Javier Corral, déspota, altanero, autoritario y soberbio
Este es un recuento del ocaso de uno de los políticos más corruptos y amorales que haya tenido el estado de Chihuahua y posiblemente todo México, y dada la fama de la gran mayoría de los políticos mexicanos, esto ya es mucho decir. En su semblante podía verse todavía hasta hace poco reflejado el rostro duro del déspota soberbio, del autócrata vanidoso y egocéntrico acostumbrado al mal uso de los recursos públicos para su propio ensalzamiento y para la promoción de su propia imagen simulando en todo momento en su vasta propaganda mediática ser algo que nunca ha sido.
Aunque el individuo en cuestión incursionó por vez primera dentro de la política en los años ochentas pidiendo en discursos incendiarios a gritos estentóreos democracia y exigiéndole pleno respeto al voto ciudadano al entonces sistema político unipartidista mexicano (controlado por la aplanadora del Partido Revolucionario Institucional que de vez en cuando les compartía algunas miserables migajas a los partidos de oposición), el mismo individuo estuvo disfrutando por mucho tiempo de posiciones jugosas en las legislaturas locales y federales del Congreso de la Unión sin necesidad de que su nombre tuviera que aparecer jamás en las boletas electorales y sin necesidad de tener que contender en contra de otros adversarios sometiéndose al juicio del pueblo, recurriendo para ello al artilugio más antidemocrático de todos: el reparto de posiciones mediante la categoría plurinominal resultado a su vez de la
partidocracia con la cual desde un principio los partidos de oposición lograron negociar con varios gobiernos del PRI para poder tener acceso a un “reparto del pastel” al cual de otra manera no habrían podido tener jamás acceso. En pocas palabras, el mismo tipo que en su abundante verborrea se jactaba de ser el más demócrata de todos en los hechos disfrutaba del privilegio de ser precisamente todo lo contrario, un acaparador del poder cuya intolerancia hacia otros le salía hasta por los poros.
El tipo del que estamos hablando aquí jamás en su vida había ejercido cargo administrativo hasta 2016. Todo el tiempo anterior se la pasó la mayor parte de su vida “grillando” y saltando de un puesto a otro como trapecista de circo. No sabía en lo absoluto lo que era gobernar pero sí sabía de sobra lo que era “grillar” y estar llamando la atención de mil maneras distintas para mantenerse “vigente” en la opinión pública.
Siempre ha contado con la tutela, la asesoría y la protección de su “padrino” Francisco Barrio Terrazas, un político amoral del neo-PAN (conformado por un enjambre de oportunistas advenedizos carentes de ideario político propio que antes de los años ochentas poco o nada tenían que ver con los panistas originales de antaño pero que se las arreglaron para tomar por asalto al PAN usurpando el control de dicho partido no en aras de las convicciones que llevaron a la fundación del PAN sino en aras de sus propios intereses personales)
tan corrupto como él. Con tan envilecido “padrino” dándole malos consejos y alentándolo a
vivir de la política y enriquecerse de la política, no debe causar asombro que haya caído tan bajo en su escala de valores superando incluso al “maestro”.
Llegó a la gubernatura de Chihuahua en 2016 por vías más que chuecas, antecedido su acceso al poder ejecutivo en Chihuahua por un robo directo que le hizo seis años atrás en 2012 a los candidatos de una elección interna dentro del PAN convocada para seleccionar al que debía ser el candidato plurinominal del PAN a una senaduría. Resulta que en esa elección interna el tipo perdió en razón de dos a uno al ser aplastado por los otros dos contendientes en esa proporción. Al ver que no podía ganarles la nominación del PAN a la candidatura de la senaduría en una elección interna, se movilizó tan pronto como pudo hasta la ciudad de México para patalear y quejarse amargamente pidiendo la anulación de tal elección interna del PAN argumentando fraude electoral en su contra, moviendo para ello a sus
palancas, o sea a sus “cuatachos” y “padrinos” y “compadres” encumbrados dentro del PAN en los más altos puestos del partido. Pero no les pidió simplemente la anulación de esa elección interna del PAN para que se celebrara una elección nueva que de antemano ya sabía que iba a perder si se repetían los resultados de la elección anulada. Les pidió algo más. Les pidió que hicieran a un lado a todos los demás aspirantes que pudiera haber para dicha nominación a la senaduría y
que lo nombraran directamente a él por la vía del
dedazo interno en el PAN como el candidato seleccionado para “contender” por dicha senaduría en la que, siendo plurinominal, su nombre no aparecería en ninguna boleta electoral y de cualquier modo recibiría la posición por la simple repartición porcentual correspondiente a las cuotas del poder típicas del juego de la
partidocracia en que cayó el PAN. De éste modo, le robó (¡literalmente hablando!) la nominación de la candidatura del PAN a dicha senaduría plurinominal a los otros dos contendientes, uno de los cuales era un panista de nombre Cruz Pérez Cuéllar:
Aprovechando su posición en el puesto como Senador de la república que había logrado usurpar a otros gracias a sus malas artes, sus traiciones y sus intrigas, el tipo empezó a moverse para proyectarse como candidato del PAN a la gubernatura de Chihuahua en el año 2016, logrando afianzar dicha nominación sin mayores problemas recurriendo de nueva cuenta a la ayuda de sus “cuatachos” y “compadres” y “padrinos” dentro de las altas esferas de poder del PAN.
Para poder llegar a la silla del gobernador en Chihuahua, el tipo recurrió como ya era su costumbre a vías completamente chuecas, empezando con una campaña negra dirigida no en contra del candidato del PRI a la gubernatura llamado Enrique Serrano Escobar, en contra del cual no pesaban acusaciones públicas que el tipo pudiera usar propagandísticamente en su contra como parte de la campaña negra, sino dirigida en contra del gobernador en funciones César Duarte Jáquez (de extracción priista), acusándolo de docenas y docenas de delitos (sin presentar prueba alguna de sus acusaciones) y casi jurándole a todos los chihuahuenses que si llegaba a la gubernatura lo primero que haría sería meter a la cárcel a César Duarte. Pero no fue la única promesa solemne que hizo a los chihuahuenses. Hizo también muchas otras promesas, la gran mayoría de ellas incumplibles, pero haciéndolo demagógicamente con tanta habilidad que logró convencer justo a la mayoría de los electores para que le confiaran su voto y lo elevaran a la posición de gobernador en 2016, ayudado por el hecho de que en ese año tanto al PRI como a su candidato Enrique Serrano les ganó la soberbia y no contraatacaron como deberían haberlo hecho la campaña negra pletórica de difamaciones y calumnias que se les estaba haciendo.
Ya una vez en el poder, el tipo mostró el cobre, y empezó para los chihuahuenses lo que se puede llamar
la gran decepción. Por principio de cuentas, salió a relucir que de las muchas acusaciones que le estuvo formulando al anterior gobernador César Duarte en discursos incendiarios el tipo no contaba con una sola prueba en sus manos para poder sustentar dichas acusaciones. Si hubiera podido haber sustentado una sola de tales acusaciones (¡una sola!), entonces con la fiscalía de Chihuahua bajo su control le pudo haber entregado dicha prueba al fiscal César Peniche designado por él para proceder directamente en contra del ex gobernador César Duarte metiéndolo a la cárcel de inmediato. Pero empezaron a transcurrir las semanas, y empezaron a transcurrir los meses, sin que se tomara acción legal alguna en contra de César Duarte, el cual a su vez se estuvo paseando por el estado de Chihuahua sin preocupación alguna de que se pudiera cumplir la amenaza de meterlo a la cárcel “como primera prioridad en el nuevo gobierno”. ¿Pues entonces no contaba el individuo con nada en sus manos para poder encarcelar a César Duarte? La falta de acción inmediata en cumplir la que fue su más importante promesa de campaña así parece confirmarlo.
Lo que sí empezó a hacer el tipo, y casi de inmediato, fue mostrarle a los chihuahuenses su nada democrática faceta de autócrata y déspota, empezando con sus maniobras de injerencia dentro del poder judicial de Chihuahua para la remoción casi forzada de varios magistrados a los cuales acusó de ser “duartistas” para reemplazarlos por nuevos magistrados a los que llamó “oxigenados”, todo ello como parte de
un asalto sin precedente al poder judicial para quitarle por completo su independencia. En realidad, los “oxigenados” eran incondicionales “corralistas” seleccionados y nombrados directamente por él en una de las peores intromisiones del poder ejecutivo en Chihuahua dentro del poder judicial de que se tenga memoria, solo que en la propaganda oficialista diseminada por los lacayos incondicionales del tipo no se les podía llamar “corralistas”, se les tenía que llamar “oxigenados” aunque en los hechos fueran “corralistas” lacayos suyos hasta la médula de los huesos (en los medios sociales los llaman
lamebotas). Su control del poder judicial de Chihuahua lo reforzó a través de cómplices incondicionales suyos como
Lucha Castro incrustada por órdenes del gobernador Javier Corral dentro del Consejo de la Judicatura del Estado de Chihuahua con
un amplio historial detrás de ella así como el increíblemente corrupto ex procurador de justicia
de triste memoria Francisco Molina Ruiz incrustado también dentro del poder judicial por órdenes del gobernador Javier Corral como director administrativo del Tribunal Superior de Justicia así como una plétora de magistrados y jueces incondicionales de Javier Corral bautizados como “oxigenados” aunque en realidad se trata de lacayos “corralistas” del poder judicial al servicio del poder ejecutivo.
Al poder legislativo ya lo tenía bajo su control a través de la mayoría absoluta lograda por el PAN en aquellas elecciones llevadas a cabo en 2016, pero el autócrata disfrazado toda su vida de demócrata quería más, no se conformaba con tener al Congreso del estado de Chihuahua bailando al son de su batuta, y es por ello que no tardó en tomar el control del poder judicial en el estado juntando de este modo todos los tres poderes del gobierno en sus manos. “
¡El Estado soy yo!” podría haber dicho el falso demócrata.
Con el paso de los meses, los chihuahuenses fueron despertando a la espantosa realidad de que habían sido engañados por la verborrea demagógica de un tipo completamente amoral y corrupto que de demócrata no tenía absolutamente nada. La inseguridad en Chihuahua que diez años atrás había llegado a un punto crítico en 2008 (dos años después de que el panista Felipe Calderón ya como presidente de México declarara por cuenta propia en 2006 su guerra en contra del narco y todos los narcos para lo cual usando su poder como comandante en jefe del ejército mexicano sacó a los soldados de los cuarteles) y que mejoró substancialmente gracias a las acciones emprendidas por el gobernador César Duarte a lo largo de sus seis años de gobierno (2010-2016), nuevamente se fue a pique; y ya para el 2018 todo el estado de Chihuahua estaba inmerso en una terrible ola de inseguridad con muertos, desaparecidos, desmembrados y decapitados por doquier. En tan solo dos años de desgobierno de Javier Corral se perdió la seguridad que tras seis arduos años le lograron dar al estado el gobernador César Duarte y su fiscal Jorge González Nicolás. ¿Y qué hacía el gobernador pedante y jactancioso mientras todo el estado de Chihuahua se sumergía en una incontenible ola de violencia con cientos de cadáveres apilándose en las congeladoras de los servicios médicos forenses? Pues sin tratar de ocultar su indiferencia y lo poco que le importaban el estado de Chihuahua y sus habitantes, el indolente y corrupto político se dedicó a “matar el tiempo”
jugando golf y a estarse paseando en bicicleta fuera de Chihuahua en estados como Sinaloa
cobrando a sus gobernados por estas vacaciones perpetuas un monto bruto de
163 mil pesos mensuales mientras el estado por él “gobernado” se iba a pique, motivando protestas airadas de la ciudadanía:
que siempre terminaron cayendo en los oídos sordos de un sátrapa que no nunca ha estado dispuesto a escuchar otra cosa que no sean halagos para satisfacerle su orgullo propio y amplias reverencias hacia su persona dándole la razón y la justificación para todos sus excesos e innumerables tropelías.
Resulta pertinente reproducir a continuación
un editorial que denuncia la indolencia total y absoluta del vulgar demagogo que hizo de la mentira, la calumnia y la difamación sus principales armas de trabajo y de combate para colmar sus propias ambiciones personales de poder y enriquecimiento a costa de los dineros de los demás y de los dineros extraídos de las arcas del erario público:
El gobernador Corral... ¡el más irresponsable que ha tenido Chihuahua!
José Díaz López, analista
28 de julio de 2018
Para algunos partidos la elección puede significar su potencial sentencia de muerte. PAN y PRI están enfrascados en una lucha para librarse de su muerte. Les urge reorganizarse para no morirse de inanición electoral, porque a eso lleva la voluntad electoral: a la muerte de varios partidos políticos.
Quizá por eso el gobernador Corral huyó despavorido del calor de Chihuahua a las paradisiacas playas de Mazatlán, para no sufrir los tremendos problemas por falta de agua y seguridad que los gobernados de Chihuahua sufren; allá se la pasa descanse y descanse. Ya debería cambiar su residencia a Mazatlán. ¡Allá admítanlo, ciudadanos de Sinaloa! ¡Nombren al gobernador Corral turista distinguido, o lo que sea! ¡Pero ya no nos lo devuelvan a Chihuahua!
Los generales derrotados electoralmente no salen corriendo a las playas a descansar de la derrota. Eso lo hacen los artistas, los boxeadores. ¿Pero un gobernador que no trabaja por sus ciudadanos? Pues ¡cómo!
Los gobernadores deben trabajar todos los días del año, tratando de cumplir sus altas obligaciones. Para eso se les paga los altísimos e inmerecidos salarios que devengan. Pero a Corral le interesa pasársela de lujo a costa de los chihuahuenses en Mazatlán. Allá tiene oportunidad de pasear hasta en bicicleta cuidado por sus guaruras. El gobernador que “a veces” está en Chihuahua, se la pasa feliz la mayor parte del tiempo, abandonando las obligaciones más elementales de su trabajo. ¡Pobres de nosotros chihuahuenses, cuya vida y futuro, los hemos dejado ante tamaño irresponsable!
Pagamos a un gobernador por no trabajar, que entre muchas acciones absurdas, entrega más de 34 millones a un periodicucho oficial, ¡que ni para limpiar las… manos sirve!
Allá, lejos de los ríos de sangre que corren por todo Chihuahua y muy lejos del sufrimiento de los chihuahuenses por la falta de agua todos los días en las colonias, se pasea el “inteligentísimo” gobernador loco de felicidad en las placenteras playas de Mazatlán.
En ese mar de ‘weba’, como dice Froilán, pagado a costa de los chihuahuenses muy amolados por su Gobierno, recibió la noticia de que el exgobernador le ganó un amparo. Por teléfono, pues el señor anda de vacaciones siempre, ordenó a su subordinado que interpusiera el recurso respectivo. Los expertos legales dubitan, si con ese amparo “La Coneja” Gutiérrez obtiene algún beneficio. Habida cuenta de que se trata del mismo dinero, de cuyo desvío lo tienen aquí preso aún. Pues no tarda en pelárseles también. Pues en efecto tanto el amparo que ganó César Duarte como el que tiene en prisión a “La Coneja” Gutiérrez tienen como litis el dinero que entregó la Federación a Chihuahua y que se desvió para uso electoral del PRI nacional.
A saber, no libra con ese amparo el exgobernador el resto de órdenes de aprehensión, pero de alguna forma se quita un problema penal.
Pareciera que no hay gran daño a los intereses en este asunto para el gobernador Corral. ¡Pero la tizna nadie se la quita! De 13 órdenes de aprehensión que tenía ya nomás le quedan… 12; y luego 11; y luego; 10… ¡y ahí se va saliendo!
Sin embargo, el gobernador anda de vacaciones ¡muy inmerecidas por supuesto! Pues no se le ve trabajo por ninguna parte, ni obras públicas, ni eventos oficiales, ni atención a los problemas de los ciudadanos, ni suministro de agua, ni protección a la vida y bienes de los chihuahuenses. Eso sí, muchas cabalgatas con sotolitos de por medio, con disfraces de chero de caricaturas y caravanas en helicóptero por todo el país. El gobierno de Corral es realmente ¡el desgobierno pleno! Por eso los chihuahuenses votaron en contra de sus candidatos. Sólo se salvó Maru Campos… pero es para prolongar su agonía.
Volviendo a la reflexión sobre la situación de los partidos políticos, el PRI y el PAN no reaccionan del “shock” en que los dejó el repudio social.
Los dinosaurios del PRI que sobrevivieron al meteorito electoral que les cayó encima, piensan que “reflexionando” van a cambiar la realidad, igual que los fanáticos se niegan a ver al responsable de su destrucción.
En la misma circunstancia de muerte se encuentra el PAN. Anaya, y Corral como su estratega de cabecera, enfrentarán ahora las terribles consecuencias por división y persecución realizada contra prominentes figuras del partido. Todos estos grupitos de delincuentes azules, tendrán que morderse la cola para unirse entre todos ellos. Si no quieren morir, tendrán que convivir en la misma cueva.
El análisis dado por el editorialista es preciso y certero, y para comprobarlo basta con citar un ejemplo de algo que sucedió pocos días después de que el trabajo anterior apareció publicado en varios medios. Al final de la segunda semana de agosto de 2018, en Ciudad Juárez hubo 17 asesinatos, todos ellos con características propias del crimen organizado, a los cuales se sumaron otros tres asesinatos el lunes 13 de agosto para dar
un total de 20 ejecuciones, lo suficiente para ser dado como nota relevante en los medios nacionales de comunicación. ¿Y en dónde estaba el gobernador Javier Corral mientras el estado se hundía en un marasmo escandaloso de sangre y muertes? ¿Estaba en una reunión de emergencia en el palacio de gobierno para planificar alguna estrategia de seguridad para hacer frente a la violencia incontenible? ¡Claro que no! En lo que debe ser el colmo de la indiferencia, la indolencia y la irresponsabilidad el gobernador Javier Corral desatendiendo todos los asuntos del estado de Chihuahua y haciendo caso omiso de la grave crisis de inseguridad que él mismo contribuyó a crear por su pésima forma de gobernar (si es que a tal cosa se le puede llamar gobernar)
se encontraba en la ciudad de México feliz de la vida en una reunión partidista ofreciéndose “desinteresadamente” como “el caballero andante en armadura reluciente” que necesita con urgencia el PAN para llevarlo “con paso firme y seguro” por nuevos senderos de gloria (al estado de Chihuahua le prometió un
bello y deslumbrante “nuevo amanecer” que para los chihuahuenses ha terminado siendo
una horrible pesadilla), presentándose como “el campeón” que el PAN necesita para salvarse de su hundimiento y “recuperar la presidencia de México” (con él como candidato presidencial del PAN, se sobreentiende). En efecto, mientras muy lejos de allí Chihuahua se hundía en el abismo, la principal preocupación del advenedizo aspirante a autócrata de todo México se desvivía en la ciudad de México en la sede del Partido Acción Nacional recurriendo a su mejor oratoria para proyectar su imagen a nivel nacional presentándose como una especie de
héroe salvador del PAN muy merecedor de ocupar la presidencia nacional del PAN después de Ricardo Anaya para proyectarse de allí como candidato del PAN a la presidencia de México. Con todos los gastos para tal viaje a la ciudad de México con fines de política meramente partidista pagados en su totalidad con el dinero de los contribuyentes chihuahuenses, dinero salido no de sus bolsillos sino de las arcas de Chihuahua para tales efectos, además de seguir cobrándoles a los chihuahuenses (desde luego) su salario mensual de 163 mil pesos mensuales. Cabe agregar que el descaro Javier Corral de haberse presentado a esa reunión del PAN en la ciudad de México (a la cual no asistió ninguno de los otros gobernadores emanados del PAN que consideraron que era más importante atender los asuntos de sus gobernados que andar haciendo política a expensas de ellos) llamando la atención hacia su persona como
héroe salvador del PAN en respuesta a la terrible derrota que sufrió el PAN en las elecciones presidenciales de 2018 fue un acto del mayor cinismo posible, porque fue el mismo Javier Corral quien repudiado por los electores en Chihuahua era el culpable directo de hacer que el PAN perdiera en 2018 la mayoría que tenía en el Congreso de Chihuahua, ni siquiera perdiendo dicha mayoría ante su viejo antagonista el PRI sino perdiéndola ante Morena, ante la izquierda que nunca antes había tenido tanto auge en la historia de Chihuahua como el que tuvo en 2018 gracias al
voto de castigo propinado por los electores al PAN cobrándole las facturas por los excesos y las corruptelas del gobernador Javier Corral emanado del PAN. ¿Y así tuvo la hipocresía de haber acudido al PAN para presumir la “salvación” ofrecida por él? El sátrapa Javier Corral
jamás en su vida ha aclarado ni justificado el terrible despilfarro de los dineros públicos de los chihuahuenses derrochados en estarle subsidiando a Javier Corral sus vacaciones perpetuas y sus incontables escapadas fuera del estado de Chihuahua al cual tiene en un caos de inseguridad, crimen y violencia.
De todas las promesas que hizo cuando estuvo en campaña por la gubernatura de Chihuahua no cumplió ni una sola; de ese calibre fueron sus falsedades. Había prometido que metería al gobernador César Duarte a la cárcel acusándolo (sin pruebas) de cohecho, peculado y enriquecimiento ilícito, pero ya como gobernador le dió tiempo más que suficiente para que cambiara su residencia de Chihuahua a Estados Unidos. Había prometido que municipalizaría la Junta Municipal de Aguas y Saneamiento (J.M.A.S.) pasando el control de la misma del estado de Chihuahua al municipio de Ciudad Juárez, pero esto tampoco lo cumplió; nunca hizo ni siquiera el menor esfuerzo para tratar de darle seguimiento a esta promesa de campaña. Buscando atraer el voto de los jóvenes les había prometido a todos los estudiantes universitarios de Chihuahua becas para que “nunca más” tuvieran que pagar ni colegiaturas ni inscripciones, becas para todos y para las cuales no se les pediría un promedio mínimo de calificación. Dos años después todos los jóvenes universitarios de Chihuahua ya habían abierto los ojos a la terrible realidad de que el individuo les había tomado el pelo, los había engañado justificándose a manera de burla que esa promesa de becar a todos había sido una
“promesa hecha con el corazón”, agregando sin parar que “eso es lo que cuenta”. A los jóvenes universitarios de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez les había prometido que movería las instalaciones de la UACJ (ubicadas muy afuera de la mancha urbana de Ciudad Juárez en una zona desértica en un paraje casi perdido en la nada, a unas dos horas del centro de la ciudad) hacia el interior de la mancha urbana. Tampoco les cumplió tal promesa, y ello era obvio al haber transcurrido dos años de su malhadado e inútilo gobierno. Todas las promesas resultaron ser viles mentiras formuladas a la ciudadanía con la intención de convencer a la gente de que votara por él, y cientos de miles cayeron en su trampa.
Es así como a sus dos años de gobierno el tipo no había emprendido obra pública alguna digna de mención, a la vez que descaradamente se la pasaba derrochando a manos llenas el dinero de las arcas del estado de Chihuahua para subsidiar en su totalidad la publicación de un periódico oficialista llamado
Cambio 16 con el único objetivo de “crear imagen” para sus ambiciones presidencialistas y rendirle culto a su propia personalidad, así como la creación de
canales oficialistas de televisión en Chihuahua también para estarse glorificando a sí mismo y estarse haciendo propaganda mediática ensalzando generosamente su casi nula obra de gobierno, así como la erogación de millones de pesos de los chihuahuenses para emprender en todo el estado la
instalación de megapantallas también para estar promocionando a todas horas del día esa imagen de
Gran Hermano al
estilo Orwelliano ensalzándose y alabándose por su supuesta gloria y grandeza creyéndose merecedor de adoraciones y culto público. En su bitácora no había dinero para atender
verdaderas emergencias en el área del sector salud en el estado de Chihuahua, pero sí había dinero a su disposición a manos llenas -dinero salido de los bolsillos de los chihuahuenses a los cuales les había prometido con engaños un glorioso “nuevo amanecer”- para andarse paseando por todos lados en
caravanas costosas usando los dineros públicos de los chihuahuenses para ello, con el visto bueno para tales despilfarros dado por un Congreso corrupto conformado en su mayoría por lacayos incondicionales del PAN más preocupados por promover sus propios futuros políticos que por el bienestar de los chihuahuenses.
Sin embargo, la decepción más dura y más dolorosa que se llevaron todos los chihuahuenses fue cuando eventualmente cayeron en la cuenta de que al amoral político lo único que le importaba era asegurar la candidatura del PAN para la presidencia de México, y para lograr tal cosa su plan había sido desde un principio usar a Chihuahua como un trampolín, al igual que cuando en 2010 recurrió a sus malas artes para robarle a otros la candidatura del PAN al Senado con el fin de usar su proyección nacional lograda con dicha senaduría para afianzar la nominación a la gubernatura de Chihuahua en 2016. De hecho todos los pasos dados por este tipo, los cuales abarcan toda la descripción de su carrera política, parecen haber estado fríamente calculados para proyectarse desde un principio hacia la presidencia de México. En pocas palabras, Chihuahua nunca le importó, de allí la explicación a su indiferencia y su descaro en su nula actuación como gobernante despilfarrando a la vez los dineros del pueblo de Chihuahua para promover por anticipado sus aspiraciones presidenciales.
En la vida todo se paga, y si algo calculó mal el tipo fue el haber creído que el pueblo de Chihuahua no despertaría y se seguiría tragando todos sus embustes y sus mentiras como si fuese en conjunto un retrasado mental o un recién nacido. Nunca se imaginó que el pueblo de Chihuahua le empezaría a cobrar las facturas tarde o temprano. Y el ajuste de cuentas empezó a darse en las elecciones celebradas en 2018. En ese año, y por vez primera en la historia de Chihuahua, la izquierda arrasó las elecciones en Chihuahua (además de hacer lo mismo en buena parte del resto de México) dándole su voto de confianza ya no al PAN y ciertamente mucho menos al PRI, sino al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador y a su partido Morena.
En 2018, el gobernador Javier Corral despertó ante la confirmación de la dura noticia de que su partido el PAN había perdido la mayoría absoluta de la que gozaba en el Congreso de Chihuahua. Se trata de la pérdida del control del poder legislativo. Ya no volvería a tener en sus manos la batuta para ordenarle al Congreso el cumplimiento de todos y cada uno de sus caprichos. El pueblo de Chihuahua fue lo suficientemente sabio como para darse cuenta de lo que había estado sucediendo en los dos años del gobierno desastroso de Javier Corral Jurado, tomando cartas en el asunto y quitándole para siempre el control del Congreso pero esta vez ya no regresándoselo al PRI sino dándoselo al partido Morena.
Pero la noticia de la pérdida todal del control del Congreso de Chihuahua no fue la única noticia mala para ese sátrapa dictatorial y autoritario llamado Javier Corral. Resulta que Cruz Pérez Cuellar,
el mismo al cual Javier Corral le había robado la nominación del PAN al Senado de la República seis años atrás, había logrado obtener su escaño en el Senado, pero esta vez ya no desde el corrupto y antidemocrático PAN sino desde el seno de Morena. Y este viraje del destino es una de las cosas que más preocupación le causan a Javier Corral a sabiendas de que tiene cuentas pendientes y facturas a pagar con todos aquellos a los cuales les ha hecho daño y a los cuales les ha robado e incluso se ha burlado de ellos.
A raíz del ascenso de Cruz Pérez Cuellar al Senado de la República, Javier Corral sabe exactamente lo que puede ocurrir. Además de usar su posición desde el Senado para denunciar y atacar duramente al gobernador Javier Corral exponiendo todos los abusos de autoridad y arbitrariedades y corruptelas en que ha estado incurriendo éste último, Cruz Pérez Cuellar puede usar dicha posición para proyectarse a nivel nacional como un fuerte aspirante por parte de Morena para ocupar la gubernatura de Chihuahua dentro de tres años, o sea en el período 2021-2027. O sea, con posibilidades de poder convertirse en el próximo gobernador de Chihuahua. O sea, como el sucesor de Javier Corral en dicha gubernatura.
Y ya como gobernador de Chihuahua, Cruz Pérez Cuéllar le puede cobrar juntas todas las facturas a Javier Corral del mismo modo como Javier Corral lo ha estado haciendo con el ex gobernador César Duarte. La ironía aquí es que Javier Corral, aprovechando su condición de ciudadano norteamericano nacido en Texas, podría terminar haciendo exactamente lo mismo que lo que tuvo que hacer el ex gobernador César Duarte para huír de la cacería emprendida por el gobernador Javier Corral en contra de César Duarte: huír hacia los Estados Unidos en calidad de prófugo y apelar a su condición de ciudadano norteamericano para no ser extraditado a México al estado de Chihuahua para responder por los delitos de los que sea acusado por una administración encabezada por el gobernador Cruz Pérez Cuéllar.
Ya como Senador, Cruz Pérez Cuéllar tendrá tiempo más que suficiente para poder comprobar con sus propios ojos qué fue aquello que le robó Javier Corral hace seis años, y es de esperarse que tomar conciencia de estas cosas hará que Cruz Pérez Cuéllar endurezca aún más su postura en contra de Javier Corral.
Por si lo anterior no fuese suficiente para poner a temblar a Javier Corral de pies a cabeza, está también el hecho de que el próximo presidente de México será ni más ni menos que el mismo líder que encabeza el mismo partido por el cual Cruz Pérez Cuellar será Senador de la República. Cruz Pérez Cuellar hoy como Senador y posiblemente mañana como gobernador de Chihuahua ciertamente tendrá la atención del presidente Andrés Manuel López Obrador para todo lo que tenga que denunciarle Cruz Pérez Cuéllar acerca de las trapacerías y abusos cometidos por Javier Corral como gobernador de Chihuahua, de lo cual el presidente electo López Obrador
parece estar perfectamente bien enterado. En pocas palabras, Javier Corral tendrá a los dos en contra suya. Y el pendenciero Javier Corral no tendrá cara con qué reclamarle consideración alguna al presidente Andrés Manuel López Obrador en caso de que las ruedas de la justicia federal empiecen a rodar para prensar a Javier Corral, ciertamente no después de cosas como las siguientes que Javier Corral publicó en su cuenta de Twitter denostando en forma por demás grosera a López Obrador calificándolo furiosamente como “un ambicioso vulgar”:
Cabe agregar que después de esta diatriba twittera, y ya confirmado López Obrador como presidente electo de México, cuando López Obrador visitó Ciudad Juárez para abrir un foro de pacificación y reconciliación, el incomparable cínico Javier Corral puso su cara de palo y no se le despegó un solo momento a López Obrador comportándose
muy zalamero y mimoso como si nada hubiera sucedido, aunque para estar en el foro a un lado de López Obrador tuvo que tragarse su coraje al tener que
escuchar los reclamos de los familiares de las muertas de Ciudad Juárez y del resto del estado a los cuales por dos años les estuvo negando audiencia y les estuvo cerrando las puertas del palacio de gobierno sin escuchar ni atender a los familiares de las víctimas hasta que llegó López Obrador como presidente electo a Ciudad Juárez y los familiares de las víctimas por vez primera tuvieron la oportunidad dorada y casi única de insultar al inútil gobernador Javier Corral reclamándole indignados su indiferencia y su cinismo.
Peor aún para Javier Corral, la cereza en el pastel es que el presidente electo López Obrador ha anunciado ya como prioridad suya la terminación definitiva del privilegio del fuero constitucional, algo que el PRI y el PAN podrían haber hecho juntos en su momento cuando podían haberlo hecho pero que no lo hicieron presumiblemente para taparse a sí mismos y entre sí sus innumerables corruptelas. Con el corrupto PRI y su comparsa el igualmente corrupto PAN fuera del camino ante el Congreso de la Unión, ya no será necesario llevar a cabo el largo y burocrático trámite del proceso de desafuero para meter a un funcionario importante a la cárcel. La Procuraduría General de la República, por ejemplo, tendrá la facultad para poder llegar en cualquier momento al palacio de gobierno en Chihuahua para ejecutar una orden de aprehensión en contra del gobernador Javier Corral Jurado sin necesidad de tener que pedirle al Congreso de Chihuahua la puesta en marcha del proceso de desafuero en contra del gobernador Javier Corral para ejecutar la orden de aprehensión (de cualquier modo, con un Congreso estatal controlado ya no por el corrupto PRI ni su comparsa el corrupto PAN sino por la tercera nueva fuerza política llamada Morena, la PGR no tendría mayores problemas en obtener del Congreso de Chihuahua próximo a entrar en funciones un desafuero
fast track del gobernador Corral implementado a las pocas horas de haber sido solicitado). Entre un Congreso estatal de Chihuahua controlado por Morena, y un Congreso de la Unión controlado también por Morena y un presidente de México que es precisamente el fundador de Morena, además de un Senador Cruz Pérez Cuéllar con el cual Javier Corral Jurado tiene muchas cuentas pendientes, podrían terminar crucificándolo sin darle tiempo de poder huír a los Estados Unidos.
A raíz de todo lo anterior, es comprensible que al engreído, soberbio, prepotente, corrupto y hasta ahora impune Javier Corral acostumbrado a los excesos del poder, un autócrata absolutista con aspiraciones a la presidencia de México como si ello fuera algo que el pueblo de México está obligado a darle, le haya cambiado el semblante del rostro duro y frecuentemente iracundo que tenía antes, al que se le ha visto en tiempos recientes en el cual su semblante de agonía a cuentagotas refleja el miedo que se está apoderando de él a partir del momento en el que se le enteró y se le confirmó que precisamente Cruz Pérez Cuéllar, su mayor enemigo por ser el hombre al cual Javier Corral le robó y le hizo tanto mal, será Senador de la República en cuestión de unas cuantas semanas, con posibilidades de lanzarse dentro de tres años en pos de la gubernatura de Chihuahua para poder cobrarle a un ex gobernador Javier Corral todas las cuentas pendientes que Javier Corral tiene con Cruz Pérez Cuéllar, esto además de las numerosas cuentas pendientes que Javier Corral tiene con el pueblo de Chihuahua al cual engañó y al cual tomó por estúpido, ese pueblo al cual Javier Corral ha saqueado y al cual ha robado en demasía y que está hoy a la espera de una justicia que parece que le va a llegar a Javier Corral más pronto de lo que anticipaba.
Como un anticipo de lo que se le viene encima a Javier Corral Jurado, el periódico de mayor circulación en la frontera en el norte de México, EL DIARIO, le acaba de dar a Cruz Pérez Cuéllar un amplio espacio editorial de media plana de extensión en la misma sección dominical que antes le daba a Javier Corral y en la cual esté último ha dejado de aparecer justo cuando la popularidad de
su propio sitio Web se ha ido a pique y muy pocos lo visitan porque son ya muy pocos los chihuahuenses que están interesados en lo que el gobernador Javier Corral tenga que decir en su verborrea repleta de demagogia. En
la primera contribución editorial de Cruz Pérez Cuéllar a EL DIARIO, abrió dicha contribución con las siguientes palabras: “Antes que nada, quiero agradecer este espacio de opinión que
generosamente nos brinda El Diario de Ciudad Juárez, un medio
comprometido con la verdad, que reconozco por su valor en el manejo
responsable de la información, por su apego a los lineamientos
periodísticos en cada una de sus notas, sus entrevistas, reportajes y
demás géneros, así como por su pluralidad que nos permite escribir estas
líneas.” Así pues, mientras que en uno de los más importantes medios de comunicación de Chihuahua el gobernador sátrapa ha dejado de aparecer desde hace ya buen tiempo, ese mismo medio de comunicación le ha otorgado un foro privilegiado a quien se espera que será uno de los más duros adversarios de Javier Corral y con el cual el gobernador sátrapa tiene muchas cuentas pendientes, el cual podría terminar siendo el próximo gobernador de Chihuahua estando en condiciones de poder emprender acciones legales en contra de Javier Corral aún más duras que las acciones que Javier Corral está emprendiendo en contra del ex gobernador César Duarte.
Las siguiente
fotografías que fueron tomadas del portal Web LaPolaka.com (la primera de las cuales fue tomada de la nota titulada “Corral Tiembla de Miedo” publicada por el sitio LaPolaka.com el 9 de agosto de 2018) ilustra el estado de ánimo del gobernador sátrapa, ya sin tantos humos en la cabeza, haciendo “pucheros” a sabiendas de que
su tiempo se le está acabando y que ya no se siente tan seguro de que podrá seguir cometiendo con plena impunidad arbitrariedades, tropelías, desvíos del erario público para promoción personal y despilfarros del erario público a manos llenas sin darle cuentas a nadie de sus excesos, ciertamente no cuando en la ciudad de México habrá un Senador llamado Cruz Pérez Cuéllar listo para estarlo denunciando y tal vez hasta preparándole a Javier Corral la horca con la que será ahorcado, posiblemente el mismo Senador que ya como
Gobernador Cruz Pérez Cuéllar terminará metiendo a la cárcel a su predecesor fincándole al
ex gobernador Javier Corral una larga cadena de cargos penales que conllevan varias décadas en prisión como los cargos con los que Javier Corral ha estado amenazando con meter a su predecesor César Duarte a la cárcel:
El otrora altanero, déspota, autoritario y soberbio Javier Corral
Poco después el mismo sitio Web publicó la siguiente fotografía del gobernador Javier Corral en estado de
shock “tirando la baba” en la que los comentarios salen sobrando, presumiblemente tomada después de haber sido informado de la pérdida irremisible de la mayoría incondicional de la que gozaba el PAN en el congreso estatal palero que estaba conformado por sus cómplices del Partido Acción Nacional que le estuvieron tapando todos sus desmanes y abusos de poder apoyándolo en todo lo que se pudiera en sus incontables actos de prepotencia, con una nueva fuerza política conformada por Morena preparándose para tomar el control del Congreso que había estado controlado por el PAN:
¿Pero es éste “el caballero andante en armadura reluciente” al que tanto alaban en MILENIO TELEVISION y que hoy se ofrece “espontáneamente” para “salvar al PAN de la debacle”?
¿Y a él quién lo salva? Posiblemente Javier Corral termine siendo todo lo contrario al “campeón” que el panismo pide a gritos para salvarse del hundimiento al que lo están llevando neo-panistas oportunistas sedientos de poder como Javier Corral. Posiblemente el sátrapa Javier Corral en la desesperación de su ocaso termine siendo el que más contribuya con su obsesión enfermiza de poder a darle la “puntilla” al PAN, aunque no está claro aún si tal cosa redundará a la larga en beneficio de México como nación.
