“¡Chin!, ¡En la torre!, ¡Me lleva la...!,
¡Ya me cacharon en la maroma! Ni modo.
¿Y ora qué hago? Mejor ai’ muere.”
Faltando pocos días para que termine la contienda electoral en el estado de Chihuahua, la justa electoral concluye tal y como empezó, con guerras sucias siendo el candidato Javier Corral del Partido Acción Nacional el primero que arrojó el primer cañonazo de estiércol. Esto quedó documentado en el trabajo “
Arranca nueva campaña negra del PAN” publicado en esta Mi Bitácora Diaria el 27 de febrero de 2016. La única diferencia es que mientras que en los primeros dos cañonazos de fango utilizados por el candidato Javier Corral se recurrió a caricaturas alusivas al gobernador de Chihuahua César Duarte pero sin mencionarlo de nombre usando tan solo el parecido físico de las caricaturas con el personaje que estaba siendo vilipendidado en los spots del PAN, al acercarse el final de la contienda electoral se le mencionaba ya directamente de nombre, citándose como ejemplo el spot titulado “
Penitenciaría” que dice lo siguiente:
“El camino seguro de Duarte y su pandilla es la cárcel. La pregunta no es dónde estaban, eso ya lo sabemos, estaban saqueando al estado dejando más pobre a nuestra gente, robándole el futuro a tus hijos.”
Y en otro spot Javier Corral establece una asociación entre el gobernador de Chihuahua y el candidato del PRI a la gubernatura Enrique Serrano, diciendo: “Lo primero que haré como gobernador es llevarlos ante la justicia”. O sea, advirtiendo que meterá a ambos a la cárcel “por corruptos”.
Sin embargo, si lo que ha sucedido en la historia previa de Chihuahua y en la historia previa de México es un indicador, las probabilidades de que Javier Corral cumpla este tipo de promesas (¿amenazas?) de meter a la cárcel a políticos priistas de administraciones pasadas son completamente nulas. Prominentes políticos panistas ya han hecho antes este tipo de promesas sin llevarlas a término.
Los spots en los que Javier Corral menciona ya directamente de nombre al gobernador César Duarte y amenaza con meterlo a la cárcel empezaron a aparecer a los pocos días de haberse celebrado el primer debate oficial entre los candidatos a la gubernatura de Chihuahua.
El neo-PAN se enamora del fuero
Existe una razón importante, de mucho peso, para descartar como ridícula la promesa hecha por cualquier neo-panista como Javier Corral en tiempos de elecciones de que “los vamos a meter a la cárcel” (a los corruptos), y esa razón es que primero que nada antes de que se pueda meter a la cárcel a todos los “políticos funcionarios corruptos” en funciones se debe eliminar el fuero constitucional que es lo que desde siempre ha estado garantizando la
impunidad que a su vez es una veta inagotable de corrupción. Y es un hecho innegable que el PAN jamás ha promovido ninguna iniciativa al respecto para la eliminación del fuero, ni en los congresos estatales ni en el Congreso de la Unión. En aquellos tiempos en los cuales el PAN era una minoría casi insignificante y no contaba con mayoría en ningún congreso ni estatal ni federal ni aspiraba a ocupar ninguna gubernatura, mucho menos la presidencia de México, la eliminación del fuero estaba fuera de sus planes y posibilidades. Sin embargo, cuando el PAN empezó a acceder a posiciones de poder, si algo hizo muy bien fue impedir que la remoción del fuero pudiese convertirse en tema central de discusión. Cuando el PAN gobernó a Chihuahua de 1992 a 1998, Javier Corral como diputado estatal jamás presentó una iniciativa del PAN en el Congreso local para la eliminación del fuero, pese a que era el encargado del comité de justicia y derechos humanos sabiendo perfectamente que el privilegio del fuero prohijaba la impunidad y la corrupción, y pese a que el PAN llegó a contar con mayoría en el Congreso estatal y por lo tanto con el poder para modificar la constitución estatal a su antojo los panistas dejaron el privilegio del fuero intacto porque les gustó ser
intocables, les gustó mucho estar por encima de la ley.
Y ya después cuando la presidencia de México cayó en las manos del PAN, por dos sexenios consecutivos, el PAN ni a través de los presidentes de México emanados del PAN ni a través de sus representantes en el Congreso de la Unión presentó jamás una iniciativa formal para la eliminación del fuero constitucional. Hoy, ni siquiera en el muy cacareado
Sistema Nacional Anticorrupción el PAN ha propuesto la eliminación del fuero.
Como un paso histórico reciente y de enorme trascendencia, en Veracruz se está eliminando el fuero, y ya no habrá diputados ni gobernadores situados por encima de la ley ni habrá ciudadanos de primera (los que tienen fuero) y ciudadanos de segunda (los que no tienen fuero). Pero ese estado es un estado gobernado no por el PAN sino por el PRI. El mérito de la eliminación del fuero en Veracruz no es del PAN ni del PRD, es del PRI, y esto hay que reconocerlo. Y el único partido político que ha estado promoviendo en forma intensa la
eliminación del fuero es el Partido Encuentro Social.
¿Cómo puede pues un político tener el cinismo descarado de afirmar que va a meter a todos los corruptos a la cárcel, cuando jamás ha presentado por escrito ante ningún congreso iniciativa alguna para eliminar el fuero?
Una trampa bien tendida
El primer (y único) debate oficial celebrado entre los candidatos a la gubernatura de Chihuahua llevado a cabo el 21 de mayo de 2016 arrojó resultados diversos según las fuentes de análisis que sean consultada. Si consultamos por ejemplo el periódico HOY, de acuerdo a su propia evaluación el candidato del PRI Enrique Serrano quedó en primer lugar en el debate, mientras que el candidato de Movimiento Ciudadano Cruz Pérez Cuellar quedó por encima de Javier Corral, enfatizando el periódico que Javier Corral terminó decepcionando a muchos seguidores quienes esperaban una gran demostración de oratoria y retórica (es una verdadera ironía del destino e inclusive puede tomarse como un castigo que el candidato de Movimiento Ciudadano que de acuerdo al periódico HOY superó a Javier Corral en el debate sea precisamente uno de los dos a los cuales Javier Corral les robó la senaduría plurinominal que hoy ostenta tras una elección interna del PAN en la cual Javier Corral perdió en razón de dos a uno frente a los otros dos y la cual fue anulada a petición de Javier Corral para que le dieran la nominación a él mediante una designación directa
por dedazo).
Y si bien Javier Corral no brilló en el debate como sus seguidores esperaban, al final del debate en el último minuto dejó caer una bomba mediática al “acusar” al gobernador de Chihuahua César Duarte de tener un hermano narco de nombre Manuel Duarte Jácquez, afirmando que contaba “con todas las pruebas necesarias” para “vincula ampliamente al actual gobierno con el narcotráfico”, diciendo: “Ya salió el peine, ya sabía que iban a sacar el tema de mis hermanos (ambos hermanos de Javier Corral cuentan con antecedentres penales, aclarándose que quien sacó el tema fue Cruz Perez Cuellar del Movimiento Ciudadano), pero déjenme decirles que no soy el único, tengo documentos que avalan que el hermano del gobernador César Duarte, Manuel Duarte, fue aprendido el 26 de febrero del 2006 en el Paso Texas con media tonelada de marihuana”.
Hay pocas dudas de que este “golpe” dado por Javier Corral al final del debate tenía como propósito meter al gobernador César Duarte en una guerra de dimes y diretes tratando de arrastrar
indirectamente al candidato del PRI Enrique Serrano al fango.
Sin embargo, el gobernador de Chihuahua no cayó en la trampa, anunciando que se abstendría de cualquier tipo de comentario hasta después de que hubieran pasado las elecciones.
El golpe propinado por Javier Corral al gobernador César Duarte en el último minuto del debate puede sonar algo cínico considerando que Javier Corral tiene sus propios hermanos que han tenido problemas con la ley en el vecino país del norte, y de hecho ya se lo han echado en cara con un espectacular como el siguiente:
El panorámico mostrado en la foto fue colocado en Ciudad Juárez en la avenida Lincoln y calle Zempoala, justo a un lado de las oficinas administrativas de Gobierno del Estado, amaneciendo en la estructura metálica con el número de permiso 133124-2 siendo visible hacia el norte. Sin embargo, antes del mediodía en tiempo récord el anuncio ya había sido retirado y había sido substituido por otro anuncio del mismo candidato Javier Corral. Y es sobre esto último sobre lo que hay que reflexionar un poco.
Hay quienes argumentan que, en un golpe magistral de maquiavelismo, el mismo Javier Corral fue el que estuvo detrás de la preparación, el montaje y la remoción de dicho espectacular con la substitución
fast track con su propio promocional, esto con la finalidad maquiavélica de victimizarse a sí mismo y “justificar” sus incesantes campañas de lodo y odio argumentando que él tan solo se está “defendiendo” y está respondiendo a las guerras sucias que “los otros” le están haciendo a él, una maniobra genial de decepción y distracción de la cual ciertamente es muy capaz ya que “al fin y al cabo” todo mundo sabe acerca de los dos narcohermanos de Javier Corral que en un principio trató de ocultar, después de negar, y finalmente se vió obligado a reconocer y aceptar.
Y en efecto, Javier Corral aseguró que el espectacular sacando a flote a sus dos narcohermanos se trataba de un recurso de guerra sucia “ante el descrédito generalizado del gobernador César Duarte Jáquez y el desplome del priista Enrique Serrano Escobar en su campaña”, agregando: “Es un recurso de guerra sucia mediante la calumnia y la mentira. Esto pinta de cuerpo entero al gobernador y su candidato”. Por su parte, Enrique Serrano, abanderado de la coalición conformada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Del Trabajo (PT), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal), se deslindó del espectacular afirmando que no necesitaba emplear estrategias de guerra sucia al encabezar las preferencias electorales
Si los dos narcohermanos de Javier Corral no pisaron ninguna de las cárceles de Chihuahua cuando el PAN gobernó Chihuahua de 1992 a 1998, se puede suponer que nadie los metió a la cárcel en Chihuahua por temor a una posible represalia de Javier Corral en caso de convertirse en gobernador de Chihuahua como hoy está tratando de hacerlo.
Pero volviendo al supuesto hermano del gobernador César Duarte, Javier Corral
agregó que “para eliminar la evidencia que vincula al hermano del gobernador con el crimen organizado, las actas de nacimiento y los registros de Manuel Duarte Jácquez fueron borrados del Registro Civil del Estado de Chihuahua y los volúmenes fueron alterados. Sabemos el volumen y de dónde sacaron las actas”.
Si lo anterior es cierto, entonces se cometió un delito (la alteración de documentos oficiales así como las bases de datos del Registro Civil son delitos penados por la ley), y no es muy difícil para peritos comprobar si tal cosa ocurrió en efecto.
¿Pero ha interpuesto Javier Corral una denuncia formal y por escrito ante la Procuraduría General de la República anexando a su denuncia las pruebas que pudiera tener para probar que hubo alteración de documentos oficiales y de la base de datos del Registro Civil? Hasta la fecha, no. Javier Corral simplemente se limitó a decir que para eliminar la evidencia que vincula al hermano del gobernador con el crimen organizado, las actas de nacimiento y los registros del supuesto hermano de nombre Manuel Duarte Jáquez fueron borrados del Registro Civil del estado de Chihuahua y los volúmenes fueron alterados. Hasta la fecha, Javier Corral no ha presentado denuncia alguna ante la PGR. Esto es crucial, porque el Estado ha
negado que haya un hermano del gobernador de Chihuahua que haya estado preso por narcotráfico. Y si la réplica del Estado es cierta, entonces es Javier Corral quien puede ser acusado de difamación y calumnias con la intención de ganar votos entre el electorado. Por otro lado, y quizá más importante, ¿en dónde está el tal Manuel Duarte Jácquez? Responder esta pregunta es importante para confirmar si no se trata de un
homónimo. Pero tenga o no tenga el gobernador tal hermano (un tipo con ese nombre puede existir pero sin tener parentesco alguno con el gobernador de Chihuahua), resulta curioso que Javier Corral se haya esperado hasta el último momento para presentar su dicho, sin dar tiempo a que autoridad alguna pueda investigar y confirmar o rebatir lo dicho por el candidato Corral, y sobre todo sin presentar denuncia alguna. ¿Ignora acaso el senador Javier Corral de que, antes de cumplir con la amenaza de meter a alguien a la cárcel, primero se requiere presentar una denuncia formal ante las instancias oficiales, algo que se ha abstenido de hacer?
La denuncia de Don Luis H. Alvarez
Lo anterior apenas toca la superficie de las denuncias formuladas por los cabecillas del PAN con fines aparentemente electoreros, y se pueden citar muchos otros casos. Un ejemplo lo podemos ver tomando el libro “Chihuahua ’86: ¿Vencedores del Desierto o Asesinos de la Democracia?” publicado en julio de 1986 por el COLUDE (Comité de Lucha por la Democracia) en donde puede leerse en su página 28: “Un incidente llama poderosamente la atención de los chihuahuenses: el alcalde de Chihuahua, Luis H. Alvarez (panista), denuncia públicamente y ante el Congreso del Estado, el desvío de 5 mil millones de pesos por parte del gobierno del PRI en 1985. En ese entonces aún era gobernador Oscar Ornelas y tesorero del Estado Saúl González Herrera. La denuncia ni siquiera fue investigada por el Congreso, pero sí repercutió en la opinión pública”.
Pero en 1992, ya con el poder en sus manos, el PAN-
gobierno de Chihuahua no sólo no aprovechó la oportunidad dorada concedida por el destino para descongelar y darle trámite a la denuncia interpuesta por Luis H. Alvarez. El nuevo Congreso del Estado, ya de mayoría panista, ni siquiera intentó investigar la denuncia, ni siquiera para determinar la
verdad histórica aunque no hubiera consecuencias legales. ¡Y el presidente del comité de justicia y derechos humanos de ese Congreso de mayoría panista era Javier Corral, el mismo que hoy afirma que va a llevar a la cárcel al gobernador de Chihuahua y al candidato Enrique Serrano por “el camino seguro”!
Podemos ir más lejos. Cuando Francisco Barrio se convirtió en el primer (y el último) gobernador de Chihuahua emanado del PAN, tuvo en sus manos el poder para meter a la cárcel a todos los priistas que en el pasado había acusado de corruptos. Pero ya como gobernador, en vez de meter a la cárcel a todos a los que había amenazado con meter a la cárcel (igual que como hoy lo hace Javier Corral), el primer gobernador panista de Chihuahua lo primero que hizo fue ir a arrodillarse ante el sistema convirtiéndose en el
besamanos del Presidente (priista) Carlos Salinas de Gortari, a tal grado que el pueblo lo identificó en delante con el
mote que él mismo se ganó proclamándose no con palabras pero sí con sus hechos y con sus desplantes y discursos lisonjeros como
salinista. Aún se le recuerda así. Cada vez que el Presidente Salinas visitaba Chihuahua el gobernador Francisco Barrio se le pegaba muy zalamero, muy servil, alabándolo en todos sus discursos, casi postrándose de hinojos y adorándole como si fuese un dios terrenal. ¿Y las acusaciones de corrupción en contra de todos los políticos priistas que había hecho Francisco Barrio en sus candentes y furiosos discursos de campaña? Pues quedaron atrás, como algo que no merecía ser recordado. Si Francisco Barrio alguna vez prometió que de llegar al poder iba a meter a la cárcel a todos los corruptos que habían saqueado a Chihuahua, esa promesa quedó sepultada porque no había un solo corrupto entre los priistas como él lo afirmaba o se alió con la corrupción que tan iracundo denunciaba. Terminó haciéndose uno de los mejores amigos del sistema.
El PAN protegió a ex Presidentes en todo después de haberlos estado acusando de muchas cosas
Los ejemplos anteriores no son casos aislados. Se pueden citar miles y miles de otros ejemplos de todo tipo sobre cómo el PAN está acostumbrado a llenar los espacios informativos con denuncias de todo tipo en tiempos electorales las cuales quedan en la orfandad al terminar las contiendas. Un ejemplo relevante lo es el presunto enriquecimiento ilícito del Presidente de México Miguel de la Madrid Hurtado. Después del presunto fraude electoral llevado a cabo en Chihuahua en el “verano caliente” de 1986 bajo órdenes directas de Miguel de la Madrid, apareció una denuncia fuertísima en contra del Presidente de México en uno de los más importantes periódicos norteamericanos, la cual está documentada en esta bitácora en el artículo “
Mexico Makes Its Presidents Millionaires” que se reproduce dentro de la entrada “La impunidad presidencial en México” publicada aquí el 14 de marzo de 2012. Se trata de un trabajo elaborado por el famoso columnista
Jack Anderson que fue publicado en el prestigiado periódico
The Washington Post el 15 de mayo de 1984. Esto era algo digno de ser investigado por un gobierno abierto capaz de atreverse a tocar incluso a ex Presidentes. Cuando el PAN accedió a la silla presidencial en el año 2000, el Presidente Fox pudo muy bien haber ordenado una investigación en torno a este asunto. Se trata después de todo que el PAN antes de llegar al poder había estado exigiendo que se aclarara. ¿Y qué fue lo que paso? Pues que al llegar el PAN a la silla presidencial no ocurrió nada, e inclusive todos (absolutamente todos) los panistas de “abolengo” parecieron olvidar por completo el asunto. Hasta el día de su fallecimiento ocurrido en abril de 2012, Miguel de la Madrid fue respetado e incluso protegido por los dos presidentes emanados del PAN, Vicente Fox y Felipe Calderón, y murió tranquilo gozando de su opípara pensión presidencial. ¡Gracias, PAN!
Con todo, Miguel de la Madrid no fue el único al que el PAN no tocó ni le investigó en lo absoluto la ingente corrupción de la que antes de le acusaba. Supuestamente también iban a meter a la cárcel al ex Presidente
José López Portillo por enriquecimiento ilícito, recabando en contra suya pruebas tales como la famosa
Colina del Perro, la super mansión que López Portillo se estaba construyendo para sí mismo a la vez que hundía al país destruyendo su economía. En muchísimas ocasiones habían advertido, con la obvia finalidad de acaparar votos, de que iban a meter a la cárcel a López Portillo, al igual que como hoy lo hace Javier Corral con el caso del gobernador César Duarte. Pero López Portillo también murió tranquilamente sin que nadie de las administraciones panistas le tocara jamás un pero, ni siquiera el “zar anticorrupción” de la SECODAM que era nadie menos que Francisco Barrio, decepcionando a muchos mexicanos que ilusamente creyeron en tales falsas promesas de castigo a la corrupción. De este modo, López Portillo lo único que podría externar si hoy estuviera vivo sería: ¡Gracias PAN!
El caso Oropeza
El 3 de julio de 1991 fue asesinado en su consultorio uno de los más prominentes editorialistas políticos del estado de Chihuahua, el Doctor Víctor Manuel Oropeza, uno de los más importantes críticos del sistema unipartidista de México. El asesinato tuvo matices políticos de primer orden, y ocurrió justo antes de que se llevaran a cabo las elecciones en Chihuahua para elegir al gobernador. Chihuahua nunca antes había tenido un gobernador que no fuese un personaje emanado del PRI, y después del “verano caliente” de 1986 en el que se le negó al PAN el poder llevar a Francisco Barrio a la gubernatura, en esta ocasión el momento parecía propicio para elegir como gobernador de Chihuahua al primer individuo no emanado del PRI sino de un partido de oposición,, en este caso el PAN.
Consumado el crimen del Doctor Oropeza, el PAN capitalizó de inmediato en sus discursos el asesinato del Doctor Oropeza con una promesa casi idéntica a las promesas que hoy hace Javier Corral:
“Si ustedes votan por nosotros y nos dan el trinfo, encontraremos y meteremos a la cárcel a los que mataron al Doctor Oropeza.”
Esta promesa seguramente le habrá traído al PAN muchas simpatías y muchos votos, quizá los suficientes para darle al PAN su primera gubernatura en el estado de Chihuahua.
¿Y qué pasó con esta promesa solemne de corte electorero? Pues que simple y sencillamente los panistas que entraron para gobernar a Chihuahua, Francisco Barrio desde la silla del gobernador y Javier Corral desde la mayoría obtenida en el Congreso estatal le dieron
carpetazo al asunto dejando el crimen impune pese a que había evidencias que apuntaban directamente hacia la resolución del crimen. ¡Ni siquiera cambiaron la ley para evitar que el crimen del Doctor Oropeza quedara impune, no hicieron el menor esfuerzo para eliminar el plazo de prescripción legal para llevar a los asesinos del Doctor Oropeza ante la justicia! Y en esto la principal culpa recae sobre el entonces diputado estatal Javier Corral.
Acusador acorralado, acusado, juzgado y sentenciado
Casi al mismo tiempo en el que Javier Corral arreciaba en mayo de 2016 su
guerra sucia, una de las guerras sucias más sucias de todo México en los tiempos recientes, el acusador implacable fue encontrado culpable en los juzgados de delitos por los cuales él mismo debería de haberse encaminado hacia una penitenciaría para pedir ser encarcelado por buen tiempo. El caso en su contra fue promovido no por algún enemigo político ni por causa política alguna, sino por una empresa privada, Televisa.
En efecto, el lunes 9 de mayo de 2016 un juez ordenó rematar un terreno de Javier Corral por una deuda con Televisa. La nota la podemos
ver publicada en varios medios, y en síntesis se trata del juicio ordinario mercantil bajo el expendiente 941/2005 que fue promovido por Luis Alejandro Busto Olivares, apoderado legal de la empresa Televisora de Occidente -filial de Televisa- en contra del Javier Corral Jurado. En un mandato judicial fue publicado el edicto de remate para dar inicio de la almoneda pública para el 10 de junio del 2016 a las 12:00 horas, con la intención de buscar postores. La propiedad a rematar es un lote rústico en el Ejido Nombre de Dios parcela 184 y fracción 34 con una superficie de 15-06-64.11 hectáreas. El precio base fue fijado en 3 millones 254 mil 344 pesos, que es el valor estimado en un avalúo por un perito, y como postura legal la cantidad de 2 millones 169 mil 563 pesos. La subasta de la propiedad es a causa de una deuda de Javier Corral cuya cantidad no está especificada en el edicto de remate. El edicto de remate fue acordado y firmado por el juez Cuarto de lo Civil del Distrito Judicial Morelos, Arnulfo Melgar Márquez y el secretario de Acuerdos, Alberto Ávila Barrio.
Panistas de ocasión y conveniencia
Las nuevas generaciones de chihuahuenses, sobre todo de juarenses, ignoran el hecho de que tanto Francisco Barrio como Javier Corral que hoy regentean y manejan al Partido Acción Nacional en Chihuahua como si fuese negocio propio (¡y de hecho, lo es!) y que tanto presumen a los cuatro vientos ser genuinos panistas de toda la vida y dignos continuadores de la mística ideológica de Don Manuel Gómez Morín el fundador del PAN, antes de 1983 ni eran panistas ni tenían absolutamente nada que ver con el PAN y de hecho como figuras públicas ¡no eran nada! Eran tan solo dos oportunistas advenedizos que se juntaron cuando acaudalados empresarios de Chihuahua financiaron la creación de un hasta entonces inexistente Frente Cívico de Participación Ciudadana que no era un partido político propiamente dicho y ni siquiera calificaba como una asociación civil (los empresarios no querían dar la cara prefiriendo actuar desde el anonimato), esto con el fin de alentar con respaldo económico un movimiento ciudadano para empezar a bloquear las políticas socialistas impuestas por el Presidente Luis Echeverría y continuadas por el Presidente José López Portillo y su sucesor el Presidente Miguel de la Madrid Hurtado, políticas anti libre empresa que estaban afectando en grado mayúsculo loc bolsillos de acaudalados empresarios chihuahuenses. El objetivo de los empresarios era propinarle al PRI una lección con una derrota electoral severa en la cuarta ciudad más importante de México canalizando un
voto de enojo que se sabía estaba allí entre la población a causa de las severas devaluaciones del peso, un voto de enojo listo para ser capitalizado. En una decisión que tendría amplias repercusiones históricas, los miembros del hasta entonces modesto y humilde PAN que ocupaba un local muy pequeño en una esquina exterior a la mitad de la Plaza Cervantina en la calle Ramón Corona (entre la Calle Ignacio de la Peña y la calle Galeana) al cual llamaban “La casa del pueblo”, decidieron arropar con las siglas del PAN al hasta entonces
candidato empresarial Francisco Barrio Terrazas que el PAN adoptó como su propio candidato. El
voto de enojo se dió, y el PRI sufrió un descalabro histórico en 1983 en Ciudad Juárez. Cumplido el propósito para el cual fue creado el Frente Cívico de Participación Ciudadana, dicho club de empresarios desapareció y el PAN que había sido un simpe cabús pegado a la locomotora absorbió el triunfo pasando de ser un partido minúsculo a ser una fuerza electoral capaz de desafiar e incluso derrotar al partido gobernante.
Fue precisamente en 1983 cuando los advenedizos Francisco Barrio y Javier Corral se proclamaron como lo que nunca antes habían sido: panistas hasta la médula de los huesos, dándole de paso entrada a otros
neopanistas como ellos e igual de oportunistas y avorazados que ellos que a la larga al igual que la gangrena terminarían dando a largo plazo los frutos perversos de una camada de vividores y parásitos zánganos buscando siempre provecho propio, siguiendo el ejemplo de mentores en cinismo e hipocresía como Francisco Barrio y Javier Corral que ensoberbecidos terminaron repitiéndose a sí mismos (y hasta creyéndolo) que “sin mí, el PAN hoy no sería absolutamente nada y tal vez ni siquiera existiría”.
Así pues, Javier Corral desde un principio no solo no era panista, ni siquiera era un ciudadano mexicano, y esto último lo podemos verificar
consultando la Enciclopedia Universal Wikipedia en Internet. Todo esto explica el por qué no le importó poner en riesgo la supervivencia del propio PAN al insistir en ser postulado como candidato del PAN a la gubernatura no compitiendo contra otros aspirantes panistas en una justa democrática interna sino recurriendo a una antidemocrática designación, porque su lema egocentrista siempre ha sido “yo, yo, yo, primero yo y después yo”.
Javier Corral y el candidato del PRI Enrique Serrano Escobar
La miopía del candidato del PAN a la gubernatura de Chihuahua en 2016 le impidió ver (y siempre le ha impedido ver) que el haberse ido duro y fuerte en plena guerra sucia no en contra del candidato del PRI Enrique Serrano sino en contra de un hombre que no estaba en campaña compitiendo para puesto alguno de elección popular, o sea el gobernador César Duarte, podía resultar contraproducente en las mentes de muchos electores, porque cualquiera puede razonar: “si Javier Corral NO se fue muy duro y muy fuerte desde un principio directamente en contra del candidato Enrique Serrano en vez de irse duro y fuerte en contra del gobernador de Chihuahua como ahora lo está haciendo, es porque no tiene absolutamente nada negativo con qué atacar al candidato Enrique Serrano, y se concluye por lo tanto que el candidato Enrique Serrano es un hombre capaz y honesto”.
Al avizorar una derrota vaticinada por varias casas encuestadoras independientes, Javier Corral por una única ocasión en sus spots de televisión dió el paso temerario de irse directamente en contra del candidato priista a la gubernatura Enrique Serrano, amenazando con meterlo a la cárcel pero sin achacarle delito alguno. Para ello, se fue duro en contra del gobernador de Chihuahua César Duarte asociando a Enrique Serrano con el gobernador de Chihuahua, de modo tal que su extraña acusación sin acusarlo de nada en concreto quedó grabada y lanzada al aire con las siguientes palabras adoptando el acusador la pose de un implacable justiciero que “barre parejo” con todos:
“Duarte y Serrano son la misma cosa... (palabras e imágenes del candidato Enrique Serrano pronunciando un discurso)... Saben que les espera la cárcel. Lo primero que haré (Corral) como gobernador es llevarlos ante la justicia.”
Igual de bravucón que siempre, el pendenciero par excellence de las campañas negras del PAN advirtió aquí amenazando en su spot que, ya como gobernador de Chihuahua, lo primero que haría será llevar ante la justicia no solo al gobernador sino también al candidato del PRI y ex alcalde de Ciudad Juárez, Enrique Serrano Escobar, Pero... ¿acusándolo de qué delitos? Si cometió Enrique Serrano algún ilícito, y ya que Javier Corral lo acusó públicamente en su spot de algo sin especificar jamás de qué, ¿no estaba más que obligado Javier Corral a interponer de inmediato una denuncia penal ante las procuradurías además de mostrar sus pruebas a la prensa? Porque eso de condicionar la aplicación de la justicia a su demanda de primero coronarlo como gobernador no solo le resta credibilidad a sus denuncias huecas, lo convierte en cómplice de un ilícito, o en caso de no haber cometido Enrique Serrano ilícito alguno, en un calumniador profesional. ¿Y quién quiere confiarle el poder de una gubernatura a un showman émulo de Donald Trump, a un exhibicionista que le gusta estar llamando la atención de los medios a todas horas con notas de escándalo inventando infundios y rumores y a veces ni siquiera eso al optar por hablar en vaguedades profiriendo amenazas y acusaciones sin ton ni son? Precisamente por estos motivos Javier Corral nunca ha ganado una elección en toda su vida cuando su nombre aparece en la boleta electoral, precisamente por estas razones mereció la desconfianza y recibió el repudio del pueblo en las urnas en 2004, y su única forma de poder “ganar” es y sigue siendo como candidato plurinominal sin que su nombre aparezca jamás en las boletas electorales, pulverizando la democracia por voto directo que era uno de los pilares del PAN antes de ser infectado por parásitos y zánganos improductivos carentes de propuestas y carentes de ideario social alguno.
Las muchas denuncias puestas por el PAN como parte de sus guerras sucias (ya sea contra el PRI, contra la izquierda o cualquier otro adversario de peso), a ninguna de las cuales les han dado jamás ningún tipo de seguimiento, son a su vez pruebas contundentes de una de dos sopas: o bien (1) se trata de denuncias frívolas sin sustento ni evidencias sólidas formuladas todas ellas al vapor con propósitos meramente electoreros y por lo tanto solo se les puede tomar como calumnias, o bien (2) los que formulan tales denuncias
verbalmente y sólo verbalmente tienen por norma darle “carpetazo” a sus propias denuncias incurriendo en complicidad abierta y descarada con lo mismo y los mismos que están denunciando, los cuales los convierte en encubridores y cómplices del delito. Cualquiera de estas dos posibilidades reduce el valor de las denuncias de alguien como Javier Corral a un cero absoluto, reduciendo todo a un espectáculo circense en donde el grueso de la diversión depende de la elaboración de fantasías y cuentos de hadas. Como bien dijera el humorista y poeta romano
Juvenal: “
Panem et circenses”
Un analista expresa su opinión sobre el perfil del candidato panista
Quienes no estén de acuerdo con lo que se ha plasmado en este trabajo podrían señalar que todo se trata de una predisposición personal del autor. Sin embargo, las observaciones externadas aquí acerca de Javier Corral no son meras apreciaciones personales, se trata de juicios valoritativos que también han sido externados por muchos otros analistas y editorialistas. Uno de ellos, el Licenciado Carlos Murillo M., en su artículo titulado “Desunión anticiudadana” publicado a principios de marzo de 2015 en el mismo periódico fronterizo El Diario en el cual le dan entrada a los trabajos editoriales de Javier Corral, asentó lo siguiente:
“EL PERFIL DE JAVIER CORRAL. Para comenzar, ofrezco un diagnóstico objetivo de las patologías psico-sociológicas de Javier Corral. En ese sentido, el punto de partida es que el senador panista no ha demostrado ninguna de sus acusaciones, al contrario, todas las instancias a las que ha acudido lo han desestimado, por lo tanto miente y, si miente tan seguido, entonces es un mitómano profesional que solo persigue los reflectores. Esa conducta resulta de un interés desmedido para llamar la atención, por lo que es posible catalogarlo como megalómano, y ese ego desproporcionado implica que, en su imaginación infantil desbordada, Javier Corral se cree tan importante –en su mundillo virtual– que para poder ejercer su falso personaje resulta indispensable que todos estén en su contra; y si piensa que todos están en su contra, entonces padece de esquizofrenia política, porque vive encerrado en una burbuja de ficción donde la teoría del complot es la comida diaria. En resumen, Javier Corral se ha puesto el traje de mesías anti-corrupción frente a las cámaras, mientras tiembla de miedo como un duende porque cree que hasta la señora de los tamales está confabulada en su contra. Esa mezcla tóxica de mitómegalómano-esquizofrénico ha provocado que Javier Corral haya logrado el peor de los engaños, que es engañarse a sí mismo. Vive sumido en Corralandia.
LAS PIFIAS DEL DISCURSO. Lamentablemente, el resultado de esas patologías es que el senador Corral está obsesionado por un discurso falso y monotemático. En un breve análisis técnico puedo decir que Javier Corral es capaz de repetir “César Duarte” y “Corrupción” 200 veces en 15 minutos como una metralla que rememora aquella película de “La marca del zorrillo”, donde Tin-Tán, después de tomar toloache, se convertía en zombie y repetía mil veces “Yo quiero mi chole”, por supuesto guardando la distancia enorme con el caso, porque el célebre Tin-Tán era bastante serio y educado. En esa tónica, el discurso de Javier Corral, además de absurdo, es producto de la histeria de un político frustrado por las derrotas.
NINGUN CONVENCIDO. También es falso que Javier Corral haya convencido a los chihuahuenses de sus acusaciones. Ni siquiera es posible decir que haya convencido a sus seguidores, porque ir a pedirle a los opositores que sean oposición no es ningún logro, es como decirle a un grupo de emos que se depriman.
UN MOVIMIENTO SIN MOVIMIENTO. Quienes promueven la (des) Unión (anti) Ciudadana son un pequeño grupo de personas que se mueven al margen, una minoría que equivale a un 0.01% de la población y que, aunque ninguno de ellos entiende los motivos de la protesta, comparten intereses. Seguramente, ellos estarán presentes en cualquier manifestación, puede ser en contra del aumento de impuestos o en contra de la construcción de un puente; esas personas ya tienen una vocación anti-sistema y, sin mediar razón, estarán en contra de quien sea que detente el poder. Entonces, Corral se aprovecha de la situación para obtener capital político de las campañas negras.
EN CONCLUSION. La lucha de Javier Corral es estéril, seguirlo significa perder el tiempo y el rumbo, aún así el senador ha convencido a su partido, el PAN, de continuar con los ataques al gobernador a través de los spots pagados por el INE, pero los únicos damnificados de esa mala decisión son los propios panistas que cada vez se hunden más en sus propios errores.”
Las promesas sin sustento de Javier Corral y sus amigos de que van a meter a la cárcel a quienes hoy tachan furiosamente de corruptos y rateros sin denunciarlos ante alguna procuraduría no es lo único reprobable que se puede apreciar dentro del PAN en su continuada y desgastante guerra sucia. De acuerdo a una denuncia anónima que circula en la Web, si el jueves 19 de mayo a eso de las cinco o seis de la tarde algunos reporteros se hubieran dado una vuelta al local del PAN situado en la esquina de 5 de Mayo y 16 de Septiembre, y si hubieran subido al segundo piso de dicho local, en uno de los cuartos habrían encontrado a varios allegados a Javier Corral no entristecidos sino contentos por el fallecimiento del prominente panista Don Luis H. Alvarez, y la causa de su alegría es que esperaban que la muerte inesperada de Don Luis promovería a favor del PAN en la actual campaña electoral el
voto de condolencia como se supone que ocurrió con el
fallecimiento de una de las hijas del entonces candidato a la gubernatura en 1992 Francisco Barrio Terrazas. Lógicamente, el rostro público mostrado por estos tipos
hacia afuera del local del PAN ha sido de muchas lágrimas (de cocodrilo) y mucho duelo por la pérdida de un verdadero panista de toda una vida. Lo único en lo que estaban decepcionados era que el peso no se hubiera devaluado hasta los 20 pesos por dólar como lo estaban esperando para que con ello se motivara el
voto de enojo. ¡Estos tipos le apuestan a la desgracia del mexicano para su lucro político!
Aclaro que para elaborar esta entrada me inspiré en el comentario puesto el 14 de mayo de 2016 por la comentarista Doris Beckman en la entrada “Arranca nueva campaña negra del PAN” publicada el 27 de febrero de 2016 aquí en “Mi Bitácora Diaria”.