miércoles, 22 de agosto de 2018

Boomerangs de la "guerra comercial" de Trump




Presumiendo una sabiduría mayor que la de todos sus asesores y de los mejores académicos de Estados Unidos -algunos de ellos ganadores de premios Nóbel de economía- el presidente Donald Trump anunció el 2 de marzo de 2018 que "por el bien de los trabajadores de la industria de acero y aluminio en los Estados Unidos" le impondría a México, China y a otros países aranceles al acero y aluminio exportados de dichos países a Estados Unidos, presumiendo fanfarronamente que las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar.

Antes de tomar decisiones de tal calibre, se supone que un jefe de estado tiene la obligación de procurar la mejor información posible sobre todos los efectos y consecuencias de cada decisión que tomará, y se enterará no solo de las ventajas y beneficios sino también de las repercusiones negativas que pueda tener la decisión, y después de evaluar cuidadosamente los pros y los contras procederá adelante o dejará las cosas como están. Donald Trump no lo consideró necesario, que al fin y al cabo él sabe mejor que nadie qué es lo que le conviene a sus coterráneos.

Bueno, ya se tiene una nueva confirmación sobre una consecuencia anticipada del impacto de los aranceles aduaneros a las importaciones del acero y aluminio. Si la intención original era estimular la creación de empleos bien pagados en la industria manufacturera de Estados Unidos empezando por el Rust Belt, se va a obtener precisamente el efecto contrario, o sea la pérdida de empleos en Estados Unidos, rebotándole a Trump como un boomerang los efectos desastrosos de su decisión de abrir una guerra comercial en contra de México y de China. (El boomerang es un arma que cuando es lanzada al aire con la intención de provocar un daño termina regresando al punto original desde donde fue lanzado con el potencial de terminar provocando daño en el punto de origen.)

De acuerdo a la nota Empresa da la espalda a Trump; abrirá en Juárez publicada el 22 de agosto de 2018 en el periódico de mayor circulación en el norte de México, debido al aumento en los aranceles a los metales Stack-On Products, empresa dedicada a la producción de cajas de metal de seguridad, de herramientas y de almacenaje, cerrará sus puertas en Estados Unidos para moverse a Ciudad Juárez donde invertirá inicialmente 7 millones de dólares.

La compañía cerrará sus dos plantas ubicadas en Chicago, Illinois para trasladarse a Ciudad Juárez generando en México 560 empleos, informó la Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico. La inversión de la nueva planta equivale a 132 millones de pesos, con un tipo de cambio de 18.95 pesos a los que cotizó ayer el mercado de divisas Forex. La compañía planea mover su producción a México debido a los altos costos que tiene que pagar por el acero importado, afectado ahora con un arancel de un 25 por ciento, dejando sin empleo a 153 estadounidenses.

Al Fletcher, director de recursos humanos de la compañía, declaró a medios estadounidenses que “la operación dejó de ser rentable”, por lo que la decisión de trasladar las operaciones a Juárez, en México, la tomaron hace apenas dos meses, después del anuncio de aranceles a los materiales provenientes de China. Los despidos afectarán las áreas de fabricación, almacén y oficina de la compañía, por lo que algunos trabajadores tendrán la opción de trasladarse a vivir en El Paso, Texas.

Los trabajadores norteamericanos y los medios de comunicación no son estúpidos, o por lo menos no son tan estúpidos como Donald Trump cree que son, y ya se están dando cuenta las consecuencias desagradables de las acciones y decisiones irresponsables tomadas por un presidente que gobierna con las vísceras y no con el cerebro, temiendo que lo peor está aún por venir. Esto apenas empieza.

Durante 40 años Stack-On Products operó en Chicago fabricando una variedad de productos de almacenamiento que van desde cajas de herramientas hasta cámaras acorazadas, vendidos por Walmart, Menards y otros minoristas masivos. Se trata de las únicas fábricas en Estados Unidos, sin embargo, sus ventas no se verán afectadas porque cuentan con dos plantas desde hace algún tiempo, una en China y otra en México.

Al tomar la decisión de llevar a cabo el cierre de sus operaciones en Estados Unidos, la empresa Stack-On Products está apostando que a largo plazo nada hará en entrar en razón al terco Donald Trump, y que en vez de dar marcha atrás reconociendo su error simplemente se aferrará obstinadamente a sus decisiones fatales sin importale en lo absoluto los costos que tengan que pagar aquellos que votaron por él y a los cuales les prometió que les mejoraría sus vidas.

El objetivo del presidente Donald Trump supuestamente era retener a empresas en su país, con esta empresa uman dos las empresas las que planean mover su producción hacia México. La otra compañía es Dickies, quien pertenece a VF Workwear, una marca de ropa que tiene una planta en Texas y que dejará sin empleo a 156 trabajadores. La ropa, calzado y accesorios se fabrican en Uvalde, Texas, planta que opera desde hace 60 años.

La salida de las fábricas Stock On de Estados Unidos no es más que la continuación del éxodo que se inició con la salida de fábricas Harley Davidson de Estados Unidos, algo de lo cual se hicieron varios apuntes en ésta bitácora en la entrada publicada el 27 de junio de 2018, confirmando varios de los pronósticos formulados aquí en la entrada Las guerras comerciales han empezado. Si esto es apenas el principio, muchos trabajadores e inversionistas de Estados Unidos deberían empezar a preocuparse. Después de todo, así fue cómo lo que empezó como una recesión económica parecida a otras anteriores que ya se habían tenido en el pasado terminó convirtiéndose en la Gran Depresión de 1929.

La pregunta importante es: ¿qué van a hacer todos los trabajadores norteamericanos que van a quedar desempleados en las próximas semanas por este efecto boomerang de una pésima decisión tomada en la Casa Blanca por el que tal vez sea el peor presidente que ha tenido Estados Unidos? ¿De qué van a vivir los nuevos desempleados? ¿De la caridad pública? ¿Les dará trabajo Donald Trump en algunos de sus hoteles para que no se mueran de hambre?

Seguramente algunos de los norteamericanos que van a quedar en la calle fueron los mismos que votaron por Donald Trump en 2016. Que vayan con él y que le reclamen a él. Que le lloren. Que lo maldigan. Que se pongan a chillar exhibiendo su desesperación. Aunque al fin y al cabo se trata de un ególatra narcisista que al igual que el famoso Gabino Barreda no escucha ni entiende razones aún sin andar en la borrachera. Sin embargo, los que pronto van a quedar desempleados por culpa suya pueden hacer algo mucho mejor. Como electores pueden tomar dulce venganza en las elecciones que tendrán lugar en noviembre de 2018 en las cuales se decidirá la composición del Congreso estadounidense. Si castigan a los Republicanos votando en su contra ahora que aún hay tiempo para hacer tal cosa, tal vez puedan pasarle la factura del tener que estar ahora haciendo fila en los centros de ayuda alimentaria para desempleados. Habiendo aprendido estos nuevos desempleados de la vida misma, desde luego, que contrariamente a lo que algunos imbéciles han pregonado, las guerras comerciales ni son buenas ni son fáciles de ganar, y por el contrario generalmente tienen consecuencias desagradables que terminan afectando las vidas de muchas personas al grado de que son muchos más los perjudicados que los benerficiados, ello suponiendo que tras el desastre haya quienes se puedan considerar beneficiados.

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