Precisamente hoy dia en el que se celebra en Mexico el dia dedicado a la Virgen de Guadalupe, el pueblo de Mexico sin darse cuenta recibió una magnifica noticia (muchos mexicanos aun no se han dado cuenta de la trascendencia de la noticia y muchos ni siquiera se han fijado en la noticia).
La noticia, expresada en pocas palabras, es ésta: el candidato demócrata Doug Jones le ganó elección especial al Senado federal por Alabama al republicano Roy Moore.
Posiblemente algunos de mis lectores en México e inclusive en Centroamérica y Sudamérica se pregunten: y a mí que %/#!"(/&%$# me importa que un tipo al que nunca había oído mencionar en toda mi vida, de un lugar en Estados Unidos que nunca he visitado ni conozco siquiera en tarjetas postales, le haya ganado en elecciones a otro que tampoco había oído mencionar?
La respuesta por increíble que parezca es que lo sucedido el día de hoy en el estado de Alabama puede tener repercusiones históricas de gran envergadura que van más allá de las fronteras de los Estados Unidos y que ciertamente debe llamar la atención sobre todo de los migrantes indocumentados y aquellos como los Dreamers que están tratando de legalizar su situaci>n migratoria sobre todo después de que Donald Trump negó extender la protección que el programa DACA le daba a los Dreamers.
Se trata de un sorprendente triunfo impulsado por el escándalo. El candidato demócrata Doug Jones le ganó en la elección especial al Senado federal por Alabama al asediado candidato Republicano Roy Moore. Resulta que en el caso de Roy Moore (el cual nada tiene que ver con el agente 007 Roger Moore) Donald Trump “echó toda la carne al asador” (como se acostumbra decir en México) e intervino abiertamente haciendo campaña a favor de Roy Moore, casi con desesperación.
¿Y por qué al egocéntrico y narcista Donald Trump le habría de preocupar tanto el asunto del triunfo o la derrota de Roy Moore? Por un asunto muy sencillo. Resulta que los Republicanos no tienen una mayoría aplastante en el Senado norteamericano, y cualquier cosa promovida por el presidente Donald Trump que se vaya a aprobar legislativamente por causa de los Republicanos en el Senado, sin ningún voto a favor de parte de los Demócratas, no se va a aprobar por amplio margen. De hecho, bastaba con que dos o tres Senadores Republicanos dieran marcha atrás para que los intentos de reformas por parte de los Republicanos se pudiera venir abajo. La mayoría Republicana en el Senado, en donde se gana o se pierde por un solo voto, está al borde del límite, y los Republicanos (y mucho menos el fanfarrón de Donald Trump) no se pueden dar el lujo de perder ningún escaño en el Senado ante los Demócratas. Por eso el resultado electoral en Alabama era casi casi una cuestión de vida o muerte para el Partido Republicano. Y para Donald Trump.
La triunfo de los Demócratas en Alabama no fue cualquier cosa. Se trata del primer triunfo en 25 años para un Senador demócrata en Alabama, uno de los estados con mayor inclinación republicana en el país, con lo que se demostró que en ése estado sureño ya no existe la lealtad incondicional al partido Republicano en la era Trump. La derrota de Roy Moore fue una gran humillación para el mandatario y una nueva herida para el Partido Republicano en el que ya se aqueja una profunda división. El triunfo de Jones, un ex fiscal federal de 63 años mejor conocido por procesar a dos miembros del Ku Klux Klan que asesinaron a cuatro niñas negras durante la infame explosión en una iglesia de Birmingham en 1963, reduce aún más la escueta mayoría republicana en el Senado federal a 51-49. En pocas palabras, a partir de YA!!!! el control absoluto que los Republicanos tenían en el Congreso está colgando de una horca, y con la derrota del partido Republicano en Alabama no es necesario hacer mucha presión para que la horca corte por completo la respiración.
Consciente de lo que significaría una derrota en Alabama para el partido Republicano, el presidente Donald Trump de última hora salió a respaldar al republicano Roy Moore a pesar de una serie de acusaciones de abuso sexual en su contra. La derrota de Roy Moore solo puede interpretarse como lo que es, una verdadera catástrofe para el partido Republicano, y sobre todo para Donald Trump.
En el lado opuesto, los partidarios jubilosos de Jones estallaron en vítores en su sede en Birmingham alrededor de las 10:27 p.m. cuando Fox News y otros medios de comunicación proyectaron al demócrata como ganador. La elección de Jones deja a los republicanos con una mayoría sin margen en el Senado y representa un revés para el presidente, quien apoyó a Moore a pesar de las acusaciones estremecedoras, y lo apoyó con entusiasmo. Horas antes de que ganara Jones, Trump dejó en claro que estaba ‘100 por ciento’ con Moore. “La gente de Alabama hará lo correcto. Doug Jones es proaborto, débil contra el crimen, la inmigración ilegal, malo para propietarios de pistolas y veteranos y se opone al muro. Jones es un muñeco de Pelosi y Schumer”, tuiteó Trump.
Con el maremoto que tuvo lugar en Alabama, parece que Estados Unidos, como país, ya empezó a dar marcha atrás al experimento Trump. Jones reemplazará a Jeff Sessions, quien se retiró del Senado al ser nombrado procurador general por Trump. Sessions fue ambiguo al preguntársele por quién votó. “Voté en ausencia, sí, y valoro la inviolabilidad de la votación”, dijo Sessions. “Yo diría que la gente de Alabama es buena, decente y maravillosa. Me enorgullecía servirles en el Senado. Tomarán la decisión correcta”, concluyó.
Al haber “echado toda la carne al asador” Donald Trump, y al haber sido derrotado su alfil, quedó demostrado que a estas alturas del juego el apoyo decidido de Donald Trump no es algo que pueda tener algún valor y ser garantía de triunfo, por el contrario, el aceptar el apoyo entusiasta del presidente Donald Trump en cualquier elección puede acarrear una severa derrota. Moraleja: aquellos políticos Republicanos que quieran mantener sus posiciones en Washington la pensarán dos veces antes de aceptar cualquier apoyo de Trump, y antes bien empezarán a distanciarse de Trump. El distanciamiento desde luego que no es meramente retórico. Los votantes norteamericanos estarán muy atentos a quienes voten a favor de cualquiera de las barbaridades de Trump. Y muy posiblemente estarán en disposición de emitir un voto de castigo en contra de tales políticos pro-Trump. Los votos de los Senadores que antes Trump tenía cien por ciento garantizados a su favor por cuestiones meramente partidistas ya no están allí de modo incondicional. Si lo que Trump proponga como enmienda legislativa enardece a la sociedad norteamericana, votar a favor de cualquiera de las locuras de Trump puede acarrear la venganza del electorado norteamericano y el fin de la carrera política de aquellos que insistan en ser ciegos partidarios de Trump. Eso empieza a llegar a su fin.
Aquellos que creen en las intercesiones de la Virgen de Guadalupe, sobre todo los centenares de millares de indocumentados latinos, posiblemente se dirán a sí mismos que en cierto modo sus plegarias fueron contestadas precisamente en el mismo día en que en México se le cantaron las mañanitas a la Virgen de Guadalupe. E inclusive aquellos que no son guadalupanos se pondrán a pensar en la curiosa coincidencia de alcances históricos.
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