezó por voluntad y decisión propia su proceso de enganchamiento. De no haber comenzado con ese primer cigarrillo, un hábito que terminó costándole mucho tiempo y dinero, un hábito que comenzó voluntariamente creyendo ingenuamente (al igual que todos los demás fumadores) que le sería muy fácil dejarlo en cualquier momento, el día de hoy no tendría en sus manos esos rayos X confirmando un diagnóstico de un cáncer en el pulmón. ¡Cuán equivocado estaba cuando creía que podía dejar el hábito en el momento en el que quisiera! Si pudiera, daría marcha atrás al reloj varios años para tirar ese primer cigarrillo antes de fumarlo, pero ya no puede enmendar ese error, y hoy tiene en sus manos una sentencia de muerte autoinflingida. Pero es aún más grande su desesperación e impotencia al ver cómo otros jóvenes se rehusan a hacerle caso, empezando su propio tabaquismo y que pese a las advertencias que se les dan toman ese primer cigarrillo y repiten exactamente el mismo error.

Si las lecciones de la vida que han ido acumulando los adultos a lo largo de sus vidas pudiesen ser transmitidas de una manera efectiva a las nuevas generaciones para evitarle a los niños y a los jóvenes repetir los mismos errores, hoy no habría un solo muerto o accidentado por andar manejando su carro estando borracho. Tampoco habría jóvenes drogadictos con alguna adicción a las metanfetaminas, a la heroína, al crack o a la cocaína, máxime que ningún niño en edad escolar cuando se le pregunta qué quiere ser de grande responde: “yo quiero ser un drogadicto”. Igual las miles de jóvenes que por la ambición (o más bien la vanidad) de tener una “piel bronceada” o una “piel dorada”, y desoyendo los consejos de los mejores médicos dermatólogos, se asolean en las playas por cientos de horas exponiéndose a lo largo de sus vidas a los “baños de sol” que van destruyendo en forma irreversible y irreparable la piel interna, propiciando con ello la aparición del melanoma o cáncer negro, uno de los tipos de cáncer más agresivos e incurables que se conocen y que puede terminar desfigurando por completo el rostro (convirtiendo a la vanidosa joven en un monstruo) o que en el mejor de los casos puede dejar a la mujer con un cuerpo excesivamente arrugado y “acartonado” pareciendo ancianas de 120 cuando apenas andan en los cincuenta o en los sesenta. Si el daño causado por los rayos del sol fuese inmediato, seguramente protegerían su piel mucho mejor de lo que lo hacen, pero como el daño se manifiesta en forma visible cuando han pasado por lo menos unos diez años (y ya cuando se manifiesta es demasiado tarde para poder hacer algo al respecto), usualmente adoptan una actitud de indiferencia diciéndose en sus adentros: “no veo que todavía me esté sucediendo nada a mí y creo que eso no me va a suceder, eso no me puede pasar”. Pero las estadísticas que no mienten (y que no bajan) demuestran en forma contundente que no hay seres privilegiados y que esas cosas le pueden suceder a cualquiera. Si las duras lecciones que han sido asimiladas en carne propia por quienes ya han sufrido algunas de estas experiencias fuesen aprovechadas por otros quienes aún no son víctimas de sus propios actos y decisiones, las estadísticas bajarían a cero y se mantendrían en cero. Pero como las estadísticas se mantienen constantes (incluso a veces empeoran), queda comprobado que cada generación tiene su propia cuota de necios que pondrán oídos sordos a los consejos acumulados por la experiencia de sus mayores, y que fatalmente seguirán repitiendo los mismos errores, al suponer (como siempre ocurre) que “eso a mí jamás me sucederá”. Y como siempre, es la vida misma la que se encargará de seguir repitiendo sobre otros sus más duras lecciones, salvándose tan solo unos cuantos que sí estén dispuestos a abrir sus mentes y a escuchar y aprender de los adultos y viejos el escarmiento que puede salvarlos de pasar a formar parte de las frías estadísticas como un número más.