El gigante farmacéutico suizo Novartis reveló el sábado 30 de agosto de 2014 los resultados del esperado estudio durante el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología que tiene lugar este fin de semana en Barcelona, España. Los resultados fueron publicados simultáneamente en la revista estadounidense New England Journal of Medicine. Novartis prevé ahora solicitar a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, por su sigla en inglés) la autorización necesaria para comercializar la nueva droga para finales de 2014, así como obtener su equivalente en la Unión Europea para 2015.
La insuficiencia cardiaca impide al corazón bombear suficiente sangre a los órganos, lo que provoca falta de aire, fatiga y retención de líquidos en miembros inferiores. A pesar de los tratamientos existentes, la tasa de mortalidad por insuficiencia cardíaca sigue siendo elevada. Cerca de 50% de los pacientes muere durante los cincos años posteriores al diagnóstico. Los medicamentos que tratan este tipo de condición se basan en el mismo mecanismo bioquímico en el que se basan los inhibidores ACE, cualquiera de los cuales es esencialmente un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina.
Según varios analistas, este nuevo tratamiento con LCZ696 podría ganar gran aceptación y superar los mil millones de dólares en ventas anuales
Lo anterior es la buena noticia.
La mala noticia (tal parece que las buenas noticias y las malas noticias siempre llegan en pares, motivo por el cual en México se acostumbra decir “te tengo dos noticias, una buena y una mala; díme cuál de las dos quieres primero”) es que dada la complejidad en los procesos de manufactura, muy probablemente el LCZ696 será un medicamento caro, según el analista Tim Anderson, de la firma Sanford C. Bernstein, citado por el New York Times. Según Anderson, este tratamiento podría costar siete dólares diarios en Estados Unidos, o 2 mil 500 dólares anuales, cuando las versiones genéricas de los otros tratamientos contra la insuficiencia cardiaca pueden costar unos 4 dólares por día.
Los enfermos que padecen de insuficiencia cardiaca y que poseen recursos económicos suficientes bien harían en cambiar de medicamento al LCZ696 en cuanto esté disponible en el mercado en sus propias comunidades, que al fin y al cabo el dinero que tienen no se lo van a llevar al más allá, y bien harían en darse a sí mismos esta oportunidad para una mejor calidad de vida viviendo un tiempo adicional que de otro modo no habrían esperado vivir.
En cuanto a los enfermos con insuficiencia cardiaca que no cuentan con suficiente dinero en sus bolsillos para adquirir el nuevo tratamiento, pues... ni modo. Razón de más por la cual aquellos que pertenecen a estratos sociales con bajas percepciones económicas traten de seguir un estilo de vida saludable, evitando llevar una vida sedentaria, evitando el tabaco, evitando las comidas rápidas y grasosas, y evitando el estrés, lo cual a la larga sale mucho más económico que las estancias en el hospital y los tratamientos con medicamentos como el LCZ696.
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