En lo que debe ser una de las mayores maromas políticas dadas por el gobierno federal, equivalente a un salto mortal cuádruple en el trapecio de un circo, inmediatamente después de las elecciones federales celebradas el domingo 7 de junio los exámenes de evaluación a maestros que habían sido suspendidos sin mayores explicaciones mediante un comunicado escueto dado a conocer el 29 de mayo, fueron restablecidos para ser llevados a cabo del 20 al 22 de julio de 2015. Y en esta ocasión, a diferencia de la ocasión anterior cuando los exámenes de evaluación fueron suspendidos ante la indignación manifiesta de organizaciones importantes de la sociedad mexicana, el Secretario de Educación Emilio Chuayffet Chemor sí dió la cara, y lo hizo el lunes 8 de junio en el salón Nishiazawa de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Ya se había hablado aquí anteriormente sobre cómo la suspensión por tiempo indefinido de los exámenes de evaluación a docentes, cediendo ante la principal exigencia de los maestros disidentes de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas, no solo era una admisión de debilidad del gobierno federal ante el porrismo magisterial cuyo único interés siempre ha sido conservar privilegios inmerecidos, sino que equivalía a pisotear algo que ya había sido elevado a rango constitucional, y por lo tanto equivalía a pisotear la misma Carta Magna de México reduciéndola a un mero documento repleto de buenas intenciones pero sin calidad de ley suprema, con todo y que una vez al año (el 5 de febrero) se le dedica a la Constitución un día para celebrarla.
Ante el anuncio sorpresivo de la reanudación de los exámenes a docentes, los “maistros” de la CNTE y la CETEG reaccionaron indignados diciendo “¡pero qué falta de seriedad del gobierno federal!”, dándose baños de pureza como si el recurrir a la extorsión, al chantaje, a actos de violencia y de intimidación no solo en contra del gobierno sino de la misma ciudadanía fuese cosa de mucha seriedad. En efecto, Pedro Hernández, de la Sección 9 en el Distrito Federal, dijo que el anuncio del titular de la SEP evidenciaba que no existía seriedad en el gobierno federal y que se improvisaba. Por su parte, Benito Vázquez, vocero de la aguerrida Sección 22 de Oaxaca del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, adheridos a la CNTE, declaró: “Es una provocación para todo el magisterio nacional, especialmente luego de las negociaciones y acuerdos que hemos tenido con la Secretaría de Gobernación (SEGOB). Es una farsa siempre lo que ellos hacen”.
Aunque para dar marcha atrás se argumentó que la maroma obedecía a una orden emitida por un juez federal ordenando restablecer de inmediato el calendario para la evaluación de los maestros de educación básica y media superior, la maniobra es una píldora que muy pocos se tragan. Si el gobierno federal recurrió a la ayuda de un juez federal para justificar el salto mortal cuádruple dado por el gobierno, esto no cambia en nada la gravedad de haber cedido a los chantajes y extorsiones de un grupo de delincuentes magisteriales que piensan y actúan como si fuesen delincuencia organizada (de hecho, la definición legal de lo que es delincuencia organizada les cae como anillo al dedo). Para Alejandra Zapata, encargada de temas educativos del Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco), entrevistada por Carlos Loret de Mola el martes 9 de junio en el noticiero matutino Primero Noticias transmitido por Televisa, pese a la retractación dada por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto retomando el cauce de la ley, “el daño ya está hecho”, porque se ha sentado un precedente extraordinariamente peligroso, el precedente de que con suficientes amenazas y presiones grupales se puede presionar al gobierno federal a que dé marcha atrás así sea en forma temporal a cualquier cosa, haciendo a un lado inclusive a la misma Constitución.
Se puede dar por hecho que la decisión del gobierno del presidente Peña Nieto de dar marcha atrás a la suspensión de las evaluaciones a docentes ya estaba tomada incluso poco antes de que se celebraran las elecciones federales del 7 de junio. El “punto de quiebre” en Los Pinos casi seguramente llegó cuando inmediatamente después de anunciarse la suspensión de los exámenes de evaluación los “maistros” porriles anunciaron que de cualquier manera continuarían adelante con su amenaza de no permitir que las elecciones se llevaran a cabo en México. Esta demostración de intransigencia no solo desenmascaró a los porros magisteriales como unos tipos a los que nunca se les podrá dar gusto ni llene, también exhibió al mismo presidente Enrique Peña Nieto no solo ante México sino ante la opinión pública mundial como un bufón al que se le puede doblegar mediante amenazas y chantajes. Esto le ha de haber dolido hasta el fondo del alma a Enrique Peña Nieto, hiriendo su orgullo y amor propios. Les había puesto en charola de plata a los porros magisteriales justo lo que habían estado exigiendo, y de nada sirvió, porque el ceder a las demandas de chantajistas, extorsionadores y matones, lejos de aplacarlos, los envalentona y los hace pedir más y más. Esta es una dura lección que Peña Nieto aprendió demasiado tarde.
Pero parece que el presidente Peña Nieto, ya rectificó. El martes 9 de junio lanzó su más clara y severa advertencia cuando en un foro empresarial dijo: “Quiero ser muy claro. Los procesos de evaluación docente siguen adelante, no se postponen ni se difieren, y por ninguna razón se cancelan. Sobre estas reformas hay que ser muy claro... las reformas constitucionales son mandato de ley”. En pocas palabras, se acabaron de tajo y para siempre los diálogos y las negociaciones con la CNTE y la CETEG, hagan lo que hagan no se les concederá ya nada en cualquier cosa que tenga que ver con la Reforma Educativa. “¡Váyanse al cuerno! ¡Váyanse al carajo!” parece haberles dicho desde ese foro el presidente de México.
Y al día siguiente, el miércoles 10 de junio la Secretaría de Gobernación que por demasiados meses estuvo sosteniendo pláticas con los porros magisteriales que jamás se concretaron en ningún acuerdo a causa de la intransigencia de los porros, por vez primera rompió su diálogo con los maestros disidentes advirtiéndoles que no habría ninguna reapertura del diálogo mientras los inconformes no regresaran a sus aulas de clase para atender las necesidades educativas de los alumnos afectados, cerrándoles Gobernación las puertas de entrada a los porros y optando por ignorarlos. ¡Lárguense! parecía ser la nueva tónica. Aunque cabe la posibilidad de que el gobierno federal nuevamente vuelva a recular al sentirse intimidado por las protestas violentas que lleven a cabo los porros magisteriales, esto se antoja difícil dado que los motineros lograron que el presidente Peña Nieto se humillara ante ellos temporalmente concediéndoles lo que estaban pidiendo (la suspensión por tiempo indefinido de los exámenes de evaluación) sin regresarle absolutamente nada a cambio de su gesto de buena voluntad y por el contrario envalentonándose aún más prestos para seguirlo humillando, pegándole duro al presidente Peña Nieto en su orgullo personal y amor propio. Estas son cosas que no se perdonan fácilmente, y menos desde la cima del poder.
Ante el cambio de actitud del gobierno federal, les queda desde luego a los porros magisteriales la opción de levantarse en armas, pero esto implica enfrentarse en condiciones adversas ante el Ejército, sin el apoyo del resto del pueblo de México que ya está más que harto de los privilegios y la impunidad que han estado gozando los seudo-maestros, arriesgando el pellejo para terminar en la cárcel o en el panteón, algo a lo que los porros motineros no están acostumbrados al haber abusado hasta el hartazgo de los privilegios y concesiones que el mismo gobierno les estuvo dando. Es eso, tomar las armas y sublevarse, o ponerse a trabajar por primera vez en sus vidas, algo a lo cual le temen más que al mismo Diablo.
Los porros magisteriales cometieron un yerro colosal. Con la suspensión de las evaluaciones a docentes, ya habían logrado lo que habían querido, ya habían obtenido el cumplimiento de su principal demanda, haciendo que el gobierno de Peña Nieto pasara por encima de la misma Constitución. De haber respondido al anuncio de la suspensión de las evaluaciones a docentes diciendo “los maestros disidentes damos la bienvenida a esta muestra de buena voluntad ofrecida por el gobierno federal, y como muestra de buena voluntad de parte nuestra cancelamos de inmediato nuestras advertencias de boicot a las elecciones próximas a llevarse a cabo, invitando a la ciudadanía del país entero a que salga a votar libremente”, esto habría puesto al presidente Peña Nieto en uno de los más duros dilemas de su vida, porque en una situación así la posterior reanudación de los exámenes a docentes bajo la razón que fuese habría exhibido al gobierno federal como un régimen traidor, sin palabra, sin seriedad alguna, y hasta muchos ciudadanos que no simpatizan con los porros magisteriales se les habrían unido en muestra de apoyo. ¡Pero no!, los porros magisteriales ya envalentonados tenían que seguir insistiendo, mostrando poco seso. Aunque a decir verdad, se trata de hotentotes con menos masa cerebral que un gusano cadavérico, y ya han dado bastantes muestras de ello en el pasado. ¿Y en manos de estos cavernícolas ha estado la educación básica de decenas de miles de niños de Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Chiapas?
Lo más inverosímil es que gobernadores que no gobiernan como Gabino Cué en Oaxaca y Rogelio Ortega en Guerrero les hayan dado tantas alas por tanto tiempo a los porros magisteriales permaneciendo cruzados de brazos mientras los porros cometían toda clase de actos vandálicos e inclusive criminales en contra de bienes públicos propiedad de la Nación así como en contra de la población civil, sin castigo alguno para los culpables y haciéndose de la vista gorda permitiéndoles actuar en plena impunidad.
En lo que toca al caso de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, cuyos padres de familia han estado exigiendo que los sigan buscando hasta encontrarlos con vida, caso que los porros magisteriales habían tomado como bandera para seguir agitando en contra del gobierno federal pese a que el gobierno federal no tuvo nada que ver con ese secuestro y matazón atribuíble a los narcos “Guerreros Unidos” de Guerrero, desde hace ya algunos meses que el gobierno de Peña Nieto tomó la decisión final de cerrar el caso dando a todos los 43 normalistas por muertos. Aunque hagan mucho ruido, ya no se les abrirán las puertas ni de Los Pinos ni de la Secretaría de Gobernación, y lo único que les queda ya a los padres de los 43 normalistas es pasar de la etapa de negación a la etapa de aceptación y duelo, máxime que a estos padres de familia consentidores y solapadores les toca buena parte de la culpa de lo que le sucedió a sus hijitos buenos-para-nada. Para los porros magisteriales, esto significa la pérdida de otra de sus banderas.
Hay otro factor que los porros magisteriales no tienen a su favor para las próximas protestas que tengan planeadas a realizar en la capital del país. La excesiva tolerancia mostrada por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Angel Mancera, hacia los desmanes cometidos por los gángsters vándalos de los magisterios de Oaxaca y de Guerrero, terminó costándole al Partido de la Revolución Democrática de Mancera su mayoría en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, pasando el control de la Asamblea Legislativa a manos de MORENA; torpedeando de paso las aspiraciones presidenciales del mismo Miguel Angel Mancera; y como a estas alturas Miguel Angel Mancera ya no tiene nada que perder en lo que toca a su carrera política y sus aspiraciones presidenciales a futuro, ahora sí se puede dar el lujo de aplicar mano dura si así lo desea en contra de los porros magisteriales, haciéndoles pagar por retrasado los enormes daños causados a la ciudadanía de la Ciudad de México como a las aspiraciones presidenciales de Mancera. Naturalmente, Mancera puede seguir cruzado de brazos en detrimento del bienestar de los capitalinos, pero los ciudadanos de la capital del país saben que podrán vengarse en las elecciones en las que se tenga que renovar la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, y en estos tiempos en los que el voto cuenta este ajuste de cuentas en las urnas puede ser tan dulce para los electores actuando como jueces así como duro para el gobernante saliente que estará siendo juzgado y cuyo partido tendrá que pagar con los costos políticos en caso de que se sigan tolerando los desmanes que los porros magisteriales comenten en la capital del país.
Lo que sí es un hecho es que con el desafío lanzado por el presidente Peña Nieto sepultando en su totalidad las demandas de derogación de la Reforma Educativa, se ha activado una bomba de tiempo, y el reloj ha empezado su cuenta descendente. La bomba necesariamente tiene que estallar justo en los tres días en los que están programados para llevarse a cabo los exámenes de evaluación a docentes, o sea del 20 al 22 de julio. Alguien necesariamente va a quedar muy mal parado. Si no ocurre absolutamente nada (actos vandálicos de violencia extrema llevados a cabo por los porros magisteriales), entonces los sindicatos-mafias quedarán como bufones, como payasos incapaces de poder sacarle al gobierno federal absolutamente nada lo que le han estado pidiendo. Y para ellos será el principio del fin, porque habrán perdido para siempre su principal bandera.
Y si los porros magisteriales empiezan a cumplir con sus mil veces repetidas amenazas a partir del momento en que se empezarán a aplicar los exámenes de evaluación, al presidente Peña Nieto no le quedará más alternativa que hacer cumplir la ley, hacer cumplir la Constitución. En lo que toca a la Reforma Educativa, el presidente Peña Nieto ya quedó ante el pueblo de México y ante la opinión pública mundial como un bufón incapaz de cumplir y hacer cumplir la misma Constitución al haber ordenado la suspensión de los exámenes de evaluación sin obtener absolutamente nada a cambio de los chantajistas. Es dudoso que Peña Nieto le quiera dar a los mexicanos y al mundo entero una nueva confirmación de la imagen de bufón e inepto que él mismo se construyó al ceder a las presiones de vándalos desbocados. Y si la única manera de hacer que se lleven a cabo los exámenes de evaluación requiere el uso de la fuerza pública, pues entonces se tendrá que recurrir al uso de la fuerza pública. Para Peña Nieto ésta sería una manera de “ajustar cuentas” con los que lo humillaron. Y en esta ocasión Peña Nieto tendría a su favor el respaldo de los millones de mexicanos que salieron a votar el 7 de junio rechazando la convocatoria de los porros magisteriales de llevar a cabo un boicot y sabotaje a las elecciones federales, en su enfrentamiento en contra del gobierno federal los porros magisteriales hoy están más solos que nunca. Por principio de cuentas, se pueden empezar a cumplimentar órdenes de aprehensión en contra de los cabecillas de la CNTE y la CETEG, a los cuales se les puede acusar de autoría intelectual en varios delitos tales como ataques en contra de las vías federales de comunicación y destrucción de propiedad federal.
Ya en una ocasión anterior el presidente Peña Nieto se fue en contra de un personaje de primera línea dentro del gremio magisterial, en este caso el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y lo hizo al poco tiempo de haber sido inaugurado como presidente de México. Ese personaje es Elba Esther Gordillo, la ex lideresa magisterial que llegó a simbolizar una de las peores muestras de corrupción oficial al amparo de la impunidad y protección que se le dió en los tiempos en los que el presidente Felipe Calderón gobernaba a México, lo cual cambió cuando el PRI sacó al PAN de la presidencia y se aplicó la ley que el presidente anterior nunca aplicó. Al día de hoy, Elba Esther Gordillo se está ajando en la cárcel sin que nadie la vaya a visitar, y no es ni siquiera la sombra de lo que alguna vez fue en sus tiempos de poder y de gloria. Lo mismo podría terminar sucediéndole a los cabecillas de la CNTE y la CETEG, así como a los seguidores suyos que los quieran acompañar hasta la cárcel en donde las únicas “clasecitas” que podrían terminar dando serían para los otros reclusos que ciertamente no están allí por haberse sacado puros dieces en la escuela sino todo lo contrario. Ciertamente, si terminan recluídos en un penal, sus alumnos en Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas no los echarán de menos, que al fin y al cabo ni los conocen a causa de las ausencias prolongadas de estos seudo-maestros que solo se aparecen a la hora de cobrar su nómina.
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