jueves, 20 de septiembre de 2018

Jovencitas: un consejo para salvar la vida



Cada día va en aumento el número de jovencitas desaparecidas cuyos paraderos se desconocen por completo, y hay situaciones en las que esto podría ser evitado con la ayuda de Internet.

Aunque se puede suponer que en algunos casos las jovencitas que desaparecen son secuestradas en contra de su voluntad mediante el uso de la fuerza, lo cual no es fácil de llevar a cabo en algún lugar público como un centro comercial o una plaza pública en donde hay gente presente que en un momento dado puede colaborar con la policía en calidad de testigos presenciales, se puede suponer también que hay otros casos en donde algunas de las jovencitas desaparecidas fueron convencidas con engaños por alguien que conocieron a través de Internet en las redes sociales, supuestos “príncipes" que les prometen el cielo, la luna y las estrellas, los cuales las citan en algún lugar no tan público para supuestamente llevarlas a conocer una especie de paraíso, y las cuales una vez que se suben al carro ya no se les vuelve a ver nunca más. Y como son convencidas de que no le avisen a ninguno de sus familiares sobre el encuentro que se va a llevar a cabo, o sea el lugar en donde están siendo citadas así como la hora y el día en el que están siendo citadas, los familiares cercanos no están en condiciones de dar ninguna ayuda a las autoridades al no tener siquiera la más remota idea de lo que pudo haber sucedido.

Todo el poder, todo el dominio, todo el control que tienen estos tipos sobre las jovencitas a las que secuestran y desaparecen se basa en la creencia de ellos de que han logrado hacer un buen trabajo de convencimiento para que ellas no le digan a nadie con quién se van a ver o con quién se van a fugar, y los familiares de las jovencitas no tendrán manera de saber qué fue lo que sucedió al ignorar incluso en muchas ocasiones que la joven se ha estado comunicando con un desconocido a quien conoció en las redes sociales o en algún antro.

Hay una manera sencilla de protegerse de la posibilidad de acudir a una cita bajo engaños que puede terminar en un secuestro, y tal manera consiste en pedirle a una amiga de confianza que acompañe por separado a la joven que fue citada por ese “alguien” que conoció en las redes sociales, haciendo caso omiso de las peticiones que le haga el supuesto pretendiente de que no le diga absolutamente a nadie del encuentro.

La clave consiste en mantenerle en secreto al presunto galán el hecho de que cerca del lugar del encuentro habrá una amiga que no se identificará como tal y que no los acompañará una vez que la joven se suba al carro, la cual incluso no le dirigirá para nada la palabra a la joven guardando cierta distancia de su amiga, pero la cual estará tomando fotos con su teléfono celular del encuentro a cierta distancia y sobre todo del rostro que identifique al tipo.

Después de que la joven haya sido “levantada” presumiblemente con engaños y se la hayan llevado, la amiga por previo acuerdo subirá a Internet lo más pronto posible a alguna cuenta en las redes sociales o algún blog las fotos del encuentro con aquél desconocido. De este modo, cuando el engaño sea evidente y la joven se dé cuenta de que está siendo llevada a la fuerza en contra de su voluntad a otro destino completamente diferente e incierto, la joven le podrá decir al tipo algo que lo tomará completamente desprevenido y posiblemente hasta lo aterrorizará:
“Mira, te voy a confesar algo que no te dije en nuestros mensajes previos que intercambiamos en las redes sociales. Sin que tú lo supieras, sin que tú te dieras cuenta, una amiga mía que no te voy a decir quién es nos estuvo tomando fotografías desde cierta distancia con su teléfono celular sin que tú te dieras cuenta, y tomó también las fotografías de las placas de éste automóvil en el que me estás llevando a quién sabe qué lugar con quién sabe qué propósito. De este modo, tú ya estás perfectamente identificado mediante las fotografías que nos tomó mi amiga sin que tú te dieras cuenta, y éste carro está completamente identificado con todas sus características y hasta con el número de las placas del carro. ¿Me vas a decir que te engañé cuando tú me pediste y hasta me rogaste que acudiera sola a nuestro encuentro? Pues tú también me engañaste al mentirme convenciéndome con palabras engañosas de que me fugara contigo, así que estamos a mano. Yo tengo un plazo máximo de tres días para comunicarme con mi amiga para decirle que me encuentro bien. Pero si al cumplirse el plazo no me he podido comunicar con mi amiga, y tú insistes y no me regresas al mismo sitio en donde me recogiste en un plazo máximo de tres días desde la hora en que me recogiste, las fotos, o sea TUS fotos con las cuales tú puedes ser perfectamente identificado y localizado sobre todo si se les hace llegar las fotos a los noticieros, serán entregadas por mi amiga a mis familiares para que ellos notifiquen a las autoridades y se emitan órdenes de captura en tu contra, y te garantizo que puedes pasar mucho tiempo en la cárcel ¿No me crees? Pues te voy a dar un domicilio WWW en Internet para que lo cheques ahorita mismo, y verás algunas de las fotos que fueron tomadas. Hay más fotos, pero basta con que veas esas fotos para que te des cuenta de que si tratas de hacerme algún daño entonces vas a pagar por cualquier cosa que me hagas en contra de mi voluntad. ¡Anda, checa el domicilio en Internet, y ve nuestras fotos! Son las últimas fotos que se me tomaron, ahora junto contigo, y si después de tres días no me he comunicado con mi amiga para confirmarle que estoy bien sana y salva entonces tú vas a aparecer en los noticieros como el hombre más buscado. Adelante, revisa las fotos.”
Esta advertencia seguramente paralizará de pánico al tipo, al ver que la joven no es una tonta y darse cuenta de que ella simplemente no va a permitir ser convertida en una estadística más que un buen día desapareció sin que nadie volviera a saber de ella. En vez de terminar siendo una víctima más, la joven es la que estará en condiciones de poder refundir en prisión por el resto de su vida al secuestrador engañador si no la deja ir. Lo importante es que el tipo sepa que no ganará nada amenazando a la joven para que le llame a la amiga pidiéndole que las fotos sean removidas de Internet, al haber sido compartidas las mismas fotos (o el domicilio WWW en donde están las fotos) con otras amigas. Peor aún para el tipo, el sitio Web en donde las fotos están publicadas requiere de una contraseña que la joven desconoce, esa contraseña ni siquiera la conoce la amiga, solo la conoce una amiga de la amiga, y ya están aleccionadas de ir de inmediato a la policía en caso de que el tipo o los cómplices del tipo traten de llamar por teléfono a la amiga (sacándole a la joven con amenazas el número telefónico de la amiga) amenazándola para que remueva las fotos del sitio Web. En pocas palabras, se le tendrá copado por todas las vías posibles sin dejarle otra opción más que volver a dejar a la joven sana y salva en el mismo lugar en donde fue levantada por el tipo. Y con esta sencilla “táctica de guerra”, la joven podrá evitar ser una estadística más en el negocio de trata de personas, o peor aún una víctima de un feminicidio que difícilmente podrá ser esclarecido por las autoridades.

Se vale “jugarle sucio” a este tipo de gentes usando tretas para que el tipo que está tendiendo una trampa a una joven a la que supone imprecavida termine siendo el que cayó en una trampa tendida por la joven. Se vale de todo para “salvar el pellejo” y evitar con una acción como la que aquí se recomienda el terminar siendo la víctima de un feminicidio o la víctima de un negocio de trata de personas manejado por la delincuencia organizada.

Si la joven no quiere que sus familiares cercanos se enteren de alguna persona con la que se está viendo o citando fuera de casa o inclusive con la cual tiene intenciones de fugarse, lo anterior de cualquier modo se puede hacer sin que ninguno de sus familiares cercanos se lleguen a enterar de lo que sucedió. Ellos no tienen por qué andarse enterando de la existencia de dichas fotos, a menos de que la amiga no haya recibido noticia alguna de la joven después de cierto período razonable de tiempo en cuyo caso la amiga puede poner del conocimiento tanto a los familiares como a las autoridades de la identidad de la última persona con la cual se vió a la joven, lo cual puede traer consigo una resolución relativamente rápida de lo que puede considerarse ya como una desaparición forzada.

Usualmente, se considera riesgoso el andar subiendo fotos personales a Internet. Pero en este tipo de situaciones, cuando ya se ha tomado la decisión de citarse a escondidas o inclusive de fugarse con algún “pretendiente” desconocido al cual no se le conoce bien, esta medida de precaución puede ser el seguro de vida que le puede ayudar a muchas jovencitas a salvar sus vidas.



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