miércoles, 21 de marzo de 2018

Benito Juárez y el Partido Acción Nacional



Hoy 21 de marzo se conmemora el aniversario del nacimiento del Licenciado Don Benito Juárez, también conocido como el Benemérito de las Américas.

La fecha es una fecha importante en México. Tan es así, que el 21 de marzo es designado por ley como día de asueto para todos los mexicanos. La ciudad en donde vivo, Ciudad Juárez, una de las ciudades más grandes e importantes de México, se llama así precisamente en memoria de Don Benito Juárez.

Benito Juárez es una figura  trascendental en la historia de México. Él era el presidente de México cuando se llevó a cabo la intervención francesa con la cual en lugar de una República se instituyó una monarquía, trayendo a México los políticos de aquél entonces conocidos como Conservadores a un europeo de linaje aristocrático para encabezar la monarquía. Los Liberales, encabezados por Benito Juárez, opusieron resistencia en contra de la destrucción total del sistema republicano que pretendían llevar a cabo los Conservadores, y cuando todo parecía perdido y el presidente Benito Juárez terminó refugiándose en la ciudad fronteriza Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez), las cosas tomaron otro giro y la monarquía que trataron de instaurar los Conservadores terminó con el fusilamiento que se llevó a cabo en el Cerro de las Campanas de Maximiliano de Habsburgo. Por increíble que parezca, todavía hay en la actualidad en México algunos que quisieran ver la continuación del sistema monárquico que pretendían implantar los Conservadores y que desearían que tal monarquía estuviera vigente hoy en lugar de la República representativa que tenemos. Allá ellos.

Benito Juárez no solo luchó para preservar la República. También instituyó de manera formal la separación entre el poder civil y el clero, la separación Iglesia-Estado que era una herencia que venía desde los tiempos de la Colonia cuando no había tal distinción. Cabe la pena agregar que desde tiempos inmemoriales, se entendía que ambas cosas debían ser mantenidas por separado y a una sana distancia, y el mejor ejemplo lo podemos ver entre los hebreos que en los tiempos de Moisés tenían en Moisés al líder del poder civil, y en el hermano de Moisés llamado Aarón al líder del poder religioso.

Este 2018 es un año en el que en menos de cuatro meses se llevarán a cabo elecciones democráticas para escoger al hombre que será el próximo presidente de México, sucesor del actual presidente Enrique Peña Nieto. Y una cosa que los actuales descendientes de los Conservadores de aquellas épocas del Segundo Imperio, aglutinados en torno al Partido Acción Nacional, un partido que se dice de derecha, no desearían que nadie le recordara al pueblo de México es que cuando entró por vez primera el PAN a la presidencia de México bajo Vicente Fox, lo primero que hizo el presidente Fox fue ordenar el retiro inmediato del retrato de Benito Juárez que había estado engalanando la oficina principal del presidente de México. Al hacerlo, todos los panistas ovacionario y aplaudieron estruendosamente la decisión de “echar de la oficina de la presidencia” al Lic. Benito Juárez. Tiempo después Fox se jactaba de haber sido tan buen presidente que había superado incluso a Don Benito Juárez. Cuando Don Benito Juárez fue echado de la residencia oficial de Los Pinos, no hubo ni siquiera un solo militante dentro del PAN que expresara repudio o desacuerdo con dicha medida, todo se unieron en el repudio panista al Benemérito de las Américas.

En los dos sexenios que el PAN estuvo gobernando a México la imagen de Benito Juárez ya no regresó a la residencia oficial de Los Pinos. Al igual que los Conservadores del ayer, los panistas siempre han detestado a Benito Juárez, y todavía lo siguen detestando, aunque la lucha de los conservadores de hoy ya no es por cuestión de ideologías sino simplemente por el poder en sí mismo sin que importen para nada las ideologías, como lo demuestra la alianza que hicieron el PAN que supuestamente representaba los ideales de la derecha con los del Partido de la Revolución Democrática que supuestamente representaba los ideales de la izquierda,

El único candidato presidencial que desde siempre se ha estado proclamando abiertamente como "juarista" es Andrés Manuel López Obrador, y se supone que en caso de llegar a la presidencia López Obrador tendría como prioridad reforzar la premisa básica de la separación Iglesia-Estado.

Una de las virtudes que nadie le cuestiona hoy a Don Benito Juárez, ni siquiera sus más acérrimos enemigos, es la honestidad del presidente Juárez. En el inventario que se hizo de todas sus posesiones personales al momento de su muerte, se comprobó que Don Benito Juárez tenía unos ahorros bastante modestos y que al fallecer no había expirado como un multimillonario, dejando evidencia post-mortem de su pulcritud en el manejo de los recursos públicos. En contraste, el actual heredero de los Conservadores y candidato presidencial por parte del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya, todo lo contrario de Don Benito Juárez, encima del súbito enriquecimiento de sus suegros por una cantidad estimada en 308 millones de pesos que hasta la fecha sigue sin ser explicado (aquí se supone que los suegros de Ricardo Anaya actuaron como cómplices de un lavado de dinero de proporciones descomunales proveniente de actividades relacionadas con el narcotráfico en México, una cifra superior incluso a lo que habrían obtenido si se hubieran sacado el premio mayor de la Lotería Nacional comprando la serie completa), Ricardo Anaya tiene ya otros señalamientos pendientes más recientes en su contra que lo ubican como uno de los políticos más corruptos que se puedan encontrar en el territorio nacional. En lugar de dar explicaciones, Ricardo Anaya se negó a rendir declaración voluntaria ante la Procuraduría General de la República cuando cínicamente acudió en persona ante la PGR para exigir de la PGR una exoneración total e incondicional de cualquier delito que pudiese haber cometido, exhibiendo una incongruencia total entre lo que declara y lo que se tiene. Y en lugar de atender llamados para que aclare las cosas, el representante de los Conservadores actuales (que ya no lo son tanto, sino más bien políticos mediocres que han aprendido muy bien a prometer y a mentir) Ricardo Anaya se la ha pasado yendo de un lado a otro adoptando el papel de víctima y proclamándose perseguido político. Es entendible la desesperación actual de Ricardo Anaya por convertirse en presidente de México, ya que en caso de lograrlo estaría virtualmente por encima de la ley protegido por el fuero constitucional en virtud de su cargo.

Las pruebas de la corrupción y putrefacción moral del candidato presidencial del PAN Ricardo AnayaI están a la vista de todos. La siguiente fotografía nos muestra la casa de dos pisos en Atlanta, Georgia, en el fraccionamiento Bishops Lake para gente rica de clase media alta, llena de lujos y comodidades, comprada por Ricardo Anaya para residir en los Estados Unidos (la persona que aparece en la fotografía haciendo la denuncia frente a la casa que es propiedad de Ricardo Anaya en los Estados Unidos es el Senador Mario Delgado):




La gran mayoría de los mexicanos jamás tendrán los medios y la oportunidad de poder hacerse de una casa como ésta, y menos en un país extranjero como Estados Unidos. Los únicos privilegiados que pueden hacerlo son los grandes empresarios mexicanos como Carlos Slim y los miembros de la clase política mexicana como Ricardo Anaya.

En vez de responder a las acusaciones que están fundamentadas en base a los registros públicos de la propiedad en Atlanta, los corruptos legisladores panistas cómplices incondicionales del corrupto candidato presidencial panista Ricardo Anaya emitieron un pronunciamiento tras la difusión de la denuncia del Senador Mario Delgado en la que acusaron a Mario Delgado de actuar como vocero de “una guerra sucia instrumentada por el gobierno federal y el PRI contra su candidato”, sin importar el hecho de que ¡el Senador Mario Delgado ni siquiera es militante del PRI, sino de MORENA que de hecho es un partido antagónico al PRI! Hacer mucho ruido, adoptar el papel de víctimas, desviar la atención, poner oídos sordos a las denuncias documentadas, acusar también de corrupción a los denunciantes, presumir cualidades y virtudes que nunca tuvieron, encubrir todo lo que se pueda encubrir que afecte la imagen del PAN, maniqueísmo a raudales (“nosotros somos los buenos y todos los demás son los malos sin tintes intermedios”) fingir demencia, todo ello forma parte de la vasta parafernalia de las guerras sucias del PAN a las que ya están acostumbrados muchos mexicanos que en 2012 decidieron enviar al PAN a un deshonroso tercer lugar en las elecciones presidenciales de 2012 cuando el pueblo de México bastante indignado tomó la decisión de echar fuera de Los Pinos con un puntapié a los emanados del mismo partido político que echó a Don Benito Juárez de la misma residencia presidencial. Y si algo han demostrado Ricardo Anaya y sus cómplices del PAN que lo cubren, lo tapan y lo justifican aún en contra de las evidencias documentales de su notoria corrupción, es que aún no han aprendido la lección que el pueblo de México les dió en 2012, y tal vez no la aprenderán nunca a causa de la soberbia que les tiene los ojos vendados. Son todo lo contrario de lo que Don Benito Juárez predicó en vida con su ejemplo y hasta con su muerte. Sin punto de comparación.

En sus discursos actuales, los candidatos del PAN a diputaciones y senadurías federales en el Congreso de la Unión nuevamente están hablando muy bonito en sus discursos, tal y como lo estuvieron haciendo en el pasado, denunciando las mismas cosas que denunciaban antes y reciclando las mismas promesas que les permitieron llegar a la presidencia de México hace 18 años cuando el pueblo era más ingenuo y los panistas no habían tenido oportunidad de demostrar aquello de lo que verdaderamente están hechos. Todas estas promesas que hoy hacen los políticos de Acción Nacional incluído el candidato presidencial Ricardo Anaya se parecen mucho a lo que ellos deberían de haber cumplido y hecho realidad en los doce años que ya estuvieron en el poder. ¿No les bastaron 12 años para hacerlo? ¿Pues cuánto tiempo más necesitan? ¿Otros 12 años? ¿Cien años más? ¿El resto del milenio? ¿Acaso creen que el pueblo tiene tanta paciencia?

La preocupación de los seguidores y simpatizantes de Ricardo Anaya se puede resumir en la siguiente pregunta: si Ricardo Anaya realmente ha amasado grandes fortunas multimillonarias con acciones de lavado de dinero cuando todavía no es presidente de México, corrompiéndose para ello hasta la médula de los huesos estableciendo quién sabe qué pactos con la delincuencia organizada de México, ¿qué se puede esperar de Ricardo Anaya conocido ya de sobra por su vida de lujos y excesos en caso de que realmente por un golpe de suerte inesperado y circunstancias igualmente inesperadas del destino logre convertirse en presidente de México? ¿Lo peor de lo peor? Fuera de México, en Panamá los panameños ya tuvieron una experiencia semejante con Manuel Antonio Noriega, una lección venida de fuera que en estos momentos el pueblo de México debería de repasar. Por mucho que se le quiera denostar, en comparación con cualquiera de los panistas de hoy Don Benito Juárez era un santo.

Lo que sí es absolutamente cierto es que, en caso de convertirse Ricardo Anaya en el próximo presidente de México, el retrato de Don Benito Juárez y con ello todo lo que Juárez representaba, como la custodia de la República o sea el estado de Derecho, y la honestidad a prueba de todo intento de corrupción, seguirá estando fuera de la residencia oficial de Los Pinos, al igual que todo lo demás que Benito Juárez representaba y por lo cual la mayoría del pueblo de México lo sigue homenajeando hasta la fecha. Algo para recordar y tener en cuenta este 21 de marzo de 2018.



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