Este es un día verdaderamente histórico para México. Es posible que los medios nacionales no le den la importancia que merece, pero marca un parteaguas entre el México de ayer y el México de hoy.
Resulta que en este día el Congreso de Veracruz ha aprobado la eliminación del fuero al gobernador.
Por muchas décadas, o mejor dicho desde siempre, se daba el caso de que gobernadores en México incurrían en actos de corrupción, soborno o cohecho y en plena complicidad con pillos plenamente identificados, pero a los cuales no se les podía tocar un solo pelo de la cabeza por estar protegidos con esa aberración legislativa conocida como el fuero. Esto siempre ha sido el epítome de la impunidad en México. Ya se ha tratado en esta bitácora el asunto del fuero en la entrada titulada Una aberración llamada fuero así como en la entrada titulada Fuero+plurinominalidad=impunidad.
Hasta ahora parecía que casi nadie le hacía caso a este reclamo, y de los partidos políticos el único que lo ha tomado como bandera es el Partido Encuentro Social (los demás partido parecen haberse puesto de acuerdo en defender ese privilegio de impunidad a capa y espada). Sin embargo, el día de hoy por vez primera en un estado de México el Congreso estatal eliminó el fuero para varios funcionarios empezando con el gobernador mismo. El Congreso estatal de Veracruz aprobó la eliminación del fuero constitucional tanto para el gobernador del estado como para secretarios de despacho, alcaldes y otros funcionarios de organismos públicos. Con 43 votos a favor, una abstención y ningún voto en contra (lo cual es sorprendente), la LXIII Legislatura aprobó en su segunda etapa el dictamen de reforma constitucional para eliminar el fuero que se le otorga al gobernador del Estado, los secretarios de despacho, el contralor general, presidentes municipales y síndicos, o miembros de los Concejos, así como el secretario ejecutivo y consejeros y del Instituto Electoral Veracruzano y del mismo modo los Consejeros del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información.
Los legisladores del Congreso estatal veracruzano consideraron que en el contexto actual no hay ninguna justificación para la existencia de esta figura jurídica, además de tratarse de un reclamo social, el que los funcionarios públicos no tengan fuero. Nadie por encima de la ley.
El dictamen del decreto deroga las disposiciones del artículo 76 y reforma el artículo 78 de la Constitución Política del Estado consignando que “en la actualidad no debe haber privilegios o fueros de los altos funcionarios del Poder Ejecutivo, tanto del ámbito estatal como municipal, pues la tendencia internacional ha apostado por la transparencia y la aplicación expedita y oportuna de la ley”.
Lo que hace aún más interesante lo sucedido es el hecho de que el gobernador actual de Veracruz, Javier Duarte, ha sido acusado de corrupción inclusive por gente dentro de su mismo partido el PRI, y pese a ello no intentó usar su poder de veto para impedir la derogación del fuero, aunque esto puede interpretarse como algo casi obligado en virtud de que, al llevarse a cabo próximamente en unos cuantos meses el cambio de gobierno en Veracruz, y al ser el que recibe la estafeta no un miembro del PRI sino un miembro del PAN, dentro de poco Javier Duarte se quedará sin fuero alguno.
Si cunde el ejemplo en Veracruz hacia otros estados, este avance significativo puede hacer quedar en ridículo el Sistema Nacional Anticorrupción llevado a cabo en el Congreso de la Unión que presume muchas cosas pero entre ellas no está contemplada la eliminación del fuero. Obviamente tanto los diputados como los senadores de la federación se quieren aferrar a ese privilegio anacrónico. Seguramente porque muchos de ellos tienen bastante cola que les pisen y tienen muchas cosas que esconder.
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