viernes, 30 de diciembre de 2016

Tragedia y consolación

La mayoría de las veces, cuando uno lee el periódico del día o ve las noticias en la televisión, los reportes sobre incidentes de cualquier tipo en el cual se producen víctimas, tales como los muertos y heridos a consecuencia de un ataque terrorista, o como los muertos y heridos a causa de asaltos y secuestros, o como los muertos y heridos a causa de un accidente aéreo, tales cosas parecen muy distantes y no les presta uno mucha importancia ni mucha atención, tomándolas como las cosas de la vida que forman parte de las estadísticas que las dependencias oficiales van recabando con el tiempo. Eso, hasta que le toca a uno vivir de cerca o conocer en forma estrecha a una de las víctimas que forman parte de los decesos que son descritos en algún reportaje periodístico. Esto fue precisamente lo que me sucedió el día de ayer.

La persona que nos ayudaba a mí y a  mi hermana en las labores domésticas del mantenimiento de la casa, llamada Guillermina, había salido de vacaciones a Oaxaca, de donde es originaria, junto con su esposo, con su hija y con el novio de su hija, hace poco más de semana y media. Ya de regreso, aunque pensaban volver a Ciudad Juárez emprendiendo el retorno hasta el día de hoy, por razones que ignoro tanto Guille como su esposo decidieron adelantar su viaje de regreso haciéndolo el miércoles 28 de diciembre en vez del viernes 30 de diciembre. Al tomar tal decisión, sin saberlo hicieron una cita con el destino. Solo viajaron de regreso Guille y su esposo, su hija los seguiría días después en su regreso a Ciudad Juárez.

El día de ayer durante la mañana, un familiar de Guille habló a mi casa desde el poblado de Matías Romero en Oaxaca, de donde Guille es originaria, diciéndole a mi hermana con mucha preocupación que tenían noticias de un accidente carretero cerca de Ciudad Jiménez, a unas 6 horas de Ciudad Juárez, en el cual estaba involucrado un camión de pasajeros de la misma línea de autobuses en la cual tanto Guille como su esposo habían emprendido el viaje de regreso, y que no sabían los detalles sobre lo que pudiera haber ocurrido. Lo único de lo que estaban seguros en Oaxaca es que en el viaje de regreso tanto Guille como su esposo estaban sentados justo detrás del chofer del autobús.

Al hablar por teléfono a la terminal local de la empresa “Dajaya Tours”, a la cual pertenecía el camión en el cual venían Guille y su esposo, se nos informó que, efectivamente, había habido un accidente en la carretera de un camión de autobuses de Dajaya Tours, el cual había dejado un saldo de 11 muertos y 33 lesionados. Cuando se nos proporcionaron más detalles, el empleado de la empresa confirmó que el camión había chocado de frente contra un tráiler que venía en sentido contrario a eso de la una de la madrugada, y que los 11 muertos eran los que venían del lado del chofer del autobús, o sea en la misma sección en la cual tanto Guille como su esposo estaban sentados justo detrás del chofer. Esto era una muy mala señal, y poco después fueron apareciendo en internet los nombres de los muertos, y uno de ellos era Teófilo Ramírez Fuentes, precisamente el esposo de Guille, agregándose que había cuatro mujeres sin identificar. La lista también mostraba el nombre de los sobrevivientes lesionados, y en dicha lista no aparecía el nombre de Guille, lo cual fue otra mala señal. Y en efecto, poco tiempo después confirmaron en los noticieros que una de las víctimas era una mujer de nombre Guillermina.

Esta es una fotografía de lo que quedó del camión después de que todos los pasajeros, muertos, heridos y sobrevivientes, hubieran sido removidos del lugar:




Como puede apreciarse claramente en la fotografía, el impacto frontal en el área del chofer fue directo, no había ninguna posibilidad, ni siquiera remota, de que el chofer pudiera haber sobrevivido, como tampoco había posibilidad alguna de que pudieran haber sobrevivido aquellos que estaban atrás de él, sobre todo aquellos que estaban directamente detrás de él. La extensión del daño al autobús confirma el hecho de que las víctimas fatales fueron las que iban del lado del chofer, mientras que las que iban del otro lado del camión en la mitad trasera del vehículo tuvieron una probabilidad mucho mayor de poder sobrevivir al impacto.

Las noticias en Canal 44 describieron el accidente como una verdadera tragedia, sobre todo porque a los pasajeros les faltaban unas cuantas horas para arribar a Ciudad Juárez. Al día siguiente (hoy) apareció la nota en el periódico local El Diario en primera plana. Lo más lamentable es que se trataba de un accidente que no tenía por qué haber ocurrido, en virtud de que el chofer del camión de pasajeros aparentemente se quedó dormido invadiendo el carril contrario para impactar justo con un trailer que venía en la dirección contraria a toda velocidad.

De acuerdo a las notas periodísticas publicadas hoy, el camión venía de Chiapas rumbo a Ciudad Juárez, donde algunos de sus pasajeros eran esperados en un local que funciona como terminal en el fraccionamiento Hacienda de las Torres Universidad, en el suroriente de la mancha urbana, y el accidente ocurrió aproximadamente a las 04:30 horas en el km 223+900 de la carretera Gómez Palacios-Jiménez, según lo dió a conocer personal de la Policía Federal. El conductor del camión tipo ómnibus marca Sultana con matrículas 078-RK9, propiedad de Javier Suárez González, invadió un carril del sentido contrario e impactó de frente un tractocamión Kenworth, modelo 2014, de la empresa Fletes Locales San Francisco y con placas 53-AA2M, que llevaba acoplada una plataforma. El tráiler viajaba de esta frontera a Monterrey, Nuevo León, y el accidente también fue mortal para el conductor del tráiler. Karla Janet Nieto Robles, encargada de la oficina expendedora de boletos “Dajaya Tours” que se ubica en avenida Universidad Tecnológica 1651 y Condominio Del Río 1 del fraccionamiento Hacienda de las Torres Universidad, dijo que el autobús debía de haber llegado a Ciudad Juárez a eso de las 10:00 de la mañana. Pero a las 6:30 horas recibió una llamada del encargado de los carros, quien le notificó que había ocurrido un accidente.

Guille nos había sido de mucha ayuda en los tres años en los que estuvo cuidando de nuestra madre conforme la salud de ella fue deteriorando más y más hasta terminar falleciendo. Guille estuvo justo a un lado de nuestra madre cuando perdió su pulso por completo, tras lo cual Guille empezó a rezar por el alma de la persona a la cual había estado cuidando a lo largo de tres duros y penosos años. Después del entierro de nuestra madre, Guille se fue adaptando a la nueva situación en casa y nos siguió dando mucha ayuda y apoyo, al grado de que más que verla como una  trabajadora doméstica la veíamos casi como un familiar.

La persona más afectadada en todo esto fué Rubí, la hija de Guille, ya que en cuestión de unos instantes perdió tanto a su papá como a su mamá. Y como no tiene hermanos ni hermanas, siendo hija única, perdió a toda su familia en ese accidente carretero. Para ella esto representa una tragedia total.

El destino intervino de muchas maneras para que perdiéramos a Guille. Estas son algunas de las cosas que indican la intervención directa del destino en lo que sucedió:

  • En varias ocasiones Guille le había dicho a mi hermana que no tenía muchas ganas de hacer el viaje a Oaxaca y que si lo iba a hacer era únicamente a insistencia de su hija. Tal vez si Guille hubiera escuchado sus instintos, se habría quedado en Ciudad Juárez y no habría sucedido lo que sucedió.
  • Si Guille y su esposo hubieran regresado el día en el que nos habían dicho que iban a regresar (viernes) en lugar de hacerlo dos días antes (miércoles), no habrían estado en el camión en el cual ocurrió el percance. ¿Por qué tuvieron que cambiar su plan de regreso, escogiendo precisamente el camión de pasajeros en la línea de pasajeros que estaba marcada por el destino?
  • Todo indica que el chofer del camión en el que venían Guille y su esposo se quedó dormido. Los sobrevivientes que escaparon ilesos dijeron que primero se sintió un jalón fuerte, y después se escuchó un gran estruendo. El jalón debió de haber ocurrido cuando el chofer se quedó dormido y perdió por completo el control del autobús. Si el autobús hubiera estado solo en ese tramo de la carretera, esto es, si no hubiera habido un tráiler circulando en dirección contraria, el camión simplemente se habría volteado a un lado de la carretera y habría habido una mayor posibilidad de sobrevivir. ¿Por qué tenía que venir un tráiler en sentido contrario en el otro carril justo cuando el chofer del camión de pasajeros se quedó dormido?
  • Lo último que supo Rubí, la hija de Guille, es que tanto su mamá como su papá iban en la parte trasera del camión, en donde todos los que iban hasta atrás escaparon ilesos, pero por alguna razón tomaron la decisión de cambiar de lugar pasándose hasta los asientos que van justo detrás del asiento del chofer. ¿Qué los hizo tomar tal decisión que terminó costándoles sus vidas?

Fueron tantas las cosas distintas que se tuvieron que conjuntar para que en ese accidente perdieran sus vidas Guille y su esposo, que todavía me cuesta trabajo creer que haya ocurrido tal cosa. El día de ayer y el día de hoy han sido días en los que no ha salido el Sol, ha estado lloviendo en ocasiones y los días han estado negros y sombríos.

La pregunta usual cuando suceden estas cosas es: ¿POR QUÉ?

En una situación de este tipo, a algunos les resulta fácil perder la fé e inclusive hay quienes tratan de asignarle la culpa a Dios por el hecho de que sucedan cosas como ésta, completamente fuera del control de los humanos, esperando que un Dios omnipotente debería de impedir que ocurrieran. Sin embargo, si hay un culpable de acomodar las cosas en este mundo de modo tal que ocurran estas tragedias, yo tengo claro en mi mente quién es ese culpable, a quien en este momento lo señalo sin titubeo ni duda alguna.

In memoriam de Guillermina Patricio Pérez, la cual era una devota creyente en Cristo Jesús, y de su esposo Teófilo Ramírez Fuentes, reproduciré aquí en su texto íntegro un capítulo de un libro que me regaló Guille, un libro titulado “El Conflicto de los Siglos”, escrito por Hellen G. White. Aunque confieso que no estoy adscrito a la denominación cristiana fundada en base a las obras de Hellen G. White, al menos en lo que toca al capítulo que reproducirá aquí estoy de acuerdo en prácticamente todo. Yo ya sé a quién culpar por la pérdida de Guille y de su esposo, y por todas las tragedias como ésta que ocurren diariamente alrededor del mundo. El texto reproducido aquí no requiere mayores explicaciones, y habla por sí solo.


EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS
El Peor Enemigo del Hombre
Ellen G. White

“Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. (Génesis 3:15.) La divina sentencia pronunciada contra Satanás después de la caída del hombre fue también una profecía que, abarcando las edades hasta los últimos tiempos, predecía el gran conflicto en que se verían empeñadas todas las razas humanas que hubiesen de vivir en la tierra.

Dios declara: “Enemistad pondré”. Esta enemistad no es fomentada de un modo natural. Cuando el hombre quebrantó la ley divina, su naturaleza se hizo mala y llegó a estar en armonía y no en divergencia con Satanás. No puede decirse que haya enemistad natural entre el hombre pecador y el autor del pecado. Ambos se volvieron malos a consecuencia de la apostasía. El apóstata no descansa sino cuando obtiene simpatías y apoyo al inducir a otros a seguir su ejemplo. De aquí que los ángeles caídos y los hombres malos se unan en desesperado compañerismo. Si Dios no se hubiese interpuesto especialmente, Satanás y el hombre se habrían aliado contra el cielo; y en lugar de albergar enemistad contra Satanás, toda la familia humana se habría unido en oposición a Dios.

Satanás tentó al hombre a que pecase, como había inducido a los ángeles a rebelarse, a fin de asegurarse su cooperación en su lucha contra el cielo. No había disensión alguna entre él y los ángeles caídos en cuanto al odio que sentían contra Cristo; mientras que estaban en desacuerdo tocante a todos los demás puntos, era unánime su oposición a la autoridad del Legislador del universo. Pero al oír Satanás que habría enemistad entre él y la mujer, y entre sus linajes, comprendió que serían contrarrestados sus esfuerzos por corromper la naturaleza humana y que se capacitaría al hombre para resistirle.

Lo que enciende la enemistad de Satanás contra la raza humana, es que ella, por intermedio de Cristo, es objeto del amor y de la misericordia de Dios. Lo que él quiere entonces es oponerse al plan divino de la redención del hombre, deshonrar a Dios mutilando y profanando sus obras, causar dolor en el cielo y llenar la tierra de miseria y desolación. Y luego señala todos estos males como resultado de la creación del hombre por Dios.

La gracia que Cristo derrama en el alma es la que crea en el hombre enemistad contra Satanás. Sin esta gracia transformadora y este poder renovador, el hombre seguiría siendo esclavo de Satanás, siempre listo para ejecutar sus órdenes. Pero el nuevo principio introducido en el alma crea un conflicto allí donde hasta entonces reinó la paz. El poder que Cristo comunica habilita al hombre para resistir al tirano y usurpador. Cualquiera que aborrezca el pecado en vez de amarlo, que resista y venza las pasiones que hayan reinado en su corazón, prueba que en él obra un principio que viene enteramente de lo alto.

El antagonismo que existe entre el espíritu de Cristo y el espíritu de Satanás se hizo particularmente patente en la forma en que el mundo recibió a Jesús. No fue tanto porque apareció desprovisto de riquezas de este mundo, de pompa y de grandeza, por lo que los judíos le rechazaron. Vieron que poseía un poder más que capaz de compensar la falta de aquellas ventajas exteriores. Pero la pureza y santidad de Cristo atrajeron sobre él el odio de los impíos. Su vida de abnegación y de devoción sin pecado era una continua reprensión para aquel pueblo orgulloso y sensual. Eso fue lo que despertó enemistad contra el Hijo de Dios. Satanás y sus ángeles malvados se unieron con los hombres impíos. Todos los poderes de la apostasía conspiraron contra el Defensor de la verdad.

La misma enemistad que se manifestó contra el Maestro, se manifiesta contra los discípulos de Cristo. Cualquiera que se dé cuenta del carácter repulsivo del pecado y que con el poder de lo alto resista a la tentación, despertará seguramente la ira de Satanás y de sus súbditos. El odio a los principios puros de la verdad, las acusaciones y persecuciones contra sus defensores, existirán mientras existan el pecado y los pecadores. Los discípulos de Cristo y los siervos de Satanás no pueden congeniar. El oprobio de la cruz no ha desaparecido. “Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución”. (2 Timoteo 3:12.)

Los agentes de Satanás obran continuamente bajo su dirección para establecer su autoridad y para fortalecer su reino en oposición al gobierno de Dios. Con tal fin tratan de seducir a los discípulos de Cristo y retraerlos de la obediencia. Como su jefe, tuercen y pervierten las Escrituras para conseguir su objeto. Así como Satanás trató de acusar a Dios, sus agentes tratan de vituperar al pueblo de Dios. El espíritu que mató a Cristo mueve a los malos a destruir a sus discípulos. Pero ya lo había predicho la primera profecía: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya”. Y así acontecerá hasta el fin de los tiempos.

Satanás reúne todas sus fuerzas y lanza todo su poder al combate. ¿Cómo es que no encuentra mayor resistencia? ¿Por qué están tan adormecidos los soldados de Cristo? ¿por qué revelan tanta indiferencia? Sencillamente porque tienen poca comunión verdadera con Cristo, porque están destituidos de su Espíritu. No sienten por el pecado la repulsión y el odio que sentía su Maestro. No lo rechazan como lo rechazó Cristo con decisión y energía. No se dan cuenta del inmenso mal y de la malignidad del pecado, y están ciegos en lo que respecta al carácter y al poder del príncipe de las tinieblas. Es poca la enemistad que se siente contra Satanás y sus obras, porque hay mucha ignorancia acerca de su poder y de su malicia, y no se echa de ver el inmenso alcance de su lucha contra Cristo y su iglesia. Multitudes están en el error a este respecto. No saben que su enemigo es un poderoso general que dirige las inteligencias de los ángeles malos y que, merced a planes bien combinados y a una sabia estrategia, guerrea contra Cristo para impedir la salvación de las almas. Entre los que profesan el cristianismo y hasta entre los ministros del evangelio, apenas si se oye hablar de Satanás, a no ser tal vez de un modo incidental desde lo alto del púlpito. Nadie se fija en las manifestaciones de su actividad y éxito continuos. No se tienen en cuenta los muchos avisos que nos ponen en guardia contra su astucia; hasta parece ignorarse su existencia.

Mientras los hombres desconocen los artificios de tan vigilante enemigo, este les sigue a cada momento las pisadas. Se introduce en todos los hogares, en todas las calles de nuestras ciudades, en las iglesias, en los consejos de la nación, en los tribunales, confundiendo, engañando, seduciendo, arruinando por todas partes las almas y los cuerpos de hombres, mujeres y niños, destruyendo la unión de las familias, sembrando odios, rivalidades, sediciones y muertes. Y el mundo cristiano parece mirar estas cosas como si Dios mismo las hubiese dispuesto y como si debiesen existir.

Satanás está tratando continuamente de vencer al pueblo de Dios, rompiendo las barreras que lo separan del mundo. Los antiguos israelitas fueron arrastrados al pecado cuando se arriesgaron a formar asociaciones ilícitas con los paganos. Del mismo modo se descarría el Israel moderno. “El Dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. (2 Corintios 4:4.) Todos los que no son fervientes discípulos de Cristo, son siervos de Satanás. El corazón aún no regenerado ama el pecado y tiende a conservarlo y paliarlo. El corazón renovado aborrece el pecado y está resuelto a resistirle. Cuando los cristianos escogen la sociedad de los impíos e incrédulos, se exponen a la tentación. Satanás se oculta a la vista y furtivamente les pone su venda engañosa sobre los ojos. No pueden ver que semejante compañía es la más adecuada para perjudicarles; y mientras más se van asemejando al mundo en carácter, palabras y obras, más y más se van cegando.

Al conformarse la iglesia con las costumbres del mundo, se vuelve mundana, pero esa conformidad no convierte jamás al mundo a Cristo. A medida que uno se familiariza con el pecado, este aparece inevitablemente menos repulsivo. El que prefiere asociarse con los siervos de Satanás dejará pronto de temer al señor de ellos. Cuando somos probados en el camino del deber, cual lo fue Daniel en la corte del rey, podemos estar seguros de la protección de Dios; pero si nos colocamos a merced de la tentación, caeremos tarde o temprano.

El tentador obra a menudo con el mayor éxito por intermedio de los menos sospechosos de estar bajo su influencia. Se admira y honra a las personas de talento y de educación, como si estas cualidades pudiesen suplir la falta del temor de Dios o hacernos dignos de su favor. Considerados en sí mismos, el talento y la cultura son dones de Dios; pero cuando se emplean para sustituir la piedad, cuando en lugar de atraer al alma a Dios la alejan de él, entonces se convierten en una maldición y un lazo. Es opinión común que todo lo que aparece amable y refinado debe ser, en cierto sentido, cristiano. No hubo nunca error más grande. Cierto es que la amabilidad y el refinamiento deberían adornar el carácter de todo cristiano, pues ambos ejercerían poderosa influencia en favor de la verdadera religión; pero deben ser consagrados a Dios, o de lo contrario son también una fuerza para el mal. Muchas personas cultas y de modales afables que no cederían a lo que suele llamarse actos inmorales, son brillantes instrumentos de Satanás. Lo insidioso de su influencia y ejemplo los convierte en enemigos de la causa de Dios más peligrosos que los ignorantes.

Por medio de férvida oración y de entera confianza en Dios, Salomón alcanzó un grado de sabiduría que despertó la admiración del mundo. Pero cuando se alejó de la Fuente de su fuerza y se apoyó en sí mismo, cayó presa de la tentación. Entonces las facultades maravillosas que hablan sido concedidas al más sabio de los reyes, solo le convirtieron en agente tanto más eficaz del adversario de las almas.

Mientras que Satanás trata continuamente de cegar sus mentes para que no lo conozcan, los cristianos no deben olvidar nunca que no tienen que luchar, “contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires”. (Efesios 6:12). Esta inspirada advertencia resuena a través de los siglos hasta nuestros tiempos: “Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devore”. “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”. (1 Pedro 5:8; Efesios 6:11.)

Desde los días de Adán hasta los nuestros, el gran enemigo ha ejercitado su poder para oprimir y destruir. Se está preparando actualmente para su última campaña contra la iglesia. Todos los que se esfuerzan en seguir a Jesús tendrán que entrar en lucha con este enemigo implacable. Cuanto más fielmente imite el cristiano al divino Modelo, tanto más seguramente será blanco de los ataques de Satanás. Todos los que están activamente empezados en la obra de Dios, tratando de desenmascarar los engaños del enemigo y de presentar a Cristo ante el mundo, podrán unir su testimonio al que da San Pablo cuando habla de servir al Señor con toda humildad y con lágrimas y tentaciones.

Satanás asaltó a Cristo con sus tentaciones más violentas y sutiles; pero siempre fue rechazado. Esas batallas fueron libradas en nuestro favor; esas victorias nos dan la posibilidad de vencer. Cristo dará fuerza a todos los que se la pidan. Nadie, sin su propio consentimiento, puede ser vencido por Satanás. El tentador no tiene el poder de gobernar la voluntad o de obligar al alma a pecar. Puede angustiar, pero no contaminar. Puede causar agonía pero no, corrupción. El hecho de que Cristo venció debería inspirar valor a sus discípulos para sostener denodadamente la lucha contra el pecado y Satanás.

No soy muy bueno para rezar, ojalá y lo fuera, pero de cualquier modo por este conducto ruego humildemente al Altísimo que le dé a Rubí, la hija única de Guille, la fortaleza y la paz espiritual que sólo Él le puede dar a través de su hijo Cristo Jesús. Y recordarle a Rubí una máxima que dice: “Cuando Satanás nos cierra una puerta, Dios nos abre otras”. No tengo duda alguna de que Guille, una mujer ejemplar que siempre luchó por sacar adelante a su hija Rubí apoyándola en todo para permitirle llegar al séptimo semestre de la carrera de Medicina en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, carrera que ojalá no deje trunca en memoria de su madre, está hoy bajo el cobijo protector del Altísimo.

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