viernes, 24 de junio de 2016

Uber



En este día viernes 24 de junio de 2016, la red internacional de servicio de transporte privado Uber comenzó a prestar servicio en Ciudad Juárez y la ciudad de Chihuahua. Su llegada a Ciudad Juárez ya había sido anunciada desde el 1 de agosto de 2015 (anteriormente, Uber ya había iniciado servicio en otras ciudades como en la Ciudad de México). En un comunicado la empresa informó que la tarifa mínima es de 25 pesos, la tarifa base es de 6.40 pesos, el minuto cuesta 1.7 pesos y por kilómetro 3.4 pesos. De este modo, un viaje usando Uber de Las Misiones al Estadio Olímpico Benito Juárez cuyo costo convencional en un taxi es de 200 pesos vendría costando únicamente 80 pesos. Y como nadie está peleado con su dinero, ¿quién en su sano juicio quiere usar un taxi cuando puede solicitar su transporte a través de Uber?

Se espera que Uber tenga un éxito resonante en Ciudad Juárez, y hay razones fundamentadas para esto, empezando por el hecho de que Uber va a romper en Ciudad Juárez (como ya lo está haciendo en todo México) la columna vertebral del corrupto sindicato de taxistas afiliados a la Confederación de Trabajadores de México. En el mes de agosto de 2015 en el cual se anunció la llegada de Uber, esto apareció en el periódico NORTE DIGITAL de Ciudad Juárez: “Cientos de cibernautas aplaudieron la supuesta llegada (de Uber) a esta frontera al mismo tiempo que criticaron la postura del Sindicato de Trabajadores de Automóviles de Sitio de la CTM, que considera a la red de transporte móvil como una competencia desleal. ‘Esto no sólo va a ayudar a los de la ciudad, también a los turistas. Un taxi del aeropuerto a Galerías Tec me cobró 280 pesos. Nunca se me olvidará así que si por mi fuera, cero taxis en Juárez por careros y rateros’, manifestó Enrique Botello en el muro de Facebook de Norte Digital. Uber es una empresa internacional que proporciona un servicio a sus clientes una red de transporte, a través de un software para teléfonos móviles y se caracteriza por sus bajos costos y comodidad. ‘Aquí los taxistas son demasiado caros, nadamás por dar un ejemplo hace tiempo llegué de vacaciones y pregunté por el precio de la central caionera al área de Las Misiones, nadie se bajó de 300 pesos y en Delicias usé taxi casi la misma distancia y fueron sólo 60 pesos, aquí es un vil robo’, añadió Rogelio Rodríguez. Otros usuarios de las redes sociales consideraron sana la competencia con el fin de los taxistas locales mejoren su servicio y bajen los altos precios que mantienen desde hace años. ‘Ciudad Juárez ya merecía un nivel de transporte digno, además Uber da descuentos y viajes gratis… ¿qué más se puede pedir?’, preguntó Menny Rivera. Josué Bordallo recordó que a principio del año se platicó sobre meter a los a los taxistas en reglay a transporte pero no hubo interés. ‘No quisieron poner el taxímetro ni mejores autos ni nada… siguen cobrando lo que a ellos se les antoja y si ven que eres extranjero o no eres de Juárez te cobrán mucho más’, añadió”.

Anteriormente, obtener un servicio de taxi requería hacer una llamada telefónica a una central o sitio de taxis, proporcionar la ubicación del lugar en donde uno sería recogido, esperar el taxi, ser recogido por el taxi y llevado hasta el lugar al cual se dese air, y pagarle al chofer por el servicio. Hoy en día, con el servicio de transporte privado Uber, obtener un carro de transporte privado Uber requiere hacer una llamada telefónica a través de la empresa Uber actuando como intermediaria al vehículo disponible que se encuentra más cercano del area en donde el pasajero va a ser recogido, proporcionar la ubicación del lugar en donde uno va a ser recogido, esperar el vehículo enviado por Uber, ser recogido por el vehículo y llevado hasta el lugar al cual se dese air, y pagar por el servicio.

Mmmmhhh… ¿pero entonces cuál es realmente la diferencia entre ambas modalidades?

En el servicio “clásico”, se utilizaba un teléfono “a la antigüita” con un costo del aparato de unos diez dólares (conectado en forma permanente a la pared con un cable o conectado a una caseta telefónica pública también en forma permanente con un cable) para hacer la llamada telefónica, mientras que con Uber se require de un teléfono celular inteligente (computarizado) con un costo de unos doscientos o trescientos dólares en el cual se haya descargado e instalado la aplicación inteligente (app) de Uber.

Mmmmhhh… ¿y en dónde está el beneficio? A primera vista, esto no parece una simplificación, sino por el contrario parece una complicación superflua que solo nos viene a hacer la vida más complicada. Es como tener que usar un helicopter par air del primer piso al Segundo piso de un edificio cuando la escalera es más que suficiente.

Bueno, por principio de cuentas, el teléfono desde el cual se habla para solicitar el servicio de Uber no está anclado a un mismo sitio por tratarse de un aparato inalámbrico que se puede usar en cualquier parte. Por otro lado, entre su flotilla de vehículos disponibles para una ciudad con Uber el usuario se puede encargar por sí mismo de localizar el vehículo que se encuentra más cercano a quien solicita el servicio así como la disponibilidad del vehículo Uber para llevar al cliente hasta el lugar hacia donde quiere ir.

Asentado lo anterior, y en síntesis, ¿cómo funciona Uber?

(1) Se requiere poseer un teléfono inteligente con una pantalla adecuada y con la suficiente capacidad de memoria para poder descargas aplicaciones app para teléfonos inteligentes. Así pues, antes de hacer un viaje por medio de esta plataforma es necesario descargar la aplicación del mismo nombre.

(2) Una vez bajada la aplicación Uber, el usuario tiene que registrarse e ingresar su método predilecto de pago, que puede ser Paypal o una tarjeta de crédito o débito.

(3) Una vez que el usuario haya completado los pasos de su registro, para empezar a usar el servicio Uber se debe seleccionar en la aplicación un punto de partida y posteriormente uno de destino. El sistema le indicará la tarifa aproximada y el tiempo estimado en el que el auto Uber pasará a recogerlo.

(4) En la pantalla principal pueden verse además los vehículos que por el momento circulan por las diferentes calles de la ciudad y su ubicación aproximada, la cual es notificada al sistema Uber por medio de GPS.

¡Y esto es todo!

Toda la interacción con Uber se lleva a cabo a través del teléfono inteligente. Las siguientes dos capturas de imagen dan una idea de cómo va evolucionando para un usuario registrado la requisición de un transporte Uber:




Recuerdo otros tiempos en los cuales Uber me podría haber ahorrado muchos corajes y dolores de cabeza. En la Ciudad de México, allá por los años sesenta y setenta, había unos taxis que se llamaban “peseros” o “peseras”. Para sorpresa de muchos, el origen de los peseros no llega directamente de un transporte tipo camión (hoy la palabra es una referencia no a taxis sino a microbuses), la referencia original era una referencia a estos taxis colectivos cuya tarifa base era de un peso (de allí el nombre). Los “peseros” en la Ciudad de México en su gran mayoría siempre dieron un servicio muy malo (los taxis “clásicos” de hoy en la Ciudad de México siguen igual) y casi todos se negaban a “levantar” a quienes les movían el brazo pidiéndoles la “parada” para después decirles hacia dónde querían ir, tras lo cual en la mayoría de las ocasiones salían con la fastidiosa frasesita “no es mi rumbo” y continuaban su camino sin levantar al que requería de servicio de taxi. En mi experiencia personal en la Ciudad de México, solo uno de cada cien llegó a detenerse para recogerme y llevarme a mi destino, lo cual me hizo acostumbrarme a prescindir por completo de los “peseros” optando mejor por tomar el camión o el Metro. Posiblemente daban muy mal servicio porque, a diferencia de otros taxis en el interior de México que no usan taxímetros y los choferes cobran lo que se les pega la gana, en la Ciudad de México no podían cobrar lo que les diera la gana ya que el taxímetro les obligaba a cobrar por distancia recorrida (o por tiempo recorrido) recorrida. Este pésimo servicio de taxis fue la razón del por qué en la Ciudad de México se construyó el Metro casi como una necesidad y se siguen usando los camiones de transporte de pasajeros. Y con la llegada de Uber a la Ciudad de México creo que se acabó para siempre el pretexto “no es mi rumbo”. (Siempre he sospechado que los taxistas que decían “no es mi rumbo” sobre todo cuando veían al solicitante en actitud desesperada lo hacían con el verdadero y deliberado propósito de que había que ofrecerles un “pago extra” para que se dignaran a levantar a uno sobre todo si el pasajero andaba muy apurado o con mucha prisa por llegar a su destino, algo como “le pago el triple si me lleva a mi destino”, “le pago cien pesos de lo que marque el taxímetro más si me levanta”, nulificando con estos sobornos el propósito de los taxímetros). Pero si daban tan mal servicio, ¿por qué demonios se quejan y protestan grupos de taxistas como Génesis por la competencia que hoy les representa Uber? ¿Acaso querían seguir manteniendo su monopolio para seguir humillando a la gente? Afortunadamente, con Uber esas humillaciones han llegado a su fin, y si desaparecen los taxis (o “peseros”, o como se les quiera llamar) de las calles de la Ciudad de México creo que muy poca gente los echará de menos. En efecto, ellos mismos fueron la mejor razón para prescindir de ellos y encaminarlos hacia la extinción. Nunca quisieron hacerse indispensables, y ahora con Uber ciertamente ya no lo son. ¡Adiós “peseras”! Y ahora sí, señores taxistas, hemos tomado rumbos diferentes. Nunca iban por “mi rumbo”, y hoy con Uber yo tampoco paso por el rumbo de ellos, nuestros caminos se han separado para siempre y ya no nos volveremos a encontrar. Las miles de humillaciones a lo largo de demasiados años a las que los taxis y las “peseras” estuvieron sometiendo a los capitalinos con su cantaleta insultante “no es mi rumbo” no pueden ser perdonados, y hoy Uber es el mejor castigo que se les puede aplicar para vengar tanta humillación.

Los abusos de los taxistas no solo son en la Ciudad de México. En su editorial publicado en mayo de 2015 con el título “Te extraño, Uber”, el capitalino Sergio Sarmiento puso esto “A mí me tocó extrañar a Uber el domingo cuando emprendí el viaje de regreso a la ciudad de México. Pedí al bellboy del Grand Velas un transporte y al cabo de un rato llegó una camioneta destartalada con el número U-114 pintado en la parte de atrás y ninguna otra identificación. El conductor –veracruzano y muy platicador– me dijo que me cobraría 750 pesos. Me pareció mucho pero entendí, después de la conversación con Pacheco, que en Cancún y la Riviera Maya hay un monopolio de taxis que permite realizar cobros excesivos a turistas que no tienen defensa. Cuando apenas habíamos avanzado unos 15 minutos, sin embargo, el chofer me informó que se detendría a recoger a dos pasajeros más en el hotel Iberostar. Si bien perder tiempo en el camino cuando yo tenía que tomar un avión no me hizo ninguna gracia, me vi obligado a asentir. Ya en el Iberostar el chofer pasó un buen rato buscado a esos supuestos clientes que debía recoger. Después de unos 15 o 20 minutos me molesté y le dije que no se valía que engañaran a la gente, que nunca se me había dicho que el vehículo haría una parada para recoger otros pasajeros y que esta parada iba a tomar tanto tiempo. El conductor me dijo que si quería irme podía irme a la carretera (Tulum-Cancún) a ver si podía tomar un taxi. Tuve suerte y pude encontrar un taxi que acababa de dejar a un pasajero en el Iberostar. Cambié mis maletas y lo tomé. El taxista me dijo que me cobraría 600 pesos por llevarme al aeropuerto y subrayó que había yo corrido con suerte. A esa hora del domingo no había taxis. Por eso el conductor del vehículo original había estado tan seguro de que yo saldría perdiendo si quería tomar otro transporte. Finalmente un traslado que debió haber sido un tranquilo trayecto de 35 minutos me llevó una hora de angustias y enojos. Si bien llegué al aeropuerto a tiempo, porque había salido con bastante anticipación, no pude pagar con tarjeta de crédito y cuando pedí un recibo el chofer no me dio una factura con RFC, como establece la legislación fiscal y como lo hace Uber. Me tuve que conformar un recibo simple llenado a mano sin ninguna validez fiscal. Las historias de abusos en los centros turísticos de nuestro país son enormes. Los taxistas municipales de Los Cabos, que han realizado incluso bloqueos en los hoteles de la zona para obligar a los pasajeros a salir caminando con sus maletas y pagar el delito de visitar México, son notorios por sus altos cobros y mal servicio. En la propia Ciudad de México los robos y violaciones a turistas por taxistas han sido una constante a lo largo de los años. El daño a la industria turística por el pésimo servicio de taxis es enorme. Una buena vacación o una visita de negocios pueden echarse a perder con una mala experiencia en el servicio de transporte. México tiene una excelente estructura turística y un trato cada vez mejor en los hoteles. Pero los taxis son el eslabón más débil en casi todos los lugares del país. La solución podría estar al alcance de la mano. Sólo es necesario impulsar el Uber u otros servicios de alquiler de autos con chofer a través de aplicaciones”.

Es entendible que conforme avanza Uber los abusos de los taxistas sindicalizados en contra del pueblo se irán acabando, como también es entendible que en varias partes los taxistas sindicalizados, sobre todo aquellos afiliados a centrales obreras corruptas como la C.T.M. que son vestigios de la época en la cual México tenía un sistema de gobierno unipartidista, lucharán con todas sus fuerzas recurriendo incluso a la violencia (plantones, motines, bloqueos, etcétera) con tal de mantener su monopolio. Pero a la larga, al igual que los luditas, tienen la batalla perdida. Los taxistas de México tendrán que competir mejorando su servicio y bajando sus tarifas, o abandonando los esquemas arcaicos de los sindicatos corporativos para irse pasando individualmente de uno en uno a formar parte de las filas de los choferes de carros privados afiliados a Uber.

Mientras que Uber puede ser considerada como una opción de autoempleo para quienes quieren ofertar sus servicios (y sus vehículos) a través de Uber, una posibilidad para los taxistas es luchar por su superviviencia recurriendo a las mismas armas tecnológicas. Al mismo tiempo que Uber arrancó operaciones en el estado de Chihuahua, empresarios privados pusieron la plataforma móvil “Chofer Seguro”:




que permitirá contratar o reservar un servicio de taxi a través de Internet o WatsApp, y saber cuánto se va a pagar en efectivo o tarjeta de crédito, así como el tipo de unidad que ocupará. La presentación la hizo Luis Garzón, propietario de la aplicación y explicó que la prestación del servicio la harán los concesionarios autorizados de Chihuahua, quienes ofrecerán el transporte a través de la modalidad de taxi ordinario y ejecutivo, en unidades de reciente modelo y conductores capacitados. Informaron que el taxi ordinario tendrá una tarifa de 8.50 el banderazo y 5 pesos por kilómetro adicional, en tanto que el ejecutivo cobraría alrededor de un 20 por ciento más. Actualmente están inscritos unos 10 taxistas y se espera impactar fuerte entre los tres mil conductores registrados en la ciudad. Los conductores como usuarios interesados en operar la plataforma, deben bajar la aplicación en la página web www.choferseguro.com. Al llevar a cabo la operación, el usuario deberá llenar un breve formulario con su nombre, dirección, número de teléfono y correo electrónico. Una vez que se baja la aplicación se podrá hacer la petición de servicio o reservación de una unidad para determinada hora o lugar y el conductor tendrá 30 segundos para responder al llamado. La empresa responsable de la App dispondrá de un directorio de taxistas y concesionarios que deseen participar en este programa en donde se certifica que el chofer este autorizado para ofrecer el servicio, no tenga antecedentes penales, disponga de un automotor de reciente modelo con aire acondicionado o calefacción. El servicio que preste será monitoreado por la empresa y también sería calificado por los mismos usuarios a través de la misma aplicación. Destacaron que el objetivo final es ofrecer un servicio de taxi seguro, confiable, con una mejor imagen y totalmente confiable. De este modo, esta aplicación permitirá hacer frente a la competencia que se dice habrá en Ciudad Juárez con Uber, ofreciendo un transporte seguro que cumple con todos los requisitos de ley con tarifas competitivas.

Por su parte, el presidente del Sindicato Federal de Taxistas y ex alcalde Carlos Borruel (un distinguido miembro del Partido Acción Nacional, muy querido y muy apreciado por las huestes del PAN y hasta por aquellos panistas que planean estar usando Uber), tratando de defender su coto de poder, se está quejando de que Uber sólo vendrá a poner en riesgo el sustento de unos tres mil taxistas y sus familias en la ciudad de Chihuahua, además de que operará desde la informalidad o fuera de la ley, y planteó que la firma sólo se encarga de subir a particulares a su plataforma electrónica pero no tiene control de los conductores ni cuenta con el permiso de ley para la prestación, agregando que Uber es una empresa ilegal, informal y por lo tanto una competencia desleal. Eso es lo que dice, entendiblemente, el presidente del Sindicato Federal de Taxistas Carlos Borruel, sin querer comprender que su monopolio y el poder de su sindicato charro están llegando a su fin.

Sin embargo, todavía hay un “prietito en el arroz” en Chihuahua que puede estropear la alegría causada por la llegada al estado de Uber, y ese “algo” es el artículo 74 de la Ley de Transporte y Comunicación del estado que requiere contar con un permiso o alguna concesión para que un vehículo pueda prestar servicio de transporte público. Es en esencia el mismo tipo de argumento que taxistas de otros estados e inclusive de otros países han estado enarbolando para impedir que Uber se asiente, aunque la respuesta usual de Uber es que tales leyes no son aplicables en el caso de los servicios Uber porque simplemente realizan un contrato entre particulares para prestar el servicio, lo cual no impide que taxistas fingiendo ser clientes de Uber se dediquen a la “cacería de unidades de Uber” para entregarlos a las autoridades de transporte, aunque esta táctica tiene sus límites en virtud de que una vez que un “cliente registrado Uber” es identificado como un cliente falso su nombre pasa a una lista negra y tiene que estarse registrando de nuevo con otros datos para continuar con su “cacería”, lo cual a la larga resulta desgastante. En rigor de verdad, les conviene más a los taxistas de antaño inscribirse en un catálogo Internet como ChoferSeguro, o de plano pasarse a formar parte de Uber, que quedar completamente fuera del juego por no haberse sabido adaptar a los nuevos tiempos.

Renovarse o morir, esa es la consigna.

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