Las monedas que vemos en la fotografía existen, pero no existen, al menos no en el sentido físico como algo que un ciego pueda tocar con sus manos y un tacaño pueda estar acariciando todo el día. Solo existen en el mundo digital, en el mundo virtual de hoy, y pese a que tales monedas carecen de imprentas en las cuales se impriman billetes que las representen o fundidoras y troqueladoras en donde las monedas puedan ser acuñadas, se están manejando ya en cantidades que rondan en más de los 30 mil millones de dólares. Si en los tiempos de Marco Polo los europeos se carcajeaban del papel moneda usado entonces en China y del cual Marco Polo les había llevado noticias como algo de uso corriente en China para el intercambio comercial que se podía canjear por plata, burlándose de la facilidad con la cual se podía "quemar" esa plata con solo prenderle fuego a un billete de papel moneda perdiendo así tal dinero para siempre, seguramente se habrían quedado pasmados con las monedas virtuales de hoy que solo existen en servidores Web y en bancos electrónicos de datos que pueden ser hackeados por piratas informáticos capaces de vaciar cuentas bancarias completas borrando el dinero virtual que almacenan después de haberlo traspasado a otras cuentas electrónicas creadas por los hackers. Lo más asombroso es que dichas monedas no están respaldadas oficialmente por ningún gobierno en ninguna parte del mundo ni existe una entidad central que pueda mantener un control sobre ellas. Se trata del Bitcoin, que aparece representado simbólicamente a la izquierda, y el Ether que se ha convertido en un fuerte competido del Bitcoin. Ha habido retrocesos serios, y el más reciento ocurrió justo hace dos días cuando el valor de ambas monedas se desplomó al perderse la confianza en las mismas a caisa del rumor de que el fundador de Etherum, Vitalik Buterin, había muerto. Sin embargo, estos descalabros también ocurren con monedas reales respaldadas por los bancos centrales de gobiernos establecidos como ocurrió en México con el desplome del peso tras el triunfo electoral de Donald Trump en 2016; lo cual no ha sido impedimento para que la gente en México siga efectuando transacciones usando al peso como medio de intercambio porque la realidad es que para poder efectuar transacciones comerciales y financieras de cualquier tipo se requiere forzosamente de algo con lo cual se pueda llevar a cabo. En el tercer milenio, nadie tiene tiempo ni humor para andar intercambiando melones por gallinas ni pescado por especias como se acostumbraba hacerlo en otros tiempos.
De acuerdo a un artículo elaborado hace poco por Nathaniel Popper del periódico The New York Times, el precio del Bitcoin alcanzó cifras récord en meses recientes, más del doble del valor que tenía a principios de año, pero a pesar de esa alza, el Bitcoin está a punto de perder su posición como la moneda virtual dominante. El valor del Ether, la criptomoneda manejada en una red alternativa conocida como Ethereum, ha aumentado de forma increíble: 4 mil 500 por ciento este año. Con los recientes incrementos en su precio, las unidades monetarias restantes del Ether tenían un valor cercano a los 34 mil millones de dólares –o el 82 por ciento del valor de todo el Bitcoin existente–. Al comenzar el año, el valor del Ether era solo cerca del 5 por ciento del valor del Bitcoin.
El repentino auge de Ethereum resalta cuán volátil es el desconcertante mundo de las monedas virtuales en el que, en solo unos meses, unas cuantas líneas de código informático pueden transformarse en miles de millones de dólares. El Bitcoin, la exitosa moneda digital, también ha alcanzado nuevos récords, pues su valor por unidad se fijó recientemente en 2 mil 600 dólares. Sin embargo, la comunidad Bitcoin ha enfrentado algunos problemas técnicos y amargas divisiones internas entre sus partidarios más destacados. También se ha visto afectada porque se le asocia con ventas de drogas en línea y pagos de rescates a hackers. En este contexto, el Ether ha recibido un mayor impulso. El sistema creado hace dos años logró tener el respaldo tanto de genios informáticos como de grandes empresas como, por ejemplo, J.P. Morgan Chase y Microsoft, a quienes les entusiasma el objetivo de Ethereum de ofrecer no solo una moneda digital, sino un nuevo tipo de red informática global.
En una encuesta realizada hace poco a mil 100 usuarios de monedas virtuales, el 94 por ciento se mostraron positivos acerca del estado de Ethereum, mientras que solo el 49 por ciento lo hicieron acerca de Bitcoin, según publicó este mes CoinDesk, publicación especializada en esta industria. Si se mantienen las tendencias recientes, el valor de la moneda virtual de Ethereum podría rebasar al Bitcoin en las próximas semanas. Los fanáticos de las monedas virtuales monitorean el valor de ambas y esperan que intercambien posiciones, e incluso han designado ese momento con el nombre de “flippening”.
“Ahora Ethereum ha ganado impulso, no hay ninguna duda al respecto”, opinó William Mougayar, fundador de Virtual Capital Ventures, empresa que invierte en distintas monedas virtuales y empresas nuevas. “Casi todo lo que puede hacerse con Bitcoin puede hacerse con Ethereum”. Aunque en su mayoría quienes compran Ether y Bitcoin son inversionistas individuales, las ganancias de ambas monedas transformaron lo que hasta hace poco era un peculiar experimento alternativo en una inversión de altos rendimientos. El valor combinado de Ether y Bitcoin supera el valor de mercado de PayPal y está alcanzando a Goldman Sachs. Los inversionistas que compran Ether le apuestan a que las personas quieran utilizar las capacidades informáticas de la red Ethereum y necesiten esta moneda para hacerlo. Sin embargo, no tienen nada asegurado y el uso de esta red en el mundo real todavía es muy limitado. Bitcoin, por otro lado, ya incursionó en el comercio establecido, pues empresas como Overstock.com y Expedia aceptan compras con Bitcoin, además de que algunos operadores del mercado negro utilizan la moneda.
Como Ethereum tiene menos usos en el mundo real, muchos expertos en el mercado esperan que sufra una caída similar a las ocurridas tras aumentos anteriores en el precio del Bitcoin y otras monedas virtuales. No obstante, incluso durante los retrocesos recientes, el valor de Ether se ha mantenido por encima de Bitcoin. Vitalik Buterin, un ruso de 21 años criado en Canadá, lanzó Ethereum a mediados de 2015 tras abandonar sus estudios universitarios. Ahora, a modo de broma, dice que vive en la aerolínea Cathay Pacific debido a sus constantes viajes. Como una red de computadoras se encarga de rastrear y mantener las monedas virtuales, ningún gobierno o empresa está a cargo. Los precios de Bitcoin y Ether se establecen en bolsas privadas, donde cualquiera puede venderlas al precio del mercado en ese momento. Pero Ethereum se diseñó para ser mucho más que una cibermoneda. La red de computadoras conectadas en Ethereum puede aprovecharse para realizar tareas de cómputo, por lo que en esencia es posible correr programas en la red, o las llamadas aplicaciones descentralizadas, o DApps. Así se ha formado una enorme comunidad de programadores que trabajan con este software.
Muchas empresas de renombre también han desarrollado programas en Ethereum, como la minera BHP Billiton, que creó un programa de prueba para rastrear su materia prima, y J. P. Morgan, que trabaja en un sistema para monitorear sus operaciones. En meses recientes, más de 100 compañías, entre las que destacan marcas globales como Toyota, Merck y Samsung, se han registrado en la organización sin fines de lucro Enterprise Ethereum Alliance con la idea de utilizar Ethereum para construir herramientas en ambientes corporativos. Muchas de las empresas que usan Ethereum construyen su propia versión privada del software, en cuyo caso no utilizarán la moneda Ether. Los especuladores esperan que estas empresas en algún momento conecten su software a la red general de Ethereum. Sin embargo, también existe la posibilidad de que ninguna de estas pruebas llegue a concretarse, y se desvanezca el entusiasmo actual, como ha sucedido muchas veces en el pasado con el Bitcoin después de las grandes alzas de su precio. “Espero que este año comencemos a cerrar la brecha entre el valor especulativo y el real”, comentó Mougayar. “Ahora hay mucho en juego”.
A todas estas monedas virtuales se les podría aplicar muy bien el viejo refrán usado por los magos escapistas de antaño “ahora me ves, ahora no me ves”. La diferencia es que el nuevo mago es el hacker que se encarga de lanzar sus hechizos cibernéticos sobre las cibermonedas para hacerlas desaparecer directamente hacia sus bolsillos. Todo un gran acto de magia. También virtual, desde luego.
1 comentario:
CoinDesk
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