jueves, 15 de septiembre de 2016

El tres veces Padre Don Miguel Hidalgo y Costilla



Los lectores que siguen esta bitácora tal vez se habrán dado cuenta de que en el estado de Chihuahua han ocurrido y siguen ocurriendo muchas cosas interesantes en el sentido histórico.

En las festividades del mes de la Patria en México que hoy se celebran, hay algunas cosas por las que vale la pena recordar el papel histórico que el estado de Chihuahua ha desempeñado en ciertas cosas relacionadas con el Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla, el hombre que inició el movimiento de Independencia que llevó a la creación de México como nación independiente.

En el aspecto negativo, Don Miguel Hidalgo y Costilla terminó siendo ejecutado en Chihuahua. Al amanecer del 30 de julio de 1811, cuando llegó la hora del fusilamiento que tendría lugar en el patio del antiguo Colegio de los Jesuitas en Chihuahua, entonces habilitado como cuartel y cárcel y que en la actualidad es el Palacio de Gobierno de Chihuahua, pidió que no le vendaran los ojos ni le dispararan por la espalda como era la usanza al fusilar a los traidores a la Corona Española. Pidió que le dispararan a su mano derecha, que puso sobre el corazón. Hubo necesidad de dos descargas de fusilería y dos tiros de gracia disparados a quemarropa contra su corazón para acabar con su vida, tras lo cual un comandante tarahumara, de apellido Salcedo, le cortó la cabeza de un solo tajo con un machete, para recibir una bonificación de veinte pesos. Posteriormente, su cuerpo fue enterrado en la capilla de San Antonio del templo de San Francisco de Asís, en la misma ciudad de Chihuahua, En 1821 su cuerpo fue exhumado en Chihuahua y, junto con su cabeza, se le enterró en el Altar de los Reyes, de la catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Finalmente, desde 1925 reposa en el Ángel de la Independencia, en la capital.

Pero en el aspecto positivo, algo quedó del Padre Hidalgo en Chihuahua, porque además de haber sido un Padre en el sentido usual con el cual se identifica a los sacerdotes, y además de haber sido el Padre de la Patria, también fue un padre en el sentido más terreno de la palabra, o sea un padre biológico, lo cual implica que Don Miguel Hidalgo fue padre en los tres sentidos etimológicos de la palabra. Resulta que en Chihuahua vive en Chihuahua sexta generación del Padre de la Patria. La sexta generación del Padre de la Patria Miguel Hidalgo y Costilla vive en Chihuahua y lleva su apellido, aunque no se les invita siquiera a los eventos especiales que se realizan para celebrar la Independencia de México. Uno de ellos es la chihuahuense Marina Marcela Hidalgo y Costilla Hernández, cuya fotografía es la que aparece al principio de esta entrada.

Esta joven chihuahuense, estudiante de ingeniería mecánica, que dice que “llevamos el apellido con mucho orgullo”, considera que a pesar de que en México se luchó por la independencia, a dos siglos de haber ganado la batalla, se sigue dependiendo en mucho de los extranjeros, especialmente de Estados Unidos y no sólo económicamente, sino culturalmente, y dice “todo tratamos de imitarles, de copiarles”. Marina Marcela  Hidalgo y Costilla Hernández considera que los mexicanos debemos sentirnos orgullosos de lo que tenemos, tradiciones, historia y de las riquezas del país, que en ocasiones, hasta las reconocen y valoran más los externos. “Claro que no creo que debamos sentirnos orgullosos de los rituales y sacrificios humanos que se hacían en la época prehispánica, pero sí de otras cosas como nuestra gastronomía, de nuestra diversidad natural, de muchas cosas buenas que tiene México, de aprovechar la riqueza de nuestro país”. Ejemplificó con el aprovechamiento de minerales, que desde siempre lo han hecho más los extranjeros que los mexicanos. Agregó que a pesar de las diversas luchas que se han tenido en este país por toda la opresión a través de la historia, falta mucho camino por recorrer, especialmente a las mujeres, considera que no se les han dado las oportunidades por las que se han luchado, “se les paga un 70 por ciento menos que a un varón, por realizar las mismas tareas. Por el simple hecho de ser mujeres”, comentó.

Marina Marcela es una estudiante de alto rendimiento académico, estudia su carrera en el Tecnológico de Monterrey campus Chihuahua, gracias a una beca académica que se ha ganado por su alto rendimiento, pues tiene un promedio de 98, y según dice, sólo son dos mujeres las que estudian la carrera que ella eligió, “somos 24 en mi clase, de los que solo dos somos mujeres”. Comenta que uno de sus objetivos cuando ya trabaje será viajar para conocer lo que el Padre de la Patria hizo. Hasta ahora no ha viajado a Guanajuato, donde inició la lucha por la Independencia, por lo que es uno de sus objetivos, conocer la ruta de la Independencia desde Dolores Hidalgo, San Miguel de Allende, etcétera. Comenta que su abuelo, antes de que falleciera hace cuatro años en el 2012, regularmente se le invitaba a los eventos cívicos que se realizaban por parte del Gobierno del Estado. Su abuelo siempre les fomentó el orgullo mexicano y conocer la Historia de México y los errores que se han cometido. “Aprender de esos errores es importante; por eso debemos conocer la Historia”, resaltó Hidalgo y Costilla Hernández.

La descendiente del Padre de la Patria teme que eventualmente el apellido Hidalgo y Costilla se perderá, pues el padre de esta joven, José Luis Hidalgo y Costilla Lecona, sólo tiene un hijo varón, cuya descendencia llevará el apellido, pero en el caso de las mujeres, sus hijos lo portarán como segundo apellido y en la siguiente generación se perderá. En este momento, todos los ojos están volteados hacia el hermano varón de Marina Marcela Hidalgo y Costilla Hernández para que esto no ocurra, y tendrá que esforzarse mucho cumpliendo como todo un hombre sus deberes maritales para que el apellido Hidalgo y Costilla siga siendo parte de la población civil del estado de Chihuahua.

Pero por lo pronto, podemos estar seguros de que el Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla, si aún viviera, estaría muy orgulloso de su descendiente en sexta generación Marina Marcela. Esto además de que vería en ella con cierta satisfacción que la lucha que emprendió en 1810 con el grito de Independencia que él mismo dió no fue en vano, y que la simiente que dejó ha fructificado en muchos respectos.

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