miércoles, 28 de diciembre de 2016

Megagasolinazo

La mañana de hoy despertamos con una noticia sorpresiva que parecía propia de este 28 de diciembre, día en el que se conmemora en México el Día de los Santos Inocentes, en el cual se acostumbra hacer “inocente” a alguna víctima despistada tomándole el pelo y haciéndola ver como una persona muy tonta o muy ingenua, con la expectativa de estar sacando una risa o carcajada a costillas de los que caen en la “inocentada”. Muchas de las bromas que suelen hacerse en el Día de los Inocentes aparecen en los periódicos con noticias sorprendentes en grado extremo que al final del texto las mismas notas aclaran que se trata de una broma propia de las “inocentadas”. Muestra de ello es lo que apareció al final de la nota publicada hoy en el periódico El Diario bajo el título Se fuga ‘El Chapo’ ¡otra vez!, en donde dice: “Sólo se alcanzó a escuchar cuando en el exterior del penal el fiscal general del estado, César Augusto Peniche Carbajal, le gritó enfadado al actual secretario de Seguridad Pública del Municipio y exfiscal, Jorge González Nicolás: ‘inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día en nadie debes confiar’ ”.

Pero lo que apareció en los periódicos locales el día de hoy no fue ninguna “inocentada”. A primera plana y a cuatro columnas, la noticia principal decía “Indigna megagasolinazo”.

De acuerdo a los noticieros nacionales, a partir del primero de enero de 2017 los mexicanos sufriremos un gasolinazo de tal magnitud que se le ha dado en llamarse megagasolinazo. En esta ocasión, no se trata de esos pocos centavos que mes tras mes eran recibidos con gritos de alarma y titulares de “Gasolinazo”. En esta ocasión la gasolina Magna subirá 2.01 pesos, o 14.2 por ciento, de 13.98 a 15.99 pesos por litro. La Premium aumentará 3.18 pesos, 20.1 por ciento, de 14.81 a 17.99 pesos. El diésel se elevará 2.42 pesos, 16.5 por ciento, de 14.63 a 17.05. Éstos son los aumentos promedio. En algunos lugares las alzas serán mayores. En la Ciudad de México, por ejemplo, la gasolina Premium alcanzará 18.20 pesos, un incremento de 3.39 pesos o 22.9 por ciento.

Los incrementos del megagasolinazo son enormes para estos precios fundamentales de la economía y tendrán una fuerte incidencia sobre el resto. Por lo pronto podemos despedirnos de la perspectiva de una inflación de 3 por ciento que plantean los Criterios de Política Económica para el 2017, un año que todavía ni siquiera empieza. El alza es tan fuerte que tendrá, seguramente, consecuencias negativas sobre el crecimiento económico. El poder de compra de los mexicanos se reducirá. Y de lo que ya no hay absolutamente duda alguna es que con estos aumentos desproporcionados, el salario mínimo de los trabajadores mexicanos, ya de por sí paupérrimo, nació muerto:




Los aumentos forman parte de un proceso de liberalización de precios contemplado en la Reforma Energética que de acuerdo a los tecnócratas en principio es positivo, y de acuerdo a lo cual ya no habría más gasolinazos y por el contrario estaríamos gozando en México una reducción en los precios de los energéticos. Los tecnócratas alegan que durante demasiado tiempo México ha vivido bajo un sistema en que los precios de la gasolina han sido establecidos por burócratas y no por el mercado, lo cual ha generado corrupción e ineficiencias, y que un resultado negativo de esta manipulación nos hizo creer a los mexicanos que nos beneficiábamos con los aumentos del petróleo crudo, cuando los consumidores siempre éramos lastimados por los mayores precios de la gasolina al ponerle a nuestros carros el combustible comprado en alguna de las gasolineras de PEMEX.

Ayer por la mañana, el precio de la gasolina regular en Texas (equivalente a la Magna, aunque de mejor calidad) era de 2.073 dólares por galón (gasbuddy.com) o 0.5476 por litro. A 20.90 pesos por dólar, cotización de ventanillas bancarias, el precio era de 11.44 pesos por litro. En California, donde la gasolina es más cara, el promedio era ayer de 2.70 dólares por galón o 14.90 pesos por litro, contra los 15.99 que pagaremos en México. Vamos a tener el privilegio de pagar más por la gasolina que los estadounidenses. ¿Por qué? Al parecer porque pagamos impuestos más altos.

Los aumentos que forman parte del megagasolinazo chocan directamente con la promesa hecha por Enrique Peña Nieto en el sentido de que gracias a su muy publicitada Reforma Energética los costos de la gasolina y el gas natural iban a disminuír, siendo que está resultando todo lo contrario. Usuarios de las redes sociales han estado difundiendo un video en el que el presidente Enrique Peña Nieto anunció el 4 de enero de 2015 que durante ese año ya no habría más incrementos al precio de la gasolina. El video es el mensaje que el presidente emitió con motivo del Año Nuevo de 2015 y se dio pocos meses después de que el Congreso aprobara las reformas energética y hacendaria. “A partir de este momento, en 2015, ya no habrá gasolinazos. Gracias a la reforma hacendaria, por primera vez en cinco años ya no habrá incrementos mensuales a los precios de la gasolina, el diesel y el gas LP”, dice Peña en el video. Pero el 1 de septiembre de este año 2016, en un encuentro con jóvenes emprendedores con motivo del Cuarto Informe de Labores, se desdijo y aseguró, sin embargo, que nunca prometió que ya no habría incrementos a la gasolina.

Ante los ojos de muchos mexicanos, Enrique Peña Nieto mintió, como igual mintió con su muy publicitada Reforma Educativa que supuestamente pondría a los estudiantes mexicanos en los primeros lugares de competitividad, y que de acuerdo a los resultados de la prueba PISA dados a conocer el 6 de diciembre de 2016, se encuentran entre los últimos lugares del mundo.

Localmente, en la ciudad en donde vivo, la nota en uno de los periódicos dice “Los precios de la gasolina en Ciudad Juárez subirán hasta un 15 por ciento durante los primeros diez días del 2017, informó la Comisión Reguladora de Energía (CRE). La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) fijó el valor de la Magna para esta frontera en 12.44 pesos por litro y la Premium a 15.35 pesos, debido a que a partir del 1 de enero se cobrarán los costos de logística por el abastecimiento a cada región. El alza indignó a varios conductores de la ciudad, quienes afirmaron que tendrán que contemplar usar menos el automóvil y explorar otras opciones de movilidad o ‘recortar’ gastos en otras necesidades. A su vez, representantes de cámaras empresariales aseguraron que el encarecimiento de los combustibles ocasionará un incremento también en el valor de otros productos y una fuga de consumidores a Estados Unidos. Señalaron que a pesar de que se mantiene el acuerdo para la homologación fronteriza de los precios, en El Paso, Texas, saldrá aproximadamente 20 por ciento más barato el hidrocarburo que en territorio juarense, de acuerdo con las cotizaciones y el tipo de cambio de 20.60 pesos registrado ayer. Eduardo Camero Godínez, titular de la Unidad de Política de Ingresos No Tributarios de la SHCP, dijo que el precio con respecto a El Paso “no se puede homologar completamente debido a que la diferencia máxima va a ser de 15 por ciento en el incentivo fiscal”. Aseguró que el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) mantendrá la homologación para el siguiente año sin ninguna modificación y el consumidor podrá cargar gasolina con los precios subsidiados. Según la Comisión Reguladora de Energía, el combustible de etiqueta verde registrará en Juárez un aumento del 13.50 por ciento y el de roja del 15.06 por ciento con respecto a los últimos precios del 2016, donde la Magna se vendió a 10.96 y la Premium a 13.34. Los descuentos del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) previstos para el plazo del 1 al 10 de enero reducirán 3.27 pesos al precio que le corresponde a la Magna y 2.58 en la Premium, es decir, sin el incentivo llegaría a 15.71 y 17.93, respectivamente. Camero Godínez explicó que los precios fijados por la SHCP tiene una nueva fórmula, debido a que los expendedores de cada una de las 83 regiones del país tendrán que pagar por los costos de logística correspondientes a su zona, un monto que antes se pagaba de manera general. El funcionario declaró que el estímulo fiscal lo darán directamente en las estaciones de servicio, con el objetivo de evitar que empresarios mientan para obtener la deducción del IEPS. El precio subsidiado del hidrocarburo posiciona a Ciudad Juárez como la que tiene el combustible más barato de todo de Chihuahua –y el resto de la República Mexicana–, debido a que el estado oscilará entre los 15.71 y los 16.54 pesos desde las primeras horas del 2017 hasta el 3 de febrero”.

De cualquier modo, se reitera que los aumentos no son una cosa meramente local que impactará únicamente a Ciudad Juárez. Son algo que se va a propinar en todo México, y va a ser un golpe muy duro para todos los que vivimos en el país, en virtud de que con el megagasolinazo se viene en forma segura y certera una escalada inflacionaria en México.

En otra nota periodística local se agrega que “Jesús Andrade Sánchez Mejorada, presidente local de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), comentó que el ‘gasolinazo’ será un duro golpe a la economía debido a que muchos rubros incrementarán sus costos de producción, situación que implicará un alza en precios. El gerente de Comercio Exterior de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), Armando Prado Rojas, dijo que este tipo de medidas del Gobierno Federal lleva a un contexto de incompetencia –con índices altos de inflación en los precios de productos y gasolinazos– frente a las empresas estadounidense. En contraste, Fernando Carbajal Flores, presidente de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo) en Juárez, dijo que el alza en los precios no implicará una fuga de consumidores a El Paso, debido a los gastos que implica cruzar la frontera para comprar el combustible. Algunos consumidores reportaron que el alza en los precios implicará un golpe para sus finanzas, debido la gasolina costará hasta 2 pesos más que durante todo el 2016”.

El aumento brutal en los precios está ocurriendo sin que realmente esté quedando libre el mercado, dejando que los precios de la gasolina sean determinados por la ley de la oferta y la demanda en donde PEMEX ya no mantiene ningún monopolio sobre la producción y venta de gasolinas. Seguirá habiendo precios “administrados”, sólo que ahora será en 90 regiones diferentes del país. La liberalización se aplicará de manera gradual en 2017.

Lo más seguro es que el megagasolinazo dejará una vez más la lección vivida en carne propia de que “liberalizar” una economía significa aumentar precios. Si los tecnócratas tenían alguna esperanza de convencernos a los ciudadanos mexicanos ordinarios de las ventajas de dejar que el mercado, en vez de los políticos, estableciera precios, el megagasolinazo producirá la reacción opuesta. En estos tiempos del populismo será inevitable que los políticos hagan campaña prometiendo recuperar el bienestar regresando a los controles de precios.

En contraste, el gobierno recaudó 239,999.9 millones de pesos en enero-octubre de 2016 por el impuesto especial (IEPS) de gasolinas y diésel, lo que representa un aumento de 32.6 por ciento sobre los 176,150 millones del mismo período de 2015 (informe de SHCP al Congreso).

El presidente Enrique Peña Nieto decidió que, políticamente, lo mejor era dar a conocer el megagasolinazo en un momento en que él y buena parte los ciudadanos se encontraban de vacaciones. No ha estado visible para dar la cara. La responsabilidad de presentar y defender la medida se la dió a José Antonio Meade, el secretario de Hacienda, el cual tendrá que defender lo indefendible y justificar lo injustificable. Más que anunciar la liberación del precio de la gasolina, el secretario Meade se verá limitado a dar a conocer un nuevo y complejo sistema de control de precios, el cual implica la división del país en 90 regiones, y este nuevo esquema se lanza con un brutal incremento de precios.

¿Por qué no se introdujo mejor el megagasolinazo de una manera gradual? Tal vez la apuesta política del PRI en el poder es que los ciudadanos olviden el golpe antes de las elecciones de junio de este 2017 y, sobre todo, antes del proceso electoral de 2018 en donde estará en juego la presidencia de México. Al final los mexicanos perderemos nuevamente una parte de nuestro poder de compra. Los aumentos salariales estarán muy lejos de compensar el golpe. Las cosas, cuidado, pueden empeorar. El actual esquema de precios de las gasolinas sólo estará vigente hasta el próximo 3 de febrero. Habrá que ver qué inventan después.

Por lo pronto, y esperándose que en todo el país se van a multiplicar las protestas y el descontento social al igual que como ya ocurre en algunos estados como Chiapas y Oaxaca, se están considerando ya en Ciudad Juárez dos alternativas para enfrentar la avalancha que se viene en contra de la economía de los mexicanos, sobre todo aquellos de bajos ingresos, a causa de la Reforma Energética y su engendro el megagasolinazo.

La primera alternativa consiste en presionar para que se dé marcha atrás en su totalidad y no solo en parte a la  Reforma Energética de Enrique Peña Nieto, considerándola como una reforma inútil y fracasada que no vino sino a empeorars las cosas, sumando suficientes votos en el Congreso para sobreponerse incluso a un veto presidencial. Esto significaría una derrota política severa tanto para el presidente de México como para el PRI.

La segunda alternativa, igual de drástica, para ser implementada por lo menos aquí en la frontera compartida con los Estados Unidos, consiste en exigirle a Enrique Peña Nieto que se abra por completo la frontera a la gasolina producida en los Estados Unidos a menor costo, permitiendo que las gasolineras locales mexicanas en la frontera puedan importar de proveedores norteamericanos la misma gasolina que la que venden en Texas empresas como Exxon, Shell y Chevron En pocas palabras, permitirle a los dueños de gasolineras en México que compren gasolina norteamericana en lugar de la gasolina mexicana producica por PEMEX, y si por causa de la competencia PEMEX empieza a operar con números rojos al ir perdiendo su monopolio, pues que se declare en bancarrota y desaparezca PEMEX por incosteable. Ya había anotado algo sobre estas cosas el empezar este año 2016 en la entrada La quiebra de PEMEX y el rescate de PEMEX publicada el 29 de enero de 2016. En última instancia, si Enrique Peña Nieto se opone a que se abra por completo la frontera a la importación de gasolina norteamericana más barata, se expone a que Donald Trump ya como presidente use tal situación como argumento poderoso en contra del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), alegando que la libre competencia y el mercado libre que dicho tratado supuestamente debían promover no existe, se trata de una ficción, usando dicho argumento para dar por terminado el TLCAN al cumplirse sus primeros 200 días en la presidencia. Esto es algo que se puede decidir en la frontera con los Estados Unidos. Enrique Peña Nieto y los legisladores en el Congreso de la Unión tendrán que decidir qué tanto quieren provocar la ira y darle argumentos en contra del TLCAN a un hombre que ya de por sí no muestra muchas simpatías ni mucho interés por sostener un tratado comercial que, al menos en lo que a los que vivimos en la frontera con los Estados Unidos respecta, ni estará funcionando ni estará beneficiando a nadie tras el megagasolinazo que será dado al empezar el año 2017.

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