viernes, 29 de agosto de 2014

Honduras promueve emigración ilegal de su gente

Posiblemente actuando en respuesta a numerosos señalamientos como el que fue asentado aquí en la entrada  titulada “La advertencia sombría del Senador Gramm” publicada el 12 de julio de 2014 en donde se observa el libre uso que hacen en México miles de indocumentados centroamericanos del ferrocarril conocido como La Bestia para viajar desde la frontera sur de México hasta la frontera norte usando a México como trampolín para ingresar ilegalmente a los Estados Unidos, a mediados de agosto de 2014 el gobierno de México anunció que tomaría medidas para evitar que los indocumentados centroamericanos recurran a ese medio por considerarlo de alto riesgo para los que se suben a la parte superior de los vagones corriendo el riesgo de caerse o de salir lastimados las veces que La Bestia se descarrila por “exceso de equipaje”.

En lo que tal vez sea el colmo del  asunto, la primera dama de Honduras, en vez de ponerse a trabajar junto con su marido para crearle empleos a su propia gente y reducir las desigualdades que hay en su país relacionadas con la desigualdad en la distribución de la riqueza (además de promover con carácter urgente programas de planificación familiar), se pronunció a favor de que México les proporcione a los hondureños una alternative de tránsito segura para que puedan llegar hasta la frontera con los Estados Unidos y así poder tratar de meterse sin visa alguna en calidad de ilegales.

Una nota que confirma lo anterior es la que con el encabezado “Propone Honduras ruta segura para migrantes” publicada en medios como EL UNIVERSAL el 21 de agosto de 2014 dice esto: “El gobierno de Honduras aseguró que respetará la decisión del Gobierno de México de regular y en su caso, impedir que los migrantes se suban al tren conocido como “La Bestia” que es utilizado en su trayecto para llegar a Estados Unidos.  La primera dama de Honduras, Ana García de Hernández, propuso que si se llegara a concretar esta iniciativa, se trabaje de manera conjunta con la nación mexicana para abrir una ruta alterna segura para el flujo de migrantes. En conferencia de prensa desde un hotel en el Distrito Federal la mujer que dirige la Fuerza de Tarea del Niño Migrante, que apoya el retorno de los menores deportados de México y Estados Unidos, expuso su opinión en este tema. “Creo que es una decisión muy del Estado Mexicano y nosotros vamos a respetarlo. Sin embargo, si entendemos también el peligro que enfrentan cada uno de estos migrantes. No lo podemos desconocer. Tal vez lo que deberíamos de trabajar es en una ruta alternativa que pudieran usar los migrantes para poder apoyarles y acompañarles en este tránsito a través de la República Mexicana”. De acuerdo con la información estadística de lo que va de 2014, México ha reintegrado a sus países de origen a 14 mil 907 menores migrantes centroamericanos no acompañados, de los que 6 mil 330 son hondureños. Es para la atención en la ruta del migrante, que la primera dama informó de la apertura de cuatro nuevos consulados en México para el apoyo de las zonas más transitadas. “Tampoco puedo desconocer la cantidad de personas que regresan mutilados a mi país por el uso de La Bestia, jóvenes, madres y hombres que se ven en una situación difícil, sin contar aquellos que mueren por este tipo de transporte. Por ello creo que podemos trabajar para establecer una ruta segura”, indicó. La esposa del mandatario hondureño Juan Orlando Hernández se encuentra en México el propósito de visitar los albergues donde se encuentran niños migrantes hondureños, así como para entrevistarse con autoridades mexicanas.  Al ser cuestionada sobre si considera que en México se respetan los derechos humanos de los migrantes, indicó que no visita el país para juzgar, sino más bien para hacer alianzas estratégicas. Sin embargo, reconoció que las propias autoridades migratorias le dijeron que a pesar de todos los esfuerzos para tener a los migrantes con todas las comodidades, los lugares no dejan de ser centros de detención. Además ha recibido información de organizaciones no gubernamentales de que los hondureños se quejan de la comida que les dan durante su detención y de algunos maltratos. Aseguró además que en la atención al fenómeno migratorio no se debe solamente reforzar la seguridad en la frontera, sino de atender el problema de raíz. Aseguró que en Honduras se tiene toda una estrategia de recibimiento digno de las familias que han sido repatriadas a su país, donde se incluye la protección a menores que son amenazados por pandillas como las maras. La esposa del mandatario hondureño Juan Orlando Hernández se encuentra en México con el propósito de visitar los albergues donde se alojan niños migrantes hondureños, así como para entrevistarse con autoridades hondureñas.”

La nota no deja dudas al respecto. El gobierno de Honduras quiere que México proporcione una ruta segura para que los hondureños que están huyendo de la pobreza y la falta de oportunidades de empleo en Honduras puedan trasladarse por territorio mexicano en sus aspiraciones para meterse a los Estados Unidos. Esto además de centros de ayuda que ya hay en México como Hermanos en el Camino (en Oaxaca) o la Casa del Migrante en Tijuana. Solo falta que Honduras quiera que México les pague albergue, alimentación y hospedaje en hoteles de cinco estrellas a todos los hondureños en su tránsito por México hacia los Estados Unidos.

Por su parte, los defensores en Estados Unidos de los derechos de los migrantes indocumentados están exigiendo que se les proporcione asilo a los menores de edad centroamericanos que ya están en territorio norteamericano además de que se extienda la misma consideración a los menores de edad que vayan llegando. Si realmente estas caritativas y piadosas organizaciones derechohumanistas norteamericanas quieren ayudar a los menores de edad centroamericanos facilitándoles su permanencia legal en los Estados Unidos, muy bien podrían enfocar mejor sus esfuerzos en presionar a sus congresistas proponiendo la aprobación de una nueva ley migratoria que diga algo como lo siguiente:
Immigration Initiative for Undocumented Minors: Todos aquellos migrantes indocumentados que ingresen a territorio norteamericano y que sean menores de edad, por el solo hecho de ser menores de edad recibirán de inmediato una visa de residencia permanente que les permita quedarse por tiempo indefinido en territorio norteamericano, teniendo permiso para buscar empleo, recibir asistencia del gobierno norteamericano en caso de que no tengan recursos económicos para sostenerse, recibir ayuda gubernamental para gastos médicos, además de tener derecho de asistir a escuelas públicas en cualquier parte de la Unión Americana sin pagar ningún tipo de colegiatura. A todos los menores de edad que ingresen en calidad de indocumentados a los Estados Unidos se les dará la visa de residencia permanente sin que tengan que cumplir ningún requisito; no se les pedirá que se hagan ningún chequeo médico, no se les pedirá comprobante de no-antecedentes penales, y si se tiene que hacer algún trámite burocrático todos los gastos correrán en su totalidad por cuenta del gobierno federal, no se les pedirá que cuenten con alguna escolaridad mínima, ni se les pedirá que demuestren que cuentan con algún familiar en Estados Unidos que los ayude en su sostenimiento”
Si los grupos derechohumanistas norteamericanos logran que se apruebe una ley en los términos dados arriba, ya no habría menores de edad indocumentados en los Estados Unidos, porque todos ellos tendrían su residencia legal expedida en forma automática e inmediata por el solo hecho de haber llegado a territorio norteamericano. Inclusive no tendrían que atravesar territorio mexicano para ingresar a los Estados Unidos, podrían tomar vuelos directos desde Guatemala, Honduras o El Salvador hacia los Estados Unidos con la seguridad de que no serían regresados de nuevo y por el contrario serían atendidos con prontitud por amables agentes migratorios que el mismo día con una sonrisa les darían su visa de residencia permanente en los Estados Unidos. Esto es algo que la primera dama de Honduras y su esposo el presidente de Honduras seguramente aplaudirían.

El único riesgo a largo plazo para Honduras es que, a juzgar por las cantidades de hondureños que están siendo repatriados tras ver frustrado su intento por ingresar como indocumentados a los Estados Unidos, si Estados Unidos le otorga en forma automática residencia permanente a todos los menores de edad hondureños que quieran radicarse en los Estados Unidos, posiblemente la gran mayoría (por no decir la totalidad) de los niños y jóvenes hondureños se irían a vivir a los Estados Unidos. Honduras se quedaría sin sus niños y jóvenes. Honduras perdería a su juventud. Honduras perdería su futuro. A fin de cuentas, todo tiene un costo, y casi nada en la vida es tan gratis como parece. Y esto es algo en lo que no han pensado bien ni la primera dama de Honduras ni su esposo.

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