Un problema que a muchas personas les causa pena discutir incluso con sus propios familiares y su doctor es el problema de las hemorroides, por la zona del cuerpo en la cual aparecen, precisamente la zona más privada y menos expuesta que suele ser no solo objeto de chistes crueles, sino el punto de expulsión del material de desecho más sucio y desagradable producido por el cuerpo.
Hay una máxima importante que se debe tener en mente antes de recurrir a cualquier tipo de tratamiento para el alivio de las hemorroides:
Tratándose de las hemorroides, cada caso es diferente y no hay dos casos exactamente iguales.
Hay casos en los cuales, después de un tratamiento antihemorroidal no quirúrgico con la aparente desaparición de las hemorroides, las hemorroides pueden regresar dos años después al mismo sitio en el cual habían estado presentes por vez primera. Y hay otros casos en los cuales, después de un tratamiento antihemorroidal no quirúrgico, las hemorroides no se vuelven a presentar nunca mas en el paciente. Esto depende de muchos factores tales como el estilo de vida de la persona, los hábitos alimenticios de la persona, y hasta las costumbres sexuales de la persona. El problema para dar una prognosis a largo plazo es que una vez que una hemorroide ha hecho su aparición en un sitio la “pared” en ese sitio ha quedado debilitada, El problema de las hemorroides se puede equiparar al problema de las varices que afectan a mujeres de edad madura, sobre todo a las que padecen sobrepeso (aunque se pueden presentar en personas delgadas), y de hecho las hemorroides son varices que se presentan no en las piernas sino en una parte del cuerpo que por años ha estado sometida a esfuerzos duros sobre todo cuando se padece de estreñimiento o de diarreas fuertes.
Aún así, se pueden dar algunas indicaciones generales que en muchos casos permiten reducir las hemorroides a un problema manejable. Ya se habló en esta bitácora en un trabajo previo sobre los pasos que se pueden tomar cuando un problema hemorroidal se combina con una inflamación de la próstata o del recto (proctitis). Algunas de las recomendaciones que se dieron allí también son de utilidad cuando no se padece de prostatitis pero se padece de infecciones que complican un problema de hemorroides.
Antes de entrar en detalles sobre una estrategia general de tratamiento, vale la pena tomar conocimiento de algunos detalles que nos permitirán comprender mejor el asunto que estamos manejando y el cual preocupa a miles de personas afectadas por este tipo de padecimiento.
Hablando en términos generales, las hemorroides son venas hinchadas o dilatadas que se encuentran en el ano o parte baja del recto y que pueden ser dolorosas e incluso pueden provocar sangrado. Las hemorroides aparecen debido a un incremento en la presión de las venas del ano, lo que provoca su abultamiento, haciéndolas dolorosas sobre todo al sentarse. Existen 3 tipos de hemorroides:
• Internas, como su nombre lo indican, estas se encuentran dentro del recto, y normalmente no son dolorosas, aunque pueden llegar a sangrar. Estas hemorroides no son sensibles al tacto precisamente porque están por dentro.
• Externas, estas se encuentran alrededor del ano así como en la parte exterior y pueden ser dolorosas ademas de causar comezon y ardor. Es fácil descubrir la aparición de las mismas cuando se está bañando porque basta con tocar la zona del recto (sin introducir el dedo dentro del recto, desde luego) para sentir lo que al principio se puede confundir con un barro. Este tipo de hemorroides suelen ser las más molestas, ya que además de provocar comezón pueden provocar sangrados que son visibles porque dejan rastro en el papel sanitario cuando se va a defecar.
• Mixtas, cuando se presentan tanto hemorroides internas como externas al mismo tiempo.
Entre las principales causas de la aparición de las hemorroides pueden citarse el embarazo y el estreñimiento, aunque también las personas que padecen diarreas frecuentes por alguna infección estomacal o intestinal no atendida apropiadamente son propensas a desarrollar hemorroides. En el primer caso, su aparición se debe al gran esfuerzo que la mujer realiza durante el parto, mientras que la aparición de hemorroides por estreñimiento se debe a los grandes esfuerzos que se realizan al defecar. En el caso de diarreas persistentes, el humedecimiento constante de la zona rectal con líquido fecal que puede contener incluso altos niveles de ácido (el estómago posee una amplia cantidad de ácido clorhídrico usado en los procesos digestivos) también puede ocasionar un reblandecimiento de las paredes musculares circundantes a las venas del recto, ocasionando que en un punto débil la vena sobresalga inflándose y convirtiéndose en una hemorroide. Otras causas menos frecuentes en la aparición de hemorroides son el permanecer parado por largos periodos de tiempo, o al revés el permanecer sentado en un mismo sitio por largos períodos de tiempo (esto suele ocurrir en personas que casi todo el tiempo tienen que estar sentadas en su trabajo frente a una computadora), así como las infecciones anales, y aunque es poco común, en enfermedades como cirrosis hepática.
Las hemorroides se pueden presentar en cualquier persona sin importar su edad o género. Es falso que solo se presenten en personas de edad avanzada. Cuando aparece la primer hemorroide en la zona del recto puede ser confundida y tomada como un “barro”, habido el hecho de que muchas personas han crecido acostumbradas al hecho de que los barros pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo (cara, espalda, hombros, piernas, etcétera), aunque las hemorroides no tienen absolutamente nada que ver con los barros por ser de orígenes completamente distintos (desafortunadamente, esta confusión retrasa la aplicación de un tratamiento en etapa temprana que podría ser curativo en muchos casos). Algunos síntomas de hemorroides son:
• Comezón anal
• Dolor anal al defecar
• Dolor anal al sentarse
• Sangrado en heces
• Protuberancias cerca del ano
Normalmente las personas que padecen hemorroides pueden llevar una vida normal, pero si éstas se vuelven muy dolorosas y si presentan sangrados, lo cual puede ser sintomático de infecciones persistentes en el recto, es necesario someterse a un tratamiento o acudir al doctor para una evaluación de la condición que se tiene.
El estreñimiento con la evacuación de heces grandes y secas, así como su opuesto la diarrea persistente expulsando líquido diarréico que produce la sensación de quemar el recto, y hasta el sexo anal, pueden llegar a causar una grieta o desgarro en el tejido delgado que recubre la parte inferior del recto, esto es lo que conocemos como fisura anal y es precisamente lo que puede producir un sangrado que se vuelve visible en el papel sanitario al llevarse a cabo la limpieza después de evacuar. Una vez que ocurre una fisura anal, la grieta en donde ocurre puede quedar debilitada en forma permanente, aunque en esto no hay regla general y hay casos en los cuales la fuerza de la pared se restablece por completo. Las fisuras anales algunas veces la llegan a padecer también mujeres después del parto al igual que personas con la enfermedad de Crohn que es una enfermedad intestinal inflamatoria que afecta por lo regular a los intestinos pero que puede ocurrir en cualquier parte desde la boca hasta el extremo del recto. En los adultos mayores, las fisuras anales pueden ser causadas por la disminución del flujo sanguíneo al recto y muchas veces se llega a confundir con hemorroides aunque estrictamente hablando las hemorroides son una cosa y las fisuras anales son otras aunque ambas condiciones se pueden presentar juntas (se puede padecer hemorroides sin tener fisuras anales como también se puede tener fisuras anales sin padecer hemorroides). Los síntomas de fisura anal más frecuentes son dolor y ardor acompañado de sangre al momento de evacuar. Generalmente las fisuras anales sanan sin mayores problemas con antiinflamatorios y analgésicos, sin embargo es muy probable que si ya se presentó este padecimiento vuelva a presentarse en el futuro si no se deja cicatrizar perfectamente esa zona, y la manera más efectiva de ayudar a cicatrizar la zona es manteniéndola seca durante el día con un secado continuo con papel sanitario absorbente aplicándolo sobre el recto pero sin tallar el papel sanitario contra la piel.
La fisura anal puede ser aguda cuando los síntomas duran menos de seis semanas y crónica cuando se alargan a partir de esa fecha. Entre el 50% y el 70% de las fisuras anales agudas se curan espontáneamente, sin embargo, las que no se atienden correctamente puede llegar a ser fisura anal crónica, la cual afecta la calidad de vida de quien la padece, teniendo que recurrirse a inyecciones o cirugías para relajar el músculo.
Una fisura anal es equiparable a una cortada en la superficie de la mano: si no se aplica algún antibiótico propio para cortaduras en la piel de la mano y si se está humedeciendo constantemente la piel de la mano con alguna labor manual como la jardinería, entonces la herida no sólo no podrá cicatrizar y cerrar por cuenta propia, sino que incluso se puede infectar. De hecho una vez que aparece sangrado a causa de una fisura anal propiciada por las hemorroides, si ese sangrado no desaparece (o reaparece en intervalos cada vez menores de tiempo) con el secado constante del recto con papel sanitario absorbente, lo más probable es que la zona ya está infectada y se requerirá tomar un antibiótico por espacio de una semana para eliminar la infección (se hablará sobre esto un poco más abajo).
Tratándose de fisuras anales, lo más aconsejable desde luego más que tratarlas es evitarlas. Algunas recomendaciones para evitar las fisuras anales son:
• Limpieza del recto y la zona interior a los glúteos con materiales suaves
• Consumir mucha fibra
• Tomar abundante agua
• Mantener el área anal seca removiendo la humedad con papel higiénico absorbente
• Tratar oportunamente cualquier estreñimiento o diarrea
• No estar mucho tiempo sentado
• Ejercicios suaves como los ejercicios de Kegel
• Usar un lubricante (de preferencia soluble en agua) durante el sexo anal si es que se llevan a cabo tales prácticas (las cuales se deben evitar por completo cuando se padece de hemorroides)
Puesto que el estreñimiento es la causa más común de las fisuras anales, una buena alimentación puede ayudar a prevenir y evitar estos molestos síntomas. La eliminación del estreñimiento se logra consumiendo alimentos con mucha fibra tales como tortillas de maíz, frijoles, avena, brócoli.
Si la irritación en la zona del recto es intensa y molesta, y sobre todo si se está presentando sangrado, es muy posible que la zona esté infectada. Aunque en una situación así el que padece de hemorroides esté cien por ciento dispuesto para someterse de inmediato a una operación quirúrgica para la remoción de sus hemorroides, la remoción de las hemorroides estando infectada la zona del recto es poco recomendable como igualmente es poco recomendable una remoción de muelas con el dentista cuando se tiene un abceso en las encías, ya que ello puede derivar en complicaciones serias. Cuando se tiene un abceso en las encías por un problema dental, el buen dentista se niega a operar en tanto que el abceso no haya cedido, para lo cual puede recetar antibióticos. Una vez que la infección está controlada, se puede atender la situación que produjo el abceso. De igual modo, si la zona rectal está infectada, la primera prioridad antes de tratar de hacer algo con las hemorroides consiste en dar tratamiento a la infección. Un antibiótico de amplio espectro ampliamente usado por los médicos para el tratamiento y control de una infección hemorroidal es el Ciprofloxacino. La dosificación usual para un adulto es de una cápsula de 500 miligramos tomada oralmente cada 12 horas por ocho días seguidos (o hasta terminar con las cápsulas que contiene el envase, generalmente un envase de Ciprofloxacino contiene suficientes cápsulas para un tratamiento completo de siete u ocho días). Si al principio de la administración del Ciprofloxacino se observan reacciones alérgicas ya sea moderadas o severas, el uso del antibiótico tiene que ser descontinuado de inmediato y se debe buscar otra alternativa con la ayuda del médico.
Si la infección en el recto es severa, habiéndose causado fisuras anales que son evidentes por la aparición de un sangrado que se vuelve evidente en la limpieza que se lleva a cabo con el papel sanitario, entonces además de la ingesta del antibiótico Ciprofloxacino se debe aplicar en la zona rectal (y posiblemente entre los glúteos) una crema medicinal para el tratamiento de las fisuras anales, de preferencia en la noche antes de acostarse (con lo cual se asegura que la crema medicinal estará permanentemente en contacto con la piel en la zona afectada del recto durante las siete u ocho horas que se permanece acostado). Una crema medicinal que ha mostrado efectividad en este tipo de situaciones es la crema ANS-TK disponible con o sin prescripción, la cual es un anestético y antiinflamatorio rectal que es usada precisamente para tratar las fisuras anales que producen las hemorragias así como el prurito anal y la proctitis. De hecho, la crema ANS TK es usada por los médicos como preoperatorio y postoperatorio en cirugía proctológica y exámenes anorrectales. Esta crema contiene lidocaína que actúa como un anestético que reduce la sensación de incomodidad y dolor, y además contiene hidrocortisona que es algo de empleo delicado y sobre lo cual daremos más detalles.
Hablando un poco sobre la hidrocortisona que contiene la crema ANS TK. los productos de baja potencia (0,5% a 1%) que la contienen se usan sin prescripción para el alivio temporal de: (1) las irritaciones menores de la piel, el prurito y las erupciones cutáneas causada por eccema, picaduras de insectos, hiedra venenosa, roble venenoso, zumaque venenoso, jabones, detergentes, cosméticos y joyas; (2) picazón en las áreas anal y rectal; y (3) el prurito y la irritación del cuero cabelludo. La hidrocortisona también se usa para aliviar el dolor de las heridas en la boca. La hidrocortisona puede ser prescrita por el doctor para aliviar el prurito, el enrojecimiento, la sequedad, la formación de costras, la escamación, la inflamación y el malestar de diversas afecciones de la piel; la inflamación de la colitis ulcerosa (un trastorno que causa inflamación y úlceras en el revestimiento del colon [intestino grueso] y el recto) o la proctitis; o la hinchazón y el malestar de la hemorroides y otros problemas rectales.
Para la proctitis (infección del recto y el ano), la hidrocortisona por lo general se usa 1 a 2 veces al día por 2 a 3 semanas, luego si fuera necesario en días alternos hasta que la condición del paciente mejore. Los síntomas de proctitis pueden mejorar en 5-7 días. Para las hemorroides, la hidrocortisona por lo general se usa 2 veces al día (cada mañana y noche) durante 2-6 días. En el uso de cualquier medicamento que contenga hidrocortisona, hay que seguir cuidadosamente las instrucciones en la etiqueta del medicamento pregúntándole al doctor o al farmacéutico cualquier cosa que no se entienda, usando el medicamento exactamente como se indica sin usarlo más ni menos que la dosis indicada ni tampoco más seguido que lo prescrito por el doctor. Si una persona obtiene hidrocortisona sin prescripción y su condición no mejora en 7 días, debe dejar de usarla y consultar a un doctor. Del mismo modo, se debe ver a un doctor si cualquier área tratada con hidrocortisona empeora o si aparece con enrojecimiento, hinchazón (inflamación) o descarga de pus. Hay que evitar el uso prolongado de la cortisona en áreas genitales y rectales, y en los pliegues de la piel y las axilas, a menos que sea indicado por su doctor.
La aplicación de la crema ANS TK en la zona rectal se puede llevar a cabo lavando primero bien las manos y poniendo el equivalente de un cuarto de cucharadita de la crema ANS TK en la punta de un hisopo de algodón (también conocido como Q-tip):
La crema se aplica tocando la zona rectal con la crema puesta en la punta del hisopo poniendo la punta del hisopo no en dirección perpendicular al recto (como si se fuera a poner una inyección en la piel, lo cual es muy peligroso ya que para esta aplicación de crema medicinal la persona se está guiando únicamente por su sentido de orientación y algo del sentido del tacto a través del otro extremo del hisopo que esta sostenido entre los dedos) sino tocando el recto con el hisopo acostado sobre la piel, o sea recorriéndolo al ras de la piel en forma casi perpendicular sin posibilidad alguna de “picar” la piel en esa parte del cuerpo, haciendo que el contacto se lleve a cabo principalmente entre el algodón de la punta del hisopo y la piel circundante del recto, y el recorrido del hisopo debe ser siempre “hacia atrás”, o sea en una especie de movimiento de retroceso, y nunca “hacia adelante” como si se fuera a dar una estocada con una espada. La situación no es muy diferente a la de la siguiente muchaha que se está aplicando medicina con un hisopo en la parte superior de su cuello cabelludo deslizando el hisopo sobre el pliegue de sus cabellos guiándose por su sentido de orientación y sentido del tacto:
Si se aplica la crema medicinal exclusivamente durante la noche antes de irse a dormir (con lo cual se evita la sensación molesta de traerla entre los glúteos durante el día), se puede poner una toalla sobre la cama en la parte en donde usualmente reposan los glúteos, lo cual ayudará a mantener limpias las sábanas y cobijas de la cama al estar la zona bajo tratamiento no en contacto directo con la cama sino en contacto con la toalla que se puede lavar y secar durante el día.
Generalmente, al mismo tiempo que se le dá tratamiento a la infección en el recto provocada por la presencia de las hemorroides, se prescribe algún reforzante de las paredes de las venas, por ejemplo cápsulas de Doxium (dobesilato de calcio) de 500 miligramos tomándose una cápsula oral cada 12 horas por unos ochos días seguidos, o bien en lugar de Doxium se receta Phlebodia que se vende generalmente en comprimidos de 600 miligramos que son tomados a razón de un comprimido oral cada 12 horas por unas dos semanas, reduciéndose después la dosis a un comprimido diario por espacio de una o dos semanas de modo tal que el tratamiento completo con Phlebodia dura un máximo de un mes. En el caso de la Phlebodia, el ingrediente activo es la diosmina,
Posiblemente el peor enemigo de cualquier tratamiento correctivo de las infecciones en el recto causadas por las hemorroides y las fisuras anales lo sean tanto las diarreas como el estreñimiento. Es común encontrar pacientes que después de haberse tratado la infección rectal con Ciprofloxacino y después de sentirse casi aliviados por completo con la aplicación de la crema ANS TK y la ingesta de la Phlebodia en las cantidades indicadas, después de una diarrea fuerte retrocedan a una condición tan mala como la que tenían antes de comenzar el tratamiento. De hecho, es posible que la aparición de las hemorroides y las fisuras anales en el paciente que padece estas condiciones haya sido precedida por largos períodos de estreñimiento o diarrea, y de ser así se vuelve entonces imperativo considerar la posibilidad de una infección gastrointestinal previa (además de la infección en el recto producida por la combinación de hemorroides y fisura anal) que debe ser tratada por separado (en tiempos diferentes, sin combinar antibióticos, o sea tratada después de que se haya tratado la infección rectal) con otro antibiótico como el Clamoxin (vendido por prescripción médica, una combinación de Amoxicilina y Acido Clavulánico en tabletas de 500 miligramos).
Otra cosa a la que tiene que estar muy atento todo aquél que padezca sangrado en el recto a causa de las hemorroides y las fisuras anales es una irritación que se puede extender desde el recto hacia arriba, o sea entre los glúteos, la cual no será visible por estar la irritación en una parte del cuerpo que es inaccesible por completo a la vista de la persona. No se ve, pero de cualquier modo se puede sentir. Esto es sintomático de que, además de la infección rectal que se tenía, para la cual se lleva o se llevó a cabo un tratamiento con el antibiótico Ciprofloxacino, se tiene también una infección de naturaleza cutánea. Y es importante hacer una distinción entre los dos tipos de infecciones. La infección anorrectal se trata con un antibiótico como Ciprofloxacino que se toma y para el cual se requiere presentar an la farmacia una prescripción médica; mientras que la infección cutánea se trata no con un antibiótico que se toma sino con un ungüento medicinal que se debe aplicar en la zona afectada. Si este es el caso, entonces una vez que se ha terminado el tratamiento con la crema ANS TK que se usa para el tratamiento de las fisuras anales que producen sangrados se debe empezar a aplicar con sumo cuidado en el recto así como en la línea interna que separa a los glúteos un ungüento medicinal que se comercializa como Betametasona/Clotrimazol/Gentamicina cuyo componente Gentamicina es un antibiótico y el Clotrimazol es un antimicótico (para combatir las enfermedades causadas por hongos) mientras que la Betametasona es un antiinflamatorio. En México esta crema medicinal es producida por los laboratorios Pharma, y al igual que con el ANS TK, resulta más efectivo cuando se aplica de noche antes de acostarse porque de este modo se permanece casi inmóvil durante la noche mientras que la crema medicinal produce sus efectos terapéuticos (no se debe aplicar la crema ANS TK al mismo tiempo que se aplica crema Betametasona, se debe concluír primero el tratamiento con la crema ANS TK que puede durar una semana resolviendo así el problema de la fisura anal, y una vez concluído puede empezar con el tratamiento medicinal para resolver la infección cutánea producida por la fisura anal). Lo ideal (incluso casi mandatorio) es ir a evacuar los intestinos muy temprano al levantarse cuando todavía se tiene la crema en la zona rectal, para así de este modo poder limpiar cuidadosamente y secar no solo la materia fecal que haya quedado en la zona rectal al evacuar los intestinos sino también la crema que haya quedado en la zona rectal y entre los glúteos, de modo que se pueda tener la zona lo más seco posible durante el día al ir a trabajar y al estar caminando de un lado a otro.
Una ventaja de la crema Betametasona/Clotrimazol/Gentamicina es que, a diferencia de la crema ANS TK que contiene hidrocortisona y cuyo uso es de empleo delicado (al igual que todos los medicamentos que contienen cortisoides), se puede estar aplicando libremente y en forma repetida sin consecuencias negativas. Es el paliativo ideal a usar después de que se ha controlado la infección anorrectal con un antibiótico como el Ciprofloxacino y la aplicación reglamentada de la crema ANS TK para el tratamiento de las fisuras anales que provocan hemorroides.
La aplicación de la crema medicinal Betametasona se lleva a cabo de la misma manera en la que se lleva a cabo la aplicación de la crema ANS TK que fue descrita arriba: con un hisopo con crema en la punta y el cual va recorriendo la piel casi acostado sobre ella, con la diferencia de que la crema no solo se deberá aplicar en el recto sino también en la línea divisoria interna de los glúteos en donde se presume que hay una infección del orden cutáneo.
Sin querer explayarnos en forma innecesaria más de la cuenta, se mencionará un detalle del que tal vez ya se hayan dado cuenta quienes padeciendo hemorroides empiezan a padecer también de sangrado. La sensación de sangrado antes de confirmarse visualmente al limpiar el recto con papel sanitario absorbente es algo que se siente porque se tiene la sensación “allí abajo” como si estuviera “mojado”. Y es que, independientemente de que el recto esté mojado por la sangre que pueda estar allí presente, aún si no hubiera sangre de cualquier modo estaría igualmente húmedo con algo que puede dar el aspecto de plasma sanguíneo (de color rosa o incoloro) o de simple “sudor”. Se trata de una humedad acumulada que no se puede “evaporar” por cuenta propia en virtud de que la zona no está expuesta al aire como el resto de la piel del cuerpo, sino que está aprisionada entre ambos glúteos volviendo imposible cualquier evaporación. Ahora bien, estando allí esa humedad si la persona empieza a caminar (lo cual hará que un glúteo se mueva en dirección opuesta al otro al abrirse y separarse las piernas para dar cada paso) la fricción entre ambos glúteos causará un roce que agravará la fricción en la zona húmeda aumentando la severidad de la fisura anal hasta que empieza el sangrado, y esa sangre húmeda tampoco puede “coagular” al estar aprisionada entre los glúteos. Esta es la razón del por qué, durante el día, cuando se tiene que caminar, y muy en especial si se tiene que caminar grandes distancias, se tenga que estar secando constantemente el recto y la región circundante con papel sanitario absorbente, sin tallar la zona con el papel sino simplemente poniéndolo encima y oprimiendo suavemente para absorber la humedad. La inspección visual del papel absorbente usado para remover la humedad confirmará qué tan seguido y con cuánta frecuencia se tiene que estar secando la zona, ello depende de cada persona y la severidad de su condición. Es posible que la persona se tenga que estar secando cada dos o cada tres horas, o bien cada hora o inclusive cada media hora si su condición (el sangrado o la humedad que propicia el sangrado) es severa. Obviamente, cuando si después de un par de días la persona confirma que la humedad reaparece cada cuatro o cinco horas, no es necesario que se esté secando cada media hora, esto lo irá descubriendo cada quien por cuenta propia examinando el papel absorbente. Lo más relevante es que cuando con una limpieza de absorción constante la zona rectal permanece seca durante el día, el sangrado también cesará. Sin embargo, si después de algunos días pese al secado absorbente constante la humedad y el sangrado vuelven a reincidir incluso con mayor fuerza que antes entonces se debe dar por hecho que además de las hemorroides y la fisura anal se tiene también una infección anal que debe ser tratada primero con un antibiótico como Ciprofloxacino y con una crema como ANS TK y después con una crema medicinal como la Betametasona que se ha mencionado arriba. En cualquier caso, la humedad que se vaya observando en el papel higiénico absorbente es lo que servirá como guía para lo que se deberá hacer a continuación.
La regla dorada a seguir es: tratamiento con crema medicinal en la zona afectada durante la noche cuando se guarda reposo en la cama, y secado constante con papel absorbente durante el día cuando se está trabajando y en movimiento sobre todo caminando de un lugar a otro. Aplicar las cremas medicinales durante la noche en la zona rectal afectada antes de irse a dormir ayudará a la máxima absorción de los medicamentos sin que haya irritación alguna causada por el movimiento y fricción constante entre los glúteos ya que al dormir el cuerpo permanece casi inmovilizado todo el tiempo, y remover las cremas medicinales durante el día manteniendo la zona seca evitará que el agrietamiento de la fisura anal sea agravado por la presencia de la humedad cuando la parte inferior del cuerpo está en movimiento constante o incluso cuando se está sentado por períodos prolongados de tiempo.
En el caso de los adultos mayores, sobre todo de los varones, es recomendable que la actividad sexual esté regulada y de preferencia debe mantenerse lo más bajo posible cuando se está bajo tratamiento antihemorroidal y de fisuras anales en virtud de que la próstata es precisamente la glándula que circunda las hemorroides que se inflaman con cualquier congestión sanguínea que se presente en el recto durante la estimulación sexual y el propio acto sexual (y si hay algo que endurezca esa región del cuerpo en los hombres es precisamente la intensa irrigación sanguínea que tiene lugar con el estímulo sexual); y aunque muchos médicos no dan importancia a los excesos que se puedan cometer en este renglón algunos pacientes (una minoría, afortunadamente) pueden empeorar una condición que ya se había estado controlando. De hecho esto es algo de lo que algunos tal vez ya se habrán dado cuenta por sí mismos: que sintiéndose ya aliviados casi por completo de sus problemas hemorroidales se entregan a uno o dos días de desenfreno, y tal vez no al día siguiente pero sí al cabo de dos o tres días del desenfreno sienten que los problemas que tenían “allí abajo” casi aliviados han regresado de nuevo con una venganza. Esto también es algo que cada quien debe ir descubriendo y corroborando por cuenta propia, no es necesario que alguien más se lo diga y se lo esté repitiendo. En esto no hay experiencia más valiosa que la propia.
El tratamiento general detallado arriba produce un alivio generalizado en muchos casos. Si no hay alivio, ello puede ser indicativo de que además de las hemorroides y las fisuras anales se tiene otro problema mucho más serio de índole cancerígena, aunque esta posibilidad debe ser descartada antes de terminar con un tratamiento como el que se ha delineado arriba. En aquellos casos en los cuales las molestias hemorroidales regresen en poco tiempo y sean resistentes al tratamiento, el especialista a consultar es el proctólogo. No se debe temer a las operaciones de remoción de hemorroides, sobre todo en estos tiempos en los que ya hay nuevas técnicas que permiten llevar a cabo la remoción en menos de media hora sin necesidad de tener que internarse en un hospital para la cirugía cuando se recurre a un proctólogo que está equipado, y sin necesidad de tener que recurrirse a la aplicación de una anestesia general como la que se requiere cuando se va a llevar a cabo una cirugía mayor como la que se requiere en el caso de un transplante de riñón o la remoción de la vesícula biliar. La dificultad de una remoción quirúrgica de hemorroides depende del número de hemorroides presentes así como la cercanía relativa entre ellas, y aquí de nueva cuenta cada caso es diferente, ya que si se trata de una hemorroide aislada y pequeña el procedimiento quirúrgico suele ser cosa de unos cuantos minutos, pero si se trata de unas tres o cuatro hemorroides grandes separadas por unos cuantos milímetros el proctólogo tendrá una tarea poco fácil en la mesa de operaciones. Lo más importante en todo caso es tratar de tener controlada primero una infección de tipo hemorroidal con un antibiótico como el Ciprofloxacino antes de someterse a una remoción quirúrgica de las hemorroides. Sin embargo, el procedimiento no deja de ser molesto en algunos casos (esto depende del número de hemorroides presentes y la severidad de las mismas, recuérdese lo que se dijo arriba al principio que cada caso es diferente), y si con el secado constante con papel sanitario higiénico de la zona rectal así como la aplicación nocturna (cuando se requiera) de la crema medicinal Betametasona se logra controlar los síntomas, tal vez el paciente considere razonable el acostumbrarse a su condición, con la seguridad de que si va a morir no será a causa de las hemorroides sino por otra cosa que nada tiene que ver con las hemorroides y los tratamientos antihemorroidales (como recibir una mala noticia de los cobradores de impuestos o ser asaltado por malhechores que no saben usar armas de fuego).
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2 comentarios:
�� leí todo. Excelente explicación. Muchas gracias
Gracias por la info!
faltaron agregar alimentos o especias naturales con los cuales complementar eltratamiento, si es que los hay.
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