Los resultados vertidos en las urnas electorales el pasado 7 de junio de 2015 han tenido una diversidad de efectos importantes, efectos que ya están manifestando reverberaciones de primer orden para la vida política nacional de México. Una consecuencia importante es el triunfo de “El Bronco” como candidato independiente a la gubernatura de Nuevo León, que abre el camino para que otros aspirantes a gobernar se puedan lanzar por cuenta propia sin estar adheridos a ningún partido político y que puedan triunfar con el apoyo del pueblo, amenazando con hacer a un lado a la actual partidocracia poniendo en la cuerda floja a los plurinominales parásitos por los que nadie vota y que han estado viviendo ya demasiado tiempo a costillas del pueblo que no vota por ellos pero que es obligado a mantenerlos con una vida de príncipes.
Otra consecuencia importante que ya se veía venir desde hace tiempo es la casi segura sepultura de las aspiraciones presidenciales que pudiera haber tenido el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. El Partido de la Revolución Democrática (PRD), partido que respaldaba a Miguel Ángel Mancera, perdió la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal siendo vencido en las urnas por MORENA. Con esta derrota contundente recibida por el PRD en la Ciudad de México, los electores capitalinos le enviaron un claro voto de castigo a Miguel Ángel Mancera, cobrándole la factura por haberse comportado como un blandengue permitiendo que los vándalos delincuentes de organizaciones sindicales como la CNTE 22 de Oaxaca y la CETEG de Guerrero causaran innumerables destrozos y daños en la Ciudad de México sin que hasta la fecha haya uno solo de ellos en prisión pagando por la enorme destrucción ocasionada por ellos. Muchos negocios y pequeños comercios de la Ciudad de México tuvieron que cerrar sus puertas definitivamente al no soportar las grandes pérdidas económicas ocasionadas por un enjambre de delincuentes que estuvieron actuando en la más plena impunidad mientras el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera en vez de aplicarle a esos delincuentes mano dura y todo el peso la ley se estuvo haciendo de la vista gorda, incurriendo con su falta de actuar en actos graves que muchos capitalinos consideraron una negligencia casi criminal o de plano criminal. Se puede suponer que muchos de los capitalinos afectados, sobre todo aquellos propietarios de pequeños negocios que tuvieron pérdidas millonarias o se vieron obligados a cerrar sus puertas definitivamente al no poder seguir operando con pérdidas, tuvieron la oportunidad de cobrarle las facturas pendientes a Miguel Ángel Mancera el 7 de junio en las urnas, enviándole un mensaje clarísimo que se pudo escuchar en todo México.
A estas alturas lo lógico sería que Miguel Ángel Mancera estuviera preparando sus maletas para dejar su cargo y retirarse de la vida política. Pero en una muestra más de que el poder puede hacer que los gobernantes pierdan todo contacto con la realidad de lo que ocurre afuera de sus oficinas, Miguel Ángel Mancera en vez de resignarse a dejar la política sigue pensando “en grande” creyendo que tiene todas las posibilidades para convertirse en el próximo presidente de México, a grado tal que ya se destapó el 15 de junio revelando sus intenciones y aspiraciones para gobernar a todo México, sin darse cuenta o sin querer darse cuenta de que las mismas razones que tuvieron los capitalinos para aplicarle a Miguel Ángel Mancera un durísimo voto de enojo son exactamente las mismas razones que serán esgrimidas en todo México en su contra si se aferra tercamente a contender por la presidencia de México. ¿Quién, en su sano juicio, quiere darle su voto a un individuo que ya como gobernante se rehusará a actuar con mano dura en contra de la delincuencia sindical-magisterial y que está plenamente dispuesto a permitir que los vándalos-motineros sigan haciendo lo que les dé la gana actuando no solo en la impunidad total sino inclusive con la protección de un hombre que ha demostrado ya ser sumamente complaciente con los motineros? ¿Qué mexicano en su sano juicio quiere votar por un hombre que sin duda alguna permitirá que los monstruos de la CNTE de Oaxaca y de la CETEG de Guerrero ocasionen los destrozos que quieran, incurran en los saqueos que quieran, y causen los daños que quieran a la economía, pero esta vez ya no solo en la Ciudad de México sino ahora en todo el país?
El ego de Miguel Ángel Mancera continúa super-inflado, creyendo en sus sueños de opio que tiene excelentes posibilidades de conquistar el voto popular para poder llegar a la presidencia de la República. Pero no es tan tarugo. Prueba de ello es que al destaparse prematuramente como aspirante a la presidencia de México, y copiándole al “Bronco” de Nuevo León su ejemplo, Miguel Ángel Mancera ha manifestado que contenderá como candidato independiente, reafirmando que siempre ha sido un independiente que no ha estado adscrito a ningún partido político.
¿Ah, sí? ¿Ya se le olvidó a Miguel Ángel Mancera que cuando fue postulado para ser el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México lo hizo cobijado bajos las siglas de un PRD que en otros tiempos tenía un virtual monopolio del poder en la capital del país? ¿Ya se le olvidó que, antes de ser cobijado por las siglas del PRD para gobernar a la Ciudad de México, sirvió como Procurador bajo el entonces Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard, que también llegó a la jefatura de gobierno del Distrito Federal amparado por las siglas del PRD? (Marcelo Ebrard ya abjuró de su militancia en el PRD que ahora está en desgracia, haciendo lo posible en estas últimas elecciones para convertirse en diputado federal, pero no se sintió nada seguro de que pudiera conquistar en esta ocasión el voto mayoritario popular, tan es así que hizo todo lo que pudo para contender por una diputación no como candidato uninominal luchando a brazo partido por obtener en las urnas el voto directo de la gente apareciendo su nombre en la boleta electoral, sino tratando de ser postulado a toda costa por la vía plurinominal por cualquier partido político, el que fuera, lanzándose “a la segura” como un beneficiario más de la partidocracia sin que su nombre apareciera en las boletas electorales.)
Miguel Ángel Mancera dió un primer paso en la materialización de sus sueños de opio al desligarse por completo de un PRD hoy en franca decadencia, al anunciar sus planes de contender como candidato independiente. ¿Pero acaso está tan engreído y ensoberbecido Miguel Ángel Mancera que cree poder obtener en las urnas en 2018 como candidato independiente más votos que el seguro candidato y fundador de MORENA, Andrés Manuel López Obrador?
Si Miguel Ángel Mancera desde un principio hubiera actuado con mano dura aplicándoles en la Ciudad de México todo el peso de la ley a los motineros vándalos de la CNTE 22 y la CETEG, otro gallo le cantaría hoy a Miguel Ángel Mancera, y podría promocionarse hoy como “el candidato que garantiza seguridad para tí y tu familia, el candidato que no permitirá que ningún saqueador o vándalo cause daño alguno a tu pequeño negocio, el candidato que aplicará todo el peso de la ley a quienes violen la ley”. Pero como no lo hizo cuando pudo haberlo hecho, si hoy hiciera tales afirmaciones cualquiera lo podría tachar como un hipócrita, como un mentiroso.
Hoy Miguel Ángel Mancera tiene prisa por echarle la culpa a otros integrantes de su mal equipo de gobierno de los innumerables destrozos y daños que estuvieron ocasionando los nihilistas de la CNTE de Oaxaca y la CETEG de Guerrero actuando en una impunidad total sin que se castigara jamás a nadie. Y lo demostró al pedirle la renuncia el 2 de julio a todos los miembros de su gabinete. Esto allana el camino para que Miguel Ángel Mancera trate de justificarse diciendo “la culpa no fue mía, fue de los miembros de mi gabinete que no cumplieron con su responsabilidad y fueron negligentes en el desempeño de sus funciones de garantizar la paz pública”. Pero aquí el problema es que todos y cada uno de los miembros del gabinete de Miguel Ángel Mancera no se pusieron ellos solos en sus cargos, Miguel Ángel Mancera fue el que escogió personalmente a todos y cada uno de ellos dándoles sus nombramientos. Si el equipo de gobierno de Miguel Ángel Mancera estaba compuesto por puros ineptos incapaces de cumplir con las tareas que les fueron encomendadas, la culpa no es de ellos, sino del que los puso en sus cargos, y aquí solo hay un responsable: Miguel Ángel Mancera. O como dice el dicho, “no tiene la culpa el indio, sino el que lo hizo compadre”.
En una cosa se equivoca rotundamente Miguel Ángel Mancera en tratar de culpar a los miembros de su gabinete por su falta de actuar en momentos tan serios como los que vivió la Ciudad de México por los cuales los capitalinos ya le pasaron la factura, y ello es que en toda guerra cuando se pierde la guerra nadie culpa a los soldados por la derrota, la culpa de la derrota recae directamente sobre los hombros del General. El General no puede decir “la guerra se perdió porque mis sargentos, mis tenientes, mis coroneles y mis capitanes me fallaron”. En todo caso, el General es el que escoge a su gente y confiere cargos y responsabilidades. Si la selección fue mala de inicio, el error corresponde única y exclusivamente al General, no a los soldados ni a los oficiales. Es la responsabilidad primaria del General rodearse de la gente más preparada, más hábil y más competente que pueda encontrar, y si alguno de ellos falla en el desempeño de su cargo pues entonces hay que corregir el error de inmediato y enviarlo prontamente a una labor administrativa de escritorio en donde el inepto se la pase todo el tiempo archivando papeles y sacando fotocopias, sin autoridad alguna sobre las tropas. Si como Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera escogió tan mal a su gente que dejaron desprotegidos a los capitalinos cuando los capitalinos más necesitaban de la protección de sus gobernantes, ¿qué garantiza que Miguel Ángel Mancera no incurrirá en las mismas pifias garrafales en la selección de su gabinete ya como presidente de México? Tampoco puede decir Miguel Ángel Mancera “es que fui malaconsejado por los integrantes de mi equipo”, porque la decisión final sobre cualquier asunto de importancia la toman no los subordinados sino le que encabeza al equipo. Se da por descontado en esto que cuando los delincuentes de la CNTE de Oaxaca y la CETEG de Guerrero estuvieron causando terribles e innumerables daños a los capitalinos, los funcionarios de la Ciudad de México encargados de la seguridad pública fueron atados de manos por su propio jefe Miguel Ángel Mancera que mediante órdenes directas los dejó maniatados e imposibilitados para poder aplicar mano dura a los violadores de la ley. No Señor Miguel Ángel Mancera, la culpa no fue de ninguno de los miembros de su gabinete a los cuales obligó a renunciar para usarlos como chivos expiatorios. La culpa fue suya, enteramente suya. Y si así como dizque gobernó a la Ciudad de México permitiéndoles a los gorilas sindicales-magisteriales entregarse a una orgía de destrucción cometiendo tropelías sin fin es como piensa gobernar a todo México, ¡San Crispín nos agarre confesados!
El principal obstáculo que tendrá que enfrentar Miguel Ángel Mancera como candidato independiente en sus delirios casi insanos de convertirse en el próximo presidente de México, más que cualquiera de los candidatos que sean postulados por los partidos políticos (y hay candidatos muy buenos, dicho sea de paso), será su propio historial, el mismo historial por el cual los capitalinos ya le aplicaron al PRD y a Miguel Ángel Mancera un bien merecido castigo que ya se veía venir. Y si con este historial se piensa lanzar Miguel Ángel Mancera en pos de la presidencia de México, se puede anticipar que muchos votantes de México le tendrán preparado no un voto de castigo sino un voto generalizado del más absoluto rechazo hacia un blandengue de que forma comprobada y actuando con una negligencia que raya en la criminalidad puede llevar al país al despeñadero. Y entre los votantes que le negarán su voto de confianza a Miguel Ángel Mancera en las elecciones presidenciales 2018 se encuentran los mismos capitalinos que ya le negaron al PRD y por ende a Miguel Ángel Mancera un voto de confianza en las elecciones celebradas el mes de junio de 2015 en la Ciudad de México. Los cuales son bastantes, dicho sea de paso. Por sus omisiones, por su negligencia, por su indiferencia ante el dolor de sus gobernados, Miguel Ángel Mancera tiene ya desde estos momentos asegurada su derrota en las urnas en 2018 en la Ciudad de México. Y se antoja muy difícil, si no imposible, que Miguel Ángel Mancera pueda ganar las elecciones presidenciales si no puede ganar la mayoría de votos en la Ciudad de México, sobre todo si se presenta otra opción a los electores como Andrés Manuel López Obrador.
De cualquier modo, tal vez Miguel Ángel Mancera considere la posibilidad de pedirle su ayuda a los líderes magisteriales hampones de la CNTE de Oaxaca y de la CETEG de Guerrero para que lo apoyen en sus sueños demenciales de querer convertirse en el próximo presidente de México. Es lo menos que le deben aquellos a quienes por demasiados meses Mancera les ayudó y les sirvió como el “santo patrono” protector de sus desmanes permitiéndoles a estos grupos de delincuencia organizada destruir la vida y los medios de subsistencia de miles de sufridos capitalinos. Aquí veremos qué tanto le están agradecidos a Mancera los vándalos magisteriales por no haber actuado en contra de ellos con todo el rigor de la ley cuando pudo haberlo hecho y cuando tenía la autoridad para hacerlo. A ver si con la ayuda de sus protegidos Mancera obtiene lo que tanto desea mientras se admira a sí mismo en el espejo. Y si no logra nada, si sus otrora protegidos le resultan ingratos (después de todo, y bien dice el dichco, mal paga el Diablo a quien bien le sirve), al menos Mancera puede irse en las tardes al Bosque de Chapultepec para sacar el fuá. ¡Fuaaa! ¡Fuaaa! ¡Fuaaa!
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario