viernes, 19 de junio de 2015

Los cuentos del pato Donaldo (Trump)



Estos son los cuentos del pato Donaldo.

Cuando los dioses quieren volver completamente loco a un hombre, le conceden todos sus deseos, le conceden todo lo que pide, como darle dinero en abundancia haciéndolo excesivamente rico, permitiéndole acumular en sus cuentas bancarias más dinero del que podría gastar en cien vidas consecutivas. Nunca falla.

Desde la cima de su emporio, en el último piso del edificio que lleva su nombre, el super-empresario multibillonario conocido por todos como el pato Donaldo ha decidido que el tiempo es propicio para cumplir su sueño de convertirse en emperador de Norteamérica, para lo cual ha tomado una decisión empresarial ejecutiva de alto nivel, la decisión de postular su candidatura para la presidencia de los Estados Unidos de Norteamerica.

Con mucha fanfarria, mucha publicidad y mucho marketing en lo cual es experto, enfundado en un traje militar oficial negro de gala con todo y cachucha también de color negro, el pato Donaldo se hace presente en un evento en el cual se presenta ante la prensa y los medios audiovisuales para anunciar su decisión de postularse como pre-candidato del Partido Republicano, el partido que le es más afín, lo cual comienza con un discurso que ya lleva preparado en el cual se encierra el núcleo de lo que él mismo llama la doctrina de Donaldo:
“He decidido aceptar los pedidos insistentes de millones de admiradores míos para concederles la enorme gracia y fortuna de lanzar mi candidatura para la presidencia de este país (se escuchan dos o tres aplausos entre unas docenas de curiosos y mirones que se han reunido en la calle para presenciar desde muy abajo del edificio el show que el pato Donaldo les ha montado). Mi plan de gobierno es muy sencillo. Hay que proteger y purificar a la raza blanca, hay que aislar a las razas inferiores que pretenden contaminar con su presencia este país, y el mayor peligro lo representan los mexicanos, esos seres inferiores a los cuales tenemos que mantener alejados. Hay otras razas inferiores de las cuales nos tenemos que mantener alejados, desde luego, pero esos cochinos mexicanos son los que conviven a un lado de nuestro país y por lo tanto son los que representan el mayor peligro. Esos grasientos mexicanos, prietos, chaparros, flojos, barrigones y bigotudos. ¿Para qué los queremos aquí, infectando con su presencia la gran sociedad que estamos construyendo los blancos que somos la raza superior, la raza elegida? Y para evitar que la amenaza de su presencia siga creciendo, he decidido que como presidente de ustedes lo primero que haré será ordenar la construcción de una gran barda, una gran muralla más grande, más majestuosa y más imponente, que la Gran Muralla China, para que esos seres inferiores de la Naturaleza que se reproducen en México como cucarachas ya no contaminen a nuestra sociedad que debe ser de los blancos, por los blancos y para los blancos. Para la construcción de la muralla, que se llamará la muralla de Donaldo, se permitirá el ingreso temporal de miles de mexicanos a los cuales usaremos como mano de obra esclava pagándoles con unos cuantos cacahuates por su esfuerzo, y ya que la muralla de Donaldo esté terminada, los deportaremos de regreso a México. Y no solo eso, haré que los mexicanos paguen por todos los costos de la construcción de esa muralla, incluidos los materiales usados para levantar la muralla. Mexicanos apestosos, malolientes, retrasados mentales, ¿para qué queremos a esos indeseables? Y una vez que estén aislados de nosotros, de la sociedad de hombres blancos y mujeres blancas que quiero construír, el siguiente paso será ver qué se puede hacer con ellos. Me gusta la idea de mandar a México al US Army para invadir el territorio en el que viven los mexicanos y quitarles el resto de lo que deberíamos de haberles quitado la ocasión anterior que invadimos a México, pero eso nos deja el problema de qué hacer con los mexicanos que se encuentran ahorita en el territorio mexicano que quiero conquistar. Una solución es tomarlos a todos ellos como nuestros esclavos, que al fin y al cabo el orden natural de las cosas requiere que las razas inferiores sean los sirvientes incondicionales de las razas superiores. Pero hay otra solución, una solución final a la cuestión mexicana de la que no daré detalles ahora, que nos permitirá ocupar lo que hoy es territorio mexicano, pero sin tener que cargar con los mexicanos. Y ya con ese territorio en nuestras manos, y sin mexicanos viviendo en dicho territorio, podemos convertirlo en un nuevo estado, en el estado más grande de la Unión Americana, el estado de Donaldo.”
Al pie del edificio, en la calle, un hombre cuya cabeza está cubierta con un enorme cucurucho blanco en forma de cono en el cual hay dos orificios para permitirle ver hacia afuera de su disfraz, exclama con entusiasmo:
“¡Hasta que apareció un candidato por el que podemos votar, un candidato que merece ser postulado por el Partido Republicano!”
También al pie del edificio, otro de los mirones le dice a su hijo: “Aprende esto, hijo mío: si ves algo que camina como un pato, grazna como un pato, y tiene el aspecto de un pato, muy probablemente es un pato”.

El pato Donaldo continúa con su discurso inaugural:
“Pero no debemos pensar en pequeño. Debemos pensar en grande. Al sur de México hay otros países también a la espera de ser conquistados por nosotros la raza superior del continente americano, países en los cuales también habitan sub-humanoides que pertenecen a razas inferiores indignas de vivir, países como Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Perú, Bolivia, Uruguay, Brasil, Venezuela y Colombia. Si nuestro poderoso US Army, actuando bajo las órdenes de su presidente Donaldo, puede invadir y conquistar a México eliminando en dicho territorio la presencia de los mexicanos, ¿por qué no habrá de poder hacer lo mismo con los guatemaltecos, los salvadoreños, los nicaragüenses, los peruanos, los bolivianos, los uruguayos, los brasileños, los venezolanos y los colombianos? Bien lo dijo en una ocasión nuestro gran presidente Monroe, un orgullo de la raza blanca: América para los norteamericanos. Y ya llegó la hora de que bajo mis órdenes se cumpla el gran sueño de nuestro presidente Monroe. Y esas razas inferiores no se podrán atravesar en nuestro camino, porque nosotros los blancos tenemos bombas atómicas contra las cuales los seres inferiores no pueden defenderse. Lo único que se necesita es un hombre en la presidencia de los Estados Unidos que tenga las agallas para darle las órdenes al US Army de que prepare los planes de invasión empezando con México para continuar después con otros países al sur, y ese hombre soy yo. Si votan por mí, todo esto es lo que les prometo empezando con la construcción de la gran muralla de Donaldo que no pagaremos nosotros sino que pagarán nuestros indeseables vecinos al sur que ya no podrán cruzar ni siquiera para visitarnos como turistas o hacer compras en las ciudades fronterizas”.
En eso el principal ayudante del pato Donaldo interrumpe su discurso inaugural:
“Jefe, tenemos un problema, se nos coló hasta aquí en donde estamos un metiche que viene para acá, está casi frente a nosotros, para plantearle una controversia”
El pato Donaldo, envalentonado, le responde a su ayudante:
“El gran Donaldo, la prueba viviente de la superioridad de las razas, gran defensor de la pureza racial, no le teme a nada ni a nadie. Dígale a mis guardias de seguridad que lo dejen pasar”
Dada la orden del pato Donaldo que nadie en su equipo se atreve a cuestionar, se le planta enfrente un hombre que tiene la finta de ser un académico, iniciándose un diálogo entre ambos:

Pato Donaldo: ¿Y a tí que te trae por acá? ¿Qué pitos tocas? ¿Vienes a felicitarme? ¿Vienes a apoyarme? ¿O vienes a cuestionar mi grandeza ante la cual deberías estar deslumbrado?

Metiche: Ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario. Eres un hipócrita.

Pato Donaldo: Cuida tu lenguaje, no sabes ante quien estás. He demostrado la pureza de mi genética y mi superioridad racial acumulando una de las mayores fortunas que ser humano haya visto jamás en este planeta ya no se diga en este país.

Metiche: Mira, sobre los orígenes de tu fortuna y los chanchullos y trampas y engaños a los que recurriste para estafar a otros sacándoles la mayor cantidad de dinero posible en el menor tiempo posible, podemos hablar de eso en otra ocasión. Lo que me trae es otro asunto del que ya dí parte a la prensa.

Pato Donaldo: ¿A sí? ¿Y qué asunto es ese?

Metiche: ¡Mira! (el no-invitado despliega ante el pato Donaldo una cartulina amplia que parece contener muchos detalles de lo que parece ser un árbol genealógico), he hecho una investigación amplia de todos tus antepasados, una investigación amplia que tú mismo podrías haber mandado hacer, o a lo mejor ya la hiciste pero no querías que se diera a conocer. He ido hasta doce generaciones atrás, y te tengo bien fichadito (empiezan a aparecer perlas de sudor en la frente del pato Donaldo).

Pato Donaldo: Seguramente se trata de invenciones tuyas.

Metiche: No, al contrario, todo esta muy bien documentado, y he tenido el apoyo de profesores e investigadores del Viejo Continente para suplementar la información que no se podía encontrar en Norteamérica. Tú estás aquí, mero abajo, eres esta ramita entre las cientos de ramitas y bifurcaciones del árbol que hay arriba de tí y que describen a tus padres, a tus abuelos, a tus bisabuelos, a tus tatarabuelos, y así hasta una docena de generaciones atrás yendo hasta el Viejo Continente, y resulta que...

Pato Donaldo: ¿Con qué mafufadas vas a salir ahora?

Metiche: Resulta que entre tus antepasados, sobre todo los que llegaron de Europa para establecerse en Norteamérica al estar huyendo como hampones de la justicia europea por delitos que están bien documentados en los archivos policiales del Viejo Continente, además de haber una amplia estela de bandidos, violadores, estafadores (desde luego), matones, asalta-bancos, secuestradores, esquizofrénicos, transgéneros y rateros de poca monta, hay una mujer gran-gran-gran-tatarabuela tuya, que no era una mujer blanca, sino una india nativa de este continente. O sea que tú, Donaldo, no eres de raza blanca cien por ciento pura, tú también tienes en parte algo de sangre de aquellos a los que indentificas como seres inferiores. Tu sangre está mezclada, no importa en qué porcentaje, eres impuro, y por lo tanto, de acuerdo a tu propia doctrina, no mereces aspirar a ser presidente de Estados Unidos. Y menos cuando quien te entregaría el poder sería el primer presidente afro-americano en la historia de este país.

Pato Donaldo: ¡Cuac, cuac, cuac!

Metiche: ¿Vas a negar a esta antepasada tuya, una india nativa del continente americano?

Pato Donaldo: Mi gran-gran-gran-tatarabuela no era una india ordinaria común y corriente, era una princesa india, algo así como Pocahontas, era parte de la realeza entre las tribus nativas de este continente...

Metiche: Pero india al fin y al cabo, ¿no? Aunque eso sí, muy bonita, como la Miss Universo mexicana Ximena que triunfó en uno de los certámenes de Miss Universo que tú organizas y que ha estado inconsolable y no ha parado de llorar al enterarse de que tú la consideras una mujer inferior por ser una mexicana prieta e indeseable al igual que sus padres y demás familiares de Jalisco, todos ellos de raza inferior.

Pato Donaldo: ¡Cuac, cuac, cuac!

Metiche: Si enciendes cualquier canal de televisión, ahorita mismo verás cómo la noticia de tu antepasada india está causando revuelo. Y si has de ser congruente con tu propia doctrina, tú no mereces vivir, eres impuro, eres inferior, y si realmente quieres hacer algo en pro de la protección y purificación de la raza blanca que dices defender, ahí está el pretil del balcón de tu edificio para que saltes y así te liberes de tu inferioridad racial de la única manera en la que te puedes liberar.

Pato Donaldo: ¡Cuac, cuac, cuac!

Al pie del edificio, uno de los mirones le dice a otro mirón: “En vez de llamarse el pato Donaldo se debería haber llamado el pato Lucas”. “¿Por qué” le responde el otro. “Porque está más Lucas que una cabra, más Lucas que un chivo espantado en una cristalería”.

------

Tiempo después, ya en los infiernos, Satanás atiende en un gran aposento infernal al pato Donaldo:

Satanás: ¡Vaya! Ya era hora de que vinieras a pagarme las facturas.

Pato Donaldo: ¿Cuáles facturas?

Satanás: ¿Ya se te olvidó cómo pudiste hacerte tan groseramente rico de la noche a la mañana? ¿Ya te olvidaste del pacto que hicimos en aquél cementerio a la medianoche para que te pudieras hacer rico a manos llenas? Pero ahora estás aquí conmigo, para que cumplas con tu parte del pacto.

Pato Donaldo: ¿Y mis dineros?

Satanás: Bueno, eso se queda allá arriba. Ya sabes eso del dicho de que no te llevas ni un centavo contigo al pasar al más allá, o mejor dicho, al más acá. ¡Si vieras cómo se están peleando por tus cuentas bancarias que quedaron huérfanas! Como perros y gatos. De tí ni siquiera se acuerdan excepto para echarte pestes por no haber sido más generoso con ellos en tu testamento. Y te volverías a morir si pudieras ver cómo tus juniors y tus protegidos y tus arrimados están despilfarrando en cuestión de minutos los dinerales que a tí te tomó mucho tiempo atesorar.

Pato Donaldo: ¡Cuac, cuac, cuac!

Satanás: Pero basta ya de fruslerías. Mejor vamos a la Gran Sala Infernal en donde mis demonios están preparando un gran banquete en el que te estamos esperando porque vamos a contar con tu presencia, para festejar tu llegada a mi reino.

Pato Donaldo: ¿Va a haber un comelitón?

Satanás: ¡Desde luego! Vamos a abrir el menú con trufas de chocolate, y un buen vino Moscatel, añejado al punto óptimo. Tendremos también como aperitif unos volovanes con caviar y unas crepes Suzette.

Pato Donaldo: Suena sabroso, ya se me hace agua la boca. ¿Y el platillo fuerte?

Satanás: ¡Ah, sí! El platillo fuerte, la piece de resistance. ¿No te imaginas cuál será?

Pato Donaldo: No, pero muero de curiosidad por saberlo.

Satanás: ¿Pues qué otra cosa habría de ser, sino pato a la orange? Te dije que te estábamos esperando para contar con tu presencia en el festín. ¡Llévenselo! (Satanás a sus demonios).

Pato Donaldo: ¡Cuac, cuac, cuac!



Who’s the storyteller who wrote these damn jokes?


Estos son los cuentos del pato Donaldo.

martes, 16 de junio de 2015

Malos perdedores



“En la democracia se gana o se pierde por un voto.
Así es la democracia”
(Felipe Calderón Hinojosa, candidato presidencial del PAN, julio de 2006)

La sucesión presidencial de 2006 se decidió por una diferencia casi insignificante (porcentualmente hablando, inferior al uno por ciento), entre los votos obtenidos por el presunto triunfador, el candidato del PAN Felipe Calderón, y los votos obtenidos por el segundo finalista, el candidato del PRD Andrés Manuel López Obrador.

Contrariamente a una promesa casi solemne que había hecho el Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, de que los resultados preliminares de acuerdo al Programa de Resultados Preliminares (PREP) serían anunciados la misma noche del domingo en que se efectuaron las elecciones, con la finalidad de darle a los mexicanos un avance de las tendencias de la votación, esa noche no se anunció absolutamente nada y solo hubo un silencio total. Pero tampoco se dió ningún avance basado en el PREP el día lunes, comco tampoco se dió avance alguno de las tendencias de la votación el día martes. Fue hasta el miércoles, tres días después, cuando el Consejero Presidente del IFE anunció, de golpe y porrazo, al candidato del PAN como el virtual ganador de las elecciones presidenciales. Esto por sí solo hubiera sido bastante sospechoso, suficiente como para levantar suspicacias y poner en duda los resultados anunciados. Pero el impacto vino poco después, cuando se supo que la misma noche del domingo después de haberse cerrado las casillas el que llevaba una ventaja ligera no era el candidato del PAN sino el candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador. Y la noche del día siguiente, el candidato de la izquierda mantenía una ligera ventaja sobre el candidato del PAN. Y todavía la noche del martes, el candidato de la izquierda seguí manteniendo una ligera ventaja sobre el candidato del PAN. No fué sino hasta la noche del miércoles cuando justo a última hora la tendencia favorable a Andrés Manuel López Obrador se “revirtió” dándole al candidato del PAN una ligera ventaja, la ventaja suficiente por un puñado de votos para proclamarlo como el triunfador de la contienda electoral de 2006.

Para justificar su inexcusable y prolongado silencio, en violación descarada y socarrona al juramento que le había hecho a la Nación, Luis Carlos Ugalde argumentó que no había dado a conocer los resultados del PREP acumulados en la noche de ese infausto domingo porque “asegún” él, el margen de diferencia de votos entre los principales contendientes estaba tan estrecho que no era posible establecer claramente una tendencia a favor de alguno de los candidatos en particular, y que era necesario esperar a que se siguieran contabilizando más actas del PREP “para dar una mejor idea” sobre la tendencia de la votación. Mismo razonamiento usado para “justificar” el no dar a conocer los resultados del PREP en los días posteriores.

La justificación dada por Luis Carlos Ugalde no solo era una explicación peregrina, era un argumento francamente estúpido, un verdadero insulto a la inteligencia de los votantes. No era eso lo que se le había prometido al pueblo de México. Si desde antes de que se efectuaran los comicios Luis Carlos Ugalde hubiera dicho “se darán a conocer los resultados del PREP la misma noche del domingo, siempre y cuando la diferencia estadística entre los porcentajes de los dos principales contendientes fuese superior al uno por ciento”, entonces Luis Carlos Ugalde habría estado justificado en guardar silencio y en no dar ningún resultado obtenido del PREP. Pero no fue eso lo que se había prometido. Se había prometido que se estarían dando a conocer los resultados del PREP a partir de la misma noche del domingo, sin que mediase ninguna otra consideración de por medio, o sea que aunque la diferencia fuese de unos cuantos votos, o inclusive de un solo voto, de cualquier modo los resultados serían dados a conocer puntualmente tal y como se había prometido.

Si la misma noche del domingo en que se celebraron las elecciones Luis Carlos Ugalde hubiera dado a conocer los resultados cumulativos del PREP hasta cierta hora (digamos, acumulados hasta las nueve de la noche), aunque la diferencia porcentual entre Andrés Manuel López Obrador del PRD y Felipe Calderón del PAN hubiese sido de un solo voto, Luis Carlos Ugalde como Presidente Consejero del IFE habría cumplido su promesa al pie de la letra. Y esa noche México se habría enterado que el candidato presidencial que llevaba la delantera era López Obrador. Y si Luis Carlos Ugalde hubiera actuado de la misma manera la noche del lunes, México se habría enterado de que López Obrador mantenía una ligera ventaja porcentual sobre el candidato del PAN. Y si Luis Carlos Ugalde hubiera actuado de la misma manera la noche del martes, México se habría enterado de que López Obrador seguí manteniendo una ligera ventaja porcentual sobre el candidato del PAN. Lógicamente, si después de una ventaja sostenida por varios días por López Obrador, Luis Carlos Ugalde hubiera anunciado que a última hora los resultados se habían revertido a favor del candidato del PAN, es posible que muchos simpatizantes del candidato de la izquierda se habrían lanzado a las calles para dirigirse a la sede del IFE para incendiar el recinto y colgar a Luis Carlos Ugalde de una horca.

Ante lo sucedido, Andrés Manuel López Obrador y los partidos que apoyaban su candidatura pidieron un recuento de la votación “voto por voto, casilla por casilla”. Pero ante esta petición, los panistas (tanto la cúpula como las bases) en vez de decir “apoyamos la propuesta, puesto que nosotros siempre hemos sido paladines de la democracia en México, para que se haga un recuento de toda la votación presidencial, con la finalidad de que los resultados sean limpios y transparentes y no hay nada turbio que ocultar”, se opusieron enérgicamente a que hubiera un recuento de la votación presidencial, dando por triunfador absoluto a Felipe Calderón y cerrando sus oídos y su entendimiento a cualquier otro tipo de razonamiento que no fuera de los panistas. En todo México, no hubo un solo panista que diera su apoyo a la petición de López Obrador de abrir los paquetes electorales para llevar a cabo un recuento de la votación en la modalidad voto por voto, casilla por casilla. Es aquí cuando Felipe Calderón haciéndose el ofendido recriminó al presunto perdedor diciéndole en varias ocasiones “en la democracia se gana o se pierde por un voto, así es la democracia”. En respuesta, López Obrador denunció que había sido la víctima de un sofisticado fraude electoral cibernético, y volvió a insistir en su demanda de que se llevase a cabo un recuento de la votación, demanda a la que el PAN actuando como un bloque de granito sólido se opuso terminantemente afirmando que nunca permitiría tal recuento de la votación “porque no estaba contemplado en las leyes”. Y mientras que el resto del mundo demandaba atender la solicitud del recuento de la votación, en el panismo solo había oídos sordos. Felipe Calderón, apoyado por sus incondicionales en el PAN, que eran todos, se montó en su mula e insistió muy indignado que “nadie puede pretender ganar en las calles lo que no obtuvo en las urnas”.

Andrés Manuel López Obrador insistió en su triunfo afirmando que la prueba contundente del triunfo estaba en los paquetes electorales, y que un recuento total de los votos demostraría no sólo que él había ganado en buena lid, sino que se probaría además la existencia del fraude electoral cibernético que estaba denunciando, acumulándose suficientes pruebas para acusar a los perpetradores del fraude ante los tribunales y enviarlos a la cárcel. Algunos panistas empezaron a titubear diciéndose a sí mismos en sus reuniones privadas: “¿serán ciertas las acusaciones formuladas por el candidato presidencial del PRD?”, “¿realmente habrá ganado López Obrador la contienda, aunque fuera por un solo voto, y a él le corresponde ocupar la silla presidencial”, “si estamos tan seguros de que nuestro candidato Felipe Calderón ganó, ¿por qué oponernos a un recuento de la votación que en todo caso solo confirmará nuestro triunfo y dará plena legitimidad a Felipe Calderón?”.

A fin de cuentas nunca se supo quién fue el verdadero presidente legítimo de México, porque el PAN recurrió a todos los recursos y a todas las mañas habidas y por haber para impedir a toda costa el recuento “voto por voto, casilla por casilla” que le hubiera dado legitimidad a Felipe Calderón (o, en caso contrario, hubiera sacado al PAN de la presidencia de México). Lo que menos le interesaba a los panistas era obtener legitimidad en las urnas, sino mantenerse en el poder a como diera lugar. Y se salieron con la suya. No se sabrá jamás quién ganó realmente la elección presidencial de 2006 ni se comprobarán las acusaciones de fraude en contra del panismo, porque en 2013 con la aprobación entusiasta del panismo nacional se llevó a cabo la destrucción total de las boletas electorales, borrándose así todas las evidencias.

Hoy, a ocho años de distancia, ocurre algo parecido, pero en esta ocasión es en el estado de Colima, en donde lo que ha estado en juego es la gubernatura de Colima.

Sin embargo, en el caso actual el candidato triunfador no es el candidato del PAN, Jorge Luis Preciado Rodríguez, es el candidato del PRI, José Ignacio Peralta. Y en las actas de escrutinio el candidato del PRI le ganó al candidato del PAN por unos cuantos cientos de votos. A partir del momento preciso en que se anunció oficialmente el triunfo del candidato priista, los panistas de Colima apuntalados personalmente por el presidente nacional del PAN Gustavo Madero (instalado permanentemente en Colima para ejercer presiones con la finalidad de garantizar que el próximo gobernador de Colima sea el panista Jorge Luis Preciado) pidieron, o más bien, exigieron casi a gritos ondeando sus bandeloras y llenando las calles de Colima con claxonazos en apoyo a una supuesta victoria del PAN, un recuento total de la votación de Colima “voto por voto, casilla por casilla”. ¡Pero un momento! ¿No era este tipo de recuento de votos algo a lo que en las elecciones presidenciales de 2006 se opusieron ferozmente los panistas? Pues sí. Ellos mismos terminaron demandando lo mismo a lo que antes se opusieron, ¡y hasta usando las mismas palabras!. O sea que cuando el PAN ganó por una diferencia porcentual mínima, la respuesta del PAN a un recuento de votos “voto por voto, casilla por casilla” fue NO, ¡eso no lo vamos a permitir jamás!. Pero cuando el PAN pierde por una diferencia porcentual mínima como acaba de ocurrir en Colima, entonces la cosa cambia por completo.

En Colima, el candidato del PRI ganó por un margen de diferencia que no excede los mil votos, en lo que ha sido llamado como un “final de fotografía” (frase alusiva a la etapa final de las carreras de caballos en los hipódromos en donde es necesario recurrir a una fotografía de precisión para determinar cuál de los dos caballos que llevaban la delantera y que iban casi al parejo llegó a la meta primero aunque sea por la punta de una nariz o una lengua extendida hacia afuera). Pero los panistas indignados no le aceptaron el triunfo basado en unos cuantos cientos de votos. ¡Pero un momento! ¿Acaso uno de los lemas más cacareados de los panistas, que se dicen sumamente respetuosos de la democracia, no es el que dice que “en la democracia se gana o se pierde por un voto, así es la democracia”? Para el panismo, el lema es válido solo cuando el PAN ha ganado aunque sea por un solo y muy cuestionable voto, pero si el PAN ha perdido no por un voto ni por unas cuantas docenas de votos sino por cientos de votos, ¡entonces la cosa cambia! ¡Nada de que “en la democracia se gana o se pierde por un voto”, nadie le va a enseñar el Padre Nuestro al señor cura!

Atendiendo los reclamos de los panistas de Colima, se hizo lo que no se hizo en las elecciones presidenciales de 2006. Se llevó a cabo el recuento de la votación “voto por voto, casilla por casilla”. Los priistas, en un gesto de caballerosidad que los panistas no mostraron en las elecciones presidenciales de 2006 con el candidato López Obrador, no se opusieron a la petición de los panistas, que fue aprobada por unanimidad en el Instituto Estatal Electoral de Colima. ¿Y cuál fué el resultado del recuento de votos? ¡Que se confirmó por segunda ocasión el triunfo del candidato priista!

En realidad, el recuento voto por voto casilla por casilla exigido por el PAN encierra una doble intención. La postura pública es darle transparencia y legitimidad al proceso electoral, ese es el discurso público. Pero la intención oculta, el propósito no-declarado, es fijarse en aquellos votos que puedan ser anulados argumentando cualquier tarugada. “Este voto a favor del PRI tiene que ser anulado porque el tache fue puesto usando no la crayola proporcionada por el IEE para tal efecto sino usando un bolígrafo de tinta negra”. “Este otro voto a favor del PRI tiene que ser anulado porque aunque el punto de cruce de las dos líneas está en el centro del logo del PRI, una de las líneas del tache se sale en su extremo unos cuantos milímetros fuera del casillero tocando el casillero de otro partido, y esto se puede interpretar como un voto a favor de dos opciones distintas”. “Y este otro voto a favor del PRI también tiene que ser anulado porque en lugar de usar un tache con dos líneas cruzadas se puso un círculo en torno del logo del PRI sombreando con crayola el interior del círculo, y si no es un tache entonces no vale”. Y así por el estilo. De este modo, si el candidato del PRI ganó por 487 votos de ventaja, entonces si con estas argumentaciones sofistas se logran anular 488 votos que habían sido emitidos a favor del PRI el que gana es el candidato del PAN, Jorge Luis Preciado, y entonces sí y ahora sí, en la democracia se gana o se pierde por un voto. Otra variante de esta chapuza consistiría en hacer que se anulen exactamente 487 votos a favor del PRI, con lo cual no hay un mero empate técnico sino un empate matemático en el que nadie gana ni pierde entre los dos principales contendientes, y como no hay ganador ni perdedor pues... ¡a celebrar nuevas elecciones se ha dicho!, mientras que en el PAN vuelven a ondear sus banderolas y se ponen a cantar pasajes de ópera para sus comerciales en televisión. En los tiempos en los que el PRI era el Goliath a vencer, los panistas (que eran muy pocos) repetían sin cesar la cantaleta del fraude electoral argumentando que para ganar el PRI recurría a chapuzas como los tacos de votos, las urnas embarazadas, el “ratón loco” y otras marrullerías. Pero en cuanto el PRI dejó de ser el invencible, el PAN no encontró nada malo en agregarle sus propias trampas a la lista de chapuzas, y se puede decir que superaron al maestro. Esto incluye la falsificación de pruebas usadas para impugnar elecciones. De cualquier modo, en las elecciones de Colima de 2015 no se pudo usar la invención panista de la “anulación selectiva de votos” porque al ir saliendo las boletas electorales de cada ánfora de hecho había más votos del PAN que podían ser anulados que votos del PRI susceptibles de anulamiento; o sea que no le convenía al PAN poner en práctica esta táctica porque la brecha de votos a favor del PRI se habría ampliado en lugar de reducirse y esto no le convenía al PAN.

Cualquiera diría, que por congruencia y ya no tanto por dignidad, los panistas de Colima se habrían ido a sus casas rumiando su derrota, después de haberles dado gusto en su demanda de un recuento de votos “voto por voto, casilla por casilla”. ¡Pero no, eso jamás! ¿Y qué quieren entonces ahora? Pues la anulación de las elecciones para la gubernatura de Colima. Pero si iban a llegar a ésto, ¿entonces para qué demonios estaban pidiendo un recuento de la votación “voto por voto, casilla por casilla”? Pues, este, ejem, este, se trata de... se trata de... ¡se trata de estrategias de campaña! ¡Sí, eso es! Se trata de estrategias y tácticas “para ganar lo que legítimamente nos corresponde”. ¿Y si para darles gusto se vuelven a celebrar elecciones en Colima y vuelven a perder? ¡Pues otra nueva lucha para que se anulen las segundas elecciones y se celebren unas terceras elecciones! Y así sucesivamente, hasta que el PAN gane por el desgaste de los opositores, a ver quién se cansa primero.

El 15 de junio, el PAN de Colima anunció oficialmente que los resultados de las elecciones para la gubernatura de Colima serían impugnados. Y el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, dijo ante los medios que “el PAN está agraviado por la manera de actuar del Instituto Estatal Electoral (IEE) en Colima”. Esto suena a farsa vil, porque en todo caso quienes se deberían de sentir agraviados serían los priistas, a causa del hecho de que estando al aire siendo entrevistada por Joaquín López-Dóriga, la Consejera Presidente del IEE en Colima, Felicitas Alejandra Valladares Anguiano, afirmó a última hora que en un nuevo conteo de la votación los resultados se habían revertido a favor del PAN, y que el panista Jorge Luis Preciado sería el próximo gobernador de Colima. Ante esta aseveración radiada a cadena nacional por nadie menos que la Consejera Presidente del IEE de Colima, los panistas de Colima salieron a las calles ondeando sus banderolas y festejando su triunfo, inundando Colima con claxonazos de triunfo desde sus carros y dándole vueltas a las oficinas centrales del PRI en Colima para mofarse de los priistas y sacarles la lengüa. ¡Les ganamos! ¿No que no? ¡Ha muerto el PRI, viva el PAN! Eso dijeron a viva voz. El problema es que la osada afirmación de que los resultados de la gubernatura de Colima se habían revertido a favor del PAN fue una mentira de principio a fin, y la funcionaria que trató de favorecer al PAN fue puesta entre la espada y la pared ante las peticiones de su destitución de parte de los indignados priistas, con lo cual la Consejera Presidente del IEE “rectificó” diciendo que le habían pasado un dato equivocado. Se trató de una mentira emitida desde la cúpula del mismo IEE, con la intención de revitalizar al panismo en Colima dándoles nuevas esperanzas a los panistas y atizando la hoguera, aunque fuera por breve tiempo mientras los panistas preparaban los argumentos de impugnación. ¿Y todavía así tuvo Gustavo Madero el cinismo y el descaro de decir que el PAN estaba agraviado por la manera de actuar del Instituto Estatal Electoral de Colima? ¿Lo dijo acaso haciéndose el ofendido porque la Consejera Presidente del IEE no se sostuvo por más tiempo en su mentira? Dicho sea de paso, el incidente con el cual se mostró una parcialidad a favor de uno de los contendientes desde la más alta cúpula del IEE en Colima hace sospechar de la presencia de varios funcionarios electorales que debiendo ser imparciales no lo son porque detrás de su capa de imparcialidad esconden un favoritismo más que obvio a favor de una de las partes en conflicto.

Independientemente de que Jorge Luis Preciado, el candidato del PAN a la gubernatura de Colima, milita en un partido acostumbrado a hacer rabietas y patalear como niño retobado cuando pierde una elección por escaso margen, gritando ¡fraude, fraude, fraude! y prendiéndole mil veladoras a todos los santos con la esperanza de que se anule una elección en donde ha perdido por escaso margen, está el hecho de que el tipo está malacostumbrado a “ganar” no por el voto directo de las mayorías, sino por la puerta falsa de la plurinominalidad llamada eufemísticamente “representación proporcional”, llegando a ocupar puestos que jamás debería de haber ocupado, al lograr colarse (o ser puesto) en los primeros lugares de las listas plurinominales como parte de las cuotas de poder que la partidocracia promovida por el PAN le ha impuesto a México. Cuando le dicen a uno de estos plurinominales “diputado” o “senador”, termina creyéndosela, y no quieren entender que no hay gobernadores plurinominales como tampoco hay alcaldes plurinominales, y mucho menos presidentes de la República plurinominales. Creyéndose la divina garza, cuando se lanzan por el voto directo del pueblo y sus nombres aparecen en las boletas electorales suponen erróneamente que su instauración se debe tomar como un hecho consumado. Solo cuando se someten al voto directo del pueblo y éste mayoritariamente les dá la espalda es cuando se les bajan un poco los humos, pero solo temporalmente, para volver a inflarse al regresar al Congreso de la Unión para ocupar una curul o un escaño por la vía plurinominal, que es la única manera en la que pueden “ganar” estos “paladines de la democracia”. El atractivo de aparecer en los primeros lugares de las listas plurinominales es tal que hasta Margarita Zavala, la esposa del ex presidente Felipe Calderón, la cual ya ha dado a conocer sus intenciones de postularse para la presidencia de México, trató infructuosamente de ser postulada por el PAN en estas elecciones como candidata a una diputación federal, ¡pero no por la vía mayoritaria, no con su nombre apareciendo en la boleta electoral, NO, eso NO!, sino por la vía plurinominal. No lo logró, y no lo logró porque el presidente del PAN Gustavo Madero se opuso a ello, y si se opuso a ello fue porque quería que su nombre apareciera en primerísimo lugar de las listas plurinominales del PAN, con la consecuencia de que Gustavo Madero ya tiene asegurada una diputación plurinominal (que no ganó con el voto directo de nadie) en la próxima legislatura, que seguramente usará para postularse para la presidencia de México en donde para su mala suerte no tendrá ya la cómoda ventaja de poder contender como plurinominal.

La cuna en donde nacen los plurinominales es un caldo de cultivo de individuos que no saben perder porque no han aprendido a perder. Pero esta cuna se está empezando a achicar no tanto porque la partidocracia haya decidido que ya es hora de que aquellos que quieran ser legisladores se lo ganen sin ayuda de plurinominalidad alguna, poniendo sus nombres en las boletas electorales para que la gente premie a los legisladores por su buen trabajo o para que los castigue por su mal desempeño, sino porque están apareciendo nuevas opciones en el panorama electoral que están creciendo en sus porcentajes de votación a costillas de los porcentajes que han estado perdiendo los partidos mayoritarios, esto además de que los candidatos independientes se están empezando a perfilar como una amenaza mortal para la superviviencia de los plurinominales, ya que si los porcentajes a favor de tal o cual partido son muy bajos entonces las probabilidades de obtener prebendas plurinominales irán cayendo en consecuencia. O puesto de otro manera: si va a haber candidatos independientes por los que se puede votar directamente, ¿quién quiere o quién necesita plurinominales que nunca contienden por nada?

De todo lo anterior se puede sacar una conclusión lógica: el PAN solamente acepta una derrota en las urnas cuando el triunfador le lleva varias decenas de miles de votos de ventaja. Si el triunfo es marginal con solo unos cuantos cientos de votos de ventaja, de inmediato se alzan los gritos desesperados de protesta exclamando ¡fraude!, pataleando y exigiendo la anulación de la elección y la celebración de nuevos comicios. De nada sirve que las elecciones hayan sido avaladas por el INE, que se haya pedido a cada elector presentar su credencial INE de elector para que pueda votar y que en la casilla de votación se haya cotejado su fotografía con el listado de fotos de cada elector, que se le haya marcado a cada elector un dedo con tinta indeleble para que no pueda votar otra vez en otra casilla, que en la casilla de votación se le haya puesto una muesca a su credencial de elector para que no la pueda usar en otra casilla, que se hayan usado boletas de elector numeradas, que haya representantes de cada partido en las casillas y que el conteo de la votación se lleve a cabo en presencia de los representantes de los partidos políticos, extendiéndose al representante de cada partido copia de las actas de votación firmadas por todos los representantes y los funcionarios electorales en una elección ciudadanizada. Nada será suficiente para darle gusto al mal jugador que pide que se anule un gol del contrario porque la cancha tenía medio milímetro de más en la medida oficial de su altura permitiendo con ello que la pelota entrara. Lo único que se puede hacer con tal mal jugador es tomarlo como loquito y no hacerle caso, o pedirle que se retire del partido so pena de echarlo fuera por ser incapaz de aceptar lo que se conoce como el fair play.

Tomando el caso reciente de Colima como paradigma, cuando el margen de diferencia es escaso entonces para los panistas solo hay democracia si ganan, y si no ganan el fraude electoral está más que probado, y hay que organizar marchas de protesta exigiendo la anulación de las elecciones ondeando banderolas del PAN, hay que convocar a las masas a la desobediencia civil, y hay que bloquear carreteras y puentes internacionales (como ocurrió en 1986 con el bloqueo de los puentes internacionales Paso del Norte y Córdova-Américas en la frontera con USA), lo que sea para presionar por la anulación de las elecciones. Si se pierde en las urnas hay que judicializar el proceso electoral para ganar en los tribunales lo que no se pudo ganar en las urnas. ¿Entonces la decisión manifestada en las urnas por las mayorías no cuenta? Pues no cuando el pueblo se ha equivocado, y si el pueblo se ha equivocado hay que enmendarle la plana como si los votantes fueran menores de edad. Así razonan los que no saben perder. Y hasta se dan el lujo de parafrasear al dictador Porfirio Díaz cuando dijo: “México no está preparado para la democracia”. Pero cuando gana el PAN en donde gana el PAN, entonces el pueblo es sabio y ha actuado con madurez cívica, y los resultados electorales deben ser respetados (eso dicen). Como en las elecciones presidenciales de 2006.



domingo, 14 de junio de 2015

Nueva esperanza para la democracia en México




Cuando el analista y politólogo Jorge Castañeda Gutman trató de contender en 2006 por la presidencia de México, la partidocracia que en cierto modo todavía mantiene secuestrado al país con sus camarillas de plurinominales por los que nadie vota (como Javier Corral) impidió que Jorge Castañeda se pudiera postular como candidato independiente desligado de todo partido político. No se lo permitieron, lo boicotearon con las leyes promulgadas para tal efecto, y se salieron con la suya.

Todavía hasta 1946 era posible para cualquier ciudadano el poder postularse para la presidencia de México, aunque las probabilidades de ganar por sí solo sin el apoyo de un grupo numeroso de gente eran casi nulas al tener que competir en contra de un poderoso sistema político en el que el mismo gobierno se encargaba de organizar las elecciones y de hacer el recuento de votos, dándole siempre el gane al candidato oficialista en una época en la que no existía Internet y la televisión era un artículo de lujo con los medios de comunicación firmemente vigilados y censurados por el gobierno federal, y encima de todo no había un Instituto Federal Electoral (IFE) ni un Instituto Nacional Electoral (INE) para garantizar la limpieza de las elecciones. A partir de la Ley Electoral Federal de 1946 (promulgada un año después de que terminara la Segunda Guerra Mundial) la figura del candidato independiente dejó de ser reconocida, confiriéndole la exclusividad del registro de candidaturas a los partidos políticos y afianzando el monopolio del poder de parte del régimen de partido único.

Aunque a Jorge Castañeda se le prohibió participar en las elecciones presidenciales de 2006, Jorge Castañeda entabló una demanda de juicio de amparo para poder contender sin partido que lo respaldara. La Suprema Corte se puso de parte del sistama oficialista confirmando la sentencia en contra de Jorge Castañeda por la improcedencia legal de su apelación en el caso de las leyes electorales. De cualquier modo, Jorge Castañeda recurrió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de la cual México es país signatario reconociendo la autoridad de dicha corte, para quejarse del impedimento que no le permitió contender como candidato independiente por la presidencia de México. La Corte Interamericana de Derechos Humanos decretó en 2008 la violación al derecho de protección judicial del quejoso (dándole palo a la Suprema Corte de Injusticias de México), al no existir ningún medio de impugnación para defender sus derechos, razón por la cual el gobierno mexicano estaba obligado a ajustar la legislación secundaria. El desafío planteado por Jorge Castañeda al sistema político mexicano influyó de manera decisiva para la aprobación de la Reforma Político-Electoral de 2014 que abrió la posibilidad (aunque con enormes trabas cortesía de la partidocracia que se resiste a morir) a las candidaturas independientes.

De este modo, como resultado de la condena emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en contra del gobierno de México y no como resultado de una concesión graciosa, tras el triunfo obtenido por Jorge Castañeda se modificaron las leyes en México para permitirle a los candidatos independientes el poder postular sus candidaturas. Hoy a todo ciudadano le asiste la posibilidad de contender por cargos de elección popular sin ser postulado por algún partido político, tanto a nivel federal como local.

Las elecciones llevadas a cabo el 7 de junio de 2015 fueron de hecho las primeras elecciones en las que hubo candidatos independientes. En los partidos políticos no se les dió mucha importancia, tan seguros estaban de que ningún candidato que no estuviese respaldado por alguna de las principales fuerzas políticas estaría condenado al fracaso en las urnas. Sin embargo, los votantes le propinaron al sistema político mexicano una lección que no habrán de olvidar en mucho tiempo.

El histórico “golpe de timón” que se dió a la democracia mexicana ocurrió en el estado de Nuevo León, en donde de manera clara y contundente Jaime Rodríguez “El Bronco” ganó la gubernatura de Nuevo León como candidato independiente, sin contar con el respaldo de ningún partido político. sin contar con ningún otro respaldo más que el respaldo del mismo pueblo, que es el que realmente cuenta en una democracia que se precie de serlo. Y como llegó al poder con el voto del pueblo, no tiene ningún compromiso con ningún partido político ni tiene facturas políticas que se tengan que pagar.

En Nuevo León, los votantes no estaban contentos con el sistema bipartidista. Ciertamente, no estaban contentos con la forma de gobernar del PRI. Pero tampoco estaban muy contentos con la forma de gobernar del PAN. La alternancia se daba no como resultado de cuál pudiera ser el mejor de los candidatos de ambos partidos, sino como resultado del voto de castigo dado a favor de un partido para castigar al otro partido. Cuando Jaime Rodríguez se postuló como candidato independiente, ofreció por vez primera una opción fresca a los votantes en la cual ya no era necesario recurrir al voto de castigo, se podía votar no por el menos peor sino por aquél que fuera considerado por los votantes como la mejor opción. Y los votantes decidieron que la mejor opción era “el Bronco”. Esto por sí solo ya es un parteaguas.

La magnitud del triunfo del candidato independiente “El Bronco” fue tal que superó los porcentajes combinados de las votaciones dadas al PRI y al PAN. En otras palabras, si el PRI y el PAN hubieran contendido juntos en contra del candidato independiente, ni aún así le habrían podido ganar. Esto reafirma el hastío de los regiomontanos hacia el bipartidismo PRI-PAN que le estuvo dando la razón a aquella mujer incrédula que dijo “son lo mismo, es la misma gata, nomás que revolcada”.

El triunfo de “El Bronco” como candidato independiente abre de pronto una amplia gama de posibilidades para todos aquellos que sin pertenecer a un partido político aspiran a convertirse en diputados, en senadores, en alcaldes, en gobernadores, y hasta (¿por qué no?) en presidente de México, sin necesidad de tener que pertenecer a un partido político. Lo que ha ocurrido en Nuevo León tiene repercusiones profundas que seguirán cimbrando al sistema político mexicano por los tiempos venideros. La experiencia del triunfo del candidato independiente en la gubernatura de Nuevo León es un hecho histórico para México que demuestra que de algún modo el proceso de selección de candidatos tiende a ciudadanizarse y puede enriquecer mucho más el entorno político mexicano con la participación de personalidades que gozan de popularidad entre el electorado, sin necesidad de ser apadrinados por partido político alguno.

Pero no solo “El Bronco” obtuvo la primera gubernatura lograda por un candidato independiente por vez primera en toda la historia del México contemporáneo. Hubo otros candidatos independientes que también para cargos menos llamativos alcanzaron una alta preferencia entre los electores. Uno de ellos es César Adrián Valdés García, cuyo triunfo resultó incuestionable. Otro triunfo que llama la atención es el de Clouthier Carrillo, hijo del inolvidable ex candidato presidencial Manuel Clouthier “Maquío”. Clouthier Carrillo, asqueado por los niveles de descomposición interna a los que estaba llegando el PAN, optó por abandonar dicho instituto político, y los panistas en vez de tratar de retenerlo reformando las malas mañas que se estaban adquiriendo dentro del PAN y expulsando a los malos elementos que solo estaban usando al PAN para buscar el poder por el poder mismo, simplemente le dijeron al hijo de Maquío: “lárgate, no te necesitamos, nos las podemos arreglar muy bien sin tí”. Hoy de seguro esos panistas se está arrepintiendo de haberlo dejado ir, como posiblemente se arrepentirán de tenerlo como un duro antagonista en el Congreso de la Unión que no les debe absolutamente nada y que como candidato independiente solo tiene que responder a la mayoría de los votantes que votaron por él; solo a ellos les tiene que rendir cuentas Clouthier Carrillo y no al PAN, lo cual para el hijo de Maquío ha de tener el sabor de una liberación.

Con las históricas elecciones del 7 de junio, México ha sepultado de manera definitiva el sistema de partido único que Mario Vargas Llosa calificó como “la dictadura perfecta”. Dicho sistema ya no va a regresar. Más aún, y en un hecho que se puede considerar impresionante, cada mexicano por fín le puede presumir a los norteamericanos que el sistema democrático mexicano es superior al sistema político norteamericano, puesto que mientras que en México la partidocracia va en retroceso y los candidatos independientes triunfantes como “El Bronco” y el hijo de Manuel Clouthier “Maquío” ya triunfan sin necesidad de ser postulados por ningún partido político, Estados Unidos sigue atrapado en un nefasto bipartidismo cuya consecuencia igualmente nefasta es un Congreso notoriamente disfuncional en el que llegar a cualquier acuerdo razonable se ha vuelto misión imposible.

A partir de junio de 2005, las cosas han cambiado en forma radical y para siempre en México. Ya no hay lugar en México para otro Porfirio Díaz, tampoco hay espacio para otro Antonio López de Santa Ana, adefesios históricos que se sirvieron del poder en vez de usarlo para servir a México. Del mismo modo, los tiempos del partido único en el que un solo partido político mantenía un monopolio absoluto del poder con una mayoría aplastante e insuperable en ambas Cámaras del Congreso y con la perpetuación de su permanencia continuada en la silla presidencial por espacio de siete décadas, eso también se acabo, porque una vez que la gente se ha acostumbrado a lo que es una verdadera democracia se antoja casi imposible que se quiera volver a lo de antes. Por otro lado, las campañas negras están terminando de perder rápidamente cualquier efectividad que hayan podido tener, ya que si un partido político aspira a remover del poder a otro partido político simplemente recurriendo a la calumnia y al infundio, el elector le puede dar la puntilla a los dos partidos escogiendo a un candidato independiente desligado de cualquier partido político; esto fue precisamente lo que sucedió en Nuevo León. En esto el PAN carga con buena parte del peso de la culpa. ¡Vaya que fue el PAN el que dió inicio a las guerras sucias en los procesos electorales! Aquí se anticipó que estas guerras sucias lejos de ayudar a los que las promovían podrían resultar contraproducentes aumentando el descontento de la ciudadanía y con ello promoviendo el abstencionismo y ahuyentando a los simpatizantes propios, con muchos votos migrando hacia candidatos independientes que hoy están empezando a triunfar. El pueblo quiere soluciones, no pleitos de chirinoleras, y si los partidos políticos no entienden esto pues entonces los votantes mandan a los partidos políticos a su casa reemplazándolos por independientes.

¿Es deseable que desaparezcan los partidos políticos en México? Desde luego que no. Se supone que cada partido político tiene sus propias propuestas e ideas que difieren de las propuestas de otros partidos, y se supone que cada partido tiene su propia ideología y su propia visión sobre cómo se deben llevar a cabo las cosas. ¿Se debe autorizar la eutanasia asistida para enfermos terminales? ¿Se debe autorizar la producción así como la distribución y el consumo legal de la mariguana en la población adulta? ¿Se debe autorizar e incluso apoyar con recursos oficiales el aborto en casos médicos en los que la vida de la madre esté en peligro y el producto se puede dar por perdido? ¿Se debe restaurar la pena de muerte para ciertos delitos? ¿Se le debe remover al presidente de la República la protección del fuero constitucional, haciéndolo igual ante la ley? ¿Se deben eliminar los diputados y senadores plurinominales acabando de tajo con cualquier posibilidad de que puedan convertirse en legisladores individuos que no recibieron el voto de nadie? Estas son cosas que en una democracia tienen que ser decididas por la mayoría y no por minorías que se dicen representar a la mayoría pero que en realidad solo se representan a ellas mismas. Y los partidos políticos con sus plataformas de propuestas son el medio idóneo para agrupar a personas con ideas afines para poder juntar los votos requeridos en el Congreso (o en el Parlamento) para modificar las leyes de acuerdo a lo que la mayoría del pueblo está pidiendo.

Tras las elecciones de 2015, en el nuevo México las cosas ya no pueden seguir igual que antes, y más vale que los partidos vayan aprendiendo la lección. Ya no es posible que un partido simplemente saque a otro partido del poder para que las cosas sigan igual que antes y no se aplique ningún castigo a los que fueron echados por los votantes por los ilícitos por los cuales fueron echados por los electores. Si el pueblo, expresando su voluntad mediante las urnas, castiga a un gobernante que abusó de su poder, el pueblo espera que su sucesor aplique todo el rigor de la ley a su antecesor; nada de “borrón y cuenta nueva”, y si el emanado de un partido entrante no lo puede hacer con el gobernante emanado del partido saliente, pues entonces la solución consiste en no votar por ninguno de los dos (o tres, o cuatro) partidos, cediéndole el poder a un independiente al que no le tiemble la mano en lo que toca a aplicar la ley a su predecesor cuando haya pruebas condenatorias e incriminantes.

Ante lo sucedido, los partidos políticos ya no pueden darle a sus candidatos un cheque en blanco justificándoles todos sus yerros y trapacerías una vez que ocupen un cargo de representación popular. Los procesos de selección de candidatos tienen que procurar a los mejores hombres y dejar de beneficiar a los amigos y compadres como acostumbraban hacerlo en el pasado. Del mismo modo, en cuanto algún funcionario o gobernante emanado de cualquier partido político empiece a desbarrar y a incurrir en ilegalidades o idioteces, en vez de tratar de justificarlo y protegerlo a capa y espada bien harán en proceder a expulsarlo del partido y dejarlo caer como un pesado e indeseable fardo antes de que el indeseable arrastre al pozo de los infortunios al partido que lo postuló.

Cualquier mexicano que esté leyendo ésto, si tiene propuestas constructivas que puedan ser de interés o de utilidad para la Nación, y si cuenta con simpatías entre el electorado, puede tratar de llevarlas a algún partido político afín para que las haga suyas y lo postulen como candidato. Pero si no le hacen caso, entonces se puede postular como candidato independiente y llevar sus propuestas directamente al pueblo sin recurrir a ningún partido político como intermediario, con la seguridad de que si triunfa con el apoyo del pueblo aquellos partidos que lo rechazaron se van a arrepentir hasta la médula.

¡Hasta Rodolfo Neri Vela, el primer astronauta mexicano, como resultado del efecto Bronco ya manifestó su aspiración para postularse como candidato independiente a la presidencia de México! Solo falta ver si en la NASA le pueden proporcionar un propulsor lo suficientemente potente para lanzarse hasta no hasta el Cielo sino para llegar y aterrizar en Los Pinos. O ya de perdis en caso de que le falle el cohete, quedarse como huésped en la Estación Espacial Internacional por un año mientras se le pasa el coraje en caso de no lograr llegar a la silla presidencial a la que muchos quieren llegar pero muy pocos logran llegar (como dice el dicho, muchos son los llamados, y pocos los escogidos).

viernes, 12 de junio de 2015

“Dijo mi mamá que siempre sí” (Chuayffet 8/6/2015)

En lo que debe ser una de las mayores maromas políticas dadas por el gobierno federal, equivalente a un salto mortal cuádruple en el trapecio de un circo, inmediatamente después de las elecciones federales celebradas el domingo 7 de junio los exámenes de evaluación a maestros que habían sido suspendidos sin mayores explicaciones mediante un comunicado escueto dado a conocer el 29 de mayo, fueron restablecidos para ser llevados a cabo del 20 al 22 de julio de 2015. Y en esta ocasión, a diferencia de la ocasión anterior cuando los exámenes de evaluación fueron suspendidos ante la indignación manifiesta de organizaciones importantes de la sociedad mexicana, el Secretario de Educación Emilio Chuayffet Chemor sí dió la cara, y lo hizo el lunes 8 de junio en el salón Nishiazawa de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Ya se había hablado aquí anteriormente sobre cómo la suspensión por tiempo indefinido de los exámenes de evaluación a docentes, cediendo ante la principal exigencia de los maestros disidentes de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas, no solo era una admisión de debilidad del gobierno federal ante el porrismo magisterial cuyo único interés siempre ha sido conservar privilegios inmerecidos, sino que equivalía a pisotear algo que ya había sido elevado a rango constitucional, y por lo tanto equivalía a pisotear la misma Carta Magna de México reduciéndola a un mero documento repleto de buenas intenciones pero sin calidad de ley suprema, con todo y que una vez al año (el 5 de febrero) se le dedica a la Constitución un día para celebrarla.

Ante el anuncio sorpresivo de la reanudación de los exámenes a docentes, los “maistros” de la CNTE y la CETEG reaccionaron indignados diciendo “¡pero qué falta de seriedad del gobierno federal!”, dándose baños de pureza como si el recurrir a la extorsión, al chantaje, a actos de violencia y de intimidación no solo en contra del gobierno sino de la misma ciudadanía fuese cosa de mucha seriedad. En efecto, Pedro Hernández, de la Sección 9 en el Distrito Federal, dijo que el anuncio del titular de la SEP evidenciaba que no existía seriedad en el gobierno federal y que se improvisaba. Por su parte, Benito Vázquez, vocero de la aguerrida Sección 22 de Oaxaca del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, adheridos a la CNTE, declaró: “Es una provocación para todo el magisterio nacional, especialmente luego de las negociaciones y acuerdos que hemos tenido con la Secretaría de Gobernación (SEGOB). Es una farsa siempre lo que ellos hacen”.

Aunque para dar marcha atrás se argumentó que la maroma obedecía a una orden emitida por un juez federal ordenando restablecer de inmediato el calendario para la evaluación de los maestros de educación básica y media superior, la maniobra es una píldora que muy pocos se tragan. Si el gobierno federal recurrió a la ayuda de un juez federal para justificar el salto mortal cuádruple dado por el gobierno, esto no cambia en nada la gravedad de haber cedido a los chantajes y extorsiones de un grupo de delincuentes magisteriales que piensan y actúan como si fuesen delincuencia organizada (de hecho, la definición legal de lo que es delincuencia organizada les cae como anillo al dedo). Para Alejandra Zapata, encargada de temas educativos del Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco), entrevistada por Carlos Loret de Mola el martes 9 de junio en el noticiero matutino Primero Noticias transmitido por Televisa, pese a la retractación dada por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto retomando el cauce de la ley, “el daño ya está hecho”, porque se ha sentado un precedente extraordinariamente peligroso, el precedente de que con suficientes amenazas y presiones grupales se puede presionar al gobierno federal a que dé marcha atrás así sea en forma temporal a cualquier cosa, haciendo a un lado inclusive a la misma Constitución.

Se puede dar por hecho que la decisión del gobierno del presidente Peña Nieto de dar marcha atrás a la suspensión de las evaluaciones a docentes ya estaba tomada incluso poco antes de que se celebraran las elecciones federales del 7 de junio. El “punto de quiebre” en Los Pinos casi seguramente llegó cuando inmediatamente después de anunciarse la suspensión de los exámenes de evaluación los “maistros” porriles anunciaron que de cualquier manera continuarían adelante con su amenaza de no permitir que las elecciones se llevaran a cabo en México. Esta demostración de intransigencia no solo desenmascaró a los porros magisteriales como unos tipos a los que nunca se les podrá dar gusto ni llene, también exhibió al mismo presidente Enrique Peña Nieto no solo ante México sino ante la opinión pública mundial como un bufón al que se le puede doblegar mediante amenazas y chantajes. Esto le ha de haber dolido hasta el fondo del alma a Enrique Peña Nieto, hiriendo su orgullo y amor propios. Les había puesto en charola de plata a los porros magisteriales justo lo que habían estado exigiendo, y de nada sirvió, porque el ceder a las demandas de chantajistas, extorsionadores y matones, lejos de aplacarlos, los envalentona y los hace pedir más y más. Esta es una dura lección que Peña Nieto aprendió demasiado tarde.

Pero parece que el presidente Peña Nieto, ya rectificó. El martes 9 de junio lanzó su más clara y severa advertencia cuando en un foro empresarial dijo: “Quiero ser muy claro. Los procesos de evaluación docente siguen adelante, no se postponen ni se difieren, y por ninguna razón se cancelan. Sobre estas reformas hay que ser muy claro... las reformas constitucionales son mandato de ley”. En pocas palabras, se acabaron de tajo y para siempre los diálogos y las negociaciones con la CNTE y la CETEG, hagan lo que hagan no se les concederá ya nada en cualquier cosa que tenga que ver con la Reforma Educativa. “¡Váyanse al cuerno! ¡Váyanse al carajo!” parece haberles dicho desde ese foro el presidente de México.

Y al día siguiente, el miércoles 10 de junio la Secretaría de Gobernación que por demasiados meses estuvo sosteniendo pláticas con los porros magisteriales que jamás se concretaron en ningún acuerdo a causa de la intransigencia de los porros, por vez primera rompió su diálogo con los maestros disidentes advirtiéndoles que no habría ninguna reapertura del diálogo mientras los inconformes no regresaran a sus aulas de clase para atender las necesidades educativas de los alumnos afectados, cerrándoles Gobernación las puertas de entrada a los porros y optando por ignorarlos. ¡Lárguense! parecía ser la nueva tónica. Aunque cabe la posibilidad de que el gobierno federal nuevamente vuelva a recular al sentirse intimidado por las protestas violentas que lleven a cabo los porros magisteriales, esto se antoja difícil dado que los motineros lograron que el presidente Peña Nieto se humillara ante ellos temporalmente concediéndoles lo que estaban pidiendo (la suspensión por tiempo indefinido de los exámenes de evaluación) sin regresarle absolutamente nada a cambio de su gesto de buena voluntad y por el contrario envalentonándose aún más prestos para seguirlo humillando, pegándole duro al presidente Peña Nieto en su orgullo personal y amor propio. Estas son cosas que no se perdonan fácilmente, y menos desde la cima del poder.

Ante el cambio de actitud del gobierno federal, les queda desde luego a los porros magisteriales la opción de levantarse en armas, pero esto implica enfrentarse en condiciones adversas ante el Ejército, sin el apoyo del resto del pueblo de México que ya está más que harto de los privilegios y la impunidad que han estado gozando los seudo-maestros, arriesgando el pellejo para terminar en la cárcel o en el panteón, algo a lo que los porros motineros no están acostumbrados al haber abusado hasta el hartazgo de los privilegios y concesiones que el mismo gobierno les estuvo dando. Es eso, tomar las armas y sublevarse, o ponerse a trabajar por primera vez en sus vidas, algo a lo cual le temen más que al mismo Diablo.

Los porros magisteriales cometieron un yerro colosal. Con la suspensión de las evaluaciones a docentes, ya habían logrado lo que habían querido, ya habían obtenido el cumplimiento de su principal demanda, haciendo que el gobierno de Peña Nieto pasara por encima de la misma Constitución. De haber respondido al anuncio de la suspensión de las evaluaciones a docentes diciendo “los maestros disidentes damos la bienvenida a esta muestra de buena voluntad ofrecida por el gobierno federal, y como muestra de buena voluntad de parte nuestra cancelamos de inmediato nuestras advertencias de boicot a las elecciones próximas a llevarse a cabo, invitando a la ciudadanía del país entero a que salga a votar libremente”, esto habría puesto al presidente Peña Nieto en uno de los más duros dilemas de su vida, porque en una situación así la posterior reanudación de los exámenes a docentes bajo la razón que fuese habría exhibido al gobierno federal como un régimen traidor, sin palabra, sin seriedad alguna, y hasta muchos ciudadanos que no simpatizan con los porros magisteriales se les habrían unido en muestra de apoyo. ¡Pero no!, los porros magisteriales ya envalentonados tenían que seguir insistiendo, mostrando poco seso. Aunque a decir verdad, se trata de hotentotes con menos masa cerebral que un gusano cadavérico, y ya han dado bastantes muestras de ello en el pasado. ¿Y en manos de estos cavernícolas ha estado la educación básica de decenas de miles de niños de Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Chiapas?

Lo más inverosímil es que gobernadores que no gobiernan como Gabino Cué en Oaxaca y Rogelio Ortega en Guerrero les hayan dado tantas alas por tanto tiempo a los porros magisteriales permaneciendo cruzados de brazos mientras los porros cometían toda clase de actos vandálicos e inclusive criminales en contra de bienes públicos propiedad de la Nación así como en contra de la población civil, sin castigo alguno para los culpables y haciéndose de la vista gorda permitiéndoles actuar en plena impunidad.

En lo que toca al caso de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, cuyos padres de familia han estado exigiendo que los sigan buscando hasta encontrarlos con vida, caso que los porros magisteriales habían tomado como bandera para seguir agitando en contra del gobierno federal pese a que el gobierno federal no tuvo nada que ver con ese secuestro y matazón atribuíble a los narcos “Guerreros Unidos” de Guerrero, desde hace ya algunos meses que el gobierno de Peña Nieto tomó la decisión final de cerrar el caso dando a todos los 43 normalistas por muertos. Aunque hagan mucho ruido, ya no se les abrirán las puertas ni de Los Pinos ni de la Secretaría de Gobernación, y lo único que les queda ya a los padres de los 43 normalistas es pasar de la etapa de negación a la etapa de aceptación y duelo, máxime que a estos padres de familia consentidores y solapadores les toca buena parte de la culpa de lo que le sucedió a sus hijitos buenos-para-nada. Para los porros magisteriales, esto significa la pérdida de otra de sus banderas.

Hay otro factor que los porros magisteriales no tienen a su favor para las próximas protestas que tengan planeadas a realizar en la capital del país. La excesiva tolerancia mostrada por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Angel Mancera, hacia los desmanes cometidos por los gángsters vándalos de los magisterios de Oaxaca y de Guerrero, terminó costándole al Partido de la Revolución Democrática de Mancera su mayoría en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, pasando el control de la Asamblea Legislativa a manos de MORENA; torpedeando de paso las aspiraciones presidenciales del mismo Miguel Angel Mancera; y como a estas alturas Miguel Angel Mancera ya no tiene nada que perder en lo que toca a su carrera política y sus aspiraciones presidenciales a futuro, ahora sí se puede dar el lujo de aplicar mano dura si así lo desea en contra de los porros magisteriales, haciéndoles pagar por retrasado los enormes daños causados a la ciudadanía de la Ciudad de México como a las aspiraciones presidenciales de Mancera. Naturalmente, Mancera puede seguir cruzado de brazos en detrimento del bienestar de los capitalinos, pero los ciudadanos de la capital del país saben que podrán vengarse en las elecciones en las que se tenga que renovar la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, y en estos tiempos en los que el voto cuenta este ajuste de cuentas en las urnas puede ser tan dulce para los electores actuando como jueces así como duro para el gobernante saliente que estará siendo juzgado y cuyo partido tendrá que pagar con los costos políticos en caso de que se sigan tolerando los desmanes que los porros magisteriales comenten en la capital del país.

Lo que sí es un hecho es que con el desafío lanzado por el presidente Peña Nieto sepultando en su totalidad las demandas de derogación de la Reforma Educativa, se ha activado una bomba de tiempo, y el reloj ha empezado su cuenta descendente. La bomba necesariamente tiene que estallar justo en los tres días en los que están programados para llevarse a cabo los exámenes de evaluación a docentes, o sea del 20 al 22 de julio. Alguien necesariamente va a quedar muy mal parado. Si no ocurre absolutamente nada (actos vandálicos de violencia extrema llevados a cabo por los porros magisteriales), entonces los sindicatos-mafias quedarán como bufones, como payasos incapaces de poder sacarle al gobierno federal absolutamente nada lo que le han estado pidiendo. Y para ellos será el principio del fin, porque habrán perdido para siempre su principal bandera.

Y si los porros magisteriales empiezan a cumplir con sus mil veces repetidas amenazas a partir del momento en que se empezarán a aplicar los exámenes de evaluación, al presidente Peña Nieto no le quedará más alternativa que hacer cumplir la ley, hacer cumplir la Constitución. En lo que toca a la Reforma Educativa, el presidente Peña Nieto ya quedó ante el pueblo de México y ante la opinión pública mundial como un bufón incapaz de cumplir y hacer cumplir la misma Constitución al haber ordenado la suspensión de los exámenes de evaluación sin obtener absolutamente nada a cambio de los chantajistas. Es dudoso que Peña Nieto le quiera dar a los mexicanos y al mundo entero una nueva confirmación de la imagen de bufón e inepto que él mismo se construyó al ceder a las presiones de vándalos desbocados. Y si la única manera de hacer que se lleven a cabo los exámenes de evaluación requiere el uso de la fuerza pública, pues entonces se tendrá que recurrir al uso de la fuerza pública. Para Peña Nieto ésta sería una manera de “ajustar cuentas” con los que lo humillaron. Y en esta ocasión Peña Nieto tendría a su favor el respaldo de los millones de mexicanos que salieron a votar el 7 de junio rechazando la convocatoria de los porros magisteriales de llevar a cabo un boicot y sabotaje a las elecciones federales, en su enfrentamiento en contra del gobierno federal los porros magisteriales hoy están más solos que nunca. Por principio de cuentas, se pueden empezar a cumplimentar órdenes de aprehensión en contra de los cabecillas de la CNTE y la CETEG, a los cuales se les puede acusar de autoría intelectual en varios delitos tales como ataques en contra de las vías federales de comunicación y destrucción de propiedad federal.

Ya en una ocasión anterior el presidente Peña Nieto se fue en contra de un personaje de primera línea dentro del gremio magisterial, en este caso el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y lo hizo al poco tiempo de haber sido inaugurado como presidente de México. Ese personaje es Elba Esther Gordillo, la ex lideresa magisterial que llegó a simbolizar una de las peores muestras de corrupción oficial al amparo de la impunidad y protección que se le dió en los tiempos en los que el presidente Felipe Calderón gobernaba a México, lo cual cambió cuando el PRI sacó al PAN de la presidencia y se aplicó la ley que el presidente anterior nunca aplicó. Al día de hoy, Elba Esther Gordillo se está ajando en la cárcel sin que nadie la vaya a visitar, y no es ni siquiera la sombra de lo que alguna vez fue en sus tiempos de poder y de gloria. Lo mismo podría terminar sucediéndole a los cabecillas de la CNTE y la CETEG, así como a los seguidores suyos que los quieran acompañar hasta la cárcel en donde las únicas “clasecitas” que podrían terminar dando serían para los otros reclusos que ciertamente no están allí por haberse sacado puros dieces en la escuela sino todo lo contrario. Ciertamente, si terminan recluídos en un penal, sus alumnos en Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas no los echarán de menos, que al fin y al cabo ni los conocen a causa de las ausencias prolongadas de estos seudo-maestros que solo se aparecen a la hora de cobrar su nómina.

viernes, 5 de junio de 2015

FEPADE: una dependencia inútil



Por mucho tiempo, la Secretaría de la Reforma Agraria, creada durante los tiempos del cardenismo para formalizar la expropiación de los grandes latifundios que eran propiedad de los hacendados que se beneficiaron con la dictadura del porfirismo, ha sido considerada como un “elefante blanco” (término utilizado para referirse a cierta cosa que requiere hacer un gasto muy oneroso en algo que no tiene ninguna utilidad, así como a posesiones que tienen un costo de manutención mayor que los beneficios que aportan, y también a aquellas cosas que proporcionan un beneficio a otros pero que no traen utilidad ni beneficio alguno a sus verdaderos propietarios) por el simple hecho de que llegó el momento en que ya no había más tierras por repartir, cuando toda porción de terreno que se podía repartir entre los ejidatarios ya estaba repartida, y la única manera de darle tierra a un ejidatario era quitársela a otro ejidatario. Pero aún cuando ya no había tierras para repartir, la existencia continuada de la Secretaría de la Reforma Agraria fue justificada alegando que, si bien era cierto que ya no había tierras disponibles para repartir, quedaban todavía grandes porciones de terreno que estaban aún “en litigio” y cuyo destino final no podía quedar en el limbo por la desaparición de la dependencia gubernamental encargada de promover la repartición de tierras. Esta argumentación sofista, de carácter legaloide, le inyectó oxígeno a la Secretaría de la Reforma Agraria permitiéndole seguir viviendo aunque en la práctica sirvió únicamente para seguirle dando chamba a una generación de bien pagados burócratas dizque agraristas.

La Secretaría de la Reforma Agraria no siempre se llamó como tal. Empezó como el Departamento Agrario el 17 de enero de 1934, un día después del decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación. Tiempo después, se creó el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, a partir del decreto publicado el 15 de junio de 1960 en el Diario Oficial de la Federación, aunque en realidad se trataba del mismo Departamento Agrario que después recibiría el nombre Secretaría de la Reforma Agraria. Por la grave crisis económica de México, estaba condenada a ser desaparecida en 2013, pero para 2013 simplemente pasó a ser la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Y hasta el día de hoy se resiste a morir, y los legisladores del Congreso de la Unión que no se atreven a matarla parecen estar convencidos de que si por su obsolescencia desaparece este organismo que ya no tiene otra cosa útil que hacer entonces se desencadenarán profecías terribles que tienen que ver con la desaparición no solo de México sino de la misma humanidad. Y por lo tanto, allí sigue. Y allí seguirá, como dijera Don Teofilito.

La historia de la Secretaría de la Reforma Agraria demostró cómo es posible que una agencia gubernamental cuya existencia ya no está justificada, o peor aún, nunca estuvo justificada, termina convirtiéndose en un parásito del presupuesto público sin dar nada a cambio de las enormes sumas de dinero que se le están metiendo. Es una verdadera cátedra sobre cómo la especialidad de muchos gobiernos (¿o tal vez de cualquier gobierno?) es malgastar el dinero del pueblo en inútiles proyectos faraónicos o en prebendas “para los compas” obteniéndose poco o inclusive nada a cambio de las enormes inversiones de dinero que se le están metiendo a las “grandes ideas” propuestas por el gobernante en turno.

Hoy, en el tercer milenio, la historia se vuelve a repetir. En México hay una dependencia gubernamental que no sirve absolutamente para nada, la cual está pasando a disputar el lugar que antes ocupaba la Secretaría de la Reforma Agraria. Se trata de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (FEPADE). No hay otro país en el planeta que tenga una dependencia como ésta. La FEPADE nació como resultado de la desconfianza ciudadana en todo lo que tiene que ver con la celebración de las elecciones: desconfianza en el uso de recursos públicos para promover a cierto partido en tiempos electorales, desconfianza en la confiabilidad de los contenidos de las urnas electorales, desconfianza en los métodos usados para el conteo y la anulación de votos, desconfianza en los funcionarios asignados a cada casilla electoral, desconfianza en la legitimidad de la procedencia de recursos a las arcas de los partidos, desconfianza en lo que pueda ser interpretado como medidas de presión para obligar a algunos ciudadanos a votar a favor de cierto partido político, en fin, DESCONFIANZA EN TODO.

En 2015 se acumularon evidencias nuevas (además de las muchas que ya existían) que demuestran que la FEPADE, la dependencia oficial creada para garantizar elecciones completamente limpias y completamente libres de obstáculos, no ha servido para tal cosa. ¿Y a cuáles evidencias nos estamos refiriendo?

Específicamente, nos estamos refiriendo a los hechos delictivos ocurridos el lunes 1 de junio cuando una treintena de organizaciones ligadas con las siniestras organizaciones CNTE y CETEG escenificaron grandes disturbios en al menos cinco ciudades del país saqueando y quemando instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE), incinerando y robando numerosos paquetes y boletas electorales de lo cual tenemos el siguiente registro fotográfico como una de las muchas evidencias de los delitos que estas mafias de sindicatos magisteriales han cometido actuando al margen de las leyes electorales:




La destrucción de boletas electorales así como el robo de paquetes y boletas electorales no son delitos menores que se castiguen con una simple sanción económica, se trata de crímenes federales, se trata de crímenes mayúsculos que se castigan con varios años de cárcel. Precisamente para la consignación y el enjuiciamiento de delincuentes involucrados en estos delitos de orden federal fue creada la FEPADE. Todos los que trabajan en la FEPADE saben exactamente cuándo y en dónde ocurrieron los hechos, las noticias que ellos ven son las mismas noticias que ven los demás ciudadanos ordinarios. Y se sabe quiénes han estado detrás de la comisión de este tipo de delitos, hay autoría intelectual plenamente establecida. Además los que cometieron estos delitos ya ni siquiera se tomaron la molestia de presentarse embozados, puesto que de cualquier modo jamás se ha castigado a nadie que participa en estos crímenes aunque tenga el rostro al descubierto. Parecería que la FEPADE tiene aquí todos los elementos de prueba para llevar a cabo la procuración de la justicia federal en estos delitos electorales de orden mayúsculo. ¿Lo está haciendo? No. ¿Lo hará? Se antoja imposible. Si no lo ha hecho antes, ¿por qué habría de hacerlo ahora? Si se trata de aplicar la ley a rajatabla, sin distinciones, la FEPADE tendría que estar preparada para actuar y enfrentarse directamente a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de Oaxaca y a la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), empezando por el arresto inmediato y consignación ante un juez penal de los líderes de estas organizaciones sindicales porriles y vandálicas, lo cual es tanto como enfrentarse a unos de los grupos de la delincuencia organizada más poderosos del mundo. Ante la posibilidad de tener a las afueras de las oficinas de la FEPADE a varios miles de porros salvajes del magisterio prestos para tomar como rehenes a los empleados y funcionarios de la FEPADE, prestos para incendiar las instalaciones de la FEPADE, y prestos para acabar con todo y con todos, sin contar los de la FEPADE con ninguna protección de parte de las policías de la Ciudad de México (el gobierno del perredista Miguel Angel Mancera hasta la fecha siempre ha tolerado todos los desmanes y excesos que cometen los porros de la CETEG y la CNTE en contra de la ciudadanía) y sin contar con ninguna protección de parte del Ejército, lo más seguro es que antes que atender una sola denuncia en contra de los porros magisteriales de la CETEG y la CNTE todos los empleados de la FEPADE en todos sus niveles pondrían de inmediato sus renuncias con carácter irrevocable. Como dice el dicho “más vale que digan aquí corrió que aquí murió”; y la FEPADE al momento de carecer de empleados y funcionarios dejaría de existir de facto.

Sin embargo, la FEPADE está más que ávida para atender denuncias puestas en contra de “poquiteros” acusados de cometer delitos electorales. Si se trata de un humilde vendedor callejero de paletas al cual se le acusa de tener en su carrito una cartulina a favor de cierto partido político justo en el día de las elecciones, entonces sin duda alguna que la FEPADE descargará toda su ira y toda su furia en contra del vendedor de paletas, arrestándolo y exhibiéndolo ante los medios nacionales de comunicación, preparando toda la papelería y todos los expedientes para lograr que se le aplique la pena máxima al vendedor callejero de paletas cuya ignorancia (por falta de escolaridad) no justifica la violación a las leyes electorales. Para estas demostraciones mediáticas de fortaleza oficial en la aplicación de las leyes electorales la FEPADE sí es muy buena. Del mismo modo, si alguien se presenta a votar vestido con un pantalón blanco, una camisa verde y una camiseta roja, también se expone a ser arrestado por la FEPADE por usar un modo de vestir “políticamente incorrecto” y violar así en forma flagrante el código que prohibe que cualquiera pueda promocionar así sea en forma indirecta y subliminal a algún partido político en las casillas electorales el día de la votación. La FEPADE actuando con dureza draconiana en contra de un ciudadano ordinario que tiene que enfrentarse solo en contra de esta agencia es la aspiración ideal de todos los que trabajan en la FEPADE prestos para castigar con dureza a quienes actún prácticamente solos en la comisión de delitos electorales menores que en otros países no son clasificados como tales. Pero eso de tener que enfrentarse en contra de quienes actuando en grupos numerosos como la CNTE y la CETEG que roban y destruyen boletas electorales, incendian locales del INE así como casillas de votación e intimidan a quienes tratan de acudir a votar impidiéndoles con amenazas directas el poder ejercer su derecho al voto, eso ya es otra cosa completamente diferente, y las denuncias puestas ante la FEPADE para tales efectos caen en saco roto. La FEPADE solo es muy buena para hacer lo que cree que le conviene con el fin de producir la impresión de que está haciendo algo cuando en realidad no está haciendo nada, pero si se trata de enfrentar delincuentes electorales de orden mayúsculo como la CNTE y la CETEG entonces un enfrentamiento de esta clase no le conviene a la FEPADE y es entonces cuando se convierte en una agencia gubernamental sorda que se hace como que no ve y como que no escucha nada de lo que ocurre a su alrededor.

Si se trata de delitos electorales verdaderamente graves, tales como saquear e incendiar oficinas del INE, robar y quemar boletas electorales, e impedir mediante el uso de la fuerza y la violencia que los ciudadanos puedan acudir a las casillas a votar, de cosas que aparecerán en primera plana en los noticieros nacionales, y uno espera que la FEPADE entre en acción de inmediato, es casi seguro que no ocurrirá absolutamente nada, porque van a salir con alguna tarugada como “para poder proceder de acuerdo a las leyes electorales, se requiere que alguien interponga primero una denuncia, de lo contrario no se puede hacer nada”. ¿Y si se interpone una denuncia trasladándose personalmente hasta las oficinas de la FEPADE en la Ciudad de México para interponer una denuncia (un original y veinte copias, por favor)? De seguro van a salir con otra tarugada como “estamos investigando”. Si transcurridos dos años se invierte el tiempo para volver a la FEPADE a ver qué han hecho con la denuncia y comprobar a cuántos de los delincuentes electorales denunciados se ha metido a la cárcel, de seguro en la FEPADE volverán a salir con la misma tarugada: “seguimos investigando”. Y si transcurridos seis años desde que se puso la denuncia se acude a la FEPADE para ver en qué etapa se encuentran las “investigaciones”, lo más probable es que le darán la cerrazón final a la puerta diciendo algo como “el tiempo para proceder en contra ya prescribió, lo sentimos mucho, pero ya no se puede hacer nada”. El siguiente cartón es uno de los varios que circulan por Internet indicativos de las inconformidades que hay en torno a las numerosas excusas y pretextos a que recurren en la FEPADE para no meter de inmediato a la cárcel a delincuentes electorales como los cabecillas de la CNTE y la CETEG que pese a robar y quemar papelería electoral gozan de una impunidad total:




De este modo, en la FEPADE se quedarán carcajeando mientras siguen tomando su café a la vez que el denunciante sale de las oficinas haciendo una rabieta de coraje con la que no se logrará nada. En la FEPADE ciertamente no se preocupan por ignorar a la ciudadanía, que al fin y al cabo la FEPADE fue creada con un generoso presupuesto asignado por el Congreso de la Unión para su sostenimiento, y solo mediante un excesivamente largo y complicado proceso legislativo el Congreso puede eliminar el presupuesto consumido por la FEPADE desapareciendo con ello a la FEPADE. ¿Y entonces quién va a atender las denuncias relacionadas con delitos electorales si se lograra desaparecer a la FEPADE? Pues la misma Procuraduría General de la República. ¡Pero esto fue precisamente lo que se hizo el Congreso en enero de 2015 en una denuncia al pedir una investigación de delitos electorales! No se dirigió a la FEPADE, ¡ni pensarlo! Se dirigió directamente a la PGR. La denuncia interpuesta por los legisladores fue llevada ante la PGR y no ante la FEPADE, ¡precisamente porque ni siquiera los mismos legisladores que crearon a la FEPADE confían en que esta agencia inútil hará nada para dar seguimiento y cauce a la denuncia! “Pero si desaparece la FEPADE, en la PGR no harán absolutamente nada y no habrá quien dé una respuesta apropiada a las denuncias” argumentarán quizá los principales funcionarios de la FEPADE en defensa de sus chambas y prebendas. ¿Y eso qué? Si la PGR no atiende ninguna de las denuncias interpuestas por delitos electorales graves, pues no se pierde nada con la desaparición con la FEPADE porque de cualquier modo es lo mismo que está ocurriendo ahorita.

Para justificar su existencia y las enormes carretadas de dinero del pueblo que se gastan en ella, la FEPADE dá señales de vida en tiempos electorales mediante propaganda masiva a través de todos los medios para que así el ciudadano común diga convencido: “es maravillosa la FEPADE, sin ella las elecciones no se podrían realizar limpiamente en México, y por lo tanto no podría haber democracia”. Este razonamiento sofista esconde el hecho de que antes que existiese la FEPADE ya había algo de democracia en México, y es falso que sin la FEPADE la democracia en México no sería posible. Muchos países democráticos del orbe no tienen FEPADEs (como Finlandia, USA, Suecia y Canadá) porque la ciudadanía tiene confianza en sus procesos electorales y acepta los resultados sin poner un millón de objeciones basadas todas ellas en la desconfianza. En estas elecciones de 2105, entre la prolija propaganda repetida en los medios hasta el cansancio por la FEPADE había un spot en el que aparecía un presunto delincuente electoral presionando a los ciudadanos:
“Si no votas por el candidato que te dije, le quito la beca a tu hija”. ¿Sabes de algún servidor público que condiciona un programa social o un servicio público? Denúncialo. “Me tienen que aportar dinero para este partido, y si no, los corro”. Si te solicitan aportaciones para apoyar a un partido o candidato, denúncialo. Nadie puede quitarte el derecho de votar libremente, y si lo hacen, denúncialos a la FEPADE. Ayúdanos a prevenir y perseguir los delitos electorales. Nosotros nos encargaremos de hacer cumplir la ley.
No se requieren dotes de “niño genio” para darse cuenta de las truculencias usadas en esta propaganda de la FEPADE. La supuesta amenaza “si no votas por el candidato que te dije, le quito la beca a tu hija” es algo que nadie haría en el mundo real, porque aún si hiciera tal amenaza no tendría modo alguno de poder comprobar si aquellos a los que amenazó votaron “por el candidato que te dije” a menos de que fuera un adivino, en virtud de que el voto es secreto llevado a cabo dentro de unas mamparas en las que solo puede estar una persona a la vez. Si en una casilla “el candidato que te dije” obtuvo 54 votos, entonces el “amenazado” le podría decir al amenazador: “voté por el candidato por el que me dijiste que votara, uno de los 54 votos que obtuvo fue el mío”. ¿Y cómo va a saber el “amenazador” si le están diciendo la verdad? La única manera en que podría saberlo sería en el caso en el que “el candidato que te dije” no obtuviera un solo voto en la casilla, pero si “el candidato que te dije” anda tan mal, entonces de nada le servirán dos o tres votos que obtenga mediante amenazas.

¿Podría haber sido de alguna utilidad la FEPADE en las elecciones presidenciales de 1988, aquellas elecciones en las que el candidato presidencial Cuauhtemoc Cárdenas que llevaba al principio una delantera en los resultados preliminares perdió de modo casi mágico su delantera tras la misteriosa “caída del sistema” con la cual se hizo a un lado el poderoso sistema de cómputo IBM instalado para tales efectos para en su lugar contabilizar los resultados electorales a mano, revirtiendo en cuestión de horas los resultados a favor del candidato oficialista que fue a quien se le dió la presidencia de México? No solo es dudoso que la FEPADE hubiera hecho algo para investigar a fondo esa misteriosa caída del sistema pidiendo ayuda de los ingenieros de mantenimiento técnico de las computadoras IBM con el fin de deslindar responsabilidades, simple y sencillamente la FEPADE no habría hecho nada, lavándose las manos diciendo: “no es asunto de mi competencia, el sistema de cómputo está bajo control de la Secretaría de Gobernación, vayan con ellos y arréglese con ellos”. ¿Y qué tal las elecciones presidenciales de 2006 cuando la FEPADE ya existía, en las cuales los resultados preliminares que iban a ser dados por el IFE (Instituto Federal Electoral) la misma noche de las elecciones en base a una promesa formulada casi como juramento por el mismo presidente consejero del IFE, Luis Carlos Ugalde, no fueron dados a conocer esa noche sino que sospechosamente fueron retrasados, resultados iniciales que hoy se sabe le estuvieron dando consistentemente una ventaja al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador? Los resultados cumulativos solo fueron dados a conocer tres días después por Luis Carlos Ugalde, y ello sólo cuando a última hora y de manera extremadamente sospechosa la ventaja que llevaba López Obrador se revirtió a favor, por un margen pequeñísimo, del candidato oficialista. Estamos hablando de algo en lo que la misma presidencia de la República estaba en juego. López Obrador exigió un recuento. ¿Y qué hizo la FEPADE? Pues se sentó en su mula y se quedó como el chinito, “nomás milando”. Esto tiene relevancia hoy porque la FEPADE de ese entonces es la misma FEPADE que la FEPADE de la actualidad.

La FEPADE no sirve hoy absolutamente para nada, ya lo ha demostrado. Si hoy mismo desaparece, nadie la echará de menos excepto los burócratas en los niveles superiores que solo se la pasan papando moscas y cobrando sus nóminas generosas para las cuales el impuestívoro SAT se la pasa sacando dinero de los bolsillos del pueblo mexicano, haciendo honor a la máxima atribuída al presidente mexicano Adolfo López Mateos que dice: “cada mexicano tiene metidas sus manos en los bolsillos de otro mexicano, ¡y ay de aquél que trate de romper la cadena”.

Estableciendo comparaciones, la FEPADE de México es algo así como la agencia antidrogas DEA (Drug Enforcement Administration) de los Estados Unidos. Si el Congreso norteamericano desaparece a la DEA, no habrá ni menos norteamericanos drogadictos que los que hay ahora ni habrá más drogadictos que los que hay ahora, el consumo de drogas ilegales se mantendrá igual. La “guerra contra las drogas” empezada por el presidente Richard Nixon, si es que se le puede llamar “guerra” aunque en realidad nunca lo fué, se perdió desde el momento en que Estados Unidos decidió que esa “guerra” se tenía que llevar a cabo única y exclusivamente fuera de territorio norteamericano, en contra de los proveedores externos (“those damn Mexican drug lords, those damn Colombian drug lords”, “those damn Peruvian drug lords”, etc.) sin tocar en lo absoluto a los que dentro de los Estados Unidos manejan (con presupuestos mayores que los que maneja la agencia espacial NASA) las gigantescas operaciones de distribución de drogas ilegales para garantizar que puedan llegar a todos los confines de los Estados Unidos en cualquier ciudad de la Unión Americana. Dentro de los Estados Unidos la DEA jamás en su historia ha arrestado a ningún capo norteamericano de altos vuelos involucrado en la distrubución de drogas que sea de la estatura de los capos que han sido arrestados o eliminados en México y Colombia (como Pablo Escobar Gaviria, Vicente Carrillo Fuentes, Servando Gómez Martínez “la Tuta”, etcétera); y casos aislados de arrestos y consignaciones que los detectives norteamericanos pretenden presumir como el de John Gotti no cuentan porque estos arrestos no han hecho jamás ninguna mella en la distribución interna de drogas ilegales en territorio norteamericano. Desde el momento en que alguien dentro del gobierno norteamericano tomó la decisión de que dentro del territorio norteamericano no se tocaría a ninguno de los “grandes” ni siquiera con el pétalo de una rosa, la “guerra contra las drogas” se perdió; es una guerra perdida, y los billones de dólares que se han invertido en la DEA para la erradicación de la drogadicción dentro de territorio norteamericano ha sido dinero tirado a la basura, dinero que ha ido a parar a un barril sin fondo (como el dineral que Estados Unidos gastó en la Guerra de Vietnman, la cual también perdió).

A diferencia de la Secretaría de la Reforma Agraria, que sí tenía una misión qué cumplir cuando nació, la FEPADE jamás ha cumplido su misión. No tiene una sola consignación importante que justifique el dinero que se ha invertido en ella hasta ahora. ¿Ha perdido algún gobernador electo su triunfo antes de tomar posesión de su cargo como resultado de una denuncia puesta en contra suya ante la FEPADE por la comisión de delitos electorales que le ayudaron en su triunfo? Ni en sueños. ¿Ha perdido algún alcalde electo su triunfo antes de tomar posesión de su cargo como resultado de una denuncia puesta en contra suya ante la FEPADE por la comisión de delitos electorales que le ayudaron en su triunfo? Tampoco. ¿Ha perdido algún diputado electo o algún senador electo su triunfo antes de tomar posesión de su cargo como resultado de una denuncia puesta en contra suya ante la FEPADE por la comisión de delitos electorales que le ayudaron en su triunfo? Tampoco.

La FEPADE únicamente dá señales de vida en tiempos electorales, cuando se procura mucha promoción y difusión de su existencia a través de los medios, tanto en la radio y la televisión como en la prensa cotidiana. En los largos lapsos intermedios de tiempo (de una elección a otra), debemos suponer que quienes trabajan en la FEPADE se la pasan durmiendo simple y sencillamente porque no tienen absolutamente nada que hacer excepto presentarse a cobrar su nómina. Los osos exhiben un comportamiento similar, conocido como hibernación, pero esto ocurre solo por espacio de algunos meses y solo ocurre de un año a otro. Pensándola bien, trabajar en la FEPADE debería ser el sueño de cualquier burócrata: un trabajo cómodo y bien pagado, y sólo durante las temporadas electorales hay que estar atendiendo las denuncias telefónicas puestas a la línea FEPADETEL haciéndoles creer a los denunciantes que sus denuncias serán “atendidas con prontitud recibiendo un seguimiento hasta sus últimas consecuencias”. Si esto es lo único que hay que hacer, entonces la única habilidad que tienen que demostrar aquellos que aspiren a trabajar en la FEPADE es la habilidad para contar cuentos chinos, la habilidad de estarle dando “atole con el dedo” a los denunciantes hasta que se cansen y dejen de estar dando lata.

Con lo que le cuesta la FEPADE al pueblo de México, se podrían construír, equipar y mantener operando con una planta completa de maestros cinco escuelas de bachillerato de tiempo completo. ¿Cual de estas dos opciones cree el lector que le pueda ser más útil al pueblo de México? ¡Ea, señores diputados y senadores del Congreso de la Unión! ¡Despierten! Y pónganse a trabajar, aunque sea por una sola vez en sus vidas. Sirve que les ponen el ejemplo a los señores de la FEPADE que deben de estar aburridos y cansados de tanto descansar en las largas temporadas cuando no hay procesos electorales en curso.