lunes, 29 de mayo de 2017

Abominaciones del Islam extremista



Nuevamente musulmanes que proclaman al Islam como su fuente de inspiración volvieron a atacar a Occidente con una nueva carnicería, esta vez en Manchester, Inglaterra, con un terrorista suicida cuya bomba mató a 22 personas e hirió a otras 50 la noche del lunes 22 de mayo en una verdadera carnicería de la cual Mahoma el fundador y propagador del Islamismo habría estado sumamente orgulloso.

En esta ocasión, el terrorista resultó ser un libio musulmán llamado Salman Abedi, cuya foto está puesta al principio de esta entrada. Entre sus víctimas mortales se encuentra Saffie Rose Roussous, una inocente niña de tan solo 8 años de edad cuyo único error fue haber asistido al concierto ofrecido por Ariana Grande en el estadio Manchester Arena:





El matón musulmán jamás había conocido antes a la niña de 8 años a la cual le arrebató la vida. De hecho, no había conocido a ninguna de sus víctimas porque las seleccionó al azar a las afueras del estadio cuando estaban saliendo al haber terminado el concierto. En el ataque terrorista el matón actuando a nombre del Islam radical pudo muy bien haber matado a otros musulmanes que estuvieran pasando por allí a las afueras del estadio, pero eso no le importó, porque a los extremistas del Islam lo único que les interesa es matar, matar y matar, incluso matándose ellos mismos, sin seleccionar primero cuidadosamente a sus víctimas antes de convertirse en jueces, jurado y verdugos de aquellos a los que matan o mutilan o dejan lisiados o ciegos o locos de por vida. Es un hecho confirmado por las estadísticas que los mayores matones de los musulmanes son los mismos extremistas musulmanes. Tipos como Salman Abedi nunca pelean de frente cuerpo a cuerpo con soldados profesionales, prefieren dar muestras de lo que consideran su gran valor y su heroísmo matando a niñas de 8 años, así es como demuestran que son valientes y que no le temen a nada. Todos estos demonios del Islam son iguales, lo único que los distingue es su aspecto físico exterior, pero por dentro en su interior tienen el alma completamente corrompida; se han entregado por completo a Satanás y a la causa de Satanás.

Toda su vida Salman Abedi fue conocido en Manchester como un looser, un perdedor con malas calificaciones en la escuela y al que las muchachas de su edad no le hacían caso porque no veían absolutamente nada en él que valiera la pena considerar, un vago inmaduro sin oficio ni beneficio, un zángano, un verdadero parásito de la sociedad al igual que todos los demás extremistas musulmanes reclutados entre la escoria de la humanidad. Se muestra a continuación otra foto del carnicero de Manchester cuya única buena obra en toda su vida fue privar al mundo el 22 de mayo de 2017 de su continuada presencia que solo podría haber resultado en la muerte de más niñas pequeñas :




El padre del matón islamista, Ramadan Abedi, no perdió tiempo en defender a su hijo proclamándolo completamente inocente, puro y libre de toda maldad, todo un angelito con méritos más que suficientes para ser proclamado santo y benefactor de la humanidad, ello pese a que el mismo hermano del terrorista, Hashem Abedi, planeaba un nuevo ataque terrorista que ya no pudo llevar a cabo porque fue arrestado en Trípoli. Y de hecho, el padre de los dos terroristas matones también fue arrestado.

Toda esta perniciosa familia de musulmanes radicales llegaron a Inglaterra en calidad de refugiados pidiendo asilo y ayuda. Inglaterra compadecida les abrió generosamente sus puertas y les dió todo tipo de ayuda y apoyos. Y así le retribuyeron los matones musulmanes a los ingleses en Manchester su generosidad. Esto es lo que se saca cuando se trata de redimir demonios.

Para evitar que toda esta locura termine conviertiéndose en una Guerra Santa entre el Islam y el resto del mundo, los líderes de los países occidentales hacen sus mejores esfuerzos por insistir en que esto no se trata de una guerra religiosa entre Occidente y el Islam. Hasta el mismo Donald Trump lo afirmó recientemente en su visita oficial al Medio Oriente en mayo de 2017, y sus palabras textuales fueron “Esta no es una batalla entre distintas creencias, distintas sectas o distintas civilizaciones, esta es una batalla entre criminales bárbaros que buscan eliminar la vida humana y a la gente decente de todas las religiones que buscan protegerla. Esta es una batalla entre el bien y el mal”. Sin embargo, los extremistas del Islam tienen declarada ya su guerra en contra de Occidente, y para ellos no hay duda alguna de que se les ha encomendado llevar a cabo una guerra del Islam en contra el resto del mundo para que los musulmanes puedan apoderarse del mundo en nombre del Islam. Para ellos sí es una guerra entre religiones, digan lo que digan los líderes occidentales e incluso sus hermanos de fé que no están de acuerdo con las matanzas indiscriminadas y el terrorismo suicida.

Apenas hace un mes, el domingo 23 de abril y con la intención de dar un mensaje de unión por la paz de Ciudad Juárez, el grupo de Musulmanes de Ciudad Juárez, en conjunto con miembros de otras agrupaciones religiosas realizaron ;una reunión en donde se brindaron conferencias relacionadas con problemáticas sociales como la drogadicción y la discriminación, obviamente tratando de distanciarse de los islamistas fundamentalistas. Sin embargo, el odio fanático que pregonan los terroristas musulmanes forma parte intrínseca del mismo Corán. Los verdaderos seguidores del Islam están convencidos de que Dios les ordena todas estas matanzas y carnicerías a través del Corán: “Y matadlos dondequiera que los encontréis. Y la falta de fe en Alá es peor que la muerte. Ésa es la recompensa de los que no creen” (verso 2.191 del Corán). Aquí no cabe la menor duda. Quien no se dé cuenta de ello aún sin ser musulmán es que no se ha puesto a leer bien el Corán. Más aún, el mismo Mahoma fue el que les puso el ejemplo a sus seguidores, y en su tiempo Mahoma llevó a cabo numerosas guerras matando a mucha gente y derramando mucha sangre, todo en nombre de la religión fundada por él, lo cual no niegan quienes saben la historia del Islam.

Tan están identificados los musulmanes en la actualidad con todo lo que tiene que ver con terrorismo suicida, que incluso de manera casi automática se les achacan culpas que no son de ellos cuando ocurre cualquier incidente que huela a terrorismo. Un ejemplo de ello es el editorial titulado “Furia religiosa” elaborado por Sergio Sarmiento el viernes 14 de abril de 2017 en ocasión de las explosiones que tuvieron lugar el mes pasado el martes 11 de abril en Dortmund, Alemania lastimando a uno de los jugadores que viajaban en un autobús usado por un equipo de futbol para trasladar a los jugadores, y hasta deteniéndose a un islamista como sospechoso del ataque, con las sospechas de que todo se trató de un ataque terrorista culpando de antemano a los musulmanes radicales, con las sospechas de un atentado terrorista reforzadas por causa de una carta encontrada cerca del lugar de las explosiones que reivindicaba las explosiones y que exigía a Alemania retirar sus aviones de reconocimiento de Siria y cerrar la base aérea de Ramstein usada por fuerzas estadounidenses y de la OTAN.. Sin embargo, poco después se supo que las explosiones no tuvieron absolutamente nada que ver con atentado terrorista por cuestiones religiosas. Resulta que todo fue por una cuestión de codicia, con la autoría de lo sucedido al autobús atribuída a un ruso-alemán de 28 años de edad que solicitó un préstamo de cinco cifras para apostar que las acciones del Borussia Dortmund perderían valor, posteriormente atacando con explosivos el autobús del equipo en lo que intentó hacer pasar como un acto terrorismo islámico. El plan del sospechoso era embolsarse millones de dólares, de acuerdo con las autoridades alemanas. En este caso, y como excepción que confirma la regla, lo sucedido no tuvo nada que ver con atentado islamista alguno. Sin duda alguna, Sarmiento adelantó su juicio prematuro en contra del islamismo fundamentalista influenciado por el hecho de que apenas tres días antes, el 9 de abril, Domingo de Ramos, dos explosiones en iglesias cristianas coptas provocaron la muerte de 36 personas que asistían a misa en Tanta y Alejandría en Egipto. Y dos días más atrás, el viernes 7 de abril un uzbeko simpatizante del Estado Islámico arremetió contra una multitud en una camioneta en Estocolmo, Suecia matando a cuatro personas, entre ellas una niña de 11 años.

Los atentados terroristas islámicos parecen no tener fin. Incluso los medios de comunicación se han cansado de estarlos reportando todos día tras día. Ya sólo dan espacio a los más sangrientos o los que se cometen en países occidentales. Los innumerables ataques en Iraq, Pakistán o Afganistán apenas son reportados. Las víctimas son miles todos los años. En algunos casos, como las niñas secuestradas en África por Boko Haram, el resultado es una vida de esclavitud.

Para la sensibilidad occidental contemporánea es increíble que alguien pueda matar, secuestrar o violar en nombre de Dios. Las distintas religiones cristianas han dejado de hacerlo, pero hay que reconocer que a lo largo de la historia fueron también muchos los asesinatos y abusos cometidos en nombre de Jesús aunque el mismo Jesús jamás hubiera dado su visto bueno para la comisión de tales atrocidades. Arianoscátaros fueron masacrados por tener una visión distinta de Jesús y del cristianismo. La Iglesia Católica lanzó cruzadas al cercano oriente que resultaron en matanzas no sólo de musulmanes, sino de comunidades completas de cristianos asentados en la zona desde los inicios del cristianismo que se vestían y se veían como musulmanes. Los Reyes Católicos de España masacraron a los moros y expulsaron a los judíos en el siglo XV. En los siglos XVI y XVII las guerras de religión entre católicos y protestantes llenaron de sangre las campiñas y las ciudades de Europa. La Inquisición española y los cazadores de brujas de Inglaterra así como los de Estados Unidos mataron en conjunto a miles de “brujas” por el pecado de ser mujeres sospechosas de practicar la magia negra y lanzar hechizos invocando al Diablo o simplemente por ser sospechosas de tales actividades.

¿Qué tiene la religión que hace tan fácil matar en su nombre? Parte del problema es que surge de dogmas. Hay algunos dogmas religiosos relativamente inocuos que a lo más solo son capaces de sembrar dudas razonables sobre lo que realmente sucedió, particularmente aquellos en los cuales la ciencia contradice a los textos religiosos. Si alguien demuestra científicamente que la Tierra tiene una antigüedad de 4 mil 543 millones de años o que gira alrededor del Sol, nadie de mentalidad abierta se molestará. si acaso, querrá conocer las pruebas para refutarlas si son incorrectas. Pero la actitud será distinta si el interlocutor cree que Dios creó la Tierra hace seis mil años, como dice el Génesis, u ordenó que el Sol detuviera su paso por el firmamento para que Josué al mando del ejército hebreo pudiera aniquilar a sus enemigos, como apunta el Libro de Josué. Steven Pinker sostiene en Better Angels of Our Nature que la violencia entre seres humanos ha bajado de forma importante. Documenta un proceso civilizatorio que ha reducido guerras, homicidios y torturas. El proceso ha estado acompañado del abandono de una cantidad cada vez mayor de viejos dogmas. Hoy incluso la religión en términos generales se ha vuelto humanista. Pero no en todos los casos, sobre todo cuando se trata de dogmas religiosos que incitan al odio y la violencia en contra de quienes no están de acuerdo en todo con lo que los fundamentalistas de tal o cual religión consideran una verdad absoluta cuyo cuestionamiento es tomado como blasfemia y cuyo castigo debe ser incluso la muerte. Por eso seguimos viendo asesinatos en nombre de Dios.

¿Recuerda el lector un nivel de violencia ligado a cuestiones pretendidamente religiosas como el que hoy vemos y padecemos? Como ya se sabe, la violencia terrorista no es algo nuevo en la escena política mundial. ¿Alguien ha olvidado los secuestros de rehenes, y la destrucción de aviones de líneas comerciales, allá por los años setenta? ¿Y lo sucedido en Munich también quedará en el olvido? ¿Qué nuevo elemento vemos hoy en esa violencia la cual, sin el menor sentido y lógica, mata de la manera más salvaje y sanguinaria a miles de inocentes en el mundo? La pretendida y falsa e hipócrita justificación religiosa. Hace 40 o 50 años, los guerrilleros palestinos eran declaradamente revolucionarios, y su visión del mundo se apoyaba en el marxismo-leninismo llevabando a cabo, decían, una guerra justa en contra del despojo de sus territorios por parte de las fuerzas del sionismo apoyado éste, ¿por quién más? Por el Imperialismo Yanqui. Ésta era la explicación que daban los palestinos de una lucha que, si bien sangrienta, jamás llegó a los niveles de salvajismo y locura que hoy vemos. El problema ideológico que se les vino encima es que cuando el comunismo se colapsó con la caída de la Unión Soviética marcando el fin del comunismo basado en el marxismo-leninismo se quedaron sin bandera, aunque no tardaron de encontrar una nueva bandera de lucha recurriendo a la religión.

En los tiempos que corren, ¿hay alguien con dos dedos de frente que acepte, que lo que hacen los grupos terroristas que enarbolan como justificación una falsa religión (en nombre de la cual, antes de inmolarse, gritan desde la irracionalidad producto de la insania, que su también pretendido Dios es grande), es para convertir a los infieles? ¿En verdad, alguien en su sano juicio podría pensar hoy, que así convertirán a su supuesta fe a más de seis mil millones de terrícolas, infieles todos? Por otra parte, si aceptáremos –para demostrar la imposibilidad y falta de lógica de sus decires–, que la vía que utilizan fuere la correcta, ¿cuántos miles de años les tomaría convertirnos a su falsa religión? ¿Acaso no hay alguien en esos grupos de asesinos sanguinarios y desquiciados, que posea una mínima racionalidad para que, con base en ella les explique que por esa vía nada conseguirán, salvo ser aniquilados más temprano que tarde?.

Si bien la violencia con bases supuestamente religiosas no es algo nuevo en el desarrollo de la humanidad, las religiones que la practicaron –el catolicismo de manera destacada–, entendieron hace siglos que eso no era productivo y en consecuencia, abandonaron dicha práctica. Sin embargo, por razones que nadie se atreve a expresar, por el simple y justificado temor a ser decapitado, los que hoy se definen como seguidores de algo que yace en la peor de las confusiones desde hace trece o catorce siglos, matan casi por deporte, más que por extender sus creencias religiosas en el planeta.

Hace casi dos mil años, Jesús murió en la cruz para salvarnos, y redimir nuestros pecados. Sin embargo, su prédica no estuvo marcada por la violencia, y sí por la palabra que pretendía convencer pacíficamente de la existencia de un solo Dios frente a los muchos de la religión del imperio dominante en la región donde vivió y murió Jesús de Nazaret. Frente a esa visión de amor y paz –de una de las creencias más influyentes en el avance de la humanidad como lo fue el cristianismo–, ¿piensan los que hoy pretenden con una conducta propia de salvajes, de cavernarios—, que convertirán a miles de millones en seguidores de su pretendida religión? ¿Estamos acaso ante una muestra de la peor de las locuras, la que asesina por el placer mismo de asesinar?

Si bien es cierto que no todos los musulmanes son hombres malos, y hay que reconocer que hay algunos justos entre ellos que jamás le harían mal a nadie, la reacción mundial de los musulmanes en contra del terrorismo del Islam radical ha sido tan tenue y tan blanda que son escasas las condenas en contra de esta manera de predicar y practicar la religión, y prueba de ello es que solo hasta hace poco se elaboró un video en Kuwait (un país musulmán) a cargo de la empresa de telecomunicaciones Zain Telecom, el primero en su género, dirigido a los aspirantes al terrorismo suicida para tratar de convencerlos y desalentarlos de su locura pseudo-religiosa con la cual intentan justificar el matar no solo a cristianos sino también a otros musulmanes. Debería de haber muchos más videos como éste video de Zain Telecom al igual que manifestaciones masivas de musulmanes en todas las mezquitas encabezadas por los clérigos en contra del terrorismo islamista, habido el hecho de que el Islam es la religión que presume contar con la mayor cantidad de seguidores en el planeta, y el video de Zain Telecom es la excepción que confirma la regla. Esta falta de acción decidida en el mundo musulmán es tomada por muchos escépticos como prueba de que, en su interior, la gran mayoría de los seguidores del Islam admiran a los terroristas suicidas y aplauden lo que hacen en nombre del Islam, aunque no lo reconozcan en público.

Yo ya he dejado en claro en ésta bitácora lo que pienso del Islam y de su fundador. Si hubiera sido un musulmán de nacimiento, por meras cuestiones de razonamiento pausado y la lógica de lo que está bien y lo que está mal me vería en la necesidad de tener que renunciar al Islam, horrorizado ante todo lo que hacen los demonios fundamentalistas engendrados por la lectura e interpretación literal del Corán. Y si la opción fuera entre el Islam y nada, pues preferiría nada, porque al menos los ateos no se matan entre sí por cuestiones meramente religiosas, y menos con la crueldad y con el odio que despliegan los demonios engendrados al amparo del Corán. Y que no se le olvide a nadie que el falso profeta Mahoma (que no obró jamás en toda su vida ningún milagro como los que se atribuyen a Jesús y sus Apóstoles ni profetizó absolutamente nada que hoy se cumpiera ni resucitó de entre los muertos ni nada) fue un machista pedófilo que tomó por esposa a una niña de tan solo 7 años de edad consumándose la unión (o mejor dicho, violación forzada) cuando la niña tenía apenas 9 años de edad, y ésto no lo digo yo, lo dicen muchos historiadores musulmanes, por si acaso hay alguien que todavía ignore estos hechos. Este es el falso profeta en cuyo nombre miles de parásitos improductivos buenos para nada de mentalidad salvaje sin nada útil en qué mantener ocupadas sus mentes matan y se suicidan sembrando el horror y la destrucción haciendo todo lo posible por terminar convirtiendo este planeta en un gigantesco manicomio en el que algún día la humanidad entera esté bajo la dominación absoluta de la ley Sharia.

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