Los ingresos mensuales de cada diputado se componen de tres rubros: dieta (salario) de 73 mil 817.10 pesos; apoyos económicos por asistencia legislativa, de 45 mil 786, y atención ciudadana, de 28 mil 772.
Se trata en su mayoría de los mismos legisladores que se han estado despachando con la cuchara grande y han sido el pilar de la nefasta partidocracia que ha sepultado los sueños por un México verdaderamente democrático. Se trata de los mismos que se oponen a que se reduzca el número excesivamente grande de diputados cuando para un país como México no se justica un número de legisladores tan enorme. Se trata de los mismos que al sostener contra viento y marea las diputaciones de corte plurinominal (proporcional) impiden que el pueblo pueda votar directamente por los 500 diputados que conforman el Congreso, plurinominales cuyos nombres jamás aparecen en las boletas electorales y que son beneficiarios no del voto directo del pueblo sino de las cuotas de poder de los bribones que se han estado repartiendo el poder público como si fuera un botín. Son los mismos que todavía hasta la fecha no han movido un dedo para la eliminación del fuero constitucional que les dá impunidad total a los diputados por cualquier delito que cometan. Y creen que por sus grandiosos e invaluables servicios a México merecen cualquier cosa que se puedan dar a sí mismos a costa de los dineros del pueblo.
Como si lo que ya reciben no les fuera suficiente, ahora nos enteramos que a los diputados les entregarán 150 mil pesos adicionales en un “bono secreto” (que ya no es tan secreto), un bono navideño con una denominación pomposa: “atención legislativa”, para justificar la erogación de los 75 millones de pesos que costará el nuevo rubro.
El primero en poner el grito en el cielo ante los medios en contra del bono navideño fue el diputado Manuel Clouthier, quien por añadidura no tiene compromisos con ningún partido político porque no es miembro de ningún partido político; es de hecho el primer diputado federal independiente en la historia de México.
El bono navideño no es ni bono ni navideño. Según Francisco Martínez Neri, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, se trata de una “subvención de carácter extraordinario” (aunque se dé de manera ordinaria todos los años). Son 150 mil pesos que tocó en suerte se pagaran este 15 de diciembre, pero cuyo propósito es cubrir los gastos de los diputados dizque por “atención legislativa”. El dinero no se entrega a los diputados como una remuneración, sino como un “adelanto de gastos por comprobar”. Los legisladores tienen que demostrar después, con recibos o facturas fiscalmente válidos, la realización del gasto. El dinero que no se compruebe debe ser devuelto a la Cámara de Diputados o declararse como ingreso al SAT y pagar el impuesto sobre la renta correspondiente.
Los diputados dicen que le dedican la mayor parte de este dinero a sus “casas de gestión”, las cuales son oficinas en las que ellos, o personas que trabajan para ellos, dan servicios como “gestores”. Los diputados no han de tener mucho trabajo legislando, por lo que han asumido una responsabilidad adicional como “gestores” ante el gobierno. La cruda realidad es que son “coyotes”, pero con sueldo del erario y placa con el escudo nacional. En sus oficinas de gestión, los diputados tienen personal que no está en la nómina de la Cámara de Diputados. Para sus sueldos, muchos diputados dedican buena parte del dinero que reciben en esta subvención no tan extraordinaria.
Aunque hay quienes confunden este bono/subvención con el aguinaldo de los diputados, en realidad se trata de cosas distintas. El bono navideño estaba programado para pagarse el 15 de diciembre. El aguinaldo, por 140 mil pesos, se cubrió hace algunos días, pero a pesar de que éste sí era un ingreso personal, no se le descontó el impuesto sobre la renta, como se hace con la dieta o sueldo de los legisladores. La explicación dada, que no satisface a la ciudadanía, es que, como servidores públicos federales, los diputados no tienen que pagar impuesto sobre la renta por el aguinaldo. Si esto es verdad, y los servidores públicos no cubren este impuesto, la molestia de los ciudadanos está más que justificada.
Supuetamente los diputados tienen más necesidades que los ciudadanos comunes y corrientes. Sus 105,378 pesos mensuales de dieta no les alcanzan. Una vez que se les descuenta el impuesto sobre la renta, sólo les quedan 73,817 pesos mensuales, y nadie espera que un diputado pueda sobrevivir con esta miseria, ¿no es así? Por eso es necesario que tengan una subvención extraordinaria que se entregue todos los años, de preferencia como bono navideño, para cubrir sus gastos o sus generosas donaciones. Por eso es importante que su pobre aguinaldo de 40 días de dieta se pague sin cobrar el impuesto sobre la renta que cubren quienes no tienen tantas obligaciones como ellos.
Tras la denuncia puesta ante los medios por Manuel Clouthier, los 36 diputados de Morena renunciaron al bono navideño. Este es el oficio histórico mediante el cual el coordinador de los diputados de Morena formaliza el rechazo al bono navideño:
Poco después el 14 de diciembre la bancada de Movimiento Ciudadano –por conducto del coordinador, Clemente Castañeda– circuló una misiva, enviada el 6 de diciembre a la presidenta del Comité de Administración, María Concepción Valdez Ramírez (PRD), mediante la cual se renunciaba al bono navideño. Movimiento Ciudadano, a través de su coordinador Clemente Castañeda, dijo desde un inicio que renunciaría a dicho bono, tal como lo hizo en diciembre del año pasado. El rechazo de los 25 diputados de Movimiento Ciudadano al bono implica un ahorro de 3 millones 750 mil pesos.
Siguiendo el ejemplo de los diputados de Morena y Movimiento Ciudadano, un pequeño grupo de diputados de otros partidos anunció que renunciarán también al llamado bono navideño, mismo que ellos mismos se habían asignado para recibir este mes de diciembre. Se trata de 8 legisladores, 7 del PRI y 1 del Partido Verde. Los diputados priistas por el estado de Hidalgo, Fernando Moctezuma, Erika Rodríguez, Guadalupe Chávez, Gloria Hernández Madrid, Alfredo Bejos y Pedro Luis Noble, conforman los priistas del estado de Hidalgo que renunciaron al bono navideño, a los cuales se les sumó Ivonne Ortega Pacheco, también diputada (plurinominal) del PRI. El diputado ecologista Jorge Márquez se sumó a la renuncia de los 150 mil pesos.
Los 36 diputados de Morena, sumados a los 25 diputados de Movimiento Ciudadano, sumados a los 7 diputados del PRI, sumados al diputado del Partido Verde, sumado todo al diputado independiente Manuel Clouthier, suman un total de 70 diputados que renunciaron al bono. Estos son los que tuvieron la suficiente vergüenza para no aceptar este saqueo al erario público a costa de los contribuyentes, y son los que pudiera decirse que forman para de la LISTA DEL HONOR.
Si restamos los 70 diputados que forman parte de la LISTA DEL HONOR del total de los 500 legisladores que conforman el Congreso de la Unión, vemos que han entonces que hay 430 diputados que conforman lo que pudiera llamarse la LISTA DEL DESHONOR Y LA DESVERGUENZA.
Estos son dos de los cheques del dinero del pueblo, dinero de los mexicanos, que se hicieron llegar a sus manos a las bancadas de los que forman parte de la LISTA DEL DESHONOR Y LA DESVERGUENZA:
La razón por la cual la mayoría de los diputados (y senadores) continúan con este tipo de saqueos al erario público es porque, hasta la fecha, nadie los ha llamado a cuentas. Después de que cometen sus ilícitos, esperan que la gente se olvide, para después volver a reciclarse a sí mismos dentro de las nóminas oficiales que conforman la partidocracia.
Sin embargo, si se crea un registro permanente con sus NOMBRES (¡nombres, nombres!) en donde quede constancia de quiénes forman parte de LISTAS DEL DESHONOR, es posible que empiecen a moderar su voracidad y sus apetitos ante la posibilidad de que los contrincantes puedan echarles en cara sus abusos en el pasado, con campañas que empiecen con slogans tales como: “¿Te acuerdas, ciudadano, de este NOMBRE que cuando fue diputado se regaló a sí mismo un bono navideño a expensas de los dineros del erario público, o sea de tu bolsillo? ¿Votarías por este mismo tipo en las próximas elecciones a celebrarse en julio?”. Con algo así se le puede dar fin a la carrera política de cualquier político, por muy protegido que sea de su partido, y es algo que en México se debe empezar a hacer con mayor frecuencia; llamarlos a cuentas, hacerlos responsables por los abusos que hayan cometido en el pasado, hacerlos responsables por las maneras en que han votado en asuntos que son de interés de la ciudadanía. Y de este modo, empezar a purgar las listas mediante el voto popular usado como medio de castigo.
La Cámara de Diputados de la actual LXIII Legislatura del Congreso de la Unión está integrada por 300 diputados electos según el principio de votación mayoritaria relativa, mediante el sistema de distritos electorales uninominales, y 200 diputados que son electos según el principio de representación proporcional, mediante el sistema de listas regionales, votadas en 5 circunscripciones plurinominales, o sea los mentados plurinominales o pluris. Se pondrán aquí dos tablas distintas para dar los nombres de aquellos que decidieron aceptar el bono, empezando en la primera tabla con los diputados electos según el principio de mayoría relativa, o sea aquellos cuyos nombres aparecen en las boletas electorales y que tuvieron que ganar por mayoría de votos compitiendo contra otros, y continuando en la segunda tabla con los plurinominales.
Esta es la LISTA DEL DESHONOR Y LA DESVERGUENZA, conformada por los nombres de la lista de 300 diputados uninominales de la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión y de la cual se han removido ya los diputados que forman parte de los 70 diputados que están LISTA DEL HONOR: (los espacios vacíos en la siguiente tabla corresponden a los diputados honestos cuyos nombres fueron removidos porque sus nombres están en la LISTA DEL HONOR, aclarándose que no se removieron los nombres de ninguno de los diputados uninominales que al recibir sus bonos juraron que donarían íntegramente sus bonos a alguna causa social, esto en virtud de que solo se cuenta con la palabra de ellos de que harán tal cosa, y no es posible estar presente físicamente en cada caso individual para poder auditarlos y poder comprobar que efectivamente cumplieron con su promesa, además de que la palabra de los diputados uninominales que aceptaron recibir los bonos por los cuales ellos mismos votaron no vale gran cosa que digamos, o mejor dicho, no vale nada:
Y estos son los diputados plurinominales que cobraron el bono navideño, aquellos por los cuales nadie vota directamente, aquellos cuyos nombres no aparecen en las boletas electorales, aquellos que son beneficiarios directos de la partidocracia en México y que reciben inmerecidamente sus cargos como legisladores mediante un reparto de cuotas de poder en el que el pueblo de México no tiene absolutamente nada que decir ni nada que ver. Esta es la LISTA DEL DESHONOR Y LA DESVERGUENZA, conformada por los nombres de la lista de 200 diputados plurinominales de la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión y de la cual se han removido ya los diputados que forman parte de los 70 diputados que están LISTA DEL HONOR, aclarándose que no se removieron los nombres de ninguno de los diputados plurinominales que al recibir sus bonos juraron que donarían íntegramente sus bonos a alguna causa social, esto en virtud de que solo se cuenta con la palabra de ellos de que harán tal cosa, y no es posible estar presente físicamente en cada caso individual para poder auditarlos y poder comprobar que efectivamente cumplieron con su promesa, además de que la palabra de los diputados que aceptaron recibir los bonos por los cuales ellos mismos votaron no vale gran cosa que digamos, o mejor dicho, no vale nada:
Puesto que todo explotó realmente con la denuncia interpuesta ante los medios por el único diputado independiente que hay en estos momentos en el Congreso, esto sugiere que el futuro de la democracia de México está no en los candidatos postulados por los partidos, sino en los candidatos que sin contar con el apoyo de ningún partido se lanzan en pos de una diputación sin mayor respaldo que su buen nombre y lo que haya hecho a favor de quienes lo conocen bien en su pueblo o su ciudad, lo cual implicaría empezar a prepararle un ataúd a la partidocracia para empezar a sepultar el sistema de partidos en lo que toca a la Cámara de Diputados. Y empezar a hacer lo mismo en lo que toca a la Cámara de Senadores, sobre todo los Senadores plurinominales, todos los cuales también se han estado dando a sí mismos generosas compensaciones que los han hecho multimillonarios.
En México no solo tenemos diputados. Tenemos también una Cámara de Senadores, la cual consta actualmente de 128 senadores, muchos de los cuales también se despachan “con la cuchara grande”, muchos de los cuales tampoco compiten directamente por el voto del pueblo sino que están allí por la vía plurinominal, gozando y disfrutando sus prebendas gracias al reparto de cuotas de poder propio de la partidocracia perniciosa que se ha apoderado de la vida política de México. Y muchos de los cuales también votan en sentido contrario a lo que quiere la mayoría del pueblo de México, razón por la cual no representan en lo absoluto la democracia que dicen representar. Un ejemplo de ello es la pena de muerte. La mayoría de la población está a favor de la aplicación de la pena de muerte para ciertos delitos sumamente graves, de acuerdo a la mayoría de los sondeos estadísticos. ¿Entonces por qué es casi imposible que se apruebe la pena de muerte? Porque a causa de la partidocracia la mayoría de los que se dicen representantes populares no representan a nadie más que a ellos mismos, por eso van en contra de lo que quiere la mayoría del pueblo de México. Y a ellos también se les pueden ir elaborando sus respectivas listas negras con tan solo ir tomando nota de la manera en la que han estado votando en cada asunto de interés para el pueblo de México. Y una vez en listas negras abarcando distintos tópicos en cada lista negra, se les puede empezar a castigar de uno en uno negándoles el voto las próximas veces que se atrevan a competir. Y así poco a poco, hasta limpiar tanto la Cámara de Diputados como la Cámara de Senadores, hasta que no quede casi ninguno que no represente el sentir popular, que es de lo que verdaderamente trata la democracia.
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