Este libro era utilizado en un curso de duración de un año impartido a nivel universitario, para enseñar a los principiantes a poder aprender a “escribir a máquina” en una máquina de escribir mediante la habilidad de la escritura al tacto, la cual consiste en poder escribir un documento viendo directamente hacia la página que se está escribiendo sin necesidad de tener que ver las teclas. En principio, una persona con tal habilidad puede escribir un documento de texto aunque le borren a todas las teclas las letras individuales del alfabeto con las que está asociada cada tecla. Aunque nos parezca raro que algo que solía ser considerado como un oficio propio de las secretarias pudiera ser considerado como digno de un curso propio de una universidad, con duración de un año, esto es indicativo de la importancia que se le daba en aquél entonces a la escritura al tacto para poder elaborar documentos profesionales ya sea para la publicación de trabajos científicos, para la elaboración de comunicaciones legibles (la letra manuscrita de muchos suele ser difícil de interpretar y leer), para la elaboración de documentos legales, la elaboración de tesis de disertación Doctoral y de Maestría, en fin, las aplicaciones eran ilimitadas. En esos tiempos, la inversión importante consistía no en una computadora casera (las cuales no existían en la década de los setentas) sino en una máquina de escribir mecánica de buena calidad,como una Underwood o una Olivetti:
La ventaja indudable era que estas máquinas de escribir no consumían corriente eléctrica y por lo tanto no estaban propensas a las fallas en el suministro de energía eléctrica. Pero las desventajas eran muchas, tales como la inhabilidad de poder guardar documentos en formato electrónico, requiriendo cambios constantes de cartuchos de tinta y el uso de hojas de papel en blanco. Y, desde luego, la desventaja principal de que era sumamente engorroso corregir errores al teclear una tecla incorrecta, requiriendo un borrador de goma a la mano todo el tiempo.
El advenimiento de las computadoras caseras, utilizando un teclado para poder comunicarse con el interior de la máquina, introdujo al principio la mala costumbre de ignorar por completo la escritura al tacto, ya que en realidad muchos no estaban dispuestos a invertir tiempo alguno en poder escribir sin necesidad de tener que ver cada tecla. Estamos hablando de los años ochenta cuando la calidad de los documentos elaborados con las impresoras de matriz de puntos o impresoras matriciales era inferior a la calidad de las letras impresas obtenidas con una máquina de escribir, además de que el costo total de una computadora con un buen programa de procesamiento de texto como WordStar podía duplicar al costo de una máquina de escribir mecánica.
Las computadoras caseras contemporáneas ofrecen la ventaja de que antes de que se lleve a cabo la impresión de un documento se puede revisar el documento buscando errores, y estos se pueden corregir de inmediato antes de que se lleve a cabo la impresión, con lo cual los borradores de goma han pasado a los libros de Historia. Ofrecen también la ventaja de que la computadora, con un buen procesador de texto, puede checar la ortografía y sugerir correcciones a un documento. Es a partir del inicio del tercer milenio cuando virtualmente desaparecen todos los fabricantes de máquinas de escribir mecánicas, al no estar en condiciones de poder competir con las ventajas ofrecidas por las computadoras caseras operando bajo un buen procesador de palabras.
El aprendizaje de la escritura al tacto sin necesidad de tener que ver cada una de las teclas del teclado para confirmar lo que estamos escribiendo no ofrece más dificultades que las que pueda ofrecer el aprender a tocar la guitarra. El aprendiz de músico que está tratando de aprender a tocar la guitarra empieza por reconocer los puntos exactos que deben ser oprimidos en el mástil de la guitarra para poder obtener cada acorde musical. Las combinaciones posibles para esto son las siguientes:
y en la siguiente fotografía tenemos una muestra del posicionamiento de algunos de los dedos sobre el mástil de la guitarra para obtener acordes:
Una vez que se han estudiado todas estas combinaciones de las cuerdas que deben ser oprimidas así como los puntos en donde deben ser oprimidas para obtener cada tono musical, el siguiente paso consiste en lograr el dominio de las mismas de la única manera en la que se puede lograr: para aprender a tocar la guitarra hay que estar tocando la guitarra tratando de interpretar con la ayuda de ella algunas canciones conocidas. Es lo mismo que aprender a caminar, se aprende caminando. No hay otra manera de hacerlo, por más cursos teóricos que se quieran dar de ello. Pasado cierto tiempo, el guitarrista ya no tiene necesidad de ver las cuerdas que están siendo oprimidas en el mástil ni los puntos en los que están siendo oprimidas las cuerdas porque sus dedos ya aprendieron los lugares exactos que tienen que ser presionados para obtener cada tono musical. Es muy raro el guitarrista que tiene que estar viendo hacia su mano izquierda para asegurarse de que está oprimiendo en los lugares correctos, y por el contrario no es raro ver en la vía pública algunos ciegos que para ganarse la vida tocan este instrumento musical cantando algunas canciones. Los dedos son capaces de poder memorizar las tareas rutinarias y repetitivas que se les encomiendan, lo cual simplifica las tareas dejándolo todo a la ejecución en forma automática y subconsciente de aquello a lo que ya se aprendió a darle un automatismo mecánico.
Aprender escritura al tacto tiene sus ventajas. La principal ventaja es que una persona que tenga que ver cada tecla que sea golpeada (o mejor dicho, tocada) por uno de sus dedos pierde mucho tiempo en esta operación repetitiva de tener que estar viendo cada tecla que está utilizando. Una persona que tenga que escribir de esta manera (viendo cada tecla) puede esperar escribir con mucha práctica alrededor de unas 25 palabras por minuto. En cambio, la misma persona, una vez adiestrada en la escritura al tacto, puede esperar escribir razonablemente entre 50 y 60 palabras por minuto. Entre las páginas del libro 20th Century Typewriting de David Daniel Lessenberry citado arriba, aparece la fotografía de Norman Saksvig, un campeón mundial de mecanografía, el cual podía escribir a razón de ¡180 palabras por minuto!, lo cual lo convirtió en portavoz de la empresa Smith-Corona:
¿Pero realmente se requiere de un año de práctica para poder aprender a escribir al tacto? Mi experiencia personal es que no, e inclusive en cuestión de unos cuantos meses cualquiera puede estar escribiendo un buen repertorio de palabras sin necesidad de tener que ver el teclado. Más aún, si esta linda chiquilla lo puede hacer a su edad (y no se trata de una chiquilla “fenómeno”, ella es como cualquier otra chiquilla de su clase):
entonces cualquiera debe poder aprender a escribir al tacto con un tiempo moderado de práctica. De esto es de lo que trata este “Curso breve de mecanografía”. No tengo intención alguna de poner aquí algo extenso que se lleve un año para poder apreciar y disfrutar los resultados, como tampoco tengo tiempo para elaborar algo así. Esto tiene la intención de ser algo práctico, de aplicación inmediata.
En la actualidad, gracias al uso de las computadoras caseras, tenemos una ventaja sobre los estudiantes de mecanografía de antaño: no tenemos ningún sentimiento de culpa por estar consumiendo docenas de cartuchos de tinta y cientos y cientos de hojas de papel en blanco sin ningún otro propósito útil más que aprender a escribir al tacto, por estar echando a perder tantos materiales de oficina durante nuestro aprendizaje.
Curiosamente, si a la mayoría de los que aprenden a “escribir al tacto” se les pregunta por la distribución específica de cada letra en el teclado, por ejemplo si se les pregunta cuál es la letra que corresponde a la tecla que está a la derecha de la tecla “h” en los teclados convencionales, lo más probable es que la gran mayoría ni siquiera tendrá una idea de la respuesta correcta. Esto se debe a que ningún buen mecanógrafo se aprende de memoria la distribución de los caracteres alfabéticos en el teclado. Son los dedos de las manos los que se “aprenden” la posición de la tecla que le corresponde a cada carácter alfabético en el teclado. Son nuestros dedos los que se tienen que “aprender” la tecla que debe ser golpeada según se requiera, no nosotros conscientemente. Una vez que se ha aprendido a escribir al tacto, el procedimiento se vuelve mecánico, inconsciente, y casi ni nos damos cuenta de cómo reacciona cada dedo a la letra del alfabeto que queremos escribir. Es algo así como aprender a manejar en bicicleta. El que sabe manejar en bicicleta no se pone a pensar en cómo se tiene que balancear su columna vertebral sobre el asiento y cómo se tienen que coordinar los músculos de sus pies, de sus piernas, de su espalda, de sus brazos y de sus manos para poder mantener el equilibrio. El ciclista simplemente sabe que de alguna manera su mente subconsciente se las arregla de algún modo para controlarlo todo, y él simplemente se dedica a disfrutar del viaje y de la experiencia.
La distribución de las teclas en los teclados de las computadoras caseras difiere muy poco de la distribución de las teclas que se utilizaba en las máquinas de escribir mecánicas, conocida como la distribución QWERTY. Este nombre curioso proviene de la distribución de caracteres en el renglón superior de teclas en el teclado. El teclado QWERTY está lejos de ser la más eficiente para escribir en inglés, pues exige al mecanógrafo mover sus dedos entre filas para teclear las letras más comunes. Una historia popular sugiere que la distribución QWERTY fue usada en las primeras máquinas de escribir porque era deliberadamente ineficiente y ralentizaba a los mecanógrafos, de forma que reducía la frecuencia con la que las barras de tipos se enganchaban atascando la máquina (un problema común que le sucedía a los mecanógrafos “campeones” capaces de escribir a razón de más de 60 palabras por minuto). Otra historia es que la distribución QWERTY permitía a los primeros vendedores de máquinas de escribir impresionar a sus clientes al permitirles mecanografiar fácilmente la palabra de ejemplo «typewriter» (‘mecanógrafo’), debido a que para ello sólo se necesita pulsar teclas de la fila alta del teclado. La explicación más probable, desde luego, es que la distribución QWERTY fue diseñada para reducir la posibilidad de atascos internos, al situar las combinaciones más comúnmente usadas lejos unos de otras en el interior de la máquina.
Si vamos a aprender a escribir al tacto, lo primero que tenemos que aprender es a adoptar una postura correcta para ello. La postura correcta ideal es la siguiente:
Una postura incorrecta vendría siendo la siguiente:
La razón por la que esta última postura es incorrecta es que, además de alejar los dedos demasiado del teclado, aumenta la distancia entre nuestros ojos y el monitor, forzando la vista en demasía (la deformación en la columna vertebral por la mala postura es extra). Del mismo modo, no es muy recomendable adoptar una postura en la cual estemos inclinados agachados hacia el frente con los ojos muy cerca de la pantalla del monitor, ya que además de contribuír a formarnos una joroba a largo plazo conforme envejecemos, la cercanía al texto que estamos escribiendo puede forzar la vista dando inicio a una miopía que irónicamente nos requiera estar cada vez más y más cerca de la pantalla. A continuación vemos al ex-campeón mundial Norman Saksvig mencionado arriba mostrándonos la postura correcta:
Bueno, dije que esto sería algo práctico, así que pondremos de inmediato manos a la obra.
Para empezar, dejaremos en claro que a cada tecla que representa su caracter alfabético le corresponde uno de los dedos de una de las manos, y siempre será el mismo dedo de la misma mano. En ningún momento le corresponderán a una misma tecla dos dedos diferentes ya sea de la misma mano o de ambas manos. Esto será inmutable, no cambiará en lo absoluto de aquí en adelante.
Viendo un teclado convencional, podemos apreciar tres renglones de caracteres alfabéticos (confirme ésto el lector en el teclado de su propia computadora):
Q W E R T Y U I O P
A S D F G H J K L ;
Z X C V B N M , .
Ahora revelaremos aquí el gran secreto de los buenos mecanógrafos que han aprendido bien la escritura al tacto. Viendo a una secretaria eficiente llevar a cabo su tarea, sus dedos parecen “volar” sobre todo el teclado, lo cual nos puede dejar maravillados ante la habilidad desplegada para que sus dedos puedan “flotar” sobre todas las teclas moviéndose rápidamente unos tras otros. Todos los dedos parecen estarse moviendo al mismo tiempo. Sin embargo, sólo se está moviendo un dedo a la vez. En un momento dado, se pueden estar moviendo dos dedos a la vez, pero cuando tal cosa ocurre un dedo tiene que ser de la mano izquierda y el otro dedo tiene que ser de la mano derecha, y esto no significa que se requieran oprimir dos teclas al mismo tiempo para oprimir una letra, sino que la opción para que cierta letra pueda ser escrita como MAYUSCULA o como minúscula se obtiene con la tecla que se encarga de hacer el cambio cuando es oprimida simultáneamente. Pero esto es tan solo una parte del gran secreto. La otra parte es que los demás dedos de ambas manos que no se están moviendo hacia alguna tecla están descansando siempre en el renglón medio del teclado, tocando apenas ligeramente cada tecla pero sin oprimirla. De este modo, todas las letras que corresponden al renglón medio del teclado están accesibles de manera inmediata con sólo oprimirlas. Y las otras letras que están arriba o abajo del renglón medio se pueden obtener individualmente, una a la vez, estirando hacia arriba o hacia abajo el único dedo que se estará utilizando para cada letra, con todos los demás dedos reposando siempre en la parte media del teclado pero sin oprimir las teclas.
De aquí en adelante, el lugar desde el cual empezaremos a trabajar será siempre el segundo renglón. Es en donde posicionaremos nuestras manos al inicio de cada sesión y es en donde tendremos situado el conjunto de nuestros dedos todo el tiempo a excepción del dedo solitario que se esté moviendo hacia arriba o hacia abajo (estirándolo un poco) para acceder a cierta tecla en un renglón superior de teclas o en el renglón inferior de teclas.
Obsérvese que los dedos pulgares de ambas manos estarán posicionados siempre sobre la barra de espaciado que está debajo del tercer renglón.
Habíamos dicho que a cada dedo le corresponde una tecla, una letra del alfabeto. Como podemos ver en la figura de arriba, esto significa que:
Al dedo meñique de la mano izquierda le corresponde la letra ABien, es tiempo de empezar a hacer algunos ejercicios y poner manos a la obra. No es necesario contar con un procesador de documentos sofisticado. Podemos usar el simple bloc de notas que viene incluído en los principales sistemas operativos como Linux y las versiones de Windows fabricadas por Microsoft.
Al dedo anular de la mano izquierda le corresponde la letra S
Al dedo medio de la mano izquierda le corresponde la letra D
Al dedo índice de la mano izquierda le corresponde la letra G
Al dedo índice de la mano derecha le corresponde la letra J
Al dedo medio de la mano derecha le corresponde la letra K
Al dedo anular de la mano derecha le corresponde la letra L
Al dedo meñique de la mano derecha le corresponde el símbolo semicolon ;
EJERCICIO # 0
Tiempo recomendado de práctica: Al gusto del lector.
El primer ejercicio, el ejercicio cero, consistirá en aprender a poner los dedos correctamente en el teclado antes de empezar a escribir absolutamente nada, de preferencia sin ver el teclado en lo absoluto.
Suponiendo que estuviéramos ciegos, ¿cómo sabríamos en dónde situar los dedos en el teclado para que el dedo índice de la mano izquierda se sitúe en la tecla que corresponde a la letra F, y para que el dedo índice de la mano derecha se sitúe en la tecla que corresponde a la letra J?
Si el teclado de nuestra máquina es un buen teclado y no uno de esos teclados baratos y corrientes que suelen omitir detalles importantes, podremos darnos cuenta de que precisamente las teclas que corresponden a las letras F y J tienen unas prominencias o unas muescas que delatan su presencia al tacto. Cerrando los ojos y pasando nuestros dedos sobre el teclado, encontraremos estas dos teclas con estas prominencias o muescas que nos permitirán poner el dedo índice de la mano izquierda en la tecla que corresponde a la letra F, y el dedo índice de la mano derecha en la tecla que corresponde a la letra J. Hecho esto, puesto que las demás teclas están una al lado de la otra sobre el mismo renglón medio del teclado, terminaremos con el dedo meñique de la mano izquierda situado en la tecla que corresponde a la letra A, y con el dedo índice de la mano derecha situado en la tecla que corresponde al símbolo del semicolon (;). Repítase esto hasta que se pueda llevar a cabo de modo casi automático.
Sin embargo, si el teclado de nuestra máquina no ofrece ninguna pista para que podamos localizar al tacto las teclas F y J, entonces no quedará más remedio que poner el dedo índice de la mano izquierda sobre la tecla F viendo la tecla, poner el dedo índice de la mano derecha sobre la tecla J viendo la tecla, acomodando tras esto los demás dedos en las teclas que les corresponden.
EJERCICIO # 1
Tiempo recomendado de práctica: 10 minutos
El propósito de este primer ejercicio es empezar a enseñarle a los dedos de ambas manos las teclas que les corresponden en el renglón medio del teclado. Queremos escribir lo siguiente sin ver el teclado para nada (las letras en negrita simbolizan letras escritas con la mano izquierda, mientras que las letras en rojo simbolizan letras escritas con la mano derecha):
asdf;lkj
asdf;lkj
asdf;lkj
asdf;lkj
.
.
.
Para obtener esto, tocamos ligeramente la tecla a con el dedo meñique de la mano izquierda, la tecla s con el dedo anular de la mano izquierda, la tecla d con el dedo medio de la mano izquierda, y la tecla f con el dedo índice de la mano izquierda. Tras esto, tocamos ligeramente la tecla ; con el dedo meñique de la mano izquierda, la tecla l con el dedo anular de la mano izquierda, la tecla k con el dedo medio de la mano izquierda, y la tecla j con el dedo índice de la mano izquierda, estirando un poco el dedo meñique de la mano derecha para oprimir tras esto la tecla Enter o “tecla del salto hacia la siguiente línea” (a veces llamada tecla Intro en los teclados en Español). Aunque esta operación se pueda hacer con mucha rapidez, es muy importante no oprimir dos teclas contiguas al mismo tiempo (este accidente involuntario es algo que suele limitar a los campeones de escritura al tacto en los récords que pueden imponer). Podemos simbolizar dinámicamente este ejercicio con un archivo gráfico animado de la siguiente manera (cada tecla que se vaya oprimiendo será representada con un color amarillo, la opresión de la tecla para el salto a la línea siguiente de texto se representará con un color café):
EJERCICIO # 2
Tiempo recomendado de práctica: 10 minutos
En el ejercicio anterior aprendimos a escribir al tacto varias de las letras que corresponden al renglón medio del teclado. Sin embargo, nos faltan las teclas f y g. Para escribir la letra f estiramos un poquito el dedo índice de la mano izquierda hacia la derecha, y para escribir la tecla g estiramos un poquito el dedo índice de la mano derecha hacia la izquierda. De este modo, tenemos el siguiente ejercicio ampliado con el cual nuestros dedos tienen acceso a todas las teclas alfabéticas situadas en el renglón central del teclado. Se recuerda nuevamente que esto lo queremos escribir sin ver el teclado para nada, y en todo caso si cometemos alguna equivocación al escribir tendremos que acostumbrarnos a obtener la confirmación de la pantalla del monitor de la computadora:
asdfg;lkjh
asdfg;lkjh
asdfg;lkjh
asdfg;lkjh
.
.
.
Podemos simbolizar dinámicamente este ejercicio con un archivo gráfico animado de la siguiente manera:
EJERCICIO # 3
Tiempo recomendado de práctica: 10 minutos
Seguramente el lector ya está familiarizado con el uso de la barra espaciadora para poner espacios en blanco entre las palabras. Agregaremos ahora la barra espaciadora al ejercicio anterior para poner dos espacios en blanco entre el conjunto de caracteres asdfg y ;lkjh. La buena práctica nos dice que para insertar espacios en blanco entre letras o palabras, se recomienda utilizar el dedo pulgar de la mano derecha. Sin embargo, ya que se tenga un poco más de práctica, podemos torcer un poco esta regla permitiéndonos utilizar también el dedo pulgar de la mano izquierda para oprimir la barra espaciadora y meter así espacios en blanco ya sea entre letras o entre palabras.
Con lo anterior en mente, el lector hará el siguiente ejercicio sin ver el teclado para nada, obteniendo cualquier confirmación en la pantalla del monitor de la computadora:
asdfg ;lkjh
asdfg ;lkjh
asdfg ;lkjh
asdfg ;lkjh
.
.
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Podemos simbolizar dinámicamente este ejercicio con un archivo gráfico animado de la siguiente manera (la opresión repetida de la tecla con el dedo pulgar de la mano derecha para el espaciado en blanco se representará con un color café, obsérvese que de este modo se están metiendo dos espacios en blanco en lugar de uno solo):
Con estos ejercicios tenemos suficiente para la primera lección. Pasaremos a la siguiente lección en cuanto el lector haya llevado a cabo estos ejercicios y se sienta cómodo con el avance que está logrando.
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