El anuncio dice en su encabezado “FERIA DE TRABAJO DE CONSTRUCCION”, promoviéndolo para llevarse a cabo el sábado 6 de agosto de las 8:00 AM hasta las 12:00 PM, pero no en Ciudad Juárez, México, sino en la Sala de Conferencias del Norte del Hilton Garden Inn, ubicado en el 111 West University Avenue de la ciudad de El Paso, Texas. A grandes titulares, anuncia que los siguientes puestos están disponibles:
- Albañiles
- Moldeadores/Carpinteros
- Nivelador
- Operador de cuchilla de acabado
- Operador de acabado de Dozer
- Operador de excavador
- Supervisor de estructura
- Obreros de tubería
- Operador de instrumentos de topografía
- Supervisor de equipo de topógrafos
- Operador de máquina cargadora
- Mecánico
- Técnicos de aceite y lubricado para camiones
- Supervisor de mantenimiento
- Chofer de transporte
- Encargado de logística de transporte
- Supervisor MSE Wall
- Operador D3 Dozer
La empresa encargada de llevar a cabo las contrataciones se anuncia como Abrams Kiewit, y deja en claro en el anuncio de que “Solo se aceptan aplicaciones por internet en: www.kiewitcareers.com”. Si solo se aceptan aplicaciones para trabajos que supuestamente van a ser acaparados exclusivamente por residentes legales y ciudadanos norteamericanos, la “Feria de Trabajo de Construcción” a ser celebrada en la sala de conferencias de un hotel de postín parecería un gasto superfluo e inclusive hasta estúpido. Sin embargo, la verdadera intención es que acudan a esa feria trabajadores en la industria de la construcción a los cuales no se les puede ofrecer empleo ni se les puede contratar por Internet por carecer de visa temporal de trabajo en los Estados Unidos.
En ninguna parte del enorme anuncio se indica que los trabajos que están siendo ofertados son única y exclusivamente para residentes legales en los Estados Unidos y para ciudadanos norteamericanos. Lo más que aparece es el subtítulo (y en letras muy pequeñitas) que dice “Las decisiones sobre las contrataciones no son basadas en raza, color, religión, nacionalidad u origen étnico, sexo, orientación sexual, identidad o expresión sexual, edad, discapacidad, estatus de veterano u otras características protegidas por la ley”. Pero en ningún lado del anuncio aparece algo como esto ni en letras grandes ni en letras chiquitas: “Es requisito indispensable para cualquier aplicante poseer documentación legal para poder trabajar en los Estados Unidos o ser ciudadano norteamericano. Inútil aplicar sin cumplir este requisito”. En verdad, solo hay una explicación para la ausencia de una advertencia tan importante: no se quiere asustar ni ahuyentar a los trabajadores mexicanos que puedan estar interesados pero que carezcan de documentación legal o visas para poder efectuar legalmente trabajos en la industria de la construcción norteamericana. Y a aquellos mexicanos que se presenten en la tal “Feria de Trabajo de Construcción” sin contar con autorización legal para trabajar en los Estados Unidos lo más seguro es que serán atendidos por personal especializado que les dirán la manera en la cual pueden desempeñar trabajos en la industria de la construcción aún careciendo de papeles legales, o sea como indocumentados. “No problema, solo déjenos un teléfono suyo al cual podamos comunicarnos en México, y le diremos cómo hacerle para poder empezar de inmediato a trabajar en los Estados Unidos sin necesidad de papeles”. Esto, desde luego, es algo completamente ilegal. Pero es un hecho de que cuando hay cacerías de indocumentados en los Estados Unidos, los que son aprehendidos y castigados con severidad son los trabajadores indocumentados, casi nunca los empleadores norteamericanos pese a que saben perfectamente bien que la gente que tienen carece de permiso consular para poder trabajar legalmente en los Estados Unidos. Y cuando se trata de trabajadores de la industria de la construcción, los agentes migratorios norteamericanos (como si tuvieran órdenes muy específicas para ello) casi siempre voltean hacia el otro lado y dejan que los obreros especializados que llegan de México continúen trabajando en la construcción de edificios que se requieren urgentemente para cuya edificación simple y sencillamente no hay suficiente mano de obra disponible en los Estados Unidos.
Si hoy mismo algún supervisor de alto rango de agentes migratorios norteamericanos realmente se hiciera el propósito de combatir la inmigración ilegal, todo lo que tendría que hacer es ordenar redadas inmediatas en lugares como Houston y Dallas, en sitios en donde se están erigiendo edificios. En cuestión de unos cuantos días podrían detener para su deportación a México a muchos albañiles, moldeadores y carpinteros, niveladores, operadores de cuchilla de acabado, operadores de acabado de Dozer, operadores de excavador, supervisores de estructura, obreros de tubería, operadores de instrumentos de topografía, supervisores de equipo de topógrafos, operadores de máquina cargadora, mecánicos, técnicos de aceite y lubricado para camiones, supervisores de mantenimiento, choferes de transporte, encargados de logística de transporte, supervisores MSE Wall y operadores D3 Dozer, cientos y cientos de ellos, todos ellos indocumentados mexicanos. Con un pequeño inconveniente: las economías locales tronarían y se irían a pique creándose un problema de proporciones mayúsculas. De hecho, si algún supervisor de alto rango dentro del Departamento de Inmigración ordenara que se llevaran a cabo redadas así, mandando a pique a la industria de la construcción en los Estados Unidos, lo más probable es que lo echarían a la calle de inmediato y lo reemplazarían por otro que sí “comprenda” los problemas por los que pasa la industria de la construcción en los Estados Unidos. No es que no sepan lo que está ocurriendo, se hacen güajes que es otra cosa muy diferente. Se quedan como el chinito, “nomás milando”. También saben de esto los mismos legisladores norteamericanos que desde su posición en el Congreso han estado bloqueando por décadas todo intento de que trabajadores mexicanos en la industria de la construcción puedan obtener visas temporales de trabajo en los Estados Unidos, pero también se hacen “güajes”. Aquí todo es cinismo y putrefacción en grado mayúsculo.
Los empleadores para la industria de la construcción en los Estados Unidos, en vez de dirigir sus ojos a México, podrían tratar de conseguirlos en otra parte del mundo como Nigeria o Tailandia. Pero esos países están demasiado lejos de los Estados Unidos, mientras que México está muy cerquita. Por otro lado, México tiene grandes constructoras en las cuales se están capacitando continuamente trabajadores muy buenos en el ramo de la industria de la construcción, recibiendo un entrenamiento de excelencia que no se imparte en ninguna escuela y por el cual los trabajadores no pagan un solo centavo. Al robarse esos trabajadores llevándoselos a Estados Unidos así sea en calidad de indocumentados, los desalmados empleadores gringos le están robando también a las constructoras mexicanas el dinero que han gastado en el entrenamiento de esos obreros especializados. En México hay albañiles muy buenos, el problema es que con ofertas de empleo como la que he descrito se están yendo a los Estados Unidos con el resultado de que muchas obras de construcción en México no salen como deberían de salir, llevadas a cabo por novatos que apenas están aprendiendo. Esta es una de las razones por las cuales hay tanta obra pública deficiente en México.
Si el objetivo de la empresa que puso el anuncio al que me estoy refiriendo era contratar trabajadores hispanos, no tenía ninguna necesidad de poner su anuncio gigantesco en Ciudad Juárez. Justo del otro lado de la frontera, en la ciudad norteamericana vecina, el mismo periódico se publica también en Español y se distribuye y se vende en la ciudad de El Paso, y esta es su dirección Internet en El Paso:
Sin embargo, la empresa gringa puso su anuncio no en Estados Unidos, sino en el mismo periódico pero en México:
Esta no fue una mera equivocación. Fue un acto deliberadamente intencional de la empresa contratadora gringa. Y los agentes migratorios que laboran en los puentes internacionales están al tanto de ello, aunque lo más probable es que tengan órdenes directas de no intervenir.
Oficialmente, y esto de acuerdo a los dictados del Congreso norteamericano que datan desde hace varias décadas, no hay ninguna puerta de bienvenida para ningún trabajador mexicano así se trate de un obrero altamente calificado en la industria de la construcción. Cualquiera de ellos que trate de ir a los Estados Unidos legalmente presentando su aplicación de visa de trabajo en un Consulado norteamericano lo primero que le preguntarán es si es hijo de un ciudadano de los Estados Unidos. Al responder que no lo es, entonces de la primera categoría de preferencias lo bajarán a la segunda categoría de preferencias. Le preguntarán entonces si está casado con un ciudadano norteamericano. Al responder que no, lo bajarán entonces a la tercera categoría de preferencias. Y así lo irán bajando hasta ubicarlo en la última categoría de preferencias, en la cual le dirán que el turno que le toca en la “lista de espera” (como si se tratara de cuotas para cabezas de ganado) lo ubica para su cita consular dentro de unos ochenta años, que es una manera muy diplomática de decirle que NO, NO y NO. Entonces, al trabajador mexicano especializado se le desprecia y se le ve como una pestilencia que gran favor le hace a los Estados Unidos si se mantiene fuera de la Unión Americana. Pero muy por debajo del agua, se le da la entrada por la vía ilegal en una maquinaria con un engranaje corrupto que es lo que conduce a anuncios como el que apareció el día de hoy en el periódico El Diario que se publica en Ciudad Juárez, México.
Por la manera astuta en la cual está elaborado el anuncio gringo puesto en México este dia en el periódico El Diario, las autoridades migratorias norteamericanas no pueden actuar como deberían porque en dicho anuncio no se está invitando directamente y en forma abierta a obreros mexicanos que residen en México a que hagan su aplicación por tales empleos, aunque tampoco se les está diciendo que no puedan ir a la “Feria de Trabajo de Construcción” en donde ya en forma personal se les pueden dar mayores detalles a los que tengan algún problema para poder trabajar legalmente en los Estados Unidos. Lo que pueden hacer las autoridades migratorias es enviar a agentes que simulen ser mexicanos sin visa para trabajar en los Estados Unidos, y si reciben consejor para poder trabajar en los Estados Unidos de manera indocumentada entonces los agentes migratorios pueden actuar, pero no contra la empresa sino únicamente en contra de la persona que de antemano ya sabe de que en caso de caer en una trampa así la empresa empleadora gringa se desentenderá de su ayudante. Solo pueden actuar en caso de encontrar al obrero mexicano trabajando ya en un lugar como Dallas o Houston o Los Angeles, aunque esto casi nunca ocurre porque posiblemente los agentes migratorios tengan marcada la raya en relación a los lugares a los cuales pueden entrar para hacer redadas y los lugares en los cuales les está estricta y terminantemente prohibido buscar indocumentados.
Es probable que, entre las razones por las cuales en la industria norteamericana de la construcción están tan urgidos de trabajadores, así sea mexicanos indocumentados, es porque a raíz de la cada vez más feroz actitud xenofóbica impulsada entre la sociedad norteamericana por el candidato presidencial Donald Trump, cada vez son menos los obreros calificados mexicanos que están dispuestos a irse a los Estados Unidos en calidad de indocumentados, porque consideran que los riesgos además de la actitud de desprecio hacia el mexicano es algo que no vale la pena sufrir. Y esto último es algo que sí debe preocupar a los magnates de la industria de la construcción, porque si el obrero mexicano termina despreciando estas invitaciones a trabajar en la ilegalidad, lo más probable es que tendrán que irse hasta Nigeria o hasta Tailandia para buscar lo que no pueden encontrar al sur de la frontera. Y pagarles el avión a los nigerianos o a los asiáticos, desde luego, en condiciones tales que no les quedará más remedio que presionar a los legisladores norteamericanos, sobre todo los Republicanos en el Congreso que son los más xenófobos y racistas, de que permitan a la industria norteamericana contratar y traer de fuera lo que no pueden encontrar dentro de Estados Unidos en cantidades suficientes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario