La Organización de las Naciones Unidas acaba de dar a conocer un mapa de la ciudad siria de Alepo, el mapa que se muestra arriba, obtenido mediante tecnología satelital, que resume el grado de destrucción y devastación que los bombardeos, llevados a cabo en su mayor parte por la aviación y la artillería rusa, han dejado en la ciudad. Es el mapa que se muestra; el color rojo ubica las zonas de la ciudad que están destruídas al cien por ciento, mientras que las zonas en color amarillo la destrucción es tal que en realidad solo se puede hablar de escombros inhabitables. UNOSAT identificó un total de 33,521 estructuras dañadas dentro de la extensión de este mapa. Las estructuras dañadas fueron comparadas con números totales de edificios que había en la ciudad de acuerdo con imágenes satelitales obtenidas en 2009 antes del estallido de los conflictos, lo cual determinó el porcentaje de daño hecho a los edificios a lo largo de la ciudad. El análisis no incluye el daño hecho a las áreas industriales de la ciudad.
Aquí hay una observación inmediata. ¿Por qué los rusos se prestaron a llevar a cabo semejante destrucción, con la obvia intención de apuntalar al régimen de un tirano genocida considerado hoy como uno de los peores criminales del nuevo milenio?
La respuesta que muchos no quieren ver es que se trata esencialmente del inicio de una venganza llevada a cabo por los rusos en represalia por el atentado terrorista que derribó un avión ruso en Egipto el 31 de octubre de 2015, el vuelo 9268 de Kogalymavia, el vuelo de un avión comercial ruso en el que iban familias de turistas rusos, atribuído directamente a un ataque terrorista musulmán perpetrado por gente del Estado Islámico.
Cualquier analista sabe que el centro de operaciones en Siria del Estado Islámico se encuentra no en la ciudad siria de Alepo, sino en la ciudad siria de Al Raqa. ¿Entonces por qué no irse directamente en contra del basión del Estado Islámico en Siria, máxime que en Alepo estaban los rebeldes moderados que no tienen hilación alguna con el Estado Islámico? Esto tiene que ver con el hecho de que la misma supervivencia del régimen sirio, con todo lo despreciable que pueda ser Bashar Al Asad, dependía en buena medida de la recaptura de Alepo. Los rusos saben muy bien que si cae Bashar Al Asad, Siria terminaría igual que como terminó Irak después de la caída del dictador Saddam Hussein, convirtiéndose en una trampa que requeriría una intervención militar rusa directa con tropas tal y como ocurrió con el descalabro ruso en Afganistán, y los rusos no querían repetir el mismo error que el que cometieron en Afganistán así como el mismo error que el que cometieron los norteamericanos en Irak. Además, con el Estado Islámico bajo un virtual estado de sitio en la ciudad de Raqa, bajo ataque continuo de las fuerzas aliadas de muchos países con los cuales el Estado Islámico ha hecho enemistades (prácticamente todos los países del mundo), el desenlace para los combatientes y la dirigencia del Estado Islámico se antoja ya tan negro como el color de las banderas de pirata usadas por el Estado Islámico.
Con el dictador de Siria apuntalado gracias a la ayuda rusa, los militares rusos pueden enfocar sus esfuerzos en contra de todo lo que tenga que ver con el Estado Islámico, y si bien los combatientes musulmanes del Estado Islámico no son unos santos, lo que les tenga deparado Vladimir Putin tal vez hará que todos estos musulmanes terroristas se arrepientan hasta la médula de los huesos por haber enviado abajo el avión comercial ruso sobre Egipto, en lo que promete ser una verdadera carnicería en la cual los rusos no van a tomar prisioneros ni van a respetar a ninguna de las mujeres e hijos de los combatientes del Estado Islámico al igual que los terroristas musulmanes no tuvieron respeto alguno por las vidas de las mujeres y niños rusos que iban en el vuelo comercial 9268. Lo más probable es que van a matar a todos aunque traten de rendirse, y no les dejarán otra opción más que suicidarse en masa hasta no quedar ninguno. Esto debería servir como un escarmiento y una advertencia directa de Vladimir Putin de que con los rusos nadie se mete, ni siquiera los musulmanes terroristas aunque estén completamente locos, porque la represalia y la respuesta serán simplemente terribles, y es muy dudoso que haya alguien que perderá el tiempo abogando por el respeto a los derechos humanos de los combatientes del Estado Islámico y sus familiares inmediatos. Podemos anticipar que la cacería rusa en contra de los terroristas musulmanes del Estado Islámico será extraordinariamente cruel y brutal, de lo cual ya dieron una muestra anticipada convirtiendo a Alepo en una ciudad en ruinas, y si el jefe máximo de los terrorisas, Abu Bakr al-Baghdadi, uno de los peores carniceros en la historia de la humanidad, avizora un comando ruso pisándole los talones, lo mejor que podrá hacer es pegarse de inmediato un balazo en la cabeza, porque si los rusos lo agarran vivo, seguramente harán que se arrepienta de haber nacido. Con los rusos nadie se mete, ¡nadie! Nyet. Esto lo aprendieron demasiado tarde tanto Napoleón Bonaparte como Adolf Hitler, y ahora a los terroristas carniceros del Estado Islámico se les acerca la hora de pagar las facturas pendientes de lo que se han ganado a pulso con su brutalidad y su crueldad.
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